23 abril 2013

Otra batalla perdida para Sheherezade

Sheherezade en el Palacio de los Vientos, Jaipur
Cuando Mini era pequeña me fijé en un adolescente que, como yo, empujaba un carrito. Su cara de niño, más propia del College que hay enfrente del Common que de los círculos de mamás, me impactó desde el primer día. Y como a todos los que nos gusta inventar historias, desde el principio quise saber más. Por qué este chico iba con prisa y un bebé a las 8 de la mañana por las calles? Lo llevaba a la guardería? Dónde estaba la madre del niño? Por qué él no era feliz?

La cara de mi adolescente no era la del padre medio de clase media que me encuentro en los columpios, donde la principal diversión consiste en estos pequeños análisis psicosocioeconómicos (el tobogán también, pero solo cuando ya quedan pocos niños y el guardia de seguridad pública y buenas costumbres anda por el horizonte). Los padres de los columpios parecen todos más viejos que yo (me equivoco, pero es un pequeño triunfo), y todos han retrasado esto de la procreación por aquello de la formación. Mi adolescente, que debería estar en el College frente al Common, no solo no ha retrasado la suya, sino que le ha clavado un puñal en el corazón. 

Pero en el fondo no, ya no hay ese tipo de esperanza. Me intento convencer que tal vez por eso el gesto de mi adolescente es duro, es árido, es un embrión de cabreado. Luego me doy cuenta que es un chav, que vivirá en un Council State de esos que abundan pegados a las zonas de gente bien en esta ciudad, del que nunca podrá salir. Los chavs inmovilizados en una clase social de esas que "ya no existen", viven de todas formas bien cerca para ver lo que los posh valoran. No entienden nada, pero algo les debe decir que no todo funciona bien. 

No sé si mi adolescente, tras dejar al bebé se va a trabajar a una obra, o a una empresa de seguridad que le arregló aquella trabajadora social. No sé nada, pero no hay vez que no le quiera parar para decirle eso tan inglés "Well done man", "Muy bien tío". Qué idiotez, dónde está todo mi feminismo, este chico es un padre joven que se responsabiliza por su hijo. Pero es tan raro: en el país con más embarazo adolescente de toda la UE, ver a las quinceañeras empujando un carrito es natural. Pero nunca había visto al quinceañero, a las 8 am. Con lo que ello implica.

Han pasado los años, y le he perdido la pista. Ya no estoy a las 8 am en sus mismas coordenadas. Le olvido. Pero hace un par de semanas, en los columpios: un niño de unos 3 o 4 años esquiva piernas como un rayo en su patinete. Es moreno, será guapo. De repente, su padre le para y le reprende. Parpadeo, no es posible: es él, mi adolescente, con la misma cara de niño que ha perdido un partido clasificatorio en el College.

Se sienta en un banco, sin perder de vista al crío. Yo miro a la mía que está siendo Aurora con una Jasmín que se ha encontrado en su castillo.  El terror del patinete ha vuelto a atacar. El adolescente se levanta como con un resorte para ir a buscarlo. Entonces, en un movimiento de décima de segundo me voy a sentar a su banco, como quien no quiere la cosa. Mi adolescente no mira la pantalla de un móvil como el resto de padres de clase media.  No puede ser muy difícil comenzar una conversación inofensiva con quien no tiene nada entre sus manos.

El adolescente, tras hablar con su hijo, se sienta en otro banco cercano al niño. Con el ceño medio fruncido, mira al sol que se pone. 

Otra batalla perdida para Sheherezade.


13 comentarios:

  1. He estado aqui.
    Te he leído y me ha flipado.

    Y ya. Sin más.

    Bueno, sin más no, sé lo que feliz que te habrás sentido al terminarlo y dar a publicar y me alegro infinito.

    Besos

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  2. Me encanta la foto. Qué guapa y estilosa eres, jodía...

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  3. En la foto no será que te estás confesando y quieres hacernos creer que es en Jaipur donde está tomada...? Hummm...

    ¿Tú en los columpios con Mini...? Hummm...

    La próxima vez tienes que hablar con ese padre-niño-sdolescente. No nos puedes dejar así, con esta intriga.

    Audur Ava Olafsdóttir toma como protagonista de su novela a un niño-adolescente-padre que ejerce como tal. Tu post me lo ha hecho recordar.

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  4. Yo conozco la verdadera historia: se llama J. y fue padre con 17 años. De la madre nunca más se supo. Dejó el insti y bajó a la mina para ganar unos cuartos. La mina no era lo suyo, así que se preparó por las noches unas oposiciones a bedel de biblioteca. Las sacó y pudo dedicarse a lo que más le gustaba: estudiar. Ahora tiene dos licenciaturas, un doctorado, una mujer que lo adora y otro hijo. Sigue feliz con su curro de bedel. ¡Ah! Y es la persona que conozco que mejor escribe en castellano.

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  5. Es impactante que Sherezade salve una noche más la vida contando que no puede contar una historia. La revuelta de lo clásico.

    Y es emocionante la no-historia que ese chico sin perspectivas, que se ocupa de su hijo, que tres años después lo vuelves a encontrar en un parque, el único hombre que no trastea con un SPADP (smartphone perhaps a dummy person), que vigila al hijo y lo reprende.

    Uno de una clase que dicen que no existe contado por una que dice que no sabe la historia. Cuánta mentira (de los que dicen y de la narradora) para ocultar tanta verdad.

    Fantástico, Di.

    También C.S., que por lo visto no solo lo sabe todo, sino que también conoce a casi todos.

    Una alegría.

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  6. Lo he visto todo a medida que lo contabas, como si estuviera allí.

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  7. Tu relato, el de CS y mi propia historia

    Beatriz (madre adolescente en su día)

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  8. Por primera vez visito tu casa, y me sorprende lo que leo. Me encanta lo que cuentas y como lo cuentas... Si me dejas seguiré tus pasos y tus letras. Oles

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  9. A mi me dan reparo los smartphones, me imagino a los niños mineros del congo cava que te cava por el coaltar, me resisto, lo digo habiendo pecado con el laptop, la tv y no sigo. Pero me resisto al móvil chulo.
    Todo lo q t han dicho y un beso. Y que las historias continúan, lo volverás a ver, pero las conversaciones -si Sherezade llega a entablar esa conversación- son lo que salen, no lo que una se imagina. Ire

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  10. Para que veas que haces muy bien, Ire:

    http://www.globalizate.org/getArticle?authors=George+Monbiot&date=2013-04-06&title=Telefonos+inteligentes%2C+companias+torpes

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    1. Gracias por el enlace, tío guapo!. Tantalio quise decir. Me lo empollo esta tarde, el link, i mean!. Leí un libro The bonobo handshake de Vanessa Woods que me dejó shocked, absolutely, (trata sobre el Congo, el tantalio, una pelirroja tía buena, bonobos y guerra vista de cerca). Vanessa tiene cara de princesita del guisante y seguro que sabe cómo pasar de niña buena a tía fisgona (por lo de las tías guapas del viernes). Ire

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  11. Saluttis divagantes, muchas gracias por todo.

    MO, como tan bien sabes, el momento de darle a "publicar" es casi tan bueno como el de la pantalla de blogger en blanco, un rato antes.

    MISS HONKY, la foto va tan bien con el tema de hoy: alguien q aspira a escribir asomándose a las historias de otros. Y mira quien habla: tu foto de blogger sí q es stylish, kabrona!;)

    ANONIMO de las 11:50, has caído en mis redes... quieres saber más. Pasado mañana te cuento porqué (en mis redes). Por cierto, ese Hmmm de los columpios... me suena familiar pero no sé, no sé...

    CS, ojalá fuera J, pero me temo q no. Aquí a la "underclass" se les llamaba los "uneployed and unemployable". Yo creo q mi adolescente tal vez no sea underclass, tal vez tenga un trabajo, pero q por la educación se logra "saltar" de clase, eso no ocurre con cierta clase trabajadora inglesa. Tristemente.

    NAN, el tema social esta ahí, pero lo q me ha llevado a escribir esto ha sido más el PROCESO de querer saber. Sheherezade se inventaba historias, pero no me lo creo: todos escirbimos desde nuestra biografía. Vivida en primera persona o vicariamente.

    Gracias DIVA... y eso q una imagne vale más q mil palabras...

    Un abrazo enorme BEATRIZ. Ojalá mi chico pueda "dont look back in anger" pasados los años.

    OLES, mira, qué te puedo decir... "me encanta lo q cuentas y cómo lo cuentas". Hoy me podría ir a dormir sin cenar. Gracias y quédate.

    IRE, la realidad, que dicen q supera la ficción, nunca le puede llegar al talón a una buena fantasía. Imposible.

    Muxus

    di



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  12. 1. jaipur me fascino, yo tengo la foto desde el otro lado y junto a benares los recuerdo con una intensidad hiriente con una pobreza tan radical y tan fuera del esquema de clases q aun me hace llorar al recordarlos.

    2. desde luego q tu adolescente es un heroe, la mayoria de niños con padres adolescentes ni siquiera llegan a nacer.

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