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16 febrero 2022

"Grand Hotel Europa" de Ilja Pfeijffer: Un novensayo sobre la decadencia que llevamos dentro

Grand Hotel Europa”, de Ilja Leonard Pfeijffer -debe ser el primer libro que leo de un holandés- está editado por Acantilado, a los que de entrada hay que agradecer que no pongan foto del autor en la solapa. Mi primer consejo a cualquier potencial lector de este novensayo (en breve explico este término que me acabo de inventar) es que, bajo ningún concepto busque una foto del autor (que dicen es también poeta: “no hace falta escribir poemas, sino ser poeta”, asegura) durante la lectura. Ya lo hice yo por ti y con uno de nosotros con cicatrices de por vida es suficiente. De nada, divagante.

El libro, feminista, no es
Por quitarme esto de encima antes de empezar el divague: la aproximación a todo lo femenino en esta novela es rancio, aburrido, abiertamente misógino. Como el protagonista de la novela se llama como él (es él? es esto auto-ficción?), es complicado saber si está escribiendo desde lo que ha entendido de las mujeres que han pasado por su vida (poco). A mí, viendo sus pintas, me da la impresión de que sí. 

Por ejemplo, Pfeijffer pone a actuar a las mujeres siempre en relación a él y como objetos sentimentales o sexuales (no, Ilja, la Ley de Bechdel la llevas a repesca). Primero está su novia, una historiadora del arte muy lista (según él, “un amor con el que hay estar a la altura”- zzz, acaso hay alguno con el que no?) que claro, está buenísima (Ilja, aquí me cuesta lo de la “suspensión de la incredulidad”: esta mujer se lía contigo?) pero que repite el odioso cliché de “mujer que está continuamente quejándose, dando la lata a su pareja”. La pobre podría haber escapado cuando él le dijo el primer día aquello de “opino que eres preciosa”, y le contestó “cuando piropees, intenta hacerlo como que es un hecho incontestable, no una opinión personal”, pero no: se queda (y hay que verle, esto es lo serio). La segunda es una poetisa francesa feminista enloquecida, con todos los posibles clichés de las feminazis llevados al extremo, físicamente una especie de Cruella sin el pelo ni los perros y mentalmente otra… amargada, claro. Y la tercera una adolescente -yuk- americana, hija de gordos que masca chicle. Todas, según él, quieren follarle y las escenas de sexo son inenarrables. En inglés se dice "cringe". Sinceramente, no puedo explicarlo mejor porque la palabra vergüenza ajena no empieza a cubrir lo que he sentido leyendo esos momentos. Máxime si te has quemado las retinas antes con su imagen (*), como es el caso.

* Nota: he salido con algún auténtico Ecce Homo, así que no se me puede acusar de frivolidad, de meterme con este hombre banalmente. El protagonista (él) va trajeado con aguja, gemelos y demás hasta a la playa, en una idea delirante de dandismo o nosequé. De repente, se pone a describir los atuendos con los que salen él y su novia, y creía que estaba leyendo "American Psycho" con su retahíla de marcas-marcas que por otro lado no he oído en mi vida, lo cual me tranquiliza. Tengo una amiga que le dijo a un imbécil, "tú con esa cara que tienes, cómo puedes permitirte el lujo de ser así de gilipollas?". Pues eso. Solo viéndole me podrían entender: pero resistan. 

El libro, alta literatura no es
Y ya por salir del todo del armario, atención a lo siguiente: no hace falta seguir muchas páginas para darse cuenta de que esto no es Gran Literatura. Sí, es una traducción (y no suelo leer muchas precisamente por esta razón), pero, señoros, he leído traducciones del polaco recientemente (la amiga Olga) y me he dado cuenta que es Literatura. Esto no, así de claro: es un libro que se lee del tirón (tres semanas me ha durado, y soy lectora muy lenta). 

Corolario: formalmente no aporta (y más en comparación con lo que leo ahora, que duele de bonito).

Justificado dedo acusador: Y por qué he seguido, entonces? [Y qué es un novensayo, aparte de un palabro invento mío]
          Pregunta: Entonces, ¿por qué yo, que dejo libros sin problemas (la vita é breve), he persistido con este que tiene la friolera de 647 páginas? 
             Respuesta: La misma por la que lo compré: quería ver cómo escriben una “novensayo” hoy en día la gente por ahí.

Si tuviera educación literaria formal (mi nivel, 2BUP, no lo escondo), tal vez sabría que, igual que hay géneros como el “Bildungsroman” o la “novela de campus” o lo que sea, existe este género que acabo de inventarme y bautizar “novensayo”, o sea, una novela-ensayo (ayuda, si alguie ahí fuera sabe). Una novela donde la trama no es lo importante, un ensayo donde pasa alguna cosilla -pocas- a los personajes, que en general están mas por hablar entre ellos, o incluso leer, que por hacer. Lo que interesa son las reflexiones del autor, los momentos en los que para la acción, ese rollo, y se va a divagar de cualquier tema. 

En el caso de “Grand Hotel Europa”, esos temas estaban definidos en la contracubierta y todos me interesaban: una “crítica al turismo de masas”, una reflexión sobre Europa escrita por un especialista en lenguas clásicas, y por ello una novela que dialoga con Virgilio, Horacio, Séneca”.

          Corolario: Total que por ver cómo se imbrica eso en una novela es por lo que he seguido leyendo. Si alguien llega aquí y ha visto ciertos divagues titulados “Serial y un número” se habrá dado cuenta de dónde viene mi interés. Cartas boca arriba.

Novensayos importantes para mí.
El ejemplo más claro, “La montaña mágica” (cuyo planteamiento es muy similar) de la que recuerdo muy poco porque, como el protagonista Hans Castorp, yo tenía 23 cuando la leí. El personaje que mejor recuerdo es Setembrini, el humanista del que aprendía tanto Castorp: de repente, abría la boca y empezaban tres páginas deliciosas sobre ilustración, democracia, derechos humanos, libertad. Me imagino (y esto me lo acaba de refrescar la wiki, mirando los personajes) que igualmente habría divagaciones sobre el radicalismo, el amor, el hedonismo, el sentido del deber… un festival, vamos.

El segundo ejemplo sería “El nombre de la rosa”, aún leído hace más tiempo (señor, qué miedo). Recuerdo que de lo que se quejaban mis amigas (“de repente para lo que está pasando y se pone a hablar uno de la risa en Aristóteles durante páginas”) era precisamente lo que más me atraía a mí.

Y por fin (y aquí no voy a entrar, o se me faltará), qué decir de La Ballena, una novela que de repente se para un capítulo para hablar enciclopedicamente de los tipos de ballenas o del color blanco.

         Otro corolario: estas novelas-divague, cuando son buenas, son lo más, y algo así ha intentado hacer Pfeijffer con “Grand Hotel Europa”.

          Nota:The secret historyde Donna Tart podría haber sido un buen novensayo si la autora hubiera escrito más páginas del mundo clásico, en lugar de centrarse en aburridísima acción (lo más interesante, correr en túnicas por el bosque á la Bacco, pero el resto, bajar a llamar a la cabina, zzzz).

La mise-en-scene, el hotel decadente, me encanta. Mi experiencia en uno inglés (doble mérito)
El escenario, este “Grand Hotel Europa” -de nuevo, montaña mágica- es para mí lo más: un no-lugar en el que meter a los personajes, se agita y ver qué pasa con/ entre ellos (eso sí, nada como un manicomio victoriano en Yorkshire, no?). Es imposible no pensar en el “Gran Hotel Budapest” la peli de Wes Anderson de 2014 no solo porque ambos están en un lugar impreciso de las montañas de centroeuropa, sino porque la premisa del escenario es la misma: hoteles que un día fueron el epítome del glamour y el poderío, y que hoy son decadentes, pero esa historia todavía se palpa.

Vivécdota (gracias, Nadie): Como experiencia personal, cómo olvidar un findesemana hace siglos en el “Palace Hotel” de Buxton, un pueblo termal de Derbyshire, donde en el pasado debían ir los ricos a tomar las aguas. Nadie hace decadencia nostálgica como los ingleses, ni el “Grand Hotel Europa” podría nunca superarlo porque lo imagino con suelos de madera, y las moquetas son las moquetas. Pero divago: en fin, que el hotel es, como imaginan, una metáfora de La Vieja Europa y si piensan que esto se ve pelín facilón, sí, lo es. Y no es la única. Y no la peor.

Pero ya vale de vapulear al pobre Ilja, que ahora me meto con los prometidos temas de la cubierta, va a salir a la luz que estoy a partir un piñón con él:

Turismo en la Grecia Clásica: era una cosa
En la contraportada como he dicho hablan del " turismo de masas”, pero esto último sobra: se sobreentiende. Todo el turismo hoy en día es masificado y ovejuno, porque somos legión. Por lo visto,  ya había turistas en la Grecia clásica, pero eran pocos: Herótdoto, Pausanias, Séneca (que intentó vender su desacuerdo con que “viajar te ayuda a olvidar tus preocupaciones”-ya existía esa idea en esa época! -cuando tu cabeza la llevas contigo, por muy lejos que vayas).

Ilja y el mapa del mundo
en la época de Homero
La primera obra de literatura occidental va de un viaje, pero por mucho de que luego haya inspirado a Kavafis a escribir Itaca, Ulises lo que hace es “reflexionar sobre la necesidad de volver a casa”. Jasón también se lanza a un viaje con los argonautas en busca del vellocino de oro; finalidad: recuperar el trono. Eneas sale de una Troya en llamas para buscar un nuevo hogar. Los caballeros de la Mesa Redonda buscan el Santo Grial. En esa época, siempre se busca algo, nunca es “el viaje por el viaje”, eso que hemos comprado los mochileros y hemos hecho de ello el leit motif de nuestras vidas. 

Será que ya no hay nada que buscar, que ya no hay princesa que cantar?

El infierno son los otros turistas

En un punto hace una descripción de “tipos de turistas”: imposible no sentirse reflejada en alguno, es autoflagelación, porque nada peor para un turista que darse cuenta que lo es -todos querríamos ser “viajeros” como escribe Paul Bowles en “El cielo protector” y ya de paso que un bereber nos haga lo que a la Winger colgada de las vigas de la cabaña aquella. Y es que no hay nada que irrite más a un turista que otro turista [el infierno son los otros (turistas)]. 

Por tanto, hay que huir de los otros turistas y para ello cada uno tiene su Naufrago Ro particular de guardia, ese pionero o trailblazer que te orienta sobre sitios auténticos. Pero no cometas el error de creer que esa danza tribal que están haciendo es parte de su diversión semanal: cuando te vas se quitan los ropajes coloristas  y se ponen chándal.

La búqueda de la experiencia
El objetivo es ahora “buscar experiencias”, no hacerte la foto con el Taj Majal. Porque es mejor tener una historia que una foto (las mejores fotos, al final, son las que cuentan una historia). Ya todo el mundo sabe que está feo freír a las visitas con tu album de fotos, pero qué me dicen de abrumar a los amigos con los que quedas a cenar? Menos mal que quedados los discretos que escribimos, que tenemos la decencia de hacer sucintas crónicas de viaje que no hay porqué leer, a menos que se tenga un desorden (saludos a mis dos lectoras). 

Vivécdota: el otro día recordábamos con mis compas de piso (ellos ejemplos máximos de estos turistas de la experiencia) una cena en Fukuoka, una de las capitales “foodies” de Japón, donde lo de menos fue la comida y lo de más, los dos ejecutivos borrachos que conocidos por la calle que nos llevaron hasta allí y con los que cenamos.

Así paso mis vacaciones: dame un like!
Las vacaciones ya no son descanso, como en el pasado. Ahora son una manera de enseñar a los otros nuestra identidad. Soy solidaria, soy aventurera, soy inquieta, soy ciudadana-del-mundo, soy un-rollo-de-tía. Hay hasta turismo de orfanatos, de visitar favelas, de hacer supervivencia en las que hay riesgos reales (escorpiones, amputaciones tras congelación), de cementerios… hay hasta turismo de alquilarte la casita de Peloponeso de un autor! (depravados!).

Las ciudades-decorado: ciudades que han vendido su alma (algunas, placeres culpables)
Venecia es tal vez la más paradigmática. A ella se traslada el autor a vivir con su novia y gran parte del libro describe lo que supone vivir en una ciudad que ha sido vaciada de sus residentes y tomada por los visitantes. Allí ya no hay más que hoteles y Airbnbs. Esto implica un montón de desventajas para los pocos que quedan, desde tener que luchar con hordas de gente sin prisa cuando quieres moverte por tu ciudad, hasta no encontrar una floristería cerca (porque la loca deo conio de su novia se enfada y “a él ni se le ha ocurrido comprarle flores”. Ese es el nivel).

Amsterdam: Ya solo hay tiendas de Nocilla-Nutella, porque son los únicos que pueden pagar los alquileres en el centro.  Por no hablar de lo que molestan los turistas en bici (yo fui una de ellos, y aún me pregunto cómo circulabam las 35.000 bicis que acaban en el canal anualmente si yo salí airosa).

El Londinium desconocido
por los turistas: mi barrio
Barcelona es otro ejemplo de ciudad-decorado y todos sabemos de los esfuerzos locales por intentar ponerle un poco de freno. Mi experiencia en Barna -tal vez por la localización de la ONG que me acoge- es que verdaderamente hay muchos turistas, que cantan happy birthday en la calle a medianoche, por la maniana ya están pronto en las terrazas, ociosos e incluso hay peligrosos de “tercera generación” (aquellos que están de vendedores en librerías de segunda mano o de compras en Ametller Origen).

Londinium, sin embargo, es otra cosa: solo tengo sensación de ver turistas en los “sospechosos habituales”. Tal vez porque es tan grande que se difuminan, pero realmente nunca los encuentras en las mejores partes de la ciudad: sales un par de calles para dentro incluso en el puro centro, o en Knightsbridge, te alejas de Harrods 20 metros, y ya tienes la maravilla que es esta ciudad. Por no hablar de subir a Hampstead, o tirar para Richmond: habrá más gente que en la guerra en un sábado soleado, gilipollas en sus descapotables, pero por lo menos los reconoceremos como “locales”.

Los museos, todos venga a respirar ahí
Yo ya estoy en una edad que solo hago filas por la matona de Mini (Disneyland, ese horror: en una cola me dio para escribir un divague desde el teléfono, y no exagero: aquí la prueba). Veo a la gente esperar para un bar (muy común aquí) y alucino pero, los de los museos: cuánta gente de los que hacen horas de fila para entrar en la Uffizi son verdaderos amantes del arte? Cuántos lo han mirado antes, entienden algo? O es lo que hay que hacer en Florencia? Ilja, que cree que con su cara no es bastante y va de agent provocateur suelta un “se debe tener la Capilla Sixtina abierta expuesta a la respiración del populacho, millones cada año, que ya se sabe que la van a destruir?”

Europa, en caída libre: el patio de recreo del mundo
Pfeijffer comienza por presentar los cinco rasgos distintivos del continente según el erudito y crítico literario George Steiner, a saber: 1. Hay abundancia de cafés (y lo que pasa en ellos-conversaciones, debates, pensamiento), 2. La naturaleza está domesticada, 3. Está empapada de su propia historia. 4. Sus raíces están en Atenas (la razón) y Jerusalén (la revelación) y 5. Es consciente de su propia decadencia.

Pfeijffer es europeísta,  cree en el sueño de la Unión Europea, parece que en contraposición al resto del mundo. Él estudió clásicas y siendo amante de Grecia y Roma es también un gran amante de la tradición. Piensa que no hay tradición como la Europea y que en estos momentos, y hacia el futuro, solo podremos vivir de eso: de vender nuestro pasado. Aquí ya no se produce, y de todas formas, su tesis es que salvo el periodo de la Revolución Industrial (los ingleses y The Rockett), la posición de Europa en el plano económico ha sido siempre marginal. Solo volvemos a donde siempre hemos estado, y ahora nos vamos a convertir en el patio de recreo del mundo, donde vendrán los chinos a ver el coliseo y la catedral de Burgos.

Ni siquiera nuestras universidades son ya las mejores del mundo: UK vive todavía de los coletazos de esa idea, y con la pandemia hubo un susto de pensar qué iba a pasar si los chinos dejaban de venir a Oxbridge, que se paga en este momento con sus renminbis. Lo mismo ocurre con premios Nobel y patentes. No se puede decir que Ilja no se lo haya currado: da datos, rankings y todo tipo de detalles. Go Ilja!

La conclusión es que la identidad de Europa está anquilosada en el pasado. Y por este pasado esplendoroso, sufre la invasión bárbara que la destruirá. No hay futuro aquí, pero quién quiere ese futuro? Atención al siguiente párrafo.

Oriente Medio, donde atan a los halcones para la manicura
Hacia el final del libro, para hacer más evidentes los contrastes entre la cultura del viejo continente y el resto, el autor manda a los protas a una aventura a Abu-Dhabi, uno de esos centros de la horterez y el exceso árabes, donde hacen la manicura (no será pedicura?) a los halcones. 

Vivécdota: Yo estuve allí hace años en un tránsito de los de dormir en hotel. Fue salir a dar una vuelta y espantarme, pero tengo otras referencias (tal vez más válidas que mis 24 horas) que repiten exactamente lo mismo que describe Pfeijffer: una amiga que se fue allí en teoría para cinco años se volvió a los dos porque no lo pudo soportar (ella era alguien “normal” aquí, pero allí tenía criada y chófer, primero porque la mano de obra es tan barata, prácticamente esclava y segundo porque no se podía ir a ningún sitio caminando, todo autopistas de 5 carriles más escalextric). Para qué vivir en una “villa con piscina” si no puedes salir a bañarte “por el calor”? Alguien cercano que acaba de volver de Dubai lo re-confirma: no hay aceras, en los centros comerciales se desarrolla la vida, y su única salida es el aparcamiento.

Gracias a la tarea de documentación de Ilja, he aprendido que en Abu Dhabi han abierto un Louvre: se han gastado todos los petrodólares del mundo no porque valoren el arte que irán poco a poco adquiriendo, sino porque ese arte es caro: “eleva sus pollas, no su espíritu”. Saben su precio, pero no su valor. Y como lo pueden pagar, lo hacen. Pero como carecen de tradición, no se dan cuenta de que los materiales con los que han sido pintados esos cuadros no van a resistir, por mucho aire acondicionado que le pongan, las condiciones climáticas de lo que es, esencialmente, vivir en un desierto.

Perdurabilidad y Arte moderno

Lo efímero mola
Lejos quedan los días en los que los pintores clásicos pasaban años en los talleres aprendiendo con los materiales a fabricarse su propia pintura. El que fueran de gran calidad ha contribuido a que las obras hayan perdurado. Hoy en día, hacen una patata con papel maché, una “instalación” que va a durar cinco minutos, no solo en la memoria del que la ve, sino también porque el material es efímero y cutre.

Pfeijffer dedica un capítulo a la exposición de Hirst en Venecia de 2017 “los tesoros del naufragio de El Increíble”, para lo cual sumergió en el mar macroesculturas hechas con materiales de gran calidad (bronce), solo para filmar la extracción con grúas, y les pegó los crustáceos y algas que tendrían si hubieran estado en el fondo del mar verdaderamente dos mil años, y luego pintó el bronce de colores para que pareciera plastiquete. No sé si Pfeijffer leyó en el folleto explicativo -o lo dedujo él- que es una reflexión sobre la perdurabilidad del arte. He de admitir que, en mi google imágenes paralelo, algunas piezas me gustaron, y eso que tengo graves prejuicios sobre Damien Hirst, no solo tras leer a Houellebecq, que le da pa’l pelo en el gran “El mapa y el territorio” sino porque yo, divagante, estuve en la famosa exposición de la Tate Modern hace diez años con el corte sagital de vaca y aún tengo residuos de estrés postraumático. Y como digo, lo que parece que no ha cambiado es lo del folleto explicativo: cuando te tienen que explicar el arte psicoanalíticamente, algo va mal.

El arte no puede ser moderado. Todo lo que hace tolerable el trato con otras personas no tiene cabida. (...) El buen arte siempre es extremo, porque no admite compromiso”.

Política: refugiados, preservar la cultura, lo público
Ya he dicho que Pjeijffer va espolvoreando ideas “políticamente incorrectas” durante la novela, no sé si por adoptar una pose de provocador, ser el enfant terrible de los tulipanes. No sé cómo se sentirán los chinos, americanos, árabes y demás penia a los que dibuja como incultos, gordos, caprichosos (imagino que esto en España no llamará la atención) al leer el novensayo.

Pero luego se pone a hablar de los refugiados, que “han pagado más por su pasaje en la patera que los gordos de los cruceros” y hay un personaje simbólico en el hotel, el botones, que el autor usa para hablar de intertextualidad porque representa ese viaje, haciendo un paralelismo con los clásicos, en este caso La Eneida.

O sobre el error del afán de preservar “una cultura”, porque “el choque entre dos culturas no conduce al exterminio de una por otra, sino a una nueva donde las dos salen ganando”. Todas las culturas son un cóctel de culturas. “El turismo, esa invasión bárbara de europa que se ve como “modelo de negocio”, supone mucha mayor amenaza que la de los africanos que serán, a final, la único que puede ofrecer perspectivas de futuro al continente” .

O del dinero público: con él se pagan los destrozos que causan los turistas, la limpieza de sus potadas y sus visitas a la comisaría o urgencias tras los balconings de mis co-isleños. Pero los beneficios de sus alquileres y demás van a bolsillos privados, en su mayoría multinacionales extranjeras. El gobierno debería ser la entidad reguladora para acotar estos abusos, establecimiento mínimos, pero hoy en día no hay árbitro..

Habrá que ir terminando
Hay muchas cosas que he aprendido con este libro: tantas anotaciones son directamente proporcionales a la extensión (excesiva, desaforada, lo sé) de este divague. Me han dado ganas de investigar la personalidad de Caravaggio, un psicópata de libro. He querido leer a Virgilio, a Horacio, releer  “La muerte en Venecia” y haber estado en en la ciudad de los canales cuando Mann, Mahler, Hemingway paseaban por ahí. 

Y una última debilidad mía: me ha gustado su visión metaliteraria, el “no se experimentan las cosas de verdad hasta que no se escriben”, porque no he dicho (aquí no se desvelan tramas, pero si alguien ha llegado hasta aquí lo merece, por incaut@) que Ilja se retira al hotel para curar su mal de amor, y cómo mejor que escribirlo: “Quien no recuerda primero con detalle todo lo que quiere olvidar, corre el riesgo de olvidarse de olvidar ciertas cosas”

Igual que hasta que no se revelan las fotos (hoy, hasta que no se guardan en algún disco duro o alguna nube- el gran monumento de nuestra época, internet, es efímero) y se termina el diario de viaje no se termina este, "hasta que no se escribe una historia, no se cierra", dice Ilja. Aunque solo sea por verbalizar esta idea que todas las que escribimos implícitamente sabíamos: gracias Ilja. Y por hacerme ver que no hay que ser Melville para escribir un novensayo.




17 comentarios:

  1. Jopé, vaya riada... así que me puse al Charlie en laa orejas y decidí empezar por alguna de las dichosas partes... por ejemplo esta :
    "siempre se busca algo, nunca es “el viaje por el viaje” (Di)...

    Y es que la Historia de Roma nos enseña casi todo lo que sucede después (sociopolíticamente) y el Homero nos habla de la importancia del viaje... en la Odisea tal cual, pero es que en la Iliada nos enseña la importancia de preparar el viaje (de tener una razón para hacerlo, que no tiene que ver con querer ver la sonrisa de la Gioconda , ni siqueira en los labios de la típica parisina (de nouvelle vague)... e incluso diría que, el "paseo" por la Troya en proceso de destrucción, es un viaje homérico...

    Y por eso nos encanta leer una historia independientemente de su desenlace... queremos disfrutar de la lectura, no de un determinado argumento (aunque eso también sea sano)... y por eso el Proust y el Joyce son lo que son... porque el Marcel te traslada por toda la esencia francesa sin moverte de una "simple habitación"... y acompañar al Leopold (un puto día), es viajar por toda la historia de la literatura (y quizás algo más)... y por eso mismo, yo digo que el James es el homérico, porque hace de ese día un viaje enorme de vuelta a "la casa matriz"... como bien dice el Valverde en su introducción, "le da cuerpo a la palabra"... esa es la grandeza del Ulises, no el ser considerado un lector de puta madre (por sumergirte en su Dublín)... o recordando una frase que acabo de leer de alguien que pasaba por aquí, mucho antes de que yo descubriera esta isla circeña "nos hace sentir que subimos uno de los 8.000"... en fin, creo que (con este recordatorio) no merezco el uso de más espacio virtual... pero no lo pude evitar...

    Bicos...

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    1. Ey Muiñovello... me encantan tus metáforas: "riada", cómo expresar esto mejor :)

      Clarificar q lo de q "spr se busca algo en el viaje clásico" es tesis del amigo Ilja, q por algo es clasicista (yo, pese a mis promesas de empezar con la Gredos allá por el covid-alguien recuerda esas promesas?- no he leído más que un puñado).

      Yo solo decía q el "viaje por el viaje actual" es algo q yo compro e intento practicar. Aunque no pensemos solo en destino literal (en el sentido de un lugar), por ej en un "viaje iniciático", el prota llega a un destino metafórico q es un cambio en sí mismo, en su persona, no? bueno, en ese sentido cualquier viaje puede ser iniciático, si aprendemos algo... y si no también [jaja a veces me dice MIni "puedes dejar de hacer de todo una "life lesson"? :):)]

      Tb leí la traducción de Valverde, pero el otro día leí q hay varias más nuevas... bueno, ya dije q o lo releo, cuanod sea, en inglés, o no.

      Oh, los ochomiles (snif)... y, he entendido bien q has llamado a este blog "isla Circeña" en relación con Circe? Si es así, buf, qué puedo decir: que inmerecido, pero gracias. :)

      BIcos

      di

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    2. Quién pudiera leer el Ulises en alguna variante anglosajona... como al Odisea en griego, desde luego... pero menos mal que, además de Portugal, nos quena buenos traductores.. algo que los algoritmos tiene muy difícil para superar (ah, el cerebro humano!)...

      Me has puesto en un brete y tuve que visitar al tío Google, porque no tenía claro si me perdiera (lost!)en esa analogía de considerarte una variante circeña... y no, ¡menos mal!

      Porque lo que sabía era que estaba considerada algo bruja, pero tú y yo sabemos (?) que lo de bruja también está muy sobrevalorado como negativo, cuando lo que eran es un tipo de mujer "fuera de serie"... y metida en un mundo tan machista como el del olimpismo griego, que me vas a decir... además me enteré (a saber?) que al final el viaje del Odiseo, mal acabado homéricamente, en cierto modo (como simple "amo de casa"), tuvo una continuación circeña , casándose Circe con Telémaco y (vaya bucle!) su hijo "(by Odiseo) nada menos que con la Penélope...o justicia divina o una trampa del Zeus...

      Voy a remar un poco y luego vuelvo...

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    3. Feliz sábado desde el vendaval (si vosotros teníais anticiclón, aquí tenemso ciclón) Muninovello.

      Tengo un libro de una antropóloga argentina titulado "Diosas" q hace exactamente eso, un recorrido por ellas (lo leí en época preblog, me estoy planteando si deberíá releerlo y hacer un divague, más q nada para enlazar con temas q van saliendo una y otra vez! jaja). Bueno, decía q ella divide a las diosas en arquetipos, e.g. la madre, la musa etc. Circe está dentro del grupo "la creadora y seductora", y es como dices, la hechicera q usa sus encantos para seducir/someter al hombre. Estoy mirando el libro q tiene muchas ilustaciones y a toda página está Circe -en el medio de un círculo, de ahí el nombre- tejiendo, pero es un tejer muy distinto del de Penélope, aquí está "tejiendo el destino de los hombres"... Leo la historia: gobierna en la isla de Ea y cuando llega la tripulación de Ulises les da comida con "sorpresa" y se transforman en cerdos. Luego baja del barco por fin Ulises, q lleva (claro) un antídoto y no consigue transformarlo, pero bueno, al final todo bien y Ulises, ya se sabe, se queda ahí unos anios (Penélopa mientras tejiendo y destejiendo) y tiene nada menos q tres hijos con Circe, Agrio, Latino y Telégono... ahora el bucle q me cuentas (Circe casándose con Telémaco) ya es triple salto... vivan los griegos y sus enloquecidos dioses corriendo medio en bolas por ahí...

      Remas real como MIni o metafórico? Aúpa!

      di

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    4. Desde luego que Circe es más grandiosa de lo que la mojigata cultura europeobritánica suele admitir... y que los mude en cerdos es poco amable para tanto macho, que ya sale cerdo de casa, que me parece hasta una licencia poética del Homero totalmente asumible...Circe simplemente nos quita el disfraz!

      Por desgracia ya no estoy para remar, pero teniendo en cuenta mi manía a los motores, puede decirse que es el único método de navegación que siempre me gustó practicar...la vela es un acojone (aunque, como con las pelis de terror, tuve alguna experiencia maravillosa)...

      Y eso me lleva a despedirme (porque este divague dá para estar todo el día arando)con el amigo Ahab... porque para ser precisos los amigos "de verdad" son el Ismael y el ..., pero el homérico personaje, que quiere encontrar su Ítaca es el capitán...cuando la leí, siendo postadolescente no era capaz de entender la necesidad que tenía este capitán de "hacerse un hombre completo"... y menos que su Penélope era un enorme cachalote (que entonces era una simple ballena)... y por supuesto el Poseidón aún no apareciera en mis adolescentes playas...

      En fin, que parece que coincidimos (otra benedettinada?) en disfrutar de las sirenas que, desde cualquiera roca, nos deleitan con descripciones de "lo que sea"... haciendo que el viaje tome momentos de tranquilidad y sapiencia, que luego nos hará mucho mejores, siempre que no te asusten las susodichas... y los que no disfrutan de eso "que se jodan" (con cariño eso sí!)...

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    5. Muniovello... tú has visto "El viaje de Chihiro"? (los padres de la prota son transformados en cerdos)... me pregunto si viene por Circe?

      Me sigo riendo con tus metáforas... "da para estar todo el díá arando" ("surca tu arado..." el libro de Olga, te acuerdas?). Da para mucho y no veas la de cosas q me dejé en el tintero o me llaman abusona (o abusiva?)... aún me queda hasta llegar a entradas de 10.000 palabras ocmo Cummings.

      El problema es q si me ensenias el capote Ahab y el cachalote, como dices tú, entonces yo tengo q entrar, es inevitable. A ver, yo diría q El Gran Tema de la novela es la obsesión de Ahab, la pasión, q es destructiva pero guía su vida, llevánsosela por delante (y la de otros)... pero si te fijas, tb sale en pos de algo, en cotnraposición de quien sale sin objetivo (aunque ya apuntamos q en todo "viaje del héroe" igual auqnue parezca q no se busca nada, sí q se encuentra-en concreto se encuentra una a una mísma, sea eso lo q sea. La mirada de ombligo q sea. Personalmente, no tengo ningún interés en encontrarme a mí misma, menudo rollo... prefiero a un bereber :)

      Nueva idea: cambiamos el nombre del blog por "sireneando sireneando"?... habría q explicarlo bien abajo y eso no mola

      bicos

      di

      Eliminar
    6. Me has pinchado en lo profundo, ya que pensaba "pasar por aquí" sin dejar botella con cartita... solo por comprobar eso que ahora se debe llamar resiliencias, o "algo así... (aunque yo odio toda esa jerga universitaria)...

      Parece que estás de acuerdo que el héroe de MD es el capitán (oh mi capitán)... y que su viaje hasta el costado de la "ballena" es uno inacabado, hacia su Ítaca particular...

      Y sobre viajes, matizar que si no te conoces a ti misma no podrás conocer al otro (Sócrates dixit)... lo que lleva consigo que, si no conoces al otro, tampoco te puedes conocer a ti mismo... porque la gente se mal acostumbra a leer la frase lapidaria ("conócete")y se pierde siempre el consiguiente e imprescindible corolario...

      Y algo de eso tengo en mente, después de hacer algo de arqueología introspectiva (ahí queda eso)por las entrañas del blog...

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    7. Me voy perdiendo con las miguitas... una cosa: yo no dije q no me conozca a mí misma, sino q prefiero encontrarme a un bereber q a mí misma, q es muy diferente... :)

      Sobre el buceo en cenotes del blog, ten cuidado, hay algunos q se metieron y aún no han salido... :):):)

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  2. A ver, no he leído el divaque porque ya sabes que no leo cosas de los libros que tengo pendientes. Pero en mi lectura diagonal para llegar hasta el cajetín de los comentarios he leído "Vivécdota"... ¿escuchas el podcast de Andreu Buenafuente?

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    1. Sí, sí, claro, muy fan... el vascohablar, filosofía barata y el mariachi de las "redes sosiales"

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    2. no es mariachi, es ranchera..."ustedes creen que se puedan piliar"

      https://www.youtube.com/watch?v=b9Y69BOquIQ

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  3. Jajajaja "ustedes creen que se pueden piliar" es maravilloso, sí. Y todo, me río tanto.

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    1. LOL.. si tienes una tarde así malilla como la mía, te lo puedes poner y no falla. Pero lo q me ha alegrado la tarde de hoy es q..... me ha salido una peq. trol en insta!!! toi feliz... me ha llamado "feminista barata"!!! a ver si contesta... :)

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  4. Llego tarde a tus divagues, incapaz de mantenerme al día de tu desbordante productividad. Me temo, también, que he leído éste un poco en diagonal (sorry, tal vez en otro momento lo recupero), pero quería dejar constancia de un par de asuntos:
    -Muy fan yo también de las novelas con digresiones interesantes sobre temas varios. Además de a Mann y de Moby Dick, creo que deberías intentar leer a Victor Hugo: estoy convencida de que lo de las digresiones lo han aprendido todos de él, que puede ponerse hablar de cualquier cosa (ajena a la novela) durante ochenta páginas y es una maravilla.
    -Me alegra que hables de lo aburrida que es la trama de The secret history. Diría que es una novela sobrevalorada que le debe gran parte de su prestigio a que habla de la Antigüedad, los mitos y demás y ,claro, eso da mucho lustre. A ver quién es el guao que se atreve a criticar a los griegos.

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    1. jajaj ELENA< es q entre convalecencias, huracanes y la addicción me paso el día escribiendo: soy la última scholar! :) SI te das cuenta, mi "trabajo de día", tb consiste gran parte de él en escribir informes, así q la producción es... obscena, no hay otra palabra :) Total q no puedo pedir q nadie esté al día. En este se me fue de la mano, pero ya puse títulos, a modo de resumen.

      Y estuve por ponerte un email para preguntarte si existía este género de la novela-disgresión como tal... SI no existe, deberíamos por lo menos empezar a mantener una lista (pásame más a medida q te acuerdes), y te agradezco enormemente q me seniales a V.Hugo, al q claro, no he leído. Aunque he estudiado francés en diferentes puntos de mi vida, nunca he tenido nivel para leer (bueno, ni para hablar, seamos realistas) y eso ha hecho q mi cultura francófila sea pobre. Si tengo q elegir entre un Dickens o una traducción del francés... pues eso. Pero lo voy a pensar... de Les miz por lo menos me sé la acción bien, lo principal serían los divagues.

      Y sí, qué rollo de Tart y q digan q es un "modern classic"! Me quedé sin ganas de más pero fuiste tú q me dijiste q "THe goldfinch" está muy bien?

      Abrazo!

      di

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    2. Bueno, "The goldfinch" tiene partes que están muy bien (incluido, por supuesto, digresiones sobre arte y más) y otras que ni fu ni fa. Sospecho que, con el tiempo, se me ha difuminado la parte regular y me he quedado sólo con lo que me gustó.
      La verdad es que en el XIX eran muy propensos a las novelas-digresión, supongo que la gente tenía menos distracciones y agradecían que, aparte de narrar una trama novelesca, les ilustrasen sobre muchas cosas más. Luego todo se aceleró y ahora parece que si no se va al grano todo el rato, el lector pierde el tiempo.

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    3. Bueno, si lo piensas, el populacho iba a conciertos de música clásica y ópera (cómo olvidar la escena aquella de "Amadeus"), y leía a Dickens o Thackeray en folletines! Yo agradezco mucho estas disgresiones pq soy pobre lectora de ensayos, a no ser q sean de "mis temas". Tengo libros (ensayos) de historia por ahí q no he logrado terminar, así q igual es perezoso, pero q te haga otro el "digest" está bien. No solo se aprenden datos, tb hay mucho de filosofía del autor...

      The goldfinch de momento, no. Otro q se me ocurre de este tipo, pero de literatura infantil es "El mundo de SOfía".

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