Sábado 03.08.24: Phu Quoc, Día Dos
Iniciamos el día como en estas dos primeras instantáneas: leyendo bajo la mosquitera y desayunando -una vez más pantagruelicamente- con vistas.
El divagante podría decir, con toda la razón, que no hay justificación para una entrada de un día de pasividad lectora frente al mar, pero pasen y lean: en un punto de la tarde, pasa algo! De momento, fotos: esta es la piscina superior de esas dos piscinas, una sobre otra, que comenté ayer...
Lo veo totalmente innecesario, porque está justo enfrente de la playa, o sea, gentuza como yo pasa por delante todo el rato, pero sobre todo porque en las piscinas grandes no hay nadie -será por eso que ni se me ocurre darme un chapuzón en esta. No sería ni siquiera transgresión porque en la cabaña tampoco hay nadie.
Esta foto es solo para ilustrar lo que es un buggy, por si acaso alguien no lo visualizaba:
Entre pitos y flautas, de hamaca en hamaca y piscina a piscina, salteado por baño en el mar se pasa el día. Conozco a una rusa del piso de arriba: está allí con su hija adolescente -a la que nunca vemos- y me cuenta que Vietnam es uno de los países a los que aún pueden ir los rusos. Hablamos de otros temas -que no recuerdo, ya hace dos meses- pero no de lo que piensa de Putin y la guerra, cosa que me interesaría mucho. De hecho, el día que tecleo esto (5 de octubre) me he encontrado con otra rusa que conozco aquí en Londinium a la que hace tiempo no veía (sus hijos iban al cole de primaria con Mini). Su marido trabajaba aquí y en un punto "iba y venía" mucho de Rusia. Hoy le he preguntado cómo está y me ha dicho que sigue igual "pero que ahora es más complicado porque ya no hay vuelos directos". También le quería preguntar por la guerra y su visión, pero igual que aquel día en Phu Quoc, no me atrevo-supongo que no estábamos en la situación. Lo que sí recuerdo -volvamos a Phu Quoc- es que esta rusa me dice que en esta época (digamos al unísono: "temporada de lluvias") es mejor quedarse en el otro lado de la isla porque allí el mar es plano, como esa imágenes idílicas de playa paradisíaca, y aquí está picado.
Yo ya he dicho que a mí las olas aquellas de rulo con tanta fuerza no me divierten como a mis compas tras una experiencia traumática en el pasado con 11 años, pero las de este mar "picado" son de esas super-divertidas, que te metes un poco adentro y hay que saltarlas. Lo pasamos fenomenal pero entonces, en un punto de la tarde, espera: qué es eso en la playa?
Unos chavales vietnamitas estaban con unos cubos llenos de rosas blancas por ahí cuando hemos bajado a esta playa, pero ahora están haciendo como una hilera, y luego han puesto una especie de biombo... cuando salimos del agua me acerco y, por lo que parecen las fotos...
Qué puedo decir, salvo que no tengo palabras (y que espero que luego nos ofrezcan pastelitos, cualquier letra me va). Mini dice que esto no es nada, que en las que ella ha visto hay orquesta y todo, y de hecho, se termina enfadando con nosotros por la noche cuando en la cena expresamos nuestra visión de la jugada: según ella "no entendemos nada". Está en desacuerdo que esto no sea precisamente feminista o cualquier otra parte de nuestro argumentario, pero eso no es lo peor: parece que ella querrá "algo mejor que esto", donde luego "mi familia estará escondida y saldrá a celebrarlo" (o sea: tendré que estar envuelta en esta pantomima?). Solo puedo decir que me saldrá tal vez una buena entrada de blog -contando que no me lee. Bueno, aquí veis a la agasajada llorando:
Fue muy gracioso porque había dos fotógrafos con cámaras medio-pro y yo, alrededor de los novios. Yo intentaba no molestar mucho, pero probablemente en algunas de las fotos de ensueño que los enamorados repasen en el fin de sus días aparezca una vieja borracha en bikini con viejo sombrero mugriento apuntándoles con su teléfono. Pero que se fastidien, porque luego no compartieron los pasteles con forma de corazón.
Antes de terminar con esta simpática anécdota incluir una última foto porque hasta que llegó la futura novia hubo que esperar mucho, y el novio se paseaba nervioso playa arriba playa abajo, como si a la puerta de un paritorio, porque a la novia la debieron traer engañada unos terceros. Nadie comió pasteles.
A las 18:00 el hotel ofrece un bus transfer a la capital de la isla, para el obligado mercado nocturno. Esto no tiene nada que ver con el mercado de Ninh Binh, es más bien un tourist trap (cómo culparles, cada uno vive de lo que puede) que el Peda describe así: "Ruido, puestos de todo, hay mucho marisco vivo en cisternas que te cocinan ahí mismo. Smoothies y unos recuerdos, cajero y Grab de vuelta".
Cenamos en el mismo sitio de ayer y como la piscina al lado de recepción no la cierran hasta las 22:00, nos damos un baño nocturno donde estamos solos. Volvemos en buggy a la cabaña (mea culpa) y aquí es, según el Peda, cuando hablo con la rusa, aunque lo he escrito antes. La noche está muy chula, y nos dormimos en medio de truenos. Mañana voy a ir pronto a yoga para des-estresarme de esta vida.
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¡Madre mía, lo de las peticiones de mano! (Parece que ahora le llaman "pedida", pero me rebelo contra esta inexactitud. ¿Por qué emplear un participio? ¿O es un adjetivo que usan como sustantivo?) Confío en que, cuando crezca, a Mini se le pase la afición por estas pantomimas. Mi sobrina se pasó toda la adolescencia diciendo que quería una boda tradicional con vestido blanco de cola, flores, iglesia y demás, para acabar casándose en un juzgado con dos testigos y vestida de calle. Thank God!
ResponderEliminarAy qué risa... te aviso q yo, q no soy nada de escatología (me da muy verguenza) lo empecé a llamar así pq hace muchos anios una gente conocida organizaron una muy formal y el Peda, cabroncete él, decía "la pedida de ..." Así q igual el participio no es correcto, pero yo lo digo en plan guarro (ahora me sonrojo y me voy)
EliminarY bien por tu sobrina... quieres decir que aún me queda esperanza? yupi!