Ayer dediqué un párrafo, al divagar sobre "La tejedora de coronas" de nuevo al tema de cómo nos describen los hombres en la literatura. Hace unas semanas, dejé un divague completo a tenor del debate Ana Ozores, Ana Karenina, Emma Bovary, et al.
Hoy, releyendo una vieja crónica sobre uno de los ensayos que más me ha influído, "Una habitación propia" de Virginia woolf, me encuentro con esto. Qué día mejor que hoy para colgarlo.
"women have burnt like beacons in all the works of all the poets from the beginning of time—Clytemnestra, Antigone, Cleopatra, Lady Macbeth, Phedre, Cressida, Rosalind, Desdemona, the Duchess of Malfi, among the dramatists; then among the prose writers: Millamant, Clarissa, Becky Sharp, Anna Karenina, Emma Bovary, Madame de Guermantes—the names flock to mind, nor do they recall women ‘lacking in personality and character.’ Indeed, if woman had no existence save in the fiction written by men, one would imagine her a person of the utmost importance; very various; heroic and mean; splendid and sordid; infinitely beautiful and hideous in the extreme; as great as a man, some think even greater.[5] But this is woman in fiction. In fact, as Professor Trevelyan points out, she was locked up, beaten and flung about the room. (p.50)
Imaginatively she is of the highest importance; practically she is completely insignificant. She pervades poetry from cover to cover; she is all but absent from history. She dominates the lives of kings and conquerors in fiction; in fact she was the slave of any boy whose parents forced a ring upon her finger. Some of the most inspired words, some of the most profound thoughts in literature fall from her lips; in real life she could hardly read, could scarcely spell, and was the property of her husband". (p.51)
Estoy vago para buscar dónde lo dije, pero estos dos trocitos me vienen al pelo para reincidir.
ResponderEliminarEn esas obras escritas por hombres (es una lástima que no las tengamos escritas por mujeres, pero eso forma parte del mismo encadenamiento) se presenta una gran verdad.
Toda mujer de otros tiempos educada (y leída) para la sensibilidad, para ser "esa" supermujer que es un faro de luz y que llena los libros de poemas desde la cubierta hasta la contracubierta, encuentra un tremendo shock cuando pasa a ser propiedad de su marido. Que evidentemente, todos conocemos la realidad, no la trata como a esa joya en la que ella se convirtió para ese él de ensueño que se convirtió en un él de carne y hueso.
De ahí, y no creo tanto del alejamiento de los escritores hombres, que hayan sido presentadas como confusas, casi locas, poco atractivas como personajes. Fue el precio que pagaron por caer en la trampa: nadie les dijo que tenían que ser así solo para encontrar un buen marido.
Aprovecho, porque creo que os va a resultar tan interesante como aquí, recomendaros esto de El País de hoy. Estas mujeres del siglo XXI, rodeadas de Hamas y después, de los invasores, no corren el peligro de esa disociación ensueño-realidad de nuestras antepasadas decimonónicas:
blogueras de Gaza
Y es que pobre Virginia Woolf...una mujer nacida y crecida en época victoriana donde solo encontró frustación a su anhelo de desarrollo personal e intelectual...
ResponderEliminarMujeres sacrificadas a los designios establecidos e impuestos de una época en que las mujeres siempre estaban al servicio de los hombres (en la realidad y en la novela), aunque tuvieran talentos de chapó.
Nán, me ha encantado el reportaje de blogeras en Gaza; merece mucho la pena leerlo.
Un beso para ambos
Feliz día internacional de la mujer trabajadora.
Gracias NAN... no sé, no lo tengo tan claro... sigo insistiendo en q las mujeres victorianas descritas por mujeres me parecen más fáciles par ala identificación... no todas eran pánfilas, adúlteras, beatas, o medio psicópatas. Gracia spor el enlca del país, os pongo uno del Guardian:
ResponderEliminarhttp://www.guardian.co.uk/world/series/top-100-women
AUnuqe hoy nos hemos desayunado en al radio con la noticia de q los tories (digo el gobierno de coalición) iba a favorecer, en su reforma de las pensiones a las mujeres q se queden en casa para cuidar de sus ninios... bueno, son tories, de que me quejo? ah! sí! de q les voten las mujeres!
NO, mañana hablo mas de la Woolf, a la q adoro.
besos tardíos...
Hace algún tiempo le pasé a mi enana este post tuyo. Le encantó y le sirvió de inspiración para un trabajo del isti sobre genética y ambiente. Se decantó sobre el concepto de creatividad. Te transcribo un párrafo del trabajo por el que te debe ¡un 10!
ResponderEliminar"La creatividad es una característica de nuestra especie, el homo sapiens: una facultad innata del ser humano. Galton, en la segunda mitad del siglo XIX, creía que la creatividad o genialidad estaba vinculada a la genética; más tarde, a principios del XX, Ribot anunciaba que la creatividad era universal, que se encontraba en todas las personas, y que gracias a ella los seres humanos pueden asociar diversas informaciones y, a partir de estas asociaciones crear nuevas ideas. En parte, esto implica que el desarrollo de la creatividad depende del ambiente: si una persona nace con la facultad de crear, debe aprender a desarrollar esa facultad y a hacer uso de ella. De ahí la importancia de la educación, la familia y el entorno para el desarrollo de esa capacidad. Podría objetarse que la educación –como mera instrucción: aprendizaje de datos- no fomenta la creatividad, pero, ¿y si no hubiera ni siquiera educación, en tanto que instrucción?
Es posible que haya un gen de la creatividad. Pero no hay duda de que hay que despertarlo y alentarlo. Y esto solo se consigue con un ambiente adecuado. Sin duda, hemos oído y leído miles de historias acerca de artistas, escritores y científicos que tuvieron que superar miles de dificultades. Y muy probablemente es cierto. Pero me gustaría reflexionar sobre la importancia del ambiente en un caso especial: el de la mujer. Una vez leí un cuento de Virginia Woolf llamado La hermana de Shakespeare, en el que se narraba que si Shakespeare hubiera tenido una hermana tan brillante como él (Shakespeare tuvo cuatro hermanas), ella jamás hubiera podido acudir a las clases en la escuela primaria de su pueblo, no habría podido aprender la escasa gramática, latín e historia que aprendió su hermano (ambos hijos de un carnicero), y, por supuesto, sus padres jamás habrían permitido a la chica irse a Londres “a triunfar”. Durante siglos, y salvo excepciones –que las hay, naturalmente- el ambiente ha sido determinante para buena parte de la humanidad, estuviera o no “bien dotada” genéticamente. Y ello sigue siendo determinante hoy en día en muchos lugares."