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11 julio 2022

Una chabola con vistas (duelo EM Forster - A Maslow) Mendigos digitales y reales (peloplaya). Fuck Londinium: quiero esa terraza (CT & D4)

Lunes, 11 de Julio de 2022: Cirali-Adrasan-Karaoz-Playa Mavikent-Finike-Demre-Kas (CT & D4)


Café para los no-cafeteros, y así todo (menú infantil)

Desayuno turco-vista parcial
(faltan las olivas)
El desayuno lo hacemos en el jardín debajo del plátano (o como se llame ese árbol que cubre toda una plaza), una maravilla. Esa sensación es muy Grecia: una plaza llena de mesas bajo esos árboles, y gente tomando Frappés o Fredos. Nota: ambos son versiones de café frío con variaciones sobre tipo, leche y azúcar, con mucha espuma. Es extraño porque no me gusta el café, pero en Grecia bebo Frappés todo el tiempo. Deben ser el "menú infantil" de los que no nos gusta el café, algo así como la Coronita lo es de la birra. El Peda se ríe de que alguna vez no me gusta un pescado “porque sabe mucho a pescado” o una marca de espinacas congeladas, lo mismo. Total que es así: no soy "auténtica" y compito en tontería con niñas de 6 años. Pero divago, estábamos en el desayuno en el que se confirma lo de que los turcos desayunan olivas (verdes, negras, arrugadas, lisas, lo que sea), ensalada (elementos no reconocibles como tal para el español medio) sin aderezo, por supuesto yogur y cantidades industriales de sandía. Soy feliz.

De cuando martinavalentina eres tú
La piscina está ahora libre de las martinasvalentinas del mundo, solo hay un joven con sus cascos, así que pasamos nosotras a representar ese rol - él ni se inmuta, nunca viaje sin cascos. Hay ramonas del hotel (la nuestra sigue en maleta), jugamos, hacemos videos con la ínclita Gopro y, un clásico, hacemos carreras. Siempre nos gana la máquina-Mini, a los dos, llegando yo a la humillación de aceptar una carrera a diferentes estilos (ella a braza, yo a crawl ), y aún así perder. Tenemos la piscina toda para nosotros y estamos ahí hasta el límite de check-out del hotel. La ropa se seca en el balcón en un nanosegundo. Este es un sitio donde me habría quedado más noches.

Vértigo
Hoy nos espera otro día de "ruta escénica", pero, atención, incluso anunciado por el gruñón de la Rough Guide, así que lo anticipamos como espectacular. Aún así, no nos imaginábamos lo que íbamos a ver (nota, las fotos son malas y no hacen justicia en absoluto-están tomadas desde el coche).

Ninguna foto decente de zigzag:
esta es la Autovía de arriba
Salir de Cirali supone subir la carretera en zigzag que bajamos ayer, y en este tipo de vías, hay algunos tramos que, si uno tiene vértigo, o lo recanaliza como terapia de exposición, o mejor que no mire. Pero vamos, estas no son de las peores que recuerdo. 

Una vez en la autovía, seguimos hacia el oeste, pasamos la salida a Olympia y volvemos a bajar, esta vez a Adrasan Sahil, otro lugar no tomado por el "turismo de masas". Se trata de una bahía que, en una esquina, por donde nos metemos, hay enseguida profundidad y se pueden ver peces.

Lecciones magistrales Di. Hoy: “tipos de playa”
A mí no me gusta la playa, me gusta el mar. Pasar un día entero en la misma playa no es mi idea de diversión (hay excepciones). Dentro de las playas, tengo claras mis filias y fobias, que difieren de los de mis compas de viaje, a saber:

1. No me gustan las playas de arena, prefiero las de piedras, que con cangrejeras genial. Razones hay varias: lo molesta que es la arena y me gusta más el agua sobre piedras o roca. Nota: he logrado traer a Mini al lado oscuro este de la no-arena.

2. Prefiero las calas pequeñas a las playas largas (que también me gustan, recuerdo algunas de Sudáfrica).

3. Disfruto del mar cuando tiene pocas olas, o las que puedes saltar. No me gusta el mar con olas de rulo que te hacen perder totalmente el control. No he dedicado ningún divague a mi aventura con 10-11 años en una playa con Tiovin, en que se nos llevó un mar super enfadado y acabamos rescatados por la Cruz Roja del mar. No lo he hecho porque pensar en ello con el grado de detalle requerido para escribirlo aún me da miedo. Supongo que, tantos años después, aún tengo síntomas residuales de Síndrome de Estrés Postraumático por mi gran ola de Kanagawa particular. Curiosamente aquello pasó en el Mediterráneo, que suele ser más ese mar que me gusta a mí, versus el Atlántico. Sin embargo, mis compas de viaje son atlánticos ellos, y les encanta este tipo de mar. Afortunadamente, no hemos encontrado muchas playas con olas de estas -no así en California donde todas sin excepción son así- pero atención a "Patara" en unos días.

Mira, qué curioso: ese niño lleva un gorro como el de Mini

Adrasan Sahil:
los mendigos en ruta agradecemos duchas



Toda la lección magistral solo para decir que Adrasan Sahil es una buena playa de las mías en la que nos metemos a ver peces, nadar y hacer el muerto. Hay un camino de tierra que sube por un lado de la cala (Balikci Koju) y nos ponemos en marcha al salir: simplemente rodea la bahía, entre pinos y se llega a otra cala con menos gente y los mismos azules. Hay una gran familia turca de las equipadas, con un señor que, sandía enorme entre sus piernas, la va partiendo. ¿Cómo habrán hecho llegar todos los bártulos, incluida sandía de 15k por el terraplén que baja a la playa?

No solo la sandía,
se han llevado un colchón de cama
a la cala
De vuelta a Adrasan Sahil nos tomamos algo en un chiringuito de playa donde les cuesta horrores cobrar: desde que pides la cuenta es eterno, y nos preguntamos si es una cosa turca, que consideran maleducado cobrarte enseguida. Dan ganas de pedir todo y a la vez la cuenta.

A Mini la podríamos haber llamado Indiana por lo intrépida, pero no por su relación con sus sombreros. Recordemos cuando una ola precisamente se llevó su sombrero favorito en Gozo, y se pasó un buen rato llorando. Aquí trajo un sombrero de tela muy feo (no me gusta el azul celeste, esos colores pálidos, insulsos) que se había comprado por internet “en mi fase quirky”. O sea, a ella misma ya no le gustaba, ya ha superada “esa fase”. Cuando nos vamos vemos a un niño “con un sombrero como el de Mini”. Nadie se da cuenta que Mini no lleva el sombrero en su cabeza, nadie se sorprende que ese no es el típico sombrero de chiringuito, que es un sombrero que se compra una niña de 12 en su fase quirky. Total que solo unas horas después, cuando se busca sin éxito el sombrero nos planteamos lo de “no sería el que llevaba el niño en su cabeza”. Se confirma: otro sombrero perdido.

Yo sigo diciendo (predicando en el desierto) que un sombrero de viaje tiene que tener cuerda, no solo porque a veces hace mucho viento, sino porque te lo cuelgas cuando quieres y ya está (“otra lección de vida, mummy”, dice Mini o “por sus sombreros los conoceréis”, dice el Peda ante un grupo de guiris.). Pues sí, podría hacer otra clase magistral de sombreros de viaje (me he limitado a una por divague), porque es un elemento fundamental que manejo, tras años de estudio. Vale, ya lo dejo.

Cabo Gelidonya: en el culo del mundo. Repasar viajes
A veces, cuando pienso en los viajes que he hecho, los tengo en mi mente como una “prospección inicial”, soñando que, con lo que sé tras haberlos visitado, un día volveré y podré enfocar sitios en los que tendría que haber pasado más tiempo. Esto sé que no pasará -por lo menos en todos los sitios-, porque siempre habrá algo nuevo que conocer y el sintagma “culo inquieto” se lo inventó alguien por algo. Otras veces creo que si alguien que está preparando un viaje algún día cae en este blog, tal vez saque algo en claro (si logra, entre toda la paja de sandías y sombreros y ramonas, encontrar algo de grano): sí, lo sé, nadie ha dicho que sea fácil entrar en mi mundo.

El caso es que el cabo Gelidonya (obsérvese en mapa), merece tal vez una semana: quedarse en un hotel hippie con hamacas colgadas de plátanos, visitar todas y cada una de las calas, que seguro son un festival, ir al faro de Gelidonya, alquilar un barquito como en Kefalonia (si es posible sin el acelerón inicial que casi nos hunde, gracias, Peda) e ir a las susodichas calas o a la isla de Suluada.

Karaoz
Nosotros solo subimos y bajamos a Karaoz, hacemos unas fotos, pero no tenemos tiempo de bañarnos. La carretera es de nuevo maravillosa y lo mejor es la sensación de estar en un punto muy remoto, solos, donde nada ocurre, porque parece irreal que algo esté ocurriendo en otros puntos, que la gente se siga afanando por un informe, o abriendo las puertas del metro cuando ya suena el pi-pi-pi. La sensación es que allí estás a salvo de todo, y no hay futuro, solo presente. Por supuesto, es solo una sensación y lo mejor que puedes hacer es dejarte llevar por ella todo el tiempo que puedas, porque enseguida algo te sacará de allí.


Preguntas maslowianas (breve arenga social)
Alguien se acuerda de la Pirámide de Maslow? Sí, aquello de que había que tener primero las necesidades básicas cubiertas (comida, refugio), para poder preocuparse de otras tareas más elevadas como el disfrute de la belleza, de lo intelectual o la auto-realización. Esto son cuestiones que me planteo en el siguiente tramo.

Cuando salimos del cabo Gelidonya, seguimos por la A400, en lo que ahora sé es paralelo a la Playa Mavikent, pero en ese momento solo vemos mar y soledad. No hay absolutamente nada ni nadie alrededor, no sé si a ratos se cruza algún coche despistado. Esta es una situación inusual (por supuesto en España, donde no hay un cm de costa sin edificar, pero diría en casi cualquier lugar) y sientes lo salvaje del terreno, y te preguntas cómo no han llegado hasta aquí los de los resort Disney, porque el lugar es maravilloso.

Entonces empezamos a ver enormes hileras de invernaderos, carpas blancas que se suceden sin parar, con nos preguntamos qué producción. A su lado, chabolas, casuchas de mala muerte, donde viven supongo los que atienden a los invernaderos. Si una baja el aire acondicionado un momento es el fin, así que me planteo lo dura que será la vida de esta gente que recoge la fruta ahí. A qué hora intempestiva se meterán en esos hornos - de día imposible, para luego volver a la chabola: terribles condiciones de vida. Es la fruta, la verdura que nos comemos… pero no hay que venirse tan lejos, aún recuerdo un artículo sobre las condiciones en Huelva, donde malviven los pobres trabajadores sin agua corriente ni alcantarillado, como animales. Me quedé tristísima, escribí sobre ello: “De Drácula como "Literatura de Invasión" a las chabolas de Huelva”

Invernaderos en el paraíso 


Nuestra vida es una mierda,
pero arriba la bandera! 

Sobre la gente como nosotros, con suerte, que vive frente al mar, a veces me pregunto: ¿se acaban acostumbrando? ¿Hay una mañana en que se levantan y en lugar de abrir las ventanas hacia afuera así con las dos manos y suspirar, simplemente siguen con su vida sin correr la cortina? Esta pregunta gira sobre si uno se acostumbra a la belleza extrema - una pregunta bastante arriba en la pirámide, pero bajemos: estos pobres de las chabolas,  ¿estarán demasiado ocupados en tener la supervivencia cubierta como para poder disfrutar de este espectáculo que tienen ahí, todas las mañanas? No lo sé, pero ojalá que alguna tarde encuentren un rato para ir a la playa a ver la puesta de sol. Ojalá. 

Me voy pensando, "Una chabola con vistas", si EM Forster levantara la cabeza, él que decía “But Italy worked some marvel in her. It gave her light, and – which he held more precious – it gave her shadow" ("Italia hizo algo maraviloso con ella: le dio luz y -lo que él valoraba mucho más- le dio sombras".  Forster y nosotros, con nuestros viajecitos anuales y nuestra agua corriente: no solo es otro escalón de Maslow, es que estamos en otro planeta.




Como las fotos que hago desde el coche son terribles, he encontrado en internet un video que tal vez pueda explicar el mar que vimos desde esta carretera, y al fondo los invernaderos. Ahí  va:



Mendigos digitales y reales (pelo de playa), Donde esté el tiramisú de Tesco

Finike, invernaderos de ciudad
Pasamos sin parar por Finike porque vamos bastante tarde. Nuestro destino es Kas, y parece que el dueño del apartamento, un tal Murat, preguntó en un punto a qué hora llegábamos, tal vez no deberíamos aparecer a las once de la noche. 

Para contestarle, paramos en el siguiente pueblo, Demre, en busca de un wifi: así vamos los mendigos digitales. El local es un bar de cocktails pijo que no pega nada con la calle, la hora, ni nuestro aspecto, de mendigos ya reales. Lo del “pelo playa” ya es otro nivel: paso de lavarlo todos los días, que es lo que tocaría para no llevar un estropajo salado en la cabeza.

Resulta que Murat vive en el mismo edificio que nuestro apartamento, así que lleguemos cuando queramos. Pido un tiramisú porque está en la carta y llevo un tiempo con antojo (han discontinuado el de Tesco, parece): nada que hacer en comparación con el magnífico tiramisú industrial de esta cadena de supermercados británicos. Unos amigos compraron varios, los extendieron en una fuente, y pretendieron que lo habían hecho en casa. Yo hago eso con las tartas de queso, pero me ven sacarlas de la caja: una broma manida. En fin, de vuelta a la carretera hasta llegar a Kas, seguimos en paralelo al mar y observo que empiezan a salirle al mar numerosas islitas - de este fenómeno, veremos la traca final al llegar al apartamento de Murat.

Llegada estelar a Kas. La diferente aproximación a la vida del Peda y yo
Pero antes, hay que perderse, por supuesto. Llegamos a la zona de Kas donde indica que está el alojamiento, pero no hay una dirección clara. Dejamos el coche, caminamos por la calle mirando los números, es un sistema diferente, raro. Separemos esfuerzos: el Peda seguirá buscando (ni que decir sin pedir ayuda), siguiendo lo que él llama “su instinto”, y yo… preguntaré a la primera víctima que se cruce en mi camino.

Venga, este hombre me vale, que claro, no tiene cara de hablar mi idioma -y se confirma -, pero como buen turco hospitalario quiere ayudar. Se une en mi caminar calle arriba y abajo. Niega, hace gestos. Parece que podría ser aquí, parece que dice, y le sigo entrando en un edificio, luego por las escaleras, y de repente estamos en la planta primera, y llamando a un timbre. Sabrá algo que no sé. Abre un hombre con camiseta de Abanderado, y se ponen a hablar en turco. Por detrás pasa una mujer con un niño en brazos, que se queda. Yo sigo ahí, dispuesta a sonreír y hacer algún gesto de extrañeza si me miran. Por fin sale un tercero, vestido con esa túnica blanca a media pierna tradicional (¿cuánta gente vive en ese piso? ¿Será este nuestro apartamento?-el Peda me va a matar que este lo reservé yo) que habla inglés. Ahí entro yo con mi historia y él se ofrece a llamar por teléfono. Fácil: localizan a Murat, que vive ahí al lado. Despedida con el gesto de agradecimiento mano-sobre-esternón, madre mía, sigue saliendo gente.

No quiero salir de esa terraza o la pesadilla del divagante
Murat es un tío simpático, sí, sí, google no tiene bien localizado su piso. Es un edificio de tres plantas y estamos en el ático, quiere llevarnos las maletas por las escaleras. Murat es medio hippie, vivía aquí de soltero, ahora tiene mujer y un crío de 8 años, y están en la planta baja. Vivió en Lewisham, un barrio del sur de Londinium no lejos del nuestro: ganaba más pasta pero no tenía estas vistas.

Y entonces abre las puertas del salón que dan a la terraza que recorre toda la anchura del piso al mar: guau. Te entiendo, Murat, fuck Lewisham. Es una vista muy similar a la famosa de Santorini, solo que sin gente y en especial sin esos pesados instagramers de los vestidos. Es lo que ve todos los días gente trabajadora (este barrio no parece pijo) y no hay turistas: qué preciosidad. A un lado de la terraza hay una especie de "chillout" con cojines bajo tejadito de cañas. Al otro hay un pequeño lavadero con su grifo al que ponerle una manguera y pasárselo pipa. Me planteo: ¿para qué salir de aquel sitio? (aparte de para comprar sandía, se entiende). Veo infinitas posibilidades de pasarme ahí un mes confinada leyendo y escribiendo. Cosa que luego nunca hago: siempre hay que salir a explorar, no vaya a ser que nos estemos perdiendo algo. Me canso a mí misma.

A la izquierda

A la derecha



El chillout desde donde yo escribiría el blog

Tal que así, yo escribiendo...
(vale, sí, he puesto una foto de pies)


Cuando volvemos de hacer la compra y nos preparamos para cenar en la terraza (pizzas turcas de un sitio recomendado por Murat) me planteo que alguien que se aloje en un hotel al lado del mar aquí, se perderá la maravilla que es Kas. Una ciudad colgada de una montaña, como no podía ser de otra forma, tiene que ser vivida desde arriba.

La cámara es una patata,
pero se aprecia cómo ilumina
la luna el mar a los dos lados
de la península de enfrente?

16 comentarios:

  1. Barbuquejo, la cuerda del gorro.
    Ha estado en almería en agosto? Ahí hay algo muy parecido a lo que comenta ud en cuestión de cultivos, eso sí, con legislación laboral y esas cosas.

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    1. Con que barbuquejo, eh? Por cierto, puedo llamarle "el anónimo formal"? por lo de no tutearnos, digo... lo entiendo, necesitamos un tiempo...(feo fuerte y formal?)

      He estado en Almería, no en agosto y no vi nada. Pero comento lo de Huelva (hay un hiperlink, usted clica y sale, como por arte de magia, otra cosita), donde por cierto, no sé si habra legislación laboral, pero q no haya alcantarillado a mí me preocupa. Los días siguientes de estas revelaciones me siento un poco mal comprando los tomates cherry y como e-activist destacada en blogger escribo una chorrada aquí...

      Salud y hasta la victoria siempre

      di

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  2. Joer (para que sea apta a ojos miniescos)... dá gusto (y algo de vértigo), esta sucesión de escenas de un viaje (que tiene algo de homérica actualidad); pero la jubilación dá para mucho… viene a ser como una partida de tute infinita (o de dominó, que me gusta más)...

    Y, como es lógico, también anduve por las playas de San Diego, pero tengo muy claro que entre el Hollywood californiano y el egeico hay demasiados años luz, para mi modesto gusto…y, además, que ni hablar de Grecia saben por allí!

    Por ejemplo, en California hay frikis de sobra, pero ¿donde puede haber un sitio analógico que se llame Frike? Y no digamos la silicona que inunda las playas de California, pero ¿dónde topar con una Silikonea, por ejemplo (con o sin anfiteatro)?

    Bicos más griegos que otomanos…

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    1. Gracias MV, por seguir mordiendo los anzuelitos :), a q están bien? El de Itaca para ti, un festival... por la escuela homérica (y tb te gusta kavafis!) y allí está Frikes. Sabes q he mandado a una amiga a Itaca este verano? (bueno, a Kefalonia, pero han cruzado)... vuelve hoy pero por lo q me ha contado, ha sido mordida por el bicho griego... y vamos ya...

      En 3 o 4 día pasamos a los griegos, tranqui... de momento seguimos en Kas

      bicos
      di

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    2. Copio y pego, una buena costumbre que em está gustando, siendo como soy amante de la esciturta y odiador (a tope) del teléfono...

      Lo siento, pero el paseo arqueológico del divlog, me “dá” permiso para divagar a fondo y con la amplitud necesaria… cuántos buenos comentarios fueron quedando a lo largo y ancho del camino…(es evidente que “algo” debes de tener!)

      Peeeero paremos un momento, en esa escena mágica de dos espaldas (y con melena!) entre los cantos rodados mediterráneos y el atardecer a lo Ethan-Julie (por ejemplo)...

      La foto está muy bien, pero lo que dice es todo un discurso (más bien un tratado)... que tantas cosas se pueden “leer” en esa imagen! Tan esplendorosa como las rápidas naves que iban a recuperar a la egregia Helena. Quizás, con un “poco” de imaginación, las estabais viendo en lontananza… (pena de las montañas del fondo)

      Como colofón decir que cada vez me resulta más difícil usar el símil de algoritmo para una Mariona como tú. Que parece mostrar demasiadas facetas de ser vivo humano. Incluso como algoritmo, tendrías que pertenecer a alguna versión extraterrestre, por tener una IA de muy alto nivel. Imposible de abordar, por lo de ahora, por la versión mediocre de homo sapiens, que padecemos en este planeta.

      Bicos analógicos…

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    3. Ay MV, yo siempre he dicho q lo mejor de este blog son los comentarios, y las interacciones q ocurren después. Durante las épocas la gente ha ido y venido, siempre pocos pero llenos de ideas :)

      Y no sabías algo de primero de blog, q el bicho tiene pelo largo? jaja Ya sabes q las mujeres de mi provecta edad se cortan el pelo, y yo lo veo de lo más razonable, pensando q algún día lo haré, pero para mí será el día q me haga mayor. Mira, no he escrito de esto (bueno, hay un divague titulado algo así como el pelo como arma política), igual lo hago.

      La foto tb me gusta, pq cuenta una historia (qué peque está MIni...) Hay montanias de fondo pq enfrente de Itaca está Kefalonia (q son esas montanias) así q ahí no se pone el sol en el mar (pero luego fuimos a Kefalonia, donde sí).

      Bueno, igual tienes q venir a Londinium, donde digo q vivo, a ver lo del algoritmo alien...

      bicos codificados

      di

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  3. Llámeme Nimo, si a ud le parece apropiado.

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  4. Coincido mucho con esa sesación de "me quedaría aquí loq ue queda del viaje" pero claro hay que seguir explorando. Yo también tengo la lista de "cuando sea mayor vendré aquí un mes". De hecho, después de la paliza de este año en USA para el año que viene nos planteamos alquiler de villa en Francia y hacer solo pequeñas excursiones.... vacaciones de verdad... de siesta, mucha sandia y muchisima lectura.

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    1. Será "Casa Abierta"? (ie. aceptaréis amigos y maleantes q van y vienen)... Suena como q me estoy autoinvitando? (sí) Con la sandía me has puesto la puntilla...

      Disfrutando enormemente (muchas gracias) del podcast de Slightly Foxed de Paddy Leigh Fermor- ahora q intentamos aspirar a esto de a escritura de viajes, nos pone en nuestro lugar... Qué me dices de alquilar su casa de Mani? espera q la busco... aquí:

      https://www.ariahotels.gr/en/the-patrick-joan-leigh-fermor-house/

      ommmmmmmmmmmmm

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  5. Lo de la casa de Patrcik entre todos casi nos sale a cuenta.

    La casa de Francia será casa abierta, por supuesto... te dejo hasta traer a Ramona si es que la casa tiene piscina. Lo que no te dejo es tender tus bragas por toda la casa. Eso sí, si quieres lavarlas a mano en vez de en la lavadora (que tendrá la casa) ahí te dejo libertad.

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    1. ... no he mirado precios de CasaPaddy, pero seguro q nos sale grupo. Qué maravilla sería eso...

      :):):) trareré una ramona (de Ramona ya hablaremos) y sobre bragas... no es un fetiche! q si hay lavadora, abrazo lavadora!! pero si no hay secadora, habrá q tenderlas no? una solución quiero!

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  6. Bragas de papel y al.contenedor azul, si es queeeee.....esto no sale en el new yorker?

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    1. Oh, Anónimo de las 17:56.. serás chico o chica? pq las chicas q las hemos probado te podremos contar historias. Sí: se rompen, o por lo menos a una Di de pocos años en campamentos de verano se le rompían.

      Del planeta no entro pq ya una no sabe si es mejor aumentar la montaña de basura o gastar agua: lo sabrá el newyorker?

      Oh, idea: y las comestibles? Claro q has de viajar con alguien dispuesto a comerlas... le voy a dar unas vueltas.

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  7. Traté de comentar ayer desde mi móvil, pero blogger no me aceptaba. Nada, que lo de casa en el sur de Francia para no hacer nada aparte de leer (y visitar mercados locales para los que aspiramos a comer algo más que yogur y sandía) suena francamente bien.
    Sobre tender -bragas o cualquier otra prenda previamente lavada, a ser posible por medios mecánicos- ¿has oído hablar de los clásicos tendederos, Di? Recomiéndote visionado de la película "Una giornata particolare", donde se hace estupendo uso de esas azoteas mediterráneas, mucho mejor adaptadas para secar la colada que los respaldos de sillas, bandejas traseras de coches y otros lugares imaginativos donde soléis tender la vuestra.
    Ah, y si decidís alquilar la casa de Paddy, por supuesto, avisad.

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    1. En la Casa-Paddy mi fantasía pastoril es q tendremos un huerto donde ir a coger tomates para la ensalada y cosas así. Vale, igual en Francia tendréis q salir a los mercados medievales a por mermelada (te acuerdas del proyecto mermelada gótica de moras de cementerio de Yorkshire?).

      Sección "My lovely launderette". Sé q se está haciendo esperar y lo q os pasa es inquietud por el tema. Decir q no solo conozco el concepto "tendedor" (q Fashion llama "sisí"-así es como se le llama en barna, o es solo directamente pijo?) sino q tengo dos en casa! (ya sabes q aquí no dejan tender hacia la calle ni hay patios). No adelantemos, pero hay un reportaje del tema en breve. Y las veces q hemos tendido en lugares "imaginativos" es o bien pq no habíá sisí, o bien pq dejábamos el lugar y entonces el salpicadero del coche era la solución... (jaja o bien caía la del pulpo y había q secar los calcetines, esto es vacaciones en el UK claro). Vas a alucinar con mi colada de esta vez (q tb tuvo tema accidentado, claro).. faltan dos días...

      besis
      di

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