Jueves, 25.07.24: De Ninh Binh a la Bahía de Ha Long
Creo que aún no he hablado de Phuong Vu, un contacto de nuestra mentora Annapetons. Esta chica trabaja en una agencia de viajes en Hanoi y es una especie de "La Conseguidora" de Vietnam (quién la tuviera para la-vida-diaria). Todo vía whatsapp, semanas antes del viaje, le mandas tus ruegos, dudas, preguntas y neurosis, y ella, á la Señor Lobo, te contesta con calma y aplomo. A propósito de las neurosis, mucha risa cuando le pregunté si me teníá que llevar mosquitera y ella, sin inmutarse: "no need it, because most of homestay have it, in hotel no have mosquito" ("en los homestays tienen mosquitera; en hotel, no mosquito"). Los neuróticos somos como los niños: nuestra figura materna nos da un dato y lo creemos ciegamente - así es cómo me tranquilicé yo sobre el anópheles en las noches vietnamitas. Así que Phuong Vu nos fue reservando algunos transfers y esas cosas molestas de todo viaje que antes siempre hacíamos nosotros, pero recordemos la última iteración de los Pedalistas** en Los Millonetis*.
(*) Nótese que esto es con vagas pretensiones cómicas porque nada es caro en Vietnam.
(**) Ante todo, tranquilidad: los Pedalistas volverán en el siguiente viaje, yo me encargo.
Total que Phuong Vu nos arregló el transfer en bus a la bahía de Ha Long, y nos reservó el crucero (sí, han leído bien, crucero, pero puedo explicarlo todo, no cierren aún). Y algo muy curioso: aparte de una pequeña trasnferencia cuando reservó algo, no quiso cobrar nada de lo que adelantó hasta que llegamos a Hanoi.
Pero volvamos a "tiempo real", al homestay donde Phuong Vu ha mandado a sus Minions que nos recojan a las 7:30. Pero, oh, a las 06:55 llaman a la puerta diciendo que ya nos están esperando, solo imaginen. Desayunamos de pie, meto algunas cosas (también el bizcocho verde) en una bolsa, salimos azorados. Hay un mini-bus esperando lleno de turistas occidentales que no parecen contentos de haber estado ahí esperando como un cuarto de hora. En particular un padre de familia de nacionalidad indeterminada hubiera querido iniciar un linchamiento colectivo pero afortunadamente, no cuaja. Total para nada, porque salimos a a 0710 y a las 0725 nos hacen bajar a todos y esperar en una gasolinera. No entendemos nada, pero me siento de alguna manera vindicada ante el turista enojado.
Por fin llegan otros mini-buses y toda nuestra partida -incluso él, ja!- se suben en uno pero cuando les seguimos, ay qué risa, qué justica poética, nos paran los pies: "Noo, el señor Peda no" y nos indican otro de cristales tintados y todo lo que parece GRAN LUJO, y es ahí donde "el señor Peda" y sus acompañantes suben. Esto ha sido cosa de Phuong Vu, que como dijo Annapetons, organiza todo muy bien. Yo alucino, porque cuando soy yo la agente de viajes estas fantasías no pasan. Atención los asientos de cuero, muy espaciados y las luces led de sicodelia.
El Peda narra en su diario: "Viaje tranquilo, llueve a ratos, por pueblos casi todo, viendo Viêt Nam. Paramos a la hora y media al baño y comprar agua y seguimos otra hora". Nunca os podría haber colado que esa era yo con ese gorrito tan chulo que le ha puesto a la e - no soy detallista en las formas como él, lo sé. He de añadir que paramos en una especie de supermercado-hangar-almacén donde venden los ultraprocesados más espectaculares que he visto en mi vida. Lo que parecen barritas energéticas gigantes, cortezas de cerdo como de mamut, así todo. Por fin, tras un nuevo cambio de minibus -siempre en los estándares deluxe que acostumbramos- llegamos al muelle, donde hay que esperar con otros occidentales con maletones a la llegada de un barquito que nos llevará al... crucero.
A ver, lo del crucero: siempre he dicho que esto representa el resumen de mis peores pesadillas: un montón de gente atrapada ahí que baja a ver las ciudades cuando están, por definición, llenas de "gente de crucero" (he vivido estar unos días en un sitio que se transforma en un lugar insufrible cuando llega el crucero, por ejemplo Duvronik, y cuando se van se restablece su normalidad, incluso su belleza). Sigo pensando lo mismo, pero aquí, para despertarte enmedio de los karsts maravillosos de la bahía de Ha Long, había que ir en unos barcos que tienen preparados para "la experiencia". Así que Phuong Vu nos metió en un crucero de una noche (son de una o dos) a todo plan, un barco pequeño de dos plantas, nada que ver con esas moles de "Vacaciones en el Mar" o el "Pride of Bilbao", que no es crucero sino el barco que hicimos de Portsmouth a Bilbo hasta arriba de bromuro (según el Peda) hace la tira de años - creo que tengo una crónica por ahí en un docu de word, a ver si algún día la subo.
Pero divago: el barquito (al que llaman "tender") llega al barco-barco y en la bienvenida sí que es "Vacaciones en el mar" total: la tripulación nos espera saludando. Todos saludamos de vuelta, yo sufriendo porque esto les debe ir en el sueldo, y seguro que se están acordando de nuestros muertos con el saludito y luego escupen en la comida como nuestro ídolo Tyler Durden.
En total, no llegan a 24 horas lo que estamos a bordo y con la distancia puedo resumirlo en una frase: no se paró de comer. Si no fuera yo, lo dejaríamos aquí porque esto es básicamente lo que se hace, pero soy yo. Sé que habrá cejas levantadas y escepticismo por situaciones pasadas tergiversadas, recetas que no fueron tal vez entendidas, pero no exagero, sigan leyendo.
Nada más llegar, sin bajar siquiera a los camarotes, hay que comer. El Peda escribe: "Menú cerrado" y es cierto, en el resto de las comidas hay buffet, pero aquí nos traen los platos que no recuerdo ni fotografié, pero había cosas que no habíamos probado antes.
Ahora un poco un tour, la primera foto es desde un lateral y la segunda es la cubierta de popa:
Por fin bajamos a la habitación que es chulísima. De nuevo Mini duda de nuestra identidad como sus padres. Toda la pared es un cristal que da a tu terraza privada para despertarte precisamente ahí (sí, hay cortinas, ansiosos, pero dormimos con ellas abiertas porque para eso hemos pagado). El baño es también como de casa normal, yo que estaba acostumbrada a ese sistema de los veleros, pero no: aquí todo muy top.
Según el Peda (olvidé esta secuencia): "Siesta y leer. Compro tres cervezas a una chica que se acerca en barca vendiendo de todo. Se pone a llover fuerte". [Recordemos, Ro dice: "temporada de lluvias"]. Esta chica, el equivalente del que va vendiendo refrescos por la playa, es terriblemente fotogénica, con su sombrero (i)cónico sobre su barquita de madera.
Mini y yo nos ponemos los albornoces y nos vamos a proa, donde hay una piscina jacuzzi. Lo mío es para darme una medalla porque lo que no he contado es que en este punto tengo un catarro descomunal, que empezó ya hace un par de noches con dolor de garganta y hoy está en fase florida.
A las 16:00 hay kayaks, en los que entran dos. Me encuentro tan empanada que me veo chocando con un karst, con una vendedora ambulante o provocado un accidente nautico entre los cruceros, así que decido quedarme en la terraza leyendo, y documentando el evento:
Así que ahí estoy yo, como una pepa en el balcón leyendo, y así cuenta el Peda "la experiencia kayaking": "Mini se lo pasa bomba, es lo que más le ha gustado de todas las vacaciones, no para de hablar en todo el tiempo. A ratos llueve pero nos da igual. El entorno natural es espectacular. A la vuelta hablamos con Di que está en el balcón y nos damos un baño en el mar". Más moral que el Alcoyano porque -anota la reportera honesta- la limpieza del agua deja bastante que desear por las lluvias de los últimos días (a lo lejos veo un trozo de agua con botes de suavizante de ropa).
A las 1715 (ni qué decir tiene, estas cronología exactas se las debemos al Peda) nos metemos otro poco en el jacuzzi, creo recordar que hay como tres personas más. Después de la ducha me enfrento ante la decisión de "los vestidos blancos". Me explico: Fashion, como su nombre indica, es una mujer que por razones que no vienen al caso, hasta hace poco producía máginamente y sin costo alguno todo tipo de prendas desde el elegante al informal: trabajaba desde el "knit" (lana), hasta la plana, pasando por la seda (pijamas im-presionantes), o el lino. Así que tengo un número de vestidos de lino que pocas veces se da la oportunidad de llevar en un clima como Londinium o en viajes por los que subo por rocas. Son vestidos para hoteles bien o, exacto, cruceros. Así que esta es la oportunidad para llevar ese vestido de romana por el que yo no habría pagado, la verdad (no me gustan las asimetrías, soy más de halter), pero a vestido regalado no le saques las escuadra ni el transportador.
En fin: que ataviada como si fuera a un chillout pijo en Ibiza con la archiduquesa Von Algo -pareja marciana con el Peda que sigue con sus icónicos 501s cortados (y un agradecimiento desde aquí a Mini que hace aquí un esfuerzo) subimos a la cubierta de atrás a "la merienda" que consta de (gracias Peda): "cacahuetes calientes cojonudos, fruta, profiteroles de nata, prawn crackers, té". Puntos para la Fruta de la Pasión a go-go y aclaración: cacahuetes tostados salados. Esta foto de abajo es de un rato después, cuando dan una "clase de cocina" de la que afortunadamente no recuerdo nada.
Ni qué decir tiene que los agradecimientos a Mini son breves porque enseguida anuncia que se vuelve a la habitación a mirar el mundo a través de una pantalla de 90 cm2, en lugar de ver la puesta de sol inminente en uno de los lugares más bonitos del planeta. [Nota: sé que este comentario es no ya "viejuno" sino de un lugar-común-generacional que tira para atrás, no hace falta que me lo digan, pero si quieren, háganlo, tal es la desesperación por comentarios de las blogueras minoritarias]. Con prisas, la heredera acepta hacerse esas emblemáticas fotos familiares con el cielo ese de escándalo, pero luego nos quedamos el Peda y yo "intentando captar el momento en lugar de disfrutarlo". [Nota: bienvenidos a otro lugar común, pero no todo el mundo tiene su intensa vida interior, señoro tertuliano, no todo el mundo vale para la elongada meditación-mindfulness mirando al infinito].
Aquí va la turragrafía del atardecer, todo porque no puedo decidirme a cual quitar. Solo anotar una vez más que ninguna foto de esta serie Vietnam tiene ningún tipo de filtro o arreglo. Lo sé: heavy.
Me dan ganas de cantar "escandaló-es-un-escandaló" de Raphael, no solo por esos rojos del horizonte (dios existe), sino porque enseguida tocan la campana de cenar, en serio. Sí, aún estábamos loando los cacahuetes fritos cuando llama el buffet, al que me arrastro como puedo porque mi catarro va tomando dimensiones épicas: es la fase congestión y acabo con cualquier cajita de servilletas en breves minutos. Me pregunto si esto es covid o "los aires acondicionados", decantándome por lo último ya que mis pituitarias se mantienen intactas (nota: no se ha llevado perfume en este viaje, atrae al anópheles). Así que doy el do de pecho cenando, de nuevo, pero pese a que la oferta de diversión nocturna del barco puja duramente con la de día (atención divagantes: karaoke!), mi cuerpo ya pide clemencia. Así que de la noche de luz y sonido, yo solo sé por las notas del Peda que, por lo que sea, no sube a bailar ni al karaoke con su hija. Quién diría que mi catarro fue una oportunidad para ellos: "Yo me tomo dos cervezas en el balcón terminando el libro. Mini hace las Pedalistas News" (los video-resumen del día para la familia, que seguro que tendrían más éxito que estas crónicas no solo en el salvaje mundo adiovisual del impacto en que vivimos, sino también aquí mismo.
Tengo una noche llena de sueños febriles, y algunos envolvían llegar tarde a la primera actividad matinal del crucero a las 6:15, que era....
Pub: 15/09
~~Continuará~~
Bueno, es definitivo que habéis sido abducidos por los ultracuerpos y sustituidos por unos extraterrestres aficionados a los cruceros y la comidas pantagruélicas. El único rayo de esperanza es que no te haya gustado la clase de cocina: ¿tal vez queda algún resquicio de la antigua Di en este nuevo ser vestido a la última, que disfruta de lujosos camarotes y jacuzzis (casi) para ella sola?
ResponderEliminarRecomiendo revisionado de "La invasión de los ultracuerpos".
Me parto con que los "body snatchers" se haya traducido como los "ultracuerpos"... es maravilloso!. Hay una persona con la q a veces de risa nos llamamos "cuerpo" (hola, qué pasa, cuerpo?), supongo q viene de la conia de aquella modelo q llamaban "El Cuerpo"... de ahora en adelante, exijo q se me llame "hola, ultracuerpo!"
EliminarUf, uf, uf... sin despreciar el continuo buffet (suponiéndolo comestible... eses profiteroles suenan bien...) me quedo con la sucesión del amigo sol en modo despedida ... ahí es cuando el paisaje vietnamita, tan poco subterráneo, se hace idílico... no tiene nada que envidiarle al mediterráneo... ni con Serrat de fondo!!!
ResponderEliminarEn relación con la recomendación elenística diría que mejor la segunda... recién vista me ha parecido que está ganado con el tiempo. Y el pato Trump y sus comedores de gatos (como si los conejos fueran incomestibles, por cierto) tiene muchísimo que ver...
Bicos ocasianos... y no tienen que ver con la política USA.
Sobre el sol a modo de despedida, el otro día me enteré (no me lo habíá planteado) q a los astronautas tienen 16 atardeceres al día! es chulísimo...
Eliminarhttps://ciencia.nasa.gov/sistema-solar/la-nasa-y-la-importancia-de-dormir-lo-suficiente/
Y no me lo toques, para mí ciertas esquinas del Mediterráneo siguen siendo el mejor mar del mundo mundial... :)
Bicos de plenilunio
di
Qué te dije de Phuong Vu eh? eh? eh?
ResponderEliminarlo de la bahía es que es impresionante... sólo por eso vale la pena el crucero, y los saludos de la tripulación y todo todo todo.
Pero lo de los karst es....... pocas cosas he visto yo así tannn bonitas!
ah, y lo de los kayaks!! jajaja espera que te cuento: allá que vamos nosotros cuatro, dos y dos: de entrada con mi agilidad característica casi hundo el kayak al subirme en él. El pobre tío que estaba allí dándome la mano casi se cae al agua. jajaja me muero. Y después, salimos los cuatro (2+2) maravillados por el entorno, que si rema que te remarás, prácticamente solos, y finalmente, decidimos volver, avistamos el barco y allá que vamos pero, oh! surprise, cuando llegamos resulta que... nos hemos equivocado de barco!! el nuestro está dos karst más para allá. Esos somos nosotros, la familia telerín.
Anyway. Lo del tai chi (ahora no sé si este post o el siguiente que los he leído juntos). Yo hice lo mismo, allá que voy, subo a cubierta y te puedes creer que no había nadie?? y le digo al tío ¿lo del tai chi? y me dice es que no ha venido nadie. Y yo toda ofendida ¿y yo qué soy? pero nada, que me manda a dormir. Muy fuerte.
Qué bonito Vietnam y como me gustan tus posts y qué ganas de volver y qué todo.
Petons,
Anna
Darling meva! Que habrían de hacer Phuong Vus portables es un hecho... todo a todo plan. Y recuérdame q te mande esa foto conmigo de veintitantos frente a un karst en lo de James Bond-creo q llevo un panuelo en la cabeza a modo pirata... todo muy 90s.
EliminarVeía venir lo del kayak... jajaja... los barcos es q son parecidos.... cómo os reconocieron? Yo tb me he mareado en kayaks en la pasado (lago titicaca, habíá viendo y olas), así q esta vez entre el trancazo (que creo q te retransmití en timepo real) y el miedo a marearme de nuevo no lo hice...
Lo del Tai Chi, de qué va la gente? Pero espero q te quedaras en cubierta con esa tranquilidad... yo luego fuí en otro hotel a yoga, ya lo contaré... había bastante gente incluso un indepe! (watch this space)
Gracias y petonssss spr