28 marzo 2020

"Mothering Sunday " ("El domingo de las madres") de Graham Swift: Irás al baile!

El "Mothering Sunday" que da título a la novela de 2016 de Graham Swift, es una festividad que viene del Siglo XVI, cuando la gente volvía en ese día (el cuarto domingo de cuaresma, llamado Laetare) a su "iglesia madre", en la que les bautizaron. En este día, los criados (muchos de ellos niños - los mandaban "a servir" a edades tan tempranas como 10 años) tenían libre para poder ir a visitar a su familia, y cogían flores en el camino para sus madres: esta imagen me rompe el corazón. Pero aún lo rompe más el imaginar qué sería un "Mothering Sunday" para alguno de estos niños, los huérfanos, sin madre ni casa donde ir este día, un "domingo de las madres sin madre". De esa emoción parte Swift en esta preciosa novela.

A nuestra protagonista le dan en el orfanato un nombre sencillo, impersonal, Jane, y también una fecha de nacimiento inventada, una que les parece bonita, el Primero de Mayo. Del orfanato, pasa "a servir" - qué palabra: "porque aquellos que servían, servían, y los que eran servidos, vivían" - en una casa donde bullicio y las risas habían desaparecido. Es 1924 y los dos hijos de los señores han dejado sus vidas en la Gran Guerra. Hasta las familias de bien han mandado lo más preciado, lo que más quieren, lo único que de verdad importa, a morir. También los vecinos han perdido a dos hijos, pero aún les queda Paul.

Paul es un señorito que, pese al trauma familiar, no ha cambiado nada: prometido a una niña rica y esperando a vivir de las rentas, tiene la seguridad típica de los de su clase. Los objetos de plata sobre su cómoda (gemelos, cajitas, peines) son limpiados por otras sirvientas sin moverlos un centímetro. Jane también limpia las habitaciones de los dos hijos muertos de su familia, cuidando que todo se quede "justo como estaba". Pero Jane no es como las otras criadas: limpiando la biblioteca de la casa, donde sospecha que el señor va a llorar, descubre libros de aventuras para chicos, "La isla del tesoro" y "Moby Dick"; así comienza su historia de amor con la literatura, que es la mayor historia de amor de la novela.

El tema de clase en la literatura inglesa está muchas veces presente: los de arriba, esos seres de "humor y capricho", que un día están de buenas y otro día ladran a los de abajo. Esta es una de esas novelas donde lo social está presente de una manera aún más dolorosa, porque los lazos sentimentales establecidos entre los dos mundos, aún hacen lo injusto del arriba-abajo más palpable. Pero hay una re-escritura de la vieja la historia del señorito durmiendo con la criada, esa manida relación de poder y abuso de las que aún se ven a día de hoy en todos los estratos del mundo laboral, desde el jefezuelo con la secretaria hasta el productor de cine con las estrellas de Hollywood. Lo que hace distinta a la relación entre Jane y Paul es la fuerza de Jane, que transforma por completo esa relación de arriba-abajo, en el sexo. Es la magia, la política de la desnudez, la que despoja a la interacción de su calidad de señor-criada, aunque cuando todo termina, al vestirse, Jane se transforma de nuevo en la sirvienta, la carroza es de nuevo una calabaza y ella, Cenicienta. No es casual que la novela comience como en los cuentos de hadas: "érase una vez" ("Once upon a time before the boys were killed and there were more horses than cars"), y que su epígrafe sea "You shall go to the ball!" ("Irás al baile!"), directo del hada madrina.

Swift describe con enorme sensualidad las horas que Jane y Paul pasan en la cama. También lo precario del momento, la sensación de urgencia, de que nunca había habido un día como ese, y que nunca lo habría de nuevo. Está en la habitación de su amante, un escenario que nunca fue destinado a ella, lejos de los establos, los recodos del campo, los escondrijos habituales. Un "Mothering Sunday" sin madre en el que esta Cenicienta poderosa puede por una vez demostrar que el estatus no lo compra todo, Al terminar, para no romper el hechizo, Jane sigue desnuda todo lo que puede - su cuerpo es todo lo que tiene, el cuerpo al final lo único que tienen los pobres - desde la cama mirándole mientras él se viste lentamente, "poniéndose de nuevo la vida que era la suya", preparándose para ir a ver su prometida. Pero Jane no es nunca un ratoncito del que apenarse, ella sigue desafiando con su cuerpo frágil y fuerte, y con su desnudez, mientras piensa en algo tan prosaico como el semen que se está escurriendo entre sus piernas a las sábanas, que las criadas de esta casa, a las que conoce bien, van a tener que limpiar cuando vengan de visitar a sus madres, porque ellas sí que tenían madres. Bien entrenadas como están, verán y callarán: "all the emissions... all the omissions". Ser invisibles y estar a mano, esas son ellas.

Es un placer volver a encontrarnos con Jane al final de su vida: de cuentacuentos nata que se hizo a través de la lectura, a autora que entendió que escribir es encontrar tu lenguaje. Por eso esta novela es un romance con las palabras. Jane fue al baile y, con estas palabras mías, un deseo: que un día, todas las Janes del mundo, puedan por fin ir al baile.

7 comentarios:

  1. Leyendo tu divague me viene a la cabeza la imagen de Jane paseando desnuda por la casa, entrando en la biblioteca y la cocina, como tomando posesión de aquello que no le pertenece pero que ella coge porque se lo merece.
    Me alegro que te guste tanto y sobre todo de que me hayas hecho recordarlo tan bien.
    Hablando de la forma de escribir de Swift, tal vez si haya algo que permanece a lo largo de sus libros y sea una manera de acompañar a sus personajes, es como si los quisiera mucho y los llevara de la mano, además de un gusto por describir los estados de ánimo de personajes que parecen estar donde no debieran.
    Besos

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  2. Lo entreguerras no es muy my cup of tea, pero pedazo de reseña te has marcado, reina. Muchas gracias.

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  3. Y pedazo de librito. Me lo he bebido esta madrugada. "Kind to her kind". WOW. Gracias otra vez.

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  4. Hola darlings, qué ilu me hacen estos comentarios...

    Qué escena tan impresionante, MARISA, cuando ella va paseando por la casa desnuda... cómo lo describe Swift, que te sientes totalmente en esa casa, y qué poderío de imagen, como dices, es de una subversión absoluta. Me han quedado muchas ganas de seguir leyendo a Swift, mira q no haber leído nada! Y es cierto lo q dices del carinio con el q lleva de la mano a sus personajes, qué bonita metáfora... gracias otra vez!

    No se te puede querer más CARMEN... que te lo has leído en una noche!!! Es curioso, creo q tú leyéndolo en la noche de este encierro lo voy a asociar siempre con el libro. Pq es parte del momento en el q lo leímos/escribimos sobre él. Me alegro q te haya gustado... yo estoy aún deslumbrada.

    MIl besos my lovelies

    di

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  5. Es que ayer era 30 de marzo, querida... (no digas esas cosas, que me las creo)

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  6. Querida, acabo de terminarlo. Lo empecé ayer...casi justo un año después de tu recomendación. Me ha gustado muchísimo.

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  7. Te ha pasado como a Carmen, MO, os lo habéis terminado en un rato... Me alegro q te haya gustado... fue mi libro del anio pasado.

    beso

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