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14 julio 2022

Y aún hay gente que paga por "la experiencia" (Día de estreses varios: Viaje con nosotros si quiere gozar) (CT & D7)

   Jueves, 14 de Julio de 2022: Kas-Patara-Ölüdeniz-Fethiye(CT & D7)

Propósito de la enmienda
Hay demasiado contenido: se me acumula. Pero elegí mal día para empezar a acortar las bitácoras del viaje. En serio: lo voy a intentar, pero es que en este día pasaron muchas cosas. Maniana, en serio. Y sin más dilación... 

Ahora sí que sí: reportaje de la colada
Ayer se me acusó de recurrir a viles técnicas de clickbait, a “se lo contamos después de la publicidad”, a "próximamente...". Pero aquí está. Nos levantamos y esperándonos, la colada que tuve que escurrir anoche :

Ha merecido o no la pena esperar?


Unas prendas que se resistieron y
pasaron a la UCI del tendedero


Ni con agua caliente
Tenemos el check-out de Casa Murat a las 12 y aprovechamos la terraza hasta entonces. El pobre no se debe creer cuando por fin nos ve salir, le da igual que nos hayamos cargado su lavadora: si me queréis, irse!

Salimos de Kas y el Peda nos quiere enseñar esa península de la derecha que el divagante ha visto hasta la saciedad en fotos estos pasados tres días, y por la que él asegura que va a correr. Llegar allá es una pequeña odisea porque el tráfico en países semi-desarrollados es un infierno, y además, los talantes son otros. Tenemos que permanecer parados un rato porque unos ancianos han de sacar de su camioneta enmedio de la vía una caja de tomates para un restaurante, y en otra porque uno va a bajar una sandía. Para seguir con lo de la inmersión cultural, uno no debe de irritarse por estas cosas como harías en tu ciudad, has de planteartelo como “una experiencia”, además gratuita. 

Quién sabe si esto no es una "experiencia"
pagada por mis compas
para generar contenido de blog

Sobre la península no recuerdo nada aparte de cuánta gente en el mundo tiene casas con vistas al mar y  dime el tamanio de tu bandera y te diré lo inseguro que eres. 



La carretera es la que habíamos hecho un par de días antes en busca de Kaputas (increíble cómo se ve la cala de lejos, sale un azul así como el de Lefkadas), pasamos por Kalkan, el Kas pijo y casi enseguida llegamos a Patara.

La A400, el Big Sur turco

Foto movida (desde el coche),
pero ese azul que sale es Kaputas
(kaputas, kaputas!)


Dolor de retinas con los misiles de carretera


Patara: problemas de acceso
Patara era el principal puerto de Licia, famoso por su oráculo de Apolo (dicen que competía con el de Delfos), pero no se han encontrado restos del templo. De nuevo, es otra de esas ruinas con sus baños, anfiteatro y demás, que tienen playa, pero aquí se puede pagar por separado. Nos acercamos peligrosamente a nuestro horario habitual de insolación culta, pero esta vez pasamos de las ruinas y vamos a la playa, oh-oh-oh, todos con sombrero.

Es una de las playas de arena más largas del Mediterráneo, 9 kms, hasta la desembocadura del río, y luego otros 6 más. Por preservación de las ruinas no han dejado desarrollar el acceso, con lo cual hay un aparcamiento en un extremo de la playa, y por esa entrada todo el mundo accede. Esto significa que la gente se hacina nada más entrar - donde solo hay un par de chiringuitos- y el resto está vacía. Es una playa inmensa y salvaje, no hay sombrillas ni hamacas ni chillout que valga. Nosotros avanzamos un poco, para quitarnos de encima a la gente, con ese calor. Hay unas mallas metálicas que cubren los nidos de tortugas - no están y cómo culparlas: deben estar durmiendo. 

Revolcón por ola de rulo
Ya en la guía dice que en la playa hay "bastantes olas, para estándares mediterráneos” [Nota; nunca olvidaré la Playa de Barra (pronunciado "baja") de Tijuca de Río de Janeiro. Nunca he visto unas olas que me dieran más miedo y nunca he sentido una resaca más grande bajo mis pies]. Nada que ver pero se confirma: muchísimas olas, luego mis compas están encantados. Yo me voy para adentro, aspirando a evitar la orilla donde rompen épicamente. Hay que seguir los consejos de Mini “yo en el mar siempre estoy atenta, nunca sabes lo que te puede pasar”. Recuerda en el curso de surf cuando una ola se la tragó y se despertó en la arena con todo gente alrededor "y no oía nada". En esas estamos cuando una ola monstruo, traidora, vengativa, me pilla totalmente desprevenida. Sin timepo ni reacción para meterme debajo por mi propio pie, ella me hace los honores y me pega un revolcón del diez. Cuando salgo, he tragado agua hasta por los lagrimales, me cuesta recuperar la respiración, y como buena drama queen tengo otra vez 11 anios.

Parroquiana y su equipo oleaje


La inmensidad, la falta de detalle me inmoviliza como fotógrafa
Cojo la cámara y me voy playa arriba, pero hay muchas menos oportunidades fotográficas que una playa cerrada. Esto es todo "la inmensidad", y algún burkini. Recuerdo casi cualquier  playa de Mani, por ej Alipa, qué festival.  Así que al final, decido volver al coche para sentarme a leer bajo un olivo (servidumbres del no equipado).  

Salir de la playa es una pequeña travesía del desierto, pero descubro unas duchas y por fin llego al olivo, que comparto con una pareja turca que están con su (hagan sus apuestas) camping gas. Estarán preparando el cordero de los pobres o lo que sea, y luego ponen las dos teteras, como hizo Merald la noche de autos. Estos no me dicen nada, casi me extraña, yo sigo leyendo.

Lo que yo llamo
operación salida de la playa organizada


Alguien se ha quedado encerrado fuera de un coche?
Pasado un rato vienen el Peda y Mini. Que se lo han pasado tan bien, pero que quemaba la arena.  ¿En serio? ¿Quién lo hubiera dicho? No he anotado que ambos compas de viaje aún no se han comprado chanclas de playa “porque no les ha gustado ningún modelo que han visto”, y están yendo a la playa con deportivas. Sin palabras. Nadie me hace caso en este grupo y ya ni el "os lo dije" reconforta. En venganza, a ellos les hace reír mucho la siguiente anécdota que yo no le veo la gracia: 

El Peda dice que va a dejar el aire acondicionado conectado un poco antes de irnos, mientras comemos un snack. Pasados unos momentos, una luz se hace en mi cabeza, y entra la historia de Rob y Laeti. Estos amigos alquilaron un coche en EE.UU. y un día que se bajaron a ver algo, por supuesto en sitio desolado, dejaron las llaves en el contacto y el coche se cerró automáticamente. Ahí estaban ellos, sin teléfono, fuera de un coche de alquiler cerrado en un desierto. Intentaron romper el cristal con una piedra, sin éxito y al final de casualidad un coche pasó por ahí. Esto mismo le ha pasado estas vacaciones a Mónica en Kefalonia, claro que ellos tenían teléfono y 50 euros cuesta el rápido rescate. Como decía, esta historia entra en acción en la sala de proyección que es mi cabeza y caigo que el coche se va a auto-cerrar. O bien ya se ha cerrado.

-¿Has dejado la llave puesta?

-Claro, para que funcione el aire acondicionado.

Doy un salto, corro al coche, directa a una puerta, cerrada, la otra cerrada. Les miro a los dos, brazos al cielo, que siguen bajo el olivo mirándome divertidos.

-Nos hemos quedado encerrados fuera…. 

Y los cabrones:

-Ese no es nuestro coche.

Y se parten de risa. El coche de al lado es como todos los coches aquí: berlinas blancos. Yo qué sé de modelos y matrículas, dejadme en paz. Paso al nuestro que sorprendentemente está abierto. Según el Peda, ya no hacen los coches con ese auto-cierre. Pues mi pequeño Wolfy lo tiene, claro que "coche nuevo" no es. Salimos del maldito Patara, yo con 20 anios más por el estrés. 

Gasolinera de otro tiempo y lugar
A falta de dron,
la portada de la guía: Oludeniz
De vuelta a la A400, nuestra siguiente playa es Ölüdeniz, la mítica que aparece en todas las guías de viajes. Pero antes, qué día: aún no hemos terminado con las aventuras automovilísticas. Nada más salir de Patara empieza a fallar el aire acondicionado y le sale al coche una exclamación en el salpicadero. Igual deberíamos parar, igual las dos cosas juntas implican que el motor se está quemando, yo-que-sé (de nuevo). Recordemos que en una entrada de blog está el esquema de “las partes del motor”, según JAL, así que a una mala, tranquilos, podemos referirnos allí.

Paramos en la primera gasolinera que vemos, que no es precisamente una de esas grandes cadenas, con pequeño supermercado y demás servicios. Como solo les puede pasar a los Pedalistas, paramos en una en la que no ha entrado un vehículo en 30 anios, el equivalente de la estación de “No es país para viejos”, sin Javier Bardem pero sí con dos hombres ya de edad avanzada sentados en sus sillas, con los que tratamos de entendernos con lenguaje de signos. Miran el salpicadero, tranquilos, no hay problema, y señalan a un lado donde hay una casita, y otro más joven que, a todas luces por lo que tiene en la mano propone hincharnos las ruedas. Vamos a ver, ¿esa exclamación quiere decir que la presión está baja? Alguien también menciona la palabra “service”: ¿que hay que hacerle un servicio?

Dejamos que el joven hinche las cuatro ruedas, no quiere cobrar, le damos lo que sea, los ancianos asienten. La exclamación no se va, por supuesto, pero él sugiere que tenemos que andar un rato, bien lejos de aquí. Todo suena despatarrante, lo sé. En el "name it" de la moneda hemos elegido cruz, y ha salido cruz: salimos, por lo menos, con vida.


Ölüdeniz: paraíso de arriba, purgatorio de abajo
Ölüdeniz debió ser el paraíso para el primer licio que pasaba por ahí cazando conejos: es una lengua de arena blanca con aguas verdaderament turquesas, tiene un “Blue Lagoon” hacia dentro y el monte Baba lleno de vegetación lo observa todo... en fin, una maravilla que no puedo reportar porque no tengo dron ni hice paragliding. 

Trampa: esta foto no es mía
(Oludeniz)

Bajar es precioso, está rodeado de tremendas montañas verdes, y cuando llegas, por el cielo van volando unos 20 paragliders que por supuesto Mini hubiera querido hacer (no encontramos de dónde salen, ni al bajar ni al subir vemos esa salida a esa parte de la montaña). . 

A pie de mar es horrible, incluso peor que en nuestra salvaje imaginación alentada por el grunión de la guía. Para muestra: en el puerto hay una hilera de ochos barcos turísticos que pretenden ser pirata. Disneyland de nuevo. No hay más preguntas. Huimos. 





Cuando el "reservado el derecho de admisión" no me hubiera extraniado
Hoy dormimos en un hotel a las afueras de Fethiye, la siguiente ciudad. Además del sudorosos, ensalitrados, y agotados basal, estamos deshidratados y medio muertos porque hace ya un buen rato que no funciona el aire acondicionado. En recepción ven acercarse al elenco de "Thriller", sin fuerzas para el baile, y no nos echan: un punto para ellos.

Sin preguntar, nos metemos en la piscina vacía. La gente normal está "arreglándose para la cena" (ese concepto) y nos miran cuando pasan, abrazados a nuestros churros y ramonas prestadas [nota: el Peda y Mini soplaron en la nuestra como dos minutos y la conclusión fue "debe estar rota". Ahora está en el capó ahí a medias, la pobre].

La habitación es inmensa, y el baño tiene jacuzzi. Grandilocuencia incomprensible en hotel medio. La cama, de esas que has de remar para encontrar a tu compa, allá lejos. Es el único hotel con cena incluida, supongo porque está enmedio de la nada. Solo hay turcos, somos los únicos guiris y la cena en el jardín se pasa entre gatos (Mini logra que toda una camada nos haga corro y observe atenta). Hay que pasar a que te sirvan las senoras sonrientes, con las que de nuevo hay que usar la mímica. Hay albóndigas turcas, arroz, una cosa que parece pan tostado y resulta ser pollo, ensalada.

Penúltima noche en Turquía: en la cama-plaza-de-toros recapitulo, menudo día. Hay gente que necesita disfrazarse de pirata y meterse en un barco de atrezzo para vivir "la experiencia". Esa otra experiencia: deja de perseguirnos ya a nosotros...

Viaje con nosotros Si quiere gozar Viaje con nosotros A mil y un lugar Y disfrute De la amistad de sirenas Y de serpientes de mar

3 comentarios:

  1. Y llegó la esperada colada… nada interesante para mí, salvo en la pelis neorralistas… ya dije que de pequeño jugábamos entre ropa tendida y el espectáculo, sobre todo de la ropa interior, con urgente y necesitada jubilación, nunca fue plato de mi gusto… quizás por eso, siempre odié la típica vestimenta de “vampiresa” de Playboy o de burdel analógico…

    Y hablando de símbolos con trapos varios, me encanta la polémica montada por los pobriños de Podemos en España, acerca de si se debe uno levantar ante un cacho de metal (llamado espada, para colmo!), y tenga la imagen del Cristo o del Bolívar… en fin, “montadores de tienda de campaña, de fin de semana”... y, para colmo, ahora se ve en una foto (twitter dixit), que está levantado (cuando le dijeron la “importancia” del relicario)… vaya forma de empezar una democracia colombiana, que pretende ser algo “de izquierdas” (y con el puto criollismo a cuestas)...

    En fin, volviendo al Paraíso Terrenal Egeico… sigo teniendo muy clara, sobre todo, esa idea de viaje en el tiempo… bañadores integrales… paseantes por las playas de Niza en los inicios del siglo XX… en el fondo no me extarña mucho que Picasso se enamorara del arte africano… era meterse de nuevo en las cavernas, pero gozando a tope de la vida disoluta del París Lúdico y de la Costa Azul Casi Edénica… (aunque casi me gusta más, llamarle Adánica, para subrayar así el toque machista y la conjunción CACA)

    Bueeeno que me pongo tremendista… un bico parisino (y bohemio, cuando la bohemia era otra cosa, si alguna vez lo fue)...

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    1. Hola MV, he estado muy liada y no he seguido lo q cuentas de Podemos: te iba a decir, gracias por mantenerme al día d ela realidad peninsular, pero eso sería si lograse entender tu párrafo. Eso sí, me gusta lo de "tienda de campaña de finde": así somos todos, predicando en los blogs y luego acaso nos rasgamos las vestiduras y le seguimos?

      Sobre los baniadores integrales como los llamas, tanto q decir. El otro día quedé con una gente y uno dijo: "si tú has elegido lo q te has puesto para venir, por qué ellas no pueden hacerlo?". Tremenda pereza, en serio: por dónde empezar?

      Ya enseguida llegamos al Egeo, no te preocupes!

      bicos

      di

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    2. Supngo que lo del vestido (y negro) es como la piel negra de los negros, si nacieron así...¡ que le vamos a hacer (es coña!).

      Lo del parráfo lo entiendo, pero es que hay que estar al ajo... y sobre todo tomar mucha leche condensada, como hice yo de pequenio... lo de los montadores de tiendas (a los que voté en su inicial aparición éterea)... es que se "me escapa"... y desde que tomaron por asalto las redes sociales, dejando las plazas para que las urbanice el PP (o sigan toreando)... están algo "descontroladillos"...

      Y "allá" me voy...

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