"La campana no va a misa pero avisa". Así dice el refranero popular español.
Avisa o avisaba, porque las campanas han dejado de ser el medio de comunicación que era antaño. En la era del iphone conviene recordar que apenas hace 40 años las campanas se atendían y se escuchaban pues con su soniquete se mandaban mensajes de interés social. Actualmente, ya ni en el medio rural desempeñan el papel que ejercían antes y la tecnología y los chips han desplazado a los pocos campaneros de oficio que había en algunas poblaciones, quedando el conocimiento en manos de aficionados y apasionados del arte de tañer. El oficio de campanero o persona que tocaba las campanas, pasaba de padres a hijos de generación en generación. Eran unos guardianes fieles, siempre alerta. Como contraprestación solían recibir casa y derechos de cultivo sobre un determinado terreno. Otro oficio desaparecido es el del fabricante de campanas. Este último solía ser una persona que iba allí dónde requerían sus servicios con toda su herramienta y fabricaba la campana, para lo que in situ construía los moldes y el horno u hornos necesarios.
Avisa o avisaba, porque las campanas han dejado de ser el medio de comunicación que era antaño. En la era del iphone conviene recordar que apenas hace 40 años las campanas se atendían y se escuchaban pues con su soniquete se mandaban mensajes de interés social. Actualmente, ya ni en el medio rural desempeñan el papel que ejercían antes y la tecnología y los chips han desplazado a los pocos campaneros de oficio que había en algunas poblaciones, quedando el conocimiento en manos de aficionados y apasionados del arte de tañer. El oficio de campanero o persona que tocaba las campanas, pasaba de padres a hijos de generación en generación. Eran unos guardianes fieles, siempre alerta. Como contraprestación solían recibir casa y derechos de cultivo sobre un determinado terreno. Otro oficio desaparecido es el del fabricante de campanas. Este último solía ser una persona que iba allí dónde requerían sus servicios con toda su herramienta y fabricaba la campana, para lo que in situ construía los moldes y el horno u hornos necesarios.
Por lo general cuantas más campanas tenía un pueblo más importante era. Las había de diferente tamaño (siendo las más grandes las de sonido más grave) y se situaban en el campanario de forma que fueran fáciles de tocar. Se denominaban machos a las de sonido grave y hembras a las de sonido agudo. Cada campana solía estar dedicada a un santo cuyo nombre se grababa en la misma, aunque habitualmente se las designaba según su tamaño: la mayor, la mediana, la pequeña, el cimbalico... Tenían que estar bendecidas para poder usarlas y exclusivamente se podían usar para aquello para lo que fueron bendecidas y nada más.
Resulta curioso cuando viajas a EEUU por ejemplo, no ver en la silueta de un pueblo la figura del campanario sobresaliendo por encima de las demás construcciones. En España casi todos los pueblos tienen una iglesia y por ende un campanario que domina el horizonte y desde el que las campanas tañían, sonaban, doblaban, volteaban, bandeaban, redoblaban, volaban, repicaban, rasgueaban... mandando así una lista de mensajes a través de unos códigos locales, compartidos, aprendidos y recordados oralmente de los que aquí voy a enumerar los más populares:
Toque de oración: Generalmente al amanecer, al mediodía y al atardecer. Dichos momentos variaban según la época del año marcando el tiempo por el que se regía la comunidad. El reloj marcaba las horas, pero las campanas marcaban el tiempo real ya que se tocaba cuando se iba la luz o se acababa la jornada y no a una hora determinada. Por lo general después del toque del atardecer (toque de queda o de ánimas) no se volvía a tocar salvo que hubiera una urgencia como el toque de perdidos o el de quema.
Toque de perdidos: Servía para que los que andaban vagando en la oscuridad de la noche o en los días de niebla o nieve reencontraran el camino de vuelta a casa.
Toque de quema o de fuego: Avisaba mediante toques acelerados de la presencia de fuego en alguna casa o pajar para que todos los vecinos acudieran a sofocar el incencio.
Toque a muerto: Anunciaba el fallecimiento de alguna persona del pueblo. Según el número de campanadas se sabía si el fallecido era hombre o mujer. Para ejecutarlo se tocaban tres campanas.
Toque a mortijuelo: Anunciaba el fallecimiento de un niño que aún no hubiera hecho la primera comunión. Era similar al anterior pero más rápido.
Toque a nublo: Informaba de la proximidad de tormentas o pedrisco que podían acabar con las cosechas.
Toque de esconjurar tronadas: Las campanas volteaban continuamente con el fin de partir o disipar las nubes negras que se avecinaban y que amenazaban la siega o la vendimia. para lo que además se rezaba, se sacaba a la Virgen de la iglesia o lo que fuera menester. No es raro ver en campanas inscripciones del tipo "fulmina frango" (parto rayos) o "disippo ventos" o "nimbus fugo" (hago huir a las nubes).
Toque de Agonías: Alguien del pueblo se moría, agonizaba y le llevaban la extrema unción. Por lo general el toque de campanas iba acompañado del toque de una campanilla que portaba el monaguillo que acompañaba al sacerdote a llevar la extrema unción y que sonaba por todo el pueblo.
Toque de Fiesta: Volteo de todas las campanas la víspera del día festivo y antes del toque del atardecer o toque de queda.
Toque de Alarma o Rebato: Se trataba de convocar con urgencia a todos los habitantes del pueblo ante una urgencia o un peligro. Suele ser un toque rápido de una sola campana.
Toque a Gloria: Aviso de una buena noticia. Podía significar desde la venida del obispo hasta la llegada de la luz eléctrica al pueblo. A ver quien no se alegraba...
Toque de Domingo: Se tocaba en cuatro partes. Su misión principal era llamar a misa a los fieles.
Toque a Bueyería: Eran los toques que se realizaban para sacar y recoger el ganado. En algunos pueblos al terminar de tocar se daba un número de campanadas que indicaban a qué paraje o prado del pueblo iban a pastar los animales ese día.
Además de los anteriores había toques para bautizos, bodas, para la noche de Todos los Santos, para llamar al rosario, para rogativas, toques a muerte de canónigo, aniversarios etc...
Para más información podéis consultar: LLOP i BAYO, Francesc (1988) Los toques de campanas en Aragón (tesis doctoral inédita) - Universidad Complutense de Madrid - 1988 y la siguiente página http://campaners.com/ en la que encontraréis toques de campana en formato mp3 y muchas cosas más.
Me gusta mucho el sonido de las campanas... me recuerdan a muchas historias. A mucha gente (como a mi suegro) les gustan y cuando vamos de viaje les hacemos fotos para enseniarselas. En Vetustilla de la Torre se toca en fiestas dandole con las manos mientras se voltea (o sea, no con una cuerda). Mi padre participa en ello, es una paliza pero se lo pasan bien.
ResponderEliminarAhora mismo, estoy sentada junto al Town Hall de un barrio de Londres en el que tenemos campana q da las horas, las medias y los cuartos. Lo q me recuerda q me pongo a trabajar...
Besos, y hoy hace sol!!!
Di
Antaño sin ruido ambiental (no fábricas, no motores, etc.) tenía que ser la leche el alcance de un buen campanazo.
ResponderEliminar"...cuando viajas a EEUU por ejemplo, no ver en la silueta de un pueblo la figura del campanario sobresaliendo por encima de las demás construcciones" (Divagando, divagando)
ResponderEliminar"...la campana que había tocado 56 veces en la muerte de mi madre y un día tocaría 99 por mi padre"
(Pillastre mi tremendo mapache. S.North)
¿Cómo casas eso?
Lo siento, nunca olvido lo que leo.
Hola Di,
ResponderEliminarYo tengo un video de un monje ortodoxo tocando las campanas en un monasterio ruso con pies y manos. Algo impresionante, en serio. A ver si saco tiempo y lo cuelgo.
Ojo, que los bombones al sol se derriten...
Querido Ababol,
ResponderEliminarA mi lo que me produce un escalofrío es el hecho de que tocaran cuando uno se perdía y no encontraba el camino a casa. Sin luz, frío, perdido... brrrrr....
No conozco el libro, pero me da que te toca hacer deberes por las noches...
ResponderEliminarNo digo que no haya campanarios, digo que no son como en España donde sobresalen por encima de la silueta del pueblo. No me negarás que cuando eras pequeño y dibujabas un pueblo ponías el campanario siempre!!!
Buenas noches Diva.
ResponderEliminarEn el pueblo en el que vivo por supuesto se toca a difunto cuando fallece alguien y para el posterior funeral.
Pero bonito es el volteo de campanas que se hace durante la procesión de la patrona y los días de las novenas.
En mi pueblo también tocan a difuntos pero sin ser tan explícitos como antes. Ahora no distinguen géneros.
ResponderEliminarEs curioso, pero es el único tañido que persiste y que es claro para todos.Tan claro como q1ue nos vamos a morir.
Los del día del patrón u otros de alegría no sería capaz de reproducírtelos. En cambio el de muertos sí. El resto no se toca por lo menos en mi pueblo...
Bienvenida al blog. Si hubiera alguna forma de hacerlo tocando las campanas lo haría. Sería como un toque a Gloria, ¿no? ;·)
Domingo, hace "cienes y cienes" de años, en un pueblo de Castilla. Mi abuela de luto aliviado, engalanada de gris y negro, poniéndose los pendientes y preguntando "¿Cuántas han dado ya? ¡Vamosíjas, que no llegamos a misa!" Y Diva, estoy contigo, el toque a perdido impresionante: el perdido desesperado por oírlo y los que lo oían desesperados por encontrarle...
ResponderEliminarAmanita,
ResponderEliminarA mi me recuerda a "Rimas y Leyendas" de Bécquer: El monte de las ánimas.... Tocan a perdidos, oscuridad....
Ah por cierto y me encanta lo de "esconjurar tronadas"...
ResponderEliminar" un viaje sin diario no debe ser lo mismo: para mí sería un auténtico dolor el no poder, al final del día, sentarme un rato a pensar sobre la pantalla todo lo que he visto y conocido
ResponderEliminar¡ahora sé por qué te leo!
Lo que pasa es que a veces no hay pantalla y para eso está la cabecica