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11 diciembre 2009

Las Navidades para Di son…



Posología: dele al play ahora, y tómese el texto con mucho líquido...




La Yaya cortando piña sobre el mármol de la cocina. Yo diciéndole que no le ponga tanto azúcar al zumo de naranja.

Los Pogues tocando “Fairytale of New York” en Brixton Academy.

El ruido de la batidora cuando mi madre hace mayonesa.

El vídeo de “Last Christmas” de Wham. Cuando tenía 13 años no podía esperar a tener esos amigos tan guays e irnos a una casa con nieve, como los del vídeo. Luego George Michael salió como salió.

El pedalista contándome por teléfono lo bien que ha estado el Olentzero.

Poner tres copas con coñac para los Reyes.

La vela que pone la Yaya en el Belén de la cena.

Parras cantando “los gilitos, los gilitos” en la cocina.

Las luces de Regent Street.

La vergüenza ajena ante los Jóvenes Cristianos Comprometidos cantando villancicos en la puerta de la Diputación, ciudad del viento.

Aeropuertos llenos de gente que se ama, a lo “Love Actually”.

Ir con mi padre a buscar musgo (lo cual sería muy penado hoy en día) para el Belén.

Parras y yo empezando la performance de Nochebuena.

La perrita Marylin en el árbol.

Los árboles de Navidad a lo Preysler, hasta el techo, que ponen nuestros vecinos ricos (cuya casa unifamiliar es imagen especular de la que aquí compartimos cuatro vecinos).

El mercado de Navidad con olor a canela y naranja del Natural History Museum.

Mi padre cortando jamón con el jamonero.

Ir a TKMax, a ver si cae algo.

La empanadilla de Móstoles.

Las múltiples cenas de Navidad del trabajo, que empiezan en Noviembre.

La yaya cortando una cuerda con la que ha atado al cordero de turno.

La sidra del populacho, El gaitero.

El Christmas pudding de Pam. El de Sainsbury´s nunca fue igual.

Aquel pesado que sale todos los años dando las uvas con una capa draculina.

Estaciones de tren con mucho frío donde me encontraba con El pedalista.

Mi hermana y yo viendo “Qué bello es vivir” en pijama en el comedor, incómodas, mientras todos duermen.

La canción “All I want for Christmas is you”.

La cara de mi hermana abriendo el regalo que introduce a Mini en las Navidades de todos a partir de entonces…

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El que la gente se siente más culpable de la injusticia humana en esta época que el mes que viene cuando les dan las llaves de su nuevo 4x4, o se compran un anillo que podría alimentar a un poblado por meses tiene que ver con el rollo que nos han metido por los ojos en la cultura judeocristiana. Lo que nos hace humanos es el sentido de la justicia, y estaría mejor poder ser humanos todo el año. Mientras tanto, disfrutemos de este potlach moderno. Como diría mi tótem Delgado, “¿Que son las fiestas sino perlas en un collar de cuentas de plomo? Que es el ser humano, sino aquel q celebra fiestas o las espera? La vida normal es el tiempo q hay entre una fiesta y otra”.

3 comentarios:

  1. Si esa es la imagen desde tu ventana, a pesar de que es preciosa... como que no me da muuucha envidia, no. Brrrr que frío!

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  2. Y el río del Belén de papel albal (como los harán hoy en día siendo como es tan antiecológico?), y comer de todo antes de la cena para llegar prácticamente sin hambre, y el puente de la purísima dedicado a todas las decoraciones navideñas (¿cuántos años deben tener esas uvas con purpurina que acaban encima de uno de los cuadros del comedor?¿200?, y el olor que sale de la cocina de la yaya, y abrir la mesa! (eso sólo pasa en las grandes ocasiones), y la foto familiar con toda la comida rica en la mesa...Quién puede odiar estas fechas?

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  3. Qué grandes reseñas Sis!! Y cómo olvidar las rosquillas y los pasteles de almendra de Yaya en la Purísima, gracias por anotar!!

    Y abrir la mesa, cuidado con los dedos!!! Y tu sin cenar por la ansiedad de los regalos!!

    Looking forward to it, dysfuncional family!

    muakk

    Di

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