11 enero 2016

Elena Ferrante: "La amiga estupenda" (Tuviste una? Entonces, lee)

No había oído hablar de Elena Ferrante hasta, justamente, el 21 de Octubre pasado. Fue NáN en un email que habló de la misteriosa napolitana: Ferrante había recién publicado el cuarto libro de una saga "tremendamente adictiva". Recuerdo el día con claridad porque fue una de esas extrañas jornadas laborales en las que cruzo el río y me aventuro a North Londinium. Para una enamoratta (ya me empieza a poseer el espíritu italiani, cuidado) de la city como yo, es doloroso estar confinada a barrios semi-conflictivos del sur y mayoritariamente "subir al centro" en los findes. Pues no: aquel miércoles crucé la arteria-Támesis para trabajar en la zona cerca de Russel Square (turistas, referencia: British Museum) y acabar en la maravillosa librería Foyles (turistas, referencia: Charing Cross Road, a MUST) donde, nada más entrar, la tetralogía napolitana de Ferrante se apilaba por las esquinas. Pasa como cuando estás embarazada, que de repente comienzas a ver mujeres en cinta por todos los sitios, pues yo empecé a ver a Ferrante en el metro, en los periódicos, en los escaparates a partir de entonces- aunque aún no he conocido a nadie que la haya leído- y hasta he probabo con varios italianos.

Si no hubiera sido una recomendación del pitufito gruñón, he de advertir que habría pasado. Me sonaba un poco a esas novelas escandinavas de hombres que odiaban a las mujeres, y pereza (y no, no las he leído). Pero con NáN compartimos (entre grandes divergencias) una cosa en esto de la literatura , y es que no leemos por desentraniar los entresijos de una historia, sino para otras cosas, de las que ya hemos divagado ampliamente.

Tras muchas dudas sobre si leerla traducida al castellano o al inglés (tema muy doloroso), me decidí por la primera. Cuando pasé por Vetusta en Octubre caí en Cálamo con el Naúfrago Ro, que es cliente habitual, y el librero, ante "la primera de la saga napolitana", tras forcejear un rato con la estantería me entregó un libraco enorme, de tapas blandas pero con toda la entidad de un antipático tapas duras, con una foto en la cubierta espantosa (una mujer en semipelotas), y un título para llorar: "Las deudas del cuerpo". Del precio no digo nada porque es, en comparación con los libros en UK, un atraco a mano armada: más del doble.  Para luego llegar a Londinium y que el recomendante me diga que "ese libro no es el primero, sino el tercero". En serio...

Así que está claro que le di mi portunidad al libro en castellano, pero al final va a ser que no. ?"Storia di chi fugge e di chi resta" y lo traducen "Las deudas del cuerpo"? Por lo menos en inglés han aproximado con un "Those who leave and those who stay". Así que me compro la primera, "L'amica geniale" en idioma bárbaro ("My brilliant friend") y, aunque me desespero también un poco con la portada (es o no horrible?), dejo lo que estaba leyando ("The blind assassin" de Atwood), y me lanzo a la piscina.

"La amiga estupenda" está narrada en primera persona por Lenú, una niña que vive en un barrio obrero de Nápoles. Lenú mira el mundo desde un ángulo en el que siempre, aunque sea en la esquina, aparece otra niña, su amiga Lila. Y desde el principio de la novela hay un hecho evidente que creo ningún lector podrá negar: su atmósfera te envuelve. Literalmente, te sientes en la caótica, calurosa, incandescente Italia del sur de los anios 50. Es imposible escapar, y es, para mí, uno de los grandes aciertos de la novela.

Yo estuve en Nápoles en 2001 con Fashion. Hicimos un viaje medio iniciático medio enloquecido por la zona, y ahora me ha ayudado a situar y encajar las piezas de este Ferrante. Sentir la posibilidad nada remota de caer por un precipio con el autobus en cualquiera de aquellas carreteras de la Costiera Amalfitana. Comer pizza en una playa por la noche alrededor de una hoguera con chicos llamados "Gianfranco" que te prometían amor eterno. Soportar la bronca del siglo de un revisor de tren porque el billete no estaba debidamente "validatto". Ser pitadas por tíos desde sus Chincues, donde viajaban con sus novias. Jugarte la vida para cruzar cualquier calle de Nápoles ante el aluvión de Lambrettas. Recibir un balonazo en la cabeza en un paseo por la playa y que nadie venga a comprobar si estás bien. Comprar limones con forma de jabón, o tal vez al revés. Ser la capitana de un barco turístico, con gorro y todo, porque la tripulación quería ligar.  Encontrarnos con delfines que saltan alrededor de nuestro barco, y el marinero de turno revelarnos que eso quería decir que somoss "afortunattis". Todo eso y mucho más (qué pena no haber tenido blog) fueron aquellas vacaciones.

Pero además, yo fui niña en la penínisula inmediatamente a la izquierda de Italia unas décadas más tarde, en los 70, y adolescente en los 80. Y esto ha sido, supongo, una de las razones por las que todo lo que contaba la novela me sonaba Verdad. Entera, la narración de Lenú me había pasado, o le había ocurrido a alguien, o lo había leído o visto en una peli. Todo menos dramático que en Ferrante, pero casi cualquiera de más de 40 en Espania puede ver como una posibilidad -porque pasaba en la generación de sus padres-, que un hermano se enganche con un companiero de clase porque ha mirado "suciamente" a su hermana. Los anglosajones tal vez lo vean como un exceso literario.

"Nubosidad variable"es una novela de Carmen Martín Gaite de 1992 que leí hace mucho y que me causó una gran impresión. Rebusco en mis carpetas amarillas y encuentro que escribí lo que viene siendo un divague de hoy en día en un docu de word, y además allí pegué dos emails que envié a dos personas a tenor del libro. Una de ellas era mi mejor amiga de toda la vida, con la que no estoy en contacto desde hace unos diez años. Sin acritud, sin malos rollos ahora ("Cuando te explicas cosas a posteriori, exprimes toda clase de razones, pero luego solo te bebes el zumo de las que te parecen menos amargas): simplemente al crecer nos convertimos en extrañas ("Crecer es empezar a separarse de los demás, claro, reconocer esa distancia y aceptarla"). En aquel email que pegué al final de mi "divague-en-word", yo le hablaba de esta novela epistolar entre dos amigas que en un punto pierden la relación, pasado mucho tiempo se re-encuentran, y entonces se empiezan a escribir cartas en las que se cuentan la vida. En mi email, yo iba a saco y le decía a mi entonces amiga que durante la lectura estaba identificándonos con ellas: no en "lo externo" de lo que han hecho en su vida, sino en sus pensamientos y emociones, su manera de estar viviendo sus vidas. Ambas tenemos aspectos de las dos: una es racional, política, inestable en las relaciones. Otra es soñadora, individualista, que usa la literatura ("Y ella les daba alas a las palabras, porque era su amiga, y ser amigo de alguien es desearle que vuele") para evadirse de un matrimonio gris ("Hay amores de novela y amores para casarse "). Formalmente, Martín Gaite escribe tan bien que hay tramos de pura poesía a la vez que reflexiones sobre la vida y sus senderos:



"En el fondo, no se ama, ni se habla, ni se escribe para convencer a nadie de nada, sino para convencerse uno a sí mismo de que sigue en forma y aún puede permitirse acrobacias que pongan a prueba el cuerpo, la mente, y sobre todo la relación acompasada entre uno y otra" (p.139)



"…cómo se van sucediendo los humores en los alambiques de mi alma" (p.140)



"… porque la voz es lo que tiene, que te puede emborrachar aunque esté embotellada, hacerte perder la brújula…" (p.180)


"Dónde voy a meter las imágenes fragmentarias y descabelladas, pero aún rebullendo, de este hombre que ahora ya no se inmuta ni sobresalta al verme, dónde las meto, di, qué voy a hacer con ellas, de la misma manera que cuando un objeto valioso se ha roto en mil pedazos, no sabes si guardarlos ni tirarlos, y en tu perplejidad anida sobre todo el descubrimiento de que hasta aquel instante no te habías dado cuenta de lo valioso que era". (p. 307)

 
"De todos los pozos se puede salir cuando se enciende la curiosidad por saber lo que estará pasando fuera mientras uno se hunde". (p.369)



"Ya tenemos un huerto regado a medias y sólo nuestro: el de la añoranza. No me lo descuides". (p.332)

Este inciso de "Nubosidad" ha sido divagar en toda la extensión de la palabra, pero es que la novela de Ferrante me ha recordado mucho a la de Martín Gaite, y eso que solo cubre la infancia y adolescencia de las dos amigas.  Cualquiera que haya tenido una relación tan íntima, de quererse tanto-a la vez que se compite fieramente- con una amiga o amigo, no podrá pasar de puntillas por ninguno de los dos libros. Ambos escuecen.

Para terminar y por fin centrándonos en Ferrante (al final, es el libro que nos ocupa!), hay por supuesto muchos otros temas aparte de la amistad, y por algo en el New Yorker la han calificado de "Bildungsroman", o novela de formación: los personajes van creciendo ante los ojos del lector que puede intuír lo que debe ser la tarea de un psiquiatra al intentar formular aquello de la personalidad. Los dos personajes tienen tambien paralelismos con los de Martín Gaite porque una de ellas narra la historia, y sospecho que en las sucesivas entregas va a representar el  amor por la literatura. Con las dos amigas asistimos a la injusticia dentro de la injusticia: porque ya se lleva mal que en aquel barrio marginal la gente malviva y no tengan prácticamente oportunidades, pero además entre las dos amigas una tiene la posibilidad de seguir estudiando (sus padres, sin pasión, la dejan seguir), mientras que la "amiga genial", descrita como una de esas niñas superdotadas que aprende a leer sola, ha de dejar la escuela y ponerse a trabajar en el negocio familiar, donde para colmo se le impide innovar. Todo ello entre los opresivos límites de su barrio: en pleno Nápoles y estas dos niñas no han visto el mar.

El mar en la terrible pero representativa portada hacia el que una novia camina, seguida de tres terroríficas pajes, que resumen en una imagen la vida de aquella gente. Y la grandeza de Ferrante consiste en meternos Nápoles en vena: atroz, colorista, tradicional, sofocante, pasional, almodovariana, audaz, ruidosa, mafiosa, enloquecida: así era esta ciudad cuando crecen en ella Lenú y Lila en los años 50. Y lo seguía siendo en 2001, doy fe. 


57 comentarios:

  1. Gracias por la reseña y por todo lo demás. Creo tener la de Martín Gaite, y me interesaré por las otras, claro.

    ResponderEliminar
  2. Interesante, Di. Tomo nota de L'amica geniale. Gracias. No obstante, si cae en mis manos forraré el libro para que no me tilden de moñas.

    De Elena Ferrante sólo sabía de la hipótesis plausible de que quien se esconde bajo ese pseudónimo lo hace para evitar que lo breen y emplumen por de sus, a cada cual peor, portadas.

    Porque esas niñas en séquito… ¡¿Qué niñas?!

    He aumentado la foto, y tras frotarme el cogote para apaciguar el repelús, sólo veo a tres añosas pajesas jibarizadas, clonadas y escocidamente vestidas, que, al unísono y pelín al trote, se apresuran hacia el mar con la enloquecida determinación que, según cuenta la leyenda, arrebata a los lemmings de cuando en cuando.

    ¡Vaya cague que da el emperifollado trío!

    En cuanto a las amistades, las hay con pasado, presente y futuro. Pero también las hay que apenas se actualizan (ni falta que hace) con cosas nuevas sino, y mucho, acrecentando las historias que, cuanto más tiempo haga mejor, se vivieron en común. ¿No tenéis también amistades así?

    Son como un club que no aceptara nuevos socios (por evitar darles el coñazo inmisericordemente) y donde todas las conversaciones giran en torno a bromas privadas y pasadas, intransferibles.

    Allí, las anécdotas se van paulatinamente perlando más y más, perfeccionándose, literaturizándose o desliterarizándose; se caracterizan más vivamente a los personajes; se economizan los diálogos; se incorporan nuevas y mejores circunstancias y se eliminan otras viejas y peores; se hermosea el ritmo de la narración y los silencios; se pule la gesticulación… Y vuelve a brotar la risa entre la compañía como ocurrió hace un año, o tres, o diez. Porque, ¿cuándo fue la última vez que nos vimos? Ay, tenemos que repetir esto más a menudo…

    A mí, como el nostálgico profesional y aprendiz de guasón que soy, esas particulares sobremesas, o veladas, me gustan mucho. Apenas, ya digo, hay novedades (si acaso un ¿Cómo, que ya no bebes nada? ¿Pero nada-nada?). Pero me gustan mucho.

    Y, al final, con emoción nos abrazamos y decimos que hasta la próxima y que sea en breve. Pero vete tú a saber cuándo será, si es.

    ResponderEliminar
  3. Hola darlings, uno breve q me toca currar tonite: JOSELUIS, ya nos cuentas qué te han parecido cuanod los leas, y a ver si encuentras una foto en tu archivo q refleje el "feeling napolitano"...

    LUX, mi cruz con esos amigos q comentas es mayor, pq en nuestro caso el "cuentacuentos residente" es mi ex-tío, Tiovin. Esto quiere decir q a Tiovin se le ve como poco una vez al año, además de llamadas telefónicas, emails y hoy en día whatsapp. Es verdaderamente terrible- Tiovin lee el blog pero sus nulas habilidades técnicas le impiden comentar, así q puedo decir lo q quiera (un día se suscribió por error, y le van llegando los divagues por email, al pobre). Total q Tiovin se remonta al pasado TAN pasado, q a veces es cuando yo no había nacido, y eran anécdotas de cuanod era novio con mi tía, hermana de mi madre. Algún día dedicaré un divague a la historia de "La Abeja Maya". Esta es un historia q contó hace mucho, me hizo tanta gracia, pero luego si se le pide q la cuente... la cuenta mal!!!! Se le ha olvidado todos los pasos.... patético.

    Ahora me voy a twitter a saludar a @HonkyMiss que ha escrito un tuit superbonito sobre este divague. Gracias Miss Honky, eres lovely!

    Muxus y hugs

    di

    ResponderEliminar
  4. Nubosidad variable me encanto. Además se da la anecdota de que es el unico libro junto con El amor en los tiempos de colera que lo aportamos mai guaif y yo como privativo al matrimonio y allí que está en la libreria estupendamente repetido y subrayado de nuestra etapa prematrimonial cada ejemplar por cada uno de nosotros.

    PS-. pero amigo Ro que libros le recomiendas a esta zagala??? que luego nos pone a los vetustianos a caer de un burro. ;)

    ResponderEliminar
  5. ¡Lo encontré!

    La pregunta de la periodista, Miriam Krule, es contestada por Sandra Ozzola, responsable del diseño (?) de los libros de la Ferrante:

    M. K. How did you choose the image for the first book [L'amica geniale], in which you depict one of the final scenes—Lila’s wedding?

    S. O. From the time of our first conversation with Elena Ferrante about her intention to write this novel, we knew the book’s title and that it would be the story of a long friendship between women—and that it would conclude with a scene of a very vulgar Neapolitan wedding. The wedding and Elena’s impression of it ... is an extremely important moment in the book. That’s why I intentionally searched for a photo that was “kitsch”.

    Kitsch… Bien, no cabe duda de que Ozzola consigue lo que se propone.

    ResponderEliminar
  6. Oh, TXELOS y yo coincidimos en un libro! Y subrayáis libros!!! Cómo no hemos hablado de esto antes?

    LUX, vale, yo entiendo lo de kitch.. pero TANTO? NO sé, un kitch así colorista, tipo Almodóvar.. pero este duele. Las ninias-viejas son fatal, pero ... el mar ese con piedrones de fondo?

    muxus

    di

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Di, los piedrones, el mar, incluso la pareja yo la dejaba. ¡Pero el trío conspirador cuchicheando a ver a quién matan primero de un ramillazo! Uf…

      Eliminar
  7. La astenia se está apoderando de nosotros. ¡¿Dónde está casi todo el mundo?!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada uno en su casa, creo, con su carácter.

      Eliminar
    2. Ay, de verdad :). Resaca postnavideña.

      Eliminar
    3. ¿José Luis, Ire, pensáis que la participación en las Redes responde a ciclos o se pliega a alguna ley? Me refiero, no ya a que por estar cargado de trabajo o de compromisos de cualquier índole (incluyo los atracones navideños, Ire, y lo bien que, tranquilito y en silencio, se está en casa de uno, José Luis) se deje circunstancialmente de comentar o publicar, sino a que, al margen de lo anterior, las personas, a rachas, alternan sentirse inspiradas con no saber qué decir.

      Y segunda pregunta: ¿Llega indefectiblemente un momento en el que la falta de inspiración se instala o vence el desinterés?

      Os lo pregunto porque de siempre me han llamado la atención, en cualquier actividad humana, los vaivenes. Y ahora estoy con éste, con las Redes o como se diga lo que aquí hacemos.

      Eliminar
    4. Por preguntarlo de otra manera, ¿También aquí a la euforia le sigue apatía, o a la manía cambiar de manía? ¿La Red es una forma de desahogo?

      Bueno, lo dejo que me estoy poniendo latoso.

      Eliminar
    5. Respecto a los ciclos de participación en las redes, o su ausencia, Lux, no sé qué decir.En mi entorno veo casos de todo, y normalmente actúan en las redes de la misma manera que en los demás aspectos. Si son constantes en las demás cosas, lo son a la hora de publicar o comentar. Pero no tengo más datos fiables que yo mismo. Y los de los blogs que sigo o comento.

      Eliminar
    6. Te confesaré, José Luis, que yo aquí actúo de forma muy distinta. Para mí esto es, no sé si con mucho fundamento, como una recreación de la intimidad. Aquí, como en la intimidad, te puedes dejar ir, ser expansivo, desinhibido, cariñoso, jaleoso, bromista, gamberro… En la vida que llamamos “real” hay que comedirse. Y en lo laboral ni te cuento. No es hipocresía (espero), es, como en el ajedrez: táctica y estrategia.

      Eliminar
    7. Probablemente, Lux, tenga que ver, también, con el uso de seudónimos o nicks, que pueden actuar como máscaras. Más o menos soy igual en la vida real que en la virtual. Aunque pensándolo mejor mi blog es también una máscara, es mi afición. Como muchos, no hablo casi nunca de lo que sé sino de mis aficiones. A medio plazo, dos o tres meses, mi desinterés suele llegar de no saber apenas nada de los demás, anteriormente preguntabas por eso, por el desinterés. Pero cada cual es cada cual, claro.

      Un abrazo

      Eliminar
  8. No sabes qué shock, como para despertarse de la modorra de los restos de polvorones y turrones. Una novela en español!. Por fin!.

    ResponderEliminar
  9. Jo lux, yo es que no he leído nada de Ferrante ni de Martín Gaite...y...empecé un comentario sobre amistades congeladas y me dió tanta pena que decidí no ponerlo.

    Me tiene preocupada NáN. ¿Se habrá echado al monte él solito con un trabuco y sus crocs?
    En todo caso, por si os falta inspiración, os recuerdo que nos encantan los cumpleaños y... !mañana es el mío! (el mejor día del año después de Navidad)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. C. S., si están bien congeladas (vamos, crionizadas), la cosa se reanima en un pispás así haya pasado una vida. Ésa es mi experiencia.

      Eliminar
    2. Felicidades, C.S., seguro que pasas un buen día.

      Eliminar
  10. Ay, Sí, Cesita. Obligaciones me han tenido lejos de esto, pero aquí estoy.

    Me gusta que las tías me den la razón en lo de que solo muy infrecuentemente encuentro una voz que me exprese cómo son las tías por dentro (en el cerebro, que es donde está todo). Para mí, las tías son marcianos (y no exagero, pero creo que nos pasa a casi todos los varoncitos). Y con esta novela, como dice DI, tuve desde el principio una sensación de Verdad y Realidad. Caí agradecido desde las primeras páginas. Es una historia áspera y muchas veces dura, como lo es Nápoles (según me cuentan, leo o veo), y como fue la Italia anterior a la pérdida de su Norte. Y la historia que cuenta (solo he leído el primero) es impecable: un mundo que desconocía me lo abre.

    El asunto de las portadas y las traducciones de los títulos es exclusivo de los Editores: ahí los escritores no tienen nada que decir. Y ya que han aguantado que la que se esconde en el alias de Elena Ferrante no participe de ninguna fiesta que impulse la compra del libro, tampoco se puede meter la autora en el bodrio que hacen los editores... ¡Con la cantidad de maravillosas fotos de Nápoles y jóvenes napolitanas de la época que hay!

    Leí una carta de Ferrante a sus editores, cuando al sacar el primer libro le preguntaron si, a pesar de lo acordado, estaría dispuesta a ayudar en la promoción, para que la novela fuera más conocida (y comprada). Respondió (cito de memoria, así que no es exacta): "He hecho lo máximo que se puede hacer por esta historia: la he escrito".

    Reconozco que le regalé los dos primeros tomos a La Compa, que comenzó a salivar esperando la publicación de los dos siguientes, y que me resistí a sus intentos de que la leyera, pero... snob que soy, cuando con la publicación de la traducción del cuarto volumen me enteré de que Martin Amis y, ¡sobre todo!, mi adorada Zaddie Smith estaban salivando a la espera del días de la semana en que se publicara, mi suerte estaba echada.

    Tengo ganas de terminar unas cuantas cosas para meterme en el segundo tomo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mientras tanto, haz un hueco para un post que tienes dedicado en los capuchinos. El Sr. Snoid se lamenta de que ya no le amas...

      Eliminar
    2. jooo, si de verdad es que he pasado unos días de no-parar. Vi que había nuevo post y me dije "mañana lo veo".

      Eliminar
    3. Yo hablo poco porque me acaban de despedir después de 28 años en una empresa y me mindunguean la liquidación (¿hay crisis, qué crisis?). Así que les he metido una denuncia que pa qué las prisas.
      ...
      Dicho esto y dado que mañana es el cumple de C.S., propongo regalarle un cuento.
      Una sola condición, debe decirnos qué es lo que más le gusta de todo lo que le gusta, pero de verdad verdadera.
      ...
      La vida sigue.

      Eliminar
    4. Joooder, Driver, vaya mierda. Y encima, estás en la misma empresa desde 1988, ¿y te tratan de engañar con la liquidación? Hay mucho miserable suelto por el mundo.

      Un abrazo fuerte. Y ya celebraremos antes de que lo tengas tu próximo trabajo (por Malasaña, claro).

      Eliminar
    5. Querido Driver, menuda escabechina, especialmente cruel, la que sufre tu gremio en estos tiempos. Conozco a decenas (algunos amigos muy queridos) de los tuyos que en estos años se han ido al paro. Pero no conozco a ninguno, ¡ a ninguno!, que haya permanecido mucho tiempo desempleado. La situación es dificilísima, lo sé. Pero vosotros estáis muy preparados, sois muy versátiles, currantes, decididos y sin remilgos. Sois de lo mejor. Y tú, lo mejor de lo mejor, porque además tienes sobradamente dos dimensiones que, sin ofender, no abundan en tu gremio: creatividad y sensibilidad.

      Un fuerte abrazo. Y, por favor, mantennos al corriente.

      Eliminar
  11. ¡Qué horror, Driver! Creo que ahora mísmo lo que más me gustaría es que les ganaras a esos HdP. ¿Puedes hacerme un cuento en el que los machaco? (Vestida de latex y con cinco kilos menos por favor, porque después de las vacaciones en casa de mi madre estoy a dos kilos de que me proteja Greenpeace)

    ResponderEliminar
  12. Bien, de acuerdo C.S.,tú lo has querido.
    Veamos.
    Tenemos a una mujer.
    Está cabreada, muy cabreada.
    Va vestida de látex y como tiene un tipo espectacular, Greenpeace no la protege.
    Se protege ella solita.
    No le hace falta ni un caballero andante, ni un héroe, ni un Principe Azul ni Colorao.
    Pertenece al tipo de persona que se sabe proteger a sí misma.
    ¿Que tal?
    ¿Te va gustando la idea?

    ResponderEliminar
  13. MIs darlings! Que os pensaréis q os tengo abandonados, pero no: son los trabajos forzados, de nuevo.

    DRIVER, me uno a la desolación general... qué asco, de verdad... no sé qué aocnsejarte, aparte de q luches hasta el final. Lo siento mucho, espero q todo se solucione, y q encuentres algo si eso e slo q quieres o te plantees otras cosas. Cabrones.

    Lo del cuento de cesuchi genial... los metemos en el siguiente divague.

    muxus

    di

    ResponderEliminar
  14. Bueno, hos es el día de felicitar a Cesuchi, una amiga estupenda.

    (Hace 39 años, en el día de hoy, nevaba a modo en Madrid, dejando la ciudad blanca).

    ResponderEliminar
  15. Bueno, abordemos varios asuntos:

    Lo más importante: felicidades Cesuchi!. Quiero tarta!.
    Nán, ya, que hoy hace 39 años te ocurrió algo que recuerdas por un motivo muy importante. Quiero tarta.

    Ciclos de participación: Yo veo la participación en internet (en conjunto) regida por algún fractal. En particular, me encanta pero en ocasiones me agota. Estaba en fase agotmiento.

    Español-Castellano: cómo llamamos al niño?. A mi castellano no me gusta nada.

    Qué más, ah, que me he cargado a Bowie...me enamoré de él al cantar la canción de Life on Mars. Me ha durado el amor un mes. Qué hombre más elegante hasta en la despedida. Amo a Bowie.

    Muchos besos y mi parte de las correspondientes tartas, amigos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "Castellanos" es el nombre de unos zapatos para pijos. "español" se refiere a la nacionalidad. En cuanto a la lengua, "español" y "castellano" son los dos adjetivos válidos.

      Tout va bien, ma petite?

      Eliminar
    2. Eres un sol.
      Muy bien, gracias, Nán. Es como la calma después de una especie de pesadilla en la que la salud del crío, y la mía propia, se estrellaban contínuamente contra las mismas rocas. La calma da tiempo para reflexionar y hacer balance, y entonces viene una dulce melancolía que es donde estoy ahora, y espero que no por mucho tiempo :).

      Eliminar
    3. No sabía nada de eso, querida Ire. ¿Estáis recuperados del todo?

      La melancolía, que tiene tan mala fama, ¿no es a veces, como vienes a decir, un disfrute de que las cosas vuelvan a ser normales, un estar sosegado y contemplativo, un reponerse sin plazos ni urgencias? Yo, por eso, no tendría prisa en salir de ella. Que sea lo que sea.

      Ah, y aunque sea meter bulla y buscarme temibles enemigos como tú o NáN: yo prefiero Castellano (al menos hasta que se cambie nuestra Constitución, o, por otro lado, Mas u otros en otros rincones se salgan con la suya -cosa que me importa un bledo-).

      Eliminar
    4. 1978, oposiciones a profesor de lengua y literatura españolas de IES. Pregunta: "Español o castellano para nuestra lengua: ¿alguno de estos términos es erróneo?". Quien eligió uno de los dos términos vio su respuesta como errónea, con lo que eso significaba en unas oposiciones. Tras las protestas, intervinieron catedráticos de universidad y la RAE, que afirmaron en bloque que eliminar uno de los términos era un error.

      Ahí es ná, Luxy.

      Eliminar
    5. Pero eso cambió, NáN. O eso creo. En ese mismo año al que te refieres, 1978, se promulgó la Constitución vigente, la cual, para diferenciar el castellano de las otras lenguas españolas, dice así en su artículo tercero:

      «El castellano es la lengua española oficial del Estado. (...) Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas».

      Por otra parte, en 2005, el Diccionario panhispánico de dudas, la Real Academia Española y la Asociación de la Lengua Española sentenciaron:

      «En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco».

      No obstante, te confesaré que yo no lo tengo claro. Por eso digo que prefiero castellano a español, no que tenga que ser así.

      Eliminar
    6. Lux, lo que cuento no es nada reciente, es la historia del crío, un defecto de nacimiento y tres operaciones fracasadas, 4 en 4 años, la fase 1 está superada, el niño está bien. La fase dos incluye unos preciosos brackets, más mono que va a estar...Yo, durante todos estos años he tenido problemas de todos los colores, incluyendo la penúltima esta navidad que por fin me dicen que son síncopes vasovagales y no otra cosa, oye pues un alivio, pero vaya faena...
      Así que asumiendo muchas cosas que han pasado en 7 años recién hechos que tiene el crío.

      Eliminar
    7. Españolano...yo me siento muy torpe con la palabra castellano. Es que me suena a lo que escribía Cervantes.
      Me cuesta entender como algo tan localizado en el centro de la península mi acento y mis palabras locales andaluces. Supongo que tambien como hija de emigrantes, aquello que hablábamos nosotros en familia y nadie más,que me decían que era el idioma de España, se me queda estrecho si lo llamo castellano.

      Pero son razones subjetivas. Cada uno tiene las suyas. Lo que me provoca rechazo y enrocarme es usar español/a para insultarme. Por otro lado me suena mal decir español y danés, estoy de acuerdo con la academia.

      Supongo que es una discusiñon sin conclusiones claras, salvo que los argumentos usados para decir que es erróneo en cualquier caso llamar a este dioma español son totalmente interesados.

      Eliminar
    8. Es curioso que nuestros antiguos tuvieran las cosas tan claras y nosotros tan turbias. La primera gramática que se hizo en Las Españas fue la de Nebrija (Juan de Valdés le llamaba "El Lebrixa"), titulada "Gramática de la lengua castellana" (1492: año rico en acontecimientos bizarros); el primer diccionario, el Covarrubias. es de 1616 y lleva como título "Tesoro de la lengua castellana o española". Yo creo -pero es sólo una intuición- que toda la confusión y el desastre comenzaron con la creación de la RAE, ese disparate francés y neoclásico que en la actualidad subvenciona La Caixa y que incluye entre sus miembros a Javier Marías, el ídolo de Lux. De cualquier forma, yo prefiero lo de "castellano", siquiera por poder decir "No se expresa bien en la castellana lengua" en vez de "No tiene ni pajolera idea de español"...

      Eliminar
    9. Pero, Snoid de mis entrebobinas, sin discutirte tus gustos en la elección del nombre del idioma -que no es mi intención-, debo recordarte que el siglo de oro de la lengua española fue..eso, jastamente. Cuando con tanta habilidad como ingenio manejaban los retruécanos y giros de las todas las posibilidades que este idioma que nos legaron ofrece...ya lo llamaban español, y la española lengua cobijaba ya la expresión que te gusta usar, así como la equivalente cambiando castellana por española.
      No caigamos en lo de desnudar al español de sus finuras, no es necesario desnudar a un santo para vestir al otro en este caso (español o castellano).

      Eliminar
    10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    11. Lo llames como lo llames, la gente entiende perfectamente las dos palabras. Si se entiende lo que se dice, ¿Qué problema hay? Sin embargo la mayoría de los hablantes dicen "castellano". En ultramar llaman castellano hasta la asignatura del cole. "¿Cuándo es el examen de castellano"? Preguntan los escolares y no "¿Cuándo es el examen de lengua"? como decimos por aquí. Y ellos ¡Son muchísimos más!

      Eliminar
    12. Para mis hijas que estudian en un idioma que se habla en España pero que no es el español/castellano, la discusión es inexistente. El español es castellano como en ultramar, porque españolas son varias lenguas, el castellano entre ellas.

      Eliminar
    13. Creo que la cosa se resume estupendamente aquí.

      Eliminar
    14. Yo creo, NáN, que no cuajasteis porque os sobraba energía. ¿No suelen ser los bajos y los baterías los más contenidos en los grupos? Os salíais del pellejo. ¡Como si os estuviese viendo!

      Eliminar
    15. Por cierto, el otro día una hija me pidió que le explicara qué es el sintagma. Es fácil, le dije. Pues bien, fui incapaz. El sintagma es la esencia, es, digamos, todo... ¡Pero qué cerca está (en boca de algunos como yo) la nada del todo!

      Eliminar
    16. A los hijos preguntones hay que espantarlos cuando todavía se está a tiempo. Yo, al mío, le habría dicho: "es el nombre de una plaza de Aytenas donde se hacen muchas manifestaciones", y habría seguido leyendo el Marca mientras me fumaba un farias.

      Eliminar
    17. ¡Yo me sé la respuesta, Profe! Un sintagma era una unidad militar de los griegos. Había un tío que era el jefe y otros que asistían al jefe con distintas funciones: unos llevaban lanzas, otros arcos, otros espadas, otros tiraban piedras...Había sintagmas de muchas clases: de caballería, de infantería, de infantería de marina...Los lingüístas, por aquello de la epicidad, le han dado ese nombre a los grupos de palabras que tienen una palabra-jefe: el núcleo. En mis tiempos un sintagma tenía que tener varias palabras. Pero ahora hay sintagmas de una sola palabra. Debe ser por la influencia de Rambo en los que hacen los manuales de lengua...

      Eliminar
    18. Hola darlings, quería anotar mi visión del castellano espanis y sobre todo, darle un abrazonte a IRE. Cuidate mucho y al peque ni lo digo. Si podmeos ayudar en algo, ya sabes... silbame.

      Sobre el idioma, yo siempre digo castellano, o tengo razones científicas como los Doctores del Divlog (por cierto, os acordáis cuando alguien me desmonto filológicamente el decir MédicA, abogadA etc? ddónde estará eso!Lux lo sabrá...). Decía, a mí catalanes me han dicho q es tan fácil decir catalá-castellá, ese par por ej. Pero, sin embargo, en inglés se dice SPANISH.. Tb existe castillian, pero rara vez se usa. Dicen q no es correcto llamarlo castellano "pq allí se orginó" pq el italinao se originó en nosequé zona de italia y no se le llama "toscano" (o donde sea).

      Muxus y hugs

      di

      Eliminar
    19. NáN, ¡y justo eso hice!, sólo que aliñando el Farias, entre carajillo y carajillo, con un pelotazo triple de sol y sombra.

      Soy, ay, un llanero solitario de una época épica y de raza que se me va quedando atrás. Ahora, en lugar de buscarse la vida matando o muriendo si es menester, los mocosos preguntan y preguntan, y vuelven a preguntar… ¡Un capón y a estudiar, hombreya, nenazas!


      C. S., me ha gustado mucho tu explicación (¿me la puedo quedar?), pero ¿sintagmas de una sola palabra? Made in China, fijo. Lo que no se ahorren allí…


      Di, el otro día estuve almorzando con una joven titulada en una ingeniería, y se dio lo siguiente (y no es broma):

      —Dime, ¿tú prefieres la ingeniera o la ingeniero?

      —¿Cómo?—me contestó extrañada por la pregunta.

      —Nada, nada…

      Está claro, en lingüística y en todo, por donde van los nuevos tiempos.

      Eliminar
  16. Ire, mucha fuerza. No es fácil sobrellevar las dificultades de nuestros chiquitos. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un beso para ti Marisa, muchas gracias. Aúpa!.

      Eliminar
  17. Cuando hablabas de lo de tu hijo, Ire, no entendía lo que le pasaba, pero no te preguntaba porque suponía que dabas la información hasta donde la querías dar. Ahora que has dicho síncope vagovasal, añades que el diagnóstico te lo han dado ahora. ¡No puedo entender que hasta ahora no hubieran pensado en ello, porque lo que tenía eran síncopes y en internet hay muchas referencias a esa condición referidas a pediatría. En fin, hasta que me fracturé la tercera vértebra no se les ocurrió hacerme una prueba de osteoporosis. "Es que en los hombres no es tan frecuente". "Pero, ¿es TAN infrecuente?". "Tampoco". "¿Y me han tenido tanto tiempo sin ver si era eso, hasta la tercera fractura?".

    Cosas que pasan. Lo bueno, por lo que he leído, es que los casos pediátricos tienden a remitir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Nán. Lo que cuentas es tremendo, siento que hayas pasado por esto.
      No debí explicarme bien, sin embargo. Durante años estuve batallando por el peque, sí, pero también con mi propia salud. Sin saber lo que era, he descrito docenas de veces que en determinadas ocasiones pierdo todas las fuerzas cuando estoy enferma. Esto no me pasaba antes de tener al crío. Siempre me miraron con mucha condescendencia, que si cansancio, que si ahora tienes más tarea...por mucho que les dijera que no era normal no hacían caso. Hasta que un día vomitando, me desmayé del todo, perdí el conocimiento del todo y me quedé en blanco del todo, y me podría haber ido al hoyo también porque estaba sola. Entonces fui y les dije que eran síncopes,con esa palabrita. Afortunadamente no tienen que ver con el corazón. Un síncope vasovagal es lo mejor que puedes tener si sufres de síncopes, y además los médicos lo encuentran muy gracioso. Pero yo, que soy la que se desmaya, no.

      Eliminar
    2. ¡Vaya, eras tú la vasovagálica! Lo que tiene el leer a toda mecha.

      Hace unos diez años, estaba metiendo la maleta en el coche junto a la terraza de un hotel playero. Ya había tenido la primera fractura y el esfuerzo me produjo una punzada en la espalda. Bien por el dolor, o por miedo a otra fractura, empecé a sentirme mal y, con bastante inestabilidad, me acerqué a una butaca y me senté. Ahí terminó la película, con un fundido a negro. "Se fue la luz", recuerdo que fue mi último pensamiento. Poco después, algo me molestó y volví en mí. Eran unas manos (luego supe que de un médico) toqueteándome el brazo (debían estar sudadas y sentí asco) y diciendo "se ha muerto". Me rebelé, abrí los ojos y dije "Deje de tocarme". Me dijo, el médico, que había tenido una parada cardio-respiratoria de dos o tres minutos. El vómito vino poco después, en la ambulancia que me llevó a un hospital.

      No me ha vuelto a pasar, pero sé, como sabes tú muy bien (y por lo visto más veces) que es algo realmente desagradable.

      Así que eso de que cuando dejas de latir y de respirar ves luces maravillosas al final de un túnel... tururú. Es más bien como el final de una peli de Woody Allen: ¡fundido a negro!

      Eliminar
    3. Ay, Nán, eso es muy duro, hace poco le pasó a un amigo y menos mal que estaba en un hospital. Eso también es lo que yo temía en mi caso, que tuviera que ver con el corazón, pero no, a mi me ha tocado la versión light ;).

      A mi un médico me dijo literalmente "sí, es muy gracioso". Imagínate la rabia que pude sentir.
      "Igual te puedes sentir impresionada y que te de, por ejemplo con la sangre". Y eso me da mucha más rabia, mucha mucha más. Aparte de lo que he visto y hecho en mi carrera, por ayudar a mi hijo me revisé todo tipo de webs y he visto lo que puede hacer una trisomía de las jodidas con la cabeza de un feto, entre otras muchas cosas muy desagradables. No me gusta la sangre, pero no me impresiona. Que me hayan tomado por una cuentista tontita e hipocondriaca durante años, sin darme una atención correcta, mientras yo estaba pasando las de Caín sí que me impresiona, pero para cabrearme.

      Eliminar
    4. Nunca había oído del síncope vasovagal, Ire.

      Leo que lo sufren «entre el 30 y 50% de los españoles a lo largo de su vida». Pero eso me parece una barbaridad, pues de ser así habría oído de ese síncope.

      Lo mejor de los diagnósticos ciertos es que despejan temores infundados (que son incontables y los peores) y centran lo que hay que centrar.

      Ánimo, Ire, estoy seguro que tras el diagnóstico, y tras el calvario de no saber de verdad qué te ocurría, te lo tomarás de la mejor manera.

      NáN, sin duda aquellas manos sudaban. Por eso, me compadezco de ti en aquella apurada situación, pero también del inexperto y nervioso médico que te sentenció: «Se ha muerto» ¡Algo tenía que decir aquel hombre después de tantos años de estudio! Agradécele (si me permites, por favor, la broma) que al abrir tú los ojos él tuviese la decencia de no empezase a gritar ¡Milagro, milagro!

      Eliminar
    5. Ja, ja, cómo me he reído con lo de milagro :), lo de Lux. Porque recobrar la conciencia oyendo "se ha muerto" es algo horrible en el momento, aunque después se metabilice con humor.

      Lo que yo tengo que metabolizar, en ello estoy, es la cantidad de tiempo perdido que llevo detrás. He ido al médico innumerables veces...pero como hasta esta navidad no me había pasado lo de perder la conciencia, mi descripción era la de perder las fuerzas con todos los síntomas asociados que no son nada agradables. Fianlmente después de desmayarme como Dios y la literatura médica manda, fui yo la que fue al médico a decirle "es un síncope", hasta entonces he recibido de todo, incredulidad, condescendencia, desprecio expresado con claridad, fastidio...de todo. Eso, y lo de "es muy gracioso" es lo que estoy digeriendo.

      Eliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.