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08 enero 2014

Un paquete con dulces, recortes del periódico, ropa interior

La Sra. Isasi de Isasmendi pertenecía a una de las mejores familias de Vetusta. Su infancia fue feliz: gran parte de su educación la pasó interna en Francia, luego hizo la "Carrera de Piano", y a los 22 era una muchachita deliciosa. No una belleza de esas vulgares a lo Ava Gardner, no. Ella era delgadita, venusina, y todo glamour. Se la podía llevar a cualquier salón de la ciudad que nunca desentonaba y, si se lo pedían mucho, podía acabar tocando algo juguetón de W.A. Mozart.

Como era de esperar, sus papás estaban como locos con su hijita menor, y consideraban que el hijo mayor de aquella familia con apellido judío que terminaba estudios para abogado en Madrid era el que la podría hacer más feliz. Y así fue: ser presentados en una fiesta y enseguida arreglar otras citas con la Tata, para pasear por el parque y conocerse fue todo uno. El pensaba establecerse enseguida tuviera el título bajo el brazo, y ya se había arreglado que tomaría toda la clientela de papá, que ya bastante tenía con sus otros negocios. Los futuros consuegros tuvieron una reunión super-secreta en la que se habló de esas cosas que no interesan a las chicas sonrientes y que fue exitosa porque a los pocos meses, la boda fue de lo más sonado que había visto Vetusta en la época. Se contaba que hasta el Caudillo estuvo invitado, y que se disculpó por telegrama.

La Sra Isasi de Isasmendi pasó de la casa de su padre a la de su marido. Su vida no cambió sustancialmente, ni la de su cocinera favorita y la Tata, a las que se llevó, casi como parte del ajuar. Siguió tocando los minuetos de Mozart que tanto animaban frente a los ventanales de su piso de pasillos interminables, de esos en los que el servicio entra por una puerta separada. Su marido insistió en que la cocinera y la Tata debían usar esa puerta, y ella se puso triste y no dijo nada. El supo que esos cambios de humor se debían a algo raro y, efectivamente, la Sra Isasi de Isasmendi estaba embarazada. Cuántas celebraciones, y más personal que hubo que contratar, porque en los siguientes cinco años la familia ya tenía cuatro hijos: cuatro niños estupendos. La niña, nunca vino.

El marido de la Sra. Isasi de Isasmendi viajaba mucho, y trabajaba días muy largos. Por qué tantas horas, se preguntaba la Sra. Isasi de Isasmendi, siempre para sí. Con el dinero de papá ella sabía que siempre se podría contar. Todos los solares, los campos donde trabaja toda esa esa gente para papá, y los edificios enteros con gente alquilada que tiene la familia en el centro de Vetusta. Sinceramente, la Sra Isasi de Isasmendi siempre pensó que el trabajo de su marido era un poco una afición, algo que hacía para estar entretenido, porque los hombres necesitan esas cosas. Pero que si venían mal dadas, había colchón. Bueno, varios colchones. Y mientras tanto ella le veía poco y seguía tocando para sus cuatro pequeños frente al ventanal.

Pero no nos llevemos a engaño: la Sra Isasi de Isasmendi tenía mucho trabajo y asumía todas las responsabilidades de madre, en lo que era también ejemplar. No se limitaba a lo de su marido: sentarse en su sillón orejero, con ella detrás, y dar el visto bueno a las notas a final del trimestre, o reprender, según tocara. Luego se iba: y que no le molestaran más, que si iban mal se les pone un tutor privado y a correr. No: la Sra Isasi de Isasmendi frecuentaba el colegio (ni que decir tiene, religioso) de sus hijos de vez en cuando, para las reuniones. Normalmente iba la Tata a buscarlos porque la Sra estaba tan ocupada, o bien tenía jaquecas, cada vez más frecuentes. Se tenía que meter muy a oscuras en su habitación y todos habían de ir de puntillas.  

Un día soleado que no le dolía la cabeza llegó una carta: el viejo director se jubilaba y un nuevo cura de otro colegio, muy preparado, tomaba las riendas. Las mamás se apresuraron a organizar una bienvenida con banderines, concurso de pasteles y campari. Hasta la Sra. Isasi de Isasmendi intentó hornear unos petisús, receta de las monjitas de Francia (la cocinera hizo la masa y montó la nata). El día de la fiesta andaba tarde por culpa de la peluquera y mandó a la Tata con los petisús, con el recado de que ella llegaría un poco más tarde.

Cuando, con una media hora de retraso entró en el salón de actos, ahora convertido en sala de cocktails se hizo un silencio y, como en las películas, ella sintió que se abría un pasillo -probablemente solo en su cabeza-, desde ella hasta el nuevo director. Al verlo, no sonó ninguna pequeña serenata nocturna en sus oídos, sino los graves de la Apassionata de Beethoven, muy marcados, como si estuvieran aporreando las teclas. Porque los dedos, cuando te estás cayendo al vacío,  a algo necesitan agarrarse.

Poco recuerda ella de esa tarde, parece que los presentaron, que se dieron la mano, y todo lo demás siempre permaneció en nebulosa.  Solo sabe que le vió y algo que no le había pasado jamás se le movió dentro. Algo que con una certeza ciega, suicida, le decía que ya estaba, que eso iba a estar ahí, así de fuerte, en la parte posterior de su esternón, como un cosquilleo, como una ansiedad imposible, el resto de su vida. Quien lo probó, lo sabe. A ella nadie se lo había contado, pero lo supo. Pero solo en ese momento: era una mujer y madre ejemplar.

Las jaquecas de la Sra Isasi de Isasmendi desaparecieron, y con una energía nueva, pasó a ser parte muy activa de la vida escolar: directora del comité de padres, consejera de estudios, y varios título rimbombantes más. En casa, el piano se volvió implacable y desde entonces todo fueron sonatas patéticas con mayúscula, sonatas de enamorada, que sufre. Porque qué es el amor, ese Amor más que sufrimiento.  "Por qué te ha dado por esa música, cariño?" decía una voz distraída tras el periódico en su sillón orejero... "si parece de rojos, o cómo se dice ahora... experimental".  La Sra Isasi de Isasmendi  miró al suelo con desprecio: qué sabía él de nada, él no trabajaba por dar educación a nuestro futuro, los niños, él no seguía a aquel que dijo cosas como "poned la otra mejilla", o "déjalo todo y sígueme".

Porque ella había tomado su decisión y lo había dejado todo por seguirle. Pasar tiempo con él, en reuniones que empezaron siendo semanales pero que subieron de frecuencia, pasó a ser su obsesión. Lo que inicialmente eran discusiones de asuntos escolares, gradualmente se tornaron sesiones en las que se comparte la vida, los sueños, el verdadero yo que no enseñamos a casi nadie. Porque ella había tomado su decisión, pero la mujer ejemplar no osaría a poner en palabras lo que le había pasado, lo que le estaba pasando, y lo que le pasaría por el resto de su vida. Porque con esto del amor, no hay como no llamarlo por su nombre, como pretender que es otra cosa para que, tozudo, no se quiera ir jamás.

Cuando el hijo menor estaba en sus últimos años de colegio, la Sra. Isasi de Isasmendi recibió una llamada del director, no podía esperar a la tarde. Medio sin arreglar se presentó allí. Chile. Le mandaban a Chile a dirigir allí un colegio. No había vuelta atrás.

**************************************************************

La Sra Isasi de Isasmendi tiene ahora 86 años y es viuda. Sigue tocando el piano frente al ventanal. Su hijo pequeño, el que terminaba el colegio cuando el director fue enviado a Chile comenzó a contarme esta historia así:

"Es que mi madre está enamorada de un cura. Lleva enamorada 50 años. Desde que se fue a Chile, hace un montón de años, se han estado escribiendo cartas, y ella le llama por teléfono dos veces por semana. Se pasan una hora, y eso cuesta un pastón! También le envía, semanalmente, un paquete con todo tipo de cosas: dulces de vetusta, ropa interior, recortes del periódico local, bolis... Ahora el cura tiene Alhzeimer y no puede seguir las conversaciones por teléfono... pero ella sigue llamando y habla con un seminarista que hace de intermediario".

La realidad siempre supera a la ficción. Este texto va para ella, que nunca leerá lo que he osado fabular, por seguir luchando por vivir el sueño. Y para el Gran Cronopio, del que intenté aprender a relatar, con poco éxito: qué no habría escrito él con este paquete que me regaló el hijo pequeño de la Sra. Isasi de Isasmendi! 




29 comentarios:

  1. Muy bonito. Un poco de pena...

    A veces es así. Ni bien ni mal, sino todo lo contrario.

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  2. Di, esto es como una banda que toca heavy con arpa y clavicordio, qué traviesa eres.

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  3. Siento muchísimo haber llegado tan tarde a la discusión de cine del anterior post, ya veré si comento algo más tarde, de aquí puedes sacar un bestseller tipo este de la modista espía, el del tiempo entre costuras, el tuyo igual sería más introspectivo, pero molaría más :)

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    1. He pensado lo mismo, parece sacado de Amar en Huevos Revueltos o El Pájaro Espinete. Lo mas enigmático es el envío de ropa interior. es actual? es de cuando dejaron de verse? Picara o de cuello alto?

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  4. Hola divangantes, gracias por leeros el tocho, incluso en diagonal... decir q sopesé hacer entregas, pero bueno, al final no...

    DIVA, da pena pq muchas historias de las mujeres de la época eran así de tristes. La falta de independencia (luego, de libertad) es lo q tiene.

    XAQUI! :) Total q no sé si te ha gustado, pero a mí lo de traviesa sí :)

    XISCA, nunca es tarde, seguro q los okupas siguen en lo del cine tan tranquilos. No he visto las series de las q habláis XISCA y PETER, pero sé de lo q iba "El pájaro espinete". Yo pensé en "La Regenta" y de hecho me debatí sobre si poner una imagen de Ana Ozores y Fermín de Pas en lugar del paquete.. pero no quería condicionar, pq Fermín era todo un carácter y aquí, deliberadamente no he entrado en describir al cura en absoluto, pq si lo hago.. me sale realmente la serie... :) Y el relato es de ella.

    Lo de la ropa interior, PETER, es actual creo pero no tengo más datos q el párrafo q incluyo. Yo entendí q le envía cosas q ella cree son escasas en ese país (q por supuesto no es Chile, ni Vetusta es la Vetusta a la q me suelo referir). NO sé, me lo invento, pero me imagino por ej él comentándole "aqui no hay calcetines Punto Blanco de aquellos tan buenos q había es SP", y ella enviandole. Esto lo digo como emigrante a la q en los ptrimeros anios, mis familias nos enviaban esos paquetes. Ahora ya menos, solo para lso cumples (recuerdo por ejemplo algo de ropa y.. un fuet!!), pq creo q al principio nos sentían más devalidos aquí.

    Esta es una historia de amor q me dejó en shock, me pareció muy poderosa y me emocionó por diversas razones, y por eso querido q no se me olvidara y compartirla.

    muxus!

    di

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    1. Que sí, guapa, que sí me ha gustado. Pero es un delicado bomboncito con un bonito y pizpireto relleno de hiel. Y conste que me ha costado encontrar la metáfora, que me lo he currado.

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    2. La metáfora es genial... pero igual habías entrado en coma diabético con el bomboncito XL.. lo de la destilación de hiel, igual con la madurez disminuye... :) (Lo dudo a mi edad...)

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    3. Si no te gusta lo de la hiel, o no te parece que es el enfoque que le quisiste dar, te diré que yo a la sra I de I -apellido que existe, traviesilla- me la imagino en plan más descubrir los orgasmos que el amor. Cómo lo relataría el Hola?, je, je...poniéndole mucha miel por encima. Jo, qué culinaria estoy.

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    4. Perdona, me ENCANTA lo de la hiel. Pero no iba mi hiel por lo sexual, más bien los imaginé castos y "sublimando" (q dicen los psicoanalistas) esa pasión sexual no consumada-ni discutida, más bien reprimida y confinada a sus propias mentes-en ese otro tipo de cosas "aceptables" en un director de cole y una madre ejemplar? Conversaciones, proyectos para el colegio, preparación de la fiesta de navidad, etc etc... Y luego cuanod él se va a latinoamérica el contacto q no se pierde y, sin comentarios, los calcetines y andar recortando d ela prensa artículos q le puedan interesar...

      El apellido sé q existe, tuve una compa de facultad q se llamaba así de segundo y me encanta.. vamos, q no hacía falta q eran "una buena familia" :)

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    5. Bueeeno, he pecado, Di. El final lo había pasado en diagonal, como decís, o en guitarra, que le dicen por mi casa. Y supongo que le deseaba una experiencia más carnal a dña I de I. Que es que no me explico por qué leo cura y me imagino que la cosa pasa de lo platónico, porque de la Regenta sé sólo lo que comentais, y nisiquiera sé si se lían o queda la cosa en suspiros.
      Lo que venía a decir, antes de enrollarme en temas culinarios, es que servido con un estilo que se esmera en ser sencillo y delicado, hay un trasfondo de historia de frustración, amargura y sublimación de una pasión ante la falta de algo en la vida real que estimule algo parecido.
      Ayyy, que estas redacciones no las hacía yo desde que aprobé el comentario de textos de la selectividad, cosa que a más de una profesora mía le sorprendió,

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  5. Pues a mí me perece que hay algo profundamente hermoso y conmovedor en esa historia de amor. Supongamos que la Sra. de Isassi nunca hubiera conocido al cura. O que no hubiera sentido al verlo ese cosquielleo en el esternón: Nunca hubiera tocado a Beethoven con tanta pasión. Nunca se habría sentido tan viva. Habría pasado anodinamente su existencia interpretando los mismos minuetos y revisando las mismas listas de la colada sin saber lo que era la vida realmente. Llegar a los 86 años con un amor intacto e inmarcesibe (no te rías, Ire) es, en cierto modo, una bendición que no recibe todo el mundo.

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  6. O como dice la canción de Juan de la Encina


    Más vale trocar
    placer por dolores
    que estar sin amores.

    Donde es gradecido
    es dulce el morir;
    vivir en olvido,
    aquél no es vivir;
    mejor es sufrir
    pasión y dolores
    que estar sin amores.

    Y, para todos Uds, otro inolvidable momento musical ofrecido por C. S. en exclusiva para el Diblog:

    http://www.youtube.com/watch?v=jwC7WD1MZJo

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  7. Cesita, lo q aprendo contigo y... eres gratis! No puede ser verdad... Totakmente contigo q es una historia preciosa y q lo mejor q le pasó a ella ha sido enamorarse y seguir queriendo a ese hombre. Hace tiempo ya puse aquí uno de mis poemas favoritos, al q sigo citando sin parar...

    http://www.divagandodivagando.blogspot.co.uk/2010/02/besos-envenenados.html

    beber veneno por licor suave,
    olvidar el provecho, amar el daño;
    creer que el cielo en un infierno cabe,
    dar la vida y el alma a un desengaño,
    esto es amor: quien lo probó lo sabe.

    Viva Lope.

    xx
    di

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  8. Cuanto daño ha hecho La regenta
    y Richard Chamberlain
    en la juventud
    vetustiana!

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  9. Estoy con C.S., mejor amar así que no amar.

    Aunque aquel personaje de "Los muertos" de James Joyce decía también "Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión, que marchitarse consumido funestamente por la vida". Tal vez ella ni siquiera contempla que pudo romper con todo y arriesgarse a escapar. Pero imagínate que va y lo hace...

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  10. Qué bonita historia. Una mujer educada para ocultar, para aparentar y parecer y va y qué hace? Lo que mejor sabe, amar escondida, a un imposible (o improbable).
    Me sorprende lo de la ropa interior, le pone un puntito como demasiado realista a la historia que me choca. Ropa interior de cura de hace 50 años???? No se, lo de los recortes que llegan en barco 2 meses más tarde de editarse es romántico, saber de tu tierra hace 50 años, cuando no había muchas formas de saber; esos dulces algo revenidos que llegan ya para poco (pero cuánto amor en ellos!!!!).
    Ayer estuve con una persona a la que quiero mucho y que, por cosas de la vida, ha tenido alguna experiencia muy dura emocionlamnete y me decía que ahora está como en emociograma plano, sin vibrar por nada. Y echaba de menos algo que le hiciera salir de su letargo. Al llegar encontré tu relato y pensé en cosas que ya se han dicho aquí, mejor amar de esta forma que vivir para nada.

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  11. Fue un encanto leer este cuento, esta historia!
    Y me gustó lo de Chile... He vivido en Chile y vuelvo regularmente a ese país.
    También eso de las cartas me gustó.
    Un abrazo (desde Holanda)
    PD: Llegué a tu blog por medio del blog de José Luis.

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  12. Hay una parte de la historia que es revulsiva: la mujer-objeto incluso cuando se está en la cima económica y social. Una vida de desencanto. Qué decir ya en el caso de las numerosísimas mujeres que trabajaban servilmente, como la Tata y la cocinera, que describes muy bien como parte del ajuar, como cosas.

    Otra parte es muy triste, pero emocionante: el amor blanco que fue el único amor de su vida, lo que alargó su vida. Tanto amor que cuando él tuvo alzheimer seguía conectando con él por medio de otra persona.

    Los paquetes son geniales: son los que enviaría una madre al hijo que está lejos; una madre cualquiera. Lo que me lleva a pensar que, a falta de una experiencia amorosa real, amó al cura como se ama a un hijo.

    Me encantan los viejos y esta historia de amor de una vieja sola me ha resultado tierna.

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  13. Muy chula historia. Y muy bien escrita, sí señora. Me ha encantado.

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  14. Hola divagantes! Grache mile de nuevo...

    XAQUI... rienes q leer La Regenta YA (y luego volver por aquí pq hace años hice una "serie" sobre ella)... no te puedes perder ese libro. Y sin q sea spolier pero La REgenta no tiene nada sexual con el Magistral!!!! A ver, es todo tensión sexual y rodeos, y él quiere poseer su ALMA, q es mucho más ambicioso y terrorífico q querer echarse un polvo... Sobre el tema "cocinemos un relato", lo describes perfectam con tu metáfora bombón relleno de hiel... Como diría NaN, la forma es fondo, y eso es precisam lo q intentaba con ese estilo... si no se logra transmitir esto, es cansino y rimbombante sin más

    Pero REVE, "romper con todo".... pon q ella rompe con todo y se fuga con él.... sería otra historia, y la relación ya no sería esta de la q hablamos. Qué quedaría de la pasión 30 años en el mismo sofá en Argentina, pongamos?

    MARISA, lo del emocionograma plano es tb normal... tal vez hablamos desde nuestra comodidad de vida con pocos altibajos, y la gente q ha sufrido con mayúsculas lo q quiere es un poco de paz...

    GIOVANNI, fue un encanto q comentaras en el blog! Muchas gracias, y enhorabuena por haber vivido en Chile, país donde tengo amigos y q me encanta... al tiro!

    NaN, el drama es el de las otras mujeres, las "mujeres ajuar". Ella es una privilegiada, de la q me he encariñado escribiendo.

    Gracias CARMEN... y más gracias por la estrellita en tuiter!!! :) Con tus hordas de seguidores me veo ya catapultada al éxito ;)

    muxus

    di

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  15. Di, Tienes razón. Pero no era tanto un análisis de sus necesidades lo que yo planteo desde mi "comodidad" sino una necesidad-dificultad que ella planteaba. Era ella quein me decía cómo le gustaría encontrar algo que llenara sus horas de emoción. Y al leer la historia de la señora I. pensé en cómo algo así, un amor lejano e imposible, puede llenar una existencia condenada al vacío.

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    1. Vaya, da mucha pena Marisa...la vida es muchas veces una putada. :(

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  16. Llego tarde. Las mujeres ajuar, jo, lo que da para pensar. Bueno, yo conozco en primera persona a una mujer que ha sido criada de toda la vida de una casa de solteronas, es vieja, pasará sus últimos días en esa casa, porque no tiene otra. La relación ha ido cambiando con el tiempo, su puesto en la jerarquía familiar ha subird, pero sigue siendo un trato de usted con ella, y ella no concibe otra cosa, y sigue habiendo ese punto de partida, de que entró a servir, y ha servido toda su vida -siempre en condiciones de legalidad, queridos- . Si su vida hubiera discurrido por el camino que tenía marcado en su pueblo, habría sido mucha más dura, no nos vamos a engañar nadie.
    Otra fan del cuento, me parece que me apunto a las descripciones gastronómicas de Xaquí. Enñorabuena Di. Has estado....inmarscesible o inenamarcable, ñe, ñe.

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    1. Esta historia que cuentas, IRE, pone los pelos de punta...la de la mujer q ha servido en una casa etc. Tanto tanto pq me suena oída, vagamente familiar, de una Espania de hace anios q desgraciadamente no es sepia, pq no es tan antigua. Aún viven. Buf, mira, esta historia nos la tendrías q escribir tú. Vamos, q te querría comisionar (como hice con la insumisa de cesita, q aún está trabajando en su comisión) para q la escribiras y yo la subía. El día q me mandéis algo comenzaré una ansiada etiqueta: COLABORACIONES, o mejor, extorsiones? :) O divagantes al poder? etc

      Me alegro q te haya gustado y sí, XAQUI me ha de hacer una "extorsión" como crírica de textos... :)

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  17. Queridas Divas, no pretendo llevar ningún protagonismo pero pienso que las cosas hay que hacerlas en su momento.
    Hoy hace un año en que apareció un post con un gran corazón, tan grande como una isla en un bosque, en el que me animabas por el trago que me tocaba pasar al día siguiente.

    Lloré de la emoción cuando lo vi. Yo no soy de llorar.

    El niño está increíblemente bien. Yo también.

    No lo he olvidado. Tengo el corazón en las imágenes del escritorio.

    Gracias, un beso. Me siento como en casa.

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    1. oh IRE, no sabes LA ILUSION que me hace (y nos hace a todos) este texto.

      Por muchas cosas, pq el ninio está bien (lo principal), por tenerte ahí después de un anio, pq te emocionara esa cosa tan pequenia pero desde luego hecha desde el corazón.

      Mo suele hablar muchas veces de lo importante q es para ella el blog y los amigos q ha hecho. Yo no suelo hacerlo, pero sabréis q este pequenio grupo de locos de la vida q entráis aquí y soportáis neuras, temas tópicos repetidos hasta la saciedad (uno de esos maniana, no se puede evitar :)), auténticos tostonazos demasiado largos a veces, y el tono de listilla q encuentro con horror al releer alguna vez (q no soy así en la vida!)... decía, q ese pequenio grupo sabéis de mí más q gente q me ve a diario (ciudadana ejemplar ::) y q sois gran parte de las cosas q más me gustan del día.

      Besazos, es tu casa :)

      di

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  18. Aunque me tienes bastante olvidado, no te guardo rencor y te mando un regalo que te gustará:

    http://www.march.es/bibliotecas/repositorio-cortazar/jazz/pdf/El_jazz_en_la_obra_de_Cortazar.pdf

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  19. De momento, Chico, me apropio del regalo. Fantástico.

    Gracias, gracias, gracias.

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