Gracias Sistwo!
Si no las escribo, las cosas no han llegado a término, solo las he vivido (A Ernaux) La vida real no está a la altura de escribir sobre ella (J Eugenides) Lo que me interesan son los errores, fruto de la pasión, los errores que se cometen arriesgando (G Steiner) En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos (M Benedetti) Escribir es persuadir a un extraño de que se quede (R Cusk) El camino del exceso conduce a la sabiduría (W Blake)
31 marzo 2010
My fair lady - diva´s sister
Gracias Sistwo!
30 marzo 2010
Atroz: Versión Civilizado Occidente
Lo que pienso sobre la dictadura a la que las mujeres estamos sometidas con la delgadez lo escribí en “Ellos las prefieren gordas: Mojándome”. Hoy, unido a la escarificación, quiero hablar de otras escarificaciones a las que se someten miles de mujeres en el así llamado “Civilizado Occidente”.
Es de dominio público el número de mujeres pasan por el quirófano para gustar más a los hombres. "Ah, no" -corregirán los directores de marketing de las clínicas que las operan - "es gustarse a sí mismas". Ya. Ellos, mejor que nadie, conocen el perfil psicológico de estas mujeres (el que te intenta vender siempre es tu psicólogo más atento) . Por hacer un resumen brochazo invocaré a las protas de "Sex & The City" (Sexo en Nueva York): queremos cazar hombre, a ser posible marido, y a ser posible que nos mantenga, para poder pasar aún más tiempo comprando bolsos y zapatos.
En Asia se operan para ponerse los ojos más redondos, en US para quitarse michelines, en Colombia para ponerse tetas… y no sigo. Curiosamente en el año 2000, el 89% de estas operaciones se hicieron en mujeres pero el 85% de los cirujanos que las hacían… voilá: eran hombres. Los actuales estándares de belleza alimentan al negocio (liderado por hombres) de la moda, belleza, dietas, cirugía, entretenimiento y pornografía, y la homogenización de la apariencia (que es lo que se está consiguiendo con todos estos procedimientos) es ya parte de la globalizada cultura del consumo.
Todo esto, así, en abstracto, es como lo vemos todos los días. Pero hay que coger las historias una a una: entrañabales. ¿Qué me dicen de lo que me contó el otro día mi amigo R? Conoció en un país de América Latina a dos hermanas que se habían ido allá a hacérselo “todo”. Una, aún hecha un cuadro, se entiende, cuidaba a la otra en su postoperatorio, y luego la primera operada hacía de enfermerita a su hermana. Igual con los arreglos hasta se conseguía hacer a un médico cuando pasaba planta: viaje redondo. Supongo que echarían a suertes quien cuidaba la segunda.
Y la siguiente: Di, en la prehistoria del diblog, da con la siguiente noticia el 26 de Mayo del 2007 en el British Medical Journal (y sabiamente guarda en sus carpetas amarillas). El artículo se titula “Peticiones de genitoplastia cosmética. ¿Cómo deben responder los servicios sanitarios?” Como en Atroz, os ahorraré esta vez no las fotos, sino la narrativa de lo que piden las mujeres, las imágenes que llevan (guiadas, por supuesto, por el mundo de la pornografía), y lo que se les hace. En este artículo se hacía énfasis en que la gente debe conocer que “la apariencia de los genitales femeninos cambia con la edad, que la operación conlleva muchos riesgos y no suele ir acompañada de beneficios psicológicos” (o sea, tu infelicidad es mucho más profunda que lo que sientes al abrirte de piernas ante un tío al que le importas seguro un pepino).
La escarificación, con anestesia eso sí, también ocurre en el mundo que se cree civilizado. Hay un grupo de mujeres que están dispuestas a casi todo por.... ¿por qué?
29 marzo 2010
El 10C
El tensí es un lugar tan cutre que no tiene ni siquiera carta. Bueno, la carta está escrita en la pared, y cada plato tiene un código. Los 10 son cuatro platos (de la A a la D) vegetarianos, de los cuales, el C es el "green curry". Me encanta por la salsa de coco, pero a veces pica infernalmente. Como soy una gallina, siempre les imploro que no se pasen con el picante ("mild please", con cara de buena chica). Y luego ellas hacen lo que quieren. Como son orientales, asentidoras y sonrientes, no puedes reprocharles nada y solamente te queda esperar que capten, por el dragón en el que te conviertes cada vez que abres la boca, que necesitas más agua, o un extintor. Ellas sonríen y, aunque te vean llorar, o sacar un pañuelo con un repentino catarro, no va con ellas.
Mini, con sus particulares gustos musicales (y ahora cinematográficos, seguiremos informando), ha parecido estar como pez en el agua en este lugar donde Almodóvar habría rodado los interiores de muchas de sus primeras peliculas. Si vienes a Londres, encuéntralo.
Deco minimalista del tensí.
28 marzo 2010
¿Tienes D.A.D.E.?
¿Te han diagnosticado D.A.D.E.? ¿Todavía no? Me manda mi madre este correo con el que de alguna forma comienzo a sentirme identificada. Sobre todo esos días en que andas sobresaturada.
D.A.D.E. se corresponde con "déficit de atención debido a la edad" y si después de leer lo siguiente te sientes retratad@, lo tienes.
Un día cualquiera en una persona con D.A.D.E:
Decido lavar el coche.
Cuando voy hacia el garaje veo que hay correo encima de la mesa de entrada.
Dejo las llaves del coche sobre la mesa, echo a la papelera que está debajo de la mesa, todo el correo publicitario que me ha llegado y veo que la papelera está llena.
Decido entonces dejar las facturas encima de la mesa y vaciar primero la papelera.
Saco mi taloranio del cajón, lo pongo encima de la mesa y me doy cuenta de que sólo me queda un cheque.
Antes de coger el talonario es necesario que quite de ahí la lata, no vaya a ser que se caiga accidentalmente y arruine mi pc.
Veo que está templada, por lo que decido ponerla en el frigo para poder tomármela después.
Me dirijo a la cocina con la lata. De camino el florero del pasillo llama mi atención: Las flores necesitan agua.
Dejo la lata de refesco en la encimera y..- ¡encuentro mis gafas! (que buscaba desde esta mañana).
Pienso que es mejor que las deje en mi despacho, pero antes voy a poner agua a las flores.
Dejo las gafas en la encimera, lleno una jarra con agua y, de repente, veo el mando a distancia de la TV. Alguien lo ha dejado en la cocina.
Pienso que esta noche, cuando quiera ver la TV, lo voy a andar buscando por toda la casa y no me acordaré que está en la cocina,
Decido pues, llevarlo al salón, que es su sitio. Pero antes voy a poner agua al florero.
Echo agua al florero y... ¡mierda!, vierto parte en el suelo.
Entonces dejo el mando en la mesa y voy a coger un trapo para limpiar el estropicio.
Lo limpio y a continuación vuelvo a la puerta tratando de recordar qué es lo que quería hacer.
Al final del día:
- El coche no está lavado.
- Las facturas no están pagadas.
- Hay un refresco caliente en la encimera de la cocina.
- Las flores no tienen agua suficiente.
- No tengo mi talonario nuevo.
- No encuentro el mando a distancia de la TV.
- No sé dónde he puesto mis gafas y no consigo acordarme de lo que he hecho con las llaves del coche.
Además me doy cuenta de estoy cansada y no lo comprendo: No he parado en todo el día y no he hecho nada.
27 marzo 2010
M.I.L.F.
Pero lo que de verdad odio de esas fiestas es a la gente diciéndote lo lista, divertida, trabajadora que eres, y cuánto te van a echar de menos. Aunque sea verdad. Luego alguien (o varios si no hay suerte) hacen un speech. A mí me encanta la tradición oral británica, que nos da mil vueltas a los hispánicos, pero no cuando soy el objetivo. Los speech siempre están cargados de humor, ironía, cariño, mala leche: en las bodas son lo más, averiguas cosas de los que se casan que no sabías. Es entrañable, pero cuando eres tú a la que todo el mundo mira porque el de al lado -ya un poco bajo los efectos- está diciendo que eres la versión diosa-olímpica de tu campo, entonces no sabes dónde meterte.
Cuando tú haces el speech, has de usar la regla número uno en estas islas -y que después de estos años se encuentra ya en el espeso de mi sangre: la self-deprecation. Has de reírte de ti misma, meterte contigo misma, ser cruel contigo misma... y hacerles reír. Realmente, siendo Di, encontrar esos momentos es juego de niños.
Pero ayer fue todo mucho más fácil. Al salir del trabajo fuimos a "The Dog's House", el pub de cerca del curro. No hubo speeches, lo cual me hizo feliz. Hubo muchas risas y acusaciones de abandono (en especial M., mi enemigo griego, que "no me habla" desde que anuncié que me iba). Hubo declaraciones de exaltación de la amistad excesivas, que iban aumentando en su excesividad a medida que envejecía la noche y la concentración etílica en vena de los participantes. Cuando se iban, grandes abrazos y más manifestaciones, mirándonos a los ojos, de cuánto nos queremos, lo bien que trabajamos juntos y lo que nos vamos a echar de menos (pero pronto habrá una noche de karaoke, lo prometemos). Lo curioso es que todo es verdad: son un equipo con el que me lo he pasado pipa... lo que nos hemos reído en medio del stress terrible de este trabajo.
Pero lo más curioso que me dijeron ayer, ya hacia el final de la noche, cuando todos los gatos son pardos, es lo que da el título al divague de hoy "Listen, Di: you are a M.I.L.F."
Wow. They've made my week.
26 marzo 2010
Guitarras y camiones
Escuchamos juntos el tema varias veces. La guitarra acústica, la eléctrica, la posición de las manos, los acordes, los pellizquitos a las cuerdas, seguíamos el ritmo de los bongos en la mesa, yo haciendo honor a mi nombre cantaba, él preguntaba qué significaba... En fin, fue uno de esos momentos...
PD 1: Di, te dejo la versión karaoke para que vayas ensayando. Yo ya la domino.
http://www.youtube.com/watch?v=uN2ND5P-SN0
PD 2: Por cierto, os habéis percatado del "chinito pecando" del minuto 2:59, lo dice claramente: un chinito pecando...
25 marzo 2010
Los hijos muertos, de Ana María Matute
***
Me adentro a lo salvaje en este libro de letra muy pequeña, con trozos en cursiva apretada que aún hacen la página más comprimida e inaccesible. Supongo que esto habrá sido cosa de la edición de bolsillo, pero de alguna manera es un espejo, por así decirlo, de la complejidad de muchos aspectos del libro. Habla de gente que viven en pueblos perdidos, inhóspitos. En medio de parajes naturales de los que casi se puede oler la tierra, sentir el rocío, con semejantes descripciones (gracias, Ana María!). La portada de mi edición, con una foto de árboles en tono sepia o tal vez sea marrón, aún causa mayor desasosiego.
El libro comienza narrando una saga familiar, para desembocar poco a poco en una saga de un pueblo, de un país, de un grupo de gente que representan lo que fuimos, y desde luego deja entrever un poco lo que somos.
Los Corvo. Qué apellido, es también difícil, impenetrable, con una mezcla de cuervo y corzo. Los Corvo son los ricos de siempre: ricos a costa del hambre de los otros, también los de siempre. La que más me llega de esos otros, de los de abajo: la Tanaya, el personaje que representa tal vez a la mayor parte de ese país perdido en ese momento: campesina, analfabeta, pobre de solemnidad. Daniel, el primo huérfano con leyenda (su padre arruinó a los Corvo) y que carga con el sambenito de maldito. Daniel se sabe diferente, desarrolla ese sentimiento de clase, y se da cuenta que él pertenece a los otros, a los desheredados. En el momento histórico que le toca crecer (nace en 1915), esto significa ir a la guerra, a luchar por la República. Estaba dispuesto a dar su vida por la justicia. ¿Que habría sido de Daniel Corvo de haber nacido hoy en día? ¿Sería un observador, o habría pasado a la acción? Daniel representa en ese punto la ilusión, la lucha, el espíritu de la Republica.
Y, por oposición a Daniel, Miguel: La descripción de su personaje es tan maravillosa que sólo por eso merecería la pena leer el libro. Miguel representa la personalidad psicopática de libro de texto, que sólo mira por sí mismo, que se ha construido una coraza alrededor de su cuerpo, para que no le den las balas. Miguel podría ser una historia clínica, podría servirnos para ilustrar lo que nos hace a los hombres la guerra, la separación, el ser testigo del horror (de niño es testigo de una escena de tortura atroz y partir de ese punto "todo cambia"). Y así crece Miguel: desarraigado, cuidándose a si mismo, desconfiando, siempre dudando, nunca queriendo, siempre mirando por él. Miguel no quiere ser pobre, dice. El no va a pasar más hambre, lo tiene claro. Ha empezado muy mal en la vida, la vida es así, él se encargará de que nadie le deje nunca tirado. Su padre muere por la Republica, ¿y qué? Eso a él no le dice nada. Todas esas historias de política y demás solo han servido para que él no tenga nada, para que esté solo, para que odie a todos.
Al principio del libro, cuando Matute describe magistralmente la pobreza, no puedo aguantar (ni quiero) las lágrimas. Se me caen encima un montón de fantasmas. Los fantasmas de clase, de la gente pobre que aún tenemos al lado, de nuestros propios abuelos que tal vez vivieron aquella pobreza. A los Corvo sólo les interesa trabajar para ellos mismos, el que no entre en su plan es un traidor, y así es como aparece la figura del maldito (Daniel) que no ha entrado en sus planes.
Los hijos muertos, es un título tan duro como las condiciones de vida de la gente. Hay muchos hijos muertos literales en el libro: Herrera tuvo un hijo muerto, la Tanaya muchos, Daniel tiene todavía un hijo muerto en el vientre. La guerra ha dejado su reguero de muerte y horror, es así y no perdona. Pero hay también otros hijos muertos, los metafóricos. Daniel, cuando conoce a Miguel, se da cuenta de que la siguiente generación no tiene que ver nada con la suya. ¿Para qué luchamos? ¿Para qué todo?, se pregunta. "Está todo perdido, nos han nacido los hijos muertos, a estos se les mete en la cárcel por estraperlistas, o cosas peores, pero no por ideas políticas". Daniel es, al final del libro, un hombre amargado, un luchador que ha perdido la guerra, que ha perdido los sueños, que espera la muerte en una cabaña en el bosque. Es la imagen de la desolación, y me pregunto hasta qué punto hubo mucha gente así. Gente que creyó en una idea, que tuvo un sueño, y que al final no le quedó otra que bajar la cabeza y aguantar lo que caía, con rabia, con rencor, con odio cada mañana.
Nosotros somos los hijos de Miguel, de los Migueles aquellos. Somos los individualistas, lo que encima presumimos de ello. Somos los que decimos en las cenas que “en Escandinavia uno no se puede hacer rico porque se pagan muchos impuestos.” Somos los que no queremos saber nada que nos haga mover de nuestro sofá. Nosotros estamos muertos, igual que lo estuvo Miguel, tal vez incluso peor, porque no hemos visto a un grupo de hombres ser torturado frente a nosotros a los 7 años. Nosotros estamos muertos, o tal vez anestesiados, con los vinos de marca, los restaurantes en los que te retiran la silla, las orquídeas, la mirada de ombligo. Sólo queda la esperanza de que nuestros hijos, o los hijos de nuestros hijos no nazcan como nosotros: muertos.
24 marzo 2010
El alivio
Si hubiera estado en el cine aplaudo y todo. Gracias a él pude dormir tranquila.
23 marzo 2010
NHG-Versión Godard
El caso es que el otro día, uno de nuestros azotes, El Chico de la Consuelo escribió una entrada en su blog sobre el concepto NHG (No Hay Güebos). Yo me metí con él, pero claramente estaba proyectando, fácil mecanismo de defensa cuando te ves reflejada dolorosamente.
Y ahora resulta que nuestro Consuelo's se puede encontrar, mientras tecleo esto, en el mismo recinto que mi codibloguera Diva, y no se conocen, pero sí, y Diva está haciendo de diva y Consuelo's que se marque unas muestras... en fín, que esto daría para un corto, o para un relato. Pero para terminar de complicar las cosas, aparece por ahí Viveiró -otro coincidencias-que dice que no hay problema, que él se coge un AVE y lo que sea. Y el otro está pensando NHG.
Total que yo, vivo sin vivir en mí, porque vivo a tres mil kms (claro que nadie me cree, todos creen que soy también Diva, o algunos no se enteran) y no me puedo marcar un NHG como mandan los cánones. Pero tengo una sugerencia para nohaygüebear yo vicariamente: ¿qué puede haber mejor, para un NHG, que repetir la famosa escena de "Bande à part", en la que los tres protas Odille (Diva), Arthur (Consuelo's) y Franz (Viveiró) intentan batir el récord por los pasillos del Louvre (reciento ferial entre los stands de jamones)?
A la próxima me uno pero en el Louvre de verdad... o en el Prado!
22 marzo 2010
Atención Comercial II
- ¿Si?- (Si, que! Dónde ha quedado eso de “en que le puedo atender”) Me habéis cobrado de más en estos productos - le comento enseñando el recibo.- ¿Los tiene a mano?
- Aquí están.
- Un momento que lo comprobamos. Llama a la Barbie patinadora.
- Perdona, pero ¿me puedes hacer el abono? - Da rabia estar esperando por 1,90 €, pero es que no me da la gana que se los quede el Carrefour.- No puedo, está el ordenador ocupado.
- Hazle el abono- le dice a subordinada cuando acaba la del ordenata.
- ¿Qué pasa? ¿Está mal?- Pues sí – mis suspiros son ya hipoaullidoshuracanados.
21 marzo 2010
Atroz
Nunca me he atrevido a preguntarle, y cuando por fín lo he hecho, me ha dicho que sólo otra persona del equipo le había preguntado antes (los ingleses son muy respetuosos con el espacio personal de cada uno). Yo pensaba en sus posibles causas: un accidente se me hacía casi imposible, por su trazado casi "perfecto".
-Ahhh, me alegro que me lo preguntes. Te lo puedo explicar... en Nigeria hay tribus, todas tienen distintas máscaras, y esto es la representacion de las máscaras.
-Ah, bien, ¿y cuándo decidiste hacerlo? (actitud interesada, curiosa, de estudiante de primero de antropología)
-No, lo decidió mi abuelo... mis padres no estaban muy seguros, pero en Africa los ancianos son muy respetados y se hace lo que dicen
-¿Y tus padres?
-Mi padre también lo tiene. Piensa que es un motivo de orgullo, quiere decir que perteneces a una tribu determinada y que eres valiente
-(¿Valiente? pero si son niños, si no tienen elección) Ah, sí... mmmm... me interesa mucho la antropología, hay una antropólogo, Marvin Harris que..
-Sí, en Africa somos muy hospitalarios, te tratarían como a una de la realeza
-(sonrisa amable) Uf, no me gusta eso. Cuando estuve en India, como casi no había turistas en la zona , nos pedían hasta autógrafos ( la idea de hacer esas cicatrices a niños a sangre fría me persigue... y sigo con más anécdotas llena conversación).
-ha ha ha
-(ya me lanzo a la piscina) Sí, yo me negaba, les decía q "no era nadie importante". También nos robaban fotos... entendí lo horrible que tiene que ser ser famosuelo...
-Me alegro que me hayas preguntado. En este país hay mucha comprensión con estas cosas culturales, pero en Nigeria la gente te mira mal.
-¿Sí? (¿mínima luz de esperanza?)
-Entiendo...(suspiro de alivio-en el fondo no está tan extendido, pero intento disimular, el pobre tiene la cara de arriba abajo)
-Tienes que venir a Nigeria. Yo cuando llegué aquí me sentí decepcionado: todo es grande en Nigeria, como en Estados Unidos. En Londres, todo es pequeño. Los pisos, las oficinas, todo...
-Ah, sí, y los frigoríficos, como en América... (sale la Di sarcástica, afortunadamente sólo entre nosotras: a lo grande! me encantaría vivir en los USA donde tienen esos frigos masivos para meter toneladas de comida , aunque luego no tengan Seguridad Social, claro: big is better)
-Y en Africa, nunca esperes que si sales con un chico tú vayas a pagar las bebidas, es cuestión de honor que pague el chico.
-(sin entender mucho a que viene eso) ¿Pero te parece justo? ¿Aunque gane menos?
-Sí, tiene que ser así. No creemos en estas cosas que se hacen aquí...
Al llegar a casa googleo el tema, y me encuentro con detalles sórdidos (el proceso se llama "scarification") e imágenes. Las que más me han impresionado son las de un fotógrafo belga llamado Jean-Michel Clajot. Os las voy a ahorrar todas menos las que comienza este divague. Es de las pocas que no tiene sangre, pero su significado es devastador. El pie de un niño agarrado por un adulto en el que seguro confía, que le ha llevado, por razones que considerará muy elevadas, a que otro le corte la cara con el filo de lo que sea.
20 marzo 2010
Don´t leave me this way
Diva, you can!
19 marzo 2010
Burla burlando ya van seis delante
"Más allá de los cincuenta años empezamos a morirnos poco a poco en otras muertes. Los grandes magos, los chamanes de la juventud parten sucesivamente. A veces ya no pensábamos tanto en ellos, se habían quedado atrás en la historia; other voices, other rooms nos reclamaban. De alguna manera estaban siempre allí, pero como los cuadros que ya no se miran como al principio, los poemas que sólo perfuman vagamente la memoria.
Entonces —cada cual tendrá sus sombras queridas, sus grandes intercesores— llega el día en que el primero de ellos invade horriblemente los diarios y la radio. Tal vez tardaremos en darnos cuenta de que también nuestra muerte ha empezado ese día; yo sí lo supe la noche en que en mitad de una cena alguien aludió indiferente a una noticia de la televisión, en Milly-la-Forêt acababa de morir Jean Cocteau, un pedazo de mí también caía muerto sobre los manteles, entre las frases convencionales.
Los otros han ido siguiendo, siempre del mismo modo, Louis Armstrong, Pablo Picasso, Stravinski, Duke Ellington, y anoche, mientras yo tosía en un hospital de La Habana, anoche en una voz de amigo que me traía hasta la cama el rumor del mundo de afuera, Charles Chaplin. Saldré de este hospital. Saldré curado, eso es seguro, pero por sexta vez un poco menos vivo".
Julio Cortázar, Un Tal Lucas
18 marzo 2010
Atención Comercial I
Escribo esto después de observar que en unos pocos días he repetido en más de una ocasión frases que antaño me evocaban a “señora”, a alcanfor y que ahora me vienen a la mente con una delatora facilidad. En concreto, se trata de una típica: “ya no hacen dependientes como los de antes”.
17 marzo 2010
Proyecto Di-vas y un micrófono: Parte II
En la península, mi investigación sobre estos centros de la "expresión corporal" en el sentido más amplio de la -valga la redundancia- expresión se limita a un antro. Situémonos: noche negra sin luna, Vetusta, muchos años ha. Grupo de gente en un bar en el que, de repente, se hace obvio que "toca karaoke", una extravagancia que se activa sólo a altas horas. Lo que allí veo me lleva a desarrollar mi teoría sobre la inexistencia diurna de los que se meten en esa harina/arena: son sin duda figurantes contratados por el bar. Seres que no se les ve en las tiendas/oficinas/estaciones, y que a buen seguro descansan en sus ataúdes esperando a la luna y los antros. Mi segunda teoría se formula unos pocos minutos después, y es que se hace enseguida palpable cual va a ser el obstáculo para la diversión en aquel lugar: el escenario. Al público a esas horas igual le dan churras que merinas, pero perpetrar el "Eres tú" de Mocedades (una canción muy muy muy dificil, incluso para los que saben cantar) sin que le interese a nadie no es mi idea de la noche liminal. En resumen, una plasta.
Pero oh destino: una noche descubro los chinos. Como casi todo lo bueno, por casualidad: una de mi trabajo cantaba en un coro. La combinación de la del coro y Di (que no canta en ningún coro, pero en el resto de) pone en marcha la máquina: la noche del karaoke. En primer lugar, intentemos describir (ya sé que sin éxito) el lugar del crimen. Y digo sin éxito porque cuando una pasea por Soho no puede imaginar que, tras una de esas tiendas de sándwiches haya todo un submundo. Los sándwiches son una tapadera, en los bajos fondos se regenta un almacén, digo Aquello- permítanme este guiño a Les Luthiers, "Mastropiero que nunca":
"Harold Mastropiero explotaba un sórdido local en el que funcionaban un cabaret clandestino, un salón de juegos prohibidos y un centro de apuestas ilegales, pero en realidad su local era sólo una pantalla para ocultar la fuente de sus fabulosos ingresos. En los fondos funcionaba un almacén".
Pero divago, decía que tras cruzar la puerta, atravesamos el mostrador refrigerado donde aún quedan restos de ensalada de patata y coleslaw, y salen varios chinos. Llegamos a otro pasillo estrecho con tres puertas, la central es la nuestra que da paso a un cuartucho sin ventanas. Diez metros cuadrados, techo bajo, una pantalla y un par de micrófonos. Nos miramos: efectivamente, estamos en el antro más cutre de todo Londres.
Si esto fuera una peli, cortaríamos aquí y la siguiente imagen sería un contrapicado de seis bocas gritado alrededor de un micrófono, sudando como posesos, levantando los brazos con gran drama si la canción lo requiere, y saltando si lo exige el guión. Se pasa de estar en la piel de Agnetha de Abba a Freddy Mercury, pasando por Jon Bon Jovi. El chino asoma la cabeza de vez en cuando para ver si tiene que llamar a la policía o una ambulancia, y se acaba yendo con una nueva ronda en un papelucho, algo asustado. Gran noche.
Pero como siempre, para la siguiente ocasión alguien decide subir el nivel (craso error). Y del curtresitio de Soho pasamos a otro en pleno Leicester Square, con alfombras rojas, brillantina, todo muy higiénico y aséptico. Los rituales, los mismos, pero sin chinos y con aire acondicionado. Los vídeos que acompañan a las canciones son para un divague aparte (parejas que se miran a los ojos al atardecer, delfines), que dan al ojo en estas pantallas plasma mientras que eran la vuelta de la tuerca que en las sudadas trinitron del chino.
Ahora se puede entender cómo los karaokes orientales, ganan el corazón de cualquiera que esté en esto de la farándula doméstica. ¿Quién quiere subirse a un escenario a sufrir una de esas humillaciones individuales teniendo un rito colectivo, de exaltación del grupo, en el que no hace falta saber cantar?
Para mí hay una canción reina de toda noche de karaoke japonés que se precie: Waterloo. Diva, mira el vídeo y te dejo elegir: Agnetha o Frida.
El lugar lo elijo yo: Tokio, sin medias, con pelucas y leopardo.
16 marzo 2010
Un nudo en la sábana
Ignoro su autor, así que no me lo tenga en cuenta.
En una junta de padres de familia de cierta escuela, la Directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de la comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños.Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, el hacía un nudo en la punta de la sábana.Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo.Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre, era uno de los mejores alumnos de la escuela.El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.Es válido que nos preocupemos por las personas pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo. Para que exista la comunicación, es necesario que las personas ”escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.Es por ese motivo que un abrazo, o un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad. Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aún y cuando el gesto sea solamente un nudo. Un nudo lleno de afecto y cariño.
15 marzo 2010
Like a rolling stone
Pero divago: también la recuerdo por "In the name of the father" (1994) ("En el nombre del padre"), la película de Jim Sheridan sobre "Los Cuatro de Guilford". No sé si es porque la asocio a la peli, basada en hechos reales, que me pone los pelos de punta. Sólo para los que gusten de emociones fuertes es esta peli, enorme como siempre Daniel Day Lewis...
La canción tiene un montón de historia. Bob Dylan fue abucheado por ella en numerosas ocasiones, porque era su primera canción rock, separándose de la música folk que había hecho hasta entonces. Los diferentes elementos musicales que usa la hace una de las canciones con más influencia de la historia de la música.
También se ha especulado mucho sobre su contenido: ¿quién era "Miss Lonely"? Dylan se aleja de la canción de amor para hablar de una mujer que "va por mal camino", que ha descendido a los infiernos desde una vida de lujo y comodidad, y a la que increpa preguntándole continuamente cómo se siente ahora que está ahí abajo, en las calles. Me gusta cuando habla de la libertad ("when you have nothing, you have nothing to loose"-"cuando no tienes nada, no tienes nada que perder") de ese nuevo estado: la libertad de los desposeídos, que tanto miedo les da a los de arriba.
Es una canción de mañana de sábado, que os recuerdo en lunes, que empieza como todo buen cuento "One upon a time" ("Érase un vez..." ) y termina con su título, Like a rolling stone. No importa cuántas veces la escuche: sigue haciendo magia.
14 marzo 2010
El arte de la carcajada
13 marzo 2010
12 marzo 2010
Divagando libremente
Me parece una buena música de fondo para casi todo. Como dice mi polluela : "mamá hoy en el cole hemos hecho dibujo libre". Pues eso, que cada uno divague lo que quiera hoy... Para eso es viernes. El lunes volveremos a la realidad.
11 marzo 2010
Proyecto Di-vas y un micrófono: Parte I
En su divague "Back on the chain gang" , Diva me transportó a "Brass in pocket", esa canción de Pretenders que para mi ya estará para siempre asociada con la escena del karaoke de "Lost in translation" (Sofia Coppola, 2003). Para quien haya cometido el error de no haber visto esta película todavía, os diré que transcurre en un hotel de Tokio, que durante el día es orden y precisión japonesa, y que durante la noche se transforma en la antesala de la noche loca por excelencia. Allí se aloja por unos días una chica con su marido fotógrafo (trabajando intensivamente en un proyecto) y un actor venido a menos que está filmando un anuncio. En los EE.UU, él tiene dos hijos y una mujer que le envía por fax los diseños de la moqueta que están a punto de cambiar y otras domesticidades por el estilo. Ella, en Tokio pero da igual, un marido bastante idiota al que no ve. Los dos están solos en un país muy extranjero donde no se entienden con nadie y donde el choque cultural es intenso: caldo de cultivo para preguntarse hacia dónde va su vida. En ese momento de zozobra e incertidumbre vital, se encuentran.
La escena del karaoke es parte de una de esas noches llenas de luces de neón, correr por las calles y hacer locuras que la gente asocia con "Las Vegas" ("what happens in Vegas stays in Vegas"-"lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas", que dice el refrán). Una de esas noches que los antropólogos llamarían de "estado liminal". La liminalidad alude a esos períodos en los que nuestros niveles normales de pensamiento, comportamiento y auto-entendimiento están relajados. Todos hemos vivido esas noches con gente de la facultad/trabajo con los que apenas hablabas el día anterior, pero que en la oscuridad del antro y con la ayuda de ciertas sustancias que digamos facilitan estos estados liminales, podemos llegar a momentos de "exaltación de la amistad", y otras cosas. Una situación de estado liminal intenso se describe, por ejemplo en la peli de Tery Gillian de 1998 "Fear & Loathing in Las Vegas" ("Miedo y asco en Las Vegas") o la de Paul Thomas Anderson (1997) "Boogie Nights". A todos nos encantan los estados liminales, y de hecho, gran parte del ocio se basa en ellos.
Pero divago. Esta pareja se lanza, con una grupo de conocidos (en ese momento, los más amigos del mundo) a la noche japonesa, con peluca rosa a lo Mia Wallace y otros desfases. El disfraz es importante, como podéis ver en la foto de arriba. Si hay animal print (qué gran pared en la que se apoyan, no deja otra opción que soltarse el pelo) envuelto en algún punto (cebras, leopardo, etc), mucho mejor. En un punto, terminan en un karaoke, y es cuando ella (papel interpretado por Scarlett Johanson) canta el "Brass in pocket", y él (Billy Murray) canta/perpetra, en lo que es uno de los momentos más tristes de la película el "More than this" de Roxy Music.
More than this you know there´s nothing
more than this tell me one thing
more than this no, there´s nothing
Aparte de esto, no hay nada
aparte de esto, dime una cosa
aparte de esto, no, no hay nada
Oh, otra vez, otro amor imposible, otro amor idealizado: aparte de correr de la mano por Tokio y beber y cantar a gritos, todo durante una noche, no es posible nada más... Cuando suene el reloj, la carroza se convertirá en calabaza y... no habrá nada.
¿Pero qué tiene todo esto que ver con las Di-vas y un micrófono? ¿Diva y Di con pelucas rosas en Vegas? ¿O en las Boogie Nights de Tokio?
Continuará...
10 marzo 2010
Disco Diva
Let´s go girls!
09 marzo 2010
Londinium sufragista
El movimiento feminista inglés empezó mucho antes que el español, donde Clara Campoamor o Victoria Kent son de los nombres más conocidos. En ambos países, las primeras sufragistas provenían de las clases medias. En el Reino Unido, Emily Garrett, la primera médica (sí, las mujeres son médicAs, no médicos) del Reino Unido, fue también la hermana de Millie Garrett Fawcett, que lideró el ala constitucionalista del movimiento desde finales del siglo XIX hasta su victoria en 1928.
Leyendo la historia de lo que personalmente se jugaron las de Londres, me quedo totalmente admirada. Cuando veo nuestra sociedad y la pasividad cuasi-absoluta a la que hemos llegado en nuestro sofá, creo que estas mujeres venían de otro planeta. Simplemente me parece imposible que fueran nuestras bisabuelas. Dos sufragistas se enviaron como "cartas humanas" a 10 Downing Street, 20 se lograron meter al Palacio de Westminster escondidas en una furgoneta de muebles. Otro grupo alquiló un barco e increparon a los MPs (diputados) y a sus esposas-florero mientras tomaban fresas con nata a la orilla del río: "Vemos que tenéis camareras... ¿no teméis que alguna de ellas sea sufragista?" Y es que eran tan cañeras como su líder, Emmeline Pankhurst, que decía "romper cristales es una manera de hacer que se conozca nuestro descontento". Descontento que al Establishment le traía sin cuidado, y que con buenas palabras no iba a escuchar. Ni que decir tiene que todas estas actividades terminaban siempre con carga policial y en muchos casos con el ingreso en Holloway, la famosa cárcel de mujeres de Londres.
Casi un siglo después, pero con ganas de comernos el mundo, empezamos nuestro paseo en Constitution Hill, que pasa por en medio de Green Park, por donde las sufragistas se manifestaron en 21 de mayo de 1914. Giramos a la derecha en Malborough House, donde estuvieron a punto de darle la petición al rey. Justo enfrente está la Chapel Royal, donde una de ellas, Una Dugdale causó escándalo en todo país cuando al casarse se negó a prometer "obediencia" a su marido. Seguimos avanzando y a nuestra derecha tenemos Pall Mall, la calle que está llena de clubs masculinos que son sólo ligeramente más amables con las mujeres hoy en día (Thatcher se tuvo que hacer un "status de hombre" para poder entrar): el Carlton, el White's, el Reform Club (donde dos sufragistas le tiraron una botella de jengibre al Primer Ministro -y acabaron en Holloway, claro).
Las sufragistas decidieron que ellas también necesitaban de estos clubs, ya que sólo la unión hace la fuerza. Muchos se fundaron en la época, pero pese a que peregrinamos por los números en las calles de muchos de ellos, oh, destino... ya no existían. El Lyceum, el Empress Club, el Sesame Club, el Albermale Club... Eran lugares donde las mujeres "podían leer y escribir cartas, fuera de las molestias del círculo familiar".
Hacía un frío terrible, pese a ser una de esas mañanas soleadas preciosas, pero tuvimos que parar a tomar un té antes de dirigirnos hacia Charing Cross Road (donde están las librerías) en busca de la "Silver Moon Women's bookshop", en la última planta de Foyles, la librería mítica. Pero Silver Moon también ha desaparecido... ahora hay una estantería con libros de "Women's studies". Salí de allí con una nube negra sobre mi cabeza, que estalló en tormenta cuando me topé con la selección que habían hecho para "el día de la madre" (que se avecina aquí). Aparte de un par de clásicos, la tónica general es lo que se llama "chick lit" (esos libros con tapas de colores con caricaturas de chicas subidas en trepidantes tacones sosteniendo copas de vino blanco). Ah, y uno de Paulo Coelho. Deprimente.
Hacía tanto frío que no subimos hacia el British Museum, donde seguía el paseo, pero tuvimos que terminarlo haciendo honores a la Señora Pankurst, que tiene una estatua al lado mismo de las Casas del Parlamento. No dejéis de visitarla cuando paséis por Londinium. Mientras tanto, os dejo con Calamaro y "El día de la mujer mundial" y un primer plano de una de esas mujeres que entró y salió de Holloway con su sombrero bien puesto.
A ella y a todas las demás, muchas gracias.