Se acerca la temporada festiva, y divagandodivagando, siguiendo su función de apoyo y consultoría a la chica moderna, se ve en la obligación moral de contar una importante anécdota. La llevo oyendo en mi casa toda la vida pero hoy, al llegar de una comida-fiesta algo perjudicada por los espumosos, la Yaya me la ha vuelto a contar.
La Yaya, ese ser al que nunca siquiera lograré acercarme en esto del glamour, por mucho que lo intento, nació y pasó su infancia en Barcelona. Los domingos iban a comer a casa de su madrina. Para los que conozcan a los catalanes, la figura de "la madrina" y "el padrino" es muy importante. De hecho, la Yaya es mi (hada) madrina, y también la de mi hermana. Cuando nació Fashion, como yo ya tenía mis 9 años y se me atribuía cierto juicio, mis padres me ofrecieron amadrinar a la recién nacida. Los dedos de frente los demostré negándome, porque era obvio que la Yaya iba a hacer mejor en este papel de hada (a quién quieres cuando eres un bebé sonrosado, a Glenda o a "the wicked witch of the west? a Flora, Fauna & Merryweather o a Maléfica? A ver, no os exaltéis, ahora ya sé que sí, que me queréis, pero hablamos de bebés sonrosados).
Y no es que la Yaya haya ejercido nunca de directora espiritual nuestra: le aterraba la idea de que hiciéramos monjas ("a mi una monja ya me avisó que ni se me ocurriera"), el párroco era un tipo cuyo lema era "haz lo que digo y no lo que hago", y siempre ha pensado que confesarse no va con ella ("yo no hago nada malo, rezo dos padresnuestros y ya está"). O sea, religión a la carta... la Yaya no ha sido nunca una "misicas". Eso sí, tiene sus cosas sui generis, por ejemplo, está suscrita al "Mensajero de San Antonio" (una publicación superñoña de una parroquia vetustil) de toda la vida, supongo, y tiene una fe ciega en el "Agua del Carmen", un licor de los monjes carmelitas que nos daba para los exámenes. Disolvía una cucharadita de cafe con azúcar en un vaso de agua, y esto se supone iba bien para casi todo. Pasados los años cogí la botellita (en imagen) y oh sorpresa, tras el nombre, en una fuente ridículamente pulga: "56 grados". Vamos, tequila. Se preguntará el divagante cómo la Iglesia no ha quitado la varita a esta hada que va por libre... bueno, hay que decir que compraba las palmas, la famosa Mona de Pascua, y los vestidos de comunión (ayuda económica para ritos y potlaches varios). Pero nuestra madrina, además de ayudarnos en esto de la fe como ha quedado ilustrado, fue y es nuestra role model vital. Un día haré un divague sobre "Cosas fascinantes que tiene la Yaya en su armario", o incluso de los zapatos "de tacón de aguja", que tenía en mi infancia.
Pero divago (mucho). Estábamos en el principio de los años treinta, cuando La Yaya iba a comer a casa de estos familiares. Según ella, la clase media barcelonesa de la época comía los domingos con champán, aunque no hubiera nada que celebrar. Hay que notar que en aquella época aún se llamaría oficialmente champán, que es como lo llamo todavía yo-me niego a lo de "cava". A la Yaya, con 13 años, no le gustaba el espumoso, y uno tras otro domingo su madrina lo intentaba:
-Una mica de xampany...
-Es que no me gusta...
-Cómo que no te gusta? Pues el champán ha de gustar! Si a una no le gusta el champán, eso es ser una ridícula! No vas a poder ir nunca a ningún sitio...
Hoy, enmedio de mi propias burbujas etílicas, por teléfono me lo ha recordado, porque claro que le acabó gustando el champán. Ves, Yaya, como se me puede sacar por ahí?... Y he acabado invocando a la enorme Mae West, porque...
"Las chicas a las que disgusta el champán van al cielo;
las chicas a las que les encanta, a todas partes"
Pues claro..champán, ginebra o lo que sea...
ResponderEliminar..tengo el día alcohólico.
Anda que no estás con ganas de celebrar, Molinos. Así que el Agua del Carmen, cincuenta y dos graditos de ná. Y se quejan de los jóvenes del botellón.
ResponderEliminarMo y NáN- tengo un sarao la semana q viene en el q hay "degustación de distintos cocktails de beefeter 24".. ya sabeis q yo soy más rough, como más de vodka y tekila, y el GT me sabe "amargo"... pero bueno. Me acordaré de Mo.
ResponderEliminarPor cierto, he ido contestando para atrás divagues añejos sobre traducciones, las pasivas, dickens y tal. Para los divagantes amables q comentaron, disculpas por el retraso.. como veis, estaba siendo formolizada/conservada en "Agua del carmen"
muxus
di
Muy bueno lo de la Yaya (que es mas que abuela), los remedios caseros (Agua del Carmen etc) hay que seguirlos con fé para que funcionen.
ResponderEliminarA todas las chicas debería gustarle el champán, ya te digo.
Las chicas a las que nos gusta el champán vamos a todas partes: ¡Cielo incluído, faltaría más! No sabemos muchas cosas sobre el cielo, pero si de algo estoy segura es que va a haber vino. Ya lo dijo Jesús en la última cena: "no volveré a beber con vosotros del fruto de la vis hasta que esté en el reino de mi padre" (Mt. 26-29)
ResponderEliminar
ResponderEliminarA mí el champán es lo que menos me gusta, siempre bebo muy poco. De otras cosas, en cambio...
Champán... muy pocas veces, pero si mi cuerpo dice que sí, vamos a por todas con él.
ResponderEliminarPara lo otro soy mas de GT, me uno a la tendencia general.
Agua del Carmen, si es que te pega todo, le pegas a todo.
A mi eso del champagne (siento escribirlo así pero así me enseñaron) me parece una cursilería y si es con ostras por dos. Donde esté una buena sidra El Gaitero que se quiten todas las demás burbujas.
ResponderEliminarMe uno al gintonic pero el de siempre no esas nuevas chorradas que han descubierto ahora.
Vaya Jota, no nos lo podemos permitir todos los días, pero el champagne (así se escribe, sí señor) asegura una liberación de las costumbres y un despertar sin aspirina efervescente. Lo que no pasa con el cava. Muy rico, sí; pero requiere un refuerzo (reinfuerzo, escribe Di) al despertar. Si nos vamos a los espumosos valencianos, extremeños y toda esa bazofia anti-independentista (¿por qué confundir la gimnasia con la magnesia?), mejos ir primero a la farmacia con un carrito de la compra.
ResponderEliminarLa última vez que comí ostras, en París hace mes y medio, descubrí que tengo alergia sobrevenida (ya lo sabía de las almejas), así que dediqué la noche, hasta las 05:30, a deshacerme de todo lo que había ingerido en los últimos 15 días. Ni me las menciones.
Me encanta.
ResponderEliminarHola querid@s,
ResponderEliminarLo primero un bienve a BABILONIO, q pese a nuevo, ha sabido captar q La Yaya es mucho más q una abuela. Lo de “remedio casero” el Agua del Carmen lo pongo en cuarentena… a saber las bodegas q tienen montadas los monjes de marras (solo hay q meterse en la web oficial chilena… van a tomar el mundo).
CS, nos vas a acabar convirtiendo a todos... ahora con q en el cielo hay vino! Y además seguro q no será cualquier cosa (a ver, yo no entiendo de vinos, de lo q me enorgullezco, admitir esa filia sería admitir la derrota, la carencia de sexo.. la vejez en una palabra). Solo se q hay algunos q me sientan mal. De esos no habra en el Heaven (CS, te visualizo como esas buenas host pasanod una bandeja ocn copas, en plan cocktail, entre las nubes).
XISCA, yo tampoco soy mucho de champán.. de ahí viene q me hayan contado la anécdota tantas veces. Donde esté la Sidra El gaitero, JOTA!!! Es q hay q ver q es digestiva… y se sube q da gusto. Al rato ya te da igual Nochebuena q navidad. DIVA, no me hagas hablar… por cierto, vas a bajar a verme a Vetusta o qué? Alguna vez nos tendremos q conocer, no? Digo.
Ostras, NaN, ostras! Qué asco.. ya se nota q vengo del lumpen protelariat…
CARMEN, no queda claro si te encanta 1. el champán, 2. los GTs, 3. El Agua de Tu Santa, o 4. =1+2+3, 5. (1+2)-3, 6. 1-2+3, etc…
Os mando muxus salaos!
di
el champán me da un reflujo q me muero, me gusta solo con pollo frio de ese q queda en la nevera con la gelatinilla pegada y te lo comes al dia siguiente.
ResponderEliminarEn mi casa tambien te daban agua del carmen cuando estabas nervioso...ayyyy esos origenes del alcolismo
Y Que bonitos recuerdos.del mensajero de san antonio, una tia mia a ls que quiero muchisimo lo tenia siemprey juntos nos leiamos una seccion q era el refranero.
A mi me da glamour las chicas q beben cerveza en jarra o en su defecto carajillos como mi sra.
ecdlc tumbado a la bartola en la cama tras haber abandonado a sus churumbeles con la yaya.