01 septiembre 2019

"Absolución" de Patrick Flanery. Intentando coser Sudáfrica

Gran parte de la literatura sudafricana se puede considerar anglosajona: era extraño que yo solo hubiera leído a un autor (J.M. Coetzee, Disgrace). Así que antes de embarcarme hacia este país investigué entre mis "mavens" de lo literario y terminé con cuatro libros. Comencé por "Absolución", recomendación de Elena Rius, que terminé hará una semana en una cabania en un parque natural, las antípodas desde donde hoy me lanzo a intentar escribir.  

Para mí, leer "Absolución" antes de, y a llegar a Sudáfrica, ha sido otra manera de encontrarme con el país, y a medida que viajaba, ir corroborando lo que Flanery nos cuenta, desde las cosas pequeñas -la sana obsesión que tienen con el ahorro de agua, el spray desodorante en todos los banios- hasta las enormes. Porque cuando una piensa en Sudáfrica, una piensa Apartheid, y de hecho, todas las novelas en el fondo, hablan de este horror. 

Me resulta muy difícil escribir este divague porque todavía no he "procesado" Sudáfrica. Cuando una llega de viaje, tiene varias montañas de colada que hacer, emails que contestar, últimos detalles para el comienzo del cole (Mini cambia a secundaria!) y una nevera que llenar. Eso sin hablar de ese pequeño show lateral que tenemos algunos llamado "trabajo a tiempo completo", con sus fantasmas habituales, algunos que ya han tenido a  bien aparecerse en sueños en las últimas noches del viaje. De repente, la vida al aire libre, la extraña libertad y desconexión del viaje desaparecen y aquí estás, de vuelta a la rutina y todos los días pasados quedan resumidos en unas cuantas imágenes, que sabes que, poco a poco, irán desapareciendo, y al final quedarán solo las fotos. Por eso desde siempre los viajeros han escrito sus periplos: porque cuando estás "ahí fuera" todo es excepcional y memorable, de alguna manera. Con esto quiero decir que, poco a poco, iré volviendo atrás a aquellos días para intentar contar(me) lo que pasó, lo que yo creí que pasó. 

Lo que creí que pasó, lo que los personajes de "Absolution" creyeron que ocurrió, cómo se lo cuentan a sí mismos y a otros, tanto en conversación como en forma narrativa. Porque la protagonista de la novela, Clare Wald, es una autora consagrada en el país que está ofreciendo entrevistas al narrador, un periodista que ha estado obsesionado con ella desde la infancia y que está componiendo su biografía, y además, en paralelo, está escribiendo ella misma una novela de "ficción" (con todas las comillas), titulada "Absolución" que tal vez tenga más de verdad que la historia oficial que le da al periodista. Completando el dicho de "la realidad a veces supera a la ficción", añado que en la ficción nos atrevemos tal vez a admitir cosas que no haríamos en la así-llamada-realidad. En todo caso, Wald es lo suficientemente sabia como para no intentar una autobiografía, esa imposibilidad, porque hay cosas que uno teme decirse incluso a una misma. 

Aparte de esta estructura de distintos narradores, la novela ocurre en dos tiempos: el presente, cuando las entrevistas ocurren, y los años 80, cuando el apartheid estaba en su apogeo. En la tapa lo describen como "thriller literario" y tal vez se refieran a que hay misterios por resolver en la vida tanto de Wald como del periodista, que las casualidades no existen, y que las cosas no son como parecen. Hay mucha muerte en la novela, lo que nos da una idea de lo que ha sido vivir allí en las últimas décadas. Hay tortura supuesta, no confirmada, solo expresada en los peores suenios y duermevelas de Wald, pero la descripción te deja atormentada por varias noches,

Para entender Sudáfrica hoy no solo hay que entender la historia más proximal de la que estoy hablando, sino remontarse más distalmente, a los primeros holandeses (boers) que llegaron a la Península del Cabo, más tarde los ingleses, lo que les hicieron a los africanos que allí vivían, y lo que se hicieron entre ellos. No voy a entrar en esto hoy, porque seguro que tendré oportunidades cuando ordene mi Sudáfrica particular en los divagues, o cuando escriba sobre "My traitor's heart" ("Mi corazón de traidor"), la biografía de Rian Malan, descendiente tanto de boers como de ingleses, que lo explica muy bien. Solo lo quería anotar porque remanentes de esa historia quedan plasmados en las relaciones interpersonales de la novela, donde los descendientes de anglosajones son más progresistas-dentro de estar perfectamente integrados en el sistema de abuso e injusticia-y descendientes de los boers (holandeses) son reaccionarios, lo que hoy llamaríamos "blancos supremacistas". Esto mismo se puede ver dentro de una misma familia, y es el caso de la de Wald: la rivalidad infantil con su odiosa hermana se acrecienta con su matrimonio con un boer.

Así que la complejidad del país es enorme, y la separación racial muy evidente. Hoy en día, y este es otro aspecto de Sudáfrica que queda claro tras leer a Flanery, esta grieta no solo se siente: se ve en los enormes muros con pinchos levantados entre los ricos y los pobres. Las empresas de seguridad florecen allí, y continuamente ves carteles de "casa protegida por". Los ricos viven en lo que en Brasil llamaban "condominios", grupos de casas con muros y guardias de seguridad en las puertas. Wald, progresista, siempre se ha negado a meterse en uno de estos, y de hecho, con su cambio de casa tras un asalto comienza la novela. Hay muchas reflexiones sobre lo que eso significa: 

"le disgustaba la idea de pagar por su propio encarcelamiento, pagar para que la observara una empresa de seguridad que muy bien le podría pasar su espionaje al gobierno o, peor, a una empresa que reuniría sus hábitos de consumo y comportamiento, que a su vez vendería esta información a otra empresa que le intentaría vender sus productos; productos manufacturados por las mujeres, hijas y hermanas de los ladrones de poca monta de los que se trataba de proteger con esta compañía de seguridad".

Se cierra el círculo, pero como dice un amigo del periodista, "es el precio que hay que hay que pagar por vivir en la plantación". Este amigo calcula que al año da el equivalente de 650 euros a gente que le pide dinero por la calle. Esto sin contar lo que paga por "servicios" a jardinero, criada, canguro, todos negros. Y acepta pagar así su privilegio, o mala conciencia. Eso sí, Flanery habla en otro punto de los frigoríficos con candados, que vienen así de fábrica, para que el "servicio" no se pase: esto no lo he llegado a ver en mi viaje. 

La novela toca muchísimos otros temas, como la culpa, la censura (y autocensura), las expectativas sobre las mujeres tras la maternidad en un país tan retrógrado como ese. De cómo la sorpresa y el escándalo y el enfado dan poco a poco paso a la resignación, a simplemente tratar de pasar el resto de tu vida tan poco afectado por el mundo como sea posible. Además, está escrita muy bien y para ilustrarlo, antes de terminar quiero poner una metáfora del mundo de la costura que me ha gustado particularmente

"this feeling runs like under-stitching through the fabric of the dreams, invisible but holding firm the lining that keeps everything else tidy, the seams obscured, the construction masked under a shimmer of subconscious satin".

He logrado que el divague me quede hilvanado y a la vez, largo, lo peor de ambos mundos. Pero espero tener cierta absolución porque en mi cabeza domina una jauría de imágenes y de ideas, y me espera la falda del nuevo uniforme de Mini para cogerle los bajos.

4 comentarios:

  1. Lo he leído un poco en diagonal porque quiero sentarme a leer el libro sin saber nada más que que te ha gustado mucho.

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  2. Muy bien Mo... Solo aniadir para otra gente q no cuento nada de la trama.

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  3. Me alegro de que esta primera lectura sudafricana te haya gustado y te haya servido para entender algunas cosas de ese país. A mí, desde luego, me dejo muy impactada. ¡Quedo ahora a la espera de tus crónicas de viaje!

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  4. ELENA... la presión es insoportable!!! LOL... No sé si sonará a excusa, pero en otros viajes el Peda iba haciendo el "log" diario ("desayunamos -sandía y yogur, por supuesto-, vamos a X. Hablamos con Y. Nos baniamos en Z") Esto me sirve de esqueleto pq me recuerda mucho los días... este anio no tengo este log así q tendré q tirar de fotos... pero siento q he olvidado ya cosas... :(

    MIl gracias por las recomendaciones!!

    muxus

    di

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