26 octubre 2024

El machismo también existe en la medicina: basta ya

En esta semana convulsa en la península -una vez más, por esa asquerosa nube negra, el machismo-, quería compartir el manifiesto que ha creado el mayor sindicato médico en el Reino Unido, el BMA, al que todas las organizaciones relacionadas con la medicina se deberían adherir. 

Sus principios parten de una macroencuesta -en la que por supuesto participé- y podéis leer los detalles aquí. Sí, hay machismo en todos los órdenes de la vida, también en la medicina: 

1. Eliminar el machismo que afecta las oportunidades de progresión en las carreras de las mujeres
Incluso en el sistema público las mujeres cobramos menos por el mismo trabajo. 

2. Poner fin al acoso sexual en la medicina
El 56% de las entrevistadas hemos sufrido algún tipo de acoso, por parte de companieros, y hasta pacientes. 

3. Asegurar que haya múltiples canales para denunciar acoso sexual y machismo
Solo un tercio de las que experimentan acoso o machismo lo denuncian.

4. Promover los beneficios de la diversidad de género en medicina
En el censo de 2021, el 0.5% de los ingleses y galeses reportaron que su identidad sexual no era la misma con la que nacieron. Esto se debería también reflejar en la medicina.

5. Garantizar entornos seguros y de apoyo para las médicas y estudiantes embarazadas
Aún te hacen sentir culpable o piensas que no estás comprometida con tus paciente si te coges demasiada baja por maternidad. 



6. Eliminar el impacto perjudicial que pueden tener los cuidados (niñ@s y otras responsabilidades) en la progresión profesional y en el equilibrio vida personal-trabajo
Como en la vida, las médicas cuidan más a sus familias que los médicos, y esto es parte del problema de la brecha salarial.

7. Desafiar activamente los estereotipos de género en medicina
Cuando el paciente se dirige al médico junior en lugar de a la médica senior del equipo porque asume que él es el jefe en las rondas de la planta. Cuando empiezas y te dicen "me mandaron a una ninia".


8. Aumentar la visibilidad y las voces de las mujeres
El 46% de profesionales de la medicina en UK somos mujeres, pero aún se asume que "el médico" que te verá es un tío.


9. Asegurar que los empleados con roles más altos reconozcan el sesgo de género en el lugar de trabajo
Más hombres llegan a posiciones de gestión, por algunas razones de arriba. Necesitamos más mujeres ahí y que los tipos que haya estén sensibilizados.

10. Apoyar la salud de la mujer.
Tenemos la regla, tenemos embarazos, tenemos menopausia. Get over it. 

~~~
Estos principios se pueden aplicar a cualquier empresa. Basta ya. 

23 octubre 2024

Bernardo, querido: Hoy hace veinte años de esa serendipia

De nuestro encuentro en medio de la nada boliviana hace hoy, 23 de octubre de 2024, justamente veinte años. Esto no lo sabíamos cuando a principios de septiembre nos wasapeamos como hacemos de vez en cuando y terminamos acordando que Bernardo iba a comprar un "tiquete" (una de las muchas palabras suyas que amo) Bogotá-Londinium para pasar unos días con nosotros. Hace poco que se fue y podría decir, si creyera en Freud y sus teorías que esto fue una "celebración in/subconsciente" de nuestros veinte años de amistad.

En 2004, cuando estuve medio año viajando por Latinoamérica, yo no sabía que existían los blogs, pero ese viaje podría de alguna manera remotísima ser el germen de d&d. Entonces yo escribía mi "cuaderno de bitácora" en documentos de word y los subía a un sistema muy aparatoso llamado "msn groups" que mandabas a los amigos y familia para que estuvieran al tanto de las aventuras. Llevábamos un portátil viejo sin conexión, y yo lo subía al grupo en cafés de internet: era esa época. Una de las personas que se leía ese diario era una tal Diva (que en aquella época aún no era Diva), una amiga de la facultad del Peda que, pasados unos años me dijo "por qué no montamos un blog", y hasta ahora. En aquella época, Di tampoco había nacido, y la autora de esos diarios era una tal "K".

Ahora, cuando Bernardo se ha ido, he vuelto a esos diarios de K a ver qué escribió de su primer encuentro con él, y me he encontrado esto:


La primera vez que alguien se refiere a Bernardo es como “el turista”, en el bus que espera en Potosí para salir hacia Uyuni. Espera no a llenarse, porque ya está hasta arriba, sino a q suba aún mas gente que se pasará horas de pie en el pasillo, mientras atravesamos el desierto. Alguna de esta gente se baja en medio de la nada, con sus hatillos de tela de colores, y nos preguntamos por qué eligen ese punto en concreto, y no 200 ms mas adelante, porque no hay nada parecido a una construcción o incluso árbol en todo el horizonte. Bernardo es uno de los cuatro turistas del bus (el último un rubio veinteañero que lee basura), y se sienta delante de nosotros, tras breve disensión con la señora q se sienta a su lado q exige ventanilla “pq le hace mal el viaje”. No identificamos su acento (está claro q nuestra tournée por las Américas no está aclarando algunos puntos clave), y él luego nos dice q tuvo problemas para entender el nuestro desde el asiento de delante. Igual en Latinoamérica mucha gente realmente no nos entiende (qué no les pasara a los tres especímenes descritos arriba q hablan keli).


 

En la parada técnica para tomar una sopa (que obvio) e ir al baño (la mujer señala la puerta y dice “campo”), el Pedalista y Bernardo se encuentran con las casualidades: los dos estudiaron en la misma universidad, y los dos opinan lo mismo de ella. Bernardo tuvo a bien abandonarla un año después de iniciar allí la carrera de periodismo, y seguir en Madrid, nada menos que en la década de los 60. Como bien diría Sábato, las casualidades no existen, y Bernardo, q pensaba pasar a Argentina directamente tras el tour por el Salar, decide cambiar el rumbo de su brújula y, cosas q pasan en los viajes, acabar con nosotros casi hasta Santiago. 


 

Bernardo nació en Manizales y vive en Bogotá. Estudió y vivió 7 años en España y conoce personalmente a periodistas famosos, por ejemplo a Maruja Torres - e incluso aparece en uno de sus libros (“Amor América”). Le digo que es una de mis articulistas favoritas y Bernardo opina que tiene mucho éxito entre las mujeres porque formalmente es atrevida y retadora. Bernardo nos cuenta q trabaja en una ONG en la que forman a periodistas trabajando en zonas de conflicto en Colombia. Ahora se toma dos meses de vacaciones para viajar por Chile y Argentina con una amiga que vive en Santiago. 

 

Bernardo se destapa como uno de esos gentleman de los que ya no quedan. No sabemos si es este detalle o sus ojos azules lo que hace que mujeres de todas las edades le pidan sus pantalones para entrar en minas, le saquen a bailar en karaokes casposos, le supliquen que nos quedemos a tomar un café con pastas en La Serena - todo esto pasa en los siguientes días. Bernardo solo se inmuta por Julia, acostumbrado como debe estar a estas lides, y sigue adelante con su ligero equipaje (solo una especie de macuto militar) y su chaleco de explorador. 
 

Resumir las conversaciones con Bernardo se me antoja imposible, porque los días que viajamos juntos (los tres, o con el heterogéneo grupo que formamos con los ingleses y Daniel el húngaro) los pasamos prácticamente hablando todo el tiempo. La situación en Colombia, el Opus Dei, Álvaro Mutis (más análisis de sus lectores), nuestra falta de cultura musical, Gabriela Mistral, la obsesión del día de Daniel, los tourist traps, Vargas Llosa, política, Bush, los chilenos, los bolivianos, García Márquez, "La mala educación" de Almodóvar, el Ampurdán… 


 

El día en el que Daniel y los ingleses se fueron, nos fuimos los tres de excursión al Valle del Elqui, en el q se vio de nuevo su afición por el detalle: compró los ingredientes para un picnic que nos marcamos en la tumba de Gabriela Mistral, con un vino chileno, q dicen ellos q estaba bueno (mi falta de cultura enológica se suma a mis muchas lagunas). Allí asistimos a una de esas conversaciones tan Bernardo, con una artista (o artesana) de un pueblo llamado Quebrada de Pinto. Vestida de vieja hippie, descalza con abalorios que ella misma hace para los pies, junto con reproducciones de fachadas de casas de su amado pueblo, nos cuenta cómo el Valle del Elqui es uno de los “cuatro lugares en el mundo tocados por un exceso de energía cósmica”. Junto con la Isla de Pascua, el Tíbet, y otro que no recuerda, este Valle ha sido tocado por la varita de los dioses, y es un placer vivir en él. Bernardo, con esta ironía tan tan fina q solo nosotros podemos empezar a atisbar, inquiere “Y desde hace cuánto que es usted tan afortunada de vivir aquí?” Nosotros esperamos que Bernardo pueda ir unos meses al Ampurdán, como amenaza, para poder disfrutar de más momentos tan Bernardo como estos". 


Mientras releo esto siento mucha nostalgia de aquel viaje: hasta de los internet cafés siento nostalgia! En aquellos meses por Latinoamérica conocimos a mucha gente y con varios de ellos seguimos en contacto  - y hasta nos hemos ido a navegar con ellos. Luego, de viaje en vacaciones anuales normales, ya no ha vuelto a ser lo mismo: no sé si era la edad o el hecho de "estar viajando" sin fecha de vuelta, porque gran parte de los que conocimos eran también gente en sus "gap year" - ese periodo extenso en el que se viaja con poco dinero y por tanto, te encuentras con los mismos en ciertos lugares. Recuerdo Latinoamérica como sus hoteles baratos con azoteas donde tender la ropa con montanias espectaculares al fondo, restaurantes de mesas corridas, excursiones de andar por casa, y sobre todo estos compas vagabundos -algunos han aparecido brevemente en el texto de arriba: ingleses, barceloneses, húngaros y un colombiano, por supuesto, Bernardo.



Desde aquel primer encuentro, hemos coincidido otras veces tanto aquí (él nos visitó hace  años, no recuerdo fecha exactamente pero a juzgar por las fotos, muchos) como en Colombia (estuvimos en 2006) y en otros lugares del mundo: una vez, pre-mini, nos vimos en Barna, cuando "la de los ojitos entornados" y cuando me presentó a Maruja Torres y otra en Madrid, donde anduvimos de tapas también con NáN. 



En esta visita ha conocido a Mini, se ha enamorado de Maidavale, ha ido al cementerio de Highgate a ver la tumba del Kamarada Karl y, por las noches, nos lo hemos pasado en grande hablando. Como espero haya quedado claro, es un gran conversador y lo mismo han opinado los amigos que han venido estos días a un par de cenas. Además del contenido, la forma es maravillosa: ese acento colombiano tan chulo con ese dominio del idioma me puede. Por ejemplo, nos reímos mucho con la expresión "querida". Bernardo dice cosas como "porque mi amiga tal es muy querida" y yo pensaba lo que estás pensando tú, lector español (si lee alguien de Latinoamérica será distinto), hasta que un día dijo: "sí, los vietmanitas son muy queridos", y ahí tuve que pararle y aclarar. Parece ser que una persona "querida" es alguien agradable, amable, bondadosa, afable -me hace mucha gracia. Otra gran expresión sobre las que llevamos dando vueltas veinte años es "dar papaya" y esta vez también han aparecido las "jirafas cuadradas" (lo que vienen siendo en la península, los perros verdes").

Los temas de conversación, ahora que he releído la entrada de hace años, han sido muy parecidos: por supuesto, política colombiana, española y mundial (curiosamente -pronto hará 20 anios- el 2 de noviembre de 2004 salió re-elegido Bush, así que hablaríamos de eso, igual que ahora de Harris-Trump), libros, psiquiatría, cine... hasta vimos una peli juntos en mi super-proyector (la imagen mayor, y no exagero, que cualquier sala pequeña de multicines) recomendada por él tras una conversación sobre los abusos de la Iglesia: "El Club" de Pablo Larraín, que ganó el Premio del Jurado de Berlín en 2015. Nos gustó: es opresiva y, para mí, como estar trabajando. Comentamos también aquella más reciente del director en la que Pinochet es un vampiro ("El conde", esta ganó el mejor guion en Venecia en 2023 y no me extraña). También nos contó historias suyas, anécdotas de familia, todo con mucha gracia e ironía. 

Y, por supuesto, viajes. A Bernardo le conocimos en el mayor de nuestros viajes y él ha estado en todos los sitios. Cuando le dijimos que este verano íbamos a Vietnam, él ya había estado hace 30 años recorriendo el país y Camboya en moto (y mandó fotos con una especie de mono amarillo). Cuando hablábamos del Transiberiano, él ya lo había investigado y concluido que no merece la pena. Hasta España conoce mejor que nosotros. Pero hoy, para terminar, me quedo con Nukus. 

Nukus en una ciudad de Uzbequistán, un lugar que, debido a esta conversación, pasará a mitológico en mi cabeza. Resulta que Bernardo leyó hace un tiempo una historia que le atrajo y es que un hombre llamado Igor Savitsky fundó un museo en 1966, que terminó siendo la  la segunda colección más grande de la vanguardia rusa en el mundo (después de la del Museo Ruso de San Petersburgo). Se llama (intenten mejorar este nombre): el "Museo Estatal de Artes de la República de Karakalpakstán". [Nota: también tiene arte popular karakalpako -grupo étnico turco originario de esta zona al noroeste de Uzbekistán. Esto lo pongo solo porque me fascina el gentilicio -y repito innecesariamente: karakalpako]. Igor comenzó a comprar arte prohibido por Stalin tras los años 30, todo el arte que no era realismo socialista era castigado. Por lo visto cogía un tren de tres días a Moscú y allí visitaba a las viudas de los artistas, les compraba las obras que tuvieran en el ático, y volvía a Nukus. La historia entera es fascinante y se puede leer en este artículo de Suzanne Moore en The Guardian. 

Desde que se fue Bernardo, con destino a nuestra península -luego seguirá viajando por Europa-, nos escribe whatsapps con artículos, algunos de conversaciones inacabadas. Tenemos que quedar en alguna parte del mundo para seguir con ellas. Cualquier lugar podría ser un cementerio en Chile, un bar de tapas en Madrid o Barcelona, un paseo en Kayak por el Orinoco... o en una explanada desolada frente al museo de Nukus, digo, el Museo Estatal de Artes de la República de Karakalpakstán.

Qué chula serendipia que hoy celebramos. Abrazotes, Bernie, que veinte años no es nada!

17 octubre 2024

Le pregunté a una Inteligencia Artificial quién era Di Vagando

Di vs. ChatGPT
(Imagen generada por otra IA)
.... y esto es lo que contestó.

Pero antes, breve contexto: este verano, después de leer algo sobre todo lo que va a hacer la Inteligencia Artifical (IA) por nosotros (e.g. esas tediosas tareas administrativas), o en contra nuestra (e.g. sustituir nuestra creatividad), se me ocurrió decirle a ChatGPT* que escribiera el divague del libro que había terminado yo a ver qué pasaba. A ver si era verdad lo de la creatividad y lo de que nos va a echar del bloguerío.  (*) Nota: A ChatGPT  me introdujo una enfermera canaria en un aeropuerto en el que estábamos ambas varadas por un retraso -de hecho, ella le pidió al bicho que redactara la carta de reclamación y el ente citó hasta leyes) 

Mi pregunta fue algo así como "Escribe una recensión sobre el libro Crossing to Safety al estilo de Di Vagando". La cosa se puso a la acción y en unos segundos escupió un divague sin alma, no podría describir mejor aquello. Pero, si tiene todo mi blog ahí metido, no tiene precisamente mi alma? Como una Dorian Gray de andar por casa me enfrenté con The Machine y le pregunté quién era Di, a la que imitaba tan mal. Y esta fue su respuesta:
"Di Vagando" es el seudónimo de una bloguera española que administra el blog Divagando, Divagando. Es una persona que escribe de manera anónima, por lo que su identidad real no es ampliamente conocida. En su blog, aborda temas variados, desde reflexiones personales y experiencias de vida hasta comentarios sobre literatura, cine, y sociedad. El estilo de sus escritos es generalmente informal y humorístico, con un enfoque en la introspección y el análisis crítico de diversos aspectos de la vida cotidiana.
La autora se ha mantenido bajo este alias durante años, creando una comunidad de lectores que siguen sus publicaciones por el tono cercano y la inteligencia que impregna sus escritos. El hecho de que no se conozca mucho sobre su identidad real añade un aire de misterio al blog, lo que posiblemente contribuye a su atractivo. 

 Guau: no está mal, ChatGPT, un poco pelota y tal vez optimista con lo de "la comunidad de lectores", pero hey. Lo de la identidad, he explicado algunas veces la razones, pero no estoy de acuerdo con que este "misterio contribuye a su atractivo", no creo que haya gente que lea a un oráculo sin cara solo porque no la tiene, pero cada uno sabrá. Como me da un poco de paranoia sobre si este bicho ha hecho el enlace de Di de día y Di de noche le pregunto esto abiertamente, y me contesta:
No hay información pública confiable que revele el nombre real de la persona detrás del seudónimo "Di Vagando". El anonimato es una parte integral de la identidad del blog y parece ser una elección deliberada de la autora para mantener su privacidad y centrar la atención en sus escritos y reflexiones en lugar de en su persona. Dado que su blog y seudónimo han estado en uso durante años sin que se haya revelado su identidad, es probable que esta elección sea respetada tanto por ella como por su comunidad de lectores.
Muy bien, esto me gusta más. Suspiro. Tampoco sabe mi trabajo:
No se sabe con certeza en qué trabaja "Di Vagando" fuera de su actividad como bloguera. Al mantener su identidad en el anonimato, también ha protegido detalles sobre su vida profesional. En el blog, ella comparte reflexiones y observaciones sobre la vida, pero evita proporcionar información específica que podría revelar su ocupación o identidad. Como resultado, su trabajo fuera del blog sigue siendo un misterio para sus lectores.


Parece que ha encallado en lo del anonimato, es como un conejito de duracel. Aquí el pobre patina muy fuerte: le pregunto dónde vive Di:
Al igual que con su nombre real y su trabajo, "Di Vagando" ha mantenido en secreto su lugar de residencia. No hay información disponible públicamente que revele dónde vive. Esto forma parte de su decisión consciente de mantener el anonimato y centrar la atención en sus escritos en lugar de en detalles personales. 
O sea, si hay algo de lo que escribo habitualmente es de Londinium y, pese a haberse empollado el blog -y todos los del mundo-, nada. Ya en plan pillar, le pregunto a dónde le gusta viajar a nuestra heroína:
En su blog Divagando, Divagando, "Di Vagando" ha compartido relatos y reflexiones sobre algunos de sus viajes, lo que permite a sus lectores conocer indirectamente algunos de los lugares que ha visitado. Sin embargo, dado que la autora escribe de manera anónima, los detalles específicos sobre todos los lugares que ha visitado pueden no ser exhaustivos. Algunos de los viajes que ha mencionado incluyen destinos en Europa, como el Reino Unido, donde parece haber pasado tiempo y hecho observaciones culturales, así como otros lugares que aparecen en sus relatos y anécdotas.
No obstante, el enfoque de su blog suele ser más introspectivo y reflexivo que geográfico, lo que significa que, aunque menciona algunos destinos, estos sirven principalmente como telón de fondo para sus pensamientos y experiencias más que como el tema principal de sus escritos.

Cuando le cierro más la pregunta, me da prácticamente todos los países de la Unión Europea empezando por Italia, pasando por Francia, Países Bajos.... y nunca acierta. Cada vez que le digo que no, inasequible al desaliento, lo intenta de nuevo (y duran, y duran). Este ejercicio me está sirviendo para establecer cúanto afina el alien... así que sigo esta vez preguntándole qué ideología política tiene Di...
"Di Vagando", no se adscribe claramente a una ideología política específica en sus escritos. Sin embargo, a través de sus reflexiones, comentarios y observaciones, se puede intuir que tiene una perspectiva crítica y progresista. Suele abordar temas sociales y políticos con un enfoque reflexivo y a veces irónico, mostrando una inclinación hacia valores como la justicia social, la igualdad y la crítica de las estructuras de poder establecidas.
No obstante, su estilo es más el de una pensadora crítica que el de una activista política; usa el humor y la introspección para explorar ideas, lo que dificulta encasillarla en una etiqueta política concreta. Su enfoque parece ser más el de cuestionar y reflexionar que el de abogar por una ideología específica.
Hasta parezco una buena persona. 



Uso a veces ChatGPT en el trabajo, pero prácticamente como un buscador. Cal Newport ha escrito en el NewYorker que el pánico sobre que los estudiantes no van a aprender a escribir ensayos no deberíá ser tal, porque se ha visto cómo no lo usan para que les fusile los ensayos, sino como yo, para sacar algo de información. De momento, no te puedes fiar de él, yo le he pillado en muchos errores en temas profesionales, y aquí... el bicho terminó el supuesto divague de libro así (o sea, yo diciendo esto):
Así que aquí estoy, con el libro a un lado y una taza de café en la otra mano, pensando en lo que significa encontrar ese refugio en medio de las tormentas. Y tú, ¿cuál es tu “lugar seguro” en el caos de la vida?
Desde cuándo termino yo los divagues preguntando nada al divagante, y lo que es más grave: desde cuándo yo tomo café?

ChatGPT: eso es de Primero de Di.



12 octubre 2024

"Fiesta" ("The sun also rises"): Ernest, dificultades con tu tinta invisible

"Fiesta" (traducción tirando a libre de "The sun also rises" - "El sol también sale") es el primer libro de cierta entidad de Ernest Hemingway y famoso en la piel de toro por narrar su experiencia en los sanfermines. Yo tenía buen recuerdo de "El viejo y el mar" y "Por quién doblan las campanas", ambos leídos en la adolescencia tardía, y era imperdonable mi laguna con "Fiesta", dada mi particular historia con los sanfermines: una noche enmedio de esas celebraciones conocí a mi compa de piso, el Peda. Poco se ha hablado en este blog de mi visión de la "fiesta": escribí algo titulado "Sanfermines: Proyección", a petición de los blogueros del blogsanfermin -que veo que aún existe, aúpa!- y luego alguna otra observación pseudoantropológica sobre las distintas especies que se pasean por esta gloriosa ciudad (riau riau!) en las "sociedades gastronómicas", como el "Vascuencis Kuadrillus". Así que como era el libro del mes en el grupo de lectura al que me  uno guadianamente -solo me leo los que encajan en "mi plan lector", que es complicado (otro día hablaré de la pila que tengo en la escalera)- pensé: tal vez es mi momento. 

La novela es un roman-a-clef, o sea, narra hechos biográficos tal vez algo ficcionados (lo que ahora en las mujeres se llama despectivamente "autoficción") sobre su época en París (los locos años 20) y su visita a los sanfermines (y Burguete, donde van a pescar -muy Hemingway- y Donosti). Parece que el autor estuvo en total nueve veces en sanfermines y se preocupó por haber lanzado estas fiestas, que antes eran una cosa solo de locales, al estrellato mundial. Bien es sabido que hoy en día muchos pamplonicas precisamente cogen sus vacaciones esos días para huir de la ciudad.

La primera parte sonará porque todos hemos oído hablar de esos años míticos en los que los componentes de la "Lost generation" (así denominada porque estaban sin rumbo tras la Primera Guerra Mundial) se encontraron en París, más específicamente en los cafés y bares de la ciudad, bebiendo sin parar y siendo intelectuales y divinos en presente continuo: Jean Cocteau, Scott Fitzgerald, Gertrude Stein, el cabrón de Pablo Picasso, Modigliani, Georges Braque, el ávida dollars Salvador Dalí, Man Ray, Luis Buñuel, Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas... hasta el torero Juan Belmonte que sale en la novela (si habéis visto "Midnight in Paris" de Woody Allen, ahí también aparecen). Cómo decirlo: en esta primera parte me he aburrido mucho. Diálogos cortos entre borrachos ("tight"-tantos años en UK y no había nunca oído ese uso de la palabra y eso que conozco unos cuantos sinónimos para "drunk") y prácticamente nada formal que subrayar, pero tampoco ningún contenido demasiado aparente. 

Pero, espera, claro, claro que hay contenido, lo que pasa es que no está precisamente aparente: si te lo planteas esta gente está a la deriva tras la guerra y esta "nada" representa su alienación. Puedes leer explicaciones como que Hemigway se había convertido justo entonces al catolicismo y por eso el narrador es católico (en serio? siempre me cuesta entender el sentimiento religioso en gente inteligente, pero en alguien como Hemingway? personalmente no le pega nada), el que haya quedado incapaz de actividad sexual tras la guerra es otro de los miedos de Hemingway, como buen macho-alfa (como dice Tiovin y no sé de dónde viene su referencia, una búsqueda simple no me la muestra: "Hemingway dijo que se volaría la tapa de los sesos cuando no se le levantara") y luego cosas más obvias como que la novela representa la desilusión de una generación que se refugia en el alcohol y el escapismo.

También la "nada formal" del autor tiene una explicación: parece que desarrolló la "teoría del iceberg" por la que escribía de forma minimalista, y se enfocaba en los elementos de la superficie, nunca explicando o discutiendo los temas subyacentes. O sea, deja actuar a los personajes y que los lectores lleguen a conclusiones sobre ellos vía sus actos. Esto me hace pensar en la terapia conductista y la cognitiva. Con niños pequeños es la primera la que se usa, porque un crío no tiene el vocabulario ni los complejos conceptos para explicarte qué pasa en su mundo interior. Entiendo que sea una manera de escribir, pero a mí me aburre leerlo.


Luego está la segunda parte que es cuando esta panda se traslada a Pamplona a la semana de "fiesta". Esto me ha gustado más por mis nexos con la ciudad, como he explicado. Hay un capítulo, el XV en el que describe el ambiente, el espíritu que sobrevuela la ciudad en esos días , y es así: "a mediodía del 6 de julio la fiesta explotó. No hay otra manera de describirlo", dice. Es curioso leer a un clásico sobre sitios que conoces bien: el teatro Gayarre, la catedral, el paseo Sarasate (ya me pasó al leer "The end of the affair" de Greene que está basado en mi barrio). Me hace mucha gracia cuando describe a los "giants and dwarfs" (llama "dwarfs" que en inglés es enano, a los cabezudos! pero claro, cómo explicarle a un extranjero lo que son esos seres grotescos, y por qué pegan -en mi época con látigos, luego lo cambiaron a espuma: snowflakes!- a los niños). O cuando describe el riau riau (Vals de Astráin), o el aprender a beber de la bota de vino ("leather wine bottle", lo llama!), o todo el mundo cantando con los brazos sobre los hombros del resto, untando el pan en aceite, la gente que te paga la ronda sin conocerte y luego no dejan que pagues tú, porque eres el extranjero... esa hospitalidad de las fiestas en esa península al sur de la que ahora me siento nostálgica (quizás porque escribo esto un 12 de octubre, recuperándome de la fiebre de doble vacuna que me inocularon ayer y solo he visto a mi familia celebrando por videollamada: besos vetústicos!!).

En esta parte también describe a los toros y las corridas de toros con bastante detalle, y se nota que Hemingway era un "aficionado" : desde luego sabía mucho más que yo, que nunca me ha interesado la "fiesta nacional". Ya desde niña me daba mucha pena ver al toro con la lengua fuera agonizando, incomprensible que todas las explicaciones que da el autor (que habría aprendido de los entendidos, esas que nunca me he molestado en escuchar yo y que por primera vez he tenido que leer- que si se acerca, que si se aleja, que si la zona del toro) del "arte del toreo" justifiquen el sufrimiento de un animal. Al Peda el Naufrago Ro le regaló una antología de crónicas taurinas de Joaquín Vidal porque a ambos les gustaba cómo estaba escrito, aunque no disfrutaran del contenido ("Toro curioso e interesante fue el que hacía segundo. Manso en varas, sacó una encastada nobleza en la muleta con enceladas embestidas al primer cite"). En el caso de Hemingway, igual estas partes tienen algún subrayable más que las conversaciones inanes, pero tampoco es para echar cohetes.

Si vamos a por simbolismos, en esta parte Brett, que es única mujer del grupo, una aristócrata estilosa de la que están todos los del grupo enamorados, "representa el torero y los hombres a su alrededor son los toros", a los que torea a su antojo. Al final, se enamora del torero Romero, que es muy guapo y con mucho duende, pero que enseguida quiere que se deje el pelo largo y sea algo más femenina, así que lo manda a la porra. También rechaza al narrador porque no se le pone dura. Brett es una malota, un espíritu libre que hace lo que quiere, y por ese lado, olé tú, Brett, pero una vez más, como no conocemos la vida interior de los personajes -solo actúan- o como mucho la del narrador, es imposible saber si me iría con ella a los toros.

Nunca me imaginé a Brett como Ava Gardner.
Y el "panuelico" no se lleva así: si parecen modelos de Jean Paul Gaultier!!

El otro día leí una cita de Toni Morrison que me gustó mucho -y con la que voy a terminar-, porque hablada de la conexión que sentimos con algunos autores y no con otros. Yo siempre digo que valoro la calidad literaria de Borges, pero a mí no me llega. No tenía mal recuerdode Hemingway y hay algún divague de frases suyas sobre "el arte de escribir". Igual me ha pasado con esta novela: en principio nada me puede gustar más que un grupo de gente que escribe, desnortada y autodestructiva. Si embargo, tanto rato observándoles beber "en la superficie" me ha llevado a dormirme en parte de su lectura. Al escribir esto me doy cuenta de que tal vez tal vez haya ganado algo ahora- es así: muchas veces escribiendo los divagues me reconcilio parcialmente con una lectura. Ahí va la frase de Morrison sobre la "tinta invisible" que solo reconoce el lector correcto. Yo no soy la lectora correcta de Ernest, o por lo menos en este momento mío vital no he sabido estar en sintonía con su tinta invisible:

“La tinta invisible es lo que subyace bajos las líneas, entre ellas, fuera de ellas, oculta hasta que el lector correcto la descubre. Por lector correcto sugiero que ciertos libros no son para cualquiera. Es posible admirar a Proust pero no sentirse interpelado emocionalmente por él. El lector que está hecho para un libro es el que está en sintonía con su tinta invisible”.