13 noviembre 2024

Los complejos factores que influyen en nuestras preferencias sexuales y nuestra identidad sexual ("Unic@"-4)

Breve repaso de EGB:
Tenemos 23 pares de cromosomas: 22 pares son iguales entre los sexos, se llaman automosas, pero el par 23 de cromosomas es distinto en hombres y mujeres (se llaman cromosomas sexuales o alosomas): en el hombre es XY y en la mujer es XX.  Véase imagen:



 No entro en la meiosis, pero es un proceso con muchas fases por el que se forman los gametos (o células sexuales: óvulo y espermatozoide). Los gametos no pueden tener 46 cromosomas (o al juntarse serían 92!) y con la meiosis los cromosomas de los gametos se reducen a 23. Por explicarlo muy simple, imaginemos que estuvieran alineados de arriba abajo y que en un punto se separasen por la mitad como una cremallera (ni de cola es así, pero por dar una imagen). Así nos dan los óvulos y espermazoides, cada uno con 23 cromosomas y cuando se juntan 23+23=46, voilá! En esa división, el cromosoma 23 de la madre siempre va a ser X y el del padre podrá ser X o Y. Si el espermatozoide de tu padre cuyo 23 cromosoma era Y fecunda, tendremos un chico (XY) y si lleva X, una chica (XX).


Hay un gen en el cromosoma Y (el SRY) que codifica una proteína que guía el desarrollo masculino en la vida embrionaria. De nuevo, esto os lo ahorro porque la embriología es una asignatura complicada que te meten justo cuando llegas a la facultad con parcial en diciembre, pero básicamente, un tejido indiferenciado se empieza a diferenciar como prototestículos y a segregar la hormona testosterona. En las chicas, el mismo trozo de tejido indiferenciado se convertirá en ovarios, que producirán estrógenos y progesterona.

En la mayor parte de la gente, la determinación del sexo es fácil: sus cromosomas son XX o XY y su tejido indiferenciado ha producido testosterona si son XY o estrógenos si es XX. Entonces, voilá: cuando nacen, ya sabes si hay que vestirlos de rosa o de azul. PERO.



Condiciones intersexo
Pero hay varias maneras cómo ese proceso se puede complicar, resultando en una variedad de condiciones llamadas intersexo: son personas que no encajan en las nociones binarias clásicas de niño/niña. ¿De dónde vienen estas condiciones?

Algunas veces (aunque infrecuentemente) vienen de anormalidades cromosómicas: por ejemplo, el síndrome de Klinefelter, en el que algunas células tienen el patrón XXY. Esto da lugar a unas características sexuales diferentes de la norma (podéis leer más en la wiki).

Las más frecuentes condiciones intersexo, sin embargo, vienen de alteraciones en las señales de las hormonas en individuos que son XX o XY. Tampoco vamos a entrar en todas o en la fisiología de estas condiciones, pero pongamos dos ejemplos: 
  • el “síndrome de insensibilidad a los andrógenos" ocurre en personas XY (por una mutación en el gen que codifica la enzima 5-alfa-reductasa). Los andrógenos (hormonas encargadas de desarrollar las características físicas masculinas), no son reconocidas por las células debido a una disfunción del receptor androgénico. Estas personas tienen genitales externos femeninos y los testículos dentro del abdomen que nunca llegan a descender (como pasa en los niños: ah, que no sabías que están inicialmente en el abdomen?).
  • la “hiperplasia congénita adrenal”, ocurre en personas XX.  Aquí el feto fue expuesto a altos niveles de andrógenos en útero. Estas personas tienen los genitales externos masculinos y los internos, una mezcla. 
En el pasado, cuando un bebé nacía con genitales ambiguos, a los padres les hacían elegir si registrarlo como niña o niño. Hoy, se aconseja que se les deje hasta que la niña o el niño exprese una preferencia. Igual que un río siempre vuelve a su cauce, una persona porque la vistan del otro color no va a sentirse el género típico de ese color.

Tradicionamente, la mayor parte de las culturas ha reforzado la idea de que el sexo biológico es un rasgo claro binario e inmutable, pero uno de cada tres mil nacimientos lo desmiente: la línea divisoria no es tan clara. Pero si buscáis y veis las características externas (por no hablar de los órganos internos) de las personas intersexo, por ejemplo, se puede entender que no es así. Al final de esta página hay una tabla en la que se empieza a entender la complejidad. Por tanto, aunque ahora nos dé algo de risa -o directamente irrite a algunos- lo de que los pronombres y artículos sean fluidos -igual no es tan mala idea.



Deportes
Una de las situaciones que más controversia causa esto del género es en deportes. Los hombres y mujeres compiten separados porque sería injusto que personas que tienen más testosterona -luego más masa muscular- compitieran con personas que tienen menos, pongamos, en lanzamiento de disco.

Y aquí un breve recorrido histórico sobre cómo se ha “clasificado” a las personas en el último siglo, si quieren competir como mujeres (para hombres no hace falta):
  • 1966: “El desfile nudista”: es eso, hacían desfilar a las atletas ante un panel de médicos hombres y las que no parecían del todo mujeres según su criterio las hacían pasar a un cuartito a que abrieran las piernas. No tengo palabras.
  • 1968: Tal vez se dieron cuenta de que lo de arriba podría ser humillante, no sé, y lo sustituyeron con tomar una muestra de saliva para establecer el sexo cromosómico: XY? Eres tío. XX? Eres tía. Pero como hemos visto arriba, el sexo está determinado por una confluencia de cromosomas y otros factores no cromosómicos, como las hormonas. En qué situación pone a las personas XY con un “síndrome de insensibilidad androgénica” como hemos descrito arriba? Otro método fallido. ¿Alguien recuerda a María-José Martínez-Patiño? Saltadora de vallas con este síndrome, o sea, externamente una mujer (pecho, vulva, vagina) pero XY y sin ovarios o útero. Educada como una niña, ella sintiéndose mujer, cuando se publicó que sus cromosomas eran XY, las consecuencias fueron brutales: le quitaron las medallas, la echaron del equipo español, la dejó su novio, se quedó sin nada. Peleó y ganó la batalla legal, porque encima no tenía ninguna ventaja competitiva por los andrógenos que producía, pero su carrera estaba terminada.
  • En 2013 se introdujo medir los niveles de testosterona: si querías competir como mujer tenían que estar por debajo de 10 nanomoles por litro. Si te pasabas tenías tres opciones: 1. cirugía para quitarte los testículos internos que producen andrógenos, 2. tomar pastillas que suprimen los andrógenos, o 3. competir con los hombres. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que tener alta la testosterona naturalmente no te garantiza éxito atlético. Hay muchos otros factores que afectan el rendimiento, como la nutrición, acceso a buenas instalaciones, entrenadores, y otras variaciones genéticas y biológicas.
Este último punto es importante: muchos deportistas de élite (mujeres, hombres, intersexo) a menudo tienen raras variantes en sus genes que contribuyen a su rendimiento. Por ejemplo, Michael Phelps tiene extremidades muy largas y pies enormes. Un esquiador finlandés de nombre imposible tiene una variante que le hace más resistente al frío.




El estudio de Clark & Hartfield
En este famoso estudio (1978 y replicado en 1982, y luego a partir de ahí en distintas culturas) se encontró que más hombres que mujeres estaban dispuestos a tener sexo con una extraña que en tener una cita. La razón es que, aunque en principio ambos estarían interesados en sexo con extraños, las mujeres se echaban para atrás por miedo a violencia, embarazo, desaprobación social o porque solo el 11% de las mujeres tenían orgasmos en relaciones con extraños. Estas hipótesis de condicionantes ambientales no deberían aplicar a las lesbianas, pero ellas operan como las heterosexuales en tener menos atracción por las relaciones con extrañas. Esto lleva a sospechar que la diferencia entre sexo casual entre hombres y mujeres tiene también un componente biológico -igual que los hombres se masturban en general más frecuentemente- que ha sido mediado por selección sexual, y que seguiría aunque los riesgos a las mujeres se disminuyeran- como ocurre con las lesbianas.


Comportamiento masculino y femenino
Fuera del sexual, hay pocas diferencias en otros parámetros de comportamiento entre hombres y mujeres: rasgos de personalidad, niveles de interacción social y cognición [aunque por ejemplo, las mujeres son un poco mejores que los hombres en fluidez verbal (SD=0.5) y los hombres en percepción espacial y rotación mental de objetos (SD=0.6)] no muestran demasiadas diferencias medias. La agresión también es más frecuente en hombres (SD=0.6, efecto pequeño) y la empatía en las mujeres (SD=0.8). Recordemos que la diferencia entre altura de hombre y mujeres era SD=2.


Con mucho, la mayor diferencia entre hombres y mujeres en el comportamiento no-sexual es en el juego. Los niños prefieren jugar con objetos como camiones y las niñas con juguetes sociales como muñecas. Esto es terrible porque siempre se ha pensado que esto es así porque a los niños les damos cochecitos y a las niñas muñecos (eres una madre o padre progre y diste escalextric a la niñas y muñecos al niño?). Es cierto que el aprendizaje social es un componente, pero no el único: para ello se han hecho estudios a través de diferentes culturas, en bebés que aún no han sido socializados, y hasta en monos (esto es alucinante, hay fotos del mono macho yendo a por el cochecito y el hembra a por el muñeco). Roc ha hereadado todas las muñecas de su prima y les daba abrazos y besos, pero a poco que puede, va al camión de bomberos. 

O se pueden estudiar casos con patologías como hemos explicado arriba de desórdenes hormonales intraútero. Las niñas con “hiperplasia congénita adrenal” (expuestas a altos niveles de andrógenos en útero) tienden más al juego típicamente masculino. Lo opuesto pasa si el feto fue expuesto a medicación que bloqueaba los andrógenos. En resumen: la
exposición a andrógenos en útero determina diferencias en el comportamiento de ambos sexos. Esto también se ha replicado en otros mamíferos, como ratas o monos.

Hay muchos desórdenes del sistema nervioso que tienen diferencia en severidad o edad de aparición en hombres y mujeres: el autismo es cinco veces más frecuente en hombres, el síndrome de Tourette’s tres. El TDHA, la dislexia, la esquizofrenia temprana, todo más frecuente en chicos. Mientras que post-pubertalmente tenemos la anorexia nerviosa (14 veces más frecuente en chicas), la esclerosis múltiple (4), la esquizofrenia tardía, la depresión, todo más mujeres. Aunque todo esto está mezclado con el ambiente: a nadie se le escapa que la anorexia está muy influenciada por la sociedad que nos trata tan bien a las mujeres en la publicidad y el resto. Pero es importante que entendamos no es solo esto: ya existía la anorexia mirabilis en monjas del medievo que vivían encerradas en conventos y en las telas de sus hábitos. El patriarcado mata, y la biología no ayuda. 



En resumen: hay un número de desórdenes y comportamientos que son muy diferentes entre hombres y mujeres, y de ellos, hay un subgrupo que parece tener un fuerte componente biológico. El problema es que es difícil hacer investigación en este campo (sería muy invasiva), y hay que guiarse por la investigación con mamíferos en laboratorios como monos, ratas etc. Aquí es evidente que hay importantes diferencias entre los sexos en cuanto a las funciones de los circuitos neuronales y hasta se pueden ver distintos tamaños en ciertas áreas cerebrales. Y todo esto se puede manipular por meter o quitar hormonas durante el desarrollo. Aunque no se puede hacer esto en humanos, hay mil razones para suponer que la historia va a ser la misma: nuestros cerebros son anatómica y funcionalmente distintos. 

Linden piensa que hay algunas diferencias medias en el comportamiento y la función del cerebro masculino y femenino, y un subgrupo de ellas son probablemente influenciadas por la biología, luego influenciables por la evolución.

Sexo y género
Hasta ahora habíamos hablado de sexo biológico (determinado por cromosomas sexuales, variación en señales que dan las hormonas y la aleatoriedad del desarrollo). Entremos ahora en el género que es “los roles y comportamientos construidos socialmente que una sociedad considera apropiados en un momento dado”. Esto variará según la época histórica, la cultura, etc. Así que si ya es difícil como hemos visto en todo el divague diferenciar sexo biológico, ni entremos en género.

Ser “cisgénero” significa que tu sexo biológico es el mismo que tu identidad de género. La mayoría de la gente está ahí, pero en USA, por ejemplo, el 0.6% de la población es “transgénero”, o sea que sienten que su género no se alinea con su sexo biológico, o bien que no sienten que su género sea estable (y ahí tenemos a los género-fluidos, a-género, no-binarios, etc). La “disforia de género” ocurre cuando esta discrepancia entre sexo biológico y género causa frustración y puede motivar que los que lo padecen busquen tratamiento con hormonas o cirugía.



Volvamos a las personas que son intersexo al principio del divague: 0.03% de la población (vs. 0,6% que se identifican como transgénero). O sea, la mayoría (95%) de los transgénero tienen genitales “normales” que ellos sienten no están en concordancia con su experiencia de lo que se sienten. Investigar las bases neuronales de la disforia de género es complicado -y el autor intenta explicar los retos a los que se enfrentan los investigadores pero como aún no hay conclusiones, no entraré.

Conclusiones
Las mujeres, las personas interexo y transgénero son objetificad@s y sufren discriminación. Es atractivo políticamente pensar en que nacemos como “tábulas rasas” y que todas las diferencias en los comportamientos de hombres y mujeres han ocurrido como efectos de la sociedad patriarcal. Linden, el autor, se define como feminista y le encantaría que esto fuera el caso, pero no lo es. Esto lo he escrito muchas veces: yo, cuando empecé la carrera, creía también que la culpa de (casi) todo la tenía la sociedad. Ojalá: sería mucho más fácil de solucionar. Pero el argumento ético es que la igualdad de género entre hombres y mujeres (que ahora algunas vemos tan clara) debe extenderse también a las personas intersexo y a las personas transgénero o con otras identidades. Poco a poco, se llegará ahí. Recuerdo que la Yaya, una persona nacida en 1920 me decía a veces esta frase (para intentar persuadirme de que la revolución sexual igual no era del todo una buena idea): “los hombres siempre han sido hombres y las mujeres siempre han sido mujeres”. Si supiera lo que empezamos a saber hoy…

3 comentarios:

  1. Si cambias de género el primer chiste te podrían fusilar al amanecer

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  2. ......el segundo. Es que son bastante malos todos.

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    1. Vaya, Anónimo, siento q no compartamos sentido del humor: eso tb nos hace individuales. Te concederé q el chiste al q te refieres (el de el bebé con pene y cerebro) es algo básico, pero tienes q entender q es un poco ley del péndulo: tanto anios oyendo chistes machistas o a sesudos pensadores rollo "la mujer es un ser de cabellos largos e ideas cortas", esto tenía q pasar. Pero tranquilo, este cabreo durará solo un tiempo y en cuanto tomemos el poder (digo, se llegue a igualdad real), todo esto quedará en un mal suenio...

      Salud

      di

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