Pero hoy el anecdotario del día nos lo va a dar nuestro espantoso kk-deluxe, ya se sabe que el momento de devolver un coche alquilado tras vacaciones es siempre uno de cierta ansiedad, pero hoy, además, tenemos que entregarlo "limpio".
Antes hay que salir de Fez, y ahí tenemos a Mustapha, como siempre esperando, al que pagamos y le damos las botellas de agua que nos sobran. El coche está mirando hacia una calle que te mete directamente en la boca del lobo (medina), queremos ir en la otra dirección. Mustapha que no hay problema, él nos dirige. Siempre me encantan esos hombres cuya pasión es indicar al que conduce. De hecho, cuántas veces le digo al Peda, "me bajo y te indico?" y él, 99.9% de las veces, lacónico: "no". Pero en las contadas ocasiones que me deja (o bien que estoy abajo), siempre hago esta pequeña imitación-homenaje a ese cuñado que dice, gritando: "sí, si, gira, gira, todo el volante, todo el volante, paraaa", a la vez que gesticula (mi favorito, con el dedo hacia abajo, giras el antebrazo, significando "todo el volante"). Total que Mustapha nos indica y giramos 180 grados, de cara a la civilización, pero oh, en el proceso creamos un atasco del diez. Parece que esta calle es de única dirección y ahí estamos nosotros, de cara a los coches, que nos miran con estupor y gritan en árabe. Pero todo puede empeorar: aparece la policía! Oh no, nos las habíamos dado de listos por haber evitado a los gerdarmes durante todo el viaje y qué, ahora nos van a multar -con toda la razón- por ir en dirección prohibida? Tan ufana le iba a decir a Fashion que nuestra sola presencia comanda respeto, que no somos unos milennials despistados como ellos? Estoy en estos pensamientos, cuando veo a Mustapha metiendo una de nuestras botellas por la ventanilla de la policía! (les trata de sobornar con nuestra agua!?) Y, oh no, la poli rechaza! Avanzan y cuando tengo al Capitán Renault a 50 cms, me grita algo en francés, negando con al cabeza y... tira para adelante... Loado sea Allah!!!!
La siguiente tarea que envuelve a kk-deluxe es ir a un lavado. Por supuesto vemos uno en una gasolinera en Fez, pero el Peda no lo considera adecuado, es una hombre que vive al límite, para qué hacerlo ahora, pudiendo pasar nervios más adelante por no encontrar? Al rato paramos en una gasolinera (sin lavado) para gasolina, pero nos vamos porque hay mucha fila-seguro que el Peda considera que "otra habrá más adelante". Por qué ir a lo seguro cuanod hay un vuelo que coger? Vivamos en la cresta de la ola.
Por fin, una lavado! Es un sitio de chavales que lo hacen a mano y se lo toman (demasiado, a mi juicio) en serio (por €5 le pegan un repaso como nunca le hemos dado a Wolfy o a cualquier coche que haya pasado por nuestras manos). Para mí que el nivel de detalle excede el sano amor por su trabajo, media hora pasamos allí! Hay una tienduca al lado y compramos unos yogures, porque pequeña anotación, estamos sin comida, aparte de unas almendras que hemos comprado en la medina. Otra fuente de ansiedad para mí.
El tema: aún hay que poner "sopa" (este slang lo aprendo de los jóvenes kuñaos) y, efectiviwonder (aquí ya he enterrado cualquier intento anterior de jerga-modelna, lo sé), llegamos al aeropuerto y no hemos encontrado ninguna gasolinera... vuelta para atrás, a aquella que antes tenía mucha gente (yo no digo nada, solo estoy respiranod en una bolsa), donde hay un tema que si no aceptan tarjetas habrá risas, pero el Peda no me dice nada en ese momento, o me hubiera infartado por enésima vez hoy (los pollos en tu cara, juego de niños).
Llegamos al aeropuerto, devolvemos el kk-deluxe sin incidencias, inmaculado tras 2.169 kms. Hay que esperar para las tarjetas de embarque, porque como dije en Air Arabia no existe el check-in online. Ya no me pregunto qué lleva la peña en esos maletones, gracias a esta serie de divagues, los divagantes me han indicado que se llevan mudas para cada-día! Y venga el proceso interminable de enseñar el pasaporte como 37 veces. Eso sí, luego no te hacen sacar líquidos o portátil en el escáner. Y en la puerta de embarque a Londinium hay que enseñar el pasaporte, otra vez más.
Al despegar, nuevas oraciones a Allah desde megafonía, a las que me uno: oh Allah, gracias por haberme traído a esta asiento, con compas de viaje como el Peda para el que siempre hay una gasolinera con lavado y supermercado orgánico en el horizonte, y ya que estamos, oh Allah, que no me dé un ataque de hambre, que vamos solo con esos tristes almendrucos, y oh Allah, que no venga nadie a atrás (y se cumple, con lo que me echo y creo que duermo un rato).
Es un vuelo muy corto, tres horas, para el país tan exótico y remoto en el que hemos estado. Un mundo aparte, del que nos despedimos, unos con más pena que otras, esperando volver algún día: al sur, que me encantó, al norte, tal vez cruzando en ferry desde Andalucía. Un viaje que no terminó el 20 de Abril, sino hoy, 25 de Mayo. Porque si antes un viaje no acababa hasta que se revelaban las fotos, hoy no concluye hasta que no se escriben sus crónicas.
Y, last but not least, como siempre mil gracias a los divagantes que, pacientemente, han tenido al amabilidad de leerlas. Espero haberos podido llevar un poquito a ese lugar que tenéis tan cerca, tan lejos. Hasta el próximo que está... demasiado cerca.