07 junio 2023

¿Quién eras cuando leías a Martin Amis?

El otro día murió Martin Amis e hice dos cosas: Una, como suelo, fui a buscar mis subrayados en sus libros: para recordarle pero también para ver en qué estaba yo en esta época -ya dice Valeria Luiselli que su diario son lo que subraya en los libros que lee y me pasa igual, sobre todo en aquella época en la que no había divlog. Y dos: leí la entrevista que le hicieron en 1998 en "The Paris Review" [compré tres de los cuatro volúmenes el otro día de segunda mano: maravilla].


Qué será la vida sin subrayados y anotaciones

Antes de entrar al contenido de esos subrayados del pasado, constatar que subrayaba y anotaba menos que ahora [me pregunto, a dónde nos llevará esto, ¿voy a terminar escribiendo otro libro en paralelo con cada lectura?] Ha sido esta una evolución (involución, whatever) paralela a la longitud de lo que escribo.


Obligados y sufridos  geranios
con "The Paris Review" hoy
Esto es una observación que no le interesa a nadie, pero donde sí que les importa el número de palabras que mis incontenidas yemas de los dedos emiten es a un par de jefecillos grises del curro que no entienden nada. En aras de la productividad, hemos tenido que recortar los informes, quedando una versión amputada de la gloria anterior. ¿A quién le gusta? Solo al par que no entiende nada y a los de finanzas: a nadie más.

Pero ah, no les aburriré con mis andanzas de día; de noche, o sea aquí ("me podrán robar tus días, tus noches no"), me adhiero a una frase de Amis en la entrevista que contaré luego "Give the reader hell. Stretch them". O sea, "dale caña al lector, rétale, que tenga que trabajar". Y sigue: "el lector eres tú. Al final, escribes cosas que te gustaría leer a ti". Así que por lo menos, gústate a ti - claro que concluye "dentro de cinco o diez años te releerás y te causará dolor ver quién eras". Esto es un deporte de riesgo, solo que sin deporte, yei!


"The Rachel papers" (1973)

Este es su primer libro y mi primer Amis, que leí al poco de llegar a este país -recomendación de un compa de trabajo llamado Neil- cuando aún vivía en Nottingham. Tenía Amis 24 ("nadie se atrevería a escribir esta novela hoy", dijo alguien en el Times) y lo escribió sobre el estudio de su padre, el famoso escritor Kingsley Amis.


Este es el único libro suyo que Kingsley terminó: parece que era bastante exigente y como detestaba también a grandes clásicos, Martin no se lo tomaba particularmente personal (si eso es posible, tu libro!). Justifica que no leía más de veinte páginas de sus libros con que él no podría hacer "lo de las mentiras piadosas" que se hacen los escritores entre ellos. [Nota: de Kingsley solo he leído "Lucky Jim", su novela de campus, ya en Territoria Divlog, pero nunca hice divague - esto entra en cierto modo en contradicción con el principio, pero es que en realidad no escribo sobre todos los libros que leo, en especial no suelo escribir sobre los que no me gustan y más en especial sobre los que meh, o bien no tengo nada que decir, que ya es decir. En este caso no es que no me gustara, tal vez solo meh.


No encuentro "The Rachel papers" en mi estantería y hay una explicación. Los primeros años que vivimos en la isla fueron un poco "de estudiantes", intentábamos acumular poco porque nos movimos bastante, así que los libros leídos los devolvíamos a las casas de nuestros padres. Un día, nos compramos una estantería "Billy" de Ikea que cubría toda una pared y podría usar esto como metáfora de "asentamiento", pero yo qué sé (abajo una cita de Amis sobre este concepto). Lo que sí sé es que si pienso en el lugar donde quiero acabar mis días, una de las cosas que querría en él es todos los libros conmigo. Sé que no es moderno ni nada, vivir con los puesto va más con otras partes mías de estar en el mundo, pero reivindico mi derecho a la incoherencia.


En fin, que "The Rachel" solo recuerdo una cosa: que el autor cuenta que todas las chicas dicen que saben bien sus besos, o más bien el olor dulce que viene de sus pulmones -o idea similar. En estos días en los que todo se puede encontrar a golpe de google, en el fondo me alegra decir que no he podido encontrar esta cita. Tendré que volver a mi libro la próxima vez que esté en Vetusta. 


"Money" (1984)

En Noviembre de 2001 leí "Money", su libro más famoso, en el que se nos cuenta el vivir sin ataduras -y no en la manera poética que estás pensando, más bien sin las restricciones que te puede dar la falta de dinero o sentido común- de un tal John Self (el apellido da pistas). Kingsley Amis tiró el libro a la pared cuando leyó que había un personaje llamado Martin Amis, según él "había roto el contrato que dice no hagas el tonto con la realidad". 


Ah, lo sé, no podéis esperar: mi vida en ese momento. Pues leí gran parte en Tailandia (un doloroso recuerdo cuando este verano iba a repetir lo de inspirarme en el sudeste asiástico para escribir mis crónicas y no va a ser). Es enternecedor encontrar nombres de estaciones [Surat Thani], o un ticket que era la entrada a un curso de cine que hice en la época. También hay un posavasos del "Siam Hotel Intercontinental Bangkok", sorpresa del Peda cuando aterrizamos con nuestras mochilas y sorpresa aún mayor imagino para recepción: no pegábamos ni con cola [por supuesto, había una oferta, pagamos £40 de la época] y uno de esos cartoncitos con olor a perfume que te dan en los aeropuertos del que llevaba yo por esa época "Aromatics Elixir" de Clinique que, oh, aún huele. Abro al azar, y algunos subrayados, que además traduzco, estoy que lo tiro:

"Te quieres sentir bien por la noche o por la mañana? Es lo mismo con la vida: te quieres sentir bien de joven o de viejo? Es uno o el otro, no los dos. Una tragedia".


"No asentarme y no crecer me están matando. Tengo que dejarlo, esto de ser joven, antes de que sea demasiado tarde".


"Cuando dejé mi trabajo me sentí como a final de curso, como un sábado por la mañana, me sentí genial, me sentí ilegal".


"Qué intrigante: la única manera con que consigo que Selina venga a la cama conmigo es cuando yo no quiero ir a la cama con ella"


"Ella tenía fácil acceso a su niña interior. La niña siempre estaba disponible. (...) Su sonrisa es juguetona, pero también inocente, porque el dinero te hace inocente cuando siempre lo has tenido".


"A veces creo que la vida me está pasando como un tren (...) Está pasando, pero soy yo el que se está moviendo. No soy la estación, no soy la parada: soy el tren. Soy el tren".


El "Hola" literario británico en D&D
Soy Martin, qué pasa?
Por qué lo llamaban "the nastiest voice of his generation" ("la voz más desagradable/molesta/despreciable/asquerosa de su generación") espero que quede claro con estas citas, y quien quiera más, el libro está lleno. Eso y verle la cara: en ese aspecto me recordaba a Javier Marías: pobres, no sé si es solo las caras o más bien esa "actitud", que diría Mini, no entran fácil en un "primera vista" (luego a Marías lo lees y ya tal).

Pero no es solo eso: igual que hablábamos el otro día de "feuds", enemistades entre divas de Hollywood, Amis ha mantenido broncas con distintos escritores durante los anios. AS Byatt, la autora de "Possession" -que a su vez mantiene otra rivalidad con su hermana, también escritora Margaret Drabble- dijo que "necesitaba dinero para su divorcio y su arreglo bucal. La bronca más sonada fue con Julian Barnes, que terminó su larga amistad cuando Amis cambió a su agente literaria durante 22 años, Pat Kavanagh -esposa de Barnes- por El Chacal, Andrew Wiley, el agente literario más poderoso del mundo. Kavanagh murió de un meteórico tumor cerebral en 47 días, y Barnes lo cuenta en "Levels of life". Kavanagh le había dejado temporalmente por una relación homosexual con Jeanette Winterson, la autora de "Oranges are not the only fruit"  que no sé lo que opina de Amis, pero seguro que algo.  En fin: que cierro esta sección Hola literario británico sin entrar en los matrimonios de Amis porque no tengo entradas de blog que enlazar. 

Entrevista en "The Paris Review" (1998)
Y por fin,  algunas de sus reflexiones literarias. Sobrevuela toda la entrevista 
lo que ha supuesto para él ser hijo de su padre. Dice aquí -porque luego en otra más adelante duda- que su padre ha sido solo una ayuda para él.  Pero que hay pocos escritores hijos de escritores que hayan producido una obra considerable: en general escriben dos o tres libros y se callan. Según él, como continuó y esto era inesperado, se empezaron a meter con él. 

Es normal que los escritores mayores tengan resentimiento contra los jóvenes: totalmente fucional admirar a tus mayores, a los clásicos, y despreciar a los jóvenes. Cuando un chaval de 25 se pone a escribir le está diciendo al de 50 que "no es así, es asá". El escritor mayor en un punto va a perder contacto con cómo se siente exactamente el momento actual. Es curioso porque yo cuando voy por la calle nunca me siento como una persona de mi edad, y cuando escribo tampoco: siempre me creo más joven. Pero, de repente, me encuentro escandalizándome por cosas que veo que hace o dice la "gente joven" (pasa, Mini),  y eso debe ser hacerse mayor -aunque yo me digo que es ser antisistema sin atisbo de ironía. 

Amis piensa que la trama solo importa en los thrillers. Habla de las "características secundarias" que, aparte de la trama, pueden ser la caracterización, la introspección psicológica... pero eso no es la prosa. Él escribe "novelas de voz". La voz es todo lo que tiene un autor: es un tono, es una manera de mirar las cosas, es un ritmo.


Esto ya lo decía un personaje de Elizabeth Strout: Nunca expliques tu novela. Si te preguntan qué quisiste decir con ella, Amis dice que la respuesta es: "la novela, quise decir la novela".

Amis escribe a mano, y luego lo pasa a máquina, con muchísimos cambios. Según él, nada se compara con la fluidez de escribir a mano. Cuando empecé a escribir, lo hacía a mano, y me resultaba increíble que los escritor@s lo hicieran usando esas cosas que solo existían en ciertas salas de la facultad: los ordenadores. Me parecía que no podrías inspirarte lo mismo. Pienso en Carmen Martín Gaite, escribiendo con su pluma y su boina tan chic (no, la de Baroja como dijimos en "Insolación, no lo era). 


No lee en alto las frases, solo en su mente. Yo encuentro muchas cosas que cambiar cuando leo en alto. No siempre lo hago.


"Mi deseo de escribir es bastante físico", dice Amis. Y lo entiendo.  Amis tenía una oficina a la que conducía cada manana para escribir: su habitación propia.


"La primera cosa que distingue a un escritor es que está más vivo cuando está solo. Las cosas más interesantes le pasan a uno cuando está solo". Pienso en viajar sol@ y esto me recuerda algo que escribió Geoff Dyer sobre el poder de los tríos: cuando hay dos, es un partido de tenis, la tercera persona da un "edge", un ángulo distinto a todo. Viajar solo o en trío es otra experiencia que viajar en pareja.


Y por último, piensa Amis que hay dos tipos de escritores en esto de hablar de uno mismo: los que son razonablemente modestos y más o menos generosos cuando se refieren a sus contemporáneos, y los que son unos egomaniacos que no entienden cómo no se está siempre y en todo lugar hablando de ellos.  ¡Soy un genio! tienen ganas de gritar al final de aquel cocktail. 


Tal vez Amis nos intenta decir que, pese a esa cara y esa actitud, él cuando está en el cocktail no está intentando marcar las distancias porque es un genio, que tal vez si no fuera por su padre no le habrían publicado la primera novela, que no es tan capullo como John Self y que todo lo que tiene es un deseo físico que duele por escribir. O por lo menos es lo que quería decir en esa entrevista en 1998. Ahora solo nos queda leerle un poco más para decidir si esa voz, que desapareció físicamente hace unos días, sigue estando viva.

4 comentarios:

  1. Como tú, cuando me enteré de la muerte de Amis me pregunté qué había leído de él. Diría que no mucho, pero me temo también que no guardo recuerdo de algunas de sus obras que sí he leído: veo que en mi biblioteca está "Dinero", del que no recuerdo nada, pero sin duda habré leído. Algún otro debió caer en su momento, aunque sospecho que no es un autor con el que haya conectado nunca. (Al contrario de su contemporáneo Julian Barnes.) El único libro suyo que sí me dejó huella fue precisamente uno de no ficción, "Koba el temible". ¡Pero como para que no te deje huella un libro sobre un personaje así...!

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    1. Bueno bueno, y la movida con su mejor amigo Chris Hitchens a raiz de ese libro (Koba)- del que por cierto ya hablamos en el pasado (cuando escribí sobre la librería aquella en un barco) y habías leído "Hitch22"...

      No sé, yo solo leí esos dos, y de Barnes, como tú, he leído un montón. Sin embargo, me gustó Amis, y mis subrayados de "Dinero" me lo confirman.

      hugs

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  2. No he leído nada de la británica, como tampoco lo hice con la usamericana (La broma infinita se quedó en en el tercer intento, no más allá de 100 páginas seguidas y otras cien a saltitos)... Cuando me jarto de lo "actual" me vuelvo con Homero y Cía y me reconforto un poco. Hace días tuve que soltar al fundador de la Generación Nocilla (española), porque me quemaba en las neuronas.

    Sé (es mucho decir!) que no te gusta demasiado la analogía entre cerebros "inteligentes" varios, pero no dudo que tu manía por subrayar y anotar es un trabajo típico de la RAM y de la ROM humanas (que no tenemos, pero que funcionan con algo muy parecido)... en la RAM subrayamos, y en la ROM anotamos (y organizamos lo anotado)... luego viene el reto de filtrar lo que queremos guardar y en la disposición precisa para ser usado con rapidez en su momento... que, para algo somos humanos, puede no estar disponible por indisposiciones varias de nuestros circuitos neuronales (por ejemplo, en el clásico examen).

    Y sí, también están aquí las dichosas aplicaciones. Porque hay mucha gente que no las sabe usar, o no las "quiere" usar (por ejemplo, cundo la ponen enfrente de sucesos traumáticos)... en fin podía seguir analogizando mogollón... pero te evito el divagar en exceso.

    Puede que no sepa mucho de neurociencia, ni del puto SUPEREGO que tienen los artistas (y los científicos, y los políticos, y el profesorado... quizás en menor grado los taxistas...).. pero arrastro 73 añitos con los ojos bien abiertos y una organización mental, que, por lo de ahora, no hay IA que la supere. Pero, por eso mismo, "sé" que si la especie humana evoluciona "como es debido" podrías aparecer una IA que me trate de tú a tú. Lo cuál no me haría, para nada, sentirme inferior, como mucho sería una versión perfecta de cerebro humano (mucho menos humano.. porque las emociones son las emociones... pero, para lo que las usamos, ¿qué más da?). Eso sí estaría algo obsoleto. Naturalmente ya no cuento cerebros con prótesis, porque eso ya es otro nivel de humanidad. No digo que superior, pero sí en paralelo.

    Bicos humanistas...

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    1. Hola MV: le otro día escuché un programa sobre cómo funciona la IA, predice la frase más probable q venga detrás de una dada. Por ello puede coger todos los datos que hay ahí afuera y producir unos rollos impresionantes, pero no es (aún) capaz de generar una idea novedosa, una divagación q se salga de lo trillado. Por ej, aún no puede contar un chiste pq para el chiste necesitas saber de antemano el final, y la IA no lo sabe, va hacienod "camino al andar". Y mira q digo "aún" pq esto es lo q decía el neurocientífico q hablaba.

      Intenté bajarme chatGPT para ver de qué iba, pero siempre q lo intento me dice q pruebe más adelante, no sé si está colapsado o qué. Decirle por ej, "escribe un divague sobre X" a ver qué sale, y sobre todo, si te darías cuenta de q no he sido yo. Veremos

      Buen finde!

      di

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