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23 julio 2015

Mystra se te acabará antes de que tú te acabes a Mystra (P7)

Como decíamos "ayer" (lo sé, llevo muchísimo retraso con la bitácora griega), la otra ciudad peloponésica en continua rivalidad con Monemvasiá fue Mystra, ya en el Pelolponeso central, al ladito de Esparta. Ah! los espartanos (a cuya filosofía me adhiero desde ya, podéis llamarme Di, la última espartana, tras Jeremy Corbyn). Nos pillaba algo a desmano este día en el que salíamos del "primer dedito" del sur del Peloponeso e íbamos a dormir en el principio del central, la península de Mani, pero tantas zambombas y panderetas... nos fuimos a Mystra. 

Nota: Ya oigo a Cesita y demás expertos echándose las manos a al cabeza: "al lado de Esparta y no entrar!" (por no hablar de todos los Corintos, Micenas y demás sitios arqueológicos que nos perdimos). Como hace siglos del último divague no recuerdo si comenté que con las temperaturas de las que hablábamos en pleno Julio, se hacía imposible visitar ningún sitio que no tuviera mar a la vista. De hecho, esta fue nuestra unica profundización hacia adentro, todo el resto del viaje fue puramente en la costa. 

Siempre recuerdo lo que decía nuestra guía sobre el sitio arqueológico de Tikal, en Guatemala (el más impactante que yo he visto a día de hoy): "Tikal se te acabará a ti antes de que tú te acabes Tikal". Bien, pues esta fue mi sensación con Mystra. Tocados y hundidos, no nos pudimos terminar Mystra, ni de lejos. 

Mystra es una montaña llena de vegetación donde, entre sus árboles se encuentra básicamente una ciudad bizantina que llegó a tener 20.000 habitantes en su día. La guía lo describe como un "museo masivo de arqueología", donde te encuentras iglesias bizantinas por doquier, con sus frescos incluídos, casas medievales, palacios, pórticos monumentales... está dividida en dos partes: la alta, donde esta el castillo, y la baja, donde aún hay más monasterios, y hasta una catedral. 


Puedes elegir por donde quieres ser derrotada: nosotros comenzamos por la parte alta, donde subes con el coche (dicen que 280 metros desde la parte baja) y ahí te encuentras con un chaval vendiendo entradas, una máquina de agua, y un par de turistas franceses. Y ya. 

Vamos a pagar y el ticket y cuesta... CINCO euros. Entablo conversación con el chico, intento que me cuente su visión política de lo que está pasando en su país. Cinco euros, le digo, entrar a este sitio inmenso?!!?? Pero cómo solo cobráis cinco euros? Tú sabes lo que cobran el resto de los europeos por sitios ni la mitad que este? (mejor no entramos en la Tower of London, que debe andar ya por las £25-claro que aquí por lo menos dejamos entrar gratis en los museos). Y aparcar? Se puede aparcar en cualquier sitio sin pagar! A ver, que es parte de la magia de esta parte del mundo, que te puedes encontrar cabras en la carretera y la anarquía reina, pero, están ustedes en crisis, por qué no nos sacan los cuartos a los turistas? El pobre chico dice que no, que "encima que pagamos nuestros vuelos, y los hoteles, y todo lo demás, encima no nos van a extorsionar con las entradas". Vuelvo a pensar en la hospitalidad griega y me dan ganas de abrazarle, por entender así el mundo, pero me contengo porque estoy sudada. 

Cómo sudamos... la subida al castillo, afortunadamente entre árboles, es de órdago. Mini aguanta como una jabata, y le cuento la anécdota de la Caridubi, una de las monjas que nos llevaban de Cabuyeras (versión de scouts de mi colegio) que comenzaba con las primeras, y luego se sentaba, casi sin respiración y decía "me quedo aquí esperando a las del final, que las pobrecicas no pueden más". Ayyy! Quien hubiera tenido un colegio ahí pasando para esperar!!!! Eso sí, una vez arriba... un vientecito. 

Luego había que hacerse la ciudad baja... aún más magnificencia y el mismo calor. Mini dice hasta aquí he llegado y el Peda y yo intentamos ambos quedarnos con ella y que el otro visite, y reporte. "No, no, venga, ya me quedo yo" (así los dos). Gana él (la historia de mi vida) y hete que inicio mi exploración sola, soñando con la playa que nos espera en Githio. De repente, ahhhh! salvada: encuentro un grifo!!! (he contado ya mi afición por poner la cabeza debajo de los grifos en verano?), así que me doy una ducha de cuello para arriba que me revitaliza, pero no lo suficiente, porque tras unos pasos más, los cánticos de sirena se hacen insoportables. Así que retrocedo: es oficial, Mystra se me ha comido. 


No nos cuesta demasiado llegar a nuestro destino Githio, donde nos quedamos en unos estudios muy básicos, pero que son mi idea del cielo. Se llaman Kalypso Studios, y las vistas son....






Los regenta una tal Petra (nacionalidad desconocida, norte-europea). Petra es encantadora: nos hace la colada, no no tenéis que pagar nada, y nos indica cómo bajar a la playa. Un camino y unas escaleras muy empinadas terminan en un caminito de piedras entre árboles y zarzas, y ahí está la cala. Petra, que parece una hippie de los 70, nos enseña una foto descolorida muy poco inspiradora de la cala, probablemente tomada en los 70 cuando vino con su Volkswagen campervan y Rudolf, y pinchó las ruedas. Pero al llegar... ohhhh que maravilla de cala. Buceamos, nadamos, vemos peces... todo solos. Recordáis aquel divague de "requisito vacacional: nadar en bolas"
Agente? hay unos turistas en bolas!!

Pues bien, primer día: se cumple hoy.

4 comentarios:

  1. En realidad, Di la última espartana, no era la primera vez que visitaba Mystra.
    Ella no lo sabía, sus acompañantes lo ignoraban, así que sus lectores tampoco se coscaron del hecho.
    Afortunadamente yo estoy aquí para explicar el misterio de estar dos veces en un sitio, cuando por más que lo recuerdas, solo has estado una vez.
    Di, la última espartana es la reencarnación de Petra, una griega que nació en 1.856; Petra a su vez es la reencarnación de Petrusca, una señora cuya fecha de nacimiento data de 1.628 ; y así llegaríamos hasta los días en que Esparta era una República muy potente donde enseñaban a los y las jóvenes la importancia del ejercicio físico como base de una educación, nunca mejor dicho, espartana.
    En aquella época las muchachas se entrenaban por los campos y los montes, con un calzado de cuero que sujetaban a sus estilizados pies con cintas en muy diversas disposiciones.
    De aquí el origen de esa disposición de Di, la última espartana, para acometer en plena canícula las ascensiones, paseos y recorridos donde otros turistas caen inconscientes por el cansancio.
    Es una simple cuestión de genes y de reencarnaciones sucesivas.
    ...
    Tan sencillo de explicar, como el hecho de despojarse del traje de baño y sumergirse en pelota picada en un mar azul, donde los cangrejos te miran y nunca se ruborizan.

    Al fin y al cabo, llevan siglos observando las zambullidas de estas intrépidas mujeres intemporales.

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  2. ¡Ni pienses que voy a reñirte por no montarte en TODO! Es mucho mejor poco y bien que mucho y mal. Yo, cuando voy al Prado, nunca visito más de dos o tres salas, porque si no, te pasa como en las comidas de las bodas: acabas empachada y luego, a la hora de las copas, sólo te apatece sal de frutas...y no es plan. Además...¡esas fotos! No sé ni si yo misma hubiera sido capaz de apartarme, a pesar de la devoción que siento por Schliemann y su disparatada historia. (Ver aquí: http://culturaartehistoria.blogspot.com.es/2013/04/historia-de-los-griegos-indro.html
    ¡No tiene desperdicio!)

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  4. Un sitio así es lo que necesito yo para olvidaros a todos, empezando por mí mismo como parte del "todos".

    Vengo "quemáo" de Alicante, arrasado por el comercio turístico. En cuanto podía me sentaba en la última mesa de un bar oscuro a leer. ¡Qué espanto! Y lo que quiero es ir a viir dentro de esa belleza, con un maletín lleno de billetes de 5 euros para darle uno cada día a ese chico.

    ¡Quiero ser un lotófago en Mystra! Y olvidarme de las cosas en las que ni siquiera pensamos y son las que harán que a nosotros, dentro de no mucho tiempo, nos pasará como a los sirios.

    Está muy bien, porque nadie piensa en las consecuencia político-sociales del cambio climático, este cómic que no os llevará más de 4 minutos leerlo:

    http://ayayay.tv/comic-conflicto-sirio/

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