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| The Falconer |
ha sido que Holden es tan WASP que lo aleja de todos los que no lo somos. Para mí fue una novela maravillosa cuando la leí en el Pleistoceno, aunque tal vez las mujeres nos hemos acostumbrado a leer a hombres blancos -wasp o no- como si fueran el patrón oro, y nos adaptamos. A ellos sin embargo no les pasa lo mismo: tengo amigos, en principio no sospechosos de cavernícolas, que hablan de "literatura de mujeres" sin rubor (gente que lee, imaginen). Pero esto ocurre hasta en las mejores familias y en las mismas librerías neoyorquinas, nos cuenta Lucy, la prota: tras buscar sin éxito a Simone de Beauvoir en la sección "Filosofía", es re-dirigida a "Estudios femeninos" por el asistente. Nota a mí misma: otro clásico de la novela de formación en Nueva York, esta vez de chica (yupi), es "Un árbol crece en Brooklyn" (Betty Smith, 1943), que yo no he leído. Mea culpa, o culpa del patriarcado? "The adrenaline soaked desperation that usually fills the atmosphere is replaced by the last morsels of despair, the globules of oil you find lining the bottom of a Chinese take-out box. A place full of nothings. After my wreck of a night, I belong here"
Pero Lucy tiene una prima pintora de las que tienen que currar llamada Violet, que comparte loft con otra, Max. Violet tiene la habilidad artística y Max tiene las ideas. Cada una tiene lo que a la otra le falta, pero en este mundo, lo que cuentan son las ideas. "El arte de Max no cuenta una historia, es todo "statement" (declaración, afirmación, eso). Es todo político. Es un atajo a la raíz del problema, como escribir un manifiesto de 50 páginas en lugar de Guerra & Paz. Venderá bien por su sensibilidad pop, y por su mensaje, limpio y claro y cabreado". Venderá: cómo olvidar al atracador Hirst y sus secuaces. O a la misma Lebowitz comentando una subasta en Christie's: la gente aplaude cuando alguien compra el Picasso, cuando se da un martillazo con un precio, en lugar de cuando el Picasso entra en la habitación. Y así todo.
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| Dana Czapnic by S. Rosokoff: Olé tú Dana! |
Pero dejemos momentáneamente el sexo [-"nooooo - Tranquilos, ha dicho momentáneamente, luego vuelve" ("El sendero de Warren Sánchez", Les Luthiers)-], porque yo un par de párrafos arriba estaba diciendo que los padres de Lucy, segunda generación, habían conseguido y mantenido un buen trabajo, sobre el trabajo de la primera generación. Pero salvedad: es su padre, porque su madre, que lo consiguió inicialmente, ya se sabe: no salía a cuenta mantenerlo una vez que tienes hija. Me pregunto por los sacrificios que hicieron esas mujeres, en aquella época: ¿merecieron la pena? Por supuesto que no. Hasta la propia Lucy lo sabe, cuando mira con pena a su madre, y solo tiene 17.
Qué difícil es ser chica, algunos no se dan cuenta: quieres que te reconozcan por lo que piensas, por lo que escribes, pero a la vez quieres ser guapa. ¿Por qué te importa eso? Nietzsche dice que la mejor belleza es la que infiltra la mente y el corazón gradualmente y la llama "la lenta flecha de la belleza". Pero Lucy preferiría tener la belleza de una bala, de esa que te deja estaqueado en el camino (como decía Cortázar del amor), aunque la otra, que no registras inicialmente, se queda flotando en tus sentidos y al final es maravillosa. Pero "ser guapa es más divertido que tener principios", le dice una boba que la maquilla para una noche de fiesta. Y al final, quién quiere ser, como le dice Violet, "mujeres que a los 40 tiran la toalla: se cortan el pelo, se engordan siete kilos, se empiezan a comprar la ropa en la Planta "Señora" del ECI?" Personalmente, el día que pase de las corners de G-Star de Planta Joven a la Planta Señora será el fin.
Lucy va también creciendo políticamente. Me encanta cuando la lógica animalista la lleva a hacerse vegetariana (yo estoy casi ahí, 30 años después, pero claro, el ibérico) y aún más su aproximación al mundo del consumismo. Lucy se plantea, "Cual es el punto de todo este exceso? no necesitamos todo esto, ¿no?, ni siquiera queremos todo esto" o, cuando le preguntan si cree que va a cambiar el mundo y ella contesta: "no, pero al menos no voy a contribuir a su miseria". Esta idea me parece clave para cambiar el mundo, porque empezamos a ser legión. "No quiero convertirme en otro humanoide produciendo basura y comprando inútiles piezas de plástico y ocupando espacio. No quiero ser un consumidor. Quiero crear algo, descubrir algo, enseñar algo o salvar algo". Go Lucy!
Sobre maneras de hacerse vieja, "nadie crece, la gente solo envejece". Nadie quiere "live slow, die old" (vive lento, muere viejo), aunque casi todos parece que vivimos así. Pese a todo, perder el tiempo como solo se hace cuando eres joven-a menudo pienso en eso, ahora que no podría hacerlo. Una frase que nos decimos a veces con el Peda es "la vida adulta era esto"... la vida adulta es papeleo dice algún personaje, no recuerdo ya cual. Pero lo más importante, cómo queremos vivir nuestras vidas: cuando estaba en primaria, Lucy va con su clase al salón de actos a ver despegar el Challenger. Todos sabemos cómo termina, pero Lucy piensa que esos astronautas ya sabían que ese riesgo existía, y aún así, estaban en esa nave, y concluye que "sea lo que sea que haga en la vida, quiero quererlo tanto que los riesgos que ello implique merezcan la pena". Ah, volver a los 17. Cuando aún no se sabe que hay que tener mucho cuidado cuando enfocas la foto, porque pronto la foto acabará sustituyendo al recuerdo.
Y a esos recuerdos los moldearemos y con ellos crearemos mitos o fantasmas, según nuestra personalidad. Lucy, que reconoce que "nadie ama de la manera que la gente es amada en la poesía", piensa en su amor de los 17 como "siempre serás mi ilusión óptica favorita. Pero un día en el futuro, cuando piense en ti, mi corazón dará un vuelco y el aguijón del momento tendrá nada que ver contigo sino con la chica de 17 años que te quiso, y es a ella a quien no quiero olvidar".
No puedo recomendar lo suficiente este libro: sí, incluso a ti, cavernícola que crees que nada tienes que ver con una adolescente, a ratos empanada en canchas de basket. Pero por supuesto al resto, quienes hemos mirado estrellas tirados en el césped de la ladera del Parque Grande-o equivalente.












