Aprovecho cualquier oportunidad para ponerme feminista y sacar mi espada flamígera (qué imagen fálica, diría algún ridículo), así que lo de la celebración del 100 aniversario del día de la mujer trabajaodra es sólo una excusa. Pero como de este tema ya he divagado y divagado (me acabo de leer particularmente los comentarios de los divagantes de la época de hace exactamente un año, en Londinium sufragista, y me he reído un buen rato), creo que lo mejor va a ser compartir unos trocitos de uno de los libros que más me influyó en su día. Un libro, que ya he dicho alguna vez, habría que leer de rodillas. Ayer incluí un punto, hoy va algo más.
Se trata de "A room of one's own" ("Una habitación propia") de Virginia Woolf, que comienza con una frase tan legendaria y potente como ésta:
“A woman must have money and a room of her own if she is to write" (p.4)
Es uno de esos libros sobre los que escribí crónica cuando lo leí hace años, y releyéndola, me quedo con que fue uno de esos ensayos formativos en los cuales la autora acaba siendo una "soul mate", una de esas hermanas mayores que he tenido a través de los libros. Ojalá fuera cierto aquello de "somos lo que leemos": en este caso nada me gustaría más que ser la habitación propia de esta británica que sufría de trastorno bipolar, como muchos otros artistas, y que se asfixiaba en el barrio de Richmond, soñando con pasear por la Strand, en el puro centro de Londinium. Por aquella época había leído yo también a Helen Fisher ("El primer sexo"), la antropóloga americana que me dejó con la sensación de anuncio de higiene femenina: "qué chulo es ser mujer!". Nada que ver con la Woolf, que considero feminismo de nivel.
Dos de las mejores cosas de Virginia Woolf es una, que no te mastica las cosas, y además rehúsa a darte respuestas. Plantea las preguntas, y te enseña el sendero por el que ella ha caminado. La segunda es muy británica: defiende que un escritor o conferenciante nunca se debe dejar llevar por sentimientos arrebatados, porque esto marcará demasiado al texto formalmente, y acabará siendo un panfleto.
“the first duty of a lecturer to hand you after an hour’s discourse a nugget of pure truth to wrap up between the pages of your notebooks and keep on the mantelpiece for ever (…)At any rate, when a subject is highly controversial—and any question about sex is that—one cannot hope to tell the truth. One can only show how one came to hold whatever opinion one does hold. One can only give one’s audience the chance of drawing their own conclusions as they observe the limitations, the prejudices, the idiosyncrasies of the speaker.”
El título del ensayo hace referencia al énfasis de Woolf sobre que “una escritora necesita una habitación propia para poder escribir”. La habitación, algo concreto, es también una metáfora de la independencia puede ser extrapolada a cualquier cosa que quieras hacer en tu vida. Necesitas independencia económica para mantener tu habitación. Woolf confiesa no estar enfadada con el género masculino, precisamente porque ella la tiene, ya que su tía le dejó una asignación anual de por vida.
"I need not hate any man; he cannot hurt me. I need not flatter any man; he has nothing to give me. So imperceptibly I found myself adopting a new attitude towards the other half of the human race. It was absurd to blame any class or any sex, as a whole. Great bodies of people are never responsible for what they do. They are driven by instincts which are not within their control". (p.44)
"Indeed my aunt’s legacy unveiled the sky to me, and substituted for the large and imposing figure of a gentleman, which Milton recommended for my perpetual adoration, a view of the open sky". (p.45)
Y no olvida que necesitamos tener las necesidades básicas cubiertas para poder producir cualquier versión del arte. Por ello son sólo una élite, como a la que ella pertenece, los que pueden permitirse el lujo de pensar y escribir “of the urbanity, the geniality, the dignity which are the offspring of luxury and privacy and space.” (p.27). Pero ser mujer casada y ser rica no equivale a libertad para ella: se era la propiedad del marido. Las mujeres, para Woolf, siempre han sido pobres: qué hicieron nuestras abuelas? Por que no empezó la lucha mucho antes?
“What had our mothers been doing then that they had no wealth to leave us? Powdering their noses? Looking in at shop windows? Flaunting in the sun at Monte Carlo? (…) If only Mrs Seton and her mother and her mother before her had learnt the great art of making money and had left their money, like their fathers and their grandfathers before them, to found fellowships and lectureships and prizes and scholarships appropriated to the use of their own sex, we might have dined very tolerably up here alone off a bird and a bottle of wine; we might have looked forward without undue confidence to a pleasant and honourable lifetime spent in the shelter of one of the liberally endowed professions. We might have been exploring or writing; mooning about the venerable places of the earth; sitting contemplative on the steps of the Parthenon, or going at ten to an office and coming home comfortably at half–past four to write a little poetry. Only, if Mrs Seton and her like had gone into business at the age of fifteen, there would have been—that was the snag in the argument—no Mary” (p.24)
Virginia Woolf no tuvo hijos, como no los tuvieron Simone de Beavouir o las hermanas Bronte, Jane Austen o George Elliott. Rinde su respeto a todas las mujeres que, a lo largo de la historia, han tenido y criado hijos, algunas muriendo en el camino. Sin embargo, opina que para la libertad de las mujeres por la que lucha, hay que reducir el numero de vástagos: 2 ó 3, no más.
“For, to endow a college would necessitate the suppression of families altogether. Making a fortune and bearing thirteen children—no human being could stand it. Consider the facts, we said. First there are nine months before the baby is born. Then the baby is born. Then there are three or four months spent in feeding the baby. After the baby is fed there are certainly five years spent in playing with the baby. You cannot, it seems, let children run about the streets. People who have seen them running wild in Russia say that the sight is not a pleasant one. People say, too, that human nature takes its shape in the years between one and five. If Mrs Seton, I said, had been making money, what sort of memories would you have had of games and quarrels? What would you have known of Scotland, and its fine air and cakes and all the rest of it? (p.25)
Este libro fue publicado en 1929, hay ideas que fueron revolucionarias en la época y, por lo que veo a mi alreador, muchas aún lo son. Me quedo para terminar con una frase que no aplica necesariamente sólo a las mujeres, sino a cualquiera que elige una vida… que para mi no es vida. Vive con menos, disfruta más de lo que vale poco.
“reflect upon the kind of glory celebrated there. Or watch in the spring sunshine the stockbroker and the great barrister going indoors to make money and more money and more money when it is a fact that five hundred pounds a year will keep one alive in the sunshine (p.45)”
Hoy aparecerá el escalón 14. Solo la casualidad ha hecho que aparezca ese esta semana (en realidad, la casualidad de que a Verónica le haya salido su ilustración antes que la de otros).
ResponderEliminarNo sé a qué hora lo subirá. Lo que sé es que tiene mucho que ver con el tema. Aunque ya sé que dices que las casualidades no existen (yo no insisto en ello, pero lo creo).
VW es muy clara al trazar la relación entre tener el dinero y tener el poder en la propia familia: esto vale tanto para los que ganaban 10.000 libras al año como para los que ganaban 75.
Fue clarividente al respecto, dando la clave del sometimiento de la mujer en su entorno. También me parece magnífico el último párrafo que pones: cómo, una vez cubiertas las necesidades y los lujos de dedicarse a uno mismo su tiempo necesario, toda ganancia de más conlleva una manera de pérdida de la libertad.
NAN, lo de las casualidades, ahora q no nos oye nadie, es una coña sabatiana.. lo repito tanto pq se ha incrustado en nuestro lenguaje dle día a día con esa referencia... pero aqui tal vez el mundo piense q yo creo ene l destino y esas cosas. Que, de alguna manera, creo.. dificil es luchar con malos gene sy mal ambiente, pero tambiéne existen esperanzadores volantazos (ayer leía aquel artículo q enlacé del Guardian, y había varias mujeres-negras en su mayoría- q venían de la más absoluta miseria y mira), para mí heroicos.
ResponderEliminarMándame el enlace de Vernica plis.
Me alegra q compartas mi pasión por Virginia (tb novelas, Mrs dalloway, por ej, buf...).
muxus
El enlace lo pongo en mi blog, con su ilustración, y hay que ir al suyo (mediante el enlace) para poder ver juntos su ilustración y mi texto).
ResponderEliminarMe dijo que lo subiría hoy pero no lo ha hecho. Supongo que cuando vuelva a casa del trabajo.
Estaré por aquí una media hora más, porque luego me voy a la fisioterapia en piscina. Una especie de Pilón de Lourdes donde unos cuantos carcamales hacemos graciosos ejercicios. Así que en ese caso le sumaríamos 3 horas más.
Ser anti gobierno del psoe y que te guste Mourinho es incompatible.
ResponderEliminarSi a Mourinho le va bien, se muestra humilde y sereno aceptando todo el baboseo, peloteo y ensalzamiento de la prensa mundial. Pero si en algún momento le va mal, empieza a esparcir cebos para que nos entretengamos y pase desapercibido su fracaso.
Como queda claro, la estrategia es milimétricamente clavada a la del psoe, por lo que no vale que uno te guste y el otro no.
Espera... creo que me he confundido de blog, ¿puede ser?
Para nada, Ababol. Es DI la que se equivocó de tema.
ResponderEliminar