Uno de esos personajes literarios que acaba siendo casi más grande que la novela en la que aparece es Ignatius J. Reilly. Desde que leí “La conjura de los necios”, siempre ha sido un modelo, luz y guía para mí. Los que hayáis leído el libro sabréis que es un gordo vago, que a los 30 aún vive con su madre, y que acaba trabajando vendiendo salchichas en plan carrito ambulante. Los que no lo hayáis leído, tal vez os preguntéis porqué es uno de mis mentores; los que lo conocéis, no. Ignatius es genial.
A veces, cuando una lee un libro, ve una peli, o habla con alguien, recoge una frase que permanece consigo algún tiempo. Otras, ya toda la vida. Como hace tanto que leí el libro y tristemente está en alguna de las Vetustas y no en mi librería (esto tiene pinta de “leído en Uruguay”, pero no), no recuerdo exactamente en qué punto Ignatius dice la frase que ha permanecido, y que uso de vez en cuando, mayormente
cuando no quiero hacer algo. Creo que -corregidme si me equivoco- Ignatius está en su trabajo de vendedor de salchichas con su carrito, le ofrecen un trabajo mejor y él dice algo así como: “Me encantaría, pero justo ahora estoy esperando noticias de un magnate del petróleo que va tras de mi para hacerme una oferta que no podré rechazar”.
Toda esta introducción para empezar mi entrada de hoy, inspirada por Divagueando (tantas gracias), el día de Traductor, traidor. Antes de nada, se confirma: Di está esperando ofertas irrechazables para criticar películas, y también ofertas de magnates del petróleo para criticar temas de cualquier índole. Pero Divagueando nos redondeó la máxima MÁS LIBROS MÁS LIBRES con su MÁS LIBRAS MÁS LIBRES.
Creo que cuando uno lee esa cita por primera vez, es tan joven que sólo tiene libros. Y los libros -como los viajes- ayudan a pensar, a conocer otros puntos de vista, y por ende a ser más libres. Aunque por aquella tierna edad no te lo plantees, el leer todo aquello te prepara para ganar las libras que te darán la única independencia que existe: la económica. Los libros te dan una autonomía que el dinero no puede comprar, y la pasta la libertad de hacer, hasta cierto punto, lo que te da la gana. Por supuesto estoy siempre refiriéndome a una clase privilegiada que ha tenido acceso a la educación, y a divagar. Maslow dejó claro con su pirámide que, como no se hayan cubierto unas necesidades básicas, no se puede uno poner a filosofar. Hay mucha gente que, injustamente, nunca ha leído un libro. No saben leer.
Por otro lado, están los que sí saben, pero deciden otra cosa. Yo creo que las mujeres deben tener independencia económica para poder ser libres totalmente (por supuesto, todo esto también se extiende a los hombres, pero es menos frecuente que un hombre diga, a los 35, tan tranquilamente “he perdido toda mi ambición profesional”. Las mujeres, en 2010, lo dicen, lo hacen, y la sociedad les da palmaditas en la espalda). Ya lo decía Virginia Wolf en 1929 en “Una habitación propia”, un libro que deberíamos leer de rodillas: “una mujer tiene que tener dinero y una habitación propia si quiere escribir”. Dedica el capítulo dos a contestar esta pregunta: “¿Por qué son las mujeres pobres?” Casi 100 años después, y algunas eligen seguirlo siendo.
Más libros Más libras Más libres
Ummm, parcialmente de acuerdo. Es que me vienen a la cabeza muchos de los mangantes que han dado culto al pelotazo en este santo país en los últimos tiempos, y si me centro en el plano más local posible, puedo certificar que algunos de ellos tendrían dificultades para completar la frase "Con diez cañones por .....". Sin embargo han tenido y tienen la hijoputez necesaria para llenarse de LIBRAS hasta las trancas, quiero decir, sin pasar por la fase LIBROS. Su realidad ha sido MENOS LIBROS MÁS LIBRAS, aunque no necesariamente con relación causa-efecto.
ResponderEliminarY perdón ahora por el peloteo, no me suele gustar, pero verdaderamente vamos a tener que empezar a subrayar también frases vuestras: "un libro que deberíamos leer de rodillas", grande.
Y voy parando, que veo más abajo que para validar el comentario me pide que escriba la palabra "osostion", y no sé si voy a ser capaz.
Di, please, stop!!!!
ResponderEliminarTengo una lista enorme de "must read" que va en aumento...
El problema es que no sé cuando podré empezar a tachar...
Escribo desde un rincón de la cocina. ¿Será esta mi habitación propia?
Conozco una persona-¡tenía que ser mujer!- que me escribió sobre un libro que había leído " terminada la última página, lo besé".
ResponderEliminarMe impresionó, la verdad.
Hay libros que te llevan a vivir dos veces.
Magustao tu entrada, sí señora.
Hi Di:
ResponderEliminarVamos a empezar por el final: pues sí, sin libras no hay independencia.
La diferencia está, como dice Divagueando, entre las personas que tienen libras y no son independientes, y las que sí. Me explico.
Aquellas que tienen libras pero que no tienen educación (y libros + viajes son imprescindibles para ello) no son independientes. Son los más vulnerables para la manipulación, sobre todo, de los medios de comunicación (perdón si algún blog-espectador trabaja en ellos). Pero es que los bien llamados "mass media" (esto de masa ¿tendrá que ver algo con la "pasta"?) son actualmente el mayor foco de dependencia e intoxicación.
Han llegado a tal punto que, sabiendo que los libros son fundamentales para la independencia de uno mismo, nos dictan incluso los títulos que debemos leer (valga como ejemplo la manida trilogía Millenium). Saben donde atacar y tratan de arrancar su problema desde la raiz.
Por eso, sitios como este blog, deben de seguir empujando la lectura "no mass media" (ánimo Di)
Mientras tanto, seguiremos buscando las libras pero también la independencia.
Bye
Divagueando,
ResponderEliminarYo no estoy parcial, sino totalmente de acuerdo contigo. Mucho dinero también le quita a alguna gente la libertad. Y lo de los hijoputas, evidentemente. El más libre es el que menos necesita. Ya sabes eso de la relación inversamente proporcional de libertad-seguridad.
Besos
Diva,
ResponderEliminarEl problema es que tienes una cocina demasiado grande, con rincones. Prueba con una "kitchenette" (q se llaman) de 4 metros cuadrados. Son lo más para no estar dentro más de lo necesario.
Besis
Di
Gracias Suso, por la metáfora y por leernos. Y por lo de "mujer tenía que ser" quien dijo algo tan bonito.
ResponderEliminarMuak
Di
Querid@ Old Hippie,
ResponderEliminarTambién de acuerdo contigo. Me alegra muchísimo que te gusten nuestros comentarios/alusiones a ciertos libros. Cuando nos planteamos esto del blog, nunca pensé que fuera a haber semejante conexión, a ser tan apasionante. Hoy, por ej, Suso ha planteado lo de "besar lo libros"; ayer Divagueando aquella metáfora tan gráfica que le tomaré prestada del dedo ya más gordo que el anillo matrimonial (gracias!)... en fín, que yo llevo toda mi vida escribiendo para mí, y que esto debería haber existido antes (momento emotivo).
Gracias y besos.
Di