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01 junio 2010

La extraña primera noche de Judi en el edificio de 1909

Siguiendo con el divague en el que culpábamos de todo a Judi, nos quedamos con mi amiga "controlando" en aquel hospital, y conmigo intentando hacerle los días algo más cortos. Pero las noches... para entender porqué cada noche me la tuvo que contar ella a las mañanas siguientes, hay que conocer ciertas particularidades de los hospitales ingleses, que trataré de resumir hoy. Sin embargo, para comprender lo que en aquellas noches aconteció, tendremos que recurrir a métodos menos convencionales que las diferencias culturales, la razón, o la lógica... 

  El edificio fundado en 1909 por Edward VII 
Quien haya visto "Atonement" (Expiación), la película basada en el libro del mismo tít
ulo de Ian McEwan (recomiendo ambos, es difícil llevar a la pantalla un libro que hable sobre el proceso de la escritura), tal vez pueda hacerse una remota idea de lo que era un hospital británico en la Segunda Guerra Mundial: con sus salas grandes con cortinas separadoras de cada cama (ver los raíles en la foto y detalles abajo), y sus normas: aquí nadie se queda por la noche porque "no tenemos facilities". En líneas generales, y quitando el glamour de los uniformes de las enfermeras, siguen igual. 

 A tenor del susodicho hospital, y aunque esto suponga una ruptura cronológica en la narrativa, pecaré: no puedo resistirme a incluir aquí una conversación que escuchó Judi, días después en la cama de enfrente. La que se acabaría convirtiendo en nuestra heroína, Vera, 96 años, señora encantadora que nos sonreía siempre al menor indicio de contacto visual, sufría una de esas entrevistas para ver si hay signos tempranos de Alhzeimer. Y tres hurras por Vera: 
-Enfermera: ¿En que año estamos, Vera? 
-Vera: 2010 
-E: Muy bien, Vera. ¿Y quién es nuestro Primer Ministro? 
-V: Pues no lo sé, aún no está claro... 
-E: Muy bien Vera, nadie lo sabe (eran esos días de incertidumbre post 6 de mayo). ¿Y dónde estamos? 
-V: En... un edificio 
-E: Bien, Vera, pero ¿en qué clase de edificio? 
-V: Un edificio... grande 
-E: Sí, Vera, muy grande, pero ¿qué tipo de edificio es éste exactamente? 
-V: Emmmmm 
-E: ¿Es un colegio? ¿Es una oficina de correos? 
-V: Emmmmmm... no, es algo... médico.
-E: Muy bien, Vera, un hospital. 

 Bien por Vera la perifrástica: Edward VII puso el primer ladrillo del "edificio grande y médico" en el que nos encontramos, en 1909 y, aunque tiene alas nuevas, tiene otras en las que realmente parece que la enfermera de arriba va a aparecer de un momento a otro a hacerte un "bloodletting" medieval... 

  Las cortinas separadoras o rasssssss a medianoche 
Rasssss es la onomatopeya de una cortina que se corre/descorre, en cualquier sitio. En un hospital inglés, rassssss suele ser malas noticias: el paciente las ha cerrado por algún motivo (dormir, dormir, tal vez soniar?) y alguien las abre con la mayor brusquedad - aunque algunas almas amables dicen "nok nok" (y más onomatopeyas). Y hete aquí que, a eso de la medianoche, cuando Judi está profundamente dormida, esas cortinas se abren cual Teatro Nacional, y una luz le hace un tercer grado. Judi, con dificultad, logra recordar dónde está, quién es y qué hace allí. El siguiente nanosegundo lo pasa identificando a los diez tíos vestidos de celeste (ya no van de verde, ya no es lo que era) alrededor de su cama. Los cirujanos. 

  Los cirujanos, esos seres superiores 
Los cirujanos merecen un capítulo/divague aparte, y no quiero ni exaltarme, ni dedicárselo. Para los no-iniciados, los cirujanos pertenecen a una progenie especial del genérico médicos. Los cirujanos son odiados por los médicos porque "sólo entienden el cuchillo", y ellos, a su vez, desprecian al resto, porque ellos son Dios. 

 La división historica entre médicos y cirujanos está bien documentada. Estos últimos pertenecían al gremio de los barberos en la Edad Media, y tanto afeitaban, como sacaban muelas, como cortaban tripas. Una descripción (patético best seller) se encuentra en "The physician" de Noah Gordon. El caso es que, hasta el día de hoy, los cirujanos no usan el titulo "doctor", sino "mister/mistress/miss". Porque al principio los médicos no los consideraban médicos (dr.), y ahora porque les da cierto aura ir de Míster en un mundo en el que todos, hasta los pobres anatomopatólogos, son doctores. 

Entrevista con el vampiro 
Tras esta anotación al margen, volvamos a la medianoche de Judi, rodeada de cirujanos de distinto nivel (hay que ver todos los múltiples grados de residentes y residentillos que le siguen al cirujano máximo). Máximo debe tener 103 años (tanto tiempo de formación...) y no se ha quitado ni el ridículo gorro de quirófano. Judi piensa, a ver, chato, que si vuelves al quirófano te tendrás que quitar ese pijama, hace mil horas ya no-estéril, por no hablar del gorro, pero qué pintas. Máximo le dispara a Judi a bocajarro: 
-M: ¿Tienes hambre? 
-J: Estooooo (Nota: Judi lleva "Nil by mouth" -sin comer ni beber- desde la mañana, pero repasemos: es medianoche y lleva cuatro horas dormida)... pues ahora... no 
-M: ¿Puedo explorarte la tripa? (los otros escriben como posesos) 
-J: Bien... ouch... ouch... ouch... ouchhh (ay, ay, ayyyyy
-M: Bueno, sigan con los antibióticos intravenosos y ahora mismo una radiografía abdominal 
-J: Gracias (¿¿¿¿ahoraaaa???? ¡¡¡Pero si llevo aquí desde el mediodía!!!) 

  El porteador nigerano de Córdoba 
Las 2 a.m. Judi se ha vuelto a dormir, y cuando la despierta un nuevo rasssss se pregunta si la visita de los de celeste ha sido el prólogo de una pesadilla. El que la requiere ahora es el porteador (di-adaptación de la palabra "porter" que me gusta mucho más que la horrible "celador") para bajarla, en silla de ruedas, a rayos. 

 El funcionamiento del edificio de Edward VII está supeditado a este grupo de personal, tan vital como el de los cirujanos. Los susodichos porteadores están increíblemente solicitados, y siempre toca esperarles. Porque aunque Judi pueda caminar al departamento de radiografía, en el mundo institucional que es el hospital, el paciente ha de ir sobre ruedas (y el grado de inclinación del medio de transporte dependerá de cuánto esté uno echando las tripas). En el caso de Judi: 90 grados, luego no está tan mal. Judi me cuenta que, por primera vez, entiende cómo se sienten los bebés en las sillitas de paseo. El porter gira que es un primor, y la muy finolis casi se marea. Cierra los ojos e intenta seguir la conversación: es nigeriano, vivió quince años en Córdoba, donde aún tiene su familia. Habla castellano perfectamente, con acento andaluz, y es que "como en ehpaña no ze vive en ningú zitio". 

 Las 3 a.m. Judi alucina y piensa que seguro que esto es la parte amable del sueño... pero a la vez ... 

I see the bad moon arising 
I see trouble on the way I
 see earthquakes and lightin' 
I see bad times today...

11 comentarios:

  1. mama mama, no me guta eto! o sea si me guta pero no me guta!
    veo salir el conejo once y me da miedo...miro de reojo el reflejo del blog y veo a ana y margrit estrechandose la mano como una sola, sin sonreirme, sin sonreir. Y oigo un rasss y se ocupa otra parte de la casa y otra mas en cada correr de cortina...y once conejos corren por el hospital porque se quieren ir a hacer carreras al louvre o a alimentaria pero no aqui...
    mama mama no me guta eto! osea si me guta pero no me guta!

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  2. Esta entrega por fascículos me tiene el alma en un vilo. Arfavó de desvelarnos la incógnita!

    El hospital tal y como lo describes es digno de peli de Almodóvar incluido el porteador nigeriano con acento cordobés... Yo pensaría que tenía alucinaciones.

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  3. Esos antiguos hospitales, por lo general con habitaciones multicolectivas,techos altisimos, las enfermeras clasicas inglesas con su escudo profesional colgando como broches, celadores-porters medio dormidos pasando su turno de noche,y si son en version española la presencia de monjas por todas partes, uffff .... que mal rollo me produce la imagen.

    K, ... ufffffffffffff.

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  4. Consuelo's: menudos relatos te saldrían con las aventuras de Judi (a este y al otro lado del espejo). Y lo has clavado: habría preferido las carreras donde fuera. Pero no te preocupes, al final comemos perdices...

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  5. Diva, no sé si Almodóvar o Buñuel... :)

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  6. Bueno K, ya sabes de los excesos del narrador... igual tampoco era tan gótica la situación, sino la reportera la enamorada de esta estética (ah, qué haría Tim Burton con estas crónicas...)

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  7. Tengo un pequeño recuerdo de una estancia en una sala común de un hospital de la Cruz Roja a finales de los sesenta que me trae a la cabeza ciertas cosas.

    Y un edificio anejo en un colegio de curas, donde estudiaba hasta que me expulsaron, que me recordaba mucho a algunos hospitales que se ven en las peliculas de esa época que comentas.

    No son los excesos de los narradores, es mi imaginación que tal vez igualase o superase a la de Tim Burton.

    K, ... a otra cosa ¡

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  8. Pero esto qué es????

    Muy mal muy mal esto de dejarnos cual mal culebrón. Lo mismito que un final de temporada de ER.

    No se vale.

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  9. Kamaleónico k: No, no, no, que cuando yo hablaba de los excesos del narrador me refería a mí!!!! O sea, q igual el sitio no era tan tan tan espeluznante, pero técnicas literarias hiperbólicas y así.

    Por otro lado, me gustas excesivo y expulsado de colegios de curas. Eso es una perla en el CV q ya nos gustaría a muchos...

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  10. Dear Anijol, te prometo q querría haber podido contar esto en un divague, pero uno de mis defectos genéticos es el exceso (véase arriba) de verborrea. Y me dejo muchas cosas en el teclado, pero de una idea me voy a otra y otra y otra... icnluso se me ha acusado de okupar otros blogs! :)

    Pero espero q cuanod hayas vuelto de Londres esté este trámite-judi acabado. Ella me lo agradecerá.

    Espero q estés disfrutando del sol q tenemos hoy aquí...

    hugs

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  11. ¡Ooh, qué buena ambientación! ¡¡Oooh, qué historia tan bien contada!! ¡¡¡OOOOOOOH, Tim Burton en plan folletín!!!

    Cruzo los dedos para que sea un Happy End, Oh My God...

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