Domingo, 2 de Agosto de 2020
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Aseguro que los cielos no estaban tan negros... |
Cuando me desperté, el olor del cottage todavía estaba allí. Como toda residencia de campo que se precie, el cottage tiene una chimenea, y al entrar por la noche nos dio un tortazo ese medio-rancio olor a leña quemada hace unos meses, aunque con los días, nos acostumbramos (salvo Mini, la finolis). La habitación es de techo inclinado, y bajo las vigas de la parte baja, donde dejamos las maletas, nos hemos pegado en la cabeza por lo menos diariamente (el hombre es el único animal que tropieza etc). En la habitación de enfrente está Mini y en medio hay lo que Wicks llamó "el baño más pequeño del mundo" que, vamos, yo los he visto menores, pero lo que este tiene de particular es que la bañera está bajo una viga de parte baja, luego la ducha está colgada a la altura de la pierna. Ducharse como enamorado antiguo, rodilla al suelo, no comporta dificultad para mí. El Peda sin embargo se ducha abajo, en un baño enorme, desangelado, con bañera gigante en una esquina, ducha en otra, y luego, la parte más importante, el lavabo que debería tener todos sus armarios y repisas para poner lo importante, minúsculo! Eso lo concibió un tío, seguro. En la planta baja también hay otro dormitorio que no usamos, y la cocina comedor que comunica con el salón. Evaluación del cottage: aceptable dada nuestra situación de reservadores-tardíos, pero lejos de ser uno de esos "con encanto". Aunque tal vez Wicks considere que la magia se la da los muchos patos en cuadros y pintados en pared-nuestro cottage se llama "mallard" (pato real).
La gente de mi edad (o más joven, véase Fashion), cuyo hobbie encuentro es la restauración, me pregunta "qué hemos comido". Por dónde empezar: si ya se sabe que no comemos bien en ningún sitio, no va a ser el UK donde sí. Obviamente el covid ha sido un gran apoyo para intentar detener la manía de los restaurantes de mis compas, que como el divagante sabe es algo que no trabajo lo más mínimo (aparte de un buen frutti di mari si puede ser en el Ypokampos-tengo que anotar esto porque hay divagantas que saben demasiado). Los tíos aún así se las han arreglado para hacerme parar en pubs con mesas al aire libre (con comida sobada por personal con estatus infeccioso desconocido) durante el día, pero por la noche he conseguido cenar en el cottage. Un triunfo, pero "no ha sido fácil llegar hasta aquí", que diría el emérito. Para las interesadas, solo una nota: desayuno a base de yogur con granola (clásico vacacional griego, snif), aquí con el añadido de fresas, frambuesas y moras y... sí, sandía!!! Hemos encontrado sandía que es una de las alegrías del verano, incluso de este.
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Aquí a la derecha se capta el chaparrón |
Este primer día seguimos las instrucciones de Wicks de tirar hacia los páramos por una pequeña carretera, que es encantadora, con vacas, ovejas, grandes cilindros atados de paja y mucho verde. Soy muy brasas con los colores (recordemos el azul de Lefkás), y en este viaje va a ser el verde, que se sale. Es un verde salvaje, que hace palidecer el de los parques de Londinium, e incluso se nota mucha diferencia con Lincolnshire cuando días después volvemos. Siempre recuerdo el contraste del verde de Inglaterra con el de Francia en el viaje en Eurostar: aquí lo mismo (qué será Escocia!). Obviamente, ese verde se paga, muy caro, y lo constataremos en unas horas sobre nuestros huesos, o el divagante puede verlo -llover en presente continuo- en la instantánea de la derecha.
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Verde |
Ese tramo que recorreremos muchas veces estos días comienza con praderas como las de arriba, continúa abruptamente con un bosque escandinavo de abetos, para pasar (o era antes?) a una zona saturada de helechos gigantes y, de repente (y esta foto lo refleja), otro cambio brusco: nos damos con los páramos. Se trata este de un paisaje extraño, lunar, teñido de un violeta magnífico que son las florecillas del brezo (heather, en inglés) que lo baña todo. Es imposible no ver a jóvenes vestidas de época, con un libro bajo el brazo, caminando en contra del viento. Aunque esta no sea exactamente la Yorkshire de las Bronte (su casa natal está más abajo, cerca de Bradford), yo no puedo imaginar mejor lugar para la casa de Rochester o la de Heathcliff. Simplemente ese es el lugar.
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Bosque de abetos |
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Bosque y ya abruptamente, el páramo |
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Páramo |
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Páramo con su poético árbol solitario |
Un poco hacia el este, al salir de los páramos, está Whitby. Todo el mundo sabe que en Whitby es donde se encalla el Demeter, el barco que traía a Drácula (y toda su tierra) desde Transilvania. Por esa razón había sido esta ciudad un mito para mí desde que llegué a este país y a los pocos meses leí la novela. Ya no recuerdo si he contado en el blog el miedo que pasé con ella, en particular una noche que tuve que ir a certificar una defunción. Ahí estaba yo, veintipocos, sola, en la noche, corriendo por una pradera y por los pasillos larguísimos desiertos del hospital. Unos pocos años más tarde y hace exactamente 19, el Peda y yo visitamos Whitby y me enamoré de todo: la parte de puerto con sus casitas de pescadores, las callejuelas con tiendas de helados y "fish & chips", la escalinata de 199 peldaños que lleva a la iglesia de St Mary rodeada de lápidas torcidas comidas por el musgo (la más antigua que encontramos de 1743), y a la abadía fantasmagórica que no me extraña inspirase a Stoker. Cuenta la leyenda que fue allí Bram para buscar destino vacacional en 1890 y parece que se quedó colgado de la cantidad de murciélagos sobrevolando la iglesia de St Mary:
'For a moment or two I could see nothing, as the shadow of a cloud obscured St. Mary's Church. (...) Then as the cloud passed I could see the ruins of the Abbey coming into view; and as the edge of a narrow band of light as sharp as a sword-cut moved along, the church and churchyard became gradually visible... It seemed to me as though something dark stood behind the seat where the white figure shone, and bent over it. What it was, whether man or beast, I could not tell.'
Pero todo esto, sin embargo, no lo vemos este día. Al llegar subimos directamente a la abadía (que se ve desde muy lejos, es ella misma el esqueleto de ese barco varado) y la primera sorpresa es que hay un aparcamiento de pago y una fila para entrar. Yo no recordaba nada de esto, sino simplemente llegar allí y perderte entre los muros, pero tal vez la memoria me engaña. No nos hemos enterado de la "nueva normalidad", pero tras esperar dos minutos se me ocurre ir a preguntar y claro, hay que sacar la entrada antes y aunque llevamos el coche al taller (corazón semi-encogido subiendo hasta la abadía, Mr Renno), aquí no hemos llegado y no llevamos entradas. Así que, ante la mirada crítica de todos los ingleses (salirse de una fila, ser echados de una fila) nos vamos caminando por detrás hacia St Mary's. Se ve la Abbey perfectamente, solo hay un muro de piedras y aquí está la foto.
Sin embargo, oh destino! El cielo truculento no estaba de atrezzo para nosotros; de repente, muestra su mala cara: descarga la del pulpo, como si no hubiera mañana. Al principio nos miramos como si no pudiera ser, y seguimos andando. Cuando ya estamos calados y no tiene pinta de parar, vuelta a Wolfy y salvar lo que se pueda, que es poco, porque obviamente no llevamos ropa de cambio (hoy, ya a partir de mañana sí, listas). El Peda dice su clásico: "mira lo positivo, por lo menos no estamos de camping". Los calcetines son escurridos y puestos a secar, como era de esperar en el salpicadero del coche. Todo esto ha sido para que las divagantas no echasen de menos el clásico "tender en el coche", que este año no iba a ocurrir por estar fijos en el mismo lugar. Nada más abandonar, para de llover. Radical.
Seguimos por la costa hacia el sur. Brilla el sol. Yo les voy contando a mis compas una historia truculenta y genial: en 2013, tras unas -otras- lluvias torrenciales, se empezó a desplomar el acantilado donde está la Iglesia de St. Mary. Como está rodeada de uno de los mejores cementerios de iglesia que he visto (nota: nuestro récord de tumba antigua, año 1743), los pobres vecinos que viven abajo del acantilado empezaron a ver cómo caían huesos del camposanto: tibias, pelvis, algún cráneo...(siento el enlace al infame DailyHell pero las mejores imágenes están aquí).
Entretanto hemos llegado a otros acantilados en el campo donde hacemos unas fotos y constatamos otra realidad vacacional de este país, que la teníamos tal vez en negación: los "parques de caravanas". No hemos visto tantas caravanas en la vida. Ya se sabe que este es el verano de la caravana, del "van life", pero es que hasta descubrimos que por detrás de Wicks había un prado con caravanas. Lo que había aquí eran otra cosa: unos hórreos metálicos verdes de unos pocos metros cuadrados, todos idénticos. El Peda repite una variación de su clásico: "menos mal que no accedí a camping ni caravana".
Siguiendo por la costa llegamos a uno de esos pueblos costeros atmosféricos, Robin Hood Bay. Hay que anotar que los sitios de mar de esta isla se dividen en dos grupos: los monísimos, como el que describo, o el resto, todo máquinas tragaperras y feriados. Existe el concepto "arcade", que es un pasadizo de los demonios lleno de "entretenimiento" y que es lo que me espantó a mí de Brighton, por ejemplo. Pero los pueblos de mar bonitos, tienen muchísimo encanto. En el caso de Yorkshire, como es todo acantilado, las casitas van cayendo en escalera desde el borde de la montaña hasta el puertecito, o la pequeñísima playa. Los cottages son aquí como para fotografiarlos todos, con sus ventanas con travesaños o cuadraditos (en inglés, muntin), sus flores por todos los sitios, colgando de las calles empinadas. Lo mejor de estos pueblos, para mí, ha sido que no están tan forzados en ser monos como otros que he visto por ahí, por ejemplo en las Cíclades. Como suelo decir, "cuando veas galería de arte, huye", porque la gentrificación ya se ha pasado de rosca. Aquí, aunque haya tiendas cuqui, me parecieron menos forzadas.
Aparcamos al lado de una iglesia y, voilá, la calefacción de Wolfy ha obrado el milagro y ya podemos ponernos los calcetines. Comenzamos a bajar por las calles y descubrimos un fish and chips que sirven para llevar. Mis compas por supuesto se apuntan y piden uno bacalao, otra eglefino (qué sera eso, en inglés haddock) y yo solo patatas fritas. Se lo ponen en una bolsa y bajamos a la playa a comerlo. Por supuesto, otra ansiedad me acecha y son las gaviotas: no por nada hay signos de tráfico que no dicen "ceda el paso a las gaviotas" sino "PELIGRO, GAVIOTAS". Sus graznidos son incesantes, esto haría difícil mi vida aquí, pese a las beldades antes descritas. En esas preocupaciones estoy cuando, a nanosegundo de sentarnos en una especie de espigón, completamente sin avisar, nos cae el segundo diluvio universal. Todo el mundo desaparece (o portan paraguas) y nosotros nos resguardamos en un repecho de un café. El panorama es desolador: no para. Yo propongo volver al coche y comer allí las viandas (así mato dos gaviotas de un tiro) , pero esto es una democracia y el Peda "no lo quiere comer frío" y Mini siempre quiere comer "cuanto antes", así que abren las cajitas y se ponen a comer. Mayor tristeza de comida nunca se vió, sobre todo para ellos, que pensaban que con su pedido de pez venían las patatas y no, solo viene el bacalao y el eglefino (me sigue fascinando esta palabra)! ja! pero no se llama "fish AND chips"? Pues así es el trepidante mundo de hoy, si nos pides chips, miau, y los tíos se dedican a robarme mis patatas. Cuando terminamos el proceso, para de llover. Y ya podemos volver al coche, mojados como pollos, haciendo fotos del precioso pueblo, tras la lluvia.
Ni que decir tiene que, de nuevo en ruta, hay que escurrir una vez más los calcetines, salpicadero, calefacción, para gozo del tandem Rius-Mo. Nuestro siguiente destino, más al sur, es Scarborough, una ciudad ya de cierto calado, donde murió Anne Bronte y donde está enterrada (cosa que desconocía y cuando me lo dijo Rius ya fue tarde). Paramos cerca del castillo (de nuevo, en acantilado) y Mini hace la adolescente pasando de bajarse del coche. El Peda y yo hacemos unas fotos, hay unos malos bebiendo en el parquecillo, sale hasta el arcoiris (lo que no hace pestañear a Mini). En la parte de abajo de la ciudad hay una playa con casetas de colores que se alquilan por temporada, y más adelante la espantosa sección "arcadas" y feriados, donde Mini, haciendo un ejercicio de regresión de la teen de hace un rato a mocosa de 6, quiere subir. No, Mini, no subirás en el trenecito del amor porque covid. Qué rollo de vacaciones, no hacemos nada, opina. Antes de salir, pasamos por el "Gran Hotel" (en una casa allí vivió Bronte) que puedo imaginar que, por dentro, es todo menos "gran". me conozco estos establecimientos ingleses donde "tradicional" significa "run-down, stale", rancio con moquetas rojas con manchas.
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"Gran" hotel |
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Sección "arcades" de Scarborough |
Hablando de rancio, ya hay que volver al cottage, cerrando el triángulo que hemos comenzado en este día lleno de acción por la mañana. No puedo decir "pronto por la mañana" porque, recordemos, somos los Pedalistas y la media de salir del cottage ha sido las 11 am. Cottage donde- olvidé contar la atracción que nos espera.
Resulta que Wicks, cuando se montó esto de los establos reconvertidos, no se le ocurrió otra fantasía que dedicar una zona a lo que llamó "leisure suite". Se trata de un pequeño pabellón que a saber que fue en su día (cuadras de vacas? parideras de ovejas?) donde el tío se montó una piscina, una sauna (cerrada por motivos covid) y un jacuzzi. Wicks es un hombre detallista y muy limpio y me dijo en aquella conversación a las 10 pm que "se había gastado £4,000 en químicos" (lo atestiguamos, a Mini el jacuzzi le pica) así que este pabellón me da seguridad. Por tanto, todas las noches, agotados tras el maltrato diario, nos hemos pegado unas sesiones ahí solos como pepes.
Con una gran sonrisa en medio de las burbujas, planeando el día de mañana en el que me llevaré unas capas impermeables amarillas que debieron estar muertas de risa en el cottage todo el día. Y extra calcetines.
Oye, que lo de las gaviotas asusta, no me sorprende que pongan el aviso. En cuanto a lo de chocar siempre con el mismo saliente, roncador es especialista: 7 años hace que le pasa con el saliente de la cocina.
ResponderEliminarGracias por esas fotos dedicadas, Di. Hubiera sido una lástima un viaje vuestro sin ropa secándose en el salpicadero. Compruebo asimismo con satisfacción que seguís fieles al desayuno de yogur y sandía (aunque ahora todo sea global, digo yo que la sandía no debe de ser tan fácil de encontrar en esos páramos, un punto para vosotros).
ResponderEliminarEl cottage, a pesar del olor y de la extraña ducha, no sería tan malo si tiene piscina y jacuzzi. Wicks se lo ha currado, no puedo evitar que me caiga bien alguien que sabe tanto sobre vencejos.
Varios comentarios:
ResponderEliminar-me encanta estar tan presente en vuestras vacaciones. Lo estoy viendo "voy a hacer una foto a los calcetines secándose para Mo y Elena Rius" y Mini resoplando en el asiento trasero.
-Que no miraran si había chips con el Fish antes de salir del establecimiento desacredita por completo al Peda y a Mini como ingleses.
-¿habrás hecho fotos del cottage no?
-yo a Wicks ya le he puesto cara, sé perfectamente como es.
-Y he entrado en el daily hell y flips con las fotos y me imagino a los vecinos cayéndoles en las cabezas tibias y peronés.
ah...¡SIEMPRE SE LLEVA ROPA DE REPUESTO CUANDO SE PASA EL DÍA POR AHÍ!
Ladies,
ResponderEliminarSES, no tengo simpatía por ningún pájaro, pero es q las gaviotas son Lo Peor, no hay una amable. Fíjate q hasta los vencejos (interés especial de la divaganta RIUS) me pueden incluso llegar a caer bien, tan pequeños y lejanos.. pero las gaviotas! Precisamente anoche vimos la peli basada en "La gaviota" de Chéjov...ni como metáfora me valen! :) Y ánimo a tu roncador! Todos somos él..
Y aquí están las de "la canción dedicada" ELENA y MO... así fue darlings, antes de q sacara yo la cámara ya tenía al Peda recordándome (cómo si yo pudiera olvidaros de viaje! eras voces de coro griego q me acompañan). MO, has visto como ELENA esta haciendo pandilla con Wicks por lo de los vencejos? Sois lo peor. Yo tb le puse cara cuando hablé y luego al verlo era más delgado y con perilla... q no le pegaba nada. Claro q cuando iba con mascarilla se acercaba más a mi imagen. Eso sí, creo q a todos estos rurales ingleses les encanta el palique-se sienten solos.
La sandía (quitémosle poesía)no era de furgoneta griega esta vez... sino del Lidl. pero aseguro: riquisímas todas.
Fotos del cottage... he de mirar, como voy subiendo por día de momento no he llegado.. pero ya las subiré aunque no hice reportaje detallado, fallo. Cómo no hice de esa ducha! doh!
La historia de ver tibias cayendo por tu ventana, impagable...A mí me pasa algo con estos cementerios, no me dan miedo como en España.. o sea, en el cementerio de vetusta me daría miedo ir sola de noche, y aquí creo q no... son como un escenario de peli, no sé si me explico... pero los huesos son reales. Ah y has visto q "los góticos fueron prohibidos en el cementerio en 2011"... ajajaaj... ahora vamos sin disfraz :)
Os mando besos dominicales.
di
Oh. Acabo de mirar en mi teléfono y he encontrado una en Knossos a las 7 de la mañana, después de haber cenado ESOS espagueti frutti di mare en Ippokambos la víspera (y de que nos dieran un golpe en el coche bien aparcado y tener que volver al aeropuerto a cambiarlo y la pelea con los del rent-a-car y blablablá). En la foto salgo fatal, gordísima, pero la cara de felicidad... seguro que esos espagueti tuvieron algo que ver. Tengo que volver a Grecia.
ResponderEliminarYo creo que no llevo ropa de repuesto (en cosas del día) desde que los niños empezaron a no llevar pañal ni tener accidentes al respecto. Algún jersey o mantita, como gran alarde. Suspenso en inglesa, otra vez.
A mí las burbujas me dan asco incluso con sobredosis de cloro, pero, claro, las alternativas que cuentan para remojarse... la visión rodilla en tierra... JA JA JA JA JA Como para resbalarse enjabonándose la cabeza...
Y lo del DailyHell. Ohsielos. Debajo de las fotos, una noticia de "niña de 14 dice que está embarazada de niño de 10". Enough is enough.
Esas FUENTES de spaguetti frutti di mari son razón suficiente para volver a Heraklion, aunque te peguen en el coche o se tenga q soportar el tráfico en la calle de delante... Acabo de buscar su web en griego, pero he encontrado su email, y les he escrito por la receta. He dicho q soy una blogger y q de vez enc uando hablamos de ellos ene l blog... jajajaaj igual piensan q soy una influencer foodie de esas!!!
ResponderEliminarRopa de repuesto lleva Mo pq va de vacaciones a Normandía etc...yo tampoco llevo... menos aquí :)
Yo soy mucho, como dice Marisa "de tomar las aguas".... mejor no pensar lo del asco si ha habido mucha gente antes ahí...
Siento haberos traumatizado con el DailyHell... es brutal :):):) tenía q haber añadido "no leer más abajo"
luv
di
....cilindros atados de paja?...balas de paja?. Curioso xq en inglés creo que son bales. A eso se le llama urbanitismo agudo
ResponderEliminarjajaja ANónimo, pues no lo sabía ni en inglés ni en castellano, así q gracias, ya lo cambio...
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