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05 septiembre 2025

Bajar a BunkArt1, uno de los 170 mil búnkeres de Albania [Balk 16]

Sábado, 26.07.25: Tirana
Ayer terminaba el divague con "Y en Radio Tirana transmiten música balcánica" (verso de "Yo quiero verte danzar" de Battiato, como no se le habrá escapado al divagante de cierta edad) y hoy lo voy a empezar con esta emisora mítica. Siempre me ha gustado mucho la radio, y estas emisoras antiguas, con su parafernalia, interferencias, retransmitiendo en sepia, y teniendo al otro lado a familias enteras alrededor del receptor escuchando, a veces con el corazón encogido, me encantan.  Recordemos "Radio Euzkadi" (que retransmitía desde la selva venezolana) o "la pirenaica" ("Aquí, Radio España Independiente, estación pirenaica, la única radio sin censura de Franco"). 

Pues bien, Radio Tirana comenzó  en 1938 con el Rey Zog (quien no haya leído la breve historia del país, aquí). Durante la invasión italiana  (1939) se utilizó para llamar al pueblo a tomar las armas y durante la alemana (1943), la radio fue dirigida por nazis, pero un año después, los partisanos tomaron el control. Durante ese tiempo, se volvió muy popular (canciones partisanas, música folclórica interpretada en el estudio, etc). Cuando llegaron los comunistas, pese a sus políticas aislacionistas, Radio Tirana fue importante durante la Guerra Fría. Durante la alianza con China (1960-1970), como este país, Radio Tirana fue antioccidental y antisoviética pero sin perder su tono socialista. Tras la ruptura con China, se mantuvo marxista-leninista. En 1987, se emitía en 20 idiomas extranjeros, principalmente propaganda política. Durante los últimos meses de la era socialista, la programación claramente política se redujo drásticamente y se abandonó la práctica de reproducir «La Internacional» al final de cada emisión. No puedo explicar cuánto me hubiera gustado, en mis noches adolescentes escuchando "Polvo de estrellas" en la cama, haber sintonizado el dial de una radio extranjera y haberme encontrado con el "Arriba, parias de la tierra".


Pero ya no soy una adolescente en Vetusta compartiendo habitación con una niña nueve años menor, sino una chica que se despierta en Tirana en su penúltimo día de vacaciones. Desayunamos en el hotel y cogemos un taxi al teleférico que sube al Monte Dajtit. El taxista nos cuenta que es ingeniero, tiene varios pisos, uno de ellos en Saranda, cómo no hemos ido a Saranda, si es lo mejor! El Monte Daljit está a unos 20 kms al noreste de Tirana y a 1613 m sobre el nivel del mar (pero el calor arriba es igualmente insoportable). Escribo esto un día después del terrible accidente del funicular de Lisboa y recuerdo que, aunque no me planteé ninguna catástrofe antes de subir, una vez en la cabina sentía que me tenía que concentrar para que no se cayera, a la vez que me tranquilizaba pensando que era "de construcción austriaca". Compartimos cabina con unos franceses que, como diría Doña Concha, "son unos guarros", o bien han dejado el olor de los anteriores, pero fue severo. Sube despacito, el Dajti Ekspres, al principio sobrevuelas barrios pobres, luego ya estás sobre bosques. Son unos 15 minutos  de subida bastante empinada y €15 por persona (el Peda anota que animales y discapacitados €8: quedamos a bolos). 



Dicen que en invierno arriba suele haber nieve, pero los 39 grados de hoy no desalientan a  Mini, que sugiere que juguemos al mini-golf (que tiene un hoyo que parece un búnker de la época de Hoxha): ni con esas, a esa temperatura, nos negamos. Aparte de los miradores, hay un restaurante, parque infantil y otras irrelevancias, así que cogemos el teleférico de vuelta - esta vez,  menos mal, los tres solos.


A 10’ tirando para abajo está el BunkArt'1, un bunker que se hizo construir Enver Hoxha en su paranoia y que ahora han rehabilitado como museo sobre la historia reciente de Albania (75-100 años) y lugar de exposiciones. Es enorme, con cinco niveles hacia abajo y más de cien habitaciones. Ya te avisan que lleves una rebequita, porque abajo se pone en 14 grados.  


Lo de arriba es la entrada, desde la calle cruzas ese túnel excavado en la roca, llegas a donde se compran los tickets, y luego has de subir un poco - que luego irás bajando por dentro, porque se sale por abajo. 

Bunk’Art 1  fue el mayor de los búnkeres de Hoxha, donde pensaba protegerse de un ataque nuclear, junto con su familia y el círculo íntimo del partido.  Fue descubierto tras la caída del régimen en 1991: me imagino la cara de los que se encontraron eso ahí, porque es verdaderamente una locura de lugar.  Durante toda la visita me pregunto: si hubiera un ataque nuclear, ¿querría meterme aquí, en este laberinto subterráneo tétrico por demás, para retrasar la muerte unos meses? Porque, ¿cómo iban a subsistir aquí a largo plazo? Y lo más importante: ¿qué sentido tiene seguir viviendo así? Esta visita me ha recordado vagamente al refugio antiaéreo que hay cerca de mi casa, al que iba a dormir la gente durante el Blitz: ya me impactó en su día, organizaban bailes y demás, pero por lo menos era algo temporal. Pero, esto?


Vale la pena no solo por experimentar esa opresión, y casi sentir cómo la paranoia, el egoísmo, y el sentimiento de "porque yo lo valgo" se escurre por los hombros sino también, desde el punto de vista frívolo, porque gran parte de los muebles y accesorios son una maravilla, sobre todo si te gusta esa estética. Por ejemplo, cuando buscaba un sillón para el salón de mi casa, quería encontrar exactamente esto (?quién me iba a decir que lo tenían  en búnkers albaneses?):



La imagen de arriba ilustra la oscuridad, la deprimencia, por eso me pregunto, quién querría reunirse en ese salón a pasar un buen rato en familia o entre amigos?  Y la cama... como veis, está para entrar a vivir. 

Atención a la cocina (sin-isla, que esto es reciente - auque oigo que se está pasando de moda):

La tienda...

También hacían deporte, algo muy comunista (me pregunto cómo ventilaban...)

... y el cole: como digo, es demencial.

El despacho con/del amado líder Enver Hoxha (abajo en primer plano):


Parece un pachón inofensivo, eh. También incluyo a Tito porque siempre me da risa recordar lo que cuenta mi suegra: el Peda, con 8 años, "siguió muy de cerca en la prensa la agonía de Tito". 

Lo de los teléfonos, para morir, a cual más cool. El primero es literalmente el de mi infancia (ese y un góndola supletorio verde claro: ¿por qué los tiraríamos?)



Otros accesorios que necesito ya en mi vida:



También hay exposiciones artísticas con más o menos pedrada, por ejemplo:


Hay hasta un cine. El olor a cerrado y humedad de todo es el que podéis imaginar. 


Un poco de propaganda. Anotar que hay en todo mucha información, largos textos que acompañan a las fotos.








"Tirana utópica" es un corto experimental, creado por un equipo de la Universidad EPOKA. Dicen que "explora el impacto de los ideales utópicos dentro del contexto urbano de Tirana, examinando su contexto histórico y social con tantos cambios políticos y una sensación de inestabilidad dinámica, para cuestionar lo que significa "utopía" en ese escenario específico". Cuando lo vi no sabía esto, y simplemente me gustó: era un ejercicio de jugar con la arquitectura de la ciudad, retorcer rascacielos, hacer que las columnas de la ópera cayeran como un dominó, sacar los balcones como si fueran cajones de una cómoda... todo con una sensación muy ochentera. No lo he encontrado en youtube, solo aquí. 


En un punto hay una frase de Juhani Pallasmaa, un arquitecto famoso que escribió un libro titulado: "Los ojos de la piel: arquitectura y los sentidos", y dice cosas como "la manilla de la puerta es el apretón de manos del edificio" o "La ciudad y mi cuerpo se complementan y definen mutuamente. Habito en la ciudad y la ciudad habita en mí".

Salir del frigorífico al horno nos recuerda que nos merecemos un frappé ahí mismo. Hay un autobus, nos dicen, que si sales a la puerta y levantas la mano, para. Y así es, 40 lekës cada uno, con cobrador independiente del conductor y qué chulos los tickets. Nos deja en Skanderbeg, y vamos caminando al hotel con parada para helado y slushy ("todo química" que diría mi suegra, y también yo, porque me estoy convirtiendo en ella). Me tranquiliza mucho que sea halal:



En el hotel solo hay dos cosas que hacer: mirar tu teléfono en la oscuridad o subir a la piscina a leer. Adivinen quien hace qué. Hoy hay poca gente y aunque la pisci es mediocre, muy bien. La noche consiste en buscar un restaurante y aceptar que mañana se acaban las vacaciones y volamos a Londinium. Vamos a necesitar toda la serotonina del mundo para poder levantar eso...


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