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13 julio 2024

Cuerpos castigados, Ho Chi Ming 101, mi look colonial (V3)

 Sábado, 13.07.24:   Saigón 


Desayunos asiáticos: los había olvidado
Por aquello de empezar a acostumbrarnos al nuevo horario, el Peda pone la alarma a las 07:15, pero biennn (pronuciado como anda ya!) dormimos hasta las 09:15. Nos hacemos levantar arrastrados por aquello de que el desayuno termina a las 10:00 y al bajar: oh-my-god, ha merecido la pena: habíamos olvidado los desayunos buffet asiáticos. Básicamente, son una comida: puedes empezar por ensalada, tomarte una sopa vietnamita (el famoso pho), seguir con arroz con anacardos, noogles salteados, cerdo, pescado... y cada día cambia. Además, hay cosas occidentales que no pruebo en todo el viaje (bacon, salchichas, huevos revueltos), bollería (croissants, pan-au-chocolat, recordemos la tradición francesa), fruta (de la fruta de Vietnam hablaré otro día) y unos yogures que vienen en unos tarritos de cristal y que están buenísimos. Al principio lo de los desayunos era horroroso: a ver, no es que comiera de todo, pero aún así, comía muchísimo, y al final sufría un medio empacho nivel nochebuena. Con las semanas, me fui acomodando, y no sé si es que me creció el estómago o qué, pero ya asumía esas cantidades ingentes de comida más tranquila. Ahora, desde que estoy aquí, mi desayuno habitual que me encanta (fresas, granada, nueces, chia, pecanas, semillas de girasol en yogur griego) me parece "soso": dónde están esos rollitos de cerdo, ese dim sum, aquellos dumplings?

Castigar al cuerpo
Salimos con un esfuerzo sobrehumano sobre las 11:00: es así, cuando una viaja, castiga al cuerpo. Igual no es lo tuyo, lo entiendo: hay un grupo de gente a la que, a pesar de todo, le compensa, y a otro que no. Hoy he leído que "travel" viene de travailler (trabajar), que a su vez viene del latín "tripalium" (herramienta de tortura medieval): no es lo mismo echarse en un playa que echarse miles de kms a la espalda y luego acomodarse a otros husos horarios y excesos gastronómicos, a temperaturas que a los british nos parecen intolerables, a desarreglos intestinales o picaduras. Eso sí, lo que tengo comprobado es que eso luego se olvida. No quiero evitar todo eso en mi narración aunque a ratos los divagantes del grupo "no lo entiendo" se revuelvan en su hamaca. Hay cosas chulas que pasan pero también hay ratos peores: por ejemplo, hoy nada más salir, nos enfadamos los tres, y estoy convencida que nuestro estado de zombies fue en parte responsable. Pero ahí vamos,  lo que recuerdo del día lo voy a intentar contar con las fotos.

Vietnam, el país que Seguridad Vial olvidó
Nada más salir a la calle corroboramos lo que ya vivimos anoche: el tráfico es anárquico, intenso, y tiene sus propias normas. Ya habíamos leído el interesante combo de que nadie para en los semáforos, y que hay 8 millones de motos en la ciudad. En un artículo leí de alguien que se ha quedado sin salir de la manzana de su hotel por miedo a cruzar. Una amiga nos mandó un video en el que te enseñan a cruzar la calle: vale la pena mirarlo aquí, aunque os lo cuente no lo vais a entender. Las normas son que tú simplemente te lanzas al asfalto (da igual que sea paso de cebra o no, o que haya semáforo o no, ellos siguen) y los conductores te esquivan. Para ello, no debes correr ni hacer ningún movimiento inesperado, simplemente seguir caminando lentamente pero segura. Al principio da miedo: nadie va por su carril, simplemente tienes miles de vehículos delante de ti, hacia ti, pero cuando comienzas, ocurre esa especie de magia, y al final, voilá, estás al otro lado. Lo curioso es que solo vimos una vez una moto en el suelo, ya post-accidente. Estas fotos son unos de los raros cruces en los que están paradas:







Lo de las motos
Como dije, hemos encontrado motos que contienen un mundo, que cuentan una historia, que darían para un relato: cada día mil. Todo lo que usted pensaría "no cabe en mi coche, he de contratar una furgoneta, tal vez un camión", los vietnamitas lo llevan en una moto. Durante estas crónicas iré colgado algunas que estuve lista para disparar. Otras, si me acuerdo, las iré contando. Lo de cinco personas en una moto ya no me impacta: lo serio es que, si algunos son niños, es legal. Aquí van algunas de vendedores ambulantes, floristeros, o la señora que monta su café ambulante, con taburete de colores incluido:






Y aquí cuando la usan para la siesta (se ve mejor en el de la izquierda):



Un trocito del paseo
Tras lo que entonces creemos que es jugarnos la vida varias veces (enseguida descubrimos que todo ok, hasta es divertido), llegamos a la catedral de Notre Dame, que está de obras y es feota, para muestra un botón,



pero justo enfrente está la maravillosa oficina central de correos, que es un edificio colonial herencia de los franceses y que tiene todo lo que me gusta: mapa antiguo colgado de las paredes, relojes con horas del mundo y, lo mejor, está activa! 




Así que puedes comprar tus postales, escribirlas en las mesas corridas habilitadas y enviarlas, que es lo que hacemos. En el pasado muy remoto (hablo pre-internet), escribíamos muchas postales. Luego esto se fue reduciendo y se pasó a escribir a la familia directa y a algunos amigos elegidos, solo porque ellos también lo hacían. Si lo pienso, la rara vez que recibo hoy una postal, me hace muchísima ilusión - corolario: es una pena haber dejado de hacerlo. Ahora solo enviamos a la familia directa (mi suegra guarda todas las que enviamos en el sabático por Latinoamércia, una nueva cada vez que cambiábamos de país) y al Naufrago Ro, que mantiene una correspondencia postal paralela con Mini (si alguien quiere alucinar, remito a este divague sobre la que le enviamos desde Sudáfrica, a la que costó casi dos años llegar)



Callejeando, nos encontramos todas esas cosas que una tiene en el imaginario vietnamita que resulta que son verdad (y que no están ahí para el beneficio del turista): realmente, hay señoras en la calle vendiendo fruta con el quang ganh (no sé cómo se dice en castellano, véase en imagen):



Realmente llevan el sombrero cónico (non la) -permitáseme el juego de palabras- tan icónico.


Realmente, como buena ciudad tropical, tienes la sensación de que los humanos estamos ahí solo de prestado porque la naturaleza podría reclamar ese espacio cuando quisiera:



Sin buscarlo, al lado de la catedral está Nguyen Van Binh Book Street, la calle de las librerías. Es peatonal -como indica esta señal del tráfico- y muy mona, aunque casi no hay libros en inglés-u otro idioma fuera del vietnamita. 



Ho Chi Minh y un poco de historia
El paseo nos lleva al boulevard Nguyen Hue, que comienza con el ayuntamiento y la estatua de Ho Chi Minh, al que los vietnamitas llaman cariñosamente el "Tío Ho". Aparte de alguna vaga referencia histórico-sentimental, mi primer recuerdo del liberador de Vietnam fue una placa azul en lo que fue el Hotel Carlton en la esquina entre Pall Mall y Haymarket, que al Peda le encanta comentar cada vez que pasamos. Hoy en día hay un edificio feo (la High Comission de Nueva Zelanda) ya que el hotel, que era una preciosidad y operó desde 1899 hasta 1940  fue bombardeado en la Segunda Guerra Mundial y al final fue demolido. En 1913 Ho Chi Minh (entonces conocido como Nguyen That Tanh) estaba trabajando allí de cocinero (según la Rough Guide, de "chef de pastelería", me gusta más). Cuenta la leyenda que, viendo cuánta comida se tiraba, el Tío Ho le preguntó al gerente si podría dar esto a los pobres (ya le amo), y este le dijo que "dejara de lado sus ideas revolucionarias, que así le podría enseñar el arte de la cocina, que te dará un montón de dinero". Claramente, el Tío Ho tenía otros planes que hacerse rico cocinando para los ricos. 



Vietnam es un país de una impresionante belleza natural y cultural, pero además es uno de esos sitios donde se respira continuamente historia. Es la misma sensación que cuando visitas Berlín por primera vez, impacta muchísimo. Así que voy a dedicar lo que espero que sea un breve párrafo a la figura de Ho Chi Minh, importantísima para entender algo de este país. 

Como estado unificado con sus fronteras como las conocemos ahora, Vietnam ha existido desde principios del SXIX, pero su historia nacional se remonta a un reino legendario, 4000 años atrás, en el Delta del río Rojo, al norte de Vietnam (en la zona de Ninh Bính, que visitamos a mitad de viaje). En esa zona se comenzó a cultivar el arroz, que requería un esfuerzo comunal para contruir los diques, los canales etc y así se creó una sociedad estable y altamente organizada. Tres siglos antes de Cristo fueron invadidos por China y vivieron mil años bajo su dominación-esto ha dejado mucha influencia china, y lo veremos en futuros divagues en templos y halls. Pero los vietnamitas iban forjando su identidad nacional y por tres veces les lograron echar (la más famosa la de las hermanas Trung, que terminaron ahogándose en el río antes que ser capturadas por los chinos). 

Hay mil invasiones y dinastías, pero voy a pasar rápido hasta la invasión francesa en el SXIX. Empezaron con Saigón y el delta del Mekong, y pasado poco tiempo ya se habían hecho con todo el sur (creando la famosa Cochinchina). Luego ya se expadieron para el norte, que junto con Camboya y Laos formaron la Unión Indochina (1887). 

La dominación francesa es importante por las influencias que ha dejado en arquitectura colonial y comida (el Bánh Mí es esencialmenre una baguette con cosas dentro, los croissants y pau-au-chocolat le hacen a una plantearse por qué los franceses no colonizaron un ratito a todo el mundo). Para mí también lo es porque mi imagen de Vietnam, en particular de Saigón era precisamente esa visión romántica: sofás chester, suelos de madera, ventiladores de techo haciendo plas-plas, el sol que se filtra a rayas por las contraventanas coloniales, mosquiteras en camas de postes, porche con columpio... ese rollo. Sí, había leído la famosa novela semi-biográfica "El amante" de Marguerite Duras y, lo que es peor, había visto la peli de 1992 de Jean Jacques Annaud. Ejemplo de cómo imaginaba yo a toda Saigón:


Pero divago. Volvamos brevemente, lo prometo, a la historia y a Ho Chi Minh que había nacido en 1890 en el norte de Vietnam y desde 1911 se dedicó a viajar por el mundo: en los asterilleros de Brooklyn, como he dicho de cocinero en el Carlton en Londinium y por fin en París, donde empieza a explorar cómo terminar con el mandato colonial en su país. En aquella época, de los pocos que estaban en contra del colonialismo eran los comunistas, así que el Tío Ho es parte de la fundación del Partido Comunista Francés, luego se va a Rusia a entrenarse como "agente comunista" y finalmente vuelve a Vietnam a fundar en 1925 la Liga Juvenil Revolucionaria, la primera organización marxista-leninista vietnamita. Aunque luego hubo otros revolucionarios que trabajaron con el Tío Ho, su carisma y determinación fueron arrolladoras, y es un auténtico héroe nacional ("de lo que nos pasó en su mausoleo", varios divagues más adelante).

Me salto la Segunda Guerra Mundial y muchas más cosas, pero justo en el día que escribo esto (15 de agosto) fue la "Revolución de Agosto" y el 2 de  septiembre de 1945 Ho Chi Minh declaraba la República Democrática de Vietnam. Y aquí dejo el resumen histórico, porque la Guerra de Vietnam que recordamos por las pelis vendrá mañana. Aquí os dejo con la estatura del Tío Ho saludando con el Hotel de Ville de fondo. 


Seguimos hacia el río
Según miras a esta estatua a la izquierda está el Rex hotel, de esos que tiene en la planta de abajo un pequeño centro comercial (un par de tiendas en plan buitre sobrevolando a los que van a esos hoteles: nombra un par de marcas de lujo y poderío, esas) y un montón de relojes en recepción - uno que me recuerda, ay-dios-mío, qué hora es en Londinium. Subimos a la azotea, donde hay uno de esos bares chic, pero también figuras de elefantes perturbadoras y como es la matiné y no hay nadie, salimos de allí. Nota: Mini, que siempre quiere a ir a ver bichos (lo intentó con un safari hacia el final), debería haberse dado por contenta con esto...


Seguimos bajando por el boulevard de Nguyen Hue (ya no comento que practicando nuestra nueva habilidad de andar entre el tráfico como Jesucristo por las aguas, pero que se dé por sentado) hacia el río. A la izquierda dejamos "the apartments café", un edificio que ha sido remodelado en eso, cafés, y del que hablaré el último día porque fuimos. Es este:


Más abajo a la derecha está la Torre Bitexco, un rascacielos de 68 plantas que tiene un mirador. Pero mientras esperamos nos da un bajón tremendo y decidimos ir a beber algo. Me alegro porque Ho Chi Minh City, cuando más chula desde lo alto es por la noche. Al final se llega al río Saigón, con su puente chulo: 


Katinat es una cadena de café & té que está aquí y en Hanoi y que ha hecho las delicias de Mini con su "batido de tarta de queso de fresa". No es barata, para estándares vietnamitas, y el Peda y la que firma subimos notoriamente la media de edad. No solo ponen mucho hielo para rellenar, sino unas bolitas de gelatina: con trucos a mí. Creo que invierten demasiado en la presentación:


 Tal vez he olvidado decir que esta zona de Saigón es la más central y se llama Ben Nghe. En la foto de abajo no se aprecia una rotonda que reta nuestra confianza en lo del cruce donde hay una estatua de otro venerable supongo (Tran Hung Dao) y por otra calle subimos hacia el hotel. 


Antes paramos por el Ben Thanh market, uno de esos sitios superfotogénicos, que hace al mismo tiempo el papel de "El Mañico" (esas tiendas en Vetusta que venden adoquines del Pilar, frutas de Oregón e imágenes de la Virgen) como de mercado real con frutas exotiquísimas y pedazos de carne (sin ojos) ahí sin refrigerar:





Receso con "afternoon tea"
Son como las 3pm y volvemos al hotel porque nos han dicho que, atención, incluido en la habitación está un "afternoon tea". Esta vez se sirve en una sala en la azotea y es una pasada: sandwiches, bollería, los famosos yogures y muchas fruta. Pruebo el yogur de matcha que no me gusta. 

El Peda y yo nos vamos a la piscina, y Mini se queda en la habitación con su teléfono: parece que tiene que reconectar con su mundo (quién puede culparla, que se quiera librar de sus padres un rato). Le pongo algún video porque la música ahí arriba le gusta toda, pero ella impasible. Nosotros subimos hechos unos rajás porque en todos los hoteles te ponen albornoces y flip-flops para moverte por los pasillos. En este hotel, en lugar de albornoz hay un bonito batín rollo rayas de Paul Smith y unas flip-flops de suela de paja (recuerden este detalle para el último día). El baño, con la ciudad abajo: maravilloso. Por qué no tendré una piscina infinita en el balconete?

Por la tarde
A las 1730 logramos despelarnos de la piscina y a Mini de su snapchat y salimos en otra dirección, buscando una pagoda que finalmente está cerrada. Pasamos por una plaza que llamaré "brutalista", donde hay gente por ahí sentada. Una nota MUY positiva de Vietnam es que apenas hay palomas, creo que solo he visto en un sitio. 



Vale, no hemos podido ver la pagoda pero nos metemos por un pasillo muy bonito y al final hay una puerta abierta. En el hall hay una especie de altar: aquí a los Budas les ponen todo tipo de ofrendas (coca-cola, galletas, pringles) y esta no es menos. También tienen una pecera con Nemo. Por fin sale un tipo que nos echa con cajas destempladas. Debía ser una viviendo privada?



Esta soy yo en el pasillo bonito, ya huyendo del tipo. Incluyo esta foto porque me va a ayudar a ilustrar un tema: mi uniforme vietnamita. Ya comenté que llegué al país temiendo un dengue galopante, una malaria agresiva, así que solo me llevé ropa blanca, que ahuyenta a los malvados vectores. Cuando Annapetons me vio de manga larga en una de las primeras fotos ya me dijo: "qué calor me das, nena". Por ser honesta, aguanté con la manga larga cinco minutos -por debajo llevaba siempre camisetas de tirantes (blancas, color crema) y me las acababa quitando. P
ero mi idea era haber ido siempre así, que además iba muy bien con mi idea colonial de la ciudad. Me faltaba el sombrero Panamá -seguí llevando mi mugriento de siempre- y algo de glamour, porque según Fashion "de dónde han salido esos pantalones de pintor que llevas".



Anochece, y caminar entre el tráfico a esa hora, que debe ser "rush hour" es aún más caos. Chispea un poco a la vuelta, vamos por el río (en imagen) y hay, claro, mucha gente cenando en la calle. Pasamos por un mercado tipo Brixton village de esos de comida muy cerca del hotel y Mini se pide unos noodles, el Peda yogur de arándanos y yo una kombucha riquísima: mi microbiota, claramente diezmada en las últimas 48 horas, hace una macrofiesta. Les dejo bailando porque nosotros, rendidos, nos vamos a dormir a las 2200.


8 comentarios:

  1. Tres apunte iniciales.. el enfado viajero es como un mosquito, que nos acompaña en los viajes largos, aunque su picadura dure poco (si hay buen rollo)... lo demás es monotonía!!! Lo de las motos me lleva hasta Roma, donde también se puede (o se podía) comprobar la teoría cuántica de forma adrenalítica... y finalmente, me hace gracia lo mucho que sale el Noodles mafioso en este viaje.. hasta me he leído algo sobre él, para no quedarme en un simple fideo italiano.

    Bicos novelescos...

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    1. Sobre el tío Ho decir que ha sido de los pasos líderes del comunismo internacional, que ha podido sobrevivir como un hombre fundamentalmente bueno, que decía el Machado... y que corresponde muy bien al verso que le dedica la canción del Pablo...

      También agradecer a Elena que me haya provocado una sonrisa con esa fruta de "Oregón"... que a mí me había dejado algo patidifuso...

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  2. Aviso de errata magnífica, que casi te aconsejo no corregir, porque en un primer momento he quedado impresionado pensando que en las tiendas de Vetusta, además de imágenes de la Pilarica, vendían unas exóticas frutas de Oregón. A saber cómo serían esas frutas...

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  3. Darlings!!! Ya me gustaría q lo de "Oregón" fuera mío, pero esto es usado común e irónicamente por los aragoneses: de hecho, hay un programa de humor en la tele que se llama "Oregón Televisión", similar a "Polonia" o "Vaya semanita" (no habéis visto lo de "era un rey campechano" o "la leche entera"?).

    Luego está lo de "Aragón es Ohio" (q habréis oído q es pq ambas zonas predicen quién ganará las eleccciones a nivel nacional)... no quiero saber cómo está Kamala ahora en Ohio...

    MV,. cuánto aprendo contigo! NO sabía q MIlanés le había hecho canciones al Uncle ho! "Su nombre Ho Chi Minh puede ponerse en verso".... gracias!

    ELENA, qué alegría verte por aquí... casi me obligas a meterme en IG a ver por dónde andabas! Espero q estés pasando un buen verano. Me leí una de tus recomendaciones (W. Stegner)... a ver cuándo lo escribo.

    Besos para los dos!

    di

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  4. ¿Qué ha pasado con la entrada anterior? Una en la que hablabas de los taburetes vietnamitas, que comenté debidamente. Todo parece haberse volatilizado. ¿Blogger te hace boicot o eres tú que te has arrepentido?

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    1. ay no no, es q estas crónicas de viaje cuando termino las muevo al día en q ocurrieron (julio) no al publicado... lo suelo hacer al final, pero el otro día moví tres... pero ya me voy a estar quieta :) si miras para atrás, ahí están :):)

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  5. Llego con retraso por mis vacaciones pero aquí estoy. No me muevas las entradas de sitio.

    Bien ese apunte sobre las palomas. Eres un clásico aquí estan todos tus temas: yogures, pájaros, comida.

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    1. ahh sigue leyendo q en uno más adelante sales tú...

      aparte de q os tuve en todos mis pensamientos con la no-colada, pero algún guiño os hice...

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