El viernes fue un día de emociones encontradas. Por una parte era evidentemente viernes: no solo el día del Friday dance sino que además quedaban brownies de la reunión del jueves por la oficina. Gloriosos, los había hecha la júnior argentina que tenemos de la que no recuerdo haber divagado, pero que ha llenado estos últimos seis meses mi vida de conceptos tan necesarios como el "Dáále", "vos", "rebueno" e historias como cuando oía a sus vecinos en actividades íntimas a todo volumen y ella les increpaba, a través de la pared: "Sehhcúúúúsha, sehhcúúsha". Un día usé una de mis palabras favoritas en argentino con ella y me miró con los ojos fuera de sí: "Este sistema es un kilombo!". Luego en casa consulté la RAE y en su segunda acepción y, quilombo (sí, con q, pero me gusta más con k):
1. m. Arg., Bol., Chile, Par. y Ur. prostíbulo.
2. m. vulg. Arg., Bol., Hond., Par. y Ur. Lío, barullo, gresca, desorden.
3. m. Ven. Andurrial.
Luego le dije: Sabés (soy un camaleón) el otro día? Usé kilombo en acepción 2. Y ella, riéndose "ysha, ysha...". Pero lo que no puedo decir es "coger" no? Y ella venga a reírse, como ruborizada. Mejor no os cuento el día que empezamos a desvariar con el "coger" con el Peda, produciendo frases a cual más despatarrante, hasta llegar al momento histérico-histórico con "si os apretáis, cogemos todos". Y... cómo divago, venga, al lío.
Decía que el día tuvo dos noticias sobre las que os debo poner al día a los divagantes, siquiera por la brasa que os he dado:
Como sabéis los divagantes, una pareja inició trámites legales (una "judicial review" en la High Court, no sé cual sería el equivalente en castellano, llevar el tema al Tribunal Supremo?) para que las parejas heterosexuales pudiéramos tener civil partnerships (ser parejas de hecho), que en este momento solo es posible en este país para los homosexuales. A las 10 de la mañana la jueza daba su veredicto: NO.
Su razonamiento? La Jueza Andrews dijo que "igualmente que el UK no estaba obligado a extender el matrimonio a las parejas homosexuales, no lo está a extender las parejas civiles a los heterosexuales. Negándoles este reconocimiento formal a los heteros, el Estado no interfiere en su derecho a vida familiar o vida privada (...) Este no es un caso en el que dichas parejas no puedan lograr un reconocimiento formal del Estado, con todos los derecho, beneficios y protecciones que emana de ese reconocimiento; pueden obtenerlo casándose. (...) No hay evidencia de que estén sujetos a humillación, tratamiento derogatorio o cualquier otra pérdida de respeto en su vida privada en base a su orientación heterosexual por el hecho de no dejarles obtener el status de pareja de hecho".
De verdad que leer esto me ha dejado muy desilusionada: en serio que es tan difícil de entender por qué hay gente que no nos queremos casar? (jueza lea mi divague). Parece serio que una jueza del Supremo diga "si queréis los mismo derechos, casaros"?
Vamos a seguir luchando. Y yo os lo seguiré contando.
Las cuatro chicas que han remado el Atlántico llegaron el viernes por la tarde, tras 40 días en el océano a Antigua. Todo el día tuve el tracker que las seguía, y de vez en cuando miraba: fue emocionante seguir las últimas millas. Han llegado las segundas, batiendo records y lo que es más importante para mí, dando a conocer a una ONG con objetivos tan chulos como Plan; en este caso su campaña "Because I am a girl", que tiene como foco las oportunidades de las niñas del mundo.
Fue curioso leer algunos comentarios de los lectores de la prensa británica a la noticia: incluso en The Guardian, el periódico liberal de los progres de este país, había gente crítica preguntándose algo sobre lo que los divagantes habíamos ya divagado unos días antes: por qué? Leer la última entrada de blog de una de las chicas me dio que pensar: por una parte, con tierra a la vista estaba el éxtasis de completar un sueño, ver a la familia y amigos, y dormir con el culo seco (recomiendo su blog para entender lo que supone físicamente esta aventura). Pero por otra, ella misma comentaba que le daba miedo volver: una vez que te has acostumbrado a tener una meta tan definida, a vivir tan cerca de otras tres personas, a estar en un continuo subidón de adrenalina, qué te puede pasar en una vida normal de oficina, de 9 a 5? Recuerdo una sensación similar cuando viajamos por Latinoamérica 5 meses: llega un punto en que el viaje ya no es un viaje como cuando te vas dos semanas, sino que llega a ser una manera de vida (y eso que solo estuvimos 5 meses). Con sus ventajas e inconvenientes, con sus camas duras, hoteles ruidosos, compas de viaje irracionales, situaciones emocionantes, cielos estrellados como nunca verás en casa... con todo eso de repente te das cuenta un día que sí, que quieres ver a los tuyos, pero a la vez que no quieres volver. Que quieres hacer del viaje tu vida, y seguir vagando, porque para eso te llamas así...
Lo único que les puedo decir a estas chicas es que, desde mi pequeña experiencia, luego, cuando vuelves, tras un periodo de cierto desconcierto, te das cuenta de que algunos de los viajes más chulos se hacen desde tu sofá...
Enhorabuena Rowlikeagirl!
Fue curioso leer algunos comentarios de los lectores de la prensa británica a la noticia: incluso en The Guardian, el periódico liberal de los progres de este país, había gente crítica preguntándose algo sobre lo que los divagantes habíamos ya divagado unos días antes: por qué? Leer la última entrada de blog de una de las chicas me dio que pensar: por una parte, con tierra a la vista estaba el éxtasis de completar un sueño, ver a la familia y amigos, y dormir con el culo seco (recomiendo su blog para entender lo que supone físicamente esta aventura). Pero por otra, ella misma comentaba que le daba miedo volver: una vez que te has acostumbrado a tener una meta tan definida, a vivir tan cerca de otras tres personas, a estar en un continuo subidón de adrenalina, qué te puede pasar en una vida normal de oficina, de 9 a 5? Recuerdo una sensación similar cuando viajamos por Latinoamérica 5 meses: llega un punto en que el viaje ya no es un viaje como cuando te vas dos semanas, sino que llega a ser una manera de vida (y eso que solo estuvimos 5 meses). Con sus ventajas e inconvenientes, con sus camas duras, hoteles ruidosos, compas de viaje irracionales, situaciones emocionantes, cielos estrellados como nunca verás en casa... con todo eso de repente te das cuenta un día que sí, que quieres ver a los tuyos, pero a la vez que no quieres volver. Que quieres hacer del viaje tu vida, y seguir vagando, porque para eso te llamas así...
Lo único que les puedo decir a estas chicas es que, desde mi pequeña experiencia, luego, cuando vuelves, tras un periodo de cierto desconcierto, te das cuenta de que algunos de los viajes más chulos se hacen desde tu sofá...
Enhorabuena Rowlikeagirl!