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26 mayo 2023

Correspondencia entre autores. Señoros insoportables. Se puede ser Naturalista y conservadora? Y es "jamona" un insulto? Todo esto y algo más a propósito de "Insolación" de Emilia Pardo Bazán


Correspondencia misteriosa entre autores
Es lo que parece: comienza la temporada
de divagues con geranios
 
Uno de los libros con los que mejor me lo he pasado en los último a
ños es "Posession" de AS Byatt. Es una "novela de campus" con detectives que investigan la correspodencia amorosa secreta entre dos autores victorianos (se ha especulado que el hombre podría estar inspirado en Tennyson, tal vez Robert Browning) y tiene todos los componentes para que a mí me guste: literatura, victorianos, detectives, académicos malos, feminismo.

Y es imposible no recordar "Posession" cuando una piensa en la correspondencia que mantuvieron durante treinta años Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós. Las cartas de ella son conocidas y han sido incluso publicadas, pero las de él están desaparecidas. Se puede imaginar que las cartas escritas por Galdós (de quién son las cartas? de quien las escribe o quien las recibe?) se encontraban en la residencia de verano de Pardo Bazán, el Pazo de Meirás, luego fue la familia Franco quien se las pudo encontrar después de que se hicieran con él tras la Guerra Civil, así que quizás esta ocultación tiene una motivación política (se ha especulado: dar cierta imagen de ella y no de él), o tal vez esté simplemente en el cajón de un coleccionista privado, quién sabe. 

Una mujer con ideas: ataque y derribo!
Cuando hablo de la "imagen de ella"  me refiero a denigrarla, por supuesto. Una mujer en el SXIX pensando y escribiendo esas cosas ofendía. Emilia era aristócrata y había sido educada por un padre que creía que las niñas tenían el mismo derecho a aprender que los niños, con lo cual ella fue muy leída, interesada en el saber (un personaje le dice a la prota: "!Usted, que sabe lo que significa fósil!", me parto), curiosa y políglota. Me hace mucha gracia el uso de algún anglicismo en la novela como "shocking" o "pagar una visita" (que me pregunto si es traducción literal), o lo que escribió en un cuaderno de joven, que resume lo que quería hacer en la vida: "To study, to work, to think" [estudiar, trabajar, pensar]. Al final, un ejemplo más de la "femme savant" de la que ya se habló en el divague de la exposición de la Hispanic Society aquí. 

Rollo decimonónico
Era 
libre como solo te puede hacer libre el dinero (si así lo decides, hay que arriesgarse también: casi todas las de su esfera social seguían metidas en su jaula de oro).  Se separó de su marido tras haber tenido tres hijos y a partir de ahí vivió entre Galicia y Madrid, dedicada a la literatura lo que, por supuesto, no fue fácil: tres veces intentó entrar en la Academia de la Lengua sin éxito. Para recharzarla se le dieron razones tan de peso como su peso: Juan Valera dijo porque “su culo no cabía en el sillón”. Esto se comenta solo, a esta gente solo hay que animarla a que siga hablando. Dejémoslo en que no era exactamente querida por los señoros, véase el testimonio de un tal Narciso Correal, un crítico que en su casa lo conocerán: “Trasto viejo de desván, envuelta en polvo de rosas, mala madre, mala esposa, eso es la Pardo Bazán”. Las mujeres con carácter e ideas propias no molan, y si tienen la osadía de no conformar con el canon tampoco en lo físico, mucho menos. A las que conforman también se les da palo, porque si están buenas, han de ser tontas. No se puede ganar. Todo esto es de rabiosa actualidad pero vamos, que los señoros ya campaban como hoy a sus anchas. 

Relaciones que se salen
No hagáis como yo y practicad el
"mindful eating"
en lugar de leer mientras comes
Quiero volver a su relación Galdós, pero no a lo que dio titulares en su momento, los primeros tres a
ños en los que tuvieron relación romántica, sino los treinta en los que se escribieron. Parece que hablaban de libros, se aconsejaban, se comentaban/criticaban lo escrito por el otro... en fin, una relación epistolar que me encanta ya desde fuera porque siempre me gusta que la gente (se) escriba, y más si uno de los temas estrella es una pasión como la literatura. También me gusta que siguieran amigos y escribiéndose después de que el cuelgue amoroso terminase: para eso hace falta inteligencia, y no siempre se consigue. Claro que no todo el mundo es Pardo Bazán y Galdós.  

Su relación los tres años primeros (parece que terminó en 1889) también parece fuera de los corsés de la sociedad: Emilia tuvo un affair con José Lázaro Galdiano (al que le dedica "Insolación" [1889], ahora me meto con esto) y Benito mantenía una relación con una modelo llamada Lorenza Cobián (se pudo haber inspirado en ella para Fortunata), con la que tuvo una hija . Así que parecía más una pareja abierta o tal vez poliamorosa de hoy en día (como leí el otro día: el poliamor comporta más cuñados: allá cada uno). 

Nadie sabe cómo serían las cartas de Galdós, pero dicen que Emilia era mucho más divertida que él. Aquí va una frase de una de sus cartas de la fase enamoramiento, atención qué simpática:

«...tienes la gracia del mundo y me gustas más que ningún libro. Yo sí que debía renunciar a la lectura y deletrearte a ti solo. ¿Qué mejor obra, entre las tuyas, que tu espíritu mono, simpático y fresco? Ven luego, ven, que me haces falta. Hay mil corrientes en mi pensamiento que solo contigo desahogo. Ven, Santander ya debe de estar feo, frío, gris y aburriente».

Excusatio non petita: otra de mis lagunas
Y la verdad es que leyendo "Insolación", mi primera novela de Pardo Bazán me he sentido así: qué divertida, qué graciosa. Cuando todos esos señoros con bigote decían de ella que era "de armas tomar" -de hecho su personalidad podría recordar algo a la Duquesa de Alba, además de su ilustración e interés por la cultura. "La inevitable", la llamaba Clarín, "no me interesó nunca como mujer ni como escritora. Como mujer, es de una obesidad desagradable; en su conversación, es un poco ansiosa y trepadora", dijo Baroja (qué es interesar "como mujer", señor de la boina?)), o "gran vitalidad, de espléndida verbosidad, amplia, monumental, ligeramente estrábica, masculina", anotaba Pla tan gris como su cuaderno. En serio: lo que hay que aguantar. A mí solo me dan más ganas de conocerla y de levantarles el dedo corazón a esos consagrados que cada vez me dan más grima. 

Pero antes de nada, intentar justificar lo imposible, lo de "mi primera Pardo Bazán". Yo tenía-una-granja-en-Africa digo, yo solo estudié literatura hasta 2BUP, un drama, lo sé. La monja me tenía muy enchufada por razones obvias, y cuando estudiamos el "Naturalismo y Realismo" (iban juntos) le dio a toda la clase a leer "Juanita La Larga" - del impresentable de arriba- y a mí me dijo: "Vagando, a ti que te gusta leer, mejor un reto". Y así me enchufó "Peñas arriba" de otro impresentable, José María de Pereda (a ver este qué dijo? "padece la comezón de meterse en todo, de entender de todo y de fallar de todo"), un peñazo que aún pudo haber dejado peores secuelas. Vamos a ver, Madre Luisa: tienes un grupo de chavalas de dieciséis y eliges como ejemplo de esta corriente literaria, en lugar de "Insolación" a señoros carlistas tradicionales que describen la ramita de un árbol hasta la náusea? No tenías ni idea de psicología teen ni pedagogía ni nada. 

Naturalismo: me representas
Recordemos que fue la corriente literaria de Zola, respuesta al Romanticismo, en que se escribía desde la pasión y lo irracional, decribiendo un ideal, no la realidad. El Naturalismo sin embargo aspiraba a "documentar la realidad con imparcialidad y verdad de una forma rigurosa, documentada y científica, considerando a la literatura un documento social". 

Después de un rato snorkleando por internet (me encanta escribir este blog), lo que querría es hacer ahora una entrada sobre el Naturalismo. Porque hay que ver sus influencias: Darwin, Marx, Comte, Spencer, Mendel... cada uno en su disciplina contribuyen a formar en esta generación de escritores una concepción determinista del género humano prescindiendo de los valores morales burgueses. 

La diferencia con el Realismo es que este es más descriptivo y refleja los valores de la burguesía, su fe liberal en el progreso, en que no existen sumas-ceros, en que un hombre se puede hacer a sí mismo, y forja su propio destino, mientras que los naturalistas intentan explicar desde un ángulo materialista la etiología de los problemas sociales, llegando a una crítica social profunda desde el determinismo: no hay nada que hacer. Ni Dios existe, ni la moral, y para que unos pocos ganen, muchos han de perder. Será de mal gusto decirlo, pero es lo que hay. 

Emilia adoptó el Naturalismo y de hecho su marido para separarse alegó que Emilia era "naturalista". Ella escribió una serie de artículos que se agruparon como libro, y se tituló "La cuestión palpitante", que algún día leeré (véase sección lagunas). Zola dijo que no entendía mucho cómo una señora que iba tanto de católica conservadora podía ser Naturalista y, la verdad, veo por donde va.

No comparto la crítica de su liberación sexual por ser católica. De cintura para abajo, de todos es sabido que católicos los hay de todo tipo, los reprimidos de siempre y luego los sueltos que lo pasan mejor porque es pecado. Compite con eso. Luego se confiesan y a casa que hace frío.  Algún día hablaré del mito sexual que se han montado en esta isla con los católicos, y si les dices que eres "lapsed" (ex) te dicen "uno nunca deja de ser católico".

Primera escena de "Insolación": Me está contando una resaca?

Por lo que sea, 
ha llegado esto a casa,
para una mañana de "esas". 
Cuando comienzo a leer la novela, sufro un primer shock: su protagonista, una marquesa viuda de 30 a
ños describe en primera persona cómo se despierta y trata de recuperarse de La-Madre-de-Todas-las-Resacas. Yo comenzaba a leer con todas mis preconcepciones de escritura decimonónica y me encuentro a Asís Taboada en monólogo interior sobre su pedo de la fiesta de San Isidro del día anterior. Emilia: en pleno SXIX, esto me parece memorable. 


Dramatis personae
Asís es la viuda de un viejo y con una frase se nos describe su situación: "quedó libre, rica, moza, bien mirada y con el alma serena". Pero chicas, no os dejéis engañar por este estado de aparente bendición: no os liéis con los yayos plácidos universales, que no todas tienen la suerte de que quede tieso el hombre de un viagrazo. 

Decía: que Asís en esa situación conoce por fin a un tío bueno de verdad (ojos azules, piel morena), con la gracia de los gaditanos y el peligro de todo killer -decimonónico, pero killer al cabo. Atención a la descripción, el algodón no engaña:   
"calaverón de tomo y lomo, decente y caballero, sí, pero aventurero y gracioso como nadie, muy gastador y muy tronera, de quien su padre no podía hacer bueno, ni traerle al camino de la formalidad y del sentido práctico, pues lo único para que hasta la fecha servía era para trastornar la cabeza de las mujeres".

 Nota: Hay muchos ataques frontales a los andaluces abiertamente xenófobos y que chocan: "la viveza propia del  meridional; no tienen fondo, ni seriedad, ni palabra, ni fe, son malos padres, esposos traidores, ciudadanos zánganos (...) Y a las mujeres, qué diablo, estos hombres les caen en gracia". Claro que un punto para Emilia cuando el andaluz le dice a la marquesa "cómo te acordarás de estos ratos, allá en tu país, entra aquella gente sosaina". Estereotipos nacionales: a alguien le gusta el suyo?

Porque como Emilia, Asís es gallega, toatoap'adentro, y además solo ha conocido al yayo. O sea, no ha sufrido de esa enfermedad llamada crush (o enamoramiento, palabra que cada vez me gusta menos porque tiene "amor" dentro, y todos sabemos que no tiene necesariamente mucho que ver) y alucina pepinos voladores. Ese tío, que es simpático, divertido y un zalamero de campeonato -lo que viene siendo un malote-, le causa un seísmo tan heavy que se sale de la escala de Ritcher. 

Breve consultorio de la Dra Di
Por supuesto, a estos tíos nunca hay que creérselos porque han tenido mil líos, pero claro siempre porfían (sic): créeme, tú eres la única, nunca esto me pasó antes y la la la. 

Veamos
Y de estas, han llegado dos 
: si eres lo suficiente narcisista puede que te lo creas unos instantes, cuando la dopamina esté ahí liberándose a todo trapo. Está guay: disfrútalo, surfea esa ola, no hay nada mejor. 

Ahora: Hemos dicho "un rato". Pa' ti, pa' casa, pa' siempre, invierte en un gordito, esto ya se explicó aquí.  La propia Emilia lo dice en un punto:  "De esa madera no se hacen maridos. Como aventura tendrá sus encantos...". Hasta un gordito te puede salir rana, no vienen con garantía, pero por lo menos cuando vayas a devolverlo no estarás con cara de gilipollas rollo "me compré un tigre de animal de companía y me mordió".  

Corolario: Héctor sí, Aquiles no. Pero claro, si Aquiles lo interpreta Brad y ostenta ese brazo (me agradecerán que les sugiera que cliquen aquí), qué podemos hacer sino sucumbir siquiera momentáneamente. 

Naturalismo en Insolación
Lo de sucumbir (para qué pasa al final habrán de leerlo) durante la novela, que no se crea que queda del todo claro. Tanto usar la "elipsis" como técnica, a mí -que en esto soy tan concreta- me faltaban datos. A menudo me preguntaba "cómo han llegado hasta aquí", "me he perdido algo". Claro que, no es así la vida? No te preguntas muchas veces exactamente esto? Es que de repente se estaban queriendo muy fuerte, y yo solo había leído parasoles y manguitos. 

Pardo Bazán usa más rasgos naturalistas en el texto como incluir otras clases sociales. Nota: a mí, como vanguardia del proletariado, me ha chirriado un poco su tratamiento del servicio, pero qué sabré yo cómo se hace eso, y menos en el SXIX, cuando probablemente mis antepasadas eran servicio y no han dejado blog para dar fe de las veces que escupían en la comida de la pava de la señorita. 

Más: usa jerga de esas clases inferiores (hay gitanas que leen manos o pide favores) o intenta plasmar el acento andaluz negro sobre blanco y el efecto es horroroso. 

Hay un personaje, Don Gabriel Pardo, que es el vehículo de las ideas naturalistas en la novela. Es nihilista, racional, habla de las injusticias, del doble rasero... a mí  me recuerda a Ludovico Settembrini de "La montaña mágica" que me encantaba. Claro que este se pegada tres páginas de monólogo maravilloso sobre el progreso, la razón, la libertad, el humanismo... aquí es todo menos extenso. 

Lenguaje castizo
Este tipo de expresiones -que son también otro detalle Naturalista- me han hecho mucha gracia. Algunas porque no las conocía, otras por la vigencia todavía a día de hoy, las de más allá porque me recuerdan a alguna persona particularmente redicha que conozco. "Merendero churri", "se le subía un pavo atroz", "cosas chuscas", "el galán venía todo soplado". 

Claro que debía ser lo común entre los literatos de la época: Clarín define a Asís como una "jamona atrasada de caricias", lo que hoy se diría de manera mucho más soez, pero quedo intrigada sobre si lo de jamona sería concebido también como insulto.  Vamos a ver: la RAE, ese antro que como hemos dicho no solo impidió que entrara Emilia, sino que en pleno-siglo-cieciveinte tiene ocho mujeres (con sus 33 maromos como 33 soles), dice del término "jamona": "1. adj. coloq. Dicho de una mujer: Que ha pasado de la juventud y es algo gruesa". Parece peyorativo pero no sé, para mi generación (será porque a Pe la llaman así en la peli de Bigas), "jamona" es un término positivo ("A partir de los 40, o te ajamonas o te amojamas"). Di, te perdemos, vuelve al divague, pero solo una nota para el señor Leopoldo Alas sobre lo de las caricias: escuche usted, cómo estaba su Ana Ozores? Y cómo no iba a estarlo? Pero es que Asís, además, es viuda y en su época eso significaba no volver a rascar bola EVER. Pero, ha! no en manos de Pardo Bazán, que en el fondo crea un alter ego que se ríe e, igual que lo hace ella, contraviene las normas sociales.

Formalmente, se encuentran algunas frases de subrayado, y para muestra incluyo lo que más me ha gustado, la descripción de "las Cardeñosas", donde Asís pasa una velado anodina en la que se "aburre ferozmente":
"eran dos buenas señoritas, solteronas, de muy afable condición, rasas de pecho, tristes de mirar, sumamente anticuadas en el vestir, tímidas y dulces, no emancipadas, a pesar de sus cincuenta y pico, de la eterna infancia femenina; hablaban mucho de novenas, y comentaban detenidamente los acontecimientos culminantes, pero exteriores, ocurridos en la familia de Andrade y en las demás que componían su círculo de relaciones; para las bodas tenían aparejada una sonrisa golosa y tierna, como si paladeasen el licor que no habían probado nunca; para las enfermedades, calaveradas de chicos y fallecimientos de viejos, un melancólico arqueo de cejas, unos ademanes de resignación con los hombros y unas frases de compasión, que por ser siempre las mismas, sonaban a indiferencia. Religiosas de verdad, nunca murmuraban de nadie ni juzgaban duramente la ajena conducta, y para ellas la vida humana no tenía más que un lado, el anverso, el que cada uno quiere presentar a las gentes. Gozaban con todo esto las Cardeñosas fama de trato distinguidísimo, y su tarjeta hacía bien en cualquier bandeja de porcelana de esas donde se amontona, en forma de pedazos de cartulina, la consideración social".

Lo diré en dos palabras: MARA-VILLOSO.

Por ir terminando
Y muy curioso, tras el reciente divague de "neurociencia del cuerpo", fijarnos en cómo la autora describe los estados de enamoramiento de Asís tirando de descripciones fisiológicas: corazones que saltan "a los caprichos y las desviaciones y los brincos de esta víscera que tenemos aquí, sume usted la marania con que la sociedad complica los problemitas psicológicos". Por supuesto, esta frase es de Gabriel Pardo, el humanista, pero es que hay evidencia de que Pardo Bazán leyó a los rusos, y su obra se hizo luego más psicológica. 

Quedo con ganas de leer más de esta autora, una adelantada a su época que se definió como "feminista radical", y que llevó su deseo de independencia a su pluma pero también a su vida. 


23 mayo 2023

Mini arrasa en Drama (y por una vez me refiero a la asignatura)

 Por alguna razón, el divague titulado "Mini rapea Macbeth" es de los más visitados en el divlog. Ella escribió el rap como parte de su clase de inglés (o sea, Literatura) y ahora lo ha vuelto a hacer: ha escrito un guión (aunque gran parte ha sido inspirado en un artículo de The Guardian) para su examen de la asignatura Drama.  Mi convicción de que lo hace tan bien no debe ser solo pasión de madre, porque hoy ha venido con el resultado: ha tenido la máxima nota, que no ha conseguido nadie de la clase. Así que para celebrarlo, lo voy a colgar al final.

Mini se empieza a poner interesante:
ya puedo comentar con ella lo de
la camiseta de Marlon en esta peli
Antes un poco de contexto: aquí en el Year 11 (el equivalene de 2 BUP, no me pregunten con sistemas nuevos) todos los ninios hacen un examen nacional para obtener los GCSEs (General Certificate of Secondary Education).  Mini está en Year 10. Según las opciones y las notas, luego se elige lo que se hará en los dos últimos anios antes de la universidad (los "A" levels). Entre las asignaturas optativas está Drama (Teatro/Arte Dramático), donde no solo se estudia a Shakespeare o Alan Bennett o Tennessee Williams (justo ahora están haciendo "Un tranvía llamado deseo"), sino que también se ha de interpretar. Lo serio que se lo toman es increíble. Mini hizo un monólogo de una mujer que bajo los efectos del alcohol le hablaba a su pareja que la estaba dejando ("I ate the divorce papers" de "Goodbye Charles" - también tuvo muy buena nota), otra en grupo en la que peor ("Things I know to be true" -tiene oportunidad de repetirlo el anio que viene) y la de hoy, que es la que incluyo. 

El tema, muy de actualidad: una chica de su edad le manda fotos en bolas a su novio, y son difundidas por el colegio. En la escena, ella está en la oficina del director avergonzada, y lo que representa es un monólogo interior, sus pensamientos, y pone los pelos de punta. Que yo he llorado en algún punto no aporta nada a los divagantes porque lloro no solo con los primeros diez minutos de "Up" sino con "Coco", pero que a Mini -que odia que yo llore- se le pusieran los ojos vidriosos mientras nos los hacía aquí en casa, eso sí que es un hito. Y hasta admitió que el día del examen lloró "on stage".

Curiosamente, el otro día Kate Winslet hizo un gran discurso de aceptación del BAFTA por su papel en la peli de tele "I am Ruth", que va sobre un tema parecido: los peligros en línea para los ninios y adolescentes, pidiendo la criminalización de los contenidos daninos, y enfatizando el impacto de este mundo en la salud mental de los ninios y jóvenes. Lo he encontrado subtitulado: vedlo. Winslet ha trabajado con su propia hija en la peli y describe cómo la cría "ha excavado muy profundo en terrenos emocionales que dan miedo". Este tipo de feedback  es el que le daban a Mini sus profes en los ensayos. Yo solo le podía repetir la regla del Método Stanislavski que aprendí en un curso de presentación ["Todo el poder está en mis piernas / Toda la fuerza está en mi pecho / toda la sabiduría está en mi cabeza"], o contarle mis aventuras en aquel curso de teatro que hice hace unos anios, que lo conté aquí. Y por aclamación popular (veo), tuve que hacer una segunda entrada acá. 

Pero nunca conseguí llegar ni a la suela de esa "hija de la farándula" que me ha salido, como dice su tía Fashion. Aupa Mini, en el divlog te vimos primero!

19 mayo 2023

"Neurociencia del cuerpo" de Nazareth Castellanos. Va a resultar que los putos hippies tenían razón

Descartes fue el culpable de todo, separando mente y cuerpo. Desde ahí, hemos seguido con despropósitos como separar la psiquiatría de la neurología, o Sigmund Freud -que era neurólogo, por cierto. Pero las cosas están cambiando y la neurociencia está probando que cuerpo y mente son uno, en constante interacción y comunicación. Y eso no es fácil, porque si el método científico va de mostrar (y demostrar) con números las ideas, diseñar estudios (imaginar una hipótesis y pensar cómo testarla) para demostrar conceptos tan abstractos y subjetivos como la metacognición y la consciencia es, pese a tener cada vez más instrumentos, tela.

En "She's lost control" venden
tarot, lecturas de mano y de bolas de cristal.
Estamos en 2023 y esto es
Broadway Market, Londinium
De esto va "Neurociencia del cuerpo", el ensayo de la física teórica venida a neurocientífica Nazareth Castellanos. Libro que si no fuera porque está avalado por la última evidencia científica, una podría en un primer momento desestimar como "pedrada" propia de hippies creyentes en las chakras de cuerpos astrales y piedras de energía. La autora ha trabajado en universidades reputadas y las referencias del libro son de estudios que han sido revisados por colegas antes de aparecer en prestigiosas publicaciones. Pero es que cada vez son más los estudios que demuestran lo que Castellanos describe: los cambios cerebrales que ocurren en las personas que practican la meditación (y sus beneficios para la salud); un nuevo campo en la medicina que es la psiquiatría nutricional (que se basa en que en nuestros intestinos viven una multitud de microorganismos que facilita la conexión neuronal); que nuestra respiración influye sobre la atención, la memoria y las emociones; que el corazón es vital en la percepción, en la compasión y es el órgano más implicado en la identidad. Todo esto lo intentaré explicar en una entrada, y tampoco va a ser fácil. 

Antes de empezar, pese a que el contenido es necesario y fascinante, no sé si es un libro a recomendar. Esto es por cómo está escrito y editado. No sé si es cosa de la autora o del editor lo de los párrafos que duran una página entera, pero estos párrafos “sólidos” son un problema. Conste que la que firma no debería señalar a nadie por tochos y párrafos de diez líneas, pero aunque no se crea, hay una reflexión de fondo sobre si el texto "pide el punto y aparte", una obsesión con que el texto "respire" (por ello siempre dejo espacios entre los párrafos), o de poner título y subtítulos que facilitan la visión de águila a la lectora.

Luego, otro tema que a mí personalmente no me ha funcionado ha sido lo que yo llamo "soy un científico cultivado". Escuchaba por la radio a López Otín y siempre me parecían sus citas filosóficas o literarias metidas con calzador. Aquí me ha ocurrido lo mismo: no han "corrido" para mí, aunque la perdono por haberme introducido esta tan bonita del gran George Orwell, con la que termino mi introducción (donde un bloguero razonable probablemente terminaría el divague).

“Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano".

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Ondas cerebrales 101
Nuestro cerebro trabaja como una red compleja (esto ya lo explicamos aquí, en "Siete lecciones y media sobre el cerebro" de Lisa Feldman Barrett), y ninguna región tiene la exclusividad de una función, pero pese a esto, hay algunas áreas cerebrales más especializadas en ciertas funciones.

Neuronas: así las vio Cajal

Como todo el mundo sabe, las células más bonitas del cuerpo se llaman neuronas, y emiten electricidad ("disparo neuronal o potencial de acción") de forma intermitente, a distintos ritmos, pero no al azar. Se han identificado cinco ritmos neuronales o formas cómo emiten sus descargas eléctricas. Cuanto más rápido es un ritmo, menor será su alcance (estos son buenos para comunicar neuronas vecinas) y cuando más lento, mayor alcance.

Estos ritmos oscilatorios están acotados en frecuencias y se han establecido cinco bandas espectrales (en imagen), de las más rápidas a las más lentas: gamma, beta, alfa, theta, y delta. De la primera a la última, pasamos por las distintas fases de alerta, desde estados de gran concentración hasta el sueño.



  • El ritmo principal y más frecuente del cerebro es alfa (estado en el que las neuronas emiten entre 8 y 12 descargas por segundo). La presencia de ondas alfa se va incrementando desde la infancia hasta la adolescencia, Se vincula con estados de relajación, pero también con prestar atención, que implica no hacer caso a otros estímulos que puedan intentar competir con el libro que estamos leyendo, por ejemplo. La gente que comienza a meditar (les admiro) es como quien va al gimnasio: comienzan a levantar pesas metafóricas al intentar mantener la atención. Al cabo de unos días de matada en el gimnasio, imagino se deben levantar pesas más pesadas. Pues bien: con la meditación, lo que se observa es un incremento de la ondas alfa, porque el poder discriminar y no atender a ese ruido de la calle y seguir centrado es obra de las ondas alfa. Cuando un meditador se vuelve muy experto, ya no necesita a las ondas alfa que “echen” a las distracciones, pero para ello se necesitan como 10.000 horas de meditación (no sé, no me veo).
  • El sueño requiere de ondas lentas, delta o theta. Cuando más del 50% de las neuronas descargan en delta es cuando estamos en las fases más profundas del sueño (también en anestesiados, así se mide el estado de inconsciencia). Delta son las predominantes en niños hasta los 5 años (hola Roc!). No las encontramos en el cerebro del anciano.
  • Las ondas theta ocurren cuando estás medio dormido o perreando. Es otro ritmo lento muy involucrado con la cognición: se relaciona con la formación de memorias y con la organización espacio-temporal. Se están intentando desarrollar mecanismos artificiales para potenciar estas ondas en enfermos, por ejemplo de Alzheimer. También decrecen con la edad.
  • El ritmo beta está muy involucrado con el movimiento
  • El ritmo gamma, el más rápido, involucrado con la atención, la percepción del tiempo, entre otras cosas. Los ritmos más altos de gamma están ligados a operaciones de alto nivel: metacognición, empatía, compasión.

Mercado de flores de Columbia Road 


¿Por qué el cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta?
Cuando pensabas que esto no podía empeorar, ahora un poco de neuroanatomía. Hagamos primero la distinción entre corteza cerebral y estructuras subcorticales con un amable dibujo:

Cuando recibimos información vía los sentidos, esta pasa primero por todas las estructuras subcorticales de las que no somos conscientes. Solo cuando luego pasen al córtex será cuando se hagan conscientes, y por fin nos enteramos de lo que ha ocurrido. 

Pero no todo es instantáneo: aunque hablemos de décimas de segundo, hay un tiempo que transcurre desde un estímulo hasta que nos enteramos, siempre vivimos un poco retrasados, aproximadamente medio segundo desde que nuestros sentidos perciben hasta que lo sabemos.

Ilustremos estos pasos con un ejemplo auditivo (ayuda seguir el dibujo):
  • La información llega a los oídos donde hay receptores sensoriales que transforman la onda sonora en electricidad (que es el lenguaje de la biología).
  • Esta electricidad se transporta por el nervio auditivo.
  • Entonces, la información entra por la "puerta de entrada" al cerebro, el tálamo (una estructura ovalada -en nuestro gráfico amarilla- con muchos tipos de neuronas y es el gran receptor de la información). Nota: por el tálamo entra todo menos la información olfativa, que entra por el bulbo olfativo directamente (el olfato es el sentido más complejo). El tálamo, según por qué nervio le ha llegado la información, lo procesa para enviarlo a la siguiente estructura, que es el hipocampo [Nota: Basándonos en el "Principio de Segregación e Integración", el cerebro primero descompone y luego integra. (e.g. hay neuronas especializadas en tono de voz, ritmo, acento, etc)]
  • El tálamo se lo manda al hipocampo, en naranja en nuestra imagen (se llama así, qué bonito, porque parece un caballito de mar, el hippocampus - divagando: cómo olvidar el restaurante de Heraklion con ese nombre (bueno, aún mejor, Ippokampos), supongo que por el caballito, pero a mí me hacía mucha gracia pensando que llamaron a un restaurante como una estructura cerebral), que es la parte más involucrada en la memoria. Tirando de la memoria, el hipocampo reconoce cada una de las palabras.
  • A su lado está la amígdala, que es como una almendra, y es la que da la memoria emocional (el hipocampo es memoria fría) y juzga si le gusta el contenido de la información que ha llegado (lo que oye) o no. Ambos hacen ese primer reconocimiento y han pasado unos 70 milisegundos desde que ha entrado el estímulo. Aún no somos conscientes de lo que ha entrado.
  • Entonces se lo devuelve al tálamo, que se lo manda al hipotálamo (que es como un guisante y lleva temas de aprendizaje, inhibición y el recuerdo). El hipotálamo es uno de los centros más importantes de comunicación entre cerebro y cuerpo. Así que manda la información hacia el cuerpo, por ejemplo al corazón (que acelerará su ritmo si es algo de alarma), la respiración (incrementará su frecuencia), los músculos... el cuerpo sabrá antes que tu parte consciente que hay un potencial estado de alarma. O sea, antes de que seas consciente de lo que sea, tu cuerpo está reaccionando.
  • La información, pues, ha sido ya "descompuesta" y entonces el tálamo "sube" la información a zonas corticales, las conscientes. Lo pasa a la corteza cingulada (que parece un paraguas) que comunica el mundo subcortical con el cortical, el mundo inconsciente del consciente.
  • Cuando la corteza cingulada se une a la ínsula, guau, es cuando nos damos cuenta de nosotros mismos: la autoconciencia. Hemos hablado de cómo el cerebro percibe el mundo, pero aquí nos adentramos en un tema maravilloso de estudio de la neurociencia: la identidad. Tiene otras muchas funciones, la ínsula, pero no entraré. 
  • Por fin, estamos en la corteza, ya somos conscientes de ese algo que nuestros sentidos habían detectado. Una vez que la información llega aquí, irá a la zona relevante: corteza auditiva si estamos escuchando; corteza visual, si viendo; corteza somatosensorial si sintiendo  (esta corteza está distribuida como una diadema y la zona del cuerpo que más representación tiene son las manos y la cara -véase “Homúnculo de Penfield”, en imagen). La corteza frontal es el principal centro de regulación de la conducta, especialmente en adecuar nuestro comportamiento a las circunstancias, o sea, las funciones ejecutivas. De ahí los casos de “cambio de personalidad” en personas que han sufrido una lesión o tumor frontal. En la corteza se integra todo (o sea, no es que reconozcamos cada una de las palabras, sino que nos quedamos con el significado) y esa era la experiencia consciente.

En ese medio segundo desde que llega el sonido hasta que la asumimos la información, esta ha pasado por todas esas estructuras y que la información se perciba de una manera u otra va a depender, cómo no, de la que haya sido nuestra experiencia.

Los siete sentidos
Los sentidos le dan información al cerebro y este ha de actuar. Aparte de los cinco de toda la vida (los “exteroceptores”), esto es como los continentes, ahora hay dos más, interocepción y propiocepción.

>>Interocepción
La información que le llega al cerebro de lo que está pasando dentro de los órganos. Es el sentido más importante porque lo más vital para el cerebro es saber qué está pasando con los órganos corporales, está integrando toda esa información. Este sentido es no-consciente, no llega a la corteza, pero la información se volverá consciente en determinadas situaciones, cuando se requiera nuestra colaboración (no notamos que se va llenando nuestra vejiga, pero sí cuando tenemos que hacer pis).
Yo y mi llama de paseo
en Shoreditch

>>Propiocepción
La información de cómo, dónde está el cuerpo, las posturas, es el segundo en importancia. Hay un montón de experimentos interesantes con esto:

Si frunces el ceño, el cerebro lo interpreta como malestar, luego se activa la amígdala (emociones, sobre todo negativas). Es una vía en dos direcciones: el cerebro percibe el cuerpo y si la cara refleja que estás mal, yo estoy mal. Hay que "pacificar el gesto", que a menudo lo tenemos cabreado cuando miramos las pantallas. Es la “hipótesis de la retroalimentación facial”: la expresión de la cara -sobre todo la bucal- es interpretada para decidir la percepción. Para hacer una demostración de la influencia de la musculatura facial se estudió a gente con Botox en LA. Les pusieron imágenes muy desagradables pero como esta sustancia les impide fruncir tanto el ceño, la amígdala se activaba menos y resultó que lo negativo lo vivían como menos negativo!!! Además, win-win, lo positivo como igual de positivo (todos a por botox?).

Toda emoción conlleva experiencias corporales, que se manifiestan, por lo explicado antes, antes de que seamos conscientes de ellas. Pero estamos más habituados a dar más protagonismo al intelecto que a la sensación del cuerpo. Como vimos antes, el hipotálamo traduce el lenguaje neuronal al organismo a través de la frecuencia cardiaca, la respiración, las contracciones de la musculatura, la postura. Desarrollar una consciencia corporal que nos permita conectarnos a esas sensaciones nos da el poder de adelantarnos a la propia emoción consciente y decidir si abortarla antes de que sea expresada. El nuevo libre albedrío?

La teoría del marcador somático de Antonio Damasio, uno de los más famosos neurocientíficos del momento dice que las sensaciones de nuestro cuerpo son memorizadas y tenidas en cuenta por el cerebro para tomar decisiones. Es conocido el estudio en el que se demostró que los jueces tomaban más decisiones favorables después de comer (ya hemos visto antes los mecanismos: la microbiota intestinal modula áreas del cerebro involucradas en la cognición e intervienen en la regulación hormonal del sistema nervioso y del estado de ánimo.

De todo esto se concluye que una mayor interocepción (ser más consciente de las sensaciones que vienen de nuestro cuerpo) nos hace ser capaces de regular mejor nuestras emociones, y tomar mejores decisiones. De ahí la importancia de ser conscientes de nuestro cuerpo, de sus sensaciones y de su postura.

El intestino (Es la microbiota, idiota)
La microbiota de Honorato
Entre paréntesis el título de un libro que aún no he leído, pero que resume lo que hay: si no has oído hablar de la microbiota, ¿en qué planeta has estado? A ver, que seguro que sí: antes, en tu época, se llamaba “la flora intestinal” (“Termina el yogur, Honorato, que favorece tu flora intestinal”), pero hoy sabemos que sería mejor llamarlo “fauna” porque es el conjunto de microorganismos (ie. bacterias, hongos, arqueas, protozoos, virus) que pueblan distintas mucosas de nuestro cuerpo. Donde son más abundantes es en la intestinal, unos cien trillones y pesan unos dos kilos. La situación de equilibrio microbiano se llama eubiosis, favorecida por ejemplo por el ejercicio físico, y la contraria, causada por estrés, antibióticos, enfermedad, se llama disbiosis.

La microbiota tiene funciones metabólicas y defensivas, pero también articula el eje intestino-cerebro, actuando sobre los sistemas endocrino, inmune y nervioso. Pero, ¿cómo lo hace? Aquí van algunos de los mecanismos de acción de la microbiota:
  • Algunas de estas bacterias sintetizan triptófano que es un precursor de la serotonina. ¿Alguien recuerda por qué el bar de Banderley se llamaba así? Voilá: es el neurotransmisor de la felicidad. ¿Cuáles son los antidepresivos más usados hoy en día? Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)​. Atención: alrededor del 95% de la serotonina es producida en el intestino.
  • El aprendizaje se basa en la formación de circuitos neuronales y en ello interviene el Factor de Crecimiento Neuronal (Brain Derived Neurotrophic Factor o BDNF) . Esta unión de neuronas que permite la transferencia de información entre ellas es estimulada por el BDNF, que a su vez, es influenciado por la microbiota y afecta especialmente al hipocampo y a la amígdala. Recordemos: memoria “fría” y “emocional” respectivamente.
  • Porque la microbiota regula la morfología de las neuronas de hipocampo y amígdala, y estas son áreas muy implicadas en la respuesta al estrés, la composición de la microbiota determina la reacción del cerebro ante el estrés.
La microbiota crece contenta aquí
Estudios con ratas en los laboratorios llevan ya mucho tiempo demostrando alteraciones de conducta y problemas en el aprendizaje en estos animales si les tocaban la microbiota. Según los mecanismos de arriba, no sorprende que los ratoncitos con microbiota alterada presentaran con problemas de memoria, estado de ánimo y todo eso.

Ahora, personas: investigadores de la Uni de Deakins en Australia estudiaron la dieta de madres embarazadas (23.000!) y el posterior comportamiento de los niños a los 1, 3 y 5 años. La ingesta de comida poco saludable en ambos predecía sin dudas problemas de conducta en los críos. En otro estudio vieron igualmente problemas de comportamiento en niños con antibióticos, con la microbiota arrasada.

El HPA
Los estados de estrés crónico afectan a todos los sistemas corporales: cardiovascular, digestivo, endocrino, nervioso, reproductivo, inmune…. Imaginemos un hecho estresante: vas por la calle y te atracan. En ese momento el eje HPA (Hipotálamo Pituitario Adrenal, a la derecha) se activa y el final de la cadena implica la secreción de cortisol, “la hormona del estrés”, por las adrenales. El cortisol nos va a ayudar en esa situación de estrés puntual (subirá nuestras pulsaciones, respiración, abrirá nuestra pupila… en resumen, nos preparará para defendernos o escapar, el “Fight or Flight”). En estrés puntual, esto es fisiológico, nos ayuda,  pero en estrés crónico se produce una desregulación del HPA, hay una supresión del sistema inmune, y la respuesta a un hecho estresante perdurará en el tiempo (e.g. en el síndrome de colon irritable, la activación del HPA es más prolongada). Además afectando a la microbiota, que como hemos dicho, a su vez afectará las áreas cerebrales involucradas en el aprendizaje y en la emociones - a través del BDNF.

La respiración
Hay que respirar por la nariz, ya lo aprendimos en el cole: así se filtra, se calienta, se humidifica, en una palabra, se prepara el aire, luego se protege el sistema inmune. Pero hay más razones.

El olfato es el único sentido que no pasa por el tálamo (recordemos, la “puerta” del cuerpo al cerebro), sino que tiene su vía propia y va directamente al bulbo olfativo, que está muy conectado con la amígdala (recordemos, muy involucrada en la emoción). Todos conocemos el poder evocador del olor (¿alguien ha entrado recientemente en un aula de niños pequeños? Ese olor a goma Milán): es brutal. Hay ciertos olores que nos calman, otros que nos ponen en alerta.

Volvamos al laboratorio: los pobres ratoncitos a los que extirparan el bulbo olfativo caían en depresión (depresión de ratón, claro: letargia, no comen, no duermen etc, aún no hay diván para roedores). Y ya hay estudios que han demostrado que personas que se han recuperado de una depresión, han recuperado también el tamaño de su atrofiado bulbo olfativo. En el Alzheimer inicial, se pierde el olfato (está el olfato también muy unido al hipocampo, recordemos, la memoria).

Hay dos tipos de respiración: la automática (controlada desde el troncoencéfalo, recordemos, estructura subcortical) y la voluntaria (controlada por la corteza frontal, recordemos, todo lo consciente). En este capítulo habla de un montón de estudios en los que no entraré pero las conclusiones son claras: la emoción, la atención, el aprendizaje y la memoria están influidas por la respiración. Cuando inspiramos por la nariz tenemos mucha más capacidad de memoria: largas explicación neuroanatómicas (ya nos podemos imaginar que el bulbo olfativo, directamente conectado va a influir sobre las neuronas del hipocampo, nuestro amigo de la memoria, que durante el aprendizaje libera ondas gamma -volvamos al principio-, que para mantenerlo y sostener el aprendizaje hay que darle un ritmo lento que sea sólido y constante. Este ritmo es la respiración. Si respiramos por la boca, el bulbo olfativo no se activa.


A nadie le sorprende entonces que la respiración sea tan importante para auto-calmarnos, o en prácticas como la meditación. Ser conscientes de nuestra respiración modula áreas de atención, memoria, expresión de las emociones, identidad, bienestar.

El corazón
Antes de entrar aquí, decir que este es otro órgano en el que la separación mente-cuerpo ha reinado en la medicina, pese a que todos sabemos cómo se siente una descarga física la primera vez que te dicen “te quiero”. Cuando William Harvey -el descubridor del sistema circulatorio sanguíneo- demostró que el corazón es una “bomba hidráulica” que todo lo que hace es bombear sangre por el cuerpo, qué más quiso Descartes para apoyar aún más su separación del cuerpo y mente: su filosofía supuso la mecanización del cuerpo.

Aquí os eximo de la ratatomía (asignatura cuyo grado de detalle no fue para mí - ¡dos años!), pero un párrafo de fisiología (en segundo, esta es muy bonita). Presión arterial: todos tenemos esas dos cifras en nuestra cabeza, la nuestra. La sistólica (o “alta”) es la mayor presión que puede soportar nuestro ventrículo izquierdo -el que lanza la sangre al cuerpo- en cada latido. La diastólica (o “baja”) es la presión más baja, durante la diástole que puede soportar nuestro ventrículo. Es la medida de lo vigoroso de nuestro corazón (¿los que la tenemos baja somos unos sosos?). Anda que no está descrita la “Personalidad A” con tendencia a la hipertensión.

En la aurícula derecha está el marcapasos natural del corazón (o “nodo sinusal”), donde se genera el impulso eléctrico que da lugar al latido. ¿Y cómo se comunica el corazón con el sistema nervioso? El cerebro se comunica con el corazón a través de nervios que parte del troncoencéfalo, y el corazón con el cerebro a través del nervio vago. Tras una larga explicación sobre los sistemas nerviosos simpático y parasimpáticos y hablar de estudios que han investigado cómo cambia la dinámica eléctrica del corazón según las emociones, se llega a que la característica más relevante del corazón es la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (VFC): es la medida cardiaca más relevante para la neurociencia. 

A mayor VFC, más positiva es la emoción, la alegría la incremente, el miedo y el enfado la disminuye. A mayor VFC, mayor es la puntuación en el índice de inteligencia global, mayor capacidad de memoria y atención, mayor fluidez en el lenguaje (cuando estamos rumiando un problema, la VFC disminuye). Para entender los mecanismo de acción, cómo la VFC puede influir en la cognición y emoción está la “Teoría de integración neurovisceral” de Thayer y Lane, pero quien quiera saber más, que lo lea aquí (esa sensación de que el divague se me está yendo de las manos, y estoy ya sola aquí: con que llegue yo en la re-lectura me debería felicitar). Luego está lo del corazón como “la puerta de la percepción” con el concepto de la Heart Evoked Response (HER), pero de nuevo, les remito a wikipedia.

Este capítulo del corazón es, como se está viendo, inabarcable, a la vez que apasionante, porque luego entra en la subjetividad. El latido representa el suceso ante el cual las neuronas de ciertas partes del cerebro se organizan en circuitos que dan lugar a la percepción subjetiva que cada uno construimos de la realidad. El ritmo cardíaco influye en la percepción del mundo externo (ver una escena estresante) e interno (el dolor). Como en todo, sabe las cosas antes que nosotros y tiene una relación muy cercana con la amígdala: esto puede explicar ciertos actos automáticos en los que “no estábamos presentes” pese a estarlo: en un estado de alerta, la amígdala sentenciará una situación como peligrosa, esto será reforzado por la actividad cardiaca (en sístole más alerta negativa que en diástole) y al mismo tiempo se inhibirá la respuesta consciente (corteza prefrontal) y zas, se dispara esa pistola.

Y qué sorpresa: la empatía también parece estar relacionada con la respuesta neuronal al corazón, ah las bases biológicas de la empatía. (en un estudio, las personas que habían sido más generosas, tenían cambios neuronales en el estriado).
Hackney City Farm:
Manera amable de decir
no se coman las fresas

Y es que “no vemos las cosas como son, sino como somos”. Si percibes el mundo pasivamente (“hace frío”), vs. activamente (“Tengo frío”) también se muestra en el cerebro. En la activa, desde el yo, se activa el precúneo izquierdo, área muy implicada en la memoria autobiográfica. En la pasiva, cuando nos pensamos como objeto, se excita la corteza prefrontal ventromedial izquierda, zona que se activa durante la meditación. Nota: La meditación es la mera observación, no el análisis emocional o intelectual de nosotros mismos (no es lo mismo pensar en mí, analizar que observarme a mí, escuchar). ¿Cómo está esto relacionado con el corazón? Cuanto más responden las neuronas a los latidos de nuestro corazón, más pensamos en nosotros mismos; o sea el cerebro responde más intensamente al corazón si nuestra percepción es auto-referencial. El corazón es el órgano más involucrado con la percepción, particularmente de nuestra propia identidad.

Vamos a ir terminando, que igual esta gente se quiere ir:  la teoría del “marco subjetivo neuronal”
Según esta teoría, la representación interna que cada uno hace de la “realidad” se basa en la relación constante entre el cerebro y el organismo. O sea, la idea de identidad se basa en los circuitos neuronales que actualizan en todo momento el estado interno de nuestro cuerpo: la identidad tiene un asiento orgánico. El circuito cerebral de áreas que integran la información visceral para producir la identidad son la ínsula, la corteza cingulada, la amígdala y la corteza somatosensorial. Y el componente principal del marco subjetivo neuronal es la respuesta cerebral evocada por el corazón.
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Nadie me creerá: este final es precipitado, pero me voy a dormir que mi amígdala va a petar. Si alguien ha llegado hasta aquí, qué puedo decir: que oé oé, que seguro que ha sido respirando por la nariz, con una microbiota como una rosa, nadando en ondas gamma y, sobre todo, con un buen corazón. 








11 mayo 2023

"Spin off" de Serial, por Anna Petons (divagantes que no me merezco)

Anteayer terminé mi primera revisión de Serial -y las que quedan. Me ha costado casi nueve meses, un embarazo prematuro. Cuando le di a "Fin", a finales de Junio 2022 no sabía el dolor que me iba a causar -vale, no tanto como el susodicho embarazo- volver a releerlo. No imaginaba cuánto iba a odiarlo, sobre todo el principio, cuánto tendría que cambiar, siempre con el 10% de poda de Stephen King en la cabeza -no he tenido valor de cortar tanto-, cómo iba a sufrir con la maldita puntuación -sobre todo la de diálogo- y las malditas acotaciones. A final del verano escribí así muy alegremente que zarpaba este barco de la revisión (en verano no lo toqué, estaba con crónicas de viaje) y luego no le dediqué mi cuerpo y alma escritora, porque seguía con el blog. 

Mientras tanto, algunos incautos aceptaron leerlo y me han dado feedback. No se lo puedo agradecer lo suficiente porque pedir esto era mucho pedir. Como la mayor parte no me leen aquí, no sabrán que les guardo para siempre un super-espacio en mi corazón. Ahí están Santi Gascón (mi mentor literario, no le quedaba otra), Litros (el Joven pero Consagrado Autor Navarro), Butini (el caro precio que pagó por pasar unos días en casa el verano pasado), Pilar (ese momento cuando tu suegra pide clarificación sobre la escena de follaje en la Heath), Desi (mi colega de andaduras radiofónicas y la mejor voz de las ondas piratas de Vetusta), Sul (paciente editor de mi terrorífico spanglish: no se dice entusiástico sino entusiasta), Mónica (mi lovely friend, que busca en el blog para encontrar qué libro regalarme) y Matt (el pobre al que una IA ha traducido al inglés, sigue en ello).  Nota: tampoco quiero olvidar a los valientes dos o tres que lo leían en el blog, como Vi, Andandos, Fashion, Peda y l@s que quedaron en camino, a quienes entiendo perfectamente. 

Y luego está Anna (a la que en casa llamamos Anna Petons) que pertenece a los dos grupos: se enganchó al accidentado Serial "en tiempo real" y luego se lo leyó. Cuando quedé con ella en Barcelona el año pasado, me iba comentando cosas y yo alucinaba: los personajes que más le gustaban (Derek, ja, que a mí también -ya le dije que es uno de los que existió), lo que no quedaba plausible (un tío como Jack y va Mariona y pasa?), los títulos y cosas así. Anna tiene una corona de laureles que ríete la de Kate en la coronación.

Con Anna compartimos muchas cosas, y una es la pasión por viajar. Ella cada año hace un viaje con su hermana y a finales de abril fueron a... Serial!! Realmente a York, pero también recorrieron parte de los escenarios de Serial y me fue enviando fotos. Como en la oscuridad escribe (a ratos me manda sus docs de word, está en esa fase), la puse en un apuro: esos días tenía que escribirlos "para que no se le olvidaran". En realidad fue una encerrona porque una vez que me lo envió, lo siguiente fue pedirle que me dejara colgarlo aquí. Así que aquí está, y todas las fotos son suyas, aparte de las de dentro del hospital que las podéis ver todas aquí. Yo no conocía este asylum (aunque he conocido otros), pero no hay ninguno que, por dentro, describa tan bien lo que es Banderley. Casualidades (acaso estas existen?), Anna se alojó en un hotel al lado de este hospital que fue cerrado hace dos años, y se ha cerrado el círculo. Gracias Anna, por descubrirmelo!

No tengo ni idea lo que será de Serial ("dejarlo reposar" fue algo que me aconsejó Elena Rius por Navidades y tenía toda la razón: ahora le toca volver al congelador otros buenos meses) pero hasta ahora, aparte de pasármelo muy bien escribiéndolo, ha estado todo muy chulo por gente como la de arriba. Y por Anna. 

Muchas gracias darling por tu apoyo y por habernos escrito lo de abajo. Petons!!!

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Tienes que venir a verme. Tienes que venir a verme. Tienes que venir a verme. 

Esta es mi amiga, la incansable Mariona Calleja, la persona más pesada insistente de este planeta que un buen día se armó con un petate y un billete de ida y se largó (o se internó?) en un hospital psiquiátrico en mitad de la nada británica, allá por donde las Bronte y Bram Stoker hicieron de las suyas. Sí, he dicho Bram Stoker.

No es que Mariona estuviera loca, o no loca así, es que Mariona es médica y le dio por especializarse en psiquiatría. Y de entre todos los lugares en los que podría haber hecho su especialización, decidió ir a especializarse a Banderley, un hospital del que solo ver la foto ya me entraron ganas de salir corriendo.

¿Mariona, tú estás segura de esto? 

Tú no lo entiendes, tiene que ser aquí. 

Y lo decía con tanta convicción y con ese brillo de ilusión y anticipación en los ojos que al final terminó por convencerme que bueno, quizás sí, quizás tenía que ser allí.

Al principio me escribía mucho. Mariona es, además de psiquiatra, medio escritora y en sus cartas me desgranaba todos los detalles de su vida en aquel lugar: cómo fue su llegada, la sensación de soledad al principio, como era su casa, como era su jefe, como eran sus compañeros de casa, quienes sus amigos… Confieso que a veces sentía ciertos pellizcos de envidia por aquella experiencia de vida que se estaba marcando pero básicamente porque se había ligado un tipo mitad negro mitad asiático (mitad negro mitad asiático!) que la hacía ver visiones y le enviaba cintas con canciones. O sea.

Sin embargo, hacía ya un tiempo que la empecé a sentir extraña, como preocupada. Tanto es así que ni mencionaba a aquel tipo mitad negro mitad asiático que la hacía ver visiones y le enviaba cintas con canciones. Quería darme a entender que tenía mucho trabajo, que el volumen de cosas que tenía que estudia era inasumible… pero en su última carta, me soltó: ‘aquí pasa algo raro. No te lo puedo contar por carta. Tienes que venir a verme, tienes que venir a verme, tienes que venir a verme. Aquí no puedo hablar con nadie, todos miran para otro lado’. Joder Mariona, ya te vale.

Y yo, que soy de las que van, me pillé el primer vuelo y me planté en Manchester. El cómo llegaría a Banderley y daría con Mariona vendría después. De momento, aquí estaba. Mariona había conseguido que sintiera una curiosidad infinita por todo aquello y además, estaba preocupada por mi amiga. ¿Qué le pasaba a Mariona?

Una vez en Manchester lo más fácil para ir acercándome a Mariona era tomar un tren hasta York. Allí intentaría contactarla para avisarla que estaba allí. Igual en el hotel me dejaban enviar un mail, era un buen hotel así que seguro tendrían ese servicio. Otra cosa es que Mariona pudiera llegar a leerlo, caso de que pudiera o atinara a pasarse por la sala de ordenadores.

El tren de Manchester a York fue eterno. Era un Transpennine Express y el conductor se afanaba en recordárnoslo por megafonía cada cinco minutos. Tenía de Express lo que yo de lagarterana. Yo creo que si hubiera ido caminando, hubiera llegado antes. Me tocó un asiento de esos con mesita y a mi lado tenía una chica que no paraba de mirar el reloj y resoplar ‘oh, my god’ -pobre, qué tarde llegaba- y delante de mí un adolescente que se sentó, abrió su mochila y saco una caja en la que había unas bolas de algo comestible y un bote de tres litros de kétchup – muy useful cuando una se va de viaje, lleve siempre a mano un bote de ketchup y si es de tres litros mejor. Después, en otra estación de las trescientas en las que paró (express service, me parto) entró otro teenager que aún no había puesto el culo en el asiento ya se había dormido.

Después de dos hora y media llegamos a York. La estación era enorme y estaba cerca de mi hotel, al que llegué con un hambre atroz. El Churchill Hotel era precioso. Tenía que traer a Mariona si lograba encontrarla. Era una antigua Manor inglesa decorada con muy buen gusto y con un garden en el que me senté y me zampé un plato de fries y una pint de cerveza que me sentó como los ángeles. Pero tenía que solucionar lo del mail así que, una vez repuesta, me dirigí al amabilísimo recepcionista -también medio adolescente, ya sabía su madre que trabajaba ahí?- que deshaciéndose en sonrisas me acompañó a una sala y me señaló un ordenador: help yourself. 

Después de los correspondientes pitidos conseguí conectarme:

From: information@thechurchillhotelyork.com
Sent: Thursday, 27 th april de 1990 15:32
To: mcalleja@york.ac.uk
Subject: Sorpresa!

Hola, lóker.

Aunque bueno, no sé muy bien quién es ahora la lóker: agárrate fuerte: estoy en York. Te lo juro. Pero es que cómo te iba a dejar sola después de la última carta?? No sé muy bien como encontrarte así que espero que puedas leer este mail. Los del hotel fueron muy amables al dejarme usar su sala de ordenadores. También intenté localizar el teléfono de Banderley pero no ha habido forma. Así que apunta, este sábado voy a estar en Whitby. Quedamos en eso de los huesos de la ballena que dicen que hay? A las 12.00? No se me ocurre otro punto de encuentro que no signifique subir los quinientos mil escalones a la abadía esa. Luego me llevas tú si nos encontramos.

Estoy deseando verte y preocupada por ti a partes iguales así que más te vale aparecer.

Anna.

Ps. Si lees este mail contéstame: yo intentaré ir entrando para ver si tengo noticias tuyas. Please.

Ps2. Esto es lo que pasa cuando me dices más de tres veces que vaya. Que voy.

Misión cumplida. Ahora había que cruzar los dedos.

Subí a la habitación, me abrigué más – esta gente va a su bola, pase lo que pase en el resto del mundo, ellos tienen 7 grados y lluvia o amenaza de. Da lo mismo que estemos en abril como en diciembre- salí a la calle. A ver qué era eso de York. No había dado dos pasos cuando a mi izquierda se abrió un paisaje espectacular: un parque de un verde infinito que terminaba con un precioso edificio georgiano color ladrillo. Qué era aquello? Una escuela? Sería una boarding school como las de Torres de Malory? El recuerdo de aquellas novelas de mi infancia me hizo sonreír. Decidí seguir hacia la ciudad y dejar aquel parque y aquel edificio para otro momento. 

Crucé el arco de la muralla- que resulta que York tiene una preciosa city wall romana que la rodea por casi cuatro kilómetros! – y empecé a caminar por las callejuelas del old town y enseguida apareció ante mí la imponente Minster, una impresionante catedral gótica que parece encajada en el entramado de pequeñas callejuelas y que te saluda grandiosa y te deja sin aliento. Qué barbaridad. Si a eso añadimos el sonido de una flauta travesera por la que alguien soplaba ‘With or without you’ el resultado no podía ser más perfecto. Menuda preciosidad. Seguí caminado cada vez más maravillada por aquella ciudad. Las callecitas eran como de cuento pero sin parecer un decorado – cosa que pasa a veces en este tipo de ciudades, tipo Duvrovnik por ejemplp, que parecen un poco Port Aventura. Pero esta ciudad no. Esta ciudad, con sus tiendas, sus interminables pubs – fine ales and good food- es una ciudad de verdad, que palpita y vive a pesar de los turistas y los mirones como yo.

Eso sí, a las 7 de la tarde York era una ciudad fantasma. No había nadie por la calle, lo que me dejó con el privilegio de poder pasear por los Shambles prácticamente sola. Qué callejuela tan bonita, si dejamos a parte que tan idílico entorno había sido la parte trasera de las carnicerías en la edad media, de donde colgaban los cerdos y las vacas y corrían ríos de sangre en lo que hoy veíamos como una perfecta calle empedrada. Y lo que debía ser el olor. Oh, el olor.

Decía que crucé los Shambles y acabé en un fabuloso restaurante: Pairings. Decorado al más puro estilo ‘bistro’ tenía unos camareros amabilísimos y simpatiquísimos que me sugirieron para cenar jamón ibérico, cecina de León y queso manchego. Hombre no me jodas William, que soy española. Tráeme un pastel de carne de ese que tenéis que parece morcón o un yorkshire pudding! Al final me zampé un surtido de quesos ingleses excepcional (está bien, alguno francés se coló) paired (de ahí el nombre del restaurante) con un buen vino sudafricano (otra vez, el rioja lo dejamos) y un poco de chutney y quince. Qué delicioso.

Después de la cena, y seguramente por el efecto del vino, vi clarísimo que estaba donde debía a estar, que iba a ser facilísimo encontrarme con Mariona y que había tenido la mejor idea de mi vida con ese viaje incierto que me había sacado de la manga apenas una semana antes. 

Al día siguiente era viernes y hasta el sábado no iba a encontrarme con Mariona. Después de
desayunar volví a pedir a la recepcionista (ahora una chica, al de ayer su madre seguro que lo castigó) si me dejaba usar la sala de ordenadores para comprobar con frustración que no había ni una palabra de Mariona. Bueno, era temprano aún, eso no me iba a desanimar.

Me pasé el día pateando la ciudad, que cada vez me gustaba más y más. Me mudaría aquí con los ojos cerrados sin pensármelo ni una vez. Entré en la Minster (17 pounds entrar en la Minster! Estamos locos??) que si por fuera era espectacular por dentro directamente te dejaba sin habla. 205 años dice que tardaron en construirla. Madre mía. ¿Cómo debía ser aquello? ¿y el que dirigía aquella bestialidad? ¿cómo se lo ocurría? Tú ahora esculpe un dragón aquí, tú una rosa allí, tú aquí caras de santos y tú aquí caras de reyes. Y así doscientos años. Y los que se deberían morir aplastados por las piedras o precipitados desde las alturas mientras colocaban un arco? En fin. Si me dieran a escoger un deseo de esos imposibles, sin duda sería viajar en el tiempo para poder ver por un agujero todo aquello.

Después de la Minster llegué paseando tranquilamente hasta el Museo de York y la Clifford Tower, lo único que queda de un castillo normando construido allí en el año 1000. Allí, toda regia, en lo alto de un torreón, parecía saludarte en una suerte de reverencia que te provocaba su propia inclinación, una especie de torre de pisa medieval imponente y espectacular. Aunque después la imagen se desdibujaba cuando una aprende que allí hubo una gran matanza de judíos en el siglo XII, en uno de los peores pogromos de la Inglaterra medieval, en la que después de atrincherarse durante semanas y ser asediados por la  muchedumbre, decidieron suicidarse colectivamente: 150 personas en total, hombres, mujeres y niños. 

Con la intención de comer en el Shambles market volví para el centro de la ciudad pero no me gustó. Fue, en realidad, la única decepción de la ciudad. Así que terminé en Ye Olde Starre Inne, el primer pub con licencia como tal ahora no sé si de Inglaterra, de York o del mundo. Whatever.

Comida rica y buena cerveza y a abordar la muralla que absolutamente me fascinó. Las vistas a una ciudad limpia y bonita, con unas edificaciones espectaculares y unos jardines aún más espectaculares. Y el Dean park, con la casa ahí del diácono de la catedral o como quiera que se llame esa figura. Una impresionante mansión de ladrillo rojo con unos jardines impecablemente cuidados y relucientes. Qué humilde el diácono.

Alice, guía de fantasmas de York
A eso de las 8 había quedado con Lucy. Digo Alice. Mariona, en sus cartas, me hablaba de Lucy, una chica de Whitby (Mariona, lee mi mail y ve a Whitby, por favor) que se dedicaba a hacer tours de Drácula con su perro Vlad. Así que me llamó la atención el tour de Alice (o Mad Alice, nombre artístico) que también apareció con una perrita llamada Vilma, una Schnawzer mini de color negro a la que colocó una lucecita en el lomo en cuanto se hizo de noche para evitar que la atropellaran. Era una monada. El tour con Alice fue interesantísimo. Nos contó historias de fantasmas y de asesinatos, nos habló de Guy Fawkes, de Dick Turpin y de Margareth Clitherow esta última asesinada por ser católica y a la que le han hecho una casa/shrine en los Shambles, con la salvedad que en lugar de hacérsela en el número 14 que es donde vivía, el English Trust se equivocó y la han hecho en el 16. Shit happens, I guess. E ineptos, que los hay en todas partes.

Como el tour se terminó tardísimo – nótese la ironía - a las 9, es imposible encontrar nada donde me quisieran dar de comer, así que me compré un sandwich en Mark’s & Spencer Food y me lo comí tranquilamente en mi habitación con una bolsa Hoola Hoops y una coca-cola.

Al día siguiente era sábado e iba a ver a Mariona. Por favor.

Por fin era sábado. Me levanté muy temprano. Llegar hasta Mariona no iba a ser fácil y tenía que estar en Withby a las 12. Antes de desayunar volví a hablar con la recepcionista que ya era casi mi mejor amiga, y me dejó volver a entrar a mirar el mail. Nada. Desayuné en un estado de total pesimismo pero cuando salí a la calle me animé. Al menos no llovía y no hacía mucho frío. Los invariables 7 grados, para bien y para mal.

Hutton-le-hole
Tomé un bus delante de la Minster que me llevó hasta Hutton-le-Hole, un pueblecito en mitad de los Moors que parecía sacado de un cuento. Tiene su río – aunque quizás llamarle río es demasiado ambicioso, dejémoslo en stream – y su iglesia y su cabina telefónica! Paseé un poco, me tomé una taza de té en lo que antes había sido la escuela y ahora era una tea house y me tomé el siguiente bus que cruzó todos los Moors (y las hermanas Bronte?), esos páramos infinitos (ayúdame a mirar!) que me dejó en Whitby. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Y tenía el mal presentimiento de que Mariona no iba a estar.

Whitby estaba abarrotada de gente. Gente rarísima, vestida rarísima. De qué iba aquello? Al poco rato me enteré: era una convención de góticos. En serio? Cómo se suponía que iba a encontrar a Mariona entre tanta gente? Cuando por fin conseguí llegar al Whalebone Arch, faltaban 10 minutos para las doce y no había ni rastro de Mariona. Sólo conseguí  animarme con la vista que se presentó ante mis ojos de la impresionante abadía que apareció al otro lado de la bahía. Mariona, bonita, aparece por favor.

Pero pasaron los minutos y Mariona no apareció. Solo cientos y cientos de personas vestidas con atuendos de lo más variopintos y que si no hubiera sido por lo preocupada que estaba, me hubieran hecho hasta gracia. Eran casi las dos y finalmente entendí que Mariona no iba a venir. No había podido leer el mail? No había podido llegar? Tenía guardia? Le había pasado algo??

Conveción de góticos 1




Sin ganas de mucho, no me pude resistir a subir los infinitos escalones hasta la abadía,  apartando góticos de diversas formas y tamaños hasta que, sin aliento, conseguí llegar. A mi izquierda, el cementerio de Saint Mary me heló la sangre. ¿Dónde estaba Mariona?



Mi ánimo estaba por el suelo así que prácticamente hui de Whitby y de sus góticos y me tomé el tren hacia York. York y aquel hotel era lo más parecido a mi casa. Allí seguro que me tranquilizaría y sería capaz de pensar en lo que debía hacer a continuación.

En el tren me dormí y tuve unas horribles pesadillas en las que aparecían perros negros, crucifijos, mujeres con los labios muy oscuros y ballenas muertas. Me desperté ya en York, muy angustiada y con ganas de respirar aire fresco. De camino a mi hotel pasé otra vez por aquel parque con aquel edificio georgiano en el fondo. Pensé que un paseo me haría bien así que entré. No había apenas gente y la luz de la tarde le daba el tono justo para hacer que aquello pareciera una postal. A la izquierda del edificio había una pequeña iglesia tan bien colocada que hubiera podido ser perfectamente pintada por alguien. Y un poco más allá lo vi: pabellón de psiquiatría. Cómo? En serio estaba al lado de un hospital psiquiátrico? No me lo podía creer. Seguí caminando y me acerqué al edificio principal: Bootham Park Hospital rezaba el letrero. Era un hospital! Empujé la puerta que para mi sorpresa se abrió. Un escalofrío recorrió mi espalda: cuatro escalones, con una balaustrada grandilocuente llevaban a una puerta doble de madera con cristales mosaico de colores, entreabierta. El pasillo de baldosines en puzles granates, blancos, y azules. Se me puso la piel de gallina: era exactamente como Mariona me había descrito Banderley en una de sus cartas.

Foto de Richard Brigham
(Grandilocuencia victoriana)

Foto de Richard Brigham
(Los pasillos interminables con eco)


Foto de Richard Brigham
(Aquí transcurre el capítulo 48...LOL)




No sé de dónde salió, probablemente de la tensión y la incerteza de los días acumulados y de la preocupación por mi amiga, pero de pronto empecé a notar como las lágrimas rodaban por mis mejillas y empecé a sollozar muy fuerte. Lloré y lloré y me vacié del todo, mientras caminaba hacia mi hotel, incapaz de pensar en nada, sólo con ganas de darme una ducha caliente y meterme en la cama.

En cuanto entré en la recepción del hotel mi mejoramigarecepcionista me miró con preocupación? ‘are you allright??’. No podía hablar mucho así que asentí con la cabeza y me deslicé rápidamente hacia el pasillo. Pero ella insistió ‘you´d better cheer up, somebody is waiting for you in the garden’. ¿cómo? ¿quién me esperaba a mí en el garden?



Salí corriendo, muerta de curiosidad. Y ahí estaba. Mariona con una cerveza en la mano y una sonrisa en la boca:

- Lóker. Al final viniste a verme pero fui yo quien te encontró a ti.

~~Fin~~