01 noviembre 2010

Rey

Otra vez me pongo en modo madre, así que al que no le guste, que no siga (depende de lo masoquista que sea). Ya os hablé en un divague de Nina. Pues bien, esta vez hablo del pollito mayor, de Rey.

Rey entró en nuestras vidas hace más de 7 años. El tenía entonces diecinueve meses y la primera vez que lo vimos fue de la mano de una cuidadora que lo traía de la siesta. Consuerte se agachó y Rey se fue hacia él mientras yo inmortalizaba todo con mi cámara réflex. Aunque nos costó arrancarle alguna sonrisa (yo creo que el pobre tenía sueño),  congeniamos muy bien en los días que estuvimos conociéndonos. Tardamos casi dos meses en ir a buscarlo, días que se me hicieron eternos. Recuerdo llamar cada día a la ECAI (entidad colaboradora en adopción internacional) para ver cuándo íbamos a por él y enviarles correos de esta guisa.

El día veinticinco es Santa Diva
y deberias hacerme un regalo.
En caso negativo Señor Riba
le pondré la etiqueta de malo.

Se lo voy a presentar en bandeja:
No tendrá que gastarse ni un duro
y no recibirá ni una queja
y además acertará seguro.

No quiero flores, tampoco alhajas,
ni siquiera un sueldo vitalicio,
para mí son pocas esas migajas...

Le ruego de calma a este vicio
que me está causando horas bajas
pues lo que yo quiero es ¡ir a juicio!


A quien no haya estado en una montaña rusa (nunca mejor dicho) emocional como la que supone una adopción quizá le parezca que se me iba la cabeza y... tiene razón. Se me iba y la volvía a recomponer mandando sonetos por mail. Creía que era la única forma en que no se olvidarían de mi.

El pobre Rey sufrió nuestros desaciertos como padres principiantes. La primera noche tenía algo de fiebre y mientras Consuerte y yo disertábamos sobre el tema leyendo los prospectos de las medicinas, se nos cayó al suelo desde la cama. Ni que decir tiene que ya no pegamos ojo. Con él aprendimos el orden que había que seguir al cambiar pañales: primero tenerlo todo a mano y después abrir el paquete. Recuerdo su primer baño en el que llenamos la bañera de globos y como cuando se nos escapaba iba directo a los enchufes. Tampoco olvidaremos nuestra emocionante salida de Rusia y nuestra ajetreada llegada a Barcelona. Son cosas que no se pueden olvidar.

Desde siempre demostró afición "por lo que lleva ruedas" y  es capaz de pasarse horas montando carreteras, autopistas, garajes y mil cosas más. Su primera palabra fue "pe peee" imitando la bocina de un coche y el modelo que más le gusta es el Hummer, seguido del Land Rover. Gracias a él las zapatillas son "pitillas", las escaleras "esquelelas" y cuando no pasa nada decimos "pa nana". Tiene una imaginación desbordante y es muy teatrero, es capaz de meterse en la piel del personaje que quiera. Otra de sus aficiones es el fútbol. Por su culpa, yo, Diva, me he hecho del Barça y me sé hasta el himno. Mientras el pobre Consuerte, que es del Madrid, sufre en silencio.

Rey es muy responsable y muy sentido. Se toma muy en serio cuando te enfadas. Le gusta mucho hacer las paces, aunque a veces nos hemos comunicado por carta. Es un Señor, con mayúsculas, muy noble y muy legal y siempre se preocupa por los demás. Suele obedecer y no le gusta que le besen. Si lo haces, se limpia la cara con un ademán de asco, aunque en el fondo yo sé que le encanta. Le gusta mucho cantar y cuenta entre sus preferidas títulos tan variados como No tienes corazón o Viva la vida además de varios temas del Boss. Le encanta descubrir cosas y sentirse libre, por eso su lugar favorito es la montaña, donde campa a sus anchas. Es muy trabajador, siempre tiene algo entre manos y está dispuesto a echarte un cable en lo que sea. Tiene la suerte de que además de guapo, es fotogénico y yo creo que debe ser la persona con más fotos del universo. Es un deportista nato, muy ágil. Le encantan los deportes y está hecho un tirillas (flacucho). Tiene mucho estilo y el pelo como el oro.

Vino con nosotros a Rusia a buscar a Nina y congeniaron enseguida. Aunque entre ellos se pelean y se chinchan, sobre todo por las mañanas, Rey no permite que nadie diga nada malo de ella. La quiere, se quieren mucho.

Ayer cumplió nueve añazos y estoy como una clueca.



12 comentarios:

  1. Puede haber algo mejor que sentirse como una clueca?

    Que va. Seguro que no.

    Felicidades para él y para vosotros.

    Saludos.

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  2. De clueco a clueca. ¡¡Felicidades!!

    Los que no tienen hijos, pueden saber de niños e hijos lo mismo que los que los tenemos. Pero hay un sentimiento que no pueden percibir. Si está lejos y hablas por teléfono de vez en cuando y te dice "estoy de puta madre", cluequeas y se te olvida todo lo tuyo.

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  3. Pues felicidades a los dos, y más al rey por tener a esta clueca tan clueca.

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  4. Suerte que tienen esos polluelos de tener una clueca así.

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  5. Felicidades a los cuatro, cómo cambia todo cuando ellos llegan.

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  6. Dedicado al rey de la casa, este trocito de ranchera que me encanta...

    Una piedra en el camino
    Me enseñó que mi destino
    Era rodar y rodar
    Rodar y rodar
    Después me dijo un arriero
    Que no hay que llegar primero
    Sino hay que saber llegar...

    Un abrazo a los cuatro y doy fe de que es GUAPÍSIMO!

    Auntie Di

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  7. !!que bonito volver de puente y encontrarse con esta entradilla, me se cae la baba.!felicidades!
    Le perdonamos hasta ser del farsa, claro que teniendo un padre del mandril es lo menos que le podía pasar.
    P.S-.Tengo un amigo que dice que los padres se diferencian entre los que reconocen que se les ha caido el hijo de la cama y los que también se les ha caido pero no lo reconocen. (los mios han ido al suelo los dos)
    muaks a los 4.

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  8. Feliz cumpleaños pollito y mamá!

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  9. Oye Diva, en el soneto falla la métrica, no es rítmico, lo mandabas así pa joder, ¿no?

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  10. Ababol,

    Para mi no falla. Pero si tu lo dices...

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