Eres mi ope

Eres mi vida -  me decía Consuerte cuando estábamos acaramelados - eres mi cielo, eres... ¿eres mi ope? - me preguntó admirando la profundidad de mis hechiceros ojos verdes. De todos es sabido que los miopes tenemos la mirada más arrebatadora que el resto.

Sí, sí, lo soy y desde hace mucho tiempo - le contesté. Tanto es así que Consuerte se percató de que yo entrecerraba los ojos para ver de lejos cuando no llevaba lentillas, cosa que pocas veces ocurría ya que, por comodidad sobre todo y algo también por estética, mis lentillas y yo éramos y somos inseparables.

Ya lo sé, ya lo sé, ahora con el láser del Jedi, te operan en un segundo en cualquier sitio y sales viendo un piojo a 100 km. Pero yo soy un pelín aco...bardada y siempre hay un 1% al que le sale mal el asunto. ¿Y si estoy en ese porcentaje? ¿Y si me quedo llorando para siempre como Al Pacino en el Padrino? Nada más me faltaría que andar como la Zarzamora llora que llora por los rincones... Que no me opero y punto. Además con mis lentillas desechables me apaño de muerte. Es el único capricho diario que me permito desde que dejé de fumar. La verdad es que estoy tan acostumbrada que ni me doy cuenta de que las llevo.

En cuanto a las gafas tengo algún modelo que suelo renovar con asiduidad, más que nada por si algún día me falla la lentilla o si tengo que viajar mucho. También tengo una gafas para dormir. Sí, son las que uso para leer en la cama o ver la tele en el sofá y que se pueden permitir el lujo de doblarse, aplastarse contra la almohada o caerse directamente al suelo. Es un cuadro verme entonces por la mañana, tanteando a ver si las encuentro por la colcha de flores. Pero divago.

¿Por qué todo este rollo? Resulta que los miopes somos fotosensibles. De hecho a mi el sol me molesta bastante y me suele dar dolor de cabeza. Así que ando siempre con mis gafas de sol. Tengo más de un par, en el coche, en casa... Si algún día de sol me las olvido puedo acabar fatal.

El caso es que hace tres años descubrí un modelo de gafas de Oakley que además estan polarizadas. Esto de la polarización no tiene nada que ver con la pirólisis de los hornos. Podéis leer lo que significa aquí porque yo soy incapaz de explicarlo. En cuanto pruebas gafas polarizadas se acabó el resto. Yo, que soy fiel por naturaleza, me rendí a los encanto de las Oakley y desde entonces no hay otras para mí. Además las hacen todas de plástico, sin tornillos y sin ese arco metálico que se apoya en la nariz, que deja marca y que además se te enreda en el pelo si te pones las gafas a modo de diadema. Hay que pensar en todo.

El problema es que no es un marca muy conocida y en muchas tiendas no las tienen. El otro día me recorrí tres ópticas y en las tres me quisieron agenciar el modelo actual que está de moda y es el que se lleva ahora, super mega guay quetecagas tipo aviador, que además es ideal para verano y lo hay en varios colores. Que no, que no. A mi volar no me importa, pero esas gafas de aviador... va a ser que no. Eso sí, están de moda fijo, por que todas las mamis "a la moda" de mi cole las llevan aunque les hagan la cara de bleda.

¡Ea! que no las quiero - le digo a la dependienta en la última óptica que voy. Que me da igual que las lleve Brad Pitt o David Beckam. Qué manía con tratar de agenciarte algo cuando no tienen lo que buscas...

Pero yo soy fiel a mis Oakley.

Así que tendré que desplazarme a la ciudad condal a agenciarme unas buenas polarizadas porque en provincias lo que se lleva es el modelo aviador. Será por lo del recién estrenado aeropuerto y tal...