Tercera entrega de divagues breves visuales. Hoy toca un barrio muy distinto a Mayfair -recuerden, anterior divague sobre Heywood Hill, la librería- llamado Shepherd's Bush. Está en el oeste de la ciudad, yo llegué en bici por el río hasta Hammersmith, donde habíamos quedado con un amigo -que fue mi supervisor cuando aprendiza de bruja- que nos había avisado de que estaban gentrificando su mercado colorista a tal velocidad que enseguida desaparecería: así que vamos, deprisa, seamos viajeras intrépidas, antropólogas urbanas marxistas, sociólogas de barra de pub.
Una vez, hace siglos, hice un divague sobre el mercado de Tooting, en el sur de Londinium y empezaba "el otro día estuve en India y Pakistán haciendo fotos". Intentaré no caer en el mismo cliché con el de Shepherd's Bush (pero es que el otro día volví a Marruecos, a la India) y no caer en montarme el reto de pasar por todos y divagarlo porque hay muchos mercados en esta ciudad que te hacen sentir en otro país (cómo no he podido obviar Brixton market? imperdonable, aunque haya hecho varios divagues porque una época trabajé allí). Aquí abajo unas instantáneas con alguna idea aleatoria...
Me quieren decir que aún hay gente que va y se compra esas telas y se hace la ropa? |
O te las hacen ellas. Lo que me recuerda que en Marruecos vi a hombres costureros: al final de este divague hay evidencia |
No he estado en Dubai, pero seguro que esta otra Dubai existe. |
Cómo puede este anciano venerable pagar un alquiler y las facturas con esta tienda? |
Cómo subsisten estas personas me fascina |
Mi amigo se intentó comprar una de estas, pero afortunadamente no estaba el dependiente. |
Esto es un mundo que se acaba, aunque el kuniadísimo JAL tiene una |
Esta foto compite con el costurero de Meknes. Le pregunté si podía y me dijo: "Why not?" |
La respuesta era, obviamente "porque vas a salir en mi blog", pero solo sonreí y disparé. Los sijs no se puden cortar ningún pelo de su cuerpo, de ahí la barba y lo que tendrá bajo el turbante. Le querría haber dicho que justo tenía en mi mochila "The moonstone" de Wilkie Collins, con tres tipos en portada cuyos turbantes competían en tamanio con el suyo pero, en contraste con él, con cara de pocos amigos. Gracias senior sij.
Al salir del mercado, te das de bruces con el Reino Unido: este tipo de pubs con alojamiento encima aún existen y hasta a mí, que me he metido en cochambres inenarrables, este lugar hoy me daría respeto. Alquilan habitaciones por semanas -que no por horas, razones obvias- y apuesto a que este lugar daría para buenas historias blogueras.
Pero esto es Londinium, y del mercado de Bangladesh y Cockroach-Céntral pasamos a un teatro gentrificado donde te puedes pasar las horas leyendo, hablando con tus amigos o, en nuestro caso, dibujando, porque David es pintor y siempre lleva sus Caran D'ache con él.
Aquí el enlace del "Bush Theatre" |
Para echar la tarde |
... aunque el té no vale nada |
... pero todas las estanterías contienen únicamente obras de teatro |
Una de mis letras favoritas (la X no estaba) |
Y por lo del haiku voy a terminar, con lo siguiente: subí al banio que por cierto, era gender-neutral, cosa que cada vez se ve en más lavabos en esta ciudad. El otro día, en el college de una universidad del SXIV, el Peda y yo entramos por primera vez en el mismo banio, fue curioso. Luego pensé que yo había sido una pionera en esto del gender neutral porque cuando en un concierto o similar había filas enormes para el banio de chicas y los chicos salían y entraban con rapidez, yo me metía en el de chicos. Nunca nadie me dijo nada. Pero divago: al subir al banio había frases épicas pintadas por las escaleras. Vamos, que después de libros, lo que me pido para unas escaleras son estas frases, con las que termino. Nota: se acaba la serie haiku, no se vicien.
Estoy aquí para vivir con volumen alto |
El lugar en el que encajaré no existirá hasta que lo haga yo |
La creatividad requiere CORAJE |
No tenía nación aparte de la imaginación |
Las definiciones pertenecen a los definidores, no a los definidos |
Esto sobre todo lo demás: sé verdad contigo misma |
La Revolución no es una cosa que pasa una vez y ya |
Si obedeces todas las reglas, te pierdes toda la diversión: se acaban los divagues razonables |