Hay veces que soy mucho más desagradable con esos teleoperadores que te llaman en el momento más inoportuno y encima no saben ni con que compañía estás.
Si no las escribo, las cosas no han llegado a término, solo las he vivido (A Ernaux) La vida real no está a la altura de escribir sobre ella (J Eugenides) Lo que me interesan son los errores, fruto de la pasión, los errores que se cometen arriesgando (G Steiner) En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos (M Benedetti) Escribir es persuadir a un extraño de que se quede (R Cusk) El camino del exceso conduce a la sabiduría (W Blake)
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Yo, normalmete termino blasfemando e insultando. Eso me ha traido más disgustos que alegrías, pero no puedo evitarlo.
ResponderEliminarMe indigna que se indignen porque no quieras ni siquiera empezar a escuchar su rollo, pero es mi tiempo y es el teleoperador el que se mete sin pedir permiso en mi vida y, encima, pretende que le trate bien y le compre sus productos sin rechistar.
Tengo varias anécdotas incluida una en la que el teleoperador me acusó nada veladamente de que pegaba a mi mujer y le prohibía coger el teléfono.
A mí me gusta ser creativo con los teleoperadores.
ResponderEliminarDesde el repentino fallecimiento de la persona por la que preguntan a que me están embargando la vivienda en ese preciso momento.
Saludos.
Yo directamente paso de ellos y les cuelgo. Durante una temporada nos llamaban tooooodos los días a las cuatro de la tarde. Justo cuando estábamos durmiendo la siesta.
ResponderEliminar¡Qué fácil es meteros con el débil! En el fondo sólo hacen su trabajo, como los soldaditos que van a matar a Irak y Afganistán, ellos solo son obedientes. Y a estos, con hacer mucho menos daño, encima no les hacen homenajes, ni Monumento al Teleoperador Desconocido, ni Remembrance Day...
ResponderEliminarAh, ¿que no puedo comparar matar a civiles afganos con que me revienten la siesta? También es verdad...
Primero: así se habla en Aragón? Oh dear.
ResponderEliminarSegundo: Aquí nos suelen llamar (pero no muy frecuentemente) de la India. Yo no me enfado, o por lo menos no lo muestro. Los pobres tienen q estar desesperados para hacer ese trabajo. Lo q hago es empezarles a dar conversación tirando a enloquecida: "y de que parte d ela India me llama? ahhhh estuve allí, y cuénteme, cómo ha quedado tal y tal?" O tb "ahhhh, Punjabi, mi padre estuvo allí durante la segunda guerra mundial". Intento q se desesperen y que se rían. Da resultado. Y tú tb te acabas riendo.
Mmm, se me esta ocurriendo un post con las gansadas que he hecho yo con esta gente...
ResponderEliminarYo alguna vez le paso el teléfono a los pollitos y les digo que hablen ellos y le pregunten cosas. Ese ha sido mi mayor atrevimiento.
ResponderEliminarUna vez mande a tomar viento a uno y me estuvieron llamando sospechosamente a la 01:00 de la mañana desde un teléfono que siempre comunicaba.
Me encanta como habla el aragonés...
Lo mejor ers decir
ResponderEliminarque te han pillado
velando a un pariente,
¡cuelgan volando!
es que da yuyu
Diva... qué emoción.. que poco falta...
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