31 agosto 2010

Sobredosis de refrito

A todo cerdo le llega su San Martín, y también les tenía que llegar a los divagantes. Pues sí, por fin llegó ese aciago momento en que, por unos días, los fanáticos del divlog tendrán que aplacar su sed de continuo estímulo intelectual con cutres refritos, escritos quién sabe ande, el cielo sabrá cuándo y bajo la influencia de qué sustancias.

Pero, oh lector, nuestra crueldad sí conoce límites, y este castigo ocurrirá únicamente a días alternos: la sin par Diva, mentora y musa de ésta mi parte fritanga del blog, estará cocinando a cuatro fogones a lo Berasategi para quitaros el empacho de los restos recalentados del dí-a anterior.

Importantes asuntos nos reclaman allí donde (los ángeles temen y) no hay sartenes, ni ollas, ni siquiera yogurteras. Allí donde la única opción para la abstinencia bloguera será darnos a los excesos y a la perversión.

Pero volveremos, y lo que no esté prohibido, engorde o sea delito, lo contaremos.

Salud y tantos besos.

29 agosto 2010

Mi flequillo: busquemos responsabilidades.

Desde hace más o menos un año llevo flequillo, por culpa de Isabel Coixet. No es nada nuevo, ya lo llevé en la uni, creo que estaba de moda por "Sensación de vivir" (glubbs). Si es que soy una fashion victim.

Y sí, si hay alguien responsable de mi flequillo actual es la Coixet. En serio. Corría Septiembre del 2009, y se estrenaba "Mapa de los sonidos de Tokio" en los Cines Renoir de Vetusta. Como está mandado, Vetusta supone sobredosis de cine en sala. Aquella tarde, primero refresco en el parque de enfrente con el naúfrago Ro y N y enseguida bajan las luces. La sala está llena. Mis ojos comienzan a dar vuentas por la pantalla, mi cabeza a jugar con que está detrás de la cámara. Qué mal el doblaje: en los Renoir, con ese nombre tan pichi que traes vagos flashbacks del gafapasta Curzon Renoir de Londinium, antes eran en versión original subtitulada. Pero el mercado manda. Creo que Sergi López se dobla a sí pispo, con resultados estremecedores. Céntrate. Tiene una tienda de vinos (cuán middle-class se puede ser?). No te estás centrando. La prota trabaja en un mercado de pescado y hace alguna otra cosilla como top-up (yo no cuento las pelis, tranquilidad, pero de esas cosillas va la trama). Oigo respirar al Peda a mi lado. La luz de "salida de emergencia", demasiado brillante. Malo. Cuando me disperso así, malo.

Como todo aspirante a fotógrafo sabe, qué buenas fotos salen en cualquier mercado. La Coixet, enamorada de Tokio, oh, ha descubierto lo que hasta un turista de primera generación hace en su primera visita: el mercado de pescados de Tokio es fotogénico! Pongamos a trabajar alli a la prota. Tengo ganas de ir al baño, cuánto falta? Necesitas Ritalin, Di, regresa. Nuevo punto en la trama: entre los personajes se aspira a que haya eso tan difícil que se llama "magia". Tengo frío, me pego al Peda. Y lo del frío es también metáfora de la frase anterior. De fondo hay sonidos de Tokio? No me acuerdo. Toda la peli está afortunadamente vaga en mi memoria, aparte de los retazos de este párrafo tambien vago y corrientedeconciencia. Y así es como me sentí en la peli, hace más o menos un anio.

Una palabra viene a mi mente: pretenciosa. La peli es pretenciosa. La Coixet, una vez más: me pregunto porqué sigo pagando por ver sus pelis. La de la plataforma petrolífera, la de la esgrima, la de una que se muere y sus hijas nosequé. Joer, si las he visto todas! Mi masoquismo es infinito, no, es mi esperanza (positive reframing). Mi mejor recuerdo es aquella escena en la lavandería de su primera peli en la que la prota llora histéricamente porque no tienen su helado favorito a media noche en el 7/11. En realidad, llora por otras cosas, ya se sabe. Me siento casi como aquel personaje, pero con ganas de gritar por esta peli. Mi mente se va, navega por otros lugares, querría verdaderamente estar en Tokio, pero no en el de la Coixet, frío, listillo y condescendiente, sino en el de "Lost in translation", o el de "Tokyo story" o en el de "Kill Bill". Céntrate Di, que aún queda peli. Ah, mira, está bien el flequillo de la prota. Da igual lo que diga o haga, no te lo crees, no te importa. Mañana tengo que cortarme el pelo.. y si me cortara el flequillo?

Esta es la historia de mi flequillo y su culpable: aviso para divagantes de lo que aburrimiento en una peli puede hacer. Y no es un flequillo borroka, de esos cortos cortos, ni a lo Jane Birkin, que tapa los ojos. Es un flequillo a media frente, que me recorto yo cada pocas semanas, con resultados desiguales.

Y para que nadie se llame a engaño, yo de mayor no quiero ser la guapísima Audrey Hepburn, que ya se sabe que a mi las santitas tipo Sabrina no me inspiran nada. Yo de mayor quiero ser Uma Thurman en Pulp Fiction.


28 agosto 2010

Deseos

Como algunos ya sabéis nos hallamos en lo alto de los Pirineos disfrutando del fresquito, las chapucillas que hay que hacer a las casas viejas y los tábanos que abundan este año más que nunca.

Lo biueno de estar en un pueblo muiy pequeño es que los pollitos salen de casa y entran a su antojo y tienen esa sensación de libertad que los que crecimos en pueblos teníamos antaño y que tan difícil es de encontrar ahora. Así pues se van a explorar, a trepar, a descubrir, a los huertos, a las grnajas y vuelven cargados con un dedo de mugre, pero de la sana, ecológica o biológica que dirían los cool.


Ayer viene mi polluela de 6 años:

- Mamá, mamá he soplado unos angelitos (diente de león) y he pedido un deseo!

- Ah, sí y ¿qué has pedido?

- Mamá, ¡que no se puede decir hombre! - me dice indignada - Que si lo dices, los deseos no se cumplen, o es que no lo sabes?

- Tienes razon hijita, se me había olvidado...

- (Silencio)

- Pero bueno, a papá y a tí no os lo dejaré porque ya tenéis ordenador...

27 agosto 2010

Mineros de Chile: si por lo menos pudiera rezar...

La historia de los mineros atrapados en Chile ha estremecido al mundo. Como no soy nada original en esto del estremecimiento, a mí también. Escucho la BBC4 mientras me ducho, y cada maniana hablan de cómo esta historia "ha capturado la imaginación de la gente" a lo largo y ancho del globo, entrevistan a los de la Antártida y el cura de "Thought for the day" (el momento del día para poner el secador) dice lo esperable. Qué suerte, si yo pudiera rezar... pero qué nos queda a los ateos en estas circunstancias? Esperar que la física y la tecnología y la teoría de sistemas funcione como suele? Qué fragilidad la nuestra.

Una vez estuve en una mina: en Potosí (Bolivia), una ciudad a mas de 4000 ms sobre el nivel del mar y como turista. Sí, como leen: hacen tours guiados. Todo lo sabía antes de bajar al agujero, toda la rabia la había sentido ya. Vivirlo en primera persona fue otra cosa. Y así es como lo vi el 22 de Octubre de 2004.
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“En la planta 14 del pozo minero, de la tarde amarilla tres hombres no volvieron…” Esta canción ha estado resonando en mi cabeza durante gran parte de nuestra visita a una de las minas cooperativas de Potosí, hoy por la mañana. Y es que gran parte de la visita han sido recuerdos, flashbacks, porque la mina es oscura, y nada te distrae de los túneles, todos iguales, casi ni tus propios pensamientos. Estos vienen en forma de música, “Soy minero”, “El abuelo fue picador, allá en la mina, y sacando negro carbón, quemó su vida” o de imágenes: el padre de Billy Elliott (Stephen Daldry, 2000) en la jaula q los baja tras la claudicación en la huelga contra la Thatcher; los mineros de Germinal (Claude Berri, 1993), con sus brazos levantados, y el anarquista q termina boicoteándolo todo con una explosión; Indiana Jones en el Templo Maldito (Spielberg, 1984) escapando en una vagoneta a toda velocidad a la vez que libera a miles de niños q trabajaban en aquella mina imaginaria.

Eso es cine, pero en Potosí, la mano de obra infantil en las minas es una realidad. El gobierno tiene escrito q nadie menor de 18 años debe trabajar en las minas, nos cuenta Edui, nuestro guía, pero la realidad es q hay niños de 14 años dejándose la piel allí, enterrándose en vida. La esperanza de vida para estos mineros no supera los 55 años: silicosis, exposición a los asbestos, desprendimientos, y gracias q en esta montaña no hay grisú, el gas criminal q recuerdo estudiábamos en E.G.B. Claro q uno podría contentarse pensando q la sociedad da pasos hacia adelante, si se tiene en cuenta q los españoles tenían indios 6 meses sin salir de la mina trabajando prácticamente hasta morir.

Esta montaña a la q se le conoce con el nombre de “Cerro Rico” (Sunaj Orcko), que estuvo llena de plata, zinc, cobre, estaño… tiene aún veta para un siglo más. Hay trabajando en ella entre 6000 y 8000 mineros. Tienen distintos salarios, según su posición: los picadores son los q más ganan, por ser el trabajo más duro, y el más arriesgado: 1200 bolivianos al mes (cada boliviano, la moneda del país, son 17 pesetas, así que saquen sus cuentas). Cobran 900 bolivianos los que llenan y arrastran la vagoneta, “pq es menos duro,” nos dice Edui, q es minero en época baja de turistas, y cuyo padre y hermano son también mineros. La vagoneta pesa media tonelada, y la llenan con una tonelada. Ello quiere decir que dos hombres empujan por los raíles una tonelada y media. Por no llega a 17.000 pesetas mensuales. Las vagonetas no son mecánicas, sólo lo fueron alguna vez en la mina del gobierno (q luego se privatizó), "porque es muy caro", nos dice Edui. Sale más barato que los hombres la empujen, y que le den vueltas a un torno para subir material de niveles inferiores. La electricidad es cara. Y por fin, los q están al aire libre cobran 600 bolivianos, pq su trabajo solo consiste en separar el mineral. Cobre. Plata. Etc.

Antes de meternos en la mina nos ponemos un traje de mineros, claro, con nuestro casco de topo y todo. La luz lleva una batería q se ata a la cintura, y q sólo cuando te la quitas te das cuenta de lo q pesa. Las botas son katiuskas, y cuesta un poco aprender a moverse con semejante equipo. Ya disfrazados vamos al mercado de los mineros, a comprar “regalos” para ellos. Ponemos 10 bolivianos por persona (ni 200 pts), y compramos botellas de refresco, y bolsas con hojas de coca. Otra gente compra alcohol de 96 grados y tabaco. Nunca había visto algo de semejante gradación que no fuera alcohol de quemar. Pero se lo beben. Y las bolsas con las hojas de coca, q empiezan a masticar (quitándole en nervio central) hasta q tienen una bola enorme q les ocupa todo el carrillo, y q les sirve durante varias horas. Eso les da “energía” para continuar. Trabajan de lunes a sábado, con descanso dominical, a turnos. No es de extrañar q necesiten de la coca, y del alcohol para seguir picando, bajo tierra.

Cuando llegamos a la mina, con sólo ver a los de fuera, los de 600 bolivianos, se me cae el alma a los pies. Pienso en la suerte q hemos tenido nosotros, de lo inhumano de este trabajo, de si merece la pena llevar una pulsera o exhibir un marco de plata en tu casa, cuando el precio q hay q pagar es la carne y la sangre de esta gente. El mundo no es justo, y cada vez q pienso esto me recuerda q una de las primeras frases q aprenden los niños ingleses para quejarse es “it’s not fair” (no es justo). El mundo es una mierda.

Entramos por el túnel siguiendo los raíles de las vagonetas. Vamos con Edui y un japonés, Taca, q no comunica demasiado salvo para pedir q le hagamos fotos. El suelo está a veces mojado, y hay muchos charcos. Nos iluminan sólo los focos del casco. El padre del Billy Elliott bajando al agujero con lágrimas en los ojos: la Thatcher estaba ganando. A veces nos damos en la cabeza con las vigas atravesadas, pero el casco cumple su misión (no rompernos la crisma). En nuestra mina, menos mal, podemos andar de pie todo el rato. En otras, hay gente q agacharse e ir a gatas.

Atravesamos muchas bifurcaciones, y por fin llegamos a un punto donde hay dos hombres haciendo agujeros en la pared, en el final del pasillo. Edui nos da un poco de plástico para q nos pongamos en los oídos. Están metiendo una broca gigante, y luego aire comprimido para secarlo. El agujero tiene q estar seco, porque cuando tengan muchos hechos, le meterán la dinamita, junto con manganato de sodio (no estoy segura, podría ser sulfato amónico, o cualquiera otra sal de esas de química), q hará la explosión más fuerte.

Edui nos cuenta q todos en la mina tienen un mote, y q son nombres en Quechua q no nos puede traducir (y sonríe picaronamente). A el le llaman “Cara de llama”, y entonces llegan Chupila y Orotes. Estos nos acaban contando q el primero significa “agujero” (y hace con las manos el conocido símbolo abortista, “nosotras parimos, nosotras decidimos”), y es segundo “las bolas de los hombres”. Nos reímos con la sofisticación de las bromas aquí bajo tierra.

Seguimos caminando por otros pasillos hasta llegar a un punto donde hay una escalera q sube a otro nivel superior. Escalamos como podemos, y llegamos a un pasillo estrecho donde un hombre esta dándole a la pared con un pico. Nos sentamos un rato, y mientras hablamos jugamos con las piedras. Todas ellas brillan cuando les ponemos el foco de nuestra frente encima y al chocarlas se rompen en polvo de plata. “Llévese de regalo”, nos dice Edui, y cogemos un par. Vemos la limpieza de la veta en la pared del pasillo, habría hecho las delicias de un geólogo. Edui nos explica cómo los ingenieros se encargan de ponerles sobre aviso de las zonas peligrosas. Según el, ganan como los picadores. Me extraña.

Bajar por la escalera aquella tiene su complicación, pero tenemos q ir a ver al "Tío" antes de mediodía. El tío es el diablo, al q los mineros veneran y hacen ofrendas para q les de buena suerte. Según Edui, vino con los colonizadores españoles, y q le llaman el tío pq los quechuas no sabían pronunciar la “d”, y de ahí, dios-tío. Me recuerda al Maximón de Guatemala (el santo malo). Los mineros también le ofrecen tabaco, alcohol y hojas de coca. Está excavado en la pared, es rojo, y con todas las pintas de un demonio, de los q nos pinta la iglesia, claro q éste, además de los cuernos, sufre de un priapismo digno de preocupar. Todos los viernes, los mineros van a hacerle sus ofrendas. En Febrero hay un carnaval en la mina del q aún quedan banderillas en el pasillo q conduce al tío.

Seguimos caminando hasta llegar a otro pasillo muerto. Hay tres o cuatro mineros cargando una vagoneta, y nos ofrecen alcohol de 96 grados (pero algo rebajado con agua). Puaggg, q asco. Uno de ellos lleva una buena, o eso me parece. Mas tarde, se les sale la vagoneta del rail, y colocarla de nuevo es toda una odisea. Los turistas miramos como imbéciles. Ya al final de la mañana, volvemos al punto donde estaban los picadores, que ya han puesto la dinamita. Solo falta encender la mecha. Cuando lo hacen, empezamos a caminar en dirección opuesta durante unos 50 metros. Entonces oímos las explosiones: bom, bom, bom. Impresionantes, parece q la montaña entera se va a caer. Edui dicen q han sido “muy buenas”. Seguimos nuestro camino hacia la salida. Los mineros tendrán q entrar mas adelante a recoger las rocas q ha sacado la explosión.

Seguimos caminando, y por los largos pasillos, Indiana Jones escapando en la vagoneta, en la Planta 14 del pozo minero, y Germinal de Zola. Y los españoles matando indios aquí para hacer bandejas de plata para el rey de turno. Y los chinitos que Indiana Jones libera saltando de júbilo. Pero para nosotros, sólo queda desolación: no hemos liberado a ningún niño, tan sólo hemos regalado unas bolsas de coca a estos pobres hombres, para q bajo su efecto sigan picando sin ver la luz del sol. A quien le quedan ganas de, una hora más tarde, comprar una pulserita de plata como souvenir?

25 agosto 2010

El ajuar

Cuando tenía 16-17 años, había una amiga a la que su madre le estaba preparando "el ajuar". Por supuesto, la joven Di había oído hablar de tal concepto refieriéndose a otro mundo, en otra galaxia. Si hubiera supuesto una mínima amenaza para ella, la joven Di habría convenientemente catalogado la idea como "conmigo no haréis esto", pero no era el caso. La amiga, mucho más madura, lo veía como una muestra de cariño de su madre, que le estaba bordando sábanas con sus iniciales y pajarillos.

Nunca me casé, luego nunca viví lo que supongo es ese periodo de preparativos cuando uno se compra las sábanas, los tenedores y las copas para su nueva casa. Y los platitos de plata para poner el pan, en las parejas "conforme", que diría la Yaya. El Pedalista y yo nos fuimos de casa sin firmar nada, con dos maletas, dos mochilas y un billete de ida de Iberia. En el aeropuerto, la madre del Peda lloraba y la mía reía histéricamente (que viene a ser igual que llorar, créanme). Dentro de las maletas no llevábamos nada para empezar una casa: mi madre, la Yaya y la madre del Peda tuvieron a bien no meternos de extranjis un mantel a juego con el delantal y los trapos de cocina (aunque sí algo de fuet y maza de jamón). Tal vez subconscientemente (si el subconsciente existiera), todos esperaban que la aventura saliera mal (bien), y a los tres meses regresáramos.

Dentro de mi maleta, yo llevaba principalmente libros y ansiedad: todo aquello que debería saber al terminar una carrera y que nunca me atreví a preguntar. Fatal pero a la vez ansiadamente, se avecinaba la hora de la verdad: ahora la gente se iba a sentar delante mía preguntando un par de cosas y yo debía hacer como que las sabía. La impostora se empezaba a gestar, y encima, sin ajuar.

Nuestra primera casa improvisada y base por 15 días (mientras yo hacía entrevistas de trabajo) a las afueras de Londinium fue la de Steve, un amigo que trabaja como cámara de cine, y que estaba entonces rodando un docu en el Himalaya. Una vez conseguido el puesto (sí, fue así de rápido), pasamos a vivir en una ciudad del norte en el alojamiento que proporcionaba mi trabajo para todos los que empezábamos en este gremio. Al entrar, olía tanto a curry que tuvimos que deshacernos de las cortinas y pedir ayuda a dirección (vivan los Pedas multiculturales). Después, abrimos los cajones y allí estaba todo, ¡plink! Incluso plancha: yo recordaba aquella peli de Icíar Bollaín ("Hola, ¿estás sola?") en la que Candela Peña decía que "una verdadera casa tenía que tener plancha". Ah, y sobre la encimera, el objeto tótem con el que nunca más podremos vivir sin: la tetera.

Un sábado fuimos a House of Fraser y compramos un duvet (edredón nórdico). Trece años después aún lo conservamos. Fantaseo con que nos acompañará siempre: simboliza todos nuestros años de "matrimonio" sin papeles. También compramos el cobertor que, para tranquilidad del lector, anotaré sí ha cambiado. En aquella casa no había lavaplatos y la lavandería se compartía con el resto de la comunidad (no, no había encuentros tan interesantes como en las pelis). También hacíamos barbacoas en la pradera cuando el tiempo acompañaba (o sea, pocas) y chili con carne y otras delicias de comidas del mundo (Pedalistas en proceso de inmersión) en los distintos apartamentos, y todos teníamos siempre el mismo juego de platos, vasos, y tenedores. Igual que la sábanas, tenían el membrete de la empresa que nos ingresaba la nómina a final de mes, la más grande del país, el mejor invento de los ingleses. Que tristemente se está yendo al garete. Snif.

Cuando los "sin papeles" se cambiaron a su propia casa en otra ciudad un poco menos al norte, las cosas del ajuar no mejoraron. Resulta que Lili, una amiga de Margarito, se volvía a España y vendía un piso a toda prisa. Los Pedas, impulsivos y Cronopios ellos, fueron, vieron y compraron. Estaba tirado de precio, en el centro, cerca del trabajo. Se podía ir andando al cine y, muy importante, volver trastabillando de los bares. Luego descubrimos porqué era tan barata, pero cuando eres (aún más) joven, indocumentado y pre-Mini-zado esas cosas te dan igual. El caso es que Lili se volvió en coche a Barcelona y no pudo llevarse su ajuar. Así que los Pedalistas, una vez más, usaron los platos, los vasos y las sartenes que otros habían elegido, haciendo tal vez algún pequeño añadido como un juego horroroso de copas que parecían diseñadas para beber vino cabezón, alguna sartén con eso que no se pega (el Peda tiene algo con el menaje, no pregunten qué pues nos metemos en arenas diagnósticas), ensaladera presentable para las cenas, y tal. El Peda se obsesionó con una cucharilla y nos la tuvimos que llevar, pese a que yo lleve fatal mangar de esta santa institución pública. Aún nos acompaña, quiero decir, a él.

Las madres, la Yaya y la entidat han ido proveyéndonos de pequeños electrodomésticos a lo largo de los años. Sí, ya tenemos plancha propia y secador. Incluso yogurtera (el Peda y Mini prefieren los industriales a los que esta máquina produce). Y una colección de ollas a presión, tema fetiche del Peda, que siempre duran poco: empezamos con una de la entidat por ingresar el oro y el moro, luego la regalada que no quería mi madre pues la otra le explotó, y así. El otro día se compró una que parece salida de una peli de la Segunda Guerra Mundial. Debería estar prohibido tener esa olla, por su potencial Hiroshima.

Ahora veo claro que nunca tendré una casa como los dioses mandan, pues nunca seré "gente conforme". La mía se ha ido construyendo, como las familias estas nuevas reconstituídas, con pedazos de aquí y de allá. Así como los amigos que vienen a vernos han de dejarnos una receta (y sí, hay un excel, y sí, los platos tienen el nombre de su originario, pueden intentar entrar los lectores), también han de acostumbrarse a que de los platos amarillos modelnos gigantes (no entran en lavaplatos que es de media carga) sólo hay cuatro, y los perdedores acaban con los blancos con ribete verde de Lili. Y las copas son cada una de su padre y de su madre, si bien aquellas malditas ya no están. Por no hablar de los tenedores.

Creo que voy a hacer algo a tenor de esa olla express.


24 agosto 2010

Fantasy Girl

No tiene nada de erótico la entrada de hoy. Así que  los que albergaban alguna esperanza de ver aquí a la chica de sus sueños, lamento decirles que no, no va de eso. Lo siento.

Lo de Fantasy Girl, es un estado de obnubilación que suele ser pasajera, en el que una tiene la fantasía de que puede con todo, todos y lo que le echen. A veces dura un día, una hora, una semana y suele venir acompañado de una decepción por no conseguir lo que creías posible. También puede venir acompañado de sentimientos de culpa o simplemente tener efectos colaterales sobre tus allegados. Eso es así la mayor parte de las veces que no te das cuenta de que has caído en él. Así que lo de "ya está aquí la Fantasy Girl" es algo que me digo tan a menudo como me doy cuenta de que he entrado en ese bucle de superwoman (todo para mí y sin ayuda) que a veces se apodera de mi mente e incluso de la de Consuerte. Sí, sí, hay que ver en que embolaos me ha metido alguna vez Consuerte. Pero divago.

Ayer tuve un día Fantasy. Mi (nuestra) intención era levantarse, desayunar, hacer deberes, asistir a una reunión de comunidad de vecinos, preparar la comida, comer, dejar el apartamento limpio, hacer el equipaje, llegar a casa, deshacer el equipaje, volver a hacer un equipaje nuevo y diferente, partir hacía el Pirineo, por el camino comprar pan y tortas, llegar, cenar y deshacer el equipaje, ¡Con un par! Ahora cuando lo escribo me parece increíble, pero cuando lo planeé, lo visualicé como posible., Ayer, sin embargo, cuando estábamos limpiando el apartamento, sudando, cansada, me noté estresada, con ganas de asesinar a alguien y me paré a pensar. Diva, pero... ¿qué necesidad tenéis de pegaos semejante palizón si estáis de vacaciones? Ya está aquí la Fantasy Girl (no digo woman que suena más a vieja). Dicho y hecho. Me cambié y me fuí a la piscina.

Lo he de reconocer: Yo, hay veces que NO PUEDO.

Son las 12 de la noche y nos hemos quedado en deshacer el equipaje. Me felicito con esta entrada. Mañana más.


23 agosto 2010

The Stepford wives

El divague de ayer de Diva "Flipando en colores" me recordó a la película "The Stepford wives" (Las esposas de Stepford) (Brian Forbes, 1975), basada en la novela del mismo título de Ira Levin. Y hablo de la de 1975, no de la repetición que protagonizó recientemente Nicole Kidman de la que sólo he visto el tráiler y se me han quitado las ganas de más.

La peli de los 70 está protagonizada por Katherine Ross, la chica buena y contrapunto de Anne Bancroft en "El graduado", de la que divagué la semana pasada. Siguiendo una norma básica de la narrativa, la peli comienza introduciéndonos al personaje que interpreta la Ross, Joanna, y nos lleva de su mano el resto de la cinta. Joanna es una aspirante a fotógrafa en Nueva York que se va a vivir a una casa grande con jardín en el pueblo de Stepford, Connecticutt. A su marido le parece una gran idea, porque tienen mucho más espacio (principalmente en la cocina) y, sobre todo, el sitio es tan saludable para los ninios: una comunidad pequenia, donde todos se conocen, no como la ciudad que nunca duerme, siempre llena de peligros.

Al poco tiempo de estar en Stepford, Joanna descubre que no tiene nada que ver con la comunidad aquella tan saludable, en concreto con las mujeres, que son todas muy extranias. La manera de vestir, su obsesión con la última receta, tener la casa sin una mota de polvo... parece que en 1975 estas mujeres representaban el ideal de lo que todo hombre querría tener en su casa. Joanna, junto con la única chica díscola de Stepford (otra más o menos recién llegada) empiezan a interactuar y a averiguar más cosas de estas mujeres. Y hasta aquí puedo leer, pero es una peli de terror.

The Stepford wives se rodó en plena "segunda ola" del feminismo. La "primera ola" había ocurrido a finales del SXIX y comienzos del XX. Su lucha era por la igualdad derribando obstáculos legales (derecho a la educación, el empleo, de propiedad, leyes relacionadas con el matrimonio etc). Luego vinieron las sufragistas, y siguiendo sus pasos un 8 de Marzo muy frío salió este divague. Ahora que sufro una sobredosis de "Mary Poppins" (Robert Stevenson, 1964), gracias a Mini, aniadiré que me encanta que la madre de los ninios sea sufragista, y realmente representa muy bien lo que éstas eran: mujeres de clase media-alta, que se lo podían permitir.

La "segunda ola" del feminismo llegó en los 60, como respuesta al boom económico tras las guerras, en los que se intentaba volver a un sistema patriarcal. Los temas se extendieron a la familia, la sexualidad, la igualdad en el trabajo, derechos reproductivos (la píldora se lanza en 1961). Simone de Beauvoir había escrito "El segundo sexo" en 1949 y Betty Friedan "The feminine mistique" en 1963, clásicos del feminismo. Esta era terminó a principios de los 80 con las luchas ideológicas sobre posicionamiento en temas sexuales. La "tercera ola" empezó en los 90, pero esa es otra historia.

Así que, en pleno 1975 (declarado anio de la mujer por las Naciones Unidas) se estrena The Stepford Wives. Hoy es una película de culto, y ser una "Stepford wife" es ya un concepto: aquella mujer que responde a las expectativas que la sociedad (dirigida por hombres) espera de ella, y aquí cada uno que aniada lo que crea conveniente. Como decía ayer en mi comentario, hay ciertas expectativas que, aunque me puedan parecer esto y aquello, como se limitan a la esfera estrictamente privada, me dan igual. Sin embargo, hay pocas de estas: una puede tener dos dedos de frente y decidir no hacerse un implante en las tetas aunque la sociedad te bombardee con este tipo de mensajes. Pero hay muchas máss decisiones que parecen privadas pero que afectan al resto de las mujeres.

El tema del cuidado de los hijos es una de ellos. La sociedad decide qué mensajes mandar depende de su momento económico: cuando interesa que las mujeres vayan a las fábricas porque los hombres están en la guerra (1940s), entonces las guarderías están muy bien. Cuando los hombres vuelven de la guerra y hacen falta puestos de trabajo 1950s), entonces hay que quedarse en casa horneando pasteles y dedicada únicamente al cuidado del bebé. Ahora, el mensaje es claro: facilitemos que la mujer se quede en casa (digamos que es lo deseable) en lugar de repensar todo el sistema, que fue pensado basándose en que uno (digo una) se quedara en casa contando los minutos frente al horno. La mujer que decide quedarse en casa ahora toma una decisión que nos afecta a las que decidimos volver a trabajar. Somos menos, se legisla menos, hacemos menos ruido, las cosas siguen igual.

Las Stepford wives aún existen, y siguen dando mucho miedo, son aún de pellícula de terror (aunque el remake de la Kidman fuera una comedia-no, no hace gracia). Hoy he ido a tomar un té con un grupo de gente del círculo-Peda y había una familia a la que no conocía. Sólo sabía que ella había dejado su trabajo para cuidar de su hijo, y luego de su hija y que el marido trabaja en un banco de inversión (total, para qué vas a trabajar?) Al llegar, aún sin sentarnos, tras un "Qué tal?" totalmente aséptico, ella se lanza, delante de todos: "Muy bien, mira, pues buscando al tercero".

Mmm, no es un poquito demasiada información, chata? O te has sentido en la obligación de justificar tu horno de magdalenas? O es que eres una Stepford wife? (miedo).

22 agosto 2010

Flipando en colores


Me quedo de piedra ante la caja tonta viendo un documental llamado Gente Extraordinaría basado en "The surredendered wife”. Aquellos que ya hayáis desayunado o comido abstenerse de hacer click. Se trata de un método para lograr la felicidad marital, conyugal o de pareja. Dicho método consiste en que la mujer deje atrás todo lo que siente, lo que quiere y se someta a la voluntad de su marido en todo, absolutamente todo. Eso, según Laura Doyle escritora del libro de marras, garantiza la felicidad matrimonial.



Durante todo el documental no dejan de soltar perlas que me dejan boquiabierta:

- Todos los días se quita los calcetines sucios y los tira al suelo. Puedo hacer dos cosas quejarme o dar las gracias por tener un marido que tire los calcetines al suelo.

- Una tal Crystal. Me visto como a él le gusta, con rayas verticales y colores sólidos. Me peino como él quiere y me paga la peluquería. Yo no iría tantas veces pero a él le gusta así. El elige cómo debo peinarme.

- La familia es una unidad y el marido tiene que ser el líder.

- Él lleva toda la gestión económica de la casa y lo hace mejor. Yo rompí mis tarjetas de crédito y ahora dependo económicamente de mi marido.
- Debemos limpiar la casa para que papá se ponga contento. Hacemos cosas especiales para papá porque papá es el rey de la casa. Se lo voy inculcndo a mi hija de dos años. Sin palabras.

- Pepita dejo su trabajo de funcionaria para dedicarse por completo a las tareas domésticas y a su marido. “Él prefiere que me quede en casa aunque a veces me gustaría recuperar mi trabajo, pero mi marido es más importante".

- Me levanto media hora antes que él y le pregunto qué quiere desayunar. Cuando le preparo el desayuno me da un da lista con las tareas que debo realizar ese día.

- Es muy importante tener (textualmente) la boca cerrada. Hablan de ponerse cinta aislante en la boca, Visualizar eso, dicen.

- Que podría decir para no parecer enfadada o una mujer controladora…

- Cuando nos casamos ella pensaba que tenía autoridad y ha tardado unos años en darse cuenta de que yo soy el que manda aquí. Un mirlo blanco.

- Tengo que esforzarme mucho para no implicarme y dar mi opinión – afirma una. He superado muchos obstáculos pero todavía soy un poco desafiante.

- Siento que he vuelto a nacer dice uno. Estoy muy contento.

- Las actuales amas de casa inglesas ni siquiera saben usar un maldito microondas. (¿Es eso cierto Di?). Las mujeres tailandesas saben tratar a sus maridos con el respeto que se merecen. Les cuidan, les cocinan, les atienden.

- Al entregarse una mujer recupera su vulnerabilidad y su feminidad.

- La obediencia sexual es simplemente dejar que el hombre “te busque”. El objetivo es estar disponible como mínino una vez a la semana. El marido debe dirigir todos los aspectos de la vida sexual. Las mujeres siempre deben decir sí aunque no les apetezca, porque después les apetecerá.

Dijeron muchas más tonterías, pero como no las escribí, no alcanzo a reproducirlas, no puedo pensar tanta estupidez junta.

Por cierto Di, yo te veo haciendo el seminario. Luego nos lo cuentas.

21 agosto 2010

They fuck you up

They fuck you up, your mom and dad
They may not mean to, but they do.
They fill you with the faults they had
And add some extra, just for you.


But they were fucked up in their turn
By fools in old-stylen hats and coats,
Who half the time were soppy-stern
And half at one another's throats.

Man hands on misery to man
It deepens like a coastal shelf.
Get out as early as you can
And don't have any kids yourself.

Philip Larkin (1922-1985)

20 agosto 2010

Versionando III


The Baseballs es un grupo rockabilly de Berlín que apareció en el año 2007 formado por tres chavalitos que no están nada mal (sobre todo el vocalista) y encima cantan muy bien. El grupo se dedica a hacer versiones rockabilly de canciones actuales y muy diferentes en ritmo y compás: Hot and Cold de Kate Perry, Poker Face de Lady Gaga o Umbrella de Rihanna, entre otras.

Como es lógico, con mi pasado ochentero me gustaron rápidamente desde que los oí en la radio del coche. Por no hablar de la ilusión que me hizo ver un grupo nuevo de rockabilly en el siglo XXI. Además, reconozco que la versión que hacen de la canción Umbrella de Rihanna es mucho mejor que la original. Júzguenlo ustedes. (Entenderé que los hombres prefiráis a Rihanna, eh, eh, eh).

19 agosto 2010

Películas "maletines"

Confesaré que este concepto se lo debo a la Fashion y al Joven Artista Local, aunque no leen el blog. Una peli "maletines" es aquella en la que hombres de mediana edad, todos parecidos (aunque siempre hay uno gordo que se seca el sudor) y trajeados hablan interrumpiéndose haciendo referencia a muchos nombres y lugares, y tiran portafolios (llenos de ídem) en plan efectista sobre la mesa para probar su punto. Una cámara situada donde la pantalla mostraría una sala de cine con cara de estar pensando mucho, y alguno dormido. Entonces llega el momento estelar (suben la música, alguno se despierta), que es cuando alguien deja un maletín en un aeropuerto, y un tercero (seguro que uno de los mil antes mencionados cuando el portafolio pero al que sólo se le ve un guante, negro claro) coge el maletín, y unos zapatos granates que ya se habían visto en una escena en los banios de un museo caminan por un pasillo con mucho eco y entonces un nuevo maletín aparece en una especie de búnker, que parece el mismo, pero no lo es, pero ni los reanimados ni los despiertos ya se enteran. Y es entonces cuando, en una estación de tren, dos guantes granates (o eran los zapatos?) se intercambian los maletines y tú, sentada siempre en las primeras filas de la sala, decides hacer lo que Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001): mirar para atrás a ver si aún queda alguien, y si están tomando notas o qué.

Por esto y por muchas cosas más, ver las pelis en salas de cine, cuanto más grandes mejor, es impagable. Para mí sigue siendo una experiencia emocionante, sobre todo los momentos cuando se acaban los anuncios y comienza la introducción generalmente grandilocuente de la XXth Century Fox, la Paramount, Universal o similar. Salto en mi butaca en esos instantes: está a punto de empezar una peli, qué mas puedo pedir?



Tengo muchos recuerdos de los lugares donde vi películas por primera vez, por ejemplo el estreno de E.T. en el Teatro Fleta de Vetusta, un espacio inmenso, con las máscaras de la tragedia y la comedia a los lados de la pantalla gigante. También vi allí por primera vez (y no cuando la estrenaron!) "Lo que el viento se llevó" con la Yaya, y a la salida decidí ser Escarlata. Era la época en la que no había vídeo. El Teatro Fleta ya no existe.

Si estás en una peli "maletines" en tu casa, probablemente la apagues y te vayas a ver qué se cuece en la blogosfera. Si estás en una sala, es una experiencia comunitaria, y puedes sentir la desesperación del resto de la sala, e incluso acabar comentándola en el bar de la esquina, donde va todo el mundo cuando acaba. Echo muchísimo de menos ver pelis en el cine semanalmente, como antes de tener a Mini. Cuando vamos a las Vetustas, nos damos sobredosis si la cartelera lo permite. Aquí, las vemos en el ordenador. Pero llevo unos días que estoy que no vivo. O que vivo sin vivir en mí. Por una peli.


Me ha pasado muchas veces antes: un estreno que no puedo ver inmediatamente, del que leo mil críticas, escucho cien podcasts y soporto a unos cuantos amigos diciéndome lo maravillosa que es. Soy impaciente, mucho. Y resulta que el día 16 estrenaron una cinta de la que mis críticos hablan maravillas, una peli a lo grande que no es la frecuente tontería que son los blockbusters que cuestan mucha pasta, una peli de un director que ya rodó, por ejemplo, la genial "Memento".

Y, como toda buena peli, no es "maletines". Una película que sólo entiende su guionista y una panda de freaks, que pierde a los espectadores, o que tiene personajes que van explicándose la trama entre ellos para, en realidad explicársela al que la ve, no es una buena peli. La Fashion, creadora del concepto dictamina de ésta: "no es maletines".

Pero lo que me tiene subiéndome por las paredes (es más, sonié con ello anoche) es la escena final. No sólo todo cuadra, sino que, que cuando lo hace, su último fotograma es impactante. Tanto es así que, según mi crítico, todo el cine "hizo el mismo ruido al unísono" en Londres. Le pregunté a la Fashion, y "Sí!!", lo mismo pasó en Madrid. La experiencia de estar con un montón de gente en una sala, y vibrar juntos se repite. Es como cuando vi "Karate kKid" con muy pocos anios en el Cine Mola, que todo el cine aplaudió con ilusiónn cuando el Karate Kid gana. El Cine Mola es ahora un bingo.

Es la primera crítica de cine que escribo sin haber visto la peli. Tal vez sea la pionera de este tipo de críticas. Tal vez debería patentarlo. Y no puedo esperar a verla. Es la última de Christopher Nolan, y se titula "Inception" (por ahí abajo "Origen").

18 agosto 2010

Love Boat

Esta historia viene al hilo de la entrada de ayer de mi cobloguera. 

Un día de nuestro veraneo y con el fin de que desaparecieran las escamas que nos había salido de tanto estar a remojo, nos hicimos a la mar Consuerte, Pollitos y una servidora de ustedes en el Dorimar I, ya que el Dorimar II estaba copado full time por unos ingleses. Para el que no lo sepa, el Dorimar I es un barco que hace la dura y osada travesía Cambrils-Salou y viceversa. A mi es que lo de navegar me va, aunque sea en el Dorimar (con ese nombre...). El viaje me sabe a poco y aunque una servidora es de vela y no de motor, me gusta y como hay poca gente, me relajo. 





Nos despedimos de la gente del puerto al estilo "Vacaciones en el mar".  Le podría echar toda la poesía que del mundo a ese momento, pero el navío, no deja de ser un barco para turistas. Me siento en la proa, mientras los pollitos suben y bajan y bajan y suben, incansables. Les intento hacer alguna foto, con más pena que gloria porque pasan de estarse quietos. Cuando ya desisto, comienzo a fijarme en la gente, una par de familias de guiris, algún despistadillo y una pareja que van los dos de naranja y que están muy acaramelados en la proa del barco en plan Titanic. No sé si me llama primero la atención el color de la ropa o las carantoñas que se profesan, propias de adolescentes y a ellos se les ve maduritos. Consuerte y yo no vamos nunca tan conjuntados y no somos tan efusivos (aunque algún día sí lo fuimos), por lo menos en presencia de los pollitos, que en cuanto ven que nos besamos sueltan un "¡que asco!" y ponen cara de haberse comido un limón.




Sigo observando a la pareja. De repente me doy cuenta de que no son los dos tan maduritos. Ella le saca unos 25 años más o menos. Él no creo que llegue a treinta. Enseguida viene a mi memoria la película del graduado. A ella se le ve muy contenta y él está pendiente de su media naranja (nunca mejor dicho) todo el rato. Un poco excesivo me parece. Sin querer divago, desvarío: El tío está con ella por la pasta, pero claro ir en Dorimar II no es un estipendio exagerado, así que quizá no, a lo mejor la quiere de verdad. ¿Puede existir el amor entre ellos? Amor desinteresado digo. Seguro que ella le ha pagado las vacaciones en Spain y él es un aprovechado. A lo mejor es un gigoló. ¿Será uno de ellos? ¿Por qué pienso eso? No lo puedo evitar. El tío es claramente más joven, un yogurín y ella se ve mayor. Es rubia y las rubias, como decía mi padre, se hacen mayores antes. Sigo elucubrando: A ella le va la marcha y claro con un tío 25 años más joven que ella es fácil que sonría tanto. Pero, ¿cómo puedo ser tan mal pensada? Seguro que mis pollitos ven sólo amor dónde yo veo interés. ¿Puede ser que mi mente se haya corrompido tanto o simplemente soy realista y Romeo y Julieta no existen pasados los... 20?

17 agosto 2010

Sra Robinson, está usted tratando de seducirme!

Yo de mayor quiero ser Anne Bancroft en "El graduado" (Mike Nichols, 1967). Con su estilo, con su dominio, con su serenidad, con su manera de jugar con el pobre Dustin Hoffman. Es curioso que, cuando se rodó la peli, Hoffman (que tenia 30 anios) interpreta a un yogurín de 20 y Bancroft, que tenia 36 (!) interpreta a la "mujer madura", a la pérfida, experimentada y muy temida mujer que toma las riendas, en este caso de la seducción.

La peli es un joya en cuanto a fotografía, muchas escenas te sorprenden. Hay un montón de encuadres que me gustan (toda la escena de su conversación con el conserje del hotel, "está usted aquí para un affair?", los reflejos en las mesas, la claustrofobia que nos transmite la respiración del buzo). El guión fluye: "Benjamin, te quiero decir una sola palabra, estás escuchando? Plásticos". La frase que da titulo al divague es, no por casualidad, una de las más famosas de la historia del cine. He intentado sin éxito encontrar esta escena subtitulada, pero no me puedo resitir a ponerla... aunque no sepa inglés, el lector sabrá de lo que hablo cuando digo que de mayor quiero ser la Bancroft.




Y la transcripción...

Benjamin: Ay, por Dios!
Mrs. Robinson: ¿Perdón?
B: Oh, no, Sra Robinson, no.
M: ¿Qué pasa?
B: Sra Robinson, que no ... Quiero decir, que no esperaba ...
M: ¿Qué?
B: Quiero decir, usted no pensaría que yo iba a hacer algo así.
M: ¿Cómo qué?
B: ¿Qué está pensando?
M: Bueno, no sé!
B: Por el amor de dios, Sra Robinson. Aquí estamos. Me ha metido en tu casa, me ofrece una bebida, pone música. Ahora me dice que su marido no volverá a casa en horas...
M: ¿Y qué?
B: Sra. Robinson, usted está tratando de seducirme!
N: [risas] ¿Qué?
Benjamín: ¿No?
M: Benjamin, no estoy tratando de seducirte.
B: Lo sé, pero por favor, señora Robinson, esto es difícil ...
M: ¿Te gustaría que te sedujese?
B: ¿Qué?
M: ¿Es eso lo que estás tratando de decirme?
B: Me voy a casa ahora.


La contrapartida a la Bancroft se la trata de dar Katherine Ross. Muy guapa, muy joven, muy descafeinada. No hay más que comparar los diálogos, no hay más que ver la mirada de las dos. Un hombre en posición de elegir, con quién se queda? Con la mujer que asusta, o con el perrito mojado?

Para saber qué hace Dustin Hoffman, quien no haya visto "El graduado" tendrá que hacerlo. Mientras tanto, siempre puede barajar hipótesis y disfrutar de la canción..., and here's to you Mrs Robinson, Jesus loves you more than you will know (wo wo wo)..



16 agosto 2010

Qué son para ti las Itacas? Así lo vieron ellos...

Como decíamos ayer en "Itaca, Cuba", durante el viaje iniciático de los Pedalistas re-descubrimos el poema de Kavafis. Durante esos meses no había blog, pero me escribía mucho con mis amigos, y un día les pregunté qué eran para ellos las Itacas. Uno de los que me contestó fue Diva, por aquella época sólo amiga del Pedalista, pero empezaba a ser lectora de mis cro(ni)quetas. Luego hubo otros, y los he pegado aquí.

Hay premio para quien adivine quién es Diva... y quién es el embrión de Di.

Mr Pink
Creo que hay dos maneras (hay más, pero para el caso que nos ocupa, que es esta perversión de lo que es una interpretación, digamos que hay dos) de interpretar la poesía. La sensata, que consiste en leer un poema y una vez leído todo él analizar globalmente lo que pensamos que quiere transmitir el poeta y cómo nos sentimos ante ese ¿pensamiento?. Y luego la insensata, que como se habrá adivinado es la que más me divierte y que consiste en analizar la forma, las frases, el porqué de la forma del poema. Por qué el poeta ha dicho eso así y no de otra forma. Es decir... que se destripa la poesía. Al fin y al cabo, los conceptos ya se expresan en la prosa, en el ensayo. En la poesía adquiere importancia la forma... pues desvariemos sobre ella. 

Análisis uno: Como perfecto y experto desconocedor de la mitología griega (es que últimamente voy poco al cine), no tengo ni idea de lo que significa Ítaca mitológicamente. Creo que es algo así como una isla, en la que hay algo que todo el mundo quiere (supongo que la utopía, no sé si para cada uno la suya o una utopía utópica que contentara a todas-os). Y es que Ítaca en esta poesía puede ser (en mi análisis) dos cosas: un objetivo definido y concreto que necesite tiempo y dedicación o algo más abstracto, la vida en sí misma, aunque Ítaca no sería la vida, sino el objetivo que uno se pone en ella o si el camino es la vida e Ítaca es el fin del camino, Ítaca sería el final, la muerte. En cualquiera de los dos casos, la enseñanza que el autor quiere expresar (sí, efectivamente, es una poesía pedagógica) sería algo así como: aprende a disfrutar y a exprimir cada momento y no deposites tus anhelos en un objetivo futuro, sino en tu presente. Si buscas algo, disfruta de la búsqueda. Si vives en el futuro, aplazando las cosas para cuando... te encontrarás que el tiempo pasado no vuelve y que el futuro buscado una vez en él, puede no satisfacer tus aspiraciones. Y la valoración que hago: en general no me gustan mucho las poesías con una moraleja tan expresa. Es como un sermón, demasiado pedagógico y evidente el mensaje, aunque es cierto que el tema es profundo y por supuesto es interesante reflexionar sobre él. Creo que todos podemos estar más o menos de acuerdo con el mensaje pero que nadie lo practica en su vida particular. Por cierto, formalmente, me sobran los Lestrigones, cíclopes y poseidones, los emporios de fenicia y los voluptuosos y delicados perfumes, por no hablar del "invertir" que les precede. 

 PD1: Puede parecer muy negativo, pero lo cierto es que la poesía me gusta, aunque el segundo párrafo se podría quitar entero y los lestrigones también me han tocado un poco los... La moraleja me gusta y el tema que trata merece ser tocado en profundidad y rigor incluso al margen de esta poesía concreta. Análisis dos: Tenemos un caminante (viajante o viajero en realidad, pero no quiero equivocar conceptos), un fin del viaje, el destino (¿la palabra es ambigua o me lo parece?), el viaje considerado en si mismo y un maestro consejero que nos advierte sobre cuál debe ser nuestra disposición en el viaje. Por lo tanto el viajero, el caminante, que en realidad es navegador, pero que ya está asimilado en mi cerebro a caminante y no pienso apearle del título, es el lector: "si vas (tú, claro) a emprender el viaje hacia Ítaca..." "pide que tu camino sea largo, rico en experiencias, en conocimiento..." Ya en el primer verso, en la segunda línea, el autor se permite darnos un consejo. Muestra sus cartas al instante (lo de la intención pedagógica del poema) reflejando quizás un poco de falta de humildad (yo es que no le conozco de nada y ya empieza así, sin vaselina). Por cierto, a quién me recuerda lo de la humildad (falta de )... Luego te dice que seas valiente, que no tengas miedo de los reveses del camino, que el camino no tiene dificultades si tú no las llevas dentro de tu alma... Vayamos por partes: desconozco (yo soy así, fundamentalmente desconocedor y estoy en el curro y no tengo posibilidades hoy de enterarme)... decía que desconozco la época en que fue escrito el texto, pero obviamente es preJoseMari. Lo que pasa es que antes que Jose Mari hubo otros (Patxi, etc), como antes de Bush2, hubo Bush1 y antes Reaganes y ... por eso escama lo de "no hallarás tales seres en tu ruta si alto es tu pensamiento y limpia la emoción de tu espíritu y tu cuerpo". A qué se refiere con eso. ¿A que según tu disposición de espíritu el objetivo de tu viaje va a ser uno u otro? ¿A que si buscas un objetivo elevado, noble... no encuentras dificultades? ¿A que si eres buena-o tu camino es "feliz"? ¡Vamos anda! Y por supuesto el lector no puede ser africano paterista, ni parado, no joven o no tanto sin casa propia, ni okupa (o es que todos estos ya no pueden tener objetivos nobles y se van a encontrar sus caminos libres de dificultades). El único camino que tiene libre de dificultades el ciudadano medio del mundo es el camino a la tumba. Y estoy imaginando tiempos modernos para los caminantes, que es cuando la humanidad está más con mayor grado de bienestar de la historia (quien lo diría). Si nos retrotraemos a caminantes de otras épocas, los JoseMaris, Patxis, Bushes, etc que he mentado antes se quedan cortos. Fundamentalmente el mundo ha sido una mierda, con los poderosos (así en género masculino, como ha correspondido hasta ahora) aprovechándose y machacando a los débiles. Así que lestrigones, cíclopes y poseidones han sido el pan de cada día para la parte débil de la humanidad. (Igual me estoy pasando, pero vaya... eso pienso) "Si no los llevas dentro de tu alma, si no es tu alma quien ante ti los pone" (está hablando de los lestrigones, cíclopes y poseidones… por si no tenéis el poema delante). Insisto: El tono optimista del profesor-autor, choca con mi visión de la realidad. Sea Ítaca la vida entera o un objetivo más concreto, para el ser humano medio los objetivos vitales están muy caros, llenos de lestrigones sean éstos lo que sean. Y llegamos al tema del alma: ¿Qué es el alma? ¿Existe? Es un ente separado del yo, o es una maleta, un baúl que está dentro de uno. ¿Es un baúl ordenado, siempre con las mismas cosas, o es un caos, un remolino de ideas, cosas y sentimientos que afloran a la superficie un momento y luego son tragados por el remolino y se hunden en el abismo del baúl, para no asomarse? Y en este caos de alma que yo me imagino, si es que existe algo que podemos llamar alma (¿nos entendemos al llamar alma a algo que no sabemos qué es?) cómo no llevar miedos que aparezcan y desaparezcan y nos engullan y sean engullidos… Un ser humano noble, bondadoso: ¿No debe tener miedo a nada? Y no en una cosa cualquiera: en la búsqueda de su utopía, en la construcción vital de su vida (valga la rebuznancia). Creo que era Benedetti (corro el riesgo de meter la pata, una vez más) quien decía que un pesimista es un optimista bien informado y creo paradójicamente que es la mejor definición del ser pesimista (Benedetti) pero también realista. Y así me considero yo. Eso de que "Si alto es tu pensamiento y limpia la emoción de tu espíritu y tu cuerpo a lestrigones… hallarás nunca" es de una ingenuidad, de una bondad si se quiere… sorprendente. El ser noble y bondadoso, el que no lleva malicia en sus intenciones, ése es el que se ahostia una y otra vez en la vida ante la cruda realidad, ante la falta de escrúpulos de los fuertes y poderosos, ante la injusticia que reina en la sociedad… Llegamos al segundo párrafo, ése que no me gustaba, ya no en sentido, sino en la forma: lo de los "invertir en voluptuosos y delicados perfumes" me parece un poco de mal gusto y más en medio de un poema pedagógico… Formalmente es como un párrafo respiro, un nexo entre el verso uno y tres que perfectamente podría ser suprimido y la poesía se entendería igualmente y no perdería significado. Por ello deduzco que intenta que el lector se tome una pausa entre el primer verso, los primeros consejos y el verso final, la gran enseñanza… Luego dice que tengas a Ítaca siempre en la memoria, sin apresurar el viaje y llegues con lo que has ganado en el camino. ¿Y si el camino, como ya hemos intuido antes, es difícil y lleno de lucha? Si Ítaca es un objetivo concreto, ¿lo debemos aplazar para alargar el viaje, para que nos dure toda la vida? ¿o lo debemos conseguir y fijarnos nuevos objetivos? ¿No es conformismo, comodismo incluso lo primero? Creo que estas preguntas anulan la posibilidad de que Ítaca sea un objetivo concreto y refuerza la idea de que sea la vida misma o un objetivo final, global, no "cositas" intermedias. Y si el objetivo, la meta, no te enseña nada… ¿de verdad es necesaria para emprender y aprender del camino? Si sólo aprendes del viaje, y el viaje es la vida y no otro, y partes de un espíritu puro y noble que va a evitarte dificultades en el camino… ¿entonces qué coño es la vida? Pero no la vida metafísica, filosófica. Digo la vida real, la que vivimos. O simplemente hay que deducir que no somos caminantes, o que no somos nobles y puros, con altos pensamientos y limpias emociones… Parece que he terminado de destrozar el poema. La verdad es que leído de carrerilla no me parece merecedor de tanta caña, pero es lo que tienen los análisis de la opción dos: son duros con el autor… 

PD: Este segundo análisis del poema no ha sido realizado bajo los efectos de ningún producto psicotrópico, aunque pensándolo bien, se abren aquí perspectivas a un tercer tipo de análisis literario, aunque ahora no me siento capaz de intentarlo, por estar mediatizado por estos dos análisis previos…


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Mr Blue
En cuanto a Itaca os diré que no he podido digerir aún el comentario de I al respecto de la poesía. Me desborda, prefiero el encanto de la vida simple. Y es que uno puede disfrutar un vino o hacer de enólogo e ir a ver qué defectos tiene, que el vaso puede estar medio lleno o medio vacío pero siempre tiene x centilitros... Simplificar, esa es la palabra. Trataré yo de simplificar lo que significa Itaca para mí: Itaca (Ulises y otras islas aparte) debería ser como el edén, la tierra prometida: justicia, armonía, salud y buenos alimentos. Que no importa si existe o no. Lo que en realidad es importante es nuestra decisión de llegar a ella, los esfuerzos que hagamos nosotros para alcanzarla, por lograr Itaca donde vivimos, ya que lo mejor del viaje NO está al final esperando con las puertas abiertas. Lo mejor, lo vamos encontrando en el camino, en las personas que nos acompañan, las situaciones con las que nos enfrentamos, la lucha por entender y querer cambiar las cosas, las actitudes y con ellas a nosotros mismos. Es en ese "viaje" donde hallamos la satisfacción. Me gustaría que fuese cierto y que Itaca existiera de verdad. Partir en su busca, ¡que felicidad! Dejando las tormentas en puerto. Tener un objetivo y la ilusión, de resolverlo todo con un viaje: regresar invictos, con nuevo traje haciendo cuenta nueva y borrón. Pero está en el mismo sendero que forjas en el día, al caminar luchando por lo que crees verdadero. Al sentir, al amar, al creer, al callar... Así se hace Itaca compañero. que no se te vaya a olvidar. 


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Mr Blonde
De kavafis sólo sé que era poeta preferido de aquel vicepresidente tan sui géneris y literato él que tuvimos en los ochenta, que era homosexual y que trabajó de funcionario burócrata para vivir (kavafis, no Guerra. O bueno, quién sabe). Sé que vivió en Alejandría pero no sé si nació en Grecia o en Egipto, y me suena que tuvo algo que ver con el Imperio Británico. De Ítaca sé que es una isla mediterránea (¿o jónica?) sin mucho interés turístico actualmente, pero que era el destino de Ulises en su odisea, aquel por el que Penélope esperaba tejiendo y destejiendo día y noche. Para mi el poema es un canto al carpe diem, al momento presente, un toque de atención para que nos paremos un poco a disfrutar del ahora, y como todo poema que se precie, tan amplio en sus metáforas que se le pueden buscar muchos sentidos. Creo que todos tenemos nuestras Ítacas particulares y comentando este poema con diferentes amigos y personalizándolo uno se da cuenta que da mucho juego, que no deja de ser fácil equiparar Ítaca con objetivos más o menos vitales. Igual es ser demasiado prosaico pero para unos su Ítaca es licenciarse, para otros conseguir una pareja, para los de aquí simplemente sobrevivir, para los de allí lograr ese ascenso, para estos conseguir que sus hijos se conviertan en adultos de los que estar orgullosos, para aquellos curarse de una enfermedad. Para mi (y para kavafis), en contra de lo que comentáis vosotros, Ítaca existe, ese es el quid del poema, el que le da todo el sentido último. Por definición la utopía no existe y por eso no equiparo a Ítaca con la utopía, el problema del poema es que Ítaca existe y, lo que es peor, a Ítaca se llega. Lo que hace el poeta es avisarte, advertirte contra esa Ítaca tan deseada. En palabras de Oscar Wilde, “sólo hay una cosa peor que no conseguir un deseo anhelado, conseguirlo”. A mi ese poema me habla de la idealización de los objetivos, de la mitificación de las ilusiones, del creerse que cuando lleguemos a Ítaca nos invadirá la felicidad absoluta. Nos previene de que igual al final encontramos pobre a Ítaca, que igual no nos colma como habíamos soñado, que la realidad final es siempre más pobre que nuestra idealización, nos advierte contra el desengaño, contra la desilusión, y en ese sentido creo que es positivo. Disfruta del aquí y ahora pero también lucha aquí y ahora, no pongas todas tus esperanzas de felicidad en Ítaca, busca ser feliz por el camino, porque ¿quién sabe? Si lo queréis en un lenguaje socio-religioso, no confíes toda tu felicidad al cielo y busca ser feliz aquí en la tierra, y no porque el cielo no exista, sino porque igual no es tan maravillosos como nos lo han contado. En el sentido en que pone el acento en el día a día, en que es hedonista, en que se vale de la mitología pero es desmitificador, la forma en que siembra la duda en el lector viajero, me gustan y me parecen mensajes positivos. Traduciendo, podría decirse que el poeta te llama a disfrutar de tus rutinas, y aún más, a que te busques rutinas que puedas disfrutar. Sin embargo, (y esto lo he discutido mucho) ahí os den todos los caminos que yo me quedo con las Ítacas. El poema se puede enteder como dos visiones de la vida: una, en la que lo más importante es la ilusión por algo, el momento previo al instante añorado, el camino más que la meta; la otra, en la que lo que cuenta es conseguir ese algo, disfrutar del instante, llegar a la meta. Si queréis, una romántica, la otra telúrica. Banalizando (para que me entienda I), todos conocemos a gente que al comer se guardan lo que más les gusta para el final, gente para la que lo mejor del fin de semana son los viernes por la mañana y odian los domingos por la tarde, que cuando más les gustan los regalos es cuando están envueltos, que el mejor sexo lo tienen antes de darse el primer beso. Esa gente es la que llevan el poema de kavafis hasta el límite y yo, puestos a elegir, (llamadme materialista) me quedo con las realidades antes que con las promesas, con las metas antes que con las carreras, con el haber llegado antes que con el camino. Ponedme los ejemplos que queráis, empiezo el huevo por la yema, me encantan los domingos, prefiero el placer al deseo, siempre abro los regalos antes de tiempo, estar en la cima a escalando, y, sin duda, haber llegado a las doce horas de autobús que me esperan mañana. Por último, kavafis (odio las k mayúsculas…) no habla de los que no llegan a Ítaca, no habla de los que se quedan por el camino, no sé si porque no le interesan o porque verdaderamente cree que llegar a Ítaca es una maldición. ¿Lo es? ¿Es el éxito peor que el fracaso? En cuanto a la forma, y más que nada por llevarle la contaria a I, ya lo he dicho antes, creo que el poeta hace un uso inteligente de los cíclopes y lestrigones, del lenguaje mitológico, para desmitificar Ítaca, es un guiño, una paradoja que tiene su efecto. De los voluptuosos y delicados perfumes decir, primero, que cada día se me hacen más insoportables los sustantivos pre-adjetivados (en poesía me temo que no me queda más remedio que tragar, en prosa no los tolero…), pero también que todo ese verso es un canto al hedonismo y al materialismo: pocas palabras hay en castellano más onomatopéyicas que voluptuoso, y hasta el propio I se escandalizó del “invertir”, referencia materialisma donde las haya. Y por eso me gusta. Por lo demás coincido en que el autor utiliza un tono pedagógico imperativo, pero a mi no se me hace tan agresivo o violento como a I. Igual es que como ya he dicho que los caminos me traen un poco sin cuidado no me lo acabo de creer… Respecto al segundo análisis e I sólo un apunte. ¿Y si en vez de aplicar la lucha de clases verticalmente al poema lo hiciéramos horizontalmente? (I estás mediatizado por tus ideas políticas, y eso que todavía no has leido a Marx…) ¿Y si los Poseidones no fueran los poderosos sino precisamente el compañero de turno en la cadena o el cuñado insoportable o el vecino envidioso? Para mi cobra mucho más sentido el “no hallarás tales seres en tu ruta / si alto es tu pensamiento y limpia / la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.” PD: Mi materialismo (¿o es prosaicismo?) es voraz: Ítaca existe y está a una distancia ideal de las Baleares para ir en una travesía marítima en un par de semanas de verano. Ahí, sin duda, lo importante es el camino (parafraseando a Unamuno, “¿y si me contradigo qué?”), cargado de sol, mar y amigos. ¿Quién se apunta a divagar sobre Ítaca camino de Ítaca? ¿Sería eso metapoesía? 

 PD: Releyendo a C y a k al día siguiente se me ocurre otro análisis. Llegar a Ítaca, conseguir el objetivo, hacer cima, es mucho más etéreo, más perecedero, más diminuto que la propia ida y vuelta a Ítaca, que la propia subida y bajada a esa cima. Por eso igual es más romántico Ítaca, ese instante en que se cruza la meta, en que se consigue lo deseado, en que sale el aprobado, que el camino, la lucha, el esfuerzo por conseguirlo y, sobre todo, el haberlo conseguido. Ulises se pegó toda una vida intentando llegar a Ítaca, pero una vez que llegó, el resto de su vida fue un “haber llegado”. Con el monte es más fácil: la subida cuesta, la cima (Ítaca) es cosa de minutos, luego hay que bajar; las Ítacas son momentáneas, son primero ilusiones y luego recuerdos, las Ítacas son segundos en nuestras vidas, que se pueden idealizar y mitificar a priori pero también a posteriori, y he ahí otro peligro, otro tipo de Poseidones, quedarse anclados en esas Ítacas que ya no existen, que existieron apenas unos segundos. (Bueno, quizá tendré que retocarlo un poco más…)

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Mr Brown
Cuando leo esta poesía me habla sobre todo de la no traición personal: cuando llegues a Itaca ya no hay vuelta atrás y ya te queda poco tiempo. Si a Itaca además la encuentras pobre y esto nunca será de otra manera- es decir, llegar a hacer dinero, haber sido un medico sin fronteras, haberte pegado toda la vida dedicado a la crianza de tus hijos en si mismo no da la felicidad- ¿que te queda? la única respuesta es echar la vista atrás y estar satisfecho con lo recorrido y con el recorrido, sentir que has llegado más o menos a donde te propusiste al partir. que nunca dejes tu navio completamente a la deriva, que quizas no llegues a Itaca exactamente sino a Lesbos o a Sicilia. De ahi la exhortación de disfruta del camino porque el "acto" no da la felicidad según mi opinión. ¿qué pensais sobre esto? Lo de los lestrigones entiendo que es coñazo para la gente que no conoce, pero para los que tenemos ese imaginario su poder efectista, metafótrico e incluso visual no tiene precio (que no me toquen las clásicas!! decir yo esto....) 

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Mr White
¿Qué es Ítaca para mí? Cuando leí el poema, hace unos días, dos pensamientos vinieron a mi mente inmediatamente, no recuerdo cuál primero:

Ítaca es la muerte. Ítaca es España. Antes de continuar, y para que no haya suspicacias prematuras (por eso de que si A es B y B es C se deduce que... ¿España es la muerte?!?), voy a presentarme. Me llamo JA y vivo en Monterrey, Nuevo León (México). Creo que soy el primero que aparece a la vez entre los lectores de los Pedalistas y en el documento de fauna del viaje, ya que aunque conozco desde hace años a los pedalistas, tuve la suerte de poderlos atraer para el norte de México, una zona de este país muy diferente del altiplano central o del exuberante sur, y sin embargo, según creo, no menos interesante. Llevo cuatro años en México, y antes de eso viví tres años en China. Ah, se me olvida lo principal. Nací en Zaragoza y viví en tierras mañas durante más de dos décadas de forma continua, y durante los siguientes años a ratos. Últimamente digo que España es mi “país natal” (con lo cual se ofenden algunos amigos al saber que ya no lo considero como “mi país” sin otros adjetivos, a lo cual yo respondo que si paso once meses del año en México y uno en España, ¿soy más español o mexicano? Ya no sé). Mi relación con España es curiosa. Lo más que puedo decir es que no entiendo aquel país ni a su gente, sensación que comparto con otros españoles que viven desterrados o auto-exiliados como yo. Sí, eso es; España me produce perplejidad. A veces creo que la gran mayoría de los españolitos se han vuelto absolutamente gilipollas, y otras veces creo que no sólo en España se vive mejor que en ninguna otra parte del mundo, sino que su gente es de lo mejor que nunca he conocido. Esto puede llevar a dos diferentes interpretaciones. La primera (obvia) es que quizá esté esquizofrénico perdido (pero, ¿quién no está loco en el mundo de hoy?). La segunda es que probablemente ambas cosas no son incompatibles. En España hay muchas personas gilipollas que se creen el centro del mundo, que ya se acaban de creer que España es el primer mundo y que meten en el mismo saco a todos los países de Asia, Africa y Latinoamérica (puaj, Tercer Mundo), que creen que “en España se vive mejor que en ninguna otra parte del mundo” (ay, horror, creo que eso he manifestado yo mismo hace unas cuantas líneas...) y en general que se meten en un tren de vida, como lo de aprovechar las más mínimas vacaciones para salir a cualquier lugar de viaje, o la casa a pagar en treinta años, o cosas así, que yo no sólo no comparto sino que no entiendo. Y por otra parte, eso no quita para que me sienta identificado tremendamente con la gente española. Sólo alguien que ha vivido mucho entre gente diferente puede llegar a darse cuenta de lo parecidos que somos. Y en este sentido, quizá porque es mi cultura (quizá no; seguro), me siento más cómodo entre españoles que entre gentes de cualquier otro lugar del mundo. ¿Y dónde ha quedado Ítaca en este discurso? Ítaca es el objetivo final del viaje, es el faro que guía en la adversidad. Y así siento yo a España. Creo que voy a volver, a largo plazo (antes decía a medio o largo plazo, ahora ya he eliminado lo del medio, aunque como la vida es puro cambio, podría volver mañana; pero en estos momentos siento que mi lugar está aquí). Amo México (esta frase causó sensación a los Pedalistas, por cierto). Realmente, siento que este país es maravilloso, que estoy aprendiendo muchas cosas que ni por asomo aprendería en la fría, estable, segura y aburrida España, en esta odisea de la vida (adelantando la segunda hipótesis sobre Ítaca, de la que hablaré después). A veces tengo la sensación de que en Europa la gente se está perdiendo algo importante de la vida, el espíritu de la sorpresa, el misterio y la magia. En aras de la seguridad y la estabilidad, se ha perdido espontaneidad y naturalidad. En fin, vaya sarta de tonterías que estoy escribiendo, os diréis algunos. Bueno, pues sí, pero si venís a vivir a un país de Latinoamérica o aunque sea de Asia o de África durante unos años, quizá me comprendáis mejor. O quizá no, quién sabe. Lo que está claro es que últimamente tengo la extraña sensación de que vivo exactamente como querría vivir, de que no quiero estar en otro sitio. Eso es fantástico. México me ha dado una oportunidad que España no me ha dado.

Pero un viaje como la Odisea no tiene sentido sin la vuelta a Ítaca, aunque sea al final de la vida. Por eso, creo que volveré a España, el mejor de los mundos posibles. ¿El mejor de los mundos posibles? Eso sí que tiene gracia. En fin, Kavafis lo dice en su poema. Aunque pobre la encuentre, España no me engañó. Volveré rico en experiencias y en historias que contar. Y lo que tengo muy claro es que sin España no estaría donde estoy. Qué curioso país el nuestro, que nos lo da todo y sin embargo no nos permite retribuirle como merece. “A veces madre y siempre madrastra”, como dice la canción. Bueno, la verdad es que estoy hablando por una parte de la población pequeña y posiblemente poco representativa (la de los universitarios que quieren dedicarse a la investigación o la enseñanza en la universidad). Pero en mi caso, yo así lo siento. El estado español se ha gastado un montón de dinero en mi educación de excelencia, y ahora no puedo trabajar en España para devolverle el favor. Así, yo siento que realmente “España me regaló un hermoso viaje, sin ella el camino no hubiera emprendido, mas ninguna otra cosa puede darme”. Bueno, quizá una vida cuando sea viejo y pensionado. O quizá no. Posiblemente al final de mi vida encuentre una España pobre, pero que no me habrá engañado, como señala Kavafis. Al final de mi vida... ¿Y si Ítaca es precisamente el final de la vida, es decir, la muerte? Esa es la segunda idea que se me ocurrió al leer el poema. Llevo tiempo preguntándome por el sentido de la vida (qué gracia, sólo los filósofos y los locos se hacen de forma continua esa pregunta; espero caer en la primera categoría mejor que en la segunda). Y si interpretamos el poema de Kavafis de esa forma, resulta algo muy obvio: hay que aprovechar la vida. Aquí cabrían ahora todos los tópicos de siempre, que si “carpe diem”, que si sólo se vive una vez, que si dentro de cien años todos calvos, y bla bla bla. Mejor no sigo por este camino y me voy a ir a otros derroteros. Por ejemplo, me voy a Morelia, la capital del bellísimo estado mexicano de Michoacán. La vida hay que exprimirla totalmente, la vida es entrega, me decía. Es una obra de teatro, un juego, donde uno puede perder, pero al menos ha jugado. Y sobre todo, se puede ganar mucho, riqueza en saber y en vida, como dice Kavafis. Vuelvo al mismo tema inicial; me da la impresión de que en Europa la gente se pierde algo de ese misterio y juego y pasión y gozo y dolor que es la vida. Todo es tan light... Pero claro, si uno puede apresurar el viaje, si uno puede hacer caso a Kavafis para que de forma voluntaria y consciente alargue la vuelta a Ítaca, entonces, ¿cómo puede ser el final de la vida? Se supone que excepto en casos muy raros (suicidio, se podría decir), uno no elige cuándo se muere. Pero entonces, ¿el viaje a Ítaca podría ser no la vida, sino un tipo de vida? Un tipo de vida bohemia, o quizá un tipo de vida vivida con pasión. A veces me da la impresión (volviendo otra vez a lo mismo del principio, joder, parezco una mosca cojonera) que mucha gente se mete en la vida y hace las cosas “porque tocan”, y aquí vuelvo a España. Ahora hay que estudiar, después trabajar en algo lo más estable posible (el sueño es ser funcionario, de ahí el culto a las oposiciones en España). Después toca tener novia o novio, pasar unos años y finalmente el bodorrio, el piso a pagar durante el resto de la vida, los niños... Los niños, los niños, ¿es que nadie piensa en los niños?!? Ya dudo de todo. A veces me da la impresión de que todo esto que pienso y escribo no es otra cosa que una pataleta por no poder llevar ese tipo de vida cómoda y regalada que mucha gente disfruta. Ese tipo de vida “sosa y aburrida” no es otra cosa que Ítaca, ya después de haber llegado, después de haber terminado ese fantástico y enriquecedor viaje antes de tiempo. Ítaca pobre, que me regaló un hermoso viaje pero lo dejé a medias y volví cuanto antes. Ese tipo de vida implica renunciar para siempre a visitar bahías nunca vistas, a no visitar nunca Fenicia ni Egipto, a dejar de invertir en voluptuosos y delicados perfumes (con la hipoteca del piso de por vida, ¿cómo va uno a poderse permitir esos lujos?). Eso es Ítaca. La vida sosa y aburrida. Casi casi, la muerte. Y el colmo de esa vida-muerte es la llegada de los hijos. Pero entonces, todo se tambalea. ¿Qué puede haber más fundamental y más rico que criar a un hijo? ¿Qué viaje, qué odisea puede ser más enriquecedora que ver cómo un ser nacido de una célula tuya va creciendo y se va convirtiendo en otro ser humano distinto a ti? ¿Qué mayor responsabilidad, qué mayor “faro de vida” puede haber que la crianza de un hijo? ¿Es eso una vida “light”? ¿No será más “light” una vida de viajes, de emociones, de no asentarse, una vida de desarraigo como pudo tener Ulises hasta que llegó a Ítaca? Ahora, ¿cuál es la vida del viaje y qué es la llegada a Ítaca? En mi caso particular, al identificar la vida de emociones y falta de compromisos serios como el camino a Ítaca (que según Kavafis, debemos hacer lo más largo posible), ¿no estaré haciendo como en la fábula de la zorra que no podía alcanzar las uvas y se consolaba pensando que “están verdes”? Qué barbaridad, cuántas preguntas. Y qué pocas respuestas. ¿Es que no hay nada seguro y firme a lo que agarrarse, aunque sea un clavo ardiendo? Una posibilidad puede ser el vivir en la realidad y en el momento, sin importar si uno lleva años viviendo en distintos países y adquiriendo experiencias riquísimas, o si es funcionario en España con tres hijos y una hipoteca a treinta años. Ya lo decían los maestros taoístas hace más de dos milenios, no es más válido un tipo de vida que otro si uno actúa conforme a su naturaleza. Cada cual es como es, lo que hay que hacer es fluir, no ir contra uno mismo, porque entonces es cuando todo se fastidia.

Bueno, vale. Empecé a escribir esto hace más de una semana, y conforme fueron llegando las otras ideas sobre Ítaca se me fue yendo la motivación para subir esto al grupo. Estoy de acuerdo con C en que la simplicidad es un valor importante, pero esto que acabo de escribir es cualquier cosa menos simple… En fin, espero al menos que hayáis llegado al final y que pueda suscitar todo esto un debate posterior. Saludos. 

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Mr Orange
Itaca te regaló un hermoso viaje, sin ella el camino no hubieras emprendido, mas ninguna otra cosa puede darte. Caminante, no hay camino, Se hace camino al andar Y al volver la vista atras Podras ver el sendero Que no has de volver a pisar Caminante, no hay camino Solo estelas en la mar. Desmontando a ITACA
 
Los actos, ¿fallidos? 
He escrito alguna vez sobre Itaca, aunque he hablado mucho mas. He buscado en el portatil y, significativamente, no guarde aqui nada de lo que sobre ella escribi en el pasado. No se si por la sospecha de que lo que escriba durante este viaje o tras él va a ser distinto, y no queria que se contaminase. En todo caso, ahora estoy “contaminada” por los analisis de I, C y P. Solo decir que no coincido con I en su disgusto por los aspectos formales de Kavafis. Introito Para mi, Itaca habla del deseo y de su consecucion. De lo que pasa cuando por anhelar mucho algo no nos paramos en las pequeñas cosas, y lo mas terrorifico, lo que nos pasa cuando llegamo a esa supuesta Itaca. Cuando escribo, el resultado es esa Itaca que estaba en mi mente antes. Lo que me ha pasado mientras escribia esto (porque este parrafo es el ultimo que paradojicamante he escrito), resume muy bien lo interesante de los PROCESOS por contraposicion a los resultados, a los fondos. 

El deseo (directamente del P's Psicological Tractatus-que ustedes pueden adquirir por un modico precio en el link instalado en el hall del teatro) 
Dicen que el hombre es una maquina de desear, tanto a niveles concretos, como mas elevados. La famosa piramide descrita por Maslow indica muy claramente como para poder aspirar a metas o deseos mas elevados, hay q tener satisfechos los mas primarios (cobijo, comida, seguridad). Es de logica que uno solo se podra interesar por la filosofia cuando tenga el estomago lleno, etc. La clave para conocer si una persona tiene una enfermedad llamada trastorno depresivo mayor (y no hablo del “hoy tengo la depre” tan banalizado-igual creen q barro para casa, pero aunque parezca increible aun hay gente hoy en dia q muere por este trastorno) es saber si tiene un sintoma conocido como anhedonia, del griego no-placer. Incapacidad para experimentar placer en nada de lo que se hace y, lo que es aun mas importante, incapacidad de siquiera desear hacer aquello que antes era fuente de diversion y felicidad (aunque fuera momentanea). Sin embargo, este deseo, que tanto estudian los psiquiatras de corte cognitivo, es un terreno muy complicado. Si yo supiera qué puede hacer “hacer click” a la persona que tengo enfrente, que es eso que le va a “hacer emprender ese viaje” de nuevo, seria la mejor psiquiatra del mundo. El problema es que la respuesta no la tiene nadie: como mucho la persona en cuestion, pero cuando llegan a la consulta ni ellos lo saben. Y ahi estas tu, intentando guiar ese barco, muchas veces por caminos equivocados, prueba y error, a ver si consigues, esquivando a Ciclopes y Lestrigones, saber en que direccion esta su Itaca particular. 

Otras filosofias que no adjetivare y de las que no ofrecemos posibilidad de compra 
Esta capacidad de desear o inquietud no es de todas maneras igual en todo el mundo. Para los budistas, el deseo es algo negativo. Es mejor no anhelar nada, estar feliz con lo que se tiene, porque de ese anhelo vienen las miserias humanas, la competitividad, la desgracia. Esta filosofia puede resultar util para alguna gente en materias irresolubles: mejor aprender a resignarse y vivir con esa enfermedad, o esa perdida. Cada uno ve lo que mas le ayuda y esto puede ser una via. Como filosofia general, evidentemente a mi me convence muy poco. Si todos nos resignasemos a todo, todavia estariamos tirando de piedras para construir piramides. El anhelo de mejorar (idealmente como colectivo, en lugar de individualmente) ha sido el motor de la historia, y yo aun soy de las que creen q se vive mejor hoy que hace 100 años, y que se vivira mejor dentro de 100 que ahora. Unos pocos, me diran, pero no puedo meterme en eso ahora, pq no pertenece a este tema. 

Politica del deseo (a la espera de referencias de nuestros Professors Sutilis e Integrus) Cada uno, segun su vision sociopolitica de la jugada decidira que es licito o no desear. Y cuándo el deseo se convierte en avaricia, y quita parcelas de deseo en sus vecinos. A mi ese deseo no me interesa en un analisis a Itaca. A mi el deseo que me interesa es aquel que para mi representa Itaca: algo q no se puede ver ni tocar, que es un motor, pero que luego en si mismo igual no vale nada. 

Itaca materialista o idealista? (a la espera de referencias de nuestro Catedratico en Filosofia de la Ciencia JA) Itaca es, como se ha dicho, un canto al carpe diem, al vive ahora, no guardes para mañana, no importa perder lo que el mundo llama todo si ganas tu todo. Por ello, Itaca es profundamente materialista, y eso me gusta. Sin embargo, Itaca es a su vez profundamente idealista, porque sabe Kavafis que, por definicion, la consecucion de un deseo, por excelso que sea, nunca llega a ser como la imaginacion lo ha creado, madurado, trabajado. Y lo que es peor: no dura. El hombre es un animal de costumbres, pero a la vez… como ama el cambio!! El que diga que comeria todos los dias de su vida su plato favorito sin hartarse, o no se conoce o esta en algun punto del espectro autista. Cuando uno llega a la cima, tras los pocos minutos que la presion y el oxigeno te dejan estar alli, hay q iniciar la bajada, y luego preguntarte, y ahora que? O lo que es lo mismo, buscar una nueva Itaca. 

El deseo es dinamico (que diria Freud) Si el deseo fuera una linea recta: deseo-busqueda-encuentro-resolucion, poco nos habriamos movido y tal vez aun estariamos en la caverna (ni siquiera currando en las piramides). Por eso es mas bien un circulo, en el que tras la resolucion, ya estamos deseando de nuevo. Es un mecanismo de supervivencia, como todos los demas con los que nos hemos adaptado al medio. 

Itaca conductista: que nos lleva a hacer la idea de Itaca? (que diria Beck) Una de las cosas que mas me gustan del existencialismo es aquello que decia Sartre de que un hombre se define realment por sus actos. Como psiquiatra, me interesan mucho los sueños, los anhelos, las Itacas de la gente, pero realmente donde nos cortamos el traje de lo que somos es con nuestras acciones. Todos estamos hartos de conocer a gente “que le encantaria hacer esto, ir a tal sitio, mover tal montaña.” En mi experiencia, la gente siempre acaba haciendo lo que realmente quiere, y quien “no se apunta a una hora de yoga semanal porque no tiene tiempo” es porque no lo quiere lo suficiente (y hablo en el ambiente burgues de clase media donde nos movemos todo el rato.) Itaca nos deberia mover en su busqueda, como hemos dicho antes, pero a su vez: queremos de verdad ciertas Itacas que nos planteamos o vendemos al mundo? O quizas hay itacas confesables y otras con las que nos sentiriamos juzgados por el vecino? Itaca es el sueño, la utopia, lo que nos mueve pero… se ha escrito algo de aquel que soño mucho y no hizo nada? A que nos lleva Itaca si no la compartimos y la vivimos? 

Y para terminar, Machado (obras completas que pueden adquirir en el link instalado en el hall del teatro) He añadido al principio del documento estos archiconocidos versos de Machado por razones obvias. Un poema tambien precioso, pero mucho mas aterrador que Itaca, porque habla igualmente del viaje, del camino, pero te previene casi con tecnicas terroristas: El sendero Que no has de volver a pisar. No hay dos oportunidades, solo se vive una vez. Pero pese a todo, que fugaz es la vida, por mucha Itaca, por mucho camino glorioso que nos labremos, en el fondo, no nos tomemos tan serio y relativicemos: todo son estelas en la mar. 

Conclusion Tal vez, la mayor grandeza de Itaca, despues de todo lo dicho, es que dados todos sus matices y posibilidades de interpretacion, tendre que retractarme de todo lo escrito, e iniciar un discurso nuevo en cuanto me pongais un ejemplo en el que no me sirva. Porque los hay. Se me antoja que este viaje que he emprendido con vosotros para “por fin comprender que son las Itacas” va a ser un camino largo, rico en experiencias, en conocimiento.