13 junio 2020

Quiero el "mechón Mallen" y otras confesiones peluqueras

Afortunadamente yo no he leído nada de Catherine Cookson, ni conocía hasta el hoy el concepto de "Mallen streak", que parece que viene de una de sus trilogías de best-sellers, "The Mallens". Publicadas en 1973-4, narran las peripecias de la atormentada saga de los Mallen, malditos de libro de texto, de esos que no llegan a la vejez, tal vez por el maleficio de la susodicha "Mallen streak", un mechón de pelo blanco. A esta peculiaridad capilar ya en el medievo se la relacionada con la brujería (como las verrugas, u otras marcas de nacimiento), aunque en realidad viene de una condición llamada poliosis, que consiste en la falta de pigmentación (de melanina) es esa zona del pelo. Históricamente y en la cultura popular, esta mecha se ha asociado con El Mal, ahí tenemos a personajes como Cruella de Vile, la novia de Frankenstein, Rogue de X-Men, Lily Munster: todas maravillosas. Para las que amamos a las malas, a las brujas, a las mujeres que no conforman, esto es una invitación. El pelo como arma política. Supongo que todas estas imágenes debían estar en un pasivo de mi memoria pero, al no ponerles nombre, no me había parado a pensar en ello. Pero en las sombras, algo se estaba cocinando.

Ríos de caracteres (ya no se puede decir tinta) han corrido estas semanas de confinamiento sobre el pelo de los mortales. Podría hablar del complot mundial para que el Peda siga con su "castaña a lo Beckham": la compra de la maquineta cortapelo que realizamos por Instagram hará ya dos meses nunca llegó, y en todas las tiendas del Reino Unido están agotadas y sin intención de traer.  Pero ya que hoy en un artículo del Guardian me han introducido a los Mallen y su mechón, lo he tomado como una señal de que no podía seguir ocultando a los divagantes mi situación capilar. Acaso no he contado aquí cuando me corté el flequillo (en lugar de tirarme por el balcón)  tras una peli de la Coixet? (y no ha pasado a ser ese flequillo, ya difunto, un personaje más del divlog)? 

Pero hoy va de color. Desde que comenzó el confinamiento estoy sin teñirme el pelo (sin cortarlo ya 6 meses-hablamos de Diciembre, pero eso es otra historia). Y entonces, hace un par semanas se me ocurre una idea brillante: demos un poco de color a esto.


Entendamos un poco el contexto histórico: para mi provecta edad, no tengo muchas canas, y no empecé a teñirlas hasta hace 3-4 años. Mi problema es que nunca llego al color que querría, y siempre tiende a un rojizo que no. Mi peluquera diagnosticó que "tengo mucho azufre", una manera de llamarme diabólica, que a mí ya me va bien. Yo tengo otras hipótesis, como que puedo tener en mi genotipo algún gen recesivo (que no muestra en fenotipo, para que me entendáis) ya que tengo rubios en mi familia y yo misma de peque tenía el pelo clarito. Eso, o era el revelado: no tiene nadie fotos de la infancia en la que aparecíais pelirrojas? Yo durante un tiempo creí que lo era, hasta que alguien me dijo que era el papel Kodak de la época, todos pelirrojos. No sé.  Ya sin problemas de revelado, el rojizo actual no me gusta.

Como buenas cabronas que son las canas, se centran en zonas frontal y temporal.  Yo me pregunto porqué no se van a tomar por c' todas a occipucio, pero no. Así que un día se me ocurrió una gran idea: si me tiño de rubio un mechón grande en esa parte frontal, esto se mezclará con el pelo blanco, y ya podré olvidarme de esta ridícula esclavitud. Conste que yo aún no tenía a las brujas en mente. 

La situación se presentaba idónea: aún en confinamiento, sin planes de volver al trabajo presencial ni ver a nadie, poco hay que perder por experimentar. Además, si ensayo con un tinte semi-permanente, de esos que se van a los 8 lavados: perfecto. Casting de L'Oreal (porque yo lo valgo) Dulce Miel fue el color elegido, que además, "duraba 28 lavados". Si resultaba un desastre, simplemente me tenía que meter en la ducha unas 6 horas y ya.

Tras una larga espera de 48 horas tras el test de alergia (estaban muy impacientes mis fans, no esperes, no esperes!), el domingo pasado me metí en harina. Normalmente tengo al Peda -siempre obligado- master del color, gruñendo el tío, parece que no lo disfruta. Esta vez: "Peda no creo que te tenga que molestar, porque solo va a ser frontal". Creo que da saltitos por el pasillo. Comienzo sola el proceso.

De entrada, separar esos dos trozos frontales es más complicado de lo que parecía. La mezcla, pese a venderse como "no amoniaco, agradable olor", apesta; solo le gusta a Mini que, en fin, para qué entrar. Es comenzar a aplicar la pasta y puedo mascar el desastre: no he conseguido mantener el límite entre esa clara mecha que tiene Lily Munster y el resto. Me fastidia, pero he de pedir ayuda al Peda, que arrastra sus pies por el pasillo (gruñendo) y que, en el proceso de insertarse los guantes, los rompe gruñendo por la falta de variedad en la talla.  El proceso termina con tinte por casi toda la cabeza, discrepancias sobre cuándo empiezan verdaderamente los 15 minutos y rezando lo que se sepa. 

Tras el lavado y secado solo quedar comparar con la modelo de la caja "Dulce Miel", que viene a ser una sueca estándar, y lo mío: £7 tiradas a la basura. Realmente no se nota nada, aunque mis fans (esas, las desaprensivas que me instaban a saltarme las horas de alergia) intentan animar con conceptos como "sun-kissed" (cuando te da el sol y se te aclara el pelo) y poner otras vendas por el estilo. 

Corolario: si quiero probar este estilo verdaderamente, voy a tener que armarme de valor. Cuando abran las peluquerías, y mi pelo sea ya el de Rapuntzel (podré elegir si abandonar la casa por las escaleras o la ventana por mi trenza), tendré que sentarme ahí y abiertamente pedir una decoloración. Esto ya va a ser traumático porque mi peluquera es psicoanalista y hay siempre que darle una formulación completa de tus razones (recordemos cuánto le costó cortarme una melena sobre el hombro hará un par de años: varias visitas). Si sale mal, tendré el "te lo dije" y ya no servirá el "28 lavados" y "no me va a ver nadie": cuando dé el paso pelu, ya estaré lista para el mundo, que es desconocedor de una verdad solo abierta a los divagantes: soy una malvada del cine clásico, llena de glamour y de dálmatas.

Esto nadie lo sabe, porque en la vida real no conocen a Maléfica. Que os digo: debajo de los cuernos, lleva un mechón de Mallen como una catedral.   

5 comentarios:

  1. madre mía el drama para teñirse, me parto.

    Yo llevo sin cortarme el pelo desde febrero cuando normalmente me lo corto cada mes y medio y el mismo tiempo sin teñirme y ¡tachán! ya sé que te vas a oponer muy fuerte pero he decidido dejarme el pelo blanco que es como lo tengo. Yo lo llevo perfectamente pero alucino con todo el mundo opinando sobre mi pelo. ¡peor que cuando estás embarazada! ¿te lo vas a dejar blanco? ¡estas loca! ¡te vas a echar años encima! ¡vas a parecer viejísima!

    En un par de meses ya estará completada la transición.

    Quiero foto de ese mechón invisible

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  2. Pues yo estoy encantada desde que me dejé las canas, no sólo tenía mi mechón, sino casi toda la cabeza blanca, además me gustan también las malas y para colmo mi apellido principal y con el que firmo es Mallén, eso sí, con acento.
    Un gustazo leerte siempre, aunque no opine, hoy no me he podido resistir.

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  3. No, MO, pero yo por qué voy a estar en contra de que te dejes el pelo blanco? Pero tú crees q lo tienes ya uniformemente blanco si lo dejas? El problema es q mucha gente no, y es esa mezcla q ni fu ni fa lo molesto. Y cómo q peor q cuando embarazada? No lo entiendo, si precisamente con el embarazo el pelo se pone opulento, precioso, pelazo? Claro tú ya tienes pelazo de natural, q se queda donde tú lo dejas...

    Hola ISABEL! Me alegra mucho q comentes, y qué chulo apellido tienes, tengo un amigo q fue pregonero de una pueblo q se llama Mallén. Te veo en la foto y te queda fenomenal el pelo... muy fan! Como lo digo a MO, tendré q esperar pq aún estoy en la fase fea. DE momento, a ver si me lanzo al mechón de tu nombre... pero aquí las pelus aún están cerradas...

    MUchos besos domingueros!

    di

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  4. JAJAJAJAJA

    Aquí otra que perpetra esos menesteres de forma casera (no tengo tiempo ni dinero y nunca me quedo contenta con lo que perpetran los demás) y el secreto está en el "ceniza" (para que no rojee, aunque, bueno, rojear según y cómo...). Yo también he fantaseado con hacer como Moli, pero suelo llevar el pelo mucho más largo y, sobre todo, mi mechón no es tan sexy como el de la Mallen y las demás pictured above sino, más bien, dos mechones estilo Indira Gandhi que, en fin...

    Ay, las servidumbres que nos imponemos...

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  5. Sí, sí, CARMEN, conozco el "ash", pero aún así (la diablura esta muy dentro lol). Lo q me aconsejó la pelu fue un champú para neutralizar... azul!! Era un desastre en la ducha cada vez q lo aplicaba tipo "asesinato de Pitufo".. ya no compré más.

    El mechón Mallen hay q teñírselo, dudo q salga natural a la mayoría :). Lo q llamas Indira Gandhi tb, tras Mrs Amércia, se puede extender a "Betty Friedan".

    Y sí, que rollo las servidumbres, intentando esconder la verdadera edad, q de eso va, supongo. Pero sobre pelo e identidad o no sé cómo llamarlo, yo descubrí lo importante q era el pelo para mí hace unos 3 años q, por un tema, se me empezó a caer mucho. Salía del cepillado al final de lavarme el pelo hecha auténtico polvo.. lo pasé fatal. Menos mal que paró...

    besos lovely

    di

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