Fri, 18.03.16, LHR-Paris-Haneda Airport (Tokio)
Me pongo a escribir esto cuando llevo... no sé si ya 48 horas en este país, porque el tiempo se empieza ya plegar como solapas sobre él mismo, y me confunde. Yo solo sé que salíamos de casa hacia Heathrow como si fuera un día de trabajo más (aunque yo llevaba despierta desde las 6 am, tontos nervios de aprendiza' viajera!), plena hora punta del metro de Londinium, esta sí que es una aprendiza en comparación con la del metro de Tokio, que solo hemos probado en finde (no quiero pensar lo que será entre semana). Luego en Heathrow nos hicieron facturar porque aunque llevábamos cada uno nuestra maletita de cabina (somo viajeros ligeros), también luego una mochilita al hombro que a Mademoiselle (volábamos con Air France) no le pareció tan mochilita. En Heathrow compramos Harry Potter para Mini y nos conectamos brevemente al wifi (esta búsqueda constante del wifi será una constante desde que dejamos la isla). Ah, más cosas del mayor aeropuerto de Londinium: ya hemos aprendido de los USA y por fin te dejan pasar botellas vacías para que rellenes (recordáis el aeropuerto de Portland, Oregon, donde había una máquina de relleno que contabilizaba las botellas de plástico que el mundo se ha ahorrado con esta técnica? Pues aquí hay una!). Hablando de mi horror por el packaging, aquí enJapón compramos galletas que venían individualmente empaquetadas! Un derroche, en eso van detrás. Supongo que en este diario habrá contrastes continuos entre cosas en las que van muy por delante, y otras muy por detrás, contraste entre tradición e innovación y contrastes bestiales. Y de lo que estoy segura es que en este diario, escrito sobre la marcha, encontraréis tal vez ideas repetidas, y mal expuestas. Es imposible escribir un diario cuidado, pero el hacerlo "en directo" le aniade mucho, creo (claro que esto no es directo, esto pasó hace ya unos días...).
Rebobinemos. De Heathrow a París, donde descubrimos que tienen en algunas salas de tránsito unas tumbonas de disenio chulísimas (chulíferas, aún se dice esto?) para que los pobres zombies puedan dormir entre vuelo y vuelo. La humanidad avanza, reflexiono: qué hay de aquellos aeropuertos que ponen reposamanos entre los asientos para que nadie nunca se pueda echar? O aquellos al aire libre -Manaos, creo recorder-que si te echabas al suelo te levantaba un policía (quién sabe si armado)?
Luego toca el vuelo: más de 11 horas del horror, sobre todo para los seres como yo que no podemos dormir “en vertical”. Lo siento, incapaz. Necesito siquiera echarme un poquito así sobre el Peda, unos grados, no digamos horizontal (aún recuerdo el horror de la apendicitis que me hacían dormir medio sentada, como dicen dormían los reyes antiguos, de ahí sus camas tan cortas). Total que al principio, nos dan la comida (o a cena quién sabe, la confusion comienza aquí ya que el vuelo era a las 16:15, una hora menos para los british), y te ves un par de pelis. Bueno.
La primera que veo es "Brooklyn", muy recomendada como lacrimógena por Fashion et al. La prota es la ninia de "Atonement" (Sarsoise Ronan). Evidentemente, empiezo a llorar desde casi el principio y no paro. Toca todas las teclas: la chica que deja su Irlanda empobrecida y sin futuro porque su hermana mayor la empuja, para que mejore, aún con la pena de separarse. En el barco la despide con su madre, y allí empeieza la historia de la emigración, terrible en aquella época (y aún para muchos), el extirparte de tu familia, de tus amigos, para de repente caer en otro mundo que es duro al principio, pero al que te acabas adaptando. Y ahora tienes dos planetas que comparar, cada uno son sus cosas buenas y malas, y ahora, no eres del todo a ninguno de ellos: eres una descastada, con sus inconvenientes, pero también con sus ventajas (os lo dice alguien que lo probó, y lo sabe). Dónde perteneces? Dónde quieren los demás que pertenezcas? De quién es tu vida? A quien has de agradar con ella? Es una peli que a los que estamos fuera, auqnue no hayamos venido a La Aventura Total que eran esos anios, nos remueve muchos temas. No sé a los que no han salido, aunque hay una escena de los viejos irlandeses que han “construído los puentes, los túneles” y que ahora ya no tienen donde ir que ha de tocar a todos.
Luego me puse “Holmes”, porque me gusta el personaje, pero la peli no demasiado. Precisamente Holmes, ya de anciano con principios de demencia va a Japón en un tren de aquellos de vapor, y es apicultor, y luego la historia que investiga... pero tal vez será que tengo suenio, pero no la sigo linearmente. Cuando me levanto por ahí descubro que es la última de Star Wars la que más pasajeros están viendo, una de ellas mi hija, que empieza por ahí y luego sigue con “A royal night out” (Veréis que me ha salido republicana), “Inside Out” y tantas otras que no sigo la cuenta.
Por fin nos dormimos... no sin hacer comedias sobre el pobre Peda. Llega el desayuno, qué hambre o estómago triste, llámalo H, a saber qué hora es en la vieja Euro(pa)... hasta que aterrizamos me pongo una peli indie con premio (?) en Sundance “Sleeping with other people” sobre una adicta al sexo con un tío horrible y cómo su amigo le ayuda platónicamente. Pasaba trozos así de golpe, pero os podéis imaginar que acaba casándose con el amigo (peli indie? Bah!).
En la fila de seguridad para entrar al Japón constatamos que hay bastante gente con mascarillas de esas de Michael Jackson. Ya lo habíamos visto antes de embarcar en París. Inmediatamente pensamos que son hipocondriacos (como el rey del pop), luego JAL nos dice por WhatsApp que es que son tan deferenciales que lo hacen si están resfriados para no contagiar al resto. Y luego, una luz cae del cielo y creo recorder un párrafo de "El libro de Juan"*: muchos son alérgicos al polen de un árbol* que plantaron por un tubo en los anios 60 (?) y en la época del polen, lucen las máscarillas. El Peda, desde el principio muestra una predilección por estos objetos pues “le ve toda la lógica” (cuando aún estábamos en la fase prevención o solidaridad de catarros), y luego pregunta, como quien no quiere la cosa, que dónde se compran. Varios días después (al dejar Tokio) le dice a Mini: "volveremos en 2 semanas como otras personas, totalmente imbuídos en esta cultura" (y yo sospecho que se refiere a que volveremos con mascarillas.
**Nota: “El libro de Juan” supongo que aparecerá muchas veces en esta serie. Es el culpable de que yo haya estado desconectada del blog y por ello deberíais estarle agradecidos. Yo lo estoy mucho, gracias Juan (amigo y sufridor de Mo). Es un libro de un bloguero que vive aquí que cuenta cosas sobre la cultura japonesa. Lo leí en prepación pero no me lo he traído, así que muchas cosas que dice se me habrán olvidado y tendré que corregir cuando vuelva a casa.
Y termino aquí, por acabar en algún sitio porque dicen que los días no terminan hasta que una se va a dormir, y aquí a saber cuándo fue eso. Pero es sábado, estamos en la fila de seguridad para entrar en el país donde hay un sensor que mide “altas temperaturas” (nos llega a tocar a Mini y a mí hace tres semanas, cuando la gripe...) y (no) brilla el sol en Tokio, luego debe ser el día siguiente.
Me pongo a escribir esto cuando llevo... no sé si ya 48 horas en este país, porque el tiempo se empieza ya plegar como solapas sobre él mismo, y me confunde. Yo solo sé que salíamos de casa hacia Heathrow como si fuera un día de trabajo más (aunque yo llevaba despierta desde las 6 am, tontos nervios de aprendiza' viajera!), plena hora punta del metro de Londinium, esta sí que es una aprendiza en comparación con la del metro de Tokio, que solo hemos probado en finde (no quiero pensar lo que será entre semana). Luego en Heathrow nos hicieron facturar porque aunque llevábamos cada uno nuestra maletita de cabina (somo viajeros ligeros), también luego una mochilita al hombro que a Mademoiselle (volábamos con Air France) no le pareció tan mochilita. En Heathrow compramos Harry Potter para Mini y nos conectamos brevemente al wifi (esta búsqueda constante del wifi será una constante desde que dejamos la isla). Ah, más cosas del mayor aeropuerto de Londinium: ya hemos aprendido de los USA y por fin te dejan pasar botellas vacías para que rellenes (recordáis el aeropuerto de Portland, Oregon, donde había una máquina de relleno que contabilizaba las botellas de plástico que el mundo se ha ahorrado con esta técnica? Pues aquí hay una!). Hablando de mi horror por el packaging, aquí enJapón compramos galletas que venían individualmente empaquetadas! Un derroche, en eso van detrás. Supongo que en este diario habrá contrastes continuos entre cosas en las que van muy por delante, y otras muy por detrás, contraste entre tradición e innovación y contrastes bestiales. Y de lo que estoy segura es que en este diario, escrito sobre la marcha, encontraréis tal vez ideas repetidas, y mal expuestas. Es imposible escribir un diario cuidado, pero el hacerlo "en directo" le aniade mucho, creo (claro que esto no es directo, esto pasó hace ya unos días...).
Rebobinemos. De Heathrow a París, donde descubrimos que tienen en algunas salas de tránsito unas tumbonas de disenio chulísimas (chulíferas, aún se dice esto?) para que los pobres zombies puedan dormir entre vuelo y vuelo. La humanidad avanza, reflexiono: qué hay de aquellos aeropuertos que ponen reposamanos entre los asientos para que nadie nunca se pueda echar? O aquellos al aire libre -Manaos, creo recorder-que si te echabas al suelo te levantaba un policía (quién sabe si armado)?
Luego toca el vuelo: más de 11 horas del horror, sobre todo para los seres como yo que no podemos dormir “en vertical”. Lo siento, incapaz. Necesito siquiera echarme un poquito así sobre el Peda, unos grados, no digamos horizontal (aún recuerdo el horror de la apendicitis que me hacían dormir medio sentada, como dicen dormían los reyes antiguos, de ahí sus camas tan cortas). Total que al principio, nos dan la comida (o a cena quién sabe, la confusion comienza aquí ya que el vuelo era a las 16:15, una hora menos para los british), y te ves un par de pelis. Bueno.
La primera que veo es "Brooklyn", muy recomendada como lacrimógena por Fashion et al. La prota es la ninia de "Atonement" (Sarsoise Ronan). Evidentemente, empiezo a llorar desde casi el principio y no paro. Toca todas las teclas: la chica que deja su Irlanda empobrecida y sin futuro porque su hermana mayor la empuja, para que mejore, aún con la pena de separarse. En el barco la despide con su madre, y allí empeieza la historia de la emigración, terrible en aquella época (y aún para muchos), el extirparte de tu familia, de tus amigos, para de repente caer en otro mundo que es duro al principio, pero al que te acabas adaptando. Y ahora tienes dos planetas que comparar, cada uno son sus cosas buenas y malas, y ahora, no eres del todo a ninguno de ellos: eres una descastada, con sus inconvenientes, pero también con sus ventajas (os lo dice alguien que lo probó, y lo sabe). Dónde perteneces? Dónde quieren los demás que pertenezcas? De quién es tu vida? A quien has de agradar con ella? Es una peli que a los que estamos fuera, auqnue no hayamos venido a La Aventura Total que eran esos anios, nos remueve muchos temas. No sé a los que no han salido, aunque hay una escena de los viejos irlandeses que han “construído los puentes, los túneles” y que ahora ya no tienen donde ir que ha de tocar a todos.
Luego me puse “Holmes”, porque me gusta el personaje, pero la peli no demasiado. Precisamente Holmes, ya de anciano con principios de demencia va a Japón en un tren de aquellos de vapor, y es apicultor, y luego la historia que investiga... pero tal vez será que tengo suenio, pero no la sigo linearmente. Cuando me levanto por ahí descubro que es la última de Star Wars la que más pasajeros están viendo, una de ellas mi hija, que empieza por ahí y luego sigue con “A royal night out” (Veréis que me ha salido republicana), “Inside Out” y tantas otras que no sigo la cuenta.
Por fin nos dormimos... no sin hacer comedias sobre el pobre Peda. Llega el desayuno, qué hambre o estómago triste, llámalo H, a saber qué hora es en la vieja Euro(pa)... hasta que aterrizamos me pongo una peli indie con premio (?) en Sundance “Sleeping with other people” sobre una adicta al sexo con un tío horrible y cómo su amigo le ayuda platónicamente. Pasaba trozos así de golpe, pero os podéis imaginar que acaba casándose con el amigo (peli indie? Bah!).
En la fila de seguridad para entrar al Japón constatamos que hay bastante gente con mascarillas de esas de Michael Jackson. Ya lo habíamos visto antes de embarcar en París. Inmediatamente pensamos que son hipocondriacos (como el rey del pop), luego JAL nos dice por WhatsApp que es que son tan deferenciales que lo hacen si están resfriados para no contagiar al resto. Y luego, una luz cae del cielo y creo recorder un párrafo de "El libro de Juan"*: muchos son alérgicos al polen de un árbol* que plantaron por un tubo en los anios 60 (?) y en la época del polen, lucen las máscarillas. El Peda, desde el principio muestra una predilección por estos objetos pues “le ve toda la lógica” (cuando aún estábamos en la fase prevención o solidaridad de catarros), y luego pregunta, como quien no quiere la cosa, que dónde se compran. Varios días después (al dejar Tokio) le dice a Mini: "volveremos en 2 semanas como otras personas, totalmente imbuídos en esta cultura" (y yo sospecho que se refiere a que volveremos con mascarillas.
Baño bienvenida en aropuerto: Volveremos a este tema |
**Nota: “El libro de Juan” supongo que aparecerá muchas veces en esta serie. Es el culpable de que yo haya estado desconectada del blog y por ello deberíais estarle agradecidos. Yo lo estoy mucho, gracias Juan (amigo y sufridor de Mo). Es un libro de un bloguero que vive aquí que cuenta cosas sobre la cultura japonesa. Lo leí en prepación pero no me lo he traído, así que muchas cosas que dice se me habrán olvidado y tendré que corregir cuando vuelva a casa.
Y termino aquí, por acabar en algún sitio porque dicen que los días no terminan hasta que una se va a dormir, y aquí a saber cuándo fue eso. Pero es sábado, estamos en la fila de seguridad para entrar en el país donde hay un sensor que mide “altas temperaturas” (nos llega a tocar a Mini y a mí hace tres semanas, cuando la gripe...) y (no) brilla el sol en Tokio, luego debe ser el día siguiente.
Una pregunta, Di: ¿Es verdad, especialmente en el Scramble Kousaten de Shibuya, que los tokiotas debajo de los pantallones de publicidad ¡albergan edificios!?
ResponderEliminar¡Buen Viaje!
ResponderEliminar«Cuánta lluvia habrán visto los árboles de Ginza, cuántos viajeros el cruce de Shibuya. Tokyo tiene la honestidad del agua, la honestidad de los capitanes de navío y la exquisita, bondadosa, vulnerabilidad de entregar algo con ambas manos. Lejos y dentro de la gran urbe, en eso debe consistir el vértigo, su noche es la misma al otro lado del mundo horas después. Con Jane Birkin a mi lado redactando dos postales en un tren hacia Kyoto he redescubierto que escribir sigue siendo un lento desangrarse. En mí prende la llama de las antiguas formas, incomprensibles, así las sigo tras la luz de los telares que encierran los rascacielos.
ResponderEliminarValidar equívocos, acometer nuevos errores, oscilar entre lo súbito y lo perpetuado. Así es como avanzamos.»
Lo acabo de leer, con un respingo, en Gema Nieto, La pertenencia. Uno de los escasísimos libros de los últimos tiempos que es realmente imprescindible. Descanso de su lectura oyendo un poco de Arvo Pärt, sobre todo Silouans Song (está en Spoty).
¡¿Y entre las películas no visteis Lost in Traslation (Sofia Coppola, 2003)?!
ResponderEliminarDescontando el cine y la literatura japoneses, pienso que viendo Lost in Traslation y leyendo Un geek en Japón (Héctor García –Kirai en la blogosfera–, 2012) uno está requetelisto para visitar fugazmente aquel país y su capital.
Y aunque no venga a cuento, de siempre me ha parecido que el Japón, entre otras cosas, tiene, con diferencia, la bandera más bonita del mundo (aunque esté tan cuestionada allí como, por parecidos motivos, aquí la roja y gualda). Una bandera así da gusto. Las cosas como son. Es inmejorable. ¿¡Que no?! ¡Pos a ver quién es el guapo que diseña una bandera con tanto arte! La copió (en homenaje) Palaos; la copió (por la cara) Bangladés... En fin, lo dejo que si no me enciendo.
Qué lío y desbarate. Hasta yo me he cansado, solo de leer tanto desbarajuste.
ResponderEliminarA ver, organización.
ResponderEliminarLos que sepáis japonés en un grupo a la derecha. Bien.
Los que no sepáis japonés a un lado, con cara de resignacion. Bien.
Lux, no te cambiés de grupo, y decide de una vez a qué grupo perteneces.
A ver NaN, no vale apuntarse a última hora a un cursillo. O sabes o no sabes.
No os mováis tanto, que no hay quien os cuente.
No, no se puede estar en ambos grupos.
Mascarillas ? Pues como no usemos los pañuelos.
...
Esto es un caos. Colaborar un poco, anda.
Cuando lleguemos al tema de la comida, no quiero ni pensarlo.
Como no soy traidor, aviso: como en mi ración haya aunque sea un pedacito pequeño de pescado crudo, doy una patada en la mesa y la vuelco.
ResponderEliminarNo, no creo, Lux.
ResponderEliminarLas autoridades sanitarias japonesas no van a admitir como mascarilla un pañuelo atado por ambos extremos a las orejas. Estoy seguro.
Así que empieza a desatármelos.
Por favor.
Insisto..
¿ qué llevas en esa bolsa, NáN ?
ResponderEliminar¿ bocatas de jamón serrano ?
Por fin, uno que piensa.
Darlings.... un beso enorme desde el MOnte Fuji (ueno, desde un pueblo medio muerto en sus cercanías). Deciros q no poré contestaros a los comentarios durante el viaje, pero a la vuelta me comprometo a hacer un post con respuestas y aclaraciones...
ResponderEliminar"Los in trnslation" me encantó en su día, pero el Regency Wyatt Hotel dde se filmó ni lo he olido.
Estoy con Nan y el pescado crudo: odioso. Tanto es así q solo el olor me repugna. No pienso probarlo. DE omento, la comida no la estoy disfrutando tanto como me dicen los ingleses...claro q son ingleses y no tienen una suegra vasca, una yaya catalana q hacía los mejores canalones ever, un levante donde las paellas matan, etc... me sale el nacionalismo gastronómico??? arghhhh... yo nunca he escrito esto, pero es q como en casa... no se ocme en ningún sitio.
Estoy en la recepción del ryokan donde nos quedamos, pq no hay wifi en la habitación. Por eso no puedo extenderme, he venido solo a colgar el divague... si me vierais, estoy toda mona con kimono y esa cosa q se pone como abriguito por encima... visualizadme haciendoos una reverencia de despedida...
Muxus guapos.
di
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTe he visto, Di. ¡Kí mona estás!
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