Jueves, 11.07.24: Londinium - Dubai
Empecemos por errores de empacado (aviso para mi yo futura)
Los jueves por la mañana tengo la reunión del equipo y hoy, pese a lo que me espera, también asisto, me despido, pongo el out-of-office, cierro algunas cosas. En teoría tengo todo ya empacado y total, lo que haría esa mañana sería dar vueltas por el piso dudando si me he dejado algo. A toro pasado tengo la respuesta: no me he dejado nada, pero he llevado demasiadas cosas que fueron un error. La más brutal fue el portátil: la ingenua pensaba escribir. Creo que lo abrí un día, escribí alguna nota, y ya no más. Otro error fue mi cámara réflex: la he usado pero cada vez me molesta más cargar con ese mamotreto cuando los iphones de mis compas de viaje, ante exactamente el mismo encuadre, hacen mejores fotos, más luminosas. Esta cámara siempre ha hecho "fotos tristes" (según el Kuñado universal, es que "son raw, hay que tratarlas luego": paso). La Lumix compacta, por el contrario, siempre ha hecho fotos alegres, pero no me gusta que no tenga visor y que el objetivo no sea manual; objetivo que ha enloquecido y va a la suya: otro fracaso llevarla. Luego, los chubasqueros: como dijo el Naufrago Ro que "es temporada de lluvias", el monzón vamos, los chubasqueros viajaron en la maleta, pero otro tema era llevarlos contigo cuando se necesitan: nunca. Las bolsas de aseo (yo tengo dos) ocupan la mitad de mi maleta (cremas, maquillaje y otros básicos de supervivencia) sí que fueron un acierto, digan lo que digan. Todo esto, y lo útil, entró en una mochila de mano y una maletita que entra en cabina. Cuando veo los maletones que lleva la gente, alucino: qué transportan, planchas?
Primero microcrisis: la basura
Pero divago, centrémonos. Por fin salimos de casa a la 12:55, pero a medio camino al metro recuerdo que, aunque hemos sacado la basura de reciclaje y la orgánica, se nos ha olvidado la otra, esa basura inclasificable. Podría decirle a mis jardineras de guardia (mención especial a Mónica y Rebecca, que han venido a regar, consiguiendo que alguna planta esté mejor que la dejé) pero vuelvo, vamos con tiempo. Hoy volamos de Heathrow, el aeropuerto más grande de Londinium, que está al oeste: con metro llegamos en una hora. En el tramo de la Elizabeth line hay un hombre rodeado de tres mugrientas bolsas de plástico que se ha descalzado y, con toda su cara fumándose un puro, habla bien alto por teléfono. Como es Londinium, nadie dice nada: todos miramos a otro sitio.
Segunda microcrisis: seguridad
Al pasar seguridad, la primera crisis: señora, que lleva demasiadas bolsitas con líquidos (véase arriba sección "mi bolsa de aseo"). Intento comprimir cosas en menos bolsitas, sacar algo que tal vez no sea líquido, yoquesé. Aún así, imposible meterlo todo en una, sobre todo porque llevo cuatro botes de 100mls de DEET, repelente de insectos "destino tropical". Como ya sugerí ayer, el tema malaria-dengue-encefalitis japonesa-añada lo que quiera, ha sido una de mis preocupaciones de las últimas semanas. No tanto como tomar Malarone, pero soy una de esas personas a las que los mosquitos aman: se ha comprobado cómo en el mismo espacio mis compas han salido indemnes y yo, cosida (cómo olvidar aquella noche maravillosa en la playa de mejor nombre del mundo -Kaputas!- en Turquía), segada, como se diga. Así que aquí se vive el primer episodio del viaje de "Di dando explicaciones" [por si hay alguien de Primero de Divagando, el Peda nunca jamás explica nada y se queja de que yo cuento mi vida a propios y extraños]: le digo que entienda, que vamos a un país donde la malaria y otros horrores son endémicos, le proyecto un powerpoint sobre el Anópheles, le extiendo un folleto sobre los efectos secundarios de los antipalúdicos, el PubMed sobre la vacuna del dengue aún en mantillas... la pobre, aborrecida, me deja pasar. Nota: el Peda no tiene razón porque a menudo mis explicaciones nos han sacado de líos. Hasta Mini admitió, días más adelante en una de estas: "mummy you have a way with words" (vamos, que hago magia).
Tercera crisis: Pasaporte no vigente
Pero no ha terminado aún ahí la diversión. Mientras nos tomamos un Pret junto a hordas de viajeros, el Peda deja caer, como si nada, que ayer se dio cuenta que "el pasaporte de Mini caduca en octubre y parece que en la web de Emirates dice que tienes que volar con tres meses de validez". Concluye, con toda su pachorra: "a la ida bien, a la vuelta, ya estaremos ahí ahí". Perdona: qué? ahí-fucking-ahí? Cómo se nos ha podido pasar esto?
Cuando vamos a embarcar, nos hacemos los ocupados pero evidentemente, el pasaporte de Mini pita (hay que ver la pantalla del ordenador roja palpitante, rollo "Houston, tenemos un probelma"). El azafato de tierra muy azorado dice que son SEIS meses que tiene que estar vigente, el Peda le dice que son tres, según su propia web, pero no se preocupe, jefe, y de su chistera, un sanguíneo Peda saca el pasaporte español de la hija. Suspiro generalizado -en mi caso recuperación rápida de un leve infarto de miocardio-, y nos deja pasar. Nunca pensé que tener dos pasaportes iba a ser tan útil: gracias Brexit!
Claro que -pienso mientras avanzo por el finger- el tiempo de estancia en el país sin visado varía con un pasaporte o con otro-ya sabíamos que con el británico eran 45 días pero, con el español? Decido aparcar este pensamiento hasta que aterricemos en Vietnam: este exceso de cortisol me está matando.
El vuelo sale a las 18:00 y dura 7 horas. Llegamos a Dubai a las 1:00 am del día siguiente, pero allí son como las 4:00 am hora local. O sea, en teoría debería escribir esto en el divague del 12 de julio? Whatever: llevo tanto lío que permítanme que siga hasta que amanezca, que es cuando los de la Generación X consideramos que ha terminado el día.
Entretenimiento a bordo
He leído que hay una nueva moda, el "rawdogging", que consiste en pasar un vuelo largo sin ninguna distracción: ni libro, ni pantalla, ni beber, ni dormir, ni banio... en fin, otra idiotez para postear a tus seguidores en IG o Tiktok. En fin, que con todos esos parches, el vuelo se pasa pronto. Se dice que Emirates tan bien, pero el avión no es nada del otro mundo, aunque las azafatas llevan un sombrerito muy trabajado y un Russian Red en los labios que no se mueve en todo el vuelo y que necesito YA.
Al despegar te hacen una foto con una polaroid -salimos todos sonrientes. Hay tropecientas pelis y series, pero nada que realmente me apetezca demasiado: al final cae un "thriller literario" con Julie Delpy y el siempre posh Richard Grant titulado "The lesson" (Alice Troughton, 2023), que va decayendo a medida que progresa y que olvidaré enseguida. No recuerdo si intento otra, tengo un libro por empezar y el Peda está viendo "Perfect days" de Win Wenders, que le encanta. Algo me dice que, siendo la persona verbosa que conocéis, no va a ser para mí, pero le doy una oportunidad en el vuelo de vuelta (mi análisis, en ese divague, algún día futuro en su quiosco). Al final, cuando ya estoy bastante cansada, termino con mi placer culpable de aviones (de hecho, la descubrí en un avión): "The big bang theory". Compruebo que pasan los años pero este grupo de físicos "con problemas en sus relaciones sociales" me siguen haciendo reír - mi favorito Raj, el chico indio.
El calor de Dubai, otro nivel
Por fin, aterrizamos: el aeropuerto es muy Oriente Medio -ya había pasado por Doha y Abu Dhabi-, brilli brilli, lujo y poderío: todo lo que odio. Nuestro siguiente vuelo a Ho Chi Min City (Saigon) sale en siete horas, así que decidimos ir a ver la ciudad. Al enseniar los pasaportes de salida, los dos tipos vestidos con el traje típico ese de jeques nos dicen "hala Madrid" (socorro). Recordemos: son las 5 am hora local, noche cerrada. Al salir del aeropuerto, el calor nos deja KO. Es un calor seco, como de sauna, de horno. Mira que somos mediterráneos y que hace un par de veranos estuvimos en Turquía, pero creo que nada es similar a esto. Una amiga que se mudó a Abu Dhabi me lo contaba: vivían en una casa con piscina, pero no podían salir a bañarse hasta las 10 de la noche, te imaginas?
Infringiendo la ley
El taxi nos deja a los pies del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, según Mini que es la principal interesada en ver esto. Quedamos con él para dentro de hora y media. Cuando se va, como estamos solos enmedio de ese exceso futurista, y enfrentada a ese sofoco, decido en un plis plas cambiarme los leggins que he llevado en el vuelo por unos pantalones de lino blanco (mi uniforme vietnamita). El Peda me echa la bronca "que estamos en un país musulmán y tú cambiándote en plena calle". Cuando estoy terminando aparece un segurata supongo que del edificio, pero no se acerca: solo me faltaría el primer día arrestada y condenada a 10 latigazos por semejante infracción.
Blade-runner de madrugada
Sin ánimo de cuñadismo, pero "a mí no me parece tan alto" el edificio ese. Igual es la edad, pero he estado al pie de otros rascacielos míticos y me han parecido mayores, yo qué sé. Caminamos a su alrededor, hay un lago y es todo así: excesivo. No puedo entender la vida aquí -deberíamos asumir que esa zona del mundo no está preparada para ser habitada-, la de los ex-pats siempre dentro de edificios con aire acondicionado, pero sobre todo la de los pobres que están levantando esas moles bajo el sol. Menos aún entiendo a la gente que va allí de vacaciones, a pesar de que Emirates nos dan la matraca con ello en los anuncios antes de las normas de seguridad. Gente guapa bailando: anda ya, a otro perro con ese hueso -aquí solo se puede estar en la posición del loto en una habitación a oscuras.
Amanece, poco a poco se van apagando las luces: está chulo. Hay hombres regando las calles, digo las aceras de los establecimientos. Vamos a esperar al taxi y no aparece. Viene otro y le decimos que hemos quedado con el primero, se va. Pasado un cuarto de hora, como está dando vueltas alrededor cual buitre, nos vamos con él-suponemos que al original le ha salido algo - o tal vez me vio por el retrovisor quitarme las leggins y está rezando por mi alma.
La lucha por la vida por un asiento
Al volver al aeropuerto nos encontramos con un lugar diferente: del sitio tranquilo y con eco de madrugada a un hervidero de tiendas, restaurantes, gente tirada por los suelos, no hay donde sentarse. Hay que estar alerta para que no te atropellen por los pasillos unos cochecitos eléctricos a todo trapo, que no es que lleven a ancianas venerables con sari, sino tipos musculados y lo que parecen modelos de pasarela. Dice Mini "ya sé que no todas las discapacidades son visibles, pero..." Nuestro vuelo sale a las 10:30 am hora local, así que aún nos queda un rato de espera. El cansancio se empieza a acumular, y "esto no ha hecho más que empezar".
Y como ya ha amanecido, pese a la confusión existencial que me posee, creo que debe ser un nuevo día... hasta mañana.
Muy interesante el viaje, sí señora. Leo Saigon entre paréntesis y se me va la mente al norte (Hanoi) y al sur...Camboya...los jemeres rojos...etc.
ResponderEliminarMuy atento a los próximos capítulos
Abrazos
Jota! Qué tal... no sabes lo que has hecho: con eso de q "Ejpania cierra en agosto" tengo una sensación de estar enviando mensajes en botellas al mar q van a la deriva, sin receptor... y ahí apareces tú, a través de los anios... :)
EliminarA ver si puedo escribir la llegada a la mítica Saigon ahora, aunque voy un poco tarde... :) Si no, maniana...
besos
di
Yo siempre confiaría en el Peda. Gente tranquila solucionando problemas. ¿Donde quedaron esas placenteras vacaciones burguesas en las islas griegas cantando el mama mia?
ResponderEliminarOs sigo desde mi playerismo nihilista
Besicos a los tres.
jajajaj... otra vieja gloria que nos lee emboscado en la agostidad! Me voy a tener que releer antes de darle a publicar, o qué? :)
EliminarMuy feo lo de la solidaridad con "el hombre tranquilo" Peda, cuando soy yo la verdadera Sra Lobo q soluciono los problemas... por cierto, si hay una novela clásica q se desarrolla en Vietnam es "THe quiet man" de Graham Greene pero no he sido capaz de hacerme con ella por una pereza extrema (lo q leí de él no me gustó). Si la has leído y te gustó, tal vez sea el empujón q necesite.
Quién estuviera en playerismo, kapullo... yo me voy a currar
besikos a los 4
di
Hasta aquí me dejan leer por hoy... y lo que se disfruta, como si la pesadez del ambiente mesopotámico te diera alas... haces agradable leer texto e imágenes de una variante muy poco dantesca (y menos homérica) del Infierno Terrestre... para gustos, claro!!!
ResponderEliminarLo de la mudanza callejera y esa apreciación tan crucial de Mini, me parecieron joyas de una auténtica imagen y diálogo de Clint Eastwood, como mínimo...
Bicos sin perdón...
jajaj qué es la "mudanza callejera" y la apreciación de Mini...???
EliminarNo me puedo creer que no miraras el pasaporte de Mini. ¡Que te está pasando!
ResponderEliminarPor otro lado me falta información, quiero los argumentos de Mini para este viaje. A mi ahí no me pillas ni de coña...
Un amigo me escribió ayer diciendo "no me puedo creer q fuerais a Vietnam basados en los whims de una adolescente... os hizo hacer bailes de TikTok delante de los templos"? :)
EliminarTanto ella como el Peda querían ir allí, por la mezcla de cultura y belleza natural. A mí no me atraía por turístico, pero hoy en día, qué no lo es? En primavera yo estaba planeando Australia, pq es uno de esos sitios, q para mí son ahora o nunca-demasiado lejos, demasiada paliza, pero para ello necesitaba mínimo un mes, q en el curro no me dieron (o sea, va a ser nunca). Y lo q yo quería era algo distinto, aunque he echado de menos Grecia, claro... esa combinación me hizo terminar allí... más o menos :)
Esto promete: cambiándote la ropa en plena calle en un país musulmán. Si te pillan, lo de los latigazos iba a ser poco.
ResponderEliminarAsí en frío, parezco una loca, pero en el momento... es q no habíá un alma y el calor era de otro mundo... y habíá como vegetación (macetas)... no sé, en ese momento "parecía una buena idea" (me imagino en el juicio con esas razones y más...)
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