25 junio 2023

Sigue sin ser mindfulness

 Es por la noche, leo en la cama. Pero mil ideas se cruzan como fogonazos en la narrativa que el pobre John Updike intenta hacer llegar a mí, la historia de un tal Rabbit. Se lo curran, las ideas, ahora hasta proyectan una imagen: son hojas de otonio, y con ellas ilustré un divague sobre mi mente dispersa en otro momento, hace mucho. Quiero leerlo. De hecho, no sé si esa es la imagen, pero algo me dice que lo escribí en otonio. Meto búsquedas en el blog, busco por distintivos. Nada.  Empieza a ser inabarcable, esto, el blog, me refiero. Sé que es corto y tipo corriente-de-conciencia. Sin datos. Muy diferente a ahora, pienso que lo que escribo tiene mucha información, demasiado contenido. Ansia de atrapar. Tener. Está casi feo. El pobre Updike se da por vencido. No es su noche. 

Nada más apagar la luz, una palabra: mindfulness. Aquel divague tenía la palabra mindfulness. Qué magia es esta? Había abierto, no sé, veinte, y al dejar de perseguirlo, aparece: mindfulness. Metáforas de la vida. Cojo el teléfono, me meto debajo de la sábana para no molestar -aunque el Peda creo que duerme- y lo encuentro: "Esto no es mindfulness" se titulaba. Lo analizo como una anatomopatóloga haría con un tejido: es un texto que Mini llamaría de "pick me girl" [de ay, mírame, qué desazón vital la mía], voy saltando de una idea a otra usando conceptos de mindfulness, hablando de sensaciones, barrotes fríos, colores intensos. No tenía foto de otonio, sino un corazón de piedras que hizo Mini en una playa. Cierro. Otra vez está todo oscuro. El texto no tiene un pase, me digo, pero me pregunto si sería capaz de escribir algo así ahora. Para qué. Para quién. Algo ombliguista, desorganizado,  lo que ahora llaman "intenso". 

Uno de esos encantadores pubs de río

Lo que me llama es ponerme la armadura irónica, académica, auto-flagelatoria, graciosa, pick-me-girl, profesional, la que sea. Y escribir, por ejemplo, sobre política (Santayana me persigue). O de la muerte de Unabomber (este me fascina: oh haberle podido entrevistar). O de si percibimos el instante antes del evento que nos matará si fuera muerte traumática (la neurociencia tiene mucho que decir y Di-sesuda podría aplicarlo al submarino aquel; yo insalivo pensando en documentarme más). 

O de identidad sexual. Escucho un programa, leo una guidelines, voy a una charla: un catedrático de California dio datos para mi puzzle. Alguna vez hablo con gente de esto, gente que no ha leído nada serio del tema y "opinan desde su culo", en riguroso directo. Lo tienen todo tan claro. Qué fácil debe ser la vida para ellos, los que se suben a un carro y militan en un bando. Lo peor es que han entrado ya los buitres: la privada ha encontrado un filón. Hormonas, intervenciones, aquí hay pasta nena. Listas de espera en la Seguridad Social que está paralizada por la falta de evidencia o por las "guerras culturales" son música para los oídos de los cowboys de turno. Desregularización, el Wild West: estamos en los últimos coletazos del capitalismo, y veo el proceso cómo finalmente petará con claridad.  

Humor inglés
Ayer me compré un vestido, el primero creo desde la pandemia. Ayer reventé una botella de cristal en el congelador - me la olvidé.  Pero la noticia no es esa, sino que estando en negro, lo compré en verde. Y no uno cualquiera, es un verde excesivo [seguro que tiene un nombre, pero el pantone más aproximado me dice google sería el #00C040]. No es un verde esperanza, no me enganio, la cosa está muy malita. Cuando ataba la bici, un barrendero me preguntó "dónde trabajaba": era King's Road, en tiendas de ropa aún me preguntan si nos quedan tallas de esto o aquello. No tengo ni idea de porqué (sigo con el verde), tal vez para dar una alegría a mi madre, que siempre se mete conmigo por mis vestidos negros. Efectivamente, se alegró. La vida a veces es así de fácil, pero la mayoría, no. Ayer saqué una tarta en la que ponía "not suitable for home freezing" que había metido el día anterior en el congelador. No estar en lo que se celebra, yo, y la tarta, bien mala, aunque los invitados fueron amables, dos hasta se la terminaron: no se puede pedir más.

Algo marítimo, seguro
Cambiar el mundo, que el mundo no nos cambie a nosotras. Parar. Pero cómo parar cuando ya se está inmovilizada - por un montón de, en el fondo, chorradas. 
No puedo parar de analizar, no sé despejar esos balones, queda claro que no sé hacer mindfulness. 

Estoy en el balconete, el Peda al lado lee un libro que le he dicho que no merece sus 600 páginas, hace un sol que es un regalo. Mis geranios se están secando. No puedo ponerme el exceso verde para ir en bici, aunque nadie diría nada. Chiswick frente al río me ha encantado, quiero allí un pied-a-terre para el finde, y escribir en un balconete a ese Támesis tan amable aquí, intentar dejar pasar a Updike a estos derribos que es mi mente, comprar tartas esta vez sí, congeladas, y ser conocida en el vecindario como la chica de la tienda de verde #00C040. 

Esto sigue sin ser minfulness. El día que lo consiga tal vez deje de necesitar este blog.

20 junio 2023

Trucos para motivarse los matados deportistas. Di no a las tentaciones: hazte con un mástil. Perdida en el cementerio de North Sheen

El pasado domingo fue la famosa (en la isla, el lector de fuera pensará "en su casa la conocerán") carrera ciclista Londinium-Brighton.  Son 85 kms y al final hay una cuesta-monstruo, la Ditchling Beacon, de 1.5 kms con un gradiente medio de 9%. Total que el sábado me llama un amigo que la iba a hacer pero que hay "cambio de planes" y que si quiero su plaza. Sugiere que diga que me llamo Roberta o bien que soy un tío y a ver hoy en día quién me dice que no soy Rob en el check-in. 

La ruta: parece fácil

Cuelgo y me enfrento a mis fantasmas. Una parte dice sí, sí, sí, qué chulo, me encantaría. La otra: ¿85 kms, en serio? Y contrataca la feliciana: ¿pero no demuestro en mis paseos (el último casi hasta Kew Gardens) que soy The Machine? Y la mala: ¿Y la cuesta? Te recuerdo cuando subiste a Hampstead Heath. Y la otra: no hay problema, no tengo sentido del ridículo para estas cosas: me bajo y lista. 

Y ya siguen solas, las dos partes: ¿Y si no puedes seguir a los 40 kms? Porque hay apoyo durante la ruta para bicis rotas y enfermos, pero si es solo "cansancio" y no soy "material-de-ambulancia" ¿qué haces? ¿Fingir un yuyu, un desmayo, tal vez un infarto? ¿Un ataque de pánico les vale?  

Vale, hay "elevaciones" pero
los descensos prometen

Por mera falta de entrenamiento no veo a la organización fletando una furgoneta para que la Princesita Di sea devuelta a su castillo (esto ya ocurrió en la isla de La Graciosa: se trataba de Mini con 6 anios y los de alquiler de bicis "La Molina" rescatadores tienen hasta un divague de gratitud aquí). Dice Rob que él no había contemplado esta eventualidad, pero que "puedo buscar una estación de tren y volverme en el susodicho". Claro, fácil: visualizate haciendo más kms buscando la estación fuera de ruta, y por fin colgadísima en un pueblo perdido con su bonita iglesia de torre cuadrada, tirada en un césped, comiendo las últimas nueces y constatando que, después de todo, esto no es Suecia, sino el UK, así que el tren está cancelado. 

This is the life:
té helado, Hammersmith y
whatsapp grupal 

El caso es que gana la mala (o la razonable, o el "instinto de conservación"). Y la principal rabia que me da no es "ver si lo puedo hacer", sino lo bonita que debe ser la ruta (recordemos, soy yo= rutas escénicas, a mí!). Nota: si se clica en el enlace de Ditchling Beacon de arriba se puede apreciar el verde de esta isla que es de otro planeta, y qué debe ser ver el mar desde arriba (me daría para una serie poética aquí, oh capitán, mi capitán). En fin, que Rob y otros amigos han dicho que "otro anio lo haremos juntos" y yo he dicho sí, pero secretamente he pensado "mientras me divierta en la preparación", porque si tengo que salir a entrenar como una carga, paso. Cuando salgo con bici nunca me da pereza pero el resto de los deportes me aburren porque todos requieren para mí un esfuerzo, un qué-rollo inicial. 

Siempre habrá matados a los que les guste hacer deporte (a los runners no puede ser, o sus caras mienten), pero hasta el Peda, adicto al correr, a veces ha confesado que salir le da un nanosegundo de pereza. Por ello, para motivarse, se usan un número de trucos psicológicos, que es de lo que yo, créanme, venía hoy a escribir antes de la breve introducción. Por ejemplo, el otro día en el parque vi una pegatina que rezaba: "Pushpartner, encuentra a tu pareja óptima de entrenamiento", alguien "que te motive, aumente tu rendimiento y compruebe que cumples tus objetivos". O sea, necesitan un compa que les empuje a hacer ese rolllo (que sí, que toda la teoría me la sé, que es necesario y positivo y lo de las endorfinas de luego y que te sientes bien y demás). Ahora: no me digan todos esos deportistas que necesitan de esos Pushpartners o lo que voy a contar ahora que les encanta ir a correr o al gimnasio. 

Este principio psicológico para lograr objectivos consiste en involucrar a otra gente. (imaginemos que yo hubiera usado esta entrada para ponerme presión para ir a Brighton el anio que viene: "a los divagantes pongo por testigos!!", pero no). No solo se aplica al deporte,  puede ser cualquier cosa, desde una dieta hasta leer el Ulysses: si lo has dicho, si tienes un grupo de presión ante el que "rendir cuentas" es más posible que sigas con tu objetivo. De hecho, incluso hay webs como stickk en las que la gente se apunta para eso: tener incentivos y a quien rendir cuentas si no lo consigues. 

Puente de Barnes, marea baja, perros baniándose

Otra estrategia motivadora es arriesgarte a perder pasta. En COU (mi primera experiencia de cole no-segregado, nos mezclaban con los chicos del cole de la misma orden), el cura que hacía de director decía que "la única manera de llegar a la gente es por el bolsillo", por tanto en lugar de castigar cobraba cien pelas al que llegaba tarde o decía un taco. Le llamaban "el simca", trillado "simpático pero cabrón") porque aplicaba eso de "todo es la economía, idiota" (ahora aunque parece que va bien en Ejpania eso no importa, hay otras cosas mucho más importantes como que esta se rompa). Pero volvamos al principio psicológico: dicen que hay gimnasios (dicen, yo aparte de hacer el ridículo veinte minutos en el de un hotel, no he pisado uno en mi vida) que te penalizan si no vas. Te cobran si no haces uso! Genial pero sigo estrujándome la cabeza sobre cómo aplicar este principio con Mini: ¿empezar a quitarle de su paga si no hace lo que sea? ¿Cuánto tiempo le costará quedar en números rojos?

Pero no tiremos la toalla, la propia Mini, sin saberlo, utilizó el principio "resitir la tentación ayudando a tu yo futuro ante esa tentación" para sus exámenes finales hace un par de semanas. Nota divagadora: si hay una cosa de esta fase de mi vida adulta que me gusta es que ya no hay exámenes (digo fase porque hubo una época en las que había, igual que hubo Máster del Universo y demás mandangas). Cuando la gente me habla de hacer un PhD (tesis doctoral) pienso, qué-me-estás-contando. A estas alturas de la vida no me motivan ya los laureles; sí aprender, pero de otra manera que la de los exámenes: oh aquellas tardes de domingo, la noche previa, los nervios. No: a los divagantes pongo por testigos y tal.

Y eso que en aquella época teníamos muchas menos tentaciones, en concreto solo tres: tele (si en un descanso la ponías solo había "Tarde de toros" -claro que vuelven, tengo entendido), frigorífico (casa de tu madre, palabras mayores) y teléfono (supletorio góndola verde glaciar) para hablar con alguna otra desdichada. ¿Qué debe ser estudiar hoy con teléfono móvil? Pues volviendo a Mini -una de las personas más relajadas que conozco- se desinstaló TikTok porque hasta una adolescente tranquilona se da cuenta de su poder adicctivo. Esta estrategia se puede combinar con la uno, la de presión social:  hay chavales que les piden a sus amigos que les cambien la contrasenia, y viceversa, y bajo ningún concepto se la digan antes de que terminen los exámenes. 

Esto es la otra Londinium en marea baja:
unos kms abajo está turistaland

Esto de prever la tentación futura es tan viejo como por lo menos la Grecia Clásica. Homero lo sabía muy bien: ¿qué hizo Ulises para resistirse al canto de las sirenas? Se ató al mástil para que en el momento futuro de debilidad, las cosas ya no dependieran de él, porque en esa situación, sabía que iba a caer en la tentación. Conócete a ti pispa. Creo que es el trozo que más me gusta de la Odisea. Que sí, que molaba mucho lo del Tío Oscar (Wilde) que "la mejor manera de vencer una tentación es caer en ella", pero hoy estoy razonable hablando de psicología y no voy a calentar las cabezas con "pisa el acelerador". La psicología lo que dictamina es "dile a esa chica que no llame más" (estoy muy Sabina, ya que no pude ir al concierto). La mejor (tal vez única) manera de intentar manejar algo irresistible es poner barreras al momento futuro en el que experimentes la tentación, haz algo en el presente que limite tu comportamiento futuro. Corolario: no tengas chocolate en casa. 

Otra que me parece particularmente efectiva es la de establecer ese nuevo hábito como parte de tu identidad. Pongamos que hay alguien cuyo objetivo es comer menos dulce, y cuando sale a cenar con amigos puede ser "la persona que no come postre". Yo os cuento que he pasado sin darme cuenta a ser "la persona que no come pollo". Fue un proceso totalmente inconsciente que comenzó con un asco tremendo tras leer cierto artículo en The Guardian (ahora podría enlazarlo y todos acabaríais, como yo, "vegetarianos de pájaros"). Aunque otra técnica es apelar al sentimiento (e.g. gente que se quiera hacer vegana se puede poner fotos de corderitos o terneritos en la nevera) esta no fue necesaria en mi caso porque me caen mal los pollos (claro que no me gusta ver a ningún bicho sufrir, ni a ellos). Pero este anio usé lo de la identidad en la cena de Nochevieja: la anfitriona, una tía majísima del Peda que no sabía nada [claro, esto no es algo como "me gusta viajar" o "toco la guitarra"] puso pularda. Mi identidad "no-como-aves" salió a escena: no se discutió, ni resulté maleducada. Tal vez loca, pero qué podemos hacer.

Total que todas estas técnicas sirven para las "resoluciones de principio de anio", y yo estoy escribiendo esto en Junio, cuando estamos todos hasta el gorro y lo que necesitamos es una huida hacia adelante o un arma. No me acuerdo si hice una resolución este anio, solo que el finde completamos una tarea que empezamos con mis compas de piso en la pandemia (así de ejecutivos somos en esta casa). Se trataba de elegir un montón de fotos (en concreto 36) e imprimirlas (21x21) para poner en la subida de la escalera como mosaico. Esto nos ha costado una vida porque somos de izquierdas luego no nos poníamos de acuerdo. Matices. La selección ha sido traumática: tenían que ser fotos "emblemáticas", fotos de viajes en lugares que quisiéramos recordar y fotos que cuenten una historia y, fundamental, que yo saliera bien. Creo que no he usado ninguna técnica motivadora (los principios están basados en el podcast de neurociencia de David Eagleman "Inner Cosmos") porque lo fundamental es conocerte a ti misma y saber qué te hace click (en mi caso, "las vistas" vs. "he pedaleado a Brighton"). Creo que para mí, el empujón final lo ha dado en esta época bastante erial, tener en el pasillo que recorro tantas veces imágenes de lugares donde lo pasé bien. Personaliza y Objetivo Cumplido.


A la izquiera el cementerio de North Sheen
-mi ruta por el río ya la sabéis

Y tampoco era un objetivo, pero en mi ciclismo del domingo me llegué siguiendo el Támesis hasta un barrio llamado North Sheen donde yace el escritor Manuel Chaves Nogales, del que ya divagué sobre su libro "A sangre y fuego" . No había leído antes (viva la planificación, Di!) que no tiene ni lápida, así que según lo que dice "maps" y la foto de "images" debe de estar aquí: esta foto es mía. Tal vez otro día, suba al cementerio de Highgate, donde anda que no tienen bien localizadas las tumbas de ídolos del divlog como George Elliott, Faraday o el Tío Karl. Esto podrá ser uno de esos entrenamientos felices: a Highagte Hill se la conoce como la "Grande Dame" de las colinas del norte de Londinium, casi un kilómetro con un gradiente de más o menos el 7%. Quién teme a Ditchling Beacon? Espérame Brighton!

La no-tumba de Chaves Nogales
en North Sheen


Subir a Highgate: telita


15 junio 2023

"Publica o Perece" es hoy "Paga y Publica": Una investigación de la Dra Vagando

El email

Estimada Doctora Vagando,

Le escribo este email tras haber leído con mucho interés su artículo titulado X publicado en Y.  Creo que su trabajo merece admiración. He compartido los resultados de su estudio con mis colegas y otros académicos de nuestra comunidad científica, que también lo han elogiado. Para mí, su estudio muestra su gran potencial de influir e inspirar a tantos compañeros investigadores y académicos. 

WTF?
Su búsqueda infatigable, su exploración de nuevas dimensiones en su campo que coinciden con la nuestra visión editorial me lleva inmediatamente a querer saber más de su trabajo de investigación actual. Me gustaría conectarla con nuestra red de eminentes investigadores de su campo, a la vez que reconocer su universidad. 

Además, soy la Editora Jefe de los Global Journals, y cordialmente le invito a que envíe su investigación futura para publicación en el Global Journal of Whatever. 

Como suponemos sabrá, la organización de Global Journals publica múltiples revistas impresas a nivel internacional, con referencias, revisadas por pares e indexadas. Durante más de dos décadas, más de veinte mil autores han publicado su investigación con nosotros. (Sigue un párrafo de autobombo)

Quedo a la espera de su respuesta favorable cuanto antes para reservar un espacio en el siguiente número del 15 del mes que viene.

Espero establecer una exitosa relación académica con usted. Estaré en Edimburgo la semana que viene para una reunión científica. Por favor, envíe su número de WhatsApp para hacer más fluída nuestra comunicación. Mi asistente de inmediato la a
ñadirá a mis contactos, asegurando una comunicación continua.

Con los mejor deseos,

Dr. Fulanita de Cual
Global Journal of Whatever, USA

Di-de-día, Di-de-noche
Sí, este email es real y lo recibí el pasado mes de abril en mi "correo de día". Deberían saber que la autora de este blog es solo el lado oscuro de una ciudadana ejemplar y que ambas comparte esto del teclado. Di-de-día también pasa las horas escribiendo, solo que mucho peor y sobre asuntos mucho más aburridos que la Di que el divagante conoce, que lo hace de noche. Esto es porque la Di-de-día escribe encorsetada por diversas "reglas del juego" y no puede usar la ironía, ni el exceso, ni la divagación como herramientas (más bien armas) de apoyo. Eso sí, se supone que con ellos ayuda a la humanidad, cosa que dudosamente se puede decir de la Di-de-noche. Y cobra, ídem. 

La Di-de-noche espera que algún productor la descubra (como le pasó a Maribel Verdú o a Kate Moss) y le diga "nena, tú vales mucho, aquí tienes el sueldo de Nescafé: deja la escritura luminosa y céntrate en lo oscuro". Por lo que sea, esto aún no ha ocurrido, pero la inasequible al desaliento Di-de-noche sigue publicando en este blog decadente con cierta regularidad hasta que suene la flauta. 

Pero ay, hasta ahora nada: bueno, una vez me plagió la Cadena SER y logré que me citaran en su podcast: "como asegura Di Vagando en su blog divagandodivagando..." dijeron.  No es cómico? alguien con ese nombre de calambur y avatar de mala de Disney citado en una sesudo podcast literario. Podría haber sido peor, con otros hombres, imaginemos: "como defiende la Abeja Maya en su reputado blog Nomejodasquemeincomodas"...

Pero divago: decía que el productor billonario aún no me ha escrito exigiendo que venda mi alma al diablo, pero demos paso a la doctora Fulanita de Cual, que parece que intenta, a base de algo de jabón, que la Di-de-día  publique su investigación en su prestigiosa revista. 

Open Access 101
Nota: para quien no esté al tanto de lo que es este mundo de las publicaciones, resumo en un párrafo, o bien les envío a este artículo del otro día de El País: "Un científico que publica un estudio cada dos días muestra el lado más oscuro de la ciencia"

Para verlo entero (merece la pena)
se clique aquí

Si antiguamente querías leer un artículo tenías que suscribirte a la revista, o hacer una petición vía la biblioteca de tu universidad o centro. Desde que llegó el Open Access recién estrenado el milenio, muchos de los artículos están abiertos, son gratis. Pero recordemos la máxima que le repito a Mini: nada-es-gratis. Si algo lo parece, tú (tus datos específicamente) eres el producto (alguien más rechaza todas las cookies? Es un rollo, pero yo he empezado a hacerlo, aunque no creo que sirva de nada). 

Para hacer el modelo viable, lo que ha ocurrido es que han empezado a cobrar a los autores de los estudios por publicar. Y las cantidades van desde unos cientos de dólares hasta nueve mil, en revistas como Nature o Science. 

La situación es kafkiana: los investigadores trabajan, generalmente en una universidad financiada con dinero público, mandan el estudio para publicación que es revisado por otros investigadores gratis, y por fin, cuando es aceptado, han de desembolsar otra gran cantidad de pasta -que a no ser que lo paguen de su bolsillo, también viene del dinero del contribuyente- para que se lo publiquen. MDPI (Multidisciplinary Digital Publishing Institute) es una de estas macroeditoriales de acceso abierto que tiene 427 revistas de dudosa calidad, pero hace mucha pasta. Porque no será dificil de entender que si cobran por publicar, esto es ya un negocio que tiene poco que ver con el avance de la ciencia. Pero volvamos a nuestra historia. 

Carta Nigeriana?
Di-de-día lee el email con cierto humor porque, en serio: quién escribe cosas como "Creo que su trabajo merece admiración. Su búsqueda infatigable, su exploración de nuevas dimensiones" (he traducido el email, pero en inglés suena peor si cabe). Qué es esto? Una Carta Nigeriana? Así que, pese a lo de ciudadana ejemplar, tras haber mandado unos cuantos emails de este estilo a la papelera, hoy decido contestar para ver qué pasa,  tal vez echar unas risas y, por supuesto, quizás allimentar al monstruo, Di-de-noche. 

Previos estudios de la Dra Di
Se trata de averiguar qué ocurre si se sigue el juego. Alguien ha intentado llevar estas cosas al final? Yo tengo algunos ejemplos. 

En mi época juvenil, con los Testigos de Jehová: alguna vez los hice pasar al salón (para horror de la Yaya) y debatíamos. En Nottingham los de otra religión traían una revista con amaneceres y el Peda quería que se la cambiara por otra de artefactos sadomaso que llegaban por correo al anterior inquilino. 

Alguien ha probado a decir que sí, que has tenido el accidente que dicen que has tenido en esas llamadas telefónicas?  Yo al principio alguna vez les pregunté "si estaban contentos con trabajar en algo que trata de enganiar a la gente" (colgaban), pero luego también he probado varias veces a seguirles el rollo, sí, sí, estoy muy dolorida, y también colgaban. 



Hemos venido a jugar: intercambio de emails
Pues bueno, esa era la idea: ya sé que quieren pasta, pero a ver cuánto les cuesta decirlo. Así que contesto: "Estimada Dra de Cual: Gracias por su email. Discupe, pero no me queda claro qué quiere de mí.  Si es que les envíe un artículo para su consideración, lo tendré en cuenta para el futuro.  Con los mejores deseos, Di Vagando".

Al nanosegundo, la ocupadísima Dra de Cual está contestando: que aprecia mi interés y que lo que quiere es que empiece publicando, luego revise papers de otros, e incluso organice conferencias internacionales de mi ramo. Me vuelve a dar fechas de entrega  y como "autora invitada" (me hace sentir como "estrella invitada", anda que no saben), ellos harán el formateado y tó "sin coste y con prioridad". 

Soy la estrella invitada

O-o: ha dicho "sin coste" en referencia a la edición (qué cree, que iba a mandar yo nada sin pasarle el autocorrector y justificar? ni que leyera este blog!), pero sigue sin hablar del elefante en la habitación. Tensemos: le digo que tengo una investigación en fase análisis pero que no estará lista para su fecha. Sin embargo, puedo producir un "Case study" (viene a ser como esos capítulos de Serial en los que salen pacientes, pero sin el drama) interesante que tengo por un cajón. Encojo los ojos y le doy a enviar. 

Pues nada: no me ha mandado a freír espárragos. Asegura que lo ha hablado con sus colegas (río) y que les parece que "mi investigación va perfectamente con la visión de la revista" (pobres). Así que lo termine (de una puta vez) y lo mande (joer). Y de nuevo, quiere fechas (coñoyá). Eso sí: de pasta aún no se habla; será mejor esperar a que los incautos metan horas en escribir su cosa antes. 

Duelo de Titanes (siguen emails)
Será que no me ha entendido? Contrataco diciendo que esto no es "investigación" sino un mero "caso clínico", que si le parece bien aún porque sigue hablando de "estudio". Más preguntas sobre número de palabras y marear la perdiz. Y por fin, hago la pregunta del millón: "hay algún coste en este proceso?".

Y ahí viene donde la matan: sí, mona, son solo 1126 dólares del ala (un párrafo de detalle de todo lo que cubre, una lágrima se desliza en mi mejilla, sufren bucho). Pero pero pero, no se vayan todavía, aún hay más: "de acuerdo a su perfil y el estatus de estrella invitada, tiene derecho a un descuento porque nuestra sociedad esponsorizará el resto bajo la beca de este año. La tarifa final por ser vos quien sois (bondad infinita, añado yo) será de 588 dólares". Ah y esto incluye un ejemplar de la revista a todo color que se la envían a mi mami con mayorettes que a buen seguro le hará mucha ilusión. 

Comienza una cuesta abajo y sin frenos de saldos: le agradezco -con el dedo corazón levantado- todas sus deferencias, pero sayonara baby. A lo que contesta, ya sin florituras, me suena a "deje el maletín con billetes marcados": "El mejor precio que podemos hacerte es 210 dólares". Le agrezco de nuevo, pero aún así no estoy interesada,  y concluye, inasequible al desaliento con un "gracias por haber sido tan cortés de respondernos, espero futuras colaboraciones ". Claro, la Dra de Cual está alucinada porque, a no ser que tengas a una Di-de-noche que quiera escribir un divague sobre el tema, estos emails van directamente a la basura. 

Corolario
Y ahora hablando en serio: es un drama. En primer lugar, quién cree en la ciencia ya más? Una niñata estudiante que pasó por mi equipo nos robó datos y su padre le pagó una publicación. Qué sentido tiene la revisión de colegas (peer review) si ante todo, quieren trincar la pasta luego van a publicar cualquier cosa, loquesea (véase con mi investigación venida a "case study" y me aventuro a que les ofrezco un divague de los largos -o sea, cualquiera-, y me lo aceptan). Un tipo hizo una investigación enviando artículos falsos a estas revistas y se encontró que el 60% fueron aceptados (Who is afraid of peer review?) 

Otra cosa que está ocurriendo es que no hay suficientes reviewers para tanto como se genera. 

Y luego: por qué con dinero público se está enriqueciendo a cuatro editoriales? No sería la solución que cada universidad simplemente tuviera en su web los artículos de sus investigarores y hubiera peer review y se abrieran el acceso entre ellas? Para qué pagar al intermediario? Este no deja de ser un ejemplo más de cómo el capitalismo nos fastidia a casi todos, para que ganen unos pocos. En el siguiente email le preguntaré a la Dra de Cual si se siente orgullosa de su trabajo, tanto título para acabar intentando enganiar a la gente, como los que llaman a tu móvil a la hora de la siesta o los de las Cartas Nigerianas.

"Publish or Perish" es hoy "Pay and Publish". Recordad, mis divagantes: todo es mentira. Tristemente, este divague, no. 

11 junio 2023

Calor y calor y surfear las orillas del Támesis

Hoy (o sea, ayer, esto lo empecé el sábado) ha hecho calor. Calor como hace en Londinium, no exageremos. Lo sé porque hoy (o sea, ayer) he pasado mucho tiempo en la calle:  tenía que hacer un recado y luego, como iba con la bici, "lo que surgiese" (este sintagma siempre me recuerda a ese anuncio -o más posiblemente meme, por lo que sea no ando en Tinder- "busco persona para sexo salvaje y lo que surja"). Lo que han surgido son muchas cosas -pero no, ninguna en la línea del meme. 

El edificio del fondo
son almacenes de Harrod's


En un momento he mirado el reloj y he pensado, las dos, guau, en España, cuando hace calor, a las dos de la tarde no se puede estar en la calle. Persianas bajadas. Nadie fuera. La vida se detiene. Se le da la espalda al sol, a la luz, a la playa. Los días desaparecen en la península en verano, aparte de pronto por la mañana o ya de noche.

Marea baja

A veces me olvido de ese calor: lo invoco recordando lo que era mi vida preparando "los junios", los últimos a
ños que pasé allí . Hacía tanto calor que la única solución -en aquella época no había aire acondicionado en la mayoría de las casas- era poner la cabeza debajo del grifo de agua fría. Dejaba que me cayera el agua desde el cuello, zona occipital, hasta el resto de la cabeza. Esa sensación era maravillosa. Luego me escurría el pelo y me hacía un moño, y me ponía otra vez a estudiar frente al "Tropicano", un ventilador de suelo que subía a una silla. "Hazme el amor / frente al ventilador", decía aquella canción que nunca me gustó, igual que la expresión "hacer el amor". Horrrible. Al poco se secaba el pelo, repeat. 

Este es "Capability Brown",
padre de la  jardinería paisajista
de este país. La clase de preguntas
que hacen en el examen de ciudadanía (grr)


Un amigo que tiene un piso en un pueblo de Huelva me contaba ayer que sus amigos de allí quedan a las diez y media para cenar. El lleva aún más a
ños que yo en la isla y odia ya salir tan tarde. Pero es el calor lo que mueve el mundo. Yo creo que de vacaciones en Grecia es distinto. Nadie me creerá, pero lo es. No te entierras en vida en casa durante las horas centrales del día: vas de playa en playa o te asas en una visita, y luego te bañas en la siguiente. Nuestras familias piensan que estamos locos y creo que ningún residente español lo haría. Pero los que vivimos en la isla no podemos entender una vacación donde te escondas del sol y donde tengas que estar metida en un aire acondicionado medio día. 

Puente de Hammersmith: cerrado por grietas


Un jardín


Como digo, aquí el calor es distinto: puedes estar en la calle. De hecho, te sientes culpable si no estás en la calle o en su defecto en el balconete (desde donde escribo esto, ya es domingo cuando retomo). Ayer hizo un día espectacular: 29 grados y un sol saltarín y feliz jugando con el río, que estaba maravilloso. Llamadme Antoñita la Fantástica, pero es que los hambrientos somos así. 


En estos días de bici con sol "lo que surge" suele ser por el río. Antes las ciudades vivían de espaldas a sus ríos -ahí se echaba toda la mierda- y ahora eso está cambiando. Me encantan los ríos, particularmente los de monta
ña, los que hacen ruido - recuerdo el de Lucerna, tenía el hotel enfrente, dormir con ese ruido (fue así? o lo he fabricado? tenía 16). Vetusta vivió a espaldas del Ebro: ha cambiado esto? Creo que se intentó, pero cuando voy por allí nunca tengo tiempo de pasear tranquilamente por "las márgenes". 


El Támesis es un festival, este sí que me lo estoy aprendiendo, como si fuera el cuerpo de un amante-surrogado, para aquellos que no estamos en Tinder. Hacia el este es Dickens, es la Revolución Industrial, barcos que llegaban de la India cargados de té, sus almacenes con poleas, Brunel y sus puentes. Hacia el oeste es vacaciones, es como salir al campo. 

Cómo se llaman los escalones que bajan al río

Ayer llegué hasta Barnes, un barrio pijo -aquí viven Stanley Tucci, Gary Lineker, Brian May-, donde el cole de Mini tiene su almacén y "trozo de río con plano inclinado hacia el agua" (desconozco la palabra, no es amarre) para bajar las traineras (barcos de remo, desconozco si en castellano se llaman así aparte de las de Pasajes). Había mucha gente remando, y también peque
ños veleros. Me encantaría remar igual que voy en bici: ni por estar en forma ni por competir, solo por pasármelo bien. Si un día sale como ayer (o como hoy), entonces quedar con las compas y remar. Pero si un día está miserable, quedarme leyendo: no questions asked. Como se trata de un equipo y habrá que entrenar, me temo que esto es imposible a menos que quieras ser la rémora del equipo. La bici es algo que puedes hacer tú sola, ir donde quieras, a tu velocidad, parándote cuando te apetezca, leer tu libro, escuchar tu música, tu podcast. 
Trainera o lo que sea.
Lo de la dcha es el estadio del Fulham.
Lo de la izda, culpemos a la fotógrafa

Hoy, 11 de Junio, hace exactamente un a
ño de "la noche que fui superwoman" -50 kms en una carrera nocturna por la ciudad. Esto no ha sido planeado, hoy simplemente estoy en un "high" después de mi paseo de ayer (y el de hoy, hacia el este). 

Sé que mi ruta no interesa a (casi) nadie, así que se lo pueden saltar, pero hasta he puesto mapa y la voy a narrar en presente para mayor efecto. Empieza en la parte inferior derecha, Clapham Junction -la estación monstruo de la zona- y de ahí salgo al río por Cotton Row,  pasando bajo el puente de Wandsworth y luego "The Ship", un pub que está siempre petado (algún día venir con amigos: nota mental). El centro de reciclaje del la zona te obliga a salir un poco del "Thames path" (paseo del río). Entro de nuevo, cruzando el río Wandle y termino, tras un poquito de buen Thames Path (poca gente, en el centro está imposible) en Wandsworth Park. Lo siguiente es Putney, pero ahí cruzo al norte por un puente que solo es de trenes y peatones (hay una especie de guía metálica para subir las bicis por las escaleras, se agradece no tener que echarla al hombro). 

Mi ruta de ayer


El norte del río es otro planeta, dice la gente. Para ellos el sur es "caótico": yo nunca he vivido ahí, luego no lo entiendo, I dont know any better. El Putney Bridge por debajo desemboca en Fulham, en el Bishop's Park, lleno de familias, ni
ños en los columpios, ese aburrimiento. El campo de fútbol y vuelta a entrar al Thames Path que está genial hasta Riverside Studios: hay poquísima gente y se puede salir a unas terracitas frente al río a tomar el sol. Esto es otra ciudad del South Bank de los turistas: divagantes, cuando vengáis a Londinium, venid aquí. 
Veleritos


En el Puente de Hammersmith me separo del río -por debajo del horrible escalextric que he pasado muchas veces en coche por arriba para ir hacia el norte de Inglaterra- para un nuevo Ice Chai Latte. Hammersmith es un barrio "arty" que no conozco: he de venir más. Cruzo sin embargo al sur por su puente, que está cerrado al tráfico por motivos de seguridad. Es de hierro, muy bonito. Hago fotos. Escucho un programa de radio en el que dicen que nadie en Barcelona lleva abrigos de piel, pero en Madrid y León sí. Ya decía la Yaya que "los catalanes van diez a
ños por delante". Veo el pub del río donde estuvimos una vez con los Jekes- aún estaba abierto el puente para el tráfico. En el sur, sigo por el meandro de la Reserva Natural Wetland, un camino de tierra rodeado por árboles, pleno bosque. Es precioso pero la gravilla no me gusta, ni con bici de montaña como la mía. La última vez que me caí fue por tema superficie -aquella vez demasiado fina y mojada. Por fin, Barnes y de allí vuelta a casa.

Desde Wandsworth Park


 La vuelta siempre es un segundo de bajona, porque tu cuerpo quiere seguir más y más adelante, ver cosas nuevas. No hay deporte como ir en bici -lo llamo deporte por llamarlo algo, más bien debería decir "actividad": lo tiene todo. Los neurotrasnmisores del ejercicio, los de ver tu ciudad, los puramente sensoriales de "deslizarte" -oh, qué debe ser volar. 




O qué debe ser surfear. Yo ya expliqué aquello de que en otra vida, en una en la que naciera en San Diego, o Donosti, o San Simeon, o en Prassonissí, sur de Rodas, o en Tahiti, o en Gozo, o en Maui, lo que me habría encantado hacer es surfear.  Me planteo si debería añadir un di-stinitvo al blog llamado "olas", porque no veas lo que me sale en una búsqueda inocente.  Para finalizar incluyo una ola que debe ser muy famosa pero yo no la conocía y me parece espectacular. Está en Barra de la Cruz, Oaxaca, México (y sobre ella se hizo un documental titulado "A fistful of barrells"). Solo mirarla me parece hipnótico. 

Qué debe ser volar o surfear. A los más (o solo)  terrenales como yo, nos queda pedalear, que viene a ser una muy buena aproximación. 

 

07 junio 2023

¿Quién eras cuando leías a Martin Amis?

El otro día murió Martin Amis e hice dos cosas: Una, como suelo, fui a buscar mis subrayados en sus libros: para recordarle pero también para ver en qué estaba yo en esta época -ya dice Valeria Luiselli que su diario son lo que subraya en los libros que lee y me pasa igual, sobre todo en aquella época en la que no había divlog. Y dos: leí la entrevista que le hicieron en 1998 en "The Paris Review" [compré tres de los cuatro volúmenes el otro día de segunda mano: maravilla].


Qué será la vida sin subrayados y anotaciones

Antes de entrar al contenido de esos subrayados del pasado, constatar que subrayaba y anotaba menos que ahora [me pregunto, a dónde nos llevará esto, ¿voy a terminar escribiendo otro libro en paralelo con cada lectura?] Ha sido esta una evolución (involución, whatever) paralela a la longitud de lo que escribo.


Obligados y sufridos  geranios
con "The Paris Review" hoy
Esto es una observación que no le interesa a nadie, pero donde sí que les importa el número de palabras que mis incontenidas yemas de los dedos emiten es a un par de jefecillos grises del curro que no entienden nada. En aras de la productividad, hemos tenido que recortar los informes, quedando una versión amputada de la gloria anterior. ¿A quién le gusta? Solo al par que no entiende nada y a los de finanzas: a nadie más.

Pero ah, no les aburriré con mis andanzas de día; de noche, o sea aquí ("me podrán robar tus días, tus noches no"), me adhiero a una frase de Amis en la entrevista que contaré luego "Give the reader hell. Stretch them". O sea, "dale caña al lector, rétale, que tenga que trabajar". Y sigue: "el lector eres tú. Al final, escribes cosas que te gustaría leer a ti". Así que por lo menos, gústate a ti - claro que concluye "dentro de cinco o diez años te releerás y te causará dolor ver quién eras". Esto es un deporte de riesgo, solo que sin deporte, yei!


"The Rachel papers" (1973)

Este es su primer libro y mi primer Amis, que leí al poco de llegar a este país -recomendación de un compa de trabajo llamado Neil- cuando aún vivía en Nottingham. Tenía Amis 24 ("nadie se atrevería a escribir esta novela hoy", dijo alguien en el Times) y lo escribió sobre el estudio de su padre, el famoso escritor Kingsley Amis.


Este es el único libro suyo que Kingsley terminó: parece que era bastante exigente y como detestaba también a grandes clásicos, Martin no se lo tomaba particularmente personal (si eso es posible, tu libro!). Justifica que no leía más de veinte páginas de sus libros con que él no podría hacer "lo de las mentiras piadosas" que se hacen los escritores entre ellos. [Nota: de Kingsley solo he leído "Lucky Jim", su novela de campus, ya en Territoria Divlog, pero nunca hice divague - esto entra en cierto modo en contradicción con el principio, pero es que en realidad no escribo sobre todos los libros que leo, en especial no suelo escribir sobre los que no me gustan y más en especial sobre los que meh, o bien no tengo nada que decir, que ya es decir. En este caso no es que no me gustara, tal vez solo meh.


No encuentro "The Rachel papers" en mi estantería y hay una explicación. Los primeros años que vivimos en la isla fueron un poco "de estudiantes", intentábamos acumular poco porque nos movimos bastante, así que los libros leídos los devolvíamos a las casas de nuestros padres. Un día, nos compramos una estantería "Billy" de Ikea que cubría toda una pared y podría usar esto como metáfora de "asentamiento", pero yo qué sé (abajo una cita de Amis sobre este concepto). Lo que sí sé es que si pienso en el lugar donde quiero acabar mis días, una de las cosas que querría en él es todos los libros conmigo. Sé que no es moderno ni nada, vivir con los puesto va más con otras partes mías de estar en el mundo, pero reivindico mi derecho a la incoherencia.


En fin, que "The Rachel" solo recuerdo una cosa: que el autor cuenta que todas las chicas dicen que saben bien sus besos, o más bien el olor dulce que viene de sus pulmones -o idea similar. En estos días en los que todo se puede encontrar a golpe de google, en el fondo me alegra decir que no he podido encontrar esta cita. Tendré que volver a mi libro la próxima vez que esté en Vetusta. 


"Money" (1984)

En Noviembre de 2001 leí "Money", su libro más famoso, en el que se nos cuenta el vivir sin ataduras -y no en la manera poética que estás pensando, más bien sin las restricciones que te puede dar la falta de dinero o sentido común- de un tal John Self (el apellido da pistas). Kingsley Amis tiró el libro a la pared cuando leyó que había un personaje llamado Martin Amis, según él "había roto el contrato que dice no hagas el tonto con la realidad". 


Ah, lo sé, no podéis esperar: mi vida en ese momento. Pues leí gran parte en Tailandia (un doloroso recuerdo cuando este verano iba a repetir lo de inspirarme en el sudeste asiástico para escribir mis crónicas y no va a ser). Es enternecedor encontrar nombres de estaciones [Surat Thani], o un ticket que era la entrada a un curso de cine que hice en la época. También hay un posavasos del "Siam Hotel Intercontinental Bangkok", sorpresa del Peda cuando aterrizamos con nuestras mochilas y sorpresa aún mayor imagino para recepción: no pegábamos ni con cola [por supuesto, había una oferta, pagamos £40 de la época] y uno de esos cartoncitos con olor a perfume que te dan en los aeropuertos del que llevaba yo por esa época "Aromatics Elixir" de Clinique que, oh, aún huele. Abro al azar, y algunos subrayados, que además traduzco, estoy que lo tiro:

"Te quieres sentir bien por la noche o por la mañana? Es lo mismo con la vida: te quieres sentir bien de joven o de viejo? Es uno o el otro, no los dos. Una tragedia".


"No asentarme y no crecer me están matando. Tengo que dejarlo, esto de ser joven, antes de que sea demasiado tarde".


"Cuando dejé mi trabajo me sentí como a final de curso, como un sábado por la mañana, me sentí genial, me sentí ilegal".


"Qué intrigante: la única manera con que consigo que Selina venga a la cama conmigo es cuando yo no quiero ir a la cama con ella"


"Ella tenía fácil acceso a su niña interior. La niña siempre estaba disponible. (...) Su sonrisa es juguetona, pero también inocente, porque el dinero te hace inocente cuando siempre lo has tenido".


"A veces creo que la vida me está pasando como un tren (...) Está pasando, pero soy yo el que se está moviendo. No soy la estación, no soy la parada: soy el tren. Soy el tren".


El "Hola" literario británico en D&D
Soy Martin, qué pasa?
Por qué lo llamaban "the nastiest voice of his generation" ("la voz más desagradable/molesta/despreciable/asquerosa de su generación") espero que quede claro con estas citas, y quien quiera más, el libro está lleno. Eso y verle la cara: en ese aspecto me recordaba a Javier Marías: pobres, no sé si es solo las caras o más bien esa "actitud", que diría Mini, no entran fácil en un "primera vista" (luego a Marías lo lees y ya tal).

Pero no es solo eso: igual que hablábamos el otro día de "feuds", enemistades entre divas de Hollywood, Amis ha mantenido broncas con distintos escritores durante los anios. AS Byatt, la autora de "Possession" -que a su vez mantiene otra rivalidad con su hermana, también escritora Margaret Drabble- dijo que "necesitaba dinero para su divorcio y su arreglo bucal. La bronca más sonada fue con Julian Barnes, que terminó su larga amistad cuando Amis cambió a su agente literaria durante 22 años, Pat Kavanagh -esposa de Barnes- por El Chacal, Andrew Wiley, el agente literario más poderoso del mundo. Kavanagh murió de un meteórico tumor cerebral en 47 días, y Barnes lo cuenta en "Levels of life". Kavanagh le había dejado temporalmente por una relación homosexual con Jeanette Winterson, la autora de "Oranges are not the only fruit"  que no sé lo que opina de Amis, pero seguro que algo.  En fin: que cierro esta sección Hola literario británico sin entrar en los matrimonios de Amis porque no tengo entradas de blog que enlazar. 

Entrevista en "The Paris Review" (1998)
Y por fin,  algunas de sus reflexiones literarias. Sobrevuela toda la entrevista 
lo que ha supuesto para él ser hijo de su padre. Dice aquí -porque luego en otra más adelante duda- que su padre ha sido solo una ayuda para él.  Pero que hay pocos escritores hijos de escritores que hayan producido una obra considerable: en general escriben dos o tres libros y se callan. Según él, como continuó y esto era inesperado, se empezaron a meter con él. 

Es normal que los escritores mayores tengan resentimiento contra los jóvenes: totalmente fucional admirar a tus mayores, a los clásicos, y despreciar a los jóvenes. Cuando un chaval de 25 se pone a escribir le está diciendo al de 50 que "no es así, es asá". El escritor mayor en un punto va a perder contacto con cómo se siente exactamente el momento actual. Es curioso porque yo cuando voy por la calle nunca me siento como una persona de mi edad, y cuando escribo tampoco: siempre me creo más joven. Pero, de repente, me encuentro escandalizándome por cosas que veo que hace o dice la "gente joven" (pasa, Mini),  y eso debe ser hacerse mayor -aunque yo me digo que es ser antisistema sin atisbo de ironía. 

Amis piensa que la trama solo importa en los thrillers. Habla de las "características secundarias" que, aparte de la trama, pueden ser la caracterización, la introspección psicológica... pero eso no es la prosa. Él escribe "novelas de voz". La voz es todo lo que tiene un autor: es un tono, es una manera de mirar las cosas, es un ritmo.


Esto ya lo decía un personaje de Elizabeth Strout: Nunca expliques tu novela. Si te preguntan qué quisiste decir con ella, Amis dice que la respuesta es: "la novela, quise decir la novela".

Amis escribe a mano, y luego lo pasa a máquina, con muchísimos cambios. Según él, nada se compara con la fluidez de escribir a mano. Cuando empecé a escribir, lo hacía a mano, y me resultaba increíble que los escritor@s lo hicieran usando esas cosas que solo existían en ciertas salas de la facultad: los ordenadores. Me parecía que no podrías inspirarte lo mismo. Pienso en Carmen Martín Gaite, escribiendo con su pluma y su boina tan chic (no, la de Baroja como dijimos en "Insolación, no lo era). 


No lee en alto las frases, solo en su mente. Yo encuentro muchas cosas que cambiar cuando leo en alto. No siempre lo hago.


"Mi deseo de escribir es bastante físico", dice Amis. Y lo entiendo.  Amis tenía una oficina a la que conducía cada manana para escribir: su habitación propia.


"La primera cosa que distingue a un escritor es que está más vivo cuando está solo. Las cosas más interesantes le pasan a uno cuando está solo". Pienso en viajar sol@ y esto me recuerda algo que escribió Geoff Dyer sobre el poder de los tríos: cuando hay dos, es un partido de tenis, la tercera persona da un "edge", un ángulo distinto a todo. Viajar solo o en trío es otra experiencia que viajar en pareja.


Y por último, piensa Amis que hay dos tipos de escritores en esto de hablar de uno mismo: los que son razonablemente modestos y más o menos generosos cuando se refieren a sus contemporáneos, y los que son unos egomaniacos que no entienden cómo no se está siempre y en todo lugar hablando de ellos.  ¡Soy un genio! tienen ganas de gritar al final de aquel cocktail. 


Tal vez Amis nos intenta decir que, pese a esa cara y esa actitud, él cuando está en el cocktail no está intentando marcar las distancias porque es un genio, que tal vez si no fuera por su padre no le habrían publicado la primera novela, que no es tan capullo como John Self y que todo lo que tiene es un deseo físico que duele por escribir. O por lo menos es lo que quería decir en esa entrevista en 1998. Ahora solo nos queda leerle un poco más para decidir si esa voz, que desapareció físicamente hace unos días, sigue estando viva.