Son los bebés más monos: los que mantienen esa sonrisa desdentada. Esa era Mini: cumplió un año, andaba, y seguía sin dientes. Ahora, todos los niños de su clase ya van con agujeros en las encías y ella sigue manteniendo "sus perlitas" (Yaya dixit) intactas.
-Mummy, quiero wobbly teeth (que se me muevan los dientes)! Quiero que venga el Tooth Fairy*!
(*Para el divagante de por ahí abajo, Fairy evocará cierta marca de lavaplatos, que además se pronuncia /fairi/ claro. Pero no: un fairy /feiri/ es un hada, el hada de los dientes, en este caso).
-Tranqui, Mini, ya se te caerán...
(Y vuelta a contar lo mona que era de baby /beibi/ sin dentetas)
De repente, al poco de llegar de las Américas: el Peda se la lleva al trabajo un día antes de que empiece el cole y a la vuelta afirma:
-"A Mini le está saliendo un diente de abajo detrás del de leche!"
QUÉÉÉÉ?
Internet me lleva a tropecientas páginas de mamis agobiadas con el mismo problema. En inglés hasta tiene un nombre: "Shark teeth" ("Dientes de tiburón"). En castellano no lo he encontrado.
A los pocos días se le empieza a mover el diente de leche.
-Mummy quítamelo tú...
-No, te lo tienes que retorcer, eso es lo que hacía yo, creo...
-Nooo
Pasamos así unos días. Varios intentos de "operación" fallida.
El sábado 27, vamos a mirar cortinas que bloqueen el sol, hacer unas compras, comemos en un vietnamita:
-"He aprendido a comer por un lado"
Seguimos por Northcote Road. El Peda y Mini se compran un helado. Mini lo pide de vainilla... ya no sé si porque es su favorito, o porque a mí no me gusta y así no ha de compartir (quién teme al lobo feroz?)
El cucurucho se le resiste. Me ofrece: algo aquí no encaja. Eres mi hija o un replicante?
-Mummy, el cucurucho está muy duro... el diente...
-Me dejas?
-Vale...
-A ver, a ver... ya ha salido!
En plena calle. Viva!!!! Esta noche viene el ratoncito Pérez, Tooth fairy y la tropa!
-No me ha dolido nada!
Por la noche, el Peda y yo intentamos ver una peli. Mini se levanta:
-Tengo miedo de dormir sola.
-A qué tienes miedo (fiero lobo feroz)?
-Al Ratoncito Pérez...
-Nunca vi un ninio antes que tuviera miedo al Ratoncito Pérez... es como tener miedo a Santa! O a los Reyes Magos!
-Tengo miedo a Santa! Tengo miedo a los Reyes!
2 am. Mini viene a la habitación:
-Daddy, puedo mirar debajo de la almohada?
-No. A dormir.
8 am. Es domingo.
-Puedo YA mirar debajo de la almohada?
-grrmpmpffff.... Vale...
FINAL FELIZ. El Ratoncito y The Tooth fairy han sido generosos y le han dejado dos lotes de rotuladores de olores que le encantan (uno que pinta brillantina y otro fluorescente) y £1.
-Cómo sabían que me gustan estos rotuladores?
-Son fairies, lo saben todo...
Como todos los buenos finales, queda abierto: quién ha traído qué?
Para más información, habrá que esperar al siguiente diente. Y de momento, no hay más "shark" ni ningún "wobbly".
-Mummy, quiero wobbly teeth (que se me muevan los dientes)! Quiero que venga el Tooth Fairy*!
(*Para el divagante de por ahí abajo, Fairy evocará cierta marca de lavaplatos, que además se pronuncia /fairi/ claro. Pero no: un fairy /feiri/ es un hada, el hada de los dientes, en este caso).
-Tranqui, Mini, ya se te caerán...
(Y vuelta a contar lo mona que era de baby /beibi/ sin dentetas)
De repente, al poco de llegar de las Américas: el Peda se la lleva al trabajo un día antes de que empiece el cole y a la vuelta afirma:
-"A Mini le está saliendo un diente de abajo detrás del de leche!"
QUÉÉÉÉ?
Internet me lleva a tropecientas páginas de mamis agobiadas con el mismo problema. En inglés hasta tiene un nombre: "Shark teeth" ("Dientes de tiburón"). En castellano no lo he encontrado.
A los pocos días se le empieza a mover el diente de leche.
-Mummy quítamelo tú...
-No, te lo tienes que retorcer, eso es lo que hacía yo, creo...
-Nooo
Pasamos así unos días. Varios intentos de "operación" fallida.
El sábado 27, vamos a mirar cortinas que bloqueen el sol, hacer unas compras, comemos en un vietnamita:
-"He aprendido a comer por un lado"
Seguimos por Northcote Road. El Peda y Mini se compran un helado. Mini lo pide de vainilla... ya no sé si porque es su favorito, o porque a mí no me gusta y así no ha de compartir (quién teme al lobo feroz?)
El cucurucho se le resiste. Me ofrece: algo aquí no encaja. Eres mi hija o un replicante?
-Mummy, el cucurucho está muy duro... el diente...
-Me dejas?
-Vale...
-A ver, a ver... ya ha salido!
En plena calle. Viva!!!! Esta noche viene el ratoncito Pérez, Tooth fairy y la tropa!
-No me ha dolido nada!
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Por la noche, el Peda y yo intentamos ver una peli. Mini se levanta:
-Tengo miedo de dormir sola.
-A qué tienes miedo (fiero lobo feroz)?
-Al Ratoncito Pérez...
-Nunca vi un ninio antes que tuviera miedo al Ratoncito Pérez... es como tener miedo a Santa! O a los Reyes Magos!
-Tengo miedo a Santa! Tengo miedo a los Reyes!
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
2 am. Mini viene a la habitación:
-Daddy, puedo mirar debajo de la almohada?
-No. A dormir.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
8 am. Es domingo.
-Puedo YA mirar debajo de la almohada?
-grrmpmpffff.... Vale...
FINAL FELIZ. El Ratoncito y The Tooth fairy han sido generosos y le han dejado dos lotes de rotuladores de olores que le encantan (uno que pinta brillantina y otro fluorescente) y £1.
-Cómo sabían que me gustan estos rotuladores?
-Son fairies, lo saben todo...
Como todos los buenos finales, queda abierto: quién ha traído qué?
Para más información, habrá que esperar al siguiente diente. Y de momento, no hay más "shark" ni ningún "wobbly".
Oh, un divague relajado. ¡Qué mona, por dios! Aunque la foto muestra ya su futuro de montañarrusista semiprofesional.
ResponderEliminarLa denominación de los dobles dientes es, así sin que los odontólogos se lo tengan que pensar mucho, “dobles dientes”, aunque la traducción del inglés también puebla google y los padres “agraciados” los suelen llamar “putos dobles dientes”.
“es como tener miedo a Santa! O a los Reyes Magos”... Juás, tu memoria de la infancia está erased: solo de pensar que iba a entrar en la habitación un rey mago con un camello... sudábamos de miedo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstupendo, primera etapa del Ratón Pérez completada. Ahora sólo os queda esperar a las noches en que se os olvide completamente y al levantarse venga llorando en plan "No ha venido el Ratón"....y haya que organizar un simulacro de búsqueda entre las sábanas con el regalo debidamente camuflado en la manga de esos pijamas tan sexys que usas. (manga y pijama sexy no pueden ir en la misma frase, pero tú me entiendes)
ResponderEliminarEl miedo al ratón Pérez es algo mucho más generalizado de lo que piensas. Hace poco nos contaba una amiga que su hijo de cinco años le había dicho: "Pues cuando venga el Ratoncito Pérez le voy a dar un puñetazo..." "¡¿Qué clase de niño quiere darle un puñetazo a una figura tan entrañable como el Ratoncito Pérez?!" Comentabamos muy alarmadas mi amiga y yo. "Cualquier niño con dos dedos de frente" -Contestó Enano. "Yo nunca te lo dije porque parecías muy ilusionada, Mamá. Pero la idea de que un ratón asqueroso se colara en mi cama mientras dormía me llenaba de terrory de asco" Así que no sufras. Al menos Mini no ha mostrado el espíritu de exterminador de plagas del mío. ¡Es un consuelo!
ResponderEliminarEnhorabuenalicidades, y que se duerma tranquila ya XD.
ResponderEliminarMis txikis han disfrutado mucho con ratones, olentzeros y demás faunas. Nos tocó una vez en un camping de esos que frecuentábamos, sin tienda de ninguna clase, sin pueblo cerca. Y pensando en qué dejarle, y por no dejarle dinero, le pusimos una nota de que hasta allí no podía llegar cargado el ratón pero que le dejaba algo en casa. Ella miró la nota, nos miró y sonrió. No dijo nada al principio, luego dijo que el, caso es uqe le letra le sonaba de algo, luego que vaya ratón más rancio, que podía ir a dejar una nota pero no podía llevarle la cinta de pelo que había pedido. En fin, que todo le resultó de lo más raro, pero ante todo no contó en voz alta sus serias dudas sobre aquello. Angelico, y pensar que con un año la llamábamos diente puto porque sólo tenía un diente.
ResponderEliminarMi anécdota. Cuando vamos a dejar el regalito debajo de la almohada nos encontramos una notita que dice: por favor ratoncito deja tu firma aquí. Lista, eh
ResponderEliminarTiene gracia que en todos los países haya la misma costumbre con los dientes de los niños. Luego creces, y es al revés: el dentista te clava. Creo que también en todos los países.
ResponderEliminarMe ha encantado el post y lo de Fairy.
I love Mini 😍
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola dears, solo agradecer los comentarios, decir q estoy entre invitaros a una casa rural en noviembre para q contemos historias alrededor del fuego, o llamar a servicios sociales (puto diente?! no acordarse! miedo generalizaod al ratón! javier marías! ninios q hacen firmar al ratón! meterse ocn lso dentistas, con lo majos q son?!)
ResponderEliminarQué panda...