an

30 julio 2015

Voidokilia: Pelota picada (P14)

Yo sé que esto puede ser el comienzo de un motín, de una riot en toda regla, porque ya no es que no me acuerde, que me vaya por las ramas (lo que viene siendo, divagar) más de los normal... es que no tengo fotos! Es que, sí: voy a tener el nervio de poneros fotos del google images? Sí, se acaban las vacaciones. Sí, estamos como rajás en el Thanos Village. Sí, hay reservas de sandía hasta la jubilación. Sí, nos pasamos todo el día tirados en la piscina... Pero no puedo hacer siquiera una fotos para los divagantes, los animalikos que están esperando hasta diciembre? Pero puedo explicarlo todo.

Darlings: No tengo gran angular, y la playa de Voidokilia , una concha perfecta (hey Di, haciendo amigos con los de Donosti- pero yo no he comparado: solo digo que aquí hay mucha menos gente) es imposible de fotografiar con mi cámara y sin un helicóptero. Y eso que subimos por dunas complicadas hasta la colina de la izquierda (según la fotogúgel)... lo intenté, valoradme!


 Al principio entramos en el agua por la parte derecha de la playa (ahí detrás está el aparcamiento: esta playa no pilla "a mano" de nada: su encanto es que no hay "primera línea de playa"). Entonces decidimos irnos precisamente a la otra parte (siempre a la izquierda), en nuestro talante misántropo- donde solo llegamos los verdaderos trailblazers, quemando nuevos caminos (fanfarria).  La más osada, Di, esencialmente va de sherpa con las toallas por arena, y los señoritos con el flotador y gran comodidad, surcando las aguas. Cualquiera que recuerde la longitud de la circunferencia de mates de EGB, 2πr, se dará cuenta de la magnitud del concepto sherpa, por la orilla. 

Pero sin rencor. Al final de la tarde, cuando ya se va casi todo el mundo, nos metemos a dar el último baño, que nunca olvidaré: al frente, en el resquicio donde la playa se abre a mar abierto se pone el sol. Te das la vuelta, y por el otro lado, la luna llena. Jugamos, cantamos, gritamos, sin hacer fotos ni capturar el momento en video, así que espero que estos párrafos sirvan para recordar foreverandever aquel rato mágico, con la bola roja metiéndose en el horizonte del mar donde te bañas. Violines.

Al salir, en el aparcamiento, estaban los pobres de las caravanas. Con su arena en el pelo, su sal en las comisuras, haciendo una fogata para sardinas cuyo olor no se podrán quitar hasta que vuelvas a Copenhage o lo que sea.... mis héroes.

 











Volvemos a Gialova y cenamos en un restaurante algo local (mousaka, ensalda griega, algo más) comemos helados y volvemos al apartamento tarde. Pero hay luna llena. Y solo se oyen los grillos, el Thanos Village parece desierto. Alguien dice... "hey, nos bañamos en la piscina de arriba?" Una voz se le une, "Venga!" "No nos pueden descubrir, en susurros, eh?" Mini que todavía no ha hecho su "inmersión" al curso acelerado de baños nocturnos pedalísticos ilegales, parece emocinada con su matrícula. 

La piscina está perfecta, el agua tan caliente... a Mini se le salen los ojos de las órbitas cuando nos ve meternos en bolas: LOCOS! Venga a reír... ala Mini, que no hay nadie, prueba tú... increíblemente, deja su recato victoriano british y se quita el bañador... A que no hay comparación, enana? Creo que por primera vez en mucho tiempo, por unos nanosegundos, considera aquello de "mis padres tienen razón".












9 comentarios:

  1. Haz el favor de reservar un par de villas ya y nos vamos para allá en junio los 7.

    Ya.

    ResponderEliminar
  2. No se exactamente qué es la felicidad.
    Pero el baño en bolas es sin duda una buena aproximación.

    Hay otras aproximaciones, pero no tan buenas, baratas y asequibles al común.

    ResponderEliminar
  3. Di, te dejo un presente con ocasión del cumpleaños de tu bitácora.
    ...
    Simplemente me apetecía.
    ...
    Me tropiezo a menudo con la chica de los ojos verdes esmeralda.
    Suele estar trabajando como cajera en una gasolinera, en atención telefónica de alguna empresa, subiendo en ascensor conmigo, o mejor, me la encuentro con sus hijos probándoles ropa en una tienda.
    Les suelo llamar de usted, muy serio, para al final sonreírles y desearles que tengan un buen día.
    El resultado suele ser una sonrisa compartida, y eso ayuda a seguir, a todos.
    ...
    El sábado fui a comprarme unos vaqueros y me encontré con una mami con tres hijos. Dos andaban solos y el tercero era transportado por la mami en su barriga.
    Los que gozaban de la autonomía de movimiento estaban aburridos, sentados en sendas sillas, y desesperados por la tardanza de mami. Mami hacía equilibrios para probarse ropa, y se empezaba a desesperar por la desesperación de los enanos, pues sabía que tarde o temprano empezarían las quejas.
    En estas estábamos cuando descubrí que el pavimento de la tienda era bicolor. Baldosas blancas de fondo, y pequeñas tiras de color negro.
    Comprendí cual era mi destino y lo asumí.
    Me puse a andar por la tira de color negro, como si de un trapecista se tratara. Imaginé que me movía sobre un cable en una función de circo. Y apunto estuve de caerme varias veces.
    Los enanos se quedaron embobados, la mami ganó tiempo para probarse una chaqueta y yo me evadí de dónde estaba, trasladándome al Circo Price de manera intensa.
    Tras un buen rato de hacer el canelo, llegué al final del trapecio donde un amable empleado me dio una bolsa con mi pedido, indicándome el importe que debía abonar.
    Bajé de nuevo al mundo y me dispuse a seguir con mis tareas sabáticas.
    Salgo de la tienda y veo como los dos enanos aplauden al funambulista aficionado.
    ...
    Y entonces ocurrió.
    La mami me sonrió. Una sonrisa tan grande e interminable como la línea del horizonte, sobre la que se levantaban dos estrella de color verde esmeralda.
    Sus preciosos ojos, brillantes como la luz de las estrell

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. La prueba del nueve para el Peda: cuando Mini, con 17 añazos, se bañe en bolas al anochecer con sus amigas y amigos en una playa de Formentor. ¿Seguirá a lo suyo? ¿Bajará del altillo la espada sarracena de cuando hizo la mili en la parte final de la Reconquista? Permanezcan atentos a este blog diez años más.

    Di, babeo con este viaje. De verdad. En cuanto haya línea de metro me voy zumbao para Villa Thanos (qué nombre tan choni, ¿no? "Vivo donde el Tanos").

    Y la ambientación musical a las escenas de cierre de episodio son buenas y de calidad. Eso sí, viendo cómo haces de sherpa, hay que nombrarte Pringada de la Familia con distintivo rojo, Sol Poniente y Luna Llena enfrentada.

    ResponderEliminar
  6. ¡Qué tanto...! ¡Pero si no tiene ni una isla enfrente....ni gabarrones, ni toboganes, ni bares...! (Y esto me recuerda una conversación que oí entre el Sr. Snoid y uno de Carcastillo en unos sanfermines:
    -"¡Pues no sé que tiene Guipuzcoa que no tenga Navarra...!"
    - "¿qué te parece mar?"
    -"¡puaghh! ¡se pone un laguico en las Bardenas y....")

    Haceos cargo de el grado de intoxicación etílica...

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. Hola darlings

    Muchas gracias por todo... DRIVER por el relato (que chula la idea del haber de artista del alambre sobre unas bladosas para entretener a los ninios... muy tú), LUX por la txaranga q estás montando, y particularmente la sandiada (sandias peladas, bolas rojas de 11 kgs donde hay q meter la cabeza-sin manos-y que gane la mejor).

    CESUCHI.. lo de las Bardenas.. como la vida misma.. lo q tenemos q sufrir las apegadas a esta etnia! o no?

    NAN.. ay q risa con la VIlla Thanos y q te suena choni... tienes toda la razón! a mi me sonaba como "Eros y Tanos" (tanatos!!! por eso me sonaba lugubre, pero gra fallo!)

    MO... tú déjame a mi q el verano q viene son las ilas del Mar Jónico... volaremos a Lefkada, y de ahí para abajo... congreso de tapones!

    muxusss

    di

    ResponderEliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.