07 febrero 2015

"La teoría del todo" (3) : Puede una pareja ser una isla?

Y por fin, el (mi) tercer gran tema de "La teoría del todo":

3. No man is an island. Ninguna pareja es una isla.  
Jane se casa con Stephen pese a todos los avisos. Decide, con una valentía ante la que me descubro, que va a vivir los pocos anios que le han dado a tope con él. Y pasan los anios: no son los dos que decían los neurólogos. Stephen defiende su tesis. Tienen dos hijos. Stephen sigue trabajando. Jane no lo logra escribir su tesis. Stephen no quiere hablar de su enfermedad, quiere ser una persona más, y le cuesta lo indecible aceptar la silla de ruedas. Jane lleva el peso de la casa, Stephen no quiere enfermeras ni nadie que ayude en casa. Jane, que le quiere, está a punto de estallar. 

Su madre le sugiere que vaya al coro de la parroquia, a ella que le gusta cantar, y allí Jane conoce a Jonathan, el organista, un viudo que está muy solo y que es buena gente. Jane lo introduce en la familia. Stephen está por unos momentos dudoso, pero luego lo acepta porque Jonathan hace feliz a su familia. Y se inicia una vida familiar de una familia diferente, donde alguien de fuera ha venido "al rescate" de una situación insostenible. Y de ello, todo el mundo se beneficia, y probablemnte sin él, aquello habría hecho "big-bang" mucho antes. 

Stephen, más adelante, necesita tras su traqueotomía una enfermera. Por fin lo acepta. La enfermera entra por la puerta y, tras la primera (se comunica con él por parpadeos -recuerda a "La escafandra y la mariposa", locked-in syndrome) le dice a Jane, con los ojos brilantes de una adolescente enamorada: "Es la persona más interesante que he conocido en mi vida". Jane se queda dudosa, tal vez molesta. De nuevo, un extranio que entra en esta familia... para salvarla?

No quiero contar más trama, aunque es conocida, porque el tema que me ha llegado es: siempre en la vida necesitamos de los demás. En situaciones menos dramáticas, igual podemos sobrevivir con menos. Pero en una casa como la de los Hawking, o abrían sus puertas a gente de fuera para que introdujeran ilusión nueva, pasión nueva, energía nueva, y practicalidades del día a día, o el naufragio. O, o lo que es aún peor: marchitarse poco a poco en habitaciones que huelen a viejo con las contraventanas cerradas. Qué hay de malo en abrir las ventanas y que entre luz, que pase un Jonathan que va a poder tirar a la piscina a tus hijos y devolver la sonrisa a Jane, o una enfermera que redescubra lo que Jane descubrió hace siglos en Cambridge, y que ya es irrecuperable, porque el tiempo no perdona? 

La peli comienza con una pareja joven con toda la vida por delante que mira el cielo estrellado de Cambridge. 

Su final bien podría ser el de un cuarteto que, ilusionados, observan cómo por fin, en el cielo se alinean los planetas. 






4 comentarios:

  1. He pasado por eso, con el marido de mi sobrina. Ver cómo una casa se va poblando de más y más ayudantes. La asistenta pasó a ser diaria, poco después fija en la casa las 24 horas, poco después se casa y el marido se va a vivir allí y pasa también a trabajar 8 horas, porque es necesario alguien con fuerza para moverlo. Más un tropel de familiares cercanos y amigos, que pasan a ser “especialistas”. Había visitantes, claro, pero lo necesario era los “especialistas”. Yo iba a leerle dos mañanas a la semana, Ardilla, una; más una tarea adicional: llevarle los dos a todos los espectáculos shakeasperianos que se presentaran en Madrid (distintos grupos de amigos, a diferentes géneros d cine). Pero para eso hacían falta los jóvenes fuertes y con coche, que lo llevaban hasta el punto más cercano y lo sentaban en la silla de ruedas (y luego estar allí a la salida). Esos amigos jóvenes que, cuando aún no necesitaba silla de ruedas, se lo llevaban a la semana del cine gore y fantástico de Donosti (creo que allí). Y no era fácil ya. Una noche, al salir de un restaurante mi sobrina, él, Ardilla y yo, avanzábamos por Fuencarral y yo le sujetaba un poco, lo que podía... y nos dimos los dos un superhostión contra la acera. Un ejército de amigos y familiares actuando, más los que lo hacían como trabajadores que cobraban, como es debido.

    Solo una trabajadora-colaboradora que cumplía su misión sin cobrar. Una caribeña que era guapísima y venía todos los días a ducharle. Sin cobrar, porque era de una iglesia evangélica y en cuanto se enteró, no sé cómo, ofreció su espacialidad.

    La ruina emocional más la ruina económica (tuvieron que mudarse a una casa grande, luminosa, alegre, con ascensor y capacidad para bajar los escalones hasta la puerta de la calle). La comunidad autónoma correspondiente dando largas burocráticas al expediente: sabían que esa guerra la iban a ganar, que son 4 años (salvo el milagro o la diagnosis incierta de Stephen) y a poco que te empeñes el expediente queda cerrado sin necesidad de haber soltado un duro.

    ¡Ay de quienes tengan que vivir algo así como si fueran una isla! En lo material, es imposible.

    En lo emocional, no dejar que entren alegrías es un suicidio.

    Ni una persona ni una pareja deberían ser una isla. Cuando te golpea algo así, el archipiélago con ferrys constantes es la solución.

    La enfermera y el organista son la bendición.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa es una de las razones por las que, en cuanto podamos, nos mudamos al norte. Aquí en el páramo, no sé qué sería de nosotros si a Snoid o a mí nos pasara algo...

      Eliminar
  2. Graches NáN, por la historia tan dura. He leído por ahí q "ha habido debate sobre el tipo de "motoneuron disease" q tiene Hawking, pq como dices la ELA es mucho más rápida. Por eso prefieren referirse a ella solo como MN disease.

    Sobre lo de pedir ayuda y no ser una isla, aquí está el extra tema de q había riesgo de q relaciones sentimentales se establecieran con los q vienen de fuera, y de hecho ocurrió... pero mi punto es mejor q mejor correr ese riesgo q no estar asqueado los para siempre. La enfermera le dio laa ilusión temporalemnte de vuelta a hawking y el organista a Jane.

    Tb lo de la isla se aplica a amistades. Yo perdi una amistad muy cercana de la infancia pq ella no permitía q entrara nadie ahí... cuanod ella y yo fuimos por cmainos defierenctes, no teníamos a nadie q acudiera a ayudar en el naufragio.. y se naufragó. :)

    muxus

    di

    ResponderEliminar
  3. Es frecuente que al ponerle nombre y descripción a las cosas, pensemos que sabemos lo que son...y no, no tenemos ni idea de lo que es sentir una enfermedad degenerativa de cerca, una de las malditas. Estoy conmovida, Nán.
    Yo creía que sabía lo que era la ela, era lo que tenía Stphen Hawkings, no?, y conocí a una chica que tenía ela, 32 años. Me lo comentó en su negocio, y yo, con ese sentido de no ofender a nadie y no poner cara de susto, dije ah, sí, sí. No supe qué más decir...y no, lo que tenía esta chica no era la misma enfermedad que Hawking, ni en el caso de que fuera la misma. La clase de atención médica que puedes recibir, a la que puedes aspirar...marca mucha diferencia. Mierda para mi, yo no supe entender que no es lo mismo, no, según lo que el enfermo puede pagar...
    Sobre personas e islas ya dije lo que pensaba de la importancia de Jane, y de que Stephen no quiere hacerlo saber...

    Y ahora, como no voy a poner la foto de un gatito para aligerar, pues...carnaval, carnaval. A ver si nos disfrazamos :).

    ResponderEliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.