El mes pasado el Peda estuvo en Madrid pretendiendo trabajo. Una noche cualquiera me dice: "Buf, menuda coincidencia en Madrid, cojo el metro en la Puerta de Alcalá, y pasado el rato entra uno con una guitarra cantando "Sólo le pido a Dios"".
BONGAAAAAAAAAAA (mi mandíbula cayendo).
-Emmm, ¿coincidencia ESO?
-Sí-me explica emocionado, por si no lo he cogido-es que las dos canciones las cantaba Ana Belén.
Me da un ataque de risa convulsivo que, como en el chiste, casi me caigo de la cama. Es que aún me río de pensarlo, no puedo evitarlo: ¿eso una coincidencia?
Dice Ernesto Sábato que "las casualidades no existen", no sé si en "El túnel" o en cualquiera de los otros de la trilogía. El caso es que me encanta pensarlo y creerlo en el sentido sabatiano (para entenderlo, no me miren a mí que estoy en el haiku, lean a Sábato), pero en la vida normal tiendo a pensar que el mundo se rige por un cruel número casi infinito de permutaciones con repetición (o como quiera que se llame la opción más complicada de esa parte de las mates llamada "combinatoria"). Cuando uno estudia un poco de, no sé, por ejemplo genética, se da cuenta de cómo una pequeñísima deleción, puede cambiar para siempre la vida de una persona y el destino de su familia. Esto se puede aplicar a todas las ramas de la ciencia, donde las cosas pasan arbitrariamente, sin ningún ente que juegue a los dados. Creo que somos enteramente producto de ese azar, de esas coincidencias, y un día el planeta tierra puede hacer "plonk" si una masa estelar cual iceberg enorme nos da por un lado. Plonk y fuera. Adiós Internet, adiós hambre en el mundo, adiós celulitis.
Pero es diver pensar en las casualidades y, en plan fastuoso, destrozar las de mi aprendiz compa de piso con sonrisa magnánima. Hete aquí, empiezo, mi última racha de coincidencias, esta vez vividas mientras leía "Dublinesca", la última novela de Enrique Vila-Matas. Novela de la que –primicia-estoy preparando un divague a medias con NáN, que lo ha leído a la vez, y no sé bien si por coincidencia. Y novela que, sin querer adelantar nada de ese divague naniano, es una Cantata a la Coincidencia. Riba, el prota absoluto de “Dublinesca”, es un editor retirado cuya visión del mundo me parece tan sabia como familiar. Enumeremos entonces (y sin risitas) los choques de los asteroides Riba-Di:
1. Al principio de la novela, Riba habla de "un paraguas naranja brillante", que es exactamente como el mío. Uno de esos paraguas que te dan por ahí, y que desafortunadamente he usado siempre too much en este mes de junio lluvioso en Londinium.
2. Riba sale en un punto de la librería "La Central" de la calle Mallorca en Barcelona, que es justo donde compré yo el libro el día de Sant Jordi este año. Creo que ya conté que al salir volvimos por Las Ramblas y allí estaba recién acabado de firmar Vila-Matas. Carlos le dio su ejemplar que el autor firmó con cara de pocos amigos, y luego el mío, dirigiéndome una mirada torva, como diciendo "no eres de fiar". A ver, tal vez había firmado mucho, pero yo es que nunca me cansaría de firmar el blog para los divagantes. Ji!
3. Vila-Mata habla continuamente de autores durante esta novela tan literaria. Así que tal vez no sea coincidencia que justo Molinos hablara el mismo día que él la cita (o así) de Siri Hustvedi? O que el libro que estaba leyendo yo antes de empezar éste fuera "Herzog" de Saul Below?
4. Riba está obsesionado con Catherine Deneuve, y justo hace un par de semanas fui al cine a ver la última de Francois Ozon, "Potiche", donde Deneuve protagoniza como un ama de casa florero de los 70. Una comedia, según algún periódico, "desternillante". Ehem, supongo que sí, que será desternillante para los estándares franceses.
5. En mi lista de coincidencias (en la última página del libro) me encuentro con la misteriosa palabra "picatostes". Que me maten si sé cuándo featuran picatostes en “Dublinesca”, o en mi vida no-novelesca del último mes.
6. Y por último, por dar un toque trágico y amarillo que siempre anima la cosa, Riba estuvo a punto de ahogarse de pequeño en Tossa de Mar, y la niña Di tuvo un episodio similar en algún punto de la costa tarraconense el verano de 6 EGB. Qué olas, aún las recuerdo: no es de extrañar que lo de surfista lo deje para otra vida.
Las casualidades no deben existir, pero estaría bien que Vila-Matas acabara encontrando este divague en una de sus múltiples horas insomnes de onanismo autogugliano, y así se cerrara el círculo de coincidencias: verdaderamente, no soy de fiar.
Si no las escribo, las cosas no han llegado a término, solo las he vivido (A Ernaux) La vida real no está a la altura de escribir sobre ella (J Eugenides) Lo que me interesan son los errores, fruto de la pasión, los errores que se cometen arriesgando (G Steiner) En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos (M Benedetti) Escribir es persuadir a un extraño de que se quede (R Cusk) El camino del exceso conduce a la sabiduría (W Blake)
Dublinescas, leído en su día, qué coincidencia... Tampoco me acuerdo mucho, no sabría qué decir...
ResponderEliminar"Leído en su día", Basaja???????? PERO SI LO ACABAN DE SACARRRRRRRR!!!!!!
ResponderEliminarYo creo mucho en las casualidades...
ResponderEliminarpero con lo que me descojono.. es con lo del peda..en Madrid..en todos los trenes de metro hay un tio cantando solo le pido a Dios o el unicornio azul. No es coincidencia, es hilo musical.
El libro tiene un poco mas de un año, "en su dia" queda un pelín pedante, sí.
ResponderEliminarcaracola
Mo-"Creo en las casualidades" que signifivca? Crees q tienen un significado especial? ALguien las ha orquestrado? Y sí, lo del Peda es como decir "es q estaba en Lima y tocaban el cóndor pasa" :):):)
ResponderEliminarCaracola...según voy vcononciendo a este Basaja me parece q tal vez ni s elo haya leído...:)
Quiero decir que yo creo que pasan por algo..aunque he de decir que hay que estar atentas a ellas. Hay gente que aunque una casualidad le golpee en el entrecejo no la ve.
ResponderEliminarLo mejor que he leído sobre "casualidades" es el Cuaderno Rojo de Auster.
ResponderEliminar(¡yupi, estoy haciendo un comentario, estoy volviendo!)
Siento decirte, colega, que el libro apareció en su tiempo en Anagrama (creo) y ha vuelto a salir en la "nueva" editorial de Vila-Matas.
(Me ha gustado lo de "colega": si "copropietario" se dice de los que comparten una propiedad, "colegas" debería significar los que comparten el ser profanos (poco expertos) en la vida. Dicho a nivel de calle, claro, no de profesión).
Volviendo en mí: ese codivague será sonado, pero no sabemos cuándo sonará.
Y en cuanto a las "casualidades", no olvidemos que hay materiales que "resuenan" juntos. Si estás con una guitarra en la mano y tu compañero da un sonido con el bajo, notas como alguna cuerda de tu guitarra vibra armónicamente.
Estoy contento de volver.
NANNNN! Que alegría, se te echa de menos MUCHO por aquí. No tengo tiempo, pero es a MO (y NAN) vais a alucinar ocn esto.
ResponderEliminarVengo de comer ocn un tío y en un punto hablamos de libros. El dice algo de Siri Hustvedt, a la que conoció hace dos semanas en una conferencia en berlín. Saco de mi bolso "What I loved" (de Siri Hustvedt, para q uien no lo sepa y esposa de Auster, q lo acaba de mencioar NaN) q lo recibí ayer, tras vuestar recomendación. Nos quedamos atónitos. Me cunta q era una conferencia de neurosicoanalisis y q ella esta interesada en este tema desde q se desmayó dando una conferencia sobre la muerte de su padre. Desmayarse en conferencias.... esa es otra coincidencia q algun día contaré.
Spoooky.
Os amndo muxus