21 agosto 2019

Durmiendo en el bosque: atrapados por la ecología (SA10)

Miércoles, 21.08.19-De Oudtshoorn a Teniqua Treetops (SA10)


Lo mejor de la casita de la granja pija es la habitación menos decorada que hay a un lado (donde duerme Mini), que tiene ventanales a los cultivos. La temperatura es perfecta (raro que yo diga esto en el Karoo), porque es puro efecto invernadero con todo el solazo. De nuevo otro de los sitios donde podría quedarme leyendo toda la mañana. 

El desayuno, en la casa principal está genial-especial mención a una ensalada de frutas con yogur, servido por las señoras negras de uniforme, y la conversación tipo "está todo bien?" instigada por la Marion, señora blanca que nos había dado la bienvenida la noche anterior. Aprovechando que la tengo ahí, le pregunto por el montón de fotos enmarcadas que hay en la pared enfrente mía: un montón de tíos circunspectos. Solo hay una mujer en sepia, con gorrito victoriano, claramente la esposa del primer fundador de la granja, un senior de apellido Spies con perilla inmensa que parece tomarse a sí mismo muy en serio. Como digo, en el resto de generación tras generación, no se han molestado en añadir a las mujeres de la familia, e incluso hay fotos de un par de críos que serán los herederos de la granja. Le comento lateralmente a Marion si no le chirría lo del asunto de género y ella ríe nerviosa, precipitándose a añadir su no-pertenencia al clan Spies. En el asunto de raza, ni me meto, mientras una de las camareras me retira el plato. 



La sala donde se desayuna está llena de antiguedades que me encantan-imaginen, generaciones de trastos acumulados en una granja, y allí me doy cuenta de que se ha caído la tapa que cubre la batería de la cámara, y que no funciona. Por la mañana estaba, vamos a buscar por el césped, delante de las avestruces. Estamos allí un rato, yo ya sé que nunca encuentro nada buscando así. Entro a preguntarle a una de las camareras que están recogiendo el comedor: no han visto nada. Una de ellas, sale a ayudarnos y en cuestión de minutos, encuentra la tapa. Nos ha salvado!

Hoy dejamos ya el Karoo, y bajamos perpendicularmente al mar hasta el pueblo donde oficialmente comienza la "Garden Route" (la ruta del jardín), Mossel Bay. No tiene nada de especial, salvo una oficina de correos museo en el que no entramos, y en el puerto intentamos ver si sale algún barco a ver ballenas. Negativo.  Como ya hace un tiempo, no recuerdo detalles, pero sí que rescato un par de fotos del mar que añadir al divague. La primera, tipo que yo llamo "estoy en el cielo" y la segunda, una playa sudafricana más, que ya son tradición en esta serie. 






Seguimos bordeando la costa hasta llegar a Victoria Bay, una bahía muy pequeña que es una chulada. Está llena de surfistas blancos cogiendo olas, y al final del paseo, vemos unos chicos negros con toallas que se han bañado. Voy preguntándome porqué también hay razas en esto del surf, pero para mi alivio, cuando ya estamos para irnos vemos a un grupo de chavales negros con sus tablas, en un curso de iniciación, liderado por un blanco. Racismo es pensar que tal vez este sea un grupo de chicos en acogida y esto lo organiza el estado. Pero a la vez pienso que en las townships ni se mantienen censos y nadie sabe quién nace y muere, así que, cómo van a entrar ahí servicios sociales? También nos encontramos con una especie de "memorial", con placas con nombres de gente, que tal vez les gustaba ir a mirar el mar allí. Hay un grupo de ancianos guiados por un extraño cura con una túnica como la de Guillermo de Baskerville, pero en verde. Hacia la mitad hay un malecón de madera con locales pescando. 






En fin, que es un lugar encantador, y mis compas se toman unos batidos de algo demasiado espeso, en un lugar donde el techo está lleno de calderos de Coronita. Ah! quien pillara una noche de esas de cebras con amigos en aquel lugar, pero tenemos que irnos porque un Pedalista se debe a la aventura: hoy dormimos en unas casitas de árbol en un bosque. 







Aquí creo que tengo ciertas lagunas (ya más de un mes), pero es que además atravesamos por la N2 unos lagos que terminan todos en -vlei, y al llegar a Segfield dejamos la costa y subimos hacia el norte, a una zona de bosques. Cerca de Karatara hay un alojamiento llamado "Teniqua Treetops", un sitio eco-amistoso, construido milagrosamente sin talar un solo árbol. Está en una garganta y en medio del bosque de Knysna. La llegada es impresionante, con caballos, vacas por ahí y el bosque. 






El hombre que lleva el cotarro (blanco, ni que decir tiene) nos explica las instrucciones, y nos da un instrumento para atrapar arañas: las coges, sales al balcón y las devuelves al bosque, por supuesto. Todo muy eco. No es lugar para aracnofóbicos. Hay que seguirle en su quad (nosotros en coche) por unos caminitos adentrándonos en la wilderness. La casita está genial, y en la terraza los muebles están hechos de neumáticos reciclados. El agua de los grifos sale marrón, pero no quiere decir que esté sucia (para beber hay un grifito muy delgado, y para lavarte los dientes). Hay una bañera impresionante que se abre al bosque, pero qué psicópata se la llena con toda la flagelación de este país con el agua? En nuestro cuarto, además de la reglamentaria manta eléctrica hay una estufa de aire que hace como un daguerrotipo de fuego, que hipnotiza. Fashion me dice que también la tenían "Los Aguirres", unos hilarantes amigos suyos gallegos y que era "una fantasía". Parece que cuando llegaba un cargamento a Lidle, su expendedor, "había que estar atento, porque se las quitaban de las manos", Aguirres dixit. No puedo parar de reír con las tontadas de Fashion. 



Volvemos a la zona comunitaria de paseo, y allí Mini experimenta uno de los momentos álgidos del viaje. El hombre le había dicho que "a las 5 dábamos de comer a los corderitos"; resulta que nacieron gemelos y uno de ellos estaba muy débil, así que le daban biberón. Mini está feliz, la verdad es que Norit está para comérselo (no literal, graciosos) y a mí me recuerda hacer esto mismo en el pueblo, en casa de mi abuela. Me hacía una ilusión loca darles el biberón, casi puedo recordar la presión que hacían, el ímpetu. Hay más animales de corral- a mí las gallinas no me hacen ninguna gracia. Mini es Heidi y nunca olvidará esta tarde.




Tras la puesta de sol volvemos a la cabaña a cenar, que habíamos pedido algo que te trae un restaurante del pueblo. Cenamos como pepes, calamares y pasta y nosequé. Una vez más, quedarse allí con todo apagado mirando las estrellas es impagable, y la temperatura ya es mucho más aceptable que en las montañas. Aún así, dejamos mucho rato la estufa de los Aguirres: ya hemos hecho nuestro granito de arena por el planeta no llenando esa bañera, Extinction Rebellion!





6 comentarios:

  1. ¡Me gustan los dos alojamientos!!

    Y los avestruces o las avestruces? ¿No te acercaste mucho para el pánico que te dan los pájaros? ¿o los avestruces no los consideras pájaros porque no vuelan? ¿Y los pingüinos? Di, hablemos de tus fobias. :) Calamares y pasta ¿pasta fruti di mari?

    ResponderEliminar
  2. Eso he pensado yo: cuando no pueden pedir frutti di mari, piden pasta y calamares, que viene a ser lo mismo. Solo añadir que a mí más bien me gustan los pájaros, pero los avestruces me producen algo entre miedo y asco. No me acerco a uno ni loca. Y ni hablar de comérmelos, por supuesto. (El DRAE dice que "avestruz" es de género masculino, algo claramente discriminatorio para las avestruces hembra. Habría que discutirlo con la Academia.).

    ResponderEliminar
  3. Huy... os doy carnaza errónea sin quererlo: los calamares (my ricos) eran un plato por su cuenta q pidió el Peda, MIni pidió pasta (creo q bolognesa) y yo... no me acuerdo q pedí! Imaginad... creo q pizza?

    La rae dirá masculino pero para mí las avestruces son femeninas, iba a hacer la broma de las pestañas, pero supongo q es por "lAs aves". Por supuesto me dan pavor y había una delimitación, para días me pongo tan cerca. Por ahí he leído q les encanta comer pendientes y cosas así (tb piedras)... imaginad qué espanto, q estás ahi, y te pega un picotazo a un pendiente! No sé si esto es verdad, pero hay gente q va a caballo en ellas... no puedo imaginar un horror mayor. Los pinguinos para verlos, pero tampoco abrazaría a uno.

    Ahora hablemos de gatos, malasbrujas

    di

    ResponderEliminar
  4. Un momento, ¡que mí me gustan los gatos!

    ResponderEliminar
  5. Gatos fuera!!!

    A mi lo de los pendientes no me preocupa, llevo con el mismo par 4 meses creo que lo tengo pegado a la piel, ninguna avestruz me lo podría quitar.

    ResponderEliminar
  6. Claro q te gustan los gatos, ELENA, toda bruja tiene uno. MO dice q no para echar balones fuera, pero a quién engaña?

    Por cierto MO, veo a la avestruz forcejeando en tu cuello. Ahora quita esa imagen de mi retina.

    Lovely weeknd con vuestras pócimas frutti di mari

    di

    ResponderEliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.