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27 julio 2018

Allí me colé y en tu playa privada me planté (Sp14)

27.07.18 (Viernes)

El día comienza, como ayer, nuboso sobre Peristera. Añadimos al repertorio del desayuno tostadas con aceite de oliva y ajo, nuevas para Mini. Obviamente, le gustan: aún queda esperanza. De verdad, no sé qué tienen los ingleses con el ajo, manjar de los dioses. 




















Nuestro primer destino nadador hoy es una playa llamada Agios Petros. Por supuesto, nos perdemos, he de bajar del coche a ver si pasada la curva hay algo, porque la carretera se va estrechando... en fin, todo dentro de lo normal. Por fin, encontramos un cartelito casero cerca de lo que puede ser esta playa que dice "the path to the beach" ("caminito a la playa"), dejamos ahí el coche, cogemos el instrumental (incluída la ramona) y nos ponemos a bajar. 




Aquí es cuando el concepto "una imagen vale más que mil palabras" se hace útil. En las fotos de arriba podrá el divagante confirmar que no exagero cuando digo que el "caminito hacia la playa" podría estar perfectamente en Escandinavia: qué maravilla de vegetación, árboles, y el azul de fondo. Pero además, las buenas noticias es que... esto no es Escandinavia! (i.e. el azul es solo de fondo, y del agua no sales azul).


La playa parece impresionante y con cuatro gatos. Cuando llegamos al último tramo que ya hay que bajar, Mini, en su afán aventura dice "sigamos por este caminito, vamos a explorar". Se trata de seguir hacia el extremo de la pequenia bahía, en lugar de quedarnos en el centro, que sería la playa.




A medida que avanzamos nos vamos quedando más impresionados: qué maravilla de lugar. De repente, hay una puerta baja de esas que hay en el campo (una "gate"; en espaniol no me sale la palabra, si es que existe) , abierta. No será esto una casa? Igual esta puerta es para los animales, no sé. Seguimos, con el mar a la izquierda y la montania a la derecha, y unos pasos más adelante nos damos cuenta que ahí arriba hay una casa.


 


El caminito termina en unas escaleras de piedra, que a su vez desembocan en un pequenio embarcadero. Hay una mujer leyendo en una hamaca (el segundo de la saga de la amiga estupenda de Ferrante en francés), un chico en su adolescencia tardía y un hombre con sombrero, melenita moderna y gafas de sol. Seguimos bajando y, mientras que la mujer no levanta los ojos de su libro, el hombres nos está mirando fijamente, boquiabierto, como alucinado. Es como si tres seres verdes con antena hubieran aterrizado en su embarcadero. Porque, como emerge luego, es su fukin embarcadero. 



Su fukin embarcadero 


Eso que sale de los árboles en la parte inferior derecha es la playa privada de los franceses

-"Kalimera!" (buenos días)-digo con mi mejor sonrisa, mientras avanzamos.

El tipo masculla entre dientes algún tipo de saludo. Y entonces, por fin logra cerrar la boca y balbucea en inglés, con acento francés:

-"No podéis estar aquí"
-"Ah no? De verdad? No lo sabíamos" (parpadeo ingenua)
-"Es propiedad privada", sus gafas de sol y sombrerito gángster son repelentes.

-"Oh!"-mi mejor cara de ninia buena sorprendida

-"No habéis visto la puerta o qué?", solo le faltan los brazos en jarra.

-"Ermm... sí, pero estaba abierta, no había ningún cartel que dijera que esto es privado y... en todo caso, sería un problema si nos damos un banio rápido?"

A todo esto se preguntará el divagante qué hacen Mini y el Peda mientras: están por ahí, en segundo plano, "looking busy". El tipo acaba murmurando que vale, que nos baniemos. Sigue sin salir de su apoteosis. Aquí...






La perfección de esta playa es nivel leyenda. El agua, la profundidad (tienen escalerilla de piscina para subir). Recapitulo y pienso que ha sido, sin duda, el mejor banio de las vacaciones. El tipo se va a la casa, el adolescente nada hacia la playa de gente, y la mujer sigue leyendo como si no fuera con ella. 




Nosotros disfrutamos lo indecible. Nado, miro el fondo con el snorkel, hago el muerto, y mientras pienso en el principio de que existan "playas privadas". Terminé hace un par de días "Los filantropistas en harapos" de Robert Tressel, y estoy incendiadísima. Como sostiene Tressel, casi todo el mundo en la situación del gabacho forrado haría lo que él: comprarse una villa con acceso a playa privada en Alonissos. El problema es el sistema que sustenta que esto sea posible, que haya muchísima gente que no podrán nunca ir ni siquiera a Villa Maro en Alonissos, y que haya gente como él. 

Mis compas han llegado a un islote que hay saliendo hacia la derecha y nado hasta ellos, Mini ha conquistado, pero el Peda no tiene cangrejeras. Les digo que, si el tipo no nos hubiera dejado baniarnos, la habría liado parda. Jei, llama a la policia, richacho! (y buena suerte, en Alonissos). Estoy beligerante.


Nuestro siguiente destino (la barra se ha puesto muy alta), Leftos Gialos. Otra playa de impresión, pero con más gente y combos de hamacas + sombrilla de alquiler. Esta pasará a la historia como "la playa de los pececillos que muerden". En serio, alguien ha visto eso que llaman "spa de peces" o algo así? La gente mete los pies en un tanque con pececitos que muerden las pieles (yuk). Bien, pues en esta playa, además de peces más grandes hacia los laterales, en las rocas, hay unos pececitos cerca de la orilla que comienzan a morder al Peda, y luego a Mini. Los dos se ríen mucho... “Ya verás cuando le piquen a la Ramona”.




 Nos vamos a tomar un fredo a Tzortzi Gialos, la siguiente playa, que tiene un chiringuito supermono, donde medio acampamos, y pienso que podríamos acabar siendo fauna autóctona de ese lugar, junto con ellos: Hay unos hombres rudos que están hablando por skype en eslavo. Una pareja que se va. Unos franceses que juegan al ajedrez. Este es un grupo curioso: un hombre de pelo blanco que puede ser catedrático de derecho penal o algo, y dos chicos de veintipocos. Todos llevan camisa de algodón, un poco enrolladas las mangas. Alguien conoce este look vacacional? Porque a mí me fascina. Una vez, viajando por Cuba conocimos a un chico de Madrid que viajaba así: con sus bermudas y siempre camisas perfectamente planchadas. Cómo es posible, de viaje, lavar y planchar (o encontrar una lavandería)? Este tipo humano es, en mi opinión, tal vez disculpable en el anciano respetable que ganó su cátedra hace 20 anios, pero sinceramente, en veinteanieros, es signo inequívoco de pijerío extremo. Nos tenemos que diferenciar, mostrar nuestra clase, hasta en vacaciones. A la mierda. 

Lo sé, hoy solo necesito un poco de munición y a tomar el palacio de invierno. Pero bueno, solo tomamos un fredo y helado e incluso sandía. El Peda escribe en su diario: "en esa taberna se está como dios" pero cuando vamos a bañarnos decidimos que la playa no está para nuestros estándares y volvemos al coche. 

La parte norte de Alonissos es un parque natural acuático, una reserva marina donde, con suerte, se pueden ver delfines y la foca monje mediterránea (Monachus Monachus), que se come los peces y hasta hace poco los pescadores mataban! Hoy están protegidas y de Septiembre a Noviembre no se puede pescar en el noreste de Alonissos. Ahora vamos a Patitiri a contratar el barco-excursión para ver lo que surja (spoiler: ni focas ni delfines vimos). 

Mini en Patitiri
Canto como Ana Torroja

 Tras el tedioso proceso de estudiar lo que ofrece cada barco, no sabemos qué hacer. El calor es horroroso, y Mini se bania en la playa de allí, donde hay muchos ninios. Decido que para pensar con claridad necesitamos unos gyros, que compramos en una hippie y nos comemos en la plaza, ante la atenta mirada de un gato, y el Peda que no me deja darle ni una esquina de patata (las quiere él). Después de los gyros todo está más claro y reservamos una excursión con una agencia que atiende una griega hija de brasileña. Luego al mirar la guía, descubrimos que es la que recomendaba la Rough Guide... en serio, tanto pensar para eso?


Llegando a Agios Dimitrios casi de noche

Al coche y a casa, está atardeciendo, y el conducir de vuelta es una fiesta, con Peristera de fondo. Por el camino decidimos que nos vamos a dar el último baño del día, tercero o cuarto, a Agios Dimitrios. Mini conduce un poco (sentada sobre su padre, le encanta) en el aparcamiento, ya que no hay nadie. Son las 2030, no hay nadie, y nos bañamos en pelota picada. 




Entonces... ey, mirad la luna!!! Está roja!!!! Luna de sangre! (y recuerdo una peli que vi hace poco en la que todos se alteraban por la rojez de la luna). 





Al llegar a casa, el Peda me manda enlaces a las noticias: parece que hoy es el eclipse de luna más largo del siglo!  Aunque entonces ya se le ha ido el rojo, veo el eclipse como nunca había visto ninguno, de principio a fin, tirada en la terraza. Todo empieza con una manchita, que va avanzando hasta que no se ve nada, la noche queda oscurísima, y entonces todo el día de hoy parece que ocurrió hace siglos: el francés del sombrero, los de las camisas planchadas, la hippie del gyro, la luna roja. Y sigo teniendo pegada una canción de la preadolescencia, desde que nos colamos en la playa de turno...

Allí me colé y en tu playa privada me planté...

4 comentarios:

  1. No quiero quitarte el talante revolucionario pero si a ti te dieran la oportunidad de tener una playa privada la acogerías con los brazos abiertos. Para ti una playa con 20 personas ya es multitud así que si pudieras tener una sola para ti... te parecería la gloria. :)

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  2. :):) sí, eso es lo q digo ene l divague... q puestos en su situaciación, la mayor parte ( no todos, eh?) de la gente haría lo mismo. Pero es el SISTEMA q permite q estas desigualdades existan lo q está mal.. recuerda el artículo q leímos las dos en el Guardian hace poco de la revista de "estilo de vida" del Financial Times...

    q voy a enlazar aquí por si alguien q pasa le da por leerlo...

    https://www.theguardian.com/news/2018/jul/19/how-to-spend-it-the-shopping-list-for-the-1-percent

    muxus!

    di

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. LUX, te pasa como al adolescente tardío de los franceses.. q se iba nadando a la playa pública, a ver si rascaba algo...pero todo tiene su edad darling.. yo ya en esta edad provecta me doy a la misantropía.. necesito paz para escirbir esas crónicas! ;)

    En la playa contemplas tú, q necesitas de esos estímulos para estas descripcciones monumentales q nos hacen. Yoa cepto mis limitaciones ocmo descriptora: soy impaciente hasta en eso. Pero lo de la higuera y alberca me ha encantado.. me ha recoerdado aquella peli de semicomletos gais, te acuerdas? Aquellos franceses (qué casualidad) q tb tenían alberca y follaban con un melocotón. Estso gabachos.

    Lo de paniales de marcas desaparecidas nos pone de nuevo frente a tu capacidad de afinado descriptor.. ayyy aún existirán los dodotis? Me acuerdo de la canción. Yo nunca llevé pq, auqnue existían, mi familia pensaba q "me escaldaba" (piel muy fina, la mía) y llevé de tela. HOy han vuelto, con las orgánicas: todo vuelve.

    Las playas q comentas son tan horribles, q ahora recuerdo porqué no me gusta la playa... pero sí nadar en el mar. Ayyy

    LOve

    di

    PS; MI cocina es de inducción, así q quedo a la espera de la receta de la paella...(con pecios)...viva!

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