27 marzo 2023

De la amistad y el aburrimiento: auto-terapia a partir de "Esto es placer" de Mary Gaitskill y las "Almas en pena irlandesas" de McDonagh

Filia: Amor entre amigos
 Una película, un libro,  y una conversación por whatsapp a trompicones con dos de mis mejores amigos: de ahí parte este divague que no va a hablar de la peli ni del libro ni de la conversación, sino de algún aspecto de la amistad, al que llevo dándole vueltas algún tiempo -por razones personales. 

La peli es, claro, "The banshees of Inisherin" de Martin McDonagh (en castellano, "Almas en pena en Inisherin"; las banshees no son exactamente almas en pena, pero no entremos en la traducción, que me lío) y la novela corta "This is pleasure" ("Esto es placer") de Mary Gaitskill. Para referencia, McDonagh es el director de pelis como "En Brujas" o "Three Billboards Outside Ebbing, Missouri" y en un relato de Gaitskill se inspiró (malamente: según ella, hicieron una versión comercial y vainilla) la peli "Secretaria" (Steven Shainberg, 2002), aquella que explora -vainillamente- el sadomaso, que es uno de los temas de Gaitskill [entre otros temas tabú sobre conflictos internos femeninos]. 

En esta novela corta (a diferencia de Dorothy Parker "que le prometió a su mamá nunca decirla", me gusta esta palabra en inglés "novella" ) que recomiendo mucho, se explora la amistad entre una mujer y un hombre. Bueno, realmente este no es el tema principal -pero lo saco porque enlaza con uno de mis "valientes testimonios" más tarde: lo que ha causado controversia de este texto ha sido el mostrar "gamas de grises" en el tema #Metoo (imposible no recordar el famoso relato "Cat person" de hace unos anios). Empieza con una cita de Joan Didion de su The Women’s Movement” (1972): "The idea that fiction has certain irreducible ambiguities seemed never to occur to these women, nor should it have, for fiction is in most ways hostile to ideology". ("Parecía que a estas mujeres nunca se les había ocurrido la idea de que la ficción tiene ciertas ambiguedades, porque la ficción es en su mayoría hostil a la ideología"). No estoy de acuerdo en la segunda parte de la frase (nota: que está descontextualizada, así que no sé lo que quiso decir Didion exactamente, pero me lanzo con lo que parece, puedo estar equivocada), la ficción no tiene por qué no contener ideología (de hecho, en según qué contexto el no contenerla es ideología), pero sí con la primera: que la ficción puede en según qué casos permitir explorar ambiguedades mejor que la no-ficción. Y en esa cuerda floja hace equilibros esta novella. 

 Ludus: el flirteo como juego
Gaitskill nos habla de Quin, un editor lleno de glamour y carisma, al que le encanta flirtear con mujeres que le entren en el juego. Está casado y con hija: Quin quiere a su mujer y ella sabe perfectamente con quién se ha casado -la manera de ser no se "desconecta" cuando uno se casa. Durante la novella Gaitskill explora el predicamento de este hombre a través de la mirada de Margot, su amiga  y él mismo, en capítulos intercalados. Han sido amigos durante veinte anios, al principio de los cuales él intentó el juego del flirteo, como suele hacer, y como ella le dejó claro que no estaba interesada, no se repitió. Pese a esto, la amistad siguió (Nota: bien por Quin aquí, no todos los tíos responden así a eso, aunque haberlos haylos -mi N no es statistically significant, pero es). Total que Quin es un buen amigo: está siempre ahí para ella, el tipo de amigo que le aconseja qué ropa llevar a un sarao, que le da conversación cuando ella va a embarcar porque tiene fobia a volar, que se ofrece a llevarle el dinero en su bolsillo para que no tenga que cargar con el bolso en una fiesta. Margot sabe que él no tiene esa relación solo con ella porque es transparente y además él le va contando todas las historias de flirteo-amistad intensa que tiene con otras mujeres durante este tiempo. Ella siente ambivalencia ("tratas a la gente como entretenimiento", le dice en un punto), a la vez que atracción porque él, además de un amigo que está ahí para ti, es muy divertido: con Quin nunca te aburres.
 "This was what he most liked: to give advice about the strange, small, things that can sit oddly close to a person’s heart, and sometimes press against it painfully. I could call him at any time and, if at all possible, he would drop whatever he was doing to give me advice about"
Y con el aburrimiento enlazo con "Almas en pena", la peli, en la que un amigo le dice a otro que  no quiere seguir siendo su amigo (que allí consiste en ir al pub local a diario a tomar una Guinness) "porque le aburre", porque es "dull" (aburrido) y él quiere usar su tiempo en tocar el violín para trascender. Como decía Oscar Wilde, un gran pensador en esto de las amistades,  "un aburrido es alguien que te quita tu soledad sin darte companía". El guionista pinta al "dull" como una persona de pocas luces, pero vamos a ver: todos los días de tu vida, mismo lugar en el que no pasa nada, con la misma persona? No hace falta que tu amigo sea de pocas luces para que te aburra. Pero da cierta pena porque el pobre aburrido no entiende nada, él quiere seguir la amistad a toda costa. 

Entender más sobre el final de las amistades era el tema que me atraía de esta película, pero ha sido una pequenia decepción. Supongo un caso de "no sós vos, soy shó", porque es buena, pero no es la peli llena-de-diálogo-por-guionista-judío que a mí me gusta (alguien se acuerda de aquel chico Josh Radnor que hizo "Liberal Arts", o el Woody Allen de "Hannah y sus hermanas" o Greta Gerwig o Aaron Sorkin o Noah Baumbach o Nora Ephron... esa es la idea). "Almas en pena" tiene una fotografía ma-ra-vi-llo-sa (quien no quiera ir a Irlanda de vacaciones después de esto no tiene corazón o, como la que firma, vive por estas latitudes; spoiler o más bien reality check: ese verde no sale con el sol ni la luz que tiene la peli). De fondo está la guerra civil y se ha hablado de "metáforas de hermano-contra-hermano" pero este "novedoso tropo" a los spanish ya nos aburre: otro metáfora facilona más y gritaré. Y esta además es desagradable, gore y buscando efecto, pero despista  por una avenida que no le permite explorar Lo Importante como yo habría querido -y eso que admito que no hablan ni piensan igual la neurótica intelligentsia de Manhattan que los granjeros irlandeses perdidos en una isla en 1923. Pero igual deberían haber ambientado esta peli en otro sitio y aquí haber hecho un docu vegano.  

Eso sí, gran fotografía

Así que en la peli el abandonado no entiende nada y esto me lleva al confesional/autoterapia -donde interpreto primero a la amiga dull y más tarde a la amiga del "fop" (dandi, presumido) que te cuenta aventuritas. Al lío.  


Amigos que desaparecen
porque tu bebé es aburrido: I get it
Yo tenía una granja en Africa, digo una amiga a la que conocí en campamentos a los 12 anios (ella tenía 15). A mí esto de la escritura me ha metido en varios líos vitales y en este caso, se siguió esa amistad interprovincial gracias a Correos y Telégrafos. Ella al terminar la uni se vino a vivir a UK y pasados los anios, cuando yo vine, ella nos abrió las puertas de su amigo Steve -al que yo había conocido anios antes cuando vine de prácticas a Aberdeen y pasé unos días por Londinium. Steve estaba por entonces rodando en el Himalaya (esto es cierto, aunque parezca un atrezzo de guión), y hasta que encontré trabajo -dos semanas- el Peda y yo acampamos allí. Yo esto nunca lo olvidaré y siempre les estaré agradecida. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, estaba claro que mi amiga y yo no teníamos nada en común. Steve y ella venían a vernos al norte de vez en cuando, hablábamos por teléfono, y cuando vinimos a Londinium, quedábamos para comer muy de vez en cuando. Pero cada vez era más aburrido, no había ningún interés en común. Entonces, cuando nació Mini, oh, ella se distanció: dejó de devolverme las llamadas y poco a poco, la cosa desapareció. Steve con el que seguíamos en contacto -mucho más en común que con ella- me decía, "oh, no es nada, está cansada de amigas con hijos". Yo entendí perfectamente que para los sin-hijos, es un auténtico rollazo quedar con amigos con críos y lo acepté sin acritud. 


Pasaron los anios y hace poco Steve me llamó para decirme que ella estaba pasando por un mal momento, que seguro que agradecería que volviésemos a nuestra amistad. Todo volveríá a ser como antes, según él, ya que yo no tendría que levantarme de la mesa a quitarle a Mini el césped de la boca en el parque. Algo me decía que lagarto-lagarto pero, sobre todo preocupada porque estaba mal, le escribí. De esto hace ya más de dos meses, y nunca he tenido respuesta. Corolario: había algo más pero como no se me ocurre 
nada "malo" que yo le haya podido hacer, deduzco que el aburrimiento era bi-direccional.  Me queda pendiente la confirmación, pero la verdad es que podré conciliar el suenio sin saberlo.

Este tema del aburrimiento es importantísimo porque por mi personalidad [luzco grilletes judeocristianos en los tobillos y cierta tendencia a la autoflagelación y  la culpa], soy incapaz de dar esquinazo a alguien aburrido que es buena persona. Es el caso con esta chica: ella habíá sido generosa conmigo y su única falta es que no teníamos conversación. Me costaríá menos con otras personas que sabes que son más "cabronas" pero que son divertidas, y aquí enlazo con mi segunda amistad inexplicablemente rota, con el tío tirando a mamón que te cuenta historias pero que es divertido, como Quin. Margot en la novella de Gatskill sigue siendo amiga de Quin -siendo él un cantamanianas- también porque se echan muchas risas. Nota:  La línea de Margot es esta: le sigue siendo leal a esa amistad después de que él caiga en desgracia porque no cree que es un depredador. Su propia mujer, cuando todo explota, le dice "no eres un depredador sexual, eres solo un bobo". Hay que leerlo para decidir si tú piensas que es solo un cantamanianas inofensivo o un depredador.

Mi segunda amistad rota no tiene ninguno de estos tintes dramáticos, al igual que en la primera, tampoco sé qué ha pasado, pero tiene en común con el libro que era una amistad intra-género. Más sobre esto en el maravilloso "Una historia íntima de la humanidad"  de Theodore Zeldin que tiene algo sobre las amistades entre hombres y mujeres en el capítulo "Por qué la amistad entre hombres y mujeres ha sido tan difícil: la Amitié Amoureuse". Libro que por otro lado me regaló el segungo ex-amigo: caramba, qué coincidencia.


Y ambas amistades también tienen en común que no han tenido un punto y final. C
on las relaciones amorosas, siempre hay un punto y final (a veces, punto y seguido, o muchos y seguidos, pero esa es otra historia) más o menos sonado. Hay una escenificación de la ruptura, una performance. Luego sigue un duelo. Pero en las amistades, qué pasa? Generalmente, nada, simplemente darte cuenta -más o menos conscienctemente- de que es demasiada inversión, y las vamos dejando morir pasivamente y poco a poco, zas, se ha ido. (aunque yo también he tenido alguna amistad que se terminó con un bang!, que ahora me da pena, tal vez podríamos haberlo hecho de otra manera, claro que ahora estoy "en frío" y entonces estaba muy "en caliente").  Como digo, en estas dos, será la edad, se ha acabado sin escenificaciones, ni conversaciones, ni nada. Por qué no las provocas -las conversaciones, se entiende- se lo preguntaría, si existiera, ese unicornio, el divagante menor de treinta.  Pero como no existe, no empezaré un nuevo párrafo -los que hemos llegado hasta aquí, lo sabemos todos-, sino con una frase de una persona que bien me hubiera gustado tener por amiga: nunca un momento aburrido con el Tío Oscar, tal vez ni en esa isla donde no debe parar de llover. 

"Es absurdo dividir a la gente entre buenos y malos.
La gente es encantadora o tediosa"

 




24 marzo 2023

Stanford's, encrucijadas de la vida, mapamundis en la pared.

En Londininum hay una librería dedicada únicamete a viajes: Stanfords. Solía estar en Long Acre y se cambió a una placita doblando la esquina en 2019 - no es lo mismo. El edificio donde estaba acoge hoy a una marca de ropa de las que le gusta a Mini, y aún tiene "Stanford" grabado sobre la puerta (en imagen, abajo).  Es la mayor tienda de mapas del mundo. 

La antigua Standords-detalle
A mí me gustaba más
el edificio de Long Acre

Edward Stanford, su fundador, empezó trabajando en una tienda en la que se vendían mapas en Charing Cross Road. Era plena época victoriana, con sus avances tecnológicos y exploración de otros continentes. Con el tiempo se hizo con la tienda y la expandió, siendo el único proveedor de mapas del colonialismo británico. Igual que Hatchard's, también les dieron el título de "Catógrafos de la reina", un royal warrant de esos que tanto gustan a los ingleses. 

Stanford's en Long Acre en 1901

En 1873 seguía creciendo y se cambió a otro número en la misma calle pero la imprenta se situó en 12-14 Long Acre. Como digo, en 2019 se cambiaron a este nuevo sitio (servidumbres de los alquileres de Londinium, me imagino - muchas de las tiendas del centro "son de la reina", o de su momia). Y de esta tienda voy a poner las fotos, aunque como estancia no tiene nada de particular: nada que ver con la antigua (en imagen arriba), en la que una puede de verdad imaginar a gente como Florence Nightingale y el Capitán Scott, asistiendo a la reapertura tras una remodelación (o al doctor Watson buscando un mapa en "El perro de los Baskerville").

Empezamos con la siguiente imagen: por si a alguien no le ha quedado claro, se llama Stanfords, y ha estado ahí desde 1853. Por esa escalera se baja al "basement" (sótano), que es donde se corta el bacalao:


Arriba hay algún libro, muchas cosas de regalo relacionadas con viajar y un café, para quedar con tu amiga e ir a planear vuestro viaje.



Esto es el "suelo de vinilo" del sótano con mapa. En la antigua había un mapamundi en el suelo de la planta calle, en el sótano era del mapa de Londinium y en el primer piso del Himalaya.


Aquí eunas fotos de la sección de mapas. Como el "the world’s largest map retailer", tienen de todo y "si no lo puedes encontrarlo ahí y existe, te lo consiguen". A mí me fascina la máquina de cortarlos: me lleva a otra época, a esos viajes verdaderamente de aventuras, que iban allí a que les cortaran su mapa. Hoy, quién irá a eso? Si hasta Fransesc, que pasa bastante de la tecnología,  lleva las cartas de navegación en el ipad. 





Luego, claro, además de todas las guías de viaje que puedas imaginar, también hay mesas con tanto ensayos como novelas de viajes. Esto también lo hace en Waterstones Picadilly, que en el sótano donde está "Travel" no solo tienen las guías bajo el nombre del país, sino literatura asociada: maravilla. Los de esta mesa debe ser más o menos recientes, porque no encuentro clásicos maravillosos como "Pasaje a India", "Diarios de motocicleta", "El cielo protector" o, bueno, el mayor libro de viajes nunca escrito del que solo diré que aparece una ballena. Aquí hay una lista de estos libros y de esta mesa que quedo con "The Virago book of women travellers" (ed. Mary Morris), con trozos de escritura de viajes por mujeres durante 300 anios. 

Entonces, como las casualidades no existen, me visita una conversación que tuve justo esta la semana, tema: "encrucijadas de la vida". Yo ya he dicho muchas veces que si tuviera otra vida, querría ser escritora de viajes: en qué momento estuve en esa encrucijada, bajo ese poste con flechas y varias direcciones en mi vida, no lo sé: creo que en muchos casos para la mayor parte de la gente ni siquiera existe, no hay opciones. Pero esta conversación es uno de esos casos: una persona de veintimuchos de mi profesión que se encuentra ahí, y en un estado de gran desazón: odia nuestro trabajo, cada maniana es para ella "un martirio" (sic) y lo quiere dejar. Yo al principio pienso lo típico: esta chica se ha deprimido aquí, tan las antípodas del sur, tanto cielo encapotado, tan lejos de casa (síndrome de Mariona), en un servicio horrible donde no le dejan hacer nada. Pero explorando (sin mapa) me encuentro mucho más, la cosa viene de lejos: alguien que estudió la carrera por presión (ah, esas sagas familiares) y que continuó por inercia, pero que ahora se ha dado cuenta que su pasión es otra (los ninios, ser profe de primaria) y que quiere, no sin miedo, dar el salto. 

El problema en estas encrucijadas siempre es el mismo: la persona se suele plantear dejar una carrera de más prestigio y mejor pagada para lanzarse a algo donde siempre habrá incertidumbre (en la otra dirección, no habría problema). Por tanto, tu círculo se opone, es "una locura". Una amiga mía, allá por los veinte, que estudiaba una carrera también por presión familiar (y no era la mía), quería salirse del camino trazado por otros y para aclararse leía. Uno de los libros que leyó (y luego me regaló -sigue siendo el único libro que he leído de Sánchez Dragó) fue "El camino del corazón", porque su premisa ("sigue el camino que te dicte tu emoción, no la cabeza") es lo que ella quería hacer. Al final, siguió a su cabeza (o a la de su padre, en concreto). Pero esa es otra historia. 

Yo podría contar la mía -pero esto es un divague de bibliofilia, tranquis- y se la conté a esta chica de la encrucijada, pero cada uno tendrá la suya particular, y no sirven para nada las recetas. Con lo que sé ahora, yo diría que no hay que cerrar puertas, sino abrir todas las que puedas: que se vaya un anio a un cole a Vietnam o a México y luego, que repiense. 

Parcialmente relacionado con esto, el otro día leí algo de "qué le dirías a alguien que está  diez anios por detrás en tu carrera profesional". Es tan complicado, por lo de las recetas, que tal vez solo me atrevería a pensar en lo que me diría a mí misma de hace esos anios, o quizás más. Aún así, no puedo quejarme: he tenido mucha suerte con mi trabajo, aún me gusta ayudar a la gente y me interesa aprender más del tema... aunque no quita que lo que yo querría hacer es dar saltitos con un portátil por las bolas estas de abajo:





Cómo de cool tiene que ser tener una bola de Stanfords? Yo me conformo con un mapamundi colgado en la pared. Creo que siempre he tenido uno, desde  casa de mis padres en Vetusta, pasando por mis periplos por el UK (cuando se llega, se pone también uno de la isla, para ir entendiendo dónde está la siguiente entrevista de trabajo a la que vas), proyección de Peters, proyección normal, con chinchetas, con celo, con blue-tack, con lo que sea. Hoy lo tengo en la habitación de Mini, y le ponemos flechas pegadas con los lugares que queremos ir. Ha sido y sigue siendo mi forma de viajar cuando estoy en casa, igual que lo son los libros, o pasarme por Stanford's donde es imposible, por una rato, no sentirte Phileas Fogg.










21 marzo 2023

Maison Assouline, editorial del lujo y el poderío (póngame todos y las ovejas).

La Maison Assouline es una librería de la "primera editorial de lujo del mundo". Sus fundadores son los franceses Martine y Prosper Assouline y comenzaron en su piso de París hace veinticinco anios. Desde entonces han publicado más de 1700 libros sobre temas culturales como arquitectura, disenio, moda, gastronomía, estilo de vida, fotografía y viajes. En Londinium, está justo al lado de Hatchard's, en un edificio de 1922 -que en su día fue un banco- del famoso (por lo menos aquí) arquitecto Edwin Lutyens. 

La estancia tiene una parte donde se exponen los libros de la editorial, y otra que es restaurante o bar de cocktails. Mis fotos son malas y no hacen justicia a lo chulo que es el sitio, así que por una vez merece la pena darle al enlace, para ver su web. Nada que ver, tristemente, con esta página donde se une mi triste cámara de teléfono del NHS con el dolor que es blogger para colgar fotos [me pregunto: no se les habrá ocurrido la remota posibilidad de ofrecer algo tipo mosaico, collage?]

Pero yo no he venido a aquí a hablar de la estancia, ni siquiera de la comida del restaurante (o con razón se sospecharía que el divlog ha sido secuestrado, ya hubo un amago de motín cuando sugerí una receta), sino de mi -digo, sus- libros. 

Oh

My

Fucking

God

Qué maravilla. La mayor parte de los que hay expuestos en la tienda son de fotografías de viajes. Veo alguno de "Rolex" o "Cartier", pero el grueso son lugares que dan título a unos libros ENORMES: Amalfi, Toscana, Bali, Costa Turquesa, Costa Esmeralda, Montecarlo... 

A todos quiero ir, casi sin excepción, pero abro uno al azar, por ejemplo, este: ISLAS GRIEGAS.

O

M

F

G

AGAIN

Este libro resume a la perfección lo que es un verano en Grecia: los azules y los blancos, el verde del mar, los seniores tocando el bouzouki, saltar del velero al agua, los molinos, las torres de las iglesias, los pulpos tendidos, la buganvillas, la lentitud...  

Los demás, llenos de fotos perfectas que mirar una y otra vez. Son un paso más de la edición de libros que aquí se llaman de "coffee table" (libros grandes que la gente pone en el estante de debajo de la mesa baja del salón). Si alguien la tiene de Ikea, valdrá más el libro que la propia mesa.

Y termino con mis cutre-imágenes, por si alguien está en el maso y las prefiere al original. 


Esto es según entras, y en ese reloj pone "Tempus fugit"
(recordemos, era un banco, versión del "Money never sleeps")


Versión luxury de la bola esa que
teníámos con interruptor y   luz dentro



Lo del fondo es el restaurante chic


Se llama Swan's y atención a la moqueta


Me pregunto si las ovejas están a la venta

Póngamelos todos,
y varias mesas de café. Y las ovejas.

19 marzo 2023

Hatchard's, la librería más antigua del Reino Unido: moquetas, royal warrrants y vivamos los nerdos

Fortnum & Mason, escalera de caracol
(la de madera la pongo otro día)
 De nuevo un esperado divague de la sección "bibliofilia"; esta vez de la librería más antigua del Reino Unido,  Hatchard's. Establecida por John Hatchard, claro, en 1797, está en el número 187 Picadilly, esa calle que todo turista conoce bien, en particular el famoso gran almacén de las cajas de té y galletas verdeglaciar -"Fortnum & Mason". Este departmento vive exclusivamente de vender estas cajas -y si has estado, has llevado una a tu tía, y lo sabes- porque imagino que del supermercado del subterráneo no va a ser. Mi producto-comparativo ayer fue la granada, que en mi barrio vale £2,40 y aquí £5,50 (y menor).  

Granada a £5,50: La prueba!!!

La librería es todo lo que una imagina de la típica libraría británica: una maravilla. Quien quiera leer más sobre ella, les remito a su web, donde cuentan que hay un par de sucursales (una en la estación de St. Pancras, al lado precisamente de nuevo de F&M) y otra en Cheteltham, el pueblo balneario de los Cotswolds al que quiero ir ya con esa excusa -pero ya nos conocemos, en realidad sobre todo para "tomar las aguas". Decía, que quien quiera saber más cosas de verdad de la librería, a Salamanca, digo, wikipedia. Los divagues de biblioflilia son puramente eso y fotos con las que a mí se me ha ocurrido algo solo vagamente relacionado. 

Entremos...



En la planta baja hay mucha gente, casi todos turistas -han leído lo de "librería más antigua" etc. Yo recomiendo pasar a las escaleras de moqueta super-mullida (hay algo más inglés que una tienda enmoquetada?) y tirar para arriba.



No es que me esté cebando con las calidades el tejido de las moquetas -solo quiero hablar un poco de mi síndrome de Estocolmo. Yo, como buena espaniola, aborrecía la moquetas: donde esté un suelo de madera, dónde va a parar, cómo limpiar eso en pleno Picadilly. Un tema que daría para un divague, porque aquí en casa recién llegados cometimos la osadía de cambiar la moqueta del piso por madera y la en aquella época vecina de abajo nos la hizo cambiar. Parece que legalmente no estaba permitido y como las casas son victorianas, nos oía mucho en esa fiesta-continua que según ella era esta casa en la era pre-Mini. Hice mucho cabreo, e intenté contra ella desde la razón hasta el vudú: no dio resultado. El caso es que, catorce anios después, sigo odiándola intensamente, allá donde esté, pero he de admitir qué cómoda es mi casa con moqueta gorda (que se lo digan a Roc, lo bien que se aprende a caminar ahí). Pero divago: estaba en que cuando subes las escaleras, lo primero que te encuentras es con una foto del Sr. Hatchard y un montón de libros seleccionados debajo:

Mr. Hatchard
Estas mesas con libros seleccionados por el personal son mi perdición: casi todos me interesan. Además, como una ya tiene una edad y ha pasado muchas horas en estos establecimientos frente a mesas similares, he leído muchos de ellos (siempre da gusto recordar, oh, este, oh aquel, y si vas con companía, comentarlo). De este grupo de arriba me quedé con dos que quiero leer: "The sea the sea" de Iris Murdoch y "The line of beauty" de Allan Hollinhurst. El primero porque aún no he leído a Murdoch y el planteamiento de esta novela podría ser mío (un tipo que huye del mundanal ruido y se va a escribir solo ante el mar), y el segundo porque Owen Jones, el periodista izquierdoso de The Guardian que me gusta lo recomendó en una presentación de libro en la que estuve. 





Desde aquí entono una petición a los divagantes que hayan leído algunos de los libros que cito, para mayores referencias. Como digo, cuando una lee un libro por estar en esas mesas puede ocurrir que no conozcas a nadie que lo haya leído.  Aquello me pasó, por ejemplo, con "Posession" de AS Byatt, un libro que me encantó y que hice leer a alguna pobre víctima a mi alreadedor para poder comentar -menos mal que en el blog Elena Rius, experta en todas las cosas victorianas, lo había leído...


La de arriba es otra de esas mesas de clásicos maravillosos, encuadernados muy bonitos en tela. No son para mí porque como habré dicho mil veces, odio con pasión leer en tapa dura, pero para mirar desde fuera -y para hacer tick mental de los que te quedan por leer, mi total aprobación. 

Hatchard's es tan grande que tiene mil secciones. Se pueden permitir el lujo de tener estanterías solo para Woodehouse, un expositor solo para el Inspector Maigret y otra para Agatha Christie. 







Aquí donde me veis, de los 11 a los 14 me los pasé leyendo libros de Agatha Christie y el de la foto es uno de los que más me gustó. Cuando pienso ahora por qué, cual era el "plot-twist", me hace sonreír. Ingenuidad...






Pero volviendo a lo del tamanio, ahora recuerdo que no ha entrado todavía en "bibliofilia" la mayor librería de Europa, Waterstone's Picadilly, que está muy cerca, unos metros hacia la izquierda, casi enfrente de la plaza de Cupido. Otro día la hago, porque es un edificio art-deco muy bonito y tiene una cafetería arriba con vistas y sin turistas. Nota: Waterstone's es una cadena (aún así, me gustan) y compró a Hatchard's, pero les dejó mantener el nombre. Ya que estamos, dicen que la mayor del mundo es Powell's en Portland.


Esto, que también está en las escaleras, es un certificado firmado por nosequé realeza y que acredita que esta librería tiene "Royal Warrant" de la casa real británica, un mamoneo que existe desde el SXV, por el cual esta o aquella empresa es proveedora de la casa royal. A los republicanos estos nos tira para atrás, aunque la lista es bastante graciosa (Bacardí? pensaba q la reina madre le daba a la ginebra?). No aparece Porcelanosa, una espanis que parece que está, y veo en la wiki con estupor que ya no está Rigby & Peller, a los que llamé "corseteros de la reina" en un previo divague sobre tallas de sujetador que fue gran éxito de crítica y público. 



También dicen que un asiduo era nuestro admirado Oscar Wilde, y hay una mesa llamada "Oscar's table". Como no la encontré senializada, supongamos que es esta:


Estos son otros famosos que pasaron por aquí, pero no me acuerdo de ellos (aparte de Salman Rushdie, del que mi compa de piso se está leyendo actualmente "Midnight children". Tampoco he leído nada. Cuando le pregunto qué tal, solo dice: "de aventuras".)









La sección de viajes no está mal, pero la librería solo dedicada a viajes en Londinium se llama Stanfords y, al igual que la Maison Assouline, las dejo para otro día. O sea, lo que era una entrada de bibliofilia va a ser una serie. Vivamos los nerdos.