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12 julio 2022

La inmersión cultural tenía un precio (CT & D5)

  Martes, 12 de Julio de 2022:  Kas, Kaputas (CT & D5)



Pararse a desayunar, ese lujo vacacional
Los desayunos son para mí vacaciones: en la vida pre-pandémica, cuando salía pronto de casa, nunca me paraba a desayunar. Me llevaba la taza de té con un par de galletas a la ducha (literal) y volaba. No me han salido nunca las cuentas de ponerme el despertador veinte minutos antes para sentarme a desayunar (lo sé, otra de mis múltiples “antics”).

Desayuno con diamantes


Pero en vacaciones, desayunar es algo social, como cenar, y si lo haces con tiempo significa que no tienes que salir con prisa a estar en ningún sitio a ninguna hora. Tengo recuerdos de muchos desayunos (más que de cenas en el restaurante este o aquel) mirando al mar, o a las montañas, o mismamente en el jardín de Vetusta aquel último verano que pasamos con la Yaya.

No, la brasa eterna de la terraza de Murat no terminó en el divague anterior, para dolor de todos - nos quedamos allí tres noche y voy a salir del armario: voy a freír a blogger con fotos - alguien tiene que hacer mi terapia de ansiedad de separación. Total que los desayunos allá son una fiesta y bla bla.



La isla de Kastellorizo es griega
y allí filmaron "Mediterráneo",
oscar a mejor peli extranjera del 92


Comprensión lectora: tirando a pobre
Pero hay que salir, que dice la guía que hay unas tumbas licias excavadas en la roca "aquí al lado" a las que nos podemos acercar caminando, y luego bajamos a Kas a contratar el barco de mañana (excursión turistonga, de las que hemos hecho ya varias).

Aunque lleves viajando así toda tu vida, hay veces que te preguntas: "¿no aprenderemos nunca?". Bien, ya hablé de las decisiones equivocadas y hoy es otro de esos días. Qué interés en ver unas malditas tumbas "de aquí al lado" sin contar con el calor. Y sin haber leído bien la guía, porque luego descubrimos que estaban en otro sitio fuera de Kas y la que hay aquí es una aprendiz de tumba.

Tampoco contábamos con que las vistas de Murat lo son por una razón: lo alto que está. Y todo lo que baja, luego ha de subir. En breve.

Así que nos ponemos a bajar hacia las tumbas y al principio todo bien, mira qué buganvilla, hagamos una foto. Mirad allá, “he corrido por esa península”, dice el Peda. Nota: esto es de primero de D&D pero el Peda corre todos los días del año a no ser que tenga un brazo roto (que se rompió corriendo) o que tenga 40 de fiebre. Fuera de esas dos razones, el Peda siempre encontrará un lugar donde correr, o una hora del día (suelen ser las 5 am, de viaje lo mueve a las 7-8). Así que cuando como grupo nos adentramos en una zona, probablemente el Peda ya se haya hecho sus 11 kms por la mañana, se haya perdido, y pueda dar una visión general de la jugada.

La visión de la jugada de hoy es que, atención, hasta él se tuvo que parar en el último repecho de subida desde el centro de Kas hasta Murat, dada la severidad del gradiente. Pero esto no nos lo participa hasta dentro de un rato. De momento estamos bajando felizmente, tal vez un poco acalorados, pero en claro descenso.

Bajando

la península de la derecha

y bucólicas bunganvillas

Buscando lo que pudo haber sido nuestra propia tumba
Solución temporal
Al poco rato nos enfrentamos con la realidad de que no encontramos las tumbas, que ya estamos sudando ya en plan cerdo y que vamos a morir. Mientras tanto, no hacemos más que ver encantadores hoteles boutique con sus buganvillas y algunos hasta su piscina infinity. Las tumbas -en la que nos tendrán que enterrar- siguen sin aparecer. Pregunto a unos locales que no hablan inglés: paso al idioma de signos (cruzo mis brazos sobre el pecho, cierro los ojos). Se ríen mucho, y me indican "a la izquierda".

Limonadas que parecen mojitos resucitan al moribundo
La desesperación es máxima cuando pasamos por uno de esos hoteles pijos que ofrecen "limonada natural". Paramos en su terraza, tan mona hacia la bahía (como estamos mucho más abajo, ni color con Murat), con unos ventiladores tipo hélice de avión. Las limonadas son espectaculares, parecen mojitos con mucho hielo. La tumba (una, en singular) está aquí al lado y como hay wifi, Mini dice que nos guste la tumba, bye. El Peda y yo llegamos rejuvenecidos por el mojito a la tumba, constatamos que no es lo que sale en la guía y nuestro primer fracaso del día.
Es un mojito, limonada,
tal vez espejismo?


Decepcionante tumba licia

El chillout de playa, ese horror de “experiencia” moderna
Ya en el centro de Kas, paseo marítimo. Según la guía, Kas "es el sitio más juvenil de la zona", en contraste con Kalkan, que es el siguiente pueblo, que es de turismo más “upmarket” (los Pedalistas siempre con el populacho) y "no tiene playas que merezcan mención".

Siguiendo con mi análisis playero, lo que ocurre es que las playas son de roca, con escaleritas, todo perfecto, pero constatamos que a ellas se accede por este invento imbécil del "chillout de playa". Antiguamente existían los chiringuitos de playa, al fondo. Las familias se llevaban su bocata de tortilla, la sombrilla y las toallas (atención, toallas de felpa qué locura era esa?) y eso era un día de playa. Hoy en muchas playas comerciales observo que se ha creado este concepto "club" que, o bien pertenece a un hotel, o bien es un club de miembros o bien alquilas un par de hamacas con su toldo (si eres influencer una especie de camas con velos al viento) y ponen música alta (en serio? quién va a la playa para oír chumba chumba? o me estoy haciendo vieja?) y eso es "la experiencia" (vale ya de experiencias, viles excusas sacapelas).

Playa chillout de Kas

Por mucho que parezca increíble, yo también tuve 19 un día, divagantes, allá por el Pleistoceno. Y sí, fui con mis amigas el terror del Arenal y de Ibiza (asociaciones de damnificados en centroeuropa, las había), pero no recuerdo este concepto de molestia playera. Recuerdo idioteces como ir a una disco que la abrían a las 6 am y al llegar descubrir (doh!) que había que estar drogada para esa particular "experiencia". Nota: como siempre he sido bastante cateta para las sustancias (recordemos: menú infantil, no me prueban), y ellas se crían y ellas se juntan, realmente fuimos unos patos mareados fuera de lugar en "Amnesia" o "Ku" o como se llamase el antro. Pero divago: decía que la parte que da al mar de Kas está tomada por este tipo de locales así que pasamos de bañarnos ahí y decidimos irnos a la playa a una que está fuera de la ciudad llamada "Kaputas".

Nota aparte: cuando digo que quiero
un chamizo en el Mediteráneo me refiero a esto

Allí tenderé mi ropa (sí!)

No necesito esto, en serio
(claro que si insisten...)
Y otro anfiteatro (y van…)
Por supuesto, nada iba a ser tan fácil, primero hay que ver un anfiteatro espectacular en la hora punta del sol, a las 15:30 (momento conocido como "cayendo fuego" según Fashion, o la hora preferida en Barna por las guarderías para dar hora de visita). O como dice el Peda “nuestra visita cultural, en su horario habitual de las 3 de la tarde”.



Me descentran, yo estaba en el anfiteatro de Kas (nótese que aún no he hecho la broma del Kas naranja o la Alternativa Kas, de nada): No eran tontos estos licios, desde su parte de arriba se ve todo el mar y es una preciosidad, rodeado de olivos. Mini, sabiamente, se ha quedado en una sombra y a mí todo allá arriba me parece bien, no sé si son los primeros síntomas de una insolación (entra Albert Plá, con tu hit del mismo título que se le pega al Peda).

Pueden saltarse este párrafo
La merienda (baklavas)
Decía, no iba a ser tan fácil ir a la playa porque encima hay que comer algo y encontrar el barco de mañana (no hay nadie en el puerto). Y luego, madre de todas la hazañas, escalar (subir no hace justicia) a la casa de Murat. Es solo en esos momentos cuando el Peda se confiesa (come clean): que lo de que no pudo seguir corriendo no era una broma, que es muy empinado hasta casa Murat y que ya sube él y nos baja a recoger con el coche. No se entrará en detalles del proceso de, como dicen en el mus “salida de caballo andaluz, llegada de burro manchego”.



Kaputas, Kaputas, Kaputas (no puedo parar de decir Kaputas). Kaputas.
Nos quedamos en la UCI que es esa terraza un rato hasta que baja el sol y por fin salimos para la playa de Kaputas. Está en la carretera por la que saldremos de Kas en dos días hacia el oeste que bordea el mar y, de nuevo, es un espectáculo planetario. Es curioso: tú vas embobada con el mar y las islitas ahí enfrente, y en un momento empiezas a ver una hilera de coches aparcados en las cunetas: eso significa pequeña cala, la gente sale de la ciudad a bañarse sin música a todo trapo. Kaputas es la más famosa, y vemos la hilera más larga aunque ya con agujeros porque muchos se están yendo (“sale el sol por la mañana, por la noche salen los Pedalistas”). Al llegar, a Kaputas (no puedo parar de decirlo) ya solo le entra el sol por una esquina: la luz que ilumina esa zona es una preciosidad. Bajar las muchísimas escaleras mientras los turcos las suben con su super equipación.
Bajar a Kaputas


Kaputas

Kaputas

Kaputas!

Volviendo a la lección magistral de ayer tipos-de-playas, Kaputas es una playa a medias de lo que les gusta a mis compas y a mí. A mí me gusta porque aunque tiene muchas olas, puedes irte un poco para adentro para saltar y nadar y no verte vapuleada por el rulo cerca de la orilla. A ellos lo que les gusta hacer es, cuando viene la ola, tirarse y que les lleve hasta la orilla, en un cutre-intento (hay que verlos) de surf. Según Mini que ha hecho curso de surf en Donosti, “mummy, es volar”: lo sé, lo sé, no hurgues en la herida, ya conté en el estado embrionario del blog cuánto me hubiera gustado ser chica surfista de Maui (bienvenido el peloplaya perpetuo), en un par de entradas (primera y segunda ola): en aquella época, aún tenía alguna deferencia y me cortaba, parece con el número de palabras - hoy ya voy por libre.

Gran momento de inmersión cultural
Pero divago: total que es un baño superdivertido, los sospechosos habituales presentes: la playa se está vaciando y se va a poner el sol. Los que han llegado después de nosotros y se han metido también al agua, también con mucho jaleo son una familia turca, de la que no es fácil entender filiación, por las edades. En el agua hay un hombre de 46 (lo sabremos después, a mí me parece mucho mayor que nosotros), un señor mayor, dos chicos de unos veintipocos y una niña de la edad de Mini con burkini. Al fondo de la playa, en la pared de la montaña, hay dos mujeres que han sacado un camping gas, ollas y demás menaje y están cocinando. Una anciana y la otra una joven muy guapa.



Al salir del agua uno de los veinteañeros, el único que habla un poco en inglés, se pone a hablar conmigo y el hombre de 46, con el Peda. Las filiaciones, sorprendentes, son las siguientes: el que habla con el Peda es Ahmed, el padre de familia; la mujer joven que cocina, Merald, es su mujer y atención, madre de los enormes veinteañeros y la niña: Osman, Omer, la niña no recuerdo. Los ancianos (la abuela se llama Naziré) son los suegros de Ahmed.




Osman me dice que su familia quiere invitarnos a cenar -lo que sea que están cocinando en el camping gas. Por supuesto, no, no, de verdad, muy amables, muchísimas gracias, todos british - cuando yo tengo muchas ganas de decir que sí, no por la cena sino por la oportunidad de estar un rato con una familia de allí (así semos los viajeros intrépidos). Pero vienen todos, e insisten, son simpatiquísimos, y aceptamos (intentamos ofrecer alguna galleta chamuscada de nuestra mochila, ehem).

Merald, la madre, y el camping gas

Merald y Naziré, la abuela,
con el sencillo instrumental playa
(atención tetera)



Otro párrafo que se pueden saltar: divague sobre conocer gente de viaje
Uno de los factores para medir el éxito de un viaje para mí: el número de historias que tenemos con gente del lugar u otros viajeros. Un viaje en el que solo interaccionas con los de los hoteles, buenos días y buenas tardes, no es lo mismo.

Qué influye en esto? Muchas cosas, la primera y más obvia (siendo tú siempre lal misma) es el país: hay lugares más proclives a esto y siempre recordaré Escandinavia como un rollo de viaje: todo bonito, todo funciona, y edificios y naturaleza espectacular. Y ya. En el otro lado, Argentina (donde hablas con los taxistas de Cortázar o política), Cuba (las noches de mojitos bailando con todo el bar), la costa oeste de EE.UU. (hablar con la gente en los cafés).


También influye tu manera de viajar: el alquiler de coches te limita, vs. transporte público. El “ir viajando”, no estar de vacaciones, te abre ventanas: nuestro viaje más fértil en ese aspecto fue cuando viajamos meses por latinoamérica. Era un estar "on the road" constante, y conocías a otra gente que estaba en tu misma situación y circuito mochilero. Nota: tengo un proyecto bloguero sobre ese viaje que ya contaré (pero primero he de terminar esto, me veo en Noviembre, a no ser que logre limitar mi incontinencia verbal).

Y por último, otro factor podría ser la edad, aunque precisamente dos de los mejores amigos que hicimos en latinoamérica, ellos también viajando (uno colombiano, otro catalán) con los que hemos seguido en contacto, tenían en esa época 60 y 50 años.

El caso es que esta familia es un regalo y para mí, de las cosas que recordaré con más cariño de este viaje.

Nota cultural: caemos en la semana de Eid al-Adha viajando por un país musulmán
Los viajeros intrépidos, aquellos que se disuelven entre la población local, los viejos routiers… esos, no somos nosotros: meros turistas accidentales que ni se habían enterado, al concretar las vacaciones, que esta era la semana de Eid al-Adha (doh, de ahí las hileras de coches por las carreteras, estaban los turcos de celebraciones). Eid al-Fitr es la principal fiesta, justo cuando termina el Ramadán, y esta otra ocurre en el décimo día del decimosegundo mes islámico y dura cuatro días: bang, en el centro.

Eid al-Adha celebra el que Abraham estuviera dispuesto a sacrificar a su hijo Ismael porque se lo dijeron voces que venían de un triángulo con un ojo dentro desde el cielo. Eso sí, al final, eyyy no, es bromi, venga, coge este cordero y ya tal. En resumen: que en conmemoración de esto, todos los años tropecientos mil animales son sacrificados ritualmente: yo, sinceramente, no tengo palabras. Todas las religiones, sin excepción, es que no hay por donde cogerlas, y esta también (ya se sabe que yo soy una aspirante a vegetariana encubierta y estos “rituales” -también los toros, sí- me dan mucha penita).

Así que cada familia que se lo puede permitir se encarga un cordero, lo mata de nosequé manera y se comen un tercio del animal, otro tercio se lo dan a los pobres y otro tercio lo comparten con amigos. Ahí es donde entramos los Pedalistas, me pregunto en cuál de las categorías: con estos pelos, el “ponga un pobre a su mesa” es totalmente una posibilidad.

"Ponga un pobre (o lo que viene siendo lo mismo, un Pedalista) a su mesa"
La familia viene del interior, han conducido 1000 kms para conocer la Costa Turquesa (Ahmed dice "no sabía que mi país era tan bonito"), y nos van contando lo de las festividades y otras cosas. No paran de reír, hacer bromas y un observador externo opinaría que parecemos todos tomados por un espíritu de buena-onda o, para ser más claros, bebidos (lo cual, obviamente, no es el caso: musulmanes).

Osman nos traduce, y Ahmed graba notas de voz en el teléfono que se traducen al castellano. Merald y Naziré me enseñan lo que están cocinando: es la carne picada del cordero con tomate y especias. Luego lo meten en un panecillo (el pan turco no es nada especial, más bien fofo) y está muy rico. No si lo cocinado es una parte del "lahmacun", un plato típico de la gastronomía de Medio Oriente, la turca y la armenia que consiste en un pan plano delgado y redondo, que se unta con una mezcla de carne picada, cebolla, perejil, morrón y especias y se hornea.

Nos aprendemos los nombres de todos, nos hacemos fotos. Las mujeres particularmente son un encanto, nos damos muchos abrazos. Ahmed me dice "mi suegra nunca ha hablado con alguien de fuera de la familia así".

Luego sacan un juego de té como si estuvieran en casa (con dos teteras: una con agua, otra más pequeña sobre esta con té) y tomamos todos el té en esos vasitos típicos con una tarta que había hecho la niña.

Atención a las teteras a la derecha


Ya es de noche cerrada y hay una luna llena tan bonita, es una de esas circunstancias en las que los astros se alinean y todo está bien. Hasta que…

Segada por mosquitos-monstruo, tal vez vampiros
En un punto de arriba, el Peda me alerta de pasada de "que hay muchos mosquitos". Yo, “sí, sí”, ni me entero, tan feliz hablando con uno y con otro, abrazando a la abuela, cambiandome teléfonos e email con Osman para compartir fotos (que hacemos al día siguiente) y, en fin, compartiendo uno de esos momentos mágicos cada vez más extraños en los viajes.

Ya muy tarde, subimos todos juntos (camping gas y teteras) por las escaleras a la carretera, nos despedimos mil veces, si venís a Londinium, ahí estamos, esas cosas. En el coche, los tres no podemos dejar de hablar de ellos, ha sido muy divertido.

Al llegar a casa de Murat, una vez aposentada en el chillout de la terraza, me quedo colgada del reflejo de la luna en el mar: es tan fuerte que parece una nube. Pero entonces, un momento, qué es esto, qué son esos círculos de 2-3 cms de diámetro en la pierna derecha que pican como diablos? Todo sea por la inmersión cultural.




8 comentarios:

  1. Lo de salir a las 3 de la tarde con toda la solana a hacer excursiones es para mataros. La inmersión cultural a tope...estoy contigo, en esas cosas siempre aprendes algo pero siempre hay que tener una excusa preparada por si sale rana y hay que salir pitando.

    La gente que va a la playa a hacer ruido...al paredón. Y los que van a tumbarse en una cama que se vayan a su casa.

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    1. Lo de las 3pm no es salir, es q estamos fuera y "coincide"... a ver, luego ya nos espabilamos, este fue un día sin sentido.

      Vosotros en este caso en USA como ya teníáis el enlace de la familia q había estado Clara, perfecto, son los mejores viajes (ya he visto a los dos maromos grandes). La interacción no tiene por qué ser larga o intensa, con hablar a veces vale... pero es q en algunos sitios, no sale la oportunidad, ni historias. Estoy pensando mucho estos días (al escribir esto, y pensar en futuros viajes) en lo q quiero yo de un viaje, q no es lo mismo q unas vacaciones necesariamente. No es fácil: muchas veces a mitad de un viaje como este, te planteas si otras cosas no serían más relajadas, por qué complicarme la vida, para qué ir a ver una maldita tumba q me la suda. La posibilidad de estar parada mucho tiempo estableciendo rutinas de un lugar nuevo, como cuando era peque e íbamos a Bellver todo el verano, por ej, y era tu vida en otro sitio.

      Lo del chillout playero, no sé si existe en Ejpain (me cuentan q en Ibiza ya sí), pero es q la música la pone el bar! Parece una extensión de la noche de copas durante el día, q entiendo tenga su público, pero no es para nosotras, vanguardia del pensamiento occidental.

      hugss

      di

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    1. ay PEDRADAS, hola, qué risas... "jugada". A ver, yo no sé nada de juegos de cartas pero: parece ser q en el mus hay unas frases q la gente dice en determinados momentos de la partida. Algunas me hacen mucha gracia y las decimos ocasionalmente en casa, una es esa. La otra (machista, ageista, rancia, pero igual me río): "esto es más fácil q robar a una vieja borracha"... te puedes imaginar contextos en los q se usan...

      muxusss!

      di

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  3. No necesitas explicar demasiado tus anhelos por los comunicantes esporádicos… como logaritmo interaccional estás claramente marcada por dos frases iniciales del blog que son blasónicas y que hablan de ser “más que dos” (codo con codo, y se supone que habla de una manifestación “de masas”) y, justo al lado, “persuadir a otro de que se quede” (sin mayores pretensiones)... así que las consecuencias son inherentes…

    Bueeeno, sin olvidar ese toque final tan cooperativo, para provocar el divague continuo, tal que relativista teoría de la comunicación ininterrumpida…

    Y por cierto ya me olvidara del KAS (patriotas, UF!), pero no me puedo olvidar del refresco, sobre todo por que era un lujo para aquel rapaz de barrio… la politización, en el fondo, era inevitable!!

    Bicos kaputos… (esto no acabó)

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    1. jaja.. he añadido otra frase a la cabecera, como para justificar las extensiones injustificables...

      Qué grandes los besos kaputos... bueno, casi cuqluier cosa kaputa mola (es oficial: tengo síndrome de la Tourette con esta palabra) jajaj

      bicos kaputos

      di

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    2. En la disensión está lo entretenido, podía ser un proverbio chino (antes de los "populares", que todo lo hicieron gris, fluorescente pero tremendamente gris)... y va por el añadido... lo siento pero disiento : el camino del exceso puede conducir a muchos sitios... y no todos agradables, pero supongo que soy muy poco Blakeiano (solo me van las alucinaciones "suaves", llamáme "precavido"!)... y en cuanto al cuarto añadido : Lo más es más, matemáticamente, y lo menos puede ser muy misterioso humanamente (MV dixit)... simplemente los veo más homéricos...

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    3. Que quede bien claro, que entiendo perfectamente el sentido de justificar la extensiones divagantes, con el exceso y el más, solo trataba de matizar un pequeño "desencuentro" (que no se da con la dos primeras... y es que el poema del Benedetti es mucho mucho poema, lo que dice)...

      Bicos uruguayos...

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