Sábado, 27.07.24: Hanoi Old Quarter
Abro un ojo y debe ser demasiado pronto: me vuelvo a dormir. Mientras tanto, en el queridodiario del Peda: "subo a desayunar solo a las 0800. Buenas vistas, desayuno bien, bajo a las 0840 a despertarlas y volvemos a subir a las 0900". Ahí tenéis a un hombre que va al corazón de la noticia, no se le podría reprochar enrollarse si tuviera un blog. Yo tengo que añadir que la sala del desayuno, que está en el último piso (por encima de la mezzanine de la piscina) tiene el techo de paneles negros -para mí muy Saigón-años-30- y es muy agradable ver Hanoi a través de esa pared acristalada. Cuando por fin vamos a salir, Mini anuncia problemas intestinales, que retrasan el momento hasta las 1100.
Nada dará mejor idea de lo que es callejear por el barrio antiguo de Hanoi que fotos por sus calles. Es un festival, no hace falta siquiera "saber mirar", característica del que hace fotos que más o menos cuenten una historia, aquí en cada esquina las fotos te encuentran a ti. Algunas de las que más recuerdas son las que no puedes o decides no hacer, las que se te escapa le moment decisif. La de hoy es un camarero con su bandeja con vasos en alto y con la otra mano conduce una moto a todo trapo.
Las motos con todo tipo de cargamento siguen siendo ubicuas. Atención a la monada de casco:
pero también hay muchas bicis. Quiero pensar que algún día harán el viaje de vuelta, y volverán a superar a las motos...
El tráfico sigue yendo por libre aquí... esta camiseta resume la filosofía del lugar: los semáforos están de adorno. Sé que hablé de esto mucho al principio, pero esto sigue ocurriendo por todo el país, aunque mucho más en estas ciudades grandes.
Hay vendedores ambulantes con el sistema quang ganh también por todo Vietnam; en Hanoi diría que más que en ningún sitio.
Humor en esta tienda de vapes. "Vapear es malo. Deberías dejarlo. Pero si no puedes, compra tus vapes -o cómo se llama eso?- aquí"
Una calle casi sin gente!:
Particular debilidad por los puestos de fruta y verdura, no sé seleccionar, os lo quiero enseñar todo:
Nos sentamos al salir en un café abierto a la calle. Hanoi es la "capital asiática de la cultura de los cafés" y se refiere tanto a la calidad (Vietnam es el segundo productor mundial de café, tras Brasil) como a los locales que están absolutamente por todos los sitios. Casi siempre abiertos a la calle, con los pequeños taburetes de los que ya hablamos en Saigón los más básicos o con sillas (también bajas) otros, están siempre con gente y dan muchas variedades. El más famoso es el "Egg coffee": mañana habrá fotos de esto y de otros locales. Me encanta esto porque, aunque (atención, paradoja) no me gusta el café, me gusta todo lo que se hace en estos establecimientos: hablar con tus amigos, leer tu libro, escribir tu blog, o ver la vida pasar (para luego, jaja, escribir tu blog). La paradoja del café se extiende porque aunque no me bebería un café solo, sí que me gustan los freddos o los frappes y aquí no sé qué pido, pero está bueno (tal vez sea un smoothie, no recuerdo).
Mini estaba muy interesada en ir a "la calle del tren", porque dan mucho la matraca con ella en Tiktok e Instagram. Si no tienes esos dos agujeros succionadores de tiempo (yo dejé de mirar IG por eso) igual lo has visto en un documental y si no, te lo voy a enseñar en fotos. Se trata de una calle estrechísima por la que justo pasa un tren- y aquí "justo" significa "ajustadamente". Parece ser que si vas a la zona Ba Dinh desde Hanoi Central tienes que cruzar las vías del tren y hay unas calles en las que pasa muy pegado a las casas. Los turistas decubrieron "lo divertido del tema" y de ahí que las casas se convirtieran en una hilera de cafés. Antes de llegar debe ser la calle de las funerarias (no sé si establecer una conexión) y, atención lo que les ponen encima aquí a los coches fúnebres. Iba a intentar encontrar una comparación, tipo "más bien parece de... " pero no la encuentro.
Y también pasamos por un café de fans del blog. Divagantes, sois increíbles, gracias.
Cuando vamos a entrar a la calle unos tipos nos dicen que no se puede pasar, que la policía no deja entrar a menos que vayas a un bar, y mirá tú, es el suyo. Es la 1 y que hay un tren que pasa a las 2, nos dicen. No hacemos caso y vamos por otro lado donde se entra sin problema.
Atención a este horror: no sé si es una casa particular, está al lado de uno de los cafés. Sé que el Tío Ho es una institución aquí pero no me gusta esta cultura del Amado Líder, ni las banderas [ninguna bandera me pone de pie!!] A mí este lugar me suena como a sala de espera para los de la funeraria de la otra calle.
Como se puede ver, está todo bastante gentrificado, aunque el sitio mantiene su encanto. El Peda: "Sitio chulo preparado para sacar pasta a los turistas". Incluyo algunos carteles que fotografié en distintos cafés:
La microbiota mala de Mini sigue de rave, así que hemos de entrar a toda prisa en un bar (primer piso) porque necesita un baño con cierta urgencia. Estamos un rato a gusto pero en el menú indica que el siguiente tren es a las 15:20. A las 14:00, lo que decían los malos de fuera, no pasa ningún tren, así que nos vamos: otras fotos que no haré.
De vuelta hacia el hotel, paramos en una tienda de ropa sin clientes y con ocho dependientas: están sin luz (cuando entramos la dan) pero con aire acondicionado a tope (me quedaría a vivir). Vamos pasando por alguna tienda de ropa porque Mini está buscando una camiseta. Pasamos por unos de los cafés que recomiendan en la guía, este es el Loading T Café:
Llegamos al hotel a las 15:30, duermo una minisiesta y enseguida me uno al Peda en la piscina. Baño con vistas y aparecen “the boys”, cuatro tipos de treintaytantos que dieron alguna buena anécdota de risas, pero que se me ha olvidado. Pedimos una cerveza al "Bell Boy" (botones) del hotel que es chico para todo. Cuando vuelve, nuevamente risas con el "lost in translation": queremos preguntarle si las toallas que hay encima de las barandillas están limpias (porque les ha traído unas a the boys) pero no hay manera. Nosotros habíamos usado antes estas de la barandilla y a saber si hay gente que las ha dejado aquí en lugar de la cesta claramente con esa función. Al rato viene con dos toallas limpias: whatever.
Tras leer un rato bajamos y Mini nos cuenta su particular aventura con el "Bell Boy". En un punto suena su puerta y aparece el chico con un plato con fruta: dragon fruit, una especie de cítrico vietnamita y mango. Como se ha olvidado el cuchillo, subre luego con uno y se lo da haciendo un gesto muy gracioso a la vez que sonríe, asiente y camina hacia atrás que no lo puedo describir en su esplendor. Aquí tenéis la soseríá del dragon fruit, pero que tiene muy buena pinta...
A las 1900 salimos a cenar a un sitio que sale en la guía, Bún Bò Nam Bộ Bách Phương, muy concurrido, donde lo típico es comer Bún Bò Nam Bộ, claro. Mini no come mucho, pero cuando salimos quiere volver al hotel porque le duele la tripa otra vez.
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