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02 junio 2014

"La Teoría de la ventana Rota" (así lo veo yo)

Hace unas semanas terminé el librito de Malcolm Gladwell "The tipping point". Se traduciría más o menos como la gota que colma el vaso, el punto que hace que una torre que estamos construyendo con maderas se caiga, ese empujoncito que hace que todo cambie. Siento decir que el ensayo ha sido traducido al castellano como "La clave del éxito", así que no me extraña que nadie lo haya leído. 

Al principio pasa varios capítulos explicando cómo se crea un "epidemia social" y los tipos humanos que entran en juego (lo intenté explicar con el divague de las barbas) y luego pasa a hablar del poder del contexto. Leer ese capítulo ha sido toda una experiencia para mí, y todo el mundo me entenderá: pasados los 40, tener una pequeña "revelación", encontrarte con algo que te hace tambalear en tu opinión, o que reta tus formulaciones sobre la vida, siempre es emocionante. Esto pasa muchas más veces a los 20, está claro, y no siempre por las razones adecuadas. Ya hemos hablado en el divlog de estos temas, por ejemplo, en los libros que más "nos han influido", y mis múltiples divagues del primer año de divlog que le dediqué a Marvin Harris.

Bien. Entrando en harina, se recordarán tambien divagues en los que he hablado, por ejemplo, de mi admiración por el grafitero Banksy. Habrá algunos en los que habré expuesto, con mayor argumentación lo que resume Eskorbuto con su "Mucha policía, poca diversión, un error, un error". Y suma y sigue. Las soluciones que plantea Gladwel, siempre me han parecido "poner parches, poner vendas, poner tiritas". Pero la herida esta pudriéndose por debajo.

Sin embargo, Gladwell hace algo que a mí me puede: da datos. Se ha estudiado y es claro que la delincuencia disminuye cuando se "limpia" el metro. El contexto inmediato (y diferencio aquí del "contexto amplio" en el que uno ha nacido) influye: gente que no soñaría en robar en un supermercado ve pelis piratas. Y suma y sigue. 

Me gusta lo que dice de "los cambios pequeños" para este "contexto inmediato". Hasta estas teorías solo se pensaba (yo pensaba) en los "Grandes cambios", con mayúsculas. En una palabra, había que hacer la Revolución. 

Pero, podemos permitirnos quedarnos en el árbol del contexto inmediato y no ver el bosque? Bien, vale, jugamos: podemos hacer pequeños cambios, pero yo añado, sin dejar de mirar el horizonte. Los chicos delincuentes de Nueva York eran y son producto de la injusticia social. De eso no hay ninguna duda: poniendo más policía parece que dejan de asaltar a gente en el metro, pero supongo que, como alternativa, no acabarán en Harvard (bueno, sí, uno de entre miles, del que Hollywood hara una peli... el sueño americano). Probablemente pongan hamburguesas en alguna cadena que, para nosotros como pasajeros del metro está mejor, pero como seres pensantes nos debería hacer caer en la cuenta del horror de ciertos grupos aprisionados en la rueda de servir, de ser instrumentos de otros por generaciones. Eso es lo que hicieron sus padres y lo que harán sus hijos. A mí me duele.

Luego está la genética. No es progre, no vende... alguien como yo debería poner todo el peso en el párrafo de arriba (y le pongo mucho, pero no todo). Pero el mundo es maldito hasta en esto: traemos cosas de serie que nos hacen más fuertes y otras que nos debilitan. Hemos hablado muchas veces aquí de la psicopatía, por ejemplo. Algunos de los problemas de serie se pueden cambiar, paliar, ayudar. Ahí entra la salud y los servicios sociales. Intentar olvidar eso ponendo más policía, cerrajeros y carpinteros de ventanas no es la solución.

Pero es una. Es un comienzo. Tal vez deberíamos hacer las dos. Ayer leía un artículo de un chico que estaba estudiando medicina en Kings College, aquí en Londinium. Es el primero de su familia en estudiar una carrera, y solo ha podido acceder por un programa llamado "Extended Medical Degree Programme", por el que, con donaciones de antiguos alumnos de Kings, pagan la carrera a chicos como él, que no hubieran podido hacerlo. Además, el programa conlleva que estos estudiantes que vienen de "colegios no selectivos" (o sea, que no había que entrar tras un examen) y nunca hubieran pasado la entrevista de ingreso, puedan pasar un año extra en las dos primeras fases de la carrera. Yo, que siempre he pensado que estos programas son vitales para incluir a chicos y chicas de clases desfavorecidas (es escándaloso en el UK la sociodemografía de la universidad), pensaba que debía salir todo de nuestros impuestos, y que "dando limosna" para causas como las de este chico no hacíamos más que poner tiritas. Mi opción ideal sigue siendo más impuestos y menos limosnas, pero, mientras esperamos a los "Grandes cambios", el hecho de que puedes verdaderamente cambiar la vida de una persona con tu donación es real. Nos desvía eso de seguir luchando por "El Gran Cambio"?

Y antes de terminar, una nota sobre las diferentes personas que podemos ser según el contexto. Me ha gustado en los comentarios que vari@s, como yo, "no responden" de cómo pueden actuar llevad@s a un límite. Pero sí que creo que hay personas de integridad máxima que siempre serán ejemplares. Y gente que, teniendo mucho, seguirán explotando a otros, o haciendo el trabajo más idílico, aún se dedicarán a fastidiar al que puedan, o lo que sea.  Son los dos polos de un espectro: entre medio estamos los demás, los pequeños seres de a pie que casi nunca levantamos la voz pero que le podemos gritar de todo a un imbécil con 4x4 que se nos cuela en el carril desde el volante de nuestro mini cooper. :)

12 comentarios:

  1. Me gusta. No opino ahora salvo decir que son muchas cosas, hablar de temas sociales es lo que tiene, hay tantos puntos de vista. Ya lo masticaré más tarde, sé que alguna cosa que dices me harán bola. Solo que me parece que falta alguien en la foto, ¿que hay del niño bien que se junta con otros y le da una paliza a un mendigo que duerme en el parque?.

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  2. ¿En España se titula "La clave del éxito? Si lo llego a ver en una librería me compro tres ejemplares. ¡Traductores perros! Aunque en esta ocasión creo que el pecado es del Editor.

    El post anterior nos tenía pillados a varios, porque el asunto parecía tratar de toda la delincuencia y toda la violencia y desorden. Cabían todos los puntos de vista, era poliédrico, así que todos los comentarios, desde el último de Marisa a los anteriores, eran dispares y todos tenían sentido.

    Tu explicación reduce el ámbito del alcance y lo hace más comprensivo. Creo que el desorden físico produce desorden mental, y viceversa, luego la propuesta es muy válida. Más todavía, es absolutamente necesaria y los que queremos que las cosas cambien debemos apostar por ella. En este aspecto, para ti ha sido una revelación, con tus cuarenta añitos, pero para mí es algo que viene de lejos y practico. Por eso estuve unos años en un grupo vecinal, en el que nos preocupábamos de esas cosas y conseguimos un barrio-pueblo más digno y cuidado.

    Lo que sucede, y por lo que abandoné el grupo, es que para mí, claramente, es una incógnita cuya solución es: cuidar de lo pequeño, del entorno Y revolución. Siendo necesario el cuidado, es insuficiente. Por egoísmo sano. Aunque el barrio esté bien cuidado, desde hace dos años ha aumentado el número de gente que te pide unas monedas, y de gente que busca comida en los contenedores: eso encoge el alma y no se soluciona con que los cuidados del barrio sean aceptables. Además, si mi barrio no estuviera en el centro, sino en la periferia lejana, dudo mucho de que con nuestras acciones hubiéramos conseguido los objetivos.

    Como hablasteis de Candeal, os cuento una anécdota.

    Mi en aquel entonces cachorrito se fue con un amigo a Brasil. El objetivo era disfrutar de Río y después pasar 8 días en la selva, con mochila y saco de dormir, con un guía "fulero" (indios que no son guías oficiales y están en los pueblos limítrofes, llevándote por la selva por un precio bajo y sin soporte de ayuda).

    El primer día, en la playa, se hicieron amigos de un mochilero de Donosti y de dos hermanas españolas. Decidieron buscar alojamiento en Candeal. Fueron allí, se encontraron con Trueba, que les invitó a comer y les presentó a todos los que hacían algo en Candeal. Encontraron una especie de pensión y se quedaron 4 o 5 días. Pero resultó que Candeal era solo dos calles "salvadas", estaba arriba de la favela y estaba rodeada, como si fuera una balsita de salvación por un mar de violencia y dejadez. O sea, por la noche bajaban a la ciudad y volver a subir, como ningún taxista aceptaba llevarlos allí, se convirtió en una misión algo chunga.

    Resumiendo: si lo que se hace bien, y Candeal es de puta madre, no se convierte en una acción expansiva, sino que queda como una bolsa aislada, es bueno para unos cuantos. ¡Y hay que promoverlo. Pero para que la pobreza amplia desaparezca, hay que promover, conjuntamente, un cambio de los esquemas políticos, sociales y económicos.

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  3. Mini, tienes seis, el rey de Sp ha abdicado.

    Yo estoy feliz de que se vaya. Y dejo mi opinión personal sobre este asunto en este punto.

    Sobre el post. Mi punto de vista favorito es el de que tiene los cristales rotos, me pongo en esos zapatos. Hace mucho que pienso que la sociedad no ayuda a criar niños. Porque cada vez tenemos menos cohesión, lo dije en el post anterior, y porque el retrato que nos devuelven los medios de comunicación es una caricatura grotesca y malévola de nosotros mismos. Tenemos que hacer mucho por recuperar la mejor parte de nosotros.
    En el punto de vista del que ve los cristales rotos, o reparados. Pues hay tantos flancos. Insisto, no veo ni a los gitanos que se dedican a ocupar pisos de forma organizada, ni a los hijos de papá revientamendigos en esta foto. Y son parte de nuestra sociedad. Ellos ven los cristales rotos. No sólo los que no han tenido oportunidades, o han perdido todo después de haberlo tenido. Por lo demás de acuerdo contigo.

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  4. Así q nadie lo ha leído.Ingrata mas q ingrata. Sniffffff como me tienes de olvidado. Luego me leo el post y comento en largo. Yo pensaba mas en el punto de inflexión, de cuando lo relacional se convierte en viral.

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  5. Todo es genética y condicionante social, el resto suerte. Ni siquiera un poquico a la voluntad individual.
    Llegó tarde al post anterior, pero el concepto de cliente apóstol y amigo hub q ahora esta muy de moda en el marketing también sirve.
    Curioso Gladwell, cuatro conceptos veinte ejemplos, mucho punsetismo en sus explicaciones, pero consigue q les demos vuelta mucho tiempo a lo q dice a mi este me gusto aunque la mi gusto demasiado envoltorio. ¿te has leído inteligencia intuitiva?
    Muxus

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    1. Nos hemos cruzado. No todo es genética.. es más,q uerido, esta bastante bien establecido lo q se hereda y no, y con %. Pero es indudable q juega un papel, nos guste o no. "La voluntad individual" os gusta mucho a los tuyos, pero por mucha q tengas en la periferia de candeal, vas dado. Por qué las mujeres/negros//andaluces no llegan más arriba? les falta ambición!Les falta voluntad individual(ista).

      muxu tb para ti...

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  6. Hola panda.. no me he podido resistir a colgar la bandera hoy, pero aquí estoy comentando.

    IRE-Sobre el niño bien malvado, qué quieres q te diga: aquí sí q no es "rebelde pq el mundo le hizo así", con lo cual nos quedamos, simplificando, con lo q "viene de serie".

    NaN- q el otro divague pareciera cualquier cosa está bien... esto solo es mi visión, es como un comentario más q por razones de espacio he publicado aquí. El capítulo parte del ejemplo d ela delincuencia juvenil pero ya comento q habla luego de la honestidad, y otras cosas (y se puede extender, como se ha dicho, a cualquier delincuencia... en un ambiente de corrupción es más fácil q la gente se corrompa.. luego ahí sí q está claro q actuar sobre "las pequeñas cosas" es vital). Pero para mí ha sido una "revelación" q haya q quitar el graffiti (con lo q me gustan algunos ejemplos), por ejemplo, como un primer paso. Que haya q poner más policía, cuando spr he creído q son los orwellianos perros del poder. Pero vemos q estamos de acuerdo y me ha gustado el ejemplo de candeal.

    Porque hay dos maneras de cambiar el mundo: una es esa, pasito a pasito y otra, q vaya todo peor para tocar fondo, y tomar impulso. Como es el caso de la noticia del día q menciona IRE, la abdicación del Borbón... evidentemente, la masa de gente q esta pidiendo la Repúblia es todo positivo, pero yo lo q me pregunto es, y si eso no va para adelante, quién de los dos, Juancar o su hijo, será el más efectivo en terminar con esa institución? Pues eso: q se quede juancar, cuanot peor, mejor. Es como lo del papa.. joer, los ateos preferíamos al de lso zapatitos rojos. Este nuevo parece una buena persona! A ver cuándo empieza a dar el OK a los condones en Africa, al aborto y esas cosas, q ya tarda.

    TXELOS! Pero tú lo has leído pq eres una clara expresión de la Inteligentzia Vetustiana!!! Pero la mayoría no!!! Y sin embargo aquí ha sido "INternatioanl bestseller"! Tiene q ser el título...:)

    muxus

    di





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  7. Estáis comentando cosas muy interesantes, pero dos ideas sobre todo me hacen darle vueltas al tema. Lo que dice Nan de que el desorden físico produce desorden mental y lo que comenta Ire de que en esta sociedad es difícil criar niños. Mezclando todo como en una batidora, tengo la sensación de que son cosas más internas, más del sistema familiar las que llevan a las personas a conductas más o menos fuera de las normas.

    El desorden físico (que puede ser caos ambiental, pero también desórdenes emocionales, horarios, alimentarios, escolares) es para mí la causa de las inadaptaciones socilaes. Si a esto le añadimos que en los ambientes en que el desbarajuste es habitual, el apego y el cariño suelen ser escasos, tenemos la tormenta perfecta. Y todo esto con independencia de la capacidad económica de la familia en cuestión. Los niños de papá criados por niñeras, sin referentes serios y profundos son carne de cañón igualmente, como dice C.S. con estética pero sin ética.

    Luego está lo que la genética nos haya regalado, un añadido más al pastel que por supuesto tiene su relevancia.

    Pero al final, hay una parte personal, de aceptación o rechazo consciente del mundo en el que nos ha tocado vivir y de la misma manera que no todos los chavales criados en ambientes difíciles acaban delinquiendo, no todos los que tenemos una vida en orden estamos libres de pecado. Confiamos en que puestos en el disparadero, tomaremos decisiones correctas, pero por si acaso mejor no llegar a tener que tomar la decisión. A lo mejor resulta que como dice Màrai algunos buenos hombres sólo son cobardes que no se atreven a ser malos.


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  8. Sobre las opciones que tenemos para lograr cambios, es verdad que como dice Di, la posibilidad del cuanto peor mejor, es una. Sin embargo, tengo sobre ella muchas dudas. Cuándo hemos estado peor, por ejemplo en cuanto a desempleo? Y cuándo ha habido menos respuesta social? Y hay elecciones y gana el Pp.
    Yo confío en los cambios pequeños, creo que los cambios traumáticos son difíciles de gestionar después. El trabajo día a día de mucha gente para que se vean otras formas de hacer las cosas termina por dar sus frutos. Y lo digo por ejemplo, con la agricultura ecológica; en la zona donde yo vivo, cada día se consume más, se buscan más los productos más cercanos, los que dejan menos huella (menos transporte, menos envases...). y eso no es una cambio desde arriba o a lo grande, sino un goteo que termina por hacer un charco.

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  9. Di, no sé con qué te quedarás tú, pero lo del niño bien que es malvado de nacimiento por ser un violento yo no lo digo, y no me parece nada justo, si estamos dispuestos a intentar comprender qué le pasa al gitano que ocupa pisos y los realquila, lo mismo tenemos que hacer con el que le da una patada al mendigo. -ojo, comprender qué pasa no quita que como poco los dos a la cárcel, el gitano y el niñato-. O jugamos todos, o se cierra el kiosko.

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  10. En ese libro se cita un estudio que hicieron con seminaristas a los que se les dijo que tenían que dar una charla sobre la ¿parábola? del buen samaritano. La tenían que preparar con tiempo y luego les hacían ir al edifico de al lado, cinco minutos andando, para dar la charla. Cada uno iba por su cuenta, solo. En el momento de mandarles al otro edificio a unos les dijeron que tenían tiempo suficeinte y a otros que iban tarde. Por el camino les pusieron una persona en el suelo, que necesitaba ayuda. Pues bien, de los del grupo que iban con prisa casi nadie se paró a ayudarle (y eso que iban a dar una charla sobre el buen samaritano!) y de los del grupo que tenía tiempo suficiente se pararon muchos más.

    Algo tan trivial como el tiempo, que es puro contexto superficial, afecta al comportamiento hasta ese punto. Oh dear.

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