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16 noviembre 2015

"Tenemos que hablar de Kevin", el libro.

Terminé este libro que no tenía ninguna gana de leer el 27 de Septiembre: va para dos meses.  Había visto la peli (divague aquí), y no quería leer la novela porque en mi mente estaba catalogado como "un bestseller más" (ha vendido un millón de ejemplares). Pero hace unos meses una amiga, con la que compartimos la fascinacion por entender la sicopatía,  me lo regaló. Decidí empezarlo porque soy de las que dejan los libros sin problemas: le doy diez páginas y si eso lo dejo. Bien.

 Imposible: el libro te engancha por el cuello y no te suelta.  Cuando por fin sales, con moraduras, de su lectura, te quedas como tirada en una playa tras un naufragio y durante unos días, en estado de shock. Tanto es así que me pongo hoy, semanas después, cuando se me ha olvidado todo, a divagarlo. No podía antes.

Sobre Lionel Shriver, la autora, corren todo tipo de leyendas. A mí me ha dado al impresión de ser una tía muy lista. Sabéis esa sensación cuando estáis leyendo un libro que os gusta mucho, y todo bien, y encantados. Y ya. Y aquella otra de cuando estáis leyendo un libro en el que claramente las observaciones del autor están a otro nivel? Pues esa es Shriver: afilada, inmisericorde, analítica, sin piedad. Eso en cuanto a fondo; formalmente, para empezar hacía mucho tiempo que no necesitaba buscar tantas palabras en el diccionario: es muy raro que no las saque por contexto. Su variedad de vocabulario es bestial (lo cual no se apreciará tanto en la traduccion, recomiendo leerlo en inglés, pero con Mr Collins).

Cuando se lo pasé a mi compa de piso tenía mis dudas sobre si le llegaría, porque uno de los grandes temas es la maternidad. Bueno, sí, es el debate "nature-nurture", se nace o se hace uno malo?  pero lo interesante del libro es que Kevin, el niño que nos ocupa, tal vez tenga el 666 tatuado bajo el pelo, pero además tiene una madre que algunos calificarán como "persona non-grata" para esto de la maternidad.

Y el principio del libro es, en realidad, una reflexión acerca de ella misma y sus dudas sobre convertirse en madre. Una ambivalencia que es descrita por Shriver de una manera increíblemente dura y autocrítica: Eva, la madre, no es un personaje creado para que nos guste, la queramos, la admiremos... tal vez al final la compadezcamos, pero eso dependerá de la digestión que cada uno haga del libro, que seguro hay mil.

Personalmente, Eva me gusta. Un problema de haber visto la peli antes es que es imposible no quitarse de la cambeza a la inmensa Tilda Swinton, que es una figura con un físico tan potente, tan buena actriz y con semejante personalidad, que tiñe la lectura. Para mí Eva es Tilda, y no hay más. A mi compa de piso Tilda "le da miedo" desde "The beach" (Danny Doyle), donde hace de lideresa de una secta de hippies, y apuesto que a muchos tíos Tilda les acojona. Y a muchos Eva les disgustará: sería interesante encontrar a más lectores, porque supongo que la relación con la narradora en primera persona de la novela (Eva) influye en la montaña rusa que es esta lectura. Para mí, Eva es una mujer interesante, con la que me iría a tomar algo y hablar. Ha viajado mucho y en un punto, cuando ya está medio aburrida de esa vida, decide que tener un hijo sea tal vez "el país que le queda por visitar". Narcisista, sí, pero me gusta la valentía de admitir esto: poca gente se da cuenta de que se tienen hijos por egoísmo, por uno mismo. Nunca he entendido a estos padres antiguos que decían "todo lo que he hecho por ti". En serio? Tenemos los hijos por nosotros mismos (mil subrazones) y el que lo niegue se engaña. Bueno, luego hay otros que los tienen porque la cuñada ya va por el segundo, y otros porque tres indica un cierto status socioeconómico, y si pueden ser cuatro, mejor.

Así que la primera parte del libro es "encantada de haberte conocido, Eva" y el frecuente "qué haces con Franklin, ese marido?". Son una de esas parejas que no pegan ni con cola, y el actor que lo interpreta, el bonachón Tom O'Reilly, tampoco ha ayudado a mi contrucción del personaje.  Mi análisis es que Eva acaba con tal pánfilo porque representa unos valores de seguridad que ella, en el fondo, quiere. Republicano, americano de los de barbacoa y gorra visera, confiado de los de "tor'mundo e'gueno". Ese tipo.

Luego nace Kevin y su primera infancia es interesante y hará las delicias de los sicólogos o siquiatras, o de las madres y padres que pensaban que su retoño era un histérico, o un palizas. Porque Kevin es otra cosa. Y aunque desde el principio del libro se sabe qué es lo que hace Kevin al final, no desvelaré los pequeños detalles de su desarrollo y crecimiento porque es parte de la conversación que uno tiene consigo mismo durante la lectura. 

En este punto comienza esta conversación: ya sabemos que la madre no es el modelo de abnegación que deberíamos ser todas (lo último: la sociedad española de pediatría dice que es mejor para la salud del bebé que no vayan a la guardería hasta los dos años, para evitar infecciones -como si muchas familias españolas se lo pudieran permitir-, encantador), pero además, empezamos a recopilar datos sobre si este niño ha nacido así o es producto de la ambivalencia de Eva. Esto es lo genial del libro: habría sido fácil describir a una de esas madres estrellas que han tenido al pequeño Damien, o una madre-congelador con un niño de temperamento amable. Pero no: en el caldero se cocina algo más complejo y será el lector el que ponga el nombre "al asesino" en este thriller.

Porque al final se convierte un poco en thriller y, aunque no pierde el interés en ningún momento, a mí me interesa más estar dentro de la cabeza de Eva al principio de la novela que leer los comportamientos de Kevin. Porque, evidentemente, no podemos nunca acceder a la mente de Kevin, todo esta visto a través de los ojos de su madre, que escribe, dos años después, sus recuerdos: el típico caso de narrador del que no se puede confiar. 

Y no se puede confiar evidentemente porque la objetividad no existe, y menos en la madre de un asesino múltiple de instituto (si alguien no lo sabía, no es un spoiler, se conoce desde el principio de la novela, cuando Eva visita a Kevin a la institución de menores donde está cumpliendo condena... por cierto, geniales sus observaciones del resto de las madres de delincuentes más "comunes" en la sala de espera, todas ellas negras o hispanas, con una tristeza secular en la mirada), que reflexiona sobre ella misma en los últimos 20 años. Pero además, porque su marido niega sistemáticamente todas sus interpretaciones sobre los comportamientos de Kevin. Para él, Kevin nunca es responsable, siempre ha sido su amigo, o mala suerte, o lo que sea. "No hay una batalla más condenada al fracaso que la que se tiene con lo imaginario".

Esto no le hace de todas maneras tener una mejor relación con Kevin. Perdón, de cara a la galería tiene una gran relación con Kevin, algo que su madre querría y no consigue porque son como agua y aceite. Eva tiene que observar a los dos riendo y pasandolo genial con videojuegos o viendo una peli, y luego irse a cenar con Kevin y no conseguir una conversación amable en toda la noche. Ella está excluída de ese universo y una puede solo imaginarse lo doloroso que eso es, y las dudas inmensas sobre si de verdad todo eso lo estás fabricando en tu cabeza. Más tarde Eva tiene a la niña y ahí se da cuenta que es posible para ella tener apego con un bebé, y todo es fácil y... normal. Las relaciones entre los cuatro,  como si fueran figuras en un tablón de ajedrez son apasionantes. Y qué pasó con aquella relacion ideal, padre-hijo, de cara a la galería? En el pequeño momento que tenemos medio acceso a la mente de Kevin, en una de esas últimas visitas al centro de menores, queda claro que despreciaba al bobo de su padre y que es a su madre a la que respetaba y respeta. A Eva le ha salido a medio cuenta serle fiel a ella misma.  "Por qué no me mataste?" le pregunta Eva. "Toda escenificación necesita un público", le contesta. 

Todavía me pregunto cual es el público de este libro. Es una escenificación en caída libre de conceptos como culpa, duda, miedo, vínculo, frialdad, Amércia, mentira, humillación, amor, arrogancia, egoísmo, odio, envidia.  Para los que nos gusta el puenting literario: somos su público. 

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Otras entradas sobre psicopatía o donde aparecen psicópatas:

"Lo que no amé de "Lo que amé" de Siri Hustvedt"

"La neurociencia transformará la ley"

 "Zero Degress of Empathy" (Cero grados de empatía), de Simon Baron-Cohe"

 "Philomena", a mi pesar: Grados de maldad

 Folletín decimonónico por entregas-II: Magistral o Mesía

Más malos que la quina. Versión Di.

20 comentarios:

  1. El contexto lo condiciona todo.
    En mi caso, que para muchas cosas vivo en una burbuja, me enteré tarde de que existía este libro y esta película. Quiero decir con ello que no tenía ni idea de qué iba el asunto, no sabía nada.
    Una persona, por la que siento un profundo respeto, me animó a leer el libro. Cuando digo "me animó" quiero decir que no tuve más remedio que leerlo. Sin saber de qué iba. Me negué a leer la contra, ni hacerme ninguna idea de la trama, porque esta persona sólo me decía "léelo, y luego hablamos".
    Tuve que leerlo.
    No soy muy dado a dar prórrogas inmerecidas y, cuando se me cae un libro, se me cae. No importa si es la página diez, o la doscientos diez. Pero el libro está muy bien escrito y te atrapa, te asfixia y te ahoga y no te deja abandonar.
    Yo no sabía que Tilda era Eva (elucubré incluso que podría ser el hijo, con esa apariencia suya tan andrógina, para que te hagas una idea), ni sabía que Kevin terminaba organizando una cacería, ni nada por el estilo.
    La perspectiva de que un narrador (que sabe cómo terminará todo) y que lo cuente de forma progresiva (salvaguardando algunos secretos, hasta que puedan ser relevados), resultó muy interesante.
    *****
    Luego vi la película, interesado por ver cómo se había traducido todo el lenguaje (de una persona con tendencia a la verbalidad) a un formato visual y el resultado fue espléndido. La película me gustó mucho; no sé decir cuál me gustó más (es incierto, pero toda escritura es una forma de ficción).
    Mi sorpresa al ver la película es que era incapaz de imaginar cómo podría entenderla alguien que no hubiera leído el libro; más aún en este mundo en el que el negocio del cine considera que los espectadores somos idiotas y se ha acostumbrado a darnos todos los mensajes de forma sencilla, machacada, machacona e insulsa.
    Veo, leyendo esta divagación, que es posible.
    En todo caso, gracias por recordarme un libro y una película que me gustaron mucho, por razones diferentes.
    *****
    Como añadido al tema de la maldad y la psicopatía, ando con un par de libros de indudable interes. Philip Zimbardo: "El efecto Lucifer. El porqué de la maldad" y Aurelio Arteta: " Mal consentido. La complicidad del espectador idiferente", que apunto por si fueran referencias desconicdas en este lugar.

    Gracias.

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  2. A mi se me quedan dos cosas. Una que la escritora es muy lista, ha metido a la madre la primera en el libro y así da carnaza a todos, las madres nevera, las madres culpables, la madre teta, la madre que quiere hacer carrera...sabe que habrá mucha más carnaza con la madre que con el padre.
    Otra, que sí que es verdad que el psicópata del blog era un coñazo, pero también decía algo muy interesante, la mayoría tienen intereses muy inconstantes y superficiales y no son crying for columbine, no tienen esa capacidad de centrarse. La mayoría, alguno lo hay con fijación crónica.

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  3. Hola ALBERTO! Gracias por comentar.. me hace gracia lo q has dicho de q Tilda podría ser el hijo, pq es verdad! Ezra MIller, q hace de hijo, lo borda tambien, tiene un físico muy particular (me refiero a Kevin adolescente). A menudo pasa q lees un libro y te preguntas cómo narices van a hacer la peli... por ejemplo, "Atonemnt" de Ian McEwan, q a mi me gusto la adapatacion. Por no hablar de "El nombre de la rosa" q es una peli q me encanta. En este caso, si has leído mi post sobre la peli, es bastante distinto q el del libro. Es curioso, ambas obras tiene puntos fuertes, en mi opinión. Ahora, me alegro q el libro tb te impactara y me apunto los q recomiendas. El titulo dle segundo me recuerda a lo q ahable ene l divague anterior sobre "la banalidad del mal" de hannah Arendt, o aquello de "no es lo malo la maldad de unos pocos, sino sino el silencio de muchos buenos". La frase es algo mejor q esto, pero no la recuerdo...

    IRE, ene l epílogo dle libro, la autora cuenta porqué escirbio la novela. Ella misma no quería tener hijos (de hecho, no los ha tenido) y en un punto se planteó que e slo peor que le podría pasar a un padre/madre con su hijo.. y llego a la conclusion q asesino en serie de estos. Y escribio el libro igual como una terapia suya.. claro q el final es soprendente (no diré) y su conclusion dle epílogo, q es más bien un "me quito un sombrero ante la gente q se lanza a esta aventura de tener hijos", tambien es una reflexion.

    Sobre el sicópata del blog, es iteresante, pq los autistas tienen intereses q absorben toda su vida, se hacen expertos en el tema de su interés. Los sicopatas son superficiales en sus afectos. NO me acuerdo de Bowling for Columbine ahora con detalle, pero si q recuerdo la frialdad de estos tipos, jugando a videojuegos en casa, y luego se levantan y ala, a matar. Me imagino q los habra con comorbilidades por la q no se podrán enfocar, pero otros sin ella... quiero decir q la concentración o su falta no es criterio de diganóstico mientras q el "shallow affect" , falta de remorse, guilt, etc si.

    Muxus!

    di

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    1. No encuentro esa divagación sobre "La banalidad del mal", ¿podrías enlazarla aquí?
      Gracias.

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    2. ALberto: no es un divague dedicado a la banalidad del mal per se, pero la nombro, es justo el dle día anterior, sobre un libro de Simon Baron-Cohen. So te interesa el tema, te lo recomiendo.

      HUgs

      di

      http://divagandodivagando.blogspot.co.uk/2015/11/zero-degress-of-empathy-cero-grados-de.html

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  4. Menuda semana más triste y absurda que vivimos. Me dan ganas de darme de baja del género humano, y no para hacerme chimpancé o bonobo, yo con ser kakapo me conformo.
    Para no extenderme voy a dejar mis teoŕias sobre la carga de cualquier cosa vinculada a la reproducción que llevamos las mujeres.
    Lo que quería decir es que somos una mierda de especie en los malos momentos. Si se suma empatía+resentimeinto, tenemos el abono para todo tipo de barbaridades. En tiempos de barbaridad, además, sale a relucir nuestra habilidad para suspender la empatía, en la que los psicópatas nos llevan la delantera -claro- con lo cual la barbarie está más que asegurada.
    La istoria está copada con estas amargas cualidades. Somos una auténtica mierda de especia. Si alguna vez aprendemos a no dividir a la gente en buenos y malos, y a no usar los grupos como elemento de lavado de cerebros, a lo mejor tenemos solución.

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  5. Conviene ser optimista. Vas a dejar a Ire cabreada y confusa ? A las madres en general con la carga que soportan por la procreación, aturdidas ?
    Pero si tú no eres nadie, muchacho, no creo que seas capaz de transmitir ni el más mínimo rescoldo de esperanza. Anda, déjalo y no comentes.
    ...
    Qué hago ?
    Solo cabe una posibilidad, soltar la verdad más íntima y darle a publicar.
    Se van a descojonar de tí, y te llamarán pardillo.
    Vale, lo asumo.
    ...
    Siempre me han dado envidia las madres. La posibilidad de engendrar es un milagro biológico, que sublima la existencia.
    Alucino en colores estereoscópicos cuando poso la mano en una barriga de embarazada y siento latir la vida.
    Es hermoso.
    ...
    Has visto, no era tan difícil.
    Si, pero queda pelín cursi.
    Ya, pero he dicho la verdad, lo que siento. Nada de mentiras.
    Estás desfasado, anticuado, vives fuera de la realidad.
    Es posible, pero no he mentido. Y a lo mejor alguien sonríe.
    Con una sola persona que sonría, merecerá la pena.
    Anda, date una vueltecita y toma el aire.
    Si, al parque. Allí hay madres jugando con los niños.
    ¿Te vienes ?
    No, gracias, mariconadas las justas.
    Tú mismo.

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    1. :). Yo que tú dejaría los parques fuera. Mis peores horas de aburrimiento tienen de fondo musical un parque infantil. Estoy cabreada porue una vez más el guión está escrito terrorismo-bombardeos-pozos de petróleo. Ahora encima invocando el tratado de Lisboa. La carga de la procreación se ve claramente en todos los conceptos referidos a la misma de zootecnia, fertilidad, fecundidad y prolificidad, ninguno de ellos menciona a los machos de las especies. Las consecuencias...Di tiene muchos posts dedicados a cómo se manipula el concepto de lo que debe hacer una buena mujer según convenga que trabaje, para o las dos cosas a la vez.

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  6. Vale.
    No te cabrees, mujer.
    No está el patio para saltar a la comba ni para hacer juegos florales.
    ...
    Pero para mí, lo que es hermoso, lo es independientemente de la lluvia que cae en el patio.
    Aunque caigan chuzos de punta.

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    1. Qué te puedo responder, salv que me has hecho sonreir, amigo.

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    2. Con una sola persona que sonría, habrá merecido la pena.
      Con un sólo niño que crezca, ese trabajo coñazo tendrá un sentido.
      Con una sola idea que se te ocurra y pongas en práctica, habrás cambiado tu mundo.
      Igual es que es muy sencillo.
      Y de tan sencillo que es, no nos damos cuenta.
      Amiga.

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  7. Yo también creo que el libro y la peli se pueden ver en cualquier orden y gustan. Los dos son buenos, están bien hechos, igual porque la perspectiva desde la que se cuenta lo que se cuenta es muy original.

    Lo demás, la maldad, los malos y las malas, la empatía, las circunstancias, el contexto, los genes, la naturaleza, la educación, la estructura, la coyuntura, la anécdota, la categoría... Demasiado tomate.

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    1. Sí, Lux, la verdad es que Kevin hace bola. Es más fácil percibir nuestras emociones como algo total. Eva, sin embargo, tiene las narices de rebuscar en todos los cajones ocultos de su ser, lo cual le abre las puertas a las más elaboradas formas de devastación emocional. Leí el comentario borrado, Lux, me encantó.

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    2. «Hace bola», qué expresión más descriptiva y graciosa: ¡me la quedo!

      Verás, Ire, pensé que lo que dije era inapropiado, por eso lo borré. El caso es que tu comentario me ha reanimado mucho, pues andaba yo meditando si tiene algún sentido escribir en unas pocas líneas de lo que uno no sabe (que es, al menos en mi caso, siempre). Y es que de lo que no sé, no sé; pero es que de lo que sé, sé en la medida que conozco lo mucho que ignoro. No es falsa modestia, ojalá.

      En fin, que últimamente se me estaba haciendo bola comentar.

      ¿No os pasa a veces lo mismo? Y quien dice comentar dice escribir artículos o posts que expone, sin duda, mucho más.

      Bueno, sea como fuere, ahora, cuando vuelva a necesitar subir mi autoestima en la Red ya sé a qué comentarista acudir: gracias, simpatiquísima.

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  10. Hola babies, siento la desconexión, os quería comentar alguna cosa:

    IRE (y LUX, pq yo tb leí el comentario borrado): es cierto q conceptos como "madre esquizofrenogenica" existían en la siquiatría, y q de algún modo se sigue culpando a las madres más cuando se pone el debate genética-medio ambiente. ya ofrecimos la manzana en el jardín del edén, de ahí es una cuesta abajo y sin frenos. En este caso, la autora explica bien al final del libro porque lo ha escrito (su propia ambivalencia ante la maternidad), y yo dudaba q fuera un tema q le fuera a llegar por ej, a mi compa de piso, pq pocas veces detecto sentimientos tan fuertes (tanto hacia como en contra, ad-ab) en los tíos. Por otro lado, como decía LUX, el agujero q le veo al libro es q el marido sea tan pedazo de carne con ojos.. que hace Eva con él? Y , entonces, te sientas, y peinsas en gente q ocncoes, y estas parejas existen. Mis hipótesis del esta ya las he explicado.. y aparte,s i hubierane stado de acuerdo en todo, habría sido otro libro...

    DRIVER.. la primera (y tal vez única) vez q oi lo de la envidia de la maternidad fue a Antonio Gala. Yo era una quinceañera loca y pensé, qué cosa... con lo q debe doler el parto... Ser madre al principio es muy chulo (hormonas, hormonas), pero yo creo q luego, depende de tus habialidades, paciencia, gustos... da igual haber parido. O si no q se lo digan a los apdres adoptivos, para los q es totalm igual un hijo biológico q uno de nacimiento.

    LUX, sobre "hacerse bola", lo entiendo perfectamente (recuerda cuando se me ha "hecho bola" a mi escribir a veces en el pasado, por bloqueo y tal)... tú sabes q nos ENCANTAN tus comentarios y te echamos de menos (como a todos) cuando no lo haces..[igual q tu q a veces pasas lista si la gente se despista un tiempo]. Yo creo q es pq esto no es un blog normal, no por las entradas, por favor, sino por vosotros, q habéis logrado q esto sea un sitio muy chulo. A veces pienso... pero que va a comentar NADIE de este tema q solo em interesa a mí? (recuerda el de la empatía q solo por tus ánimos lo traduje al castellano, pensaba publicarlo en inglés!:)) Aún asi lo publico y tenéis la amabilidad, uno u otra, de decir algo. No hace falta siempre... pero de vez en cuando dad una senial.

    Notas:
    1. Nan ha salido de la M30... verídico pero cierto. Por eso nos tiene algo abandonados.
    2. Como por el trabajo tengo tan poco tiempo de escribir últimam, voy muy retrasada... se me acumulan libros y cosas.. y no me olvido q aun no he terminado cone l diario de Grecia!!! Que ya pilla tan olvidado pero q me dan ganas de retomar.. igual va bien por desintoxicar de maldad y demás...

    muxus para todos!

    di

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  11. Lux, claro que me pasa también. Muchas veces pienso que estoy mejor callada y en la distancia. También me veo como una impostora a menudo, qué hare yo opinando de estas cosas...:-).
    Pero déjame que te cuente que me encanta leer lo que escribes. Y no sólo por la gracia, que la tienes. Pero lo más importante es lo que aportas, y a mi me has aportado mucho. Un abrazo, no te atragantes con la bola, esta semana -o ya va para mes- hay que tener cuidado con todas las bolas que nos hace el mundo.

    No habeis notado un estremecimiento en el equilibrio de la fuerza?. Nán fuera de la m-30...qué nos quedará por ver X-D!.

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  12. IRE, aún me estoy riendo con el estremecimiento del equilibrio de la fuerza.... y el pobre nan q estara paseando, ajeno a nuestros requiebros, por las calles empedradas ocn sus crocs (con calcetines)...

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