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05 septiembre 2011

Quiero dormir


Son las 3:30 y no puedo conciliar el sueño. He pegado un par de cabezadas entre las 22:30 y las 00:00 y eso ha sido todo. Ayer me logré dormir como a eso de las 2:30 y me he levantado a las 10 de la mañana. En principio parecía ya un horario casi normal. Creía tener la partida ganada. Pero no. Tengo un jet lag del carallo.

Buscando jet lag en google para ver que puedo hacer, me topo con un nombre mucho más científico: distritmia circadiana. Quizá si digo eso en el curro, me dejen estar en casa un par de días para poder dormir a pierna suelta. Suena a algo de corazón ¿no?. Sin embargo tampoco esa es la solución. Lo que no puedo hacer a corto plazo es dormir cuando me lo pida el cuerpo, tengo que luchar contra ese ritmo nuevo y forzar la máquina hasta que vuelva a su sitio. Creo que si no duermo hoy, ya dormiré mañana y de este modo volveré a coger de nuevo el sueño. Sin embargo mañana va a ser muy duro. Tengo una reunión a las 9:00 y me temo que voy a ir poco centrada.

La cuestión es que me duele toda la espalda al intentar adoptar varias posiciones en el sofá. Estoy demasiado cansada como para coger un libro así que he estado viendo la tele tratando de adoptar un encefalograma plano, hasta esa hora maldita en el que se alternan en los canales los sacaperras variados. Llegados a ese punto no hay nada más que ver. Ni documentales, ni películas o series. Nada. El mando salta del tarot, a los puzzles, el "jess extender" o el "aaaahhhh, quieres conocer chicasssss calientessssss". Así es imposible coger el hilo a nada y caer rendido.

Yo creía que el jet lag dependía en gran parte de los horarios en los que viajas. Así mi estrategía (que falla, como el lector avizado habrá deducido) es llegar a los USA como a eso de las 19:00 sin haber dormido, aguantar hasta esa noche y tachán... conseguido.  En cambio para la vuelta hay que coger un avión que vuele de noche, intentar dormir algo en el avión, llegar aquí de mañana y así aguantar todo el día y tachán..., pero no ha sido así. Siempre lo sufro más a la vuelta, cuando estoy en casa. Al parecer esto es normal según leo hoy (que para algo ha de servir estar despierta):

Nuestro ritmo circadiano se confunde menos si viaje hacia el oeste porque un viaje hacía el oeste prolonga la experiencia del reloj corporal y distorsiona menos el ciclo día-noche. Sin embargo, si viajamos hacia el este supone viajar en el sentido opuesto al reloj corporal. Los impactos de jetlag se pueden paliar si encuentra una ruta a su destino hacia el oeste.

También dicen que hay que exponerse a la luz solar (cosa que hoy he hecho) y hacer ejercicio intenso por la mañana (que creo que no haré). Sólo me faltaría añadir a la falta de sueño las agujetas. La putada es que al insomnio se le unen otros agravantes como dolor de espalda, irritabilidad, confusión en la toma de decisiones, apatía... O sea, que mañana, puede ser un día de esos en los que si os cruzáis conmigo perdonad que no os salude y... apartaos!

Estáis avisados.

4 comentarios:

  1. Bueno, ya sabes lo que tienes que hacer: viajar siempre hacia el oeste. En este caso podías haber vuelto via Tokio, y Hong-Kong por ejemplo. Hubiera sido la guinda al pastel de un buen viaje.

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  2. Tu si que sabes!! Para la próxima. Si la hay...

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  3. A mi también me pasa igual... la vuelta es terrible. Al principio pensaba que era cabrero por volver a la rutina, sniff, sniff, pero no.

    Viajar siempre hacia el oeste es una opción.. una vez casi lo conseguí.. me quede en Hawaii y el roto en el bolsillo nos hizo volver por el mismo camino de ida...

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  4. Pepe,

    Yo hacía tanto que no viajaba que no me acordaba de lo del jet lag, pero la verdad es que es durillo.

    La opción seguir viajando hacia el oeste la contemplaré en otra vida. Porque yo, lo que es el gusto ya lo tengo de rica, lo que no me acompaña es el bolsillo... ja, ja

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